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Módulo 2/ Sesión 4

Elaboración de normas de
convivencia
Elaboración de normas de convivencia

1. Las normas de convivencia en la escuela

La vida en cualquier sociedad necesita de regulaciones para poder


organizarse y satisfacer las necesidades y derechos de todos sus miembros.
La escuela, como organización social, no es la excepción. Sin embargo,
si deseamos construir una escuela democrática y participativa, que forme
ciudadanos plenos y contribuya a desarrollar la autonomía y las capacidades
necesarias para la participación social, se necesita construir normas con
sentido y, además, construirlas de manera democrática y participativa.

Se trata, entonces, de lograr dos cosas: por un lado, construir un


conjunto de normas razonables y respetuosas de los derechos de las personas,
y, por otro lado, construir esas normas de manera inclusiva y participativa,
escuchando las voces de todos aquellos a quienes dichas normas afectan. En
este sentido, podemos hablar de un proceso democrático de construcción de
las normas, el que, sin duda, contribuirá a construir un clima escolar positivo y
a mejorar la convivencia en la escuela.

Sin embargo, en la mayoría de escuelas los reglamentos escolares ya


están dados, han sido construidos hace mucho sin participación estudiantil, y
se revisan muy poco. En otros casos, aun cuando sí se hacen esfuerzos por
construir las normas colectivamente, este proceso se reduce a la elaboración
de las reglas para la convivencia en el aula, no a los reglamentos de la
institución, y muchas veces se trata de mecanismos rutinarios que conducen
a los estudiantes a “proponer” las normas que los docentes valoran y ya han
pensado de antemano.

En la mayoría de los casos, se generan espacios para proponer reglas de


convivencia solo cuando el profesor así lo decide, no cuando los estudiantes
lo piden, y el enfoque está en el producto final, es decir, en lograr que los
estudiantes “elaboren” las reglas con las que el profesor está de acuerdo, y no
en el proceso de intercambio de puntos de vista, debate y construcción.

De este modo, la elaboración de reglas de convivencia en la mayoría de


instituciones no es realmente un proceso democrático ni participativo, ya que
está conducido por los docentes en una cierta dirección, sin que se escuchen
realmente las ideas de todos. Las normas construidas, además, casi nunca se
revisan ni se evalúan y quedan simplemente escritas en una hoja y pegadas en

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Elaboración de normas de convivencia

la pared.

Vandalismo, pequeños robos, maltratos de unos niños hacia otros,


interrupciones en el aula durante las clases… Sin duda alguna, son problemas
de conducta que ocurren en las II.EE. a menudo. Entonces, ¿cómo construir
normas reguladoras de la convivencia, de manera inclusiva, democrática y
participativa? ¿Normas que tengan sentido, sean razonables y se entiendan y
acepten por todos?

En las secciones siguientes, se ofrecen algunas sugerencias para ello.

2. ¿Qué son las reglas y para qué sirven?

Más allá de qué reglas debemos tener y cuáles deben ser los mecanismos
para hacer que se obedezcan, es necesario reflexionar sobre qué se entiende
por regla, cómo contribuyen las reglas al clima escolar y la convivencia, y cuál
es el sentido más profundo de las reglas en una sociedad democrática. Esto es
lo primero que hay que revisar, si se desea de verdad desarrollar un proceso
democrático de elaboración de reglas para la convivencia.

Por lo general, en las II.EE. se entienden las reglas como mecanismos


para controlar el comportamiento de los estudiantes. En esta concepción
autoritaria, se pierde de vista el sentido de la regla como un mecanismo
social, y su rol en la construcción de la convivencia democrática y en el
desarrollo de la conciencia moral de todos los miembros de la escuela. En
esta concepción, usualmente, se plantean muchas reglas poco razonables e,
incluso, abusivas, por ejemplo, pretender que los niños permanezcan sentados
durante muchas horas sin levantarse, prohibirles ir al baño, o no permitirles
hablar con los compañeros o ayudarlos. Muchas de estas reglas desconocen
el desarrollo infantil y van en contra de la solidaridad y la cooperación entre
los propios estudiantes. Para hacer que estas reglas se cumplan, los profesores
frecuentemente recurren a la amenaza, las llamadas de atención y a sanciones
como bajar la nota de conducta, sacar al niño del aula, dejarlo castigado
fuera de clase o quitarle el recreo.

Por el contrario, desde una visión democrática de la convivencia las


reglas son mecanismos sociales para regular la acción y para construir,
colaborativamente, mejores modos de convivir respetando los derechos de

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Elaboración de normas de convivencia

todos. En este sentido, las reglas de convivencia se conciben como intrínsecas


a las relaciones sociales, y como oportunidades para crecer moralmente y
construir entre todos mejores relaciones humanas.

Entonces, siguiendo la distinción anterior, una regla puede entenderse


como una norma social con sentido, que sirve para fortalecer la vida en
común, la organización social, y que respeta los derechos de todos. En el
cuadro siguiente, presentamos ejemplos de reglas autoritarias y su contraparte
democrática.

Regla autoritaria Regla democrática

Está prohibido ir al baño durante Si alguien tiene necesidad de ir al baño durante la


clases. clase, irá sin hacer ruido y evitando interrumpir la
clase. Si las salidas son demasiado frecuentes, el
tema se debatirá en grupo.

El que interrumpa la explicación de Para hablar en clase es necesario levantar la mano.


profesor tendrá un punto menos en Si alguien no lo hace e interrumpe al profesor o a
conducta. un compañero, se le pedirá que espere su turno.

Prohibido llevar celulares a la escue- No se permite el uso de celulares durante el tiempo


la. Estos serán confiscados. Si se re- de permanencia en la escuela. Los alumnos que los
pite la falta tres veces, los celulares lleven los entregarán al profesor al empezar las cla-
no se devolverán. ses y los recogerán a la hora de salida.

3. Elaboración democrática de normas reguladoras para la


convivencia
Cualquier IE puede aprender a construir sus reglas de convivencia de manera
colaborativa, elaborando normas y acuerdos en los que participen los
miembros de la comunidad educativa. Para ello, se debe establecer un diálogo
genuino, dando voz tanto a los docentes como a los estudiantes y padres
de familia, y tomando en consideración el punto de vista de todos. Pueden
seguirse, con las adaptaciones que sean necesarias, los siguientes pasos:

a.Reflexionar sobre el sentido y la necesidad de tener reglas de


convivencia. Debatir sobre por qué se necesitan reglas, cuál es su
papel en la convivencia social y cuál debe ser su sentido. Es importante
que los estudiantes conozcan y valoren la importancia que tienen
las normas para la convivencia en la escuela y que reconozcan su
responsabilidad en la generación de dichas normas.

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Elaboración de normas de convivencia

Por ejemplo, preguntarse:


¿Para qué necesitamos poner reglas? ¿Para qué sirven? ¿Podríamos vivir
sin ellas? ¿Cómo podemos hacer con el problema de los celulares que
suenan todo el tiempo y que tanto interrumpen las clases?, ¿es necesario
que pensemos en alguna regla sobre esto?

b.
Analizar críticamente las propias acciones y la manera en que
cotidianamente nos relacionamos con los otros. Mediante una lluvia de
ideas, se deben identificar los principales problemas de convivencia que
ocurren en la IE. Hay que tomar nota de ellos en la pizarra y discutirlos
para entender la perspectiva de todos.

Por ejemplo, debatir:


¿Se han dado cuenta de cómo estamos usando el patio? Luego del
recreo, queda lleno de basura. A mí eso me parece un problema ¿Qué
piensan ustedes?
He visto que las chicas no tienen oportunidad de usar el patio en el
recreo, porque los hombres están jugando futbol todo el tiempo. ¿Les
parece justo? ¿Qué piensan las chicas de esto?

c. Dar alternativas para las normas que pueden regular los problemas
identificados. Proponer normas de convivencia que sean respetuosas
de los derechos de todos y que aborden los problemas previamente
identificados (idealmente, las normas deben contemplar la relación
entre estudiantes, entre estudiantes y docentes/autoridades/otros
miembros de la comunidad educativa, y también abordar los
problemas que ocurren en el aula como espacio público). Es muy
importante que en la identificación de estas reglas de convivencia
participen tanto estudiantes como docentes, ya que estas deben ser
consensuadas.

Por ejemplo:
¿Qué les parece si hacemos turnos para usar ciertas zonas del patio,
según los recreos, por ejemplo? ¿O si dividimos el
patio en dos: una mitad para los chicos y la otra para las chicas? ¿Cuál
de estas ideas les parece mejor?

d. Fundamentar las normas que se han propuesto. Es importante que se


fundamente cada una de las normas elaboradas, argumentando por
qué se considera necesaria.

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Elaboración de normas de convivencia

Podría, por ejemplo, argumentarse del modo siguiente:


Tanto chicas como chicos tienen iguales derechos. Los juegos de los
hombres son más bruscos, y las chicas temen que les caiga un pelotazo.
Por eso, para protegerse ellas se han ido quedando arrimadas alrededor
del patio y no pueden jugar como sí juegan los chicos. Es una situación
injusta porque ellas no pueden ejercer igual su derecho a jugar. El
derecho a jugar es de todos, tanto chicas como chicos, pero no lo
estamos respetando de la misma forma.

e.Decidir las normas. Entre todos se debe elaborar una lista única de las
reglas de convivencia que se han aceptado.

Decir, por ejemplo:


Ahora que hemos discutido y analizado cada propuesta, voy a anotar
aquí la que hemos escogido.

f. Identificar consecuencias y acciones reparadoras


Al final, de debe llegar a un acuerdo sobre qué pasará si la norma no se
cumple.

Por ejemplo:
¿Qué pasará si no cumplimos con el acuerdo? ¿Les parece que, si los
chicos no dejan a las chicas usar el patio, alguna vez, al día siguiente
ellas tendrán derecho a usarlo todo el día y ellos deberán quedarse
alrededor sin jugar futbol?

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