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El avance tecnológico ha invadido hasta las más sensibles fibras de la sociedad,

logrando consolidarse como el bum del siglo XXI. Cada vez es más evidente como
las tecnologías de la información y comunicación han permeado en todos los
ámbitos de la vida del ser humano, entre ellos la educación.

Hasta hace algunas décadas, la educación formal era adquirida dentro de las aulas
de la escuela; ahora, las TIC han logrado transpolar las aulas a espacios virtuales
de aprendizaje donde los alumnos hacen uso de la computadora y el internet como
principal recurso para el aprendizaje; lo cual, ha llevado a replantear los modos
tradicionales de enseñar y aprender (Licona, F., 2011).

Pero, ¿cuáles son las ventajas que ofrece la educación virtual frente a la presencial?
¿Estamos preparados para asumir los retos que presenta esta nueva modalidad?
Parto de la premisa de que la educación virtual ofrece alternativas diferentes a la
educación presencial que promueven nuevas formas de actuación y nuevas formas
de aprendizaje; ello no implica que una u otra sea mejor, ni que las características
del modelo de educación virtual sean exclusivas de él. Al contrario, advierto una
complementariedad entre ambas modalidades de estudio; como lo señala
Bartolomé (2004) “La clave del cambio metodológico no es para aprender más, sino
aprender diferente”.

Ahora bien, respecto a las desventajas que presenta (las cuales se convierten en
las ventajas de la educación presencial), se puede enunciar como la más relevante
el hecho de que esta modalidad no se puede aplicar a todos los niveles y contextos
educativos, dado que se requiere de dos aspectos indispensables: A partir de lo
anterior, puedo señalar que la educación virtual presenta ventajas significativas
frente a la educación presencial, siendo la más relevante el hecho de que el
aprendizaje está centrado en el alumno, ya que el diseño contempla no solo
contenidos, recursos, evaluación y tiempos; sino también, las necesidades del
alumno. De esta manera el aprendizaje virtual promueve en el participante la
capacidad de autogestión de la información y conocimiento, otorgándole flexibilidad
para la organización y planeación de las actividades de aprendizaje; asimismo,
promueve el desarrollo y fortalecimiento de competencias educativas y laborales
(trabajo en equipo, toma de decisiones, análisis, etc.). Por su parte, el docente
también adquiere nuevas experiencias en la forma de enseñar e interactuar con los
participantes, fomentando una participación activa y colaborativa del alumno,
haciendo uso de recursos diferentes al lenguaje y el tablero, lo cual propicia también
en él, el desarrollo de nuevas habilidades y competencias.

 Acceso a internet y equipo de cómputo con características determinadas. En


nuestro país, el acceso a estos servicios es aún limitado, más aún en
comunidades remotas.
 El aprendizaje virtual requiere por parte del alumno y del docente habilidades
(digitales y de comunicación), capacidades (gestión, automotivación, autonomía,
etc.) y conocimientos previos para acceder a esta modalidad
Lo anterior da pie para dar respuesta a la segunda pregunta que guía este ensayo
¿Estamos preparados para asumir los retos que presenta esta nueva modalidad?
Desde mi particular punto de vista, considero que la educación virtual representa
una gran área de oportunidad en cuanto a infraestructura y competencias
educativas y docentes se refiere, considero que un paso previo de la transición de
una modalidad presencial a la virtual se encuentra en el blended learning, esta
mezcla entre el uso de las TIC enfocadas al aprendizaje virtual y la educación
presencial irán incidiendo de manera paulatina en nuevas formas de enseñar y
aprender, en donde cada institución e individuo podrán ir incorporando los recursos
tecnológicos a sus propias necesidades y objetivos.

A partir de lo anterior, puedo concluir que las ventajas y desventajas que presentan
tanto la educación presencial como virtual, pueden ser un área de oportunidad que
les permite complementarse de tal manera que la educación presencial es
indispensable en los primero años de formación, ya que en ese tiempo se han de
desarrollar las habilidades necesarias (planificación, organización, capacidad de
búsqueda y selección de información, investigación, comunicación escrita,
argumentación, etc.) para acceder posteriormente a un entorno virtual de
aprendizaje que sea superado con éxito. Por su parte el profesor ha de tomar
conciencia de papel que juega la tecnología en el proceso de enseñanza-
aprendizaje para hacer uso pertinente de ella, viéndola como un recurso y apoyo
que facilita la acción educativa e incorporándose a este ambiente de aprendizaje
tanto como docente y alumno, dejando de lado el miedo o resistencias que conlleva
el cambio.
Referencias Bibliográficas

Barbera, E., Badia, A. (2004) “Del profesor presencial al profesor virtual”.


En Educar en aulas virtuales. A. machado libros: Madrid, pp. 15-37.

Barbera, E., Badia, A. (2004) “Del estudiante al estudiante virtual”. En Educar en


aulas virtuales. A. machado libros: Madrid, pp. 39-67.

Barbera, Elena. Badia, Antoni. (2004) “De la actividad presencial a la enseñanza y


aprendizaje virtual”. En Educar en aulas virtuales. A. machado libros: Madrid, pp.
161-197.

Bartolomé, A. (2004). Blended Learning. Conceptos básicos. Píxel-Bit. Revista de


Medios y Educación, 23, pp. 7-20. Recuperado el 22 de febrero
2013http://www.lmi.ub.es/personal/bartolome/articuloshtml/04_blended_learning/d
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Licona, A. F. (2011) . Del estudiante presencial al virtual. Educación y nuevas


tecnologías. Recuperado el 19 de febrero 2013 http://fer-
educacionynuevastecnologias.blogspot.mx/2011/01/c2-del-estudiante-presencial-
al.html

Portillo, A. (2009) Del estudiante presencial al estudiante virtual. Recuperado el 20


de febrero 2013 www.aporrea.org/educacion/a75219.html

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