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Nuevo sistema penitenciario elimina el concepto de cárcel

Actualmente República Dominicana cuenta con treinta y cinco


recintos carcelarios; la mayoría corresponde al diseño propio
de la cultura de castigo y tortura que data de la época de
Rafael Leonidas Trujillo


Altagracia Moreta
SANTO DOMINGO.- La implementación del nuevo sistema penitenciario en
el país elimina el concepto de cárceles para convertirlas en Centros de
Corrección y Rehabilitación, y a los presos, en personas privadas de libertad o
internos.

Sustituye los policías por Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario


(VTP), capacitados en una escuela especializada, ubicada en el Castillo del
Cerro, San Cristóbal.
El punto neurálgico del sistema carcelario para efectuar este cambio consistió
en la capacitación del recurso humano adecuado. La Procuraduría General de
la República dio su primer paso con la creación de la Escuela Nacional
Penitenciaria y la reconstrucción y mejoramiento de la estructura física de
varios recintos penitenciarios.
Este proyecto abarca nueve (9) centros rehabilitados y modernizados: Elías
Piña, Dajabón, San Felipe, de Puerto Plata; Najayo Mujeres, en San Cristóbal;
Rafey Hombres y Mujeres, de Santiago; Baní, Mao, Valverde; Monte Plata,
Pedernales y en Haras Nacionales, un centro modelo de régimen abierto.
Actualmente, República Dominicana cuenta con 35 recintos carcelarios; la
mayoría corresponde al diseño propio de la cultura de castigo y tortura que
data de la época de Trujillo, como La Victoria y El 15 de Azua. La población
carcelaria actual es de 15,569 personas, lo que significa que estos cambios
deben ser continuados sin retrocesos, para abarcar mayor cantidad de cárceles
y reclusos.
“La base de este nuevo sistema está centralizada en el respeto a los derechos y
a la dignidad humanas de las personas privadas de libertad.
Este proyecto descansa en tres pilares fundamentales: la construcción de
nuevas plantas físicas o la adecuación de la existentes; la capacitación de los
recursos humanos agrupados bajo el lema: Educamos personas que trabajan
para la libertad, al considerar que los reclusos(as) son transitorios, que van a
salir en libertad’’, explica el director general de la Escuela Nacional
Penitenciaria, Roberto Santana, ex rector de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo.
Inmediatamente la Justicia, en representación de la sociedad, toma la decisión
y dicta la condena; a partir de ese momento el sistema penitenciario tiene que
trabajar para que esa persona, mientras esté en la cárcel, se prepare, se
rehabilite, para evitar que incurra de nuevo en el error de delinquir, y se
incorpore de una manera productiva a trabajar en la sociedad.
En la mayoría de las cárceles se imparte educación básica, intermedia y de
computadora, además de los talleres de ebanistería, repostería, panadería y
costura. En Santiago hay un grupo de reclusos que pintan carros y hacen otras
labores productivas que les permiten obtener recursos mientras están privados
de libertad y cumplen su condena, explica Henry Garrido, supervisor general
de Prisiones.
Castillo del Cerro
Enclavado en una alta montaña en las afueras de San Cristóbal, está el Castillo
del Cerro, que perteneció al ex presidente Rafael Trujillo Molina, en época de
la dictadura. Hoy, ha sido remozado y adecuado para el funcionamiento de la
Escuela Nacional Penitenciaria (ENAP), en donde reciben docencia 96
aspirantes a agentes (VTP) de uno y otro sexos.
Este centro está dirigido a la evaluación y selección de los recursos humanos
que gestionan el sistema penitenciario, en interés de poner en ejecución plena
la ley 224 y los reglamentos y normas establecidas por la Procuraduría.
También tiene como objeto perfeccionar y evaluar de manera constante al
personal de la Dirección General de Prisiones, así como organizar, promover y
desarrollar la investigación en criminología y el sistema penitenciario de la
República Dominicana.
Convocatoria
Para estudiar en esa escuela, los aspirantes a agentes penitenciarios (VTP)
deben reunir una serie de requisitos que son presentados en una convocatoria
pública firmada por el Procurador General de la República y el director de la
escuela.
Entre los requisitos figuran ser soltero/a, sin hijos, en edad de entre 19 y 30
años, bachiller y no haber pertenecido a las Fuerzas Armadas ni a la Policía
Nacional.
Luego de ser aceptados, los aspirantes son trasladados al Castillo, se les paga
unos 3,000 pesos mensuales para sus gastos de fin de semana. Además, todas
sus necesidades básicas son cubiertas: desde uniformes, útiles escolares,
alimentación y alojamiento.
Luego de graduados entran a formar parte del cuerpo de agentes que presta
servicio en los Centros de Corrección y Rehabilitación (CCR) en todo el país,
con un sueldo mensual de 10,000.00 pesos.
Los aspirantes VTP que resulten positivo tras las pruebas antidoping, no serán
aceptados, apunta el coordinador general de la escuela, Benjamín Pinales
Matos. La capacitación se inicia a la 4:30 de la mañana; la disciplina es
estricta.
El pénsum tiene 27 asignaturas que incluyen nociones generales de derecho
penitenciario, introducción al conocimiento de drogas narcóticas, uso de
armas de fuego, dignidad humana y derecho del recluso, criminología y
sociología penitenciaria.
La escuela realiza cursos de actualización constante, con el propósito de
mantener frescos y actualizados los conocimientos adquiridos por los
aspirantes.
Costo del proyecto
Los planes de desarrollo de la ENAP, proyectado para ejecutarse este año
2007, alcanzaron un total de RD$205,367,012.98.
Esto incluye un monto de RD$61,742,500.00, destinado a formar 750 nuevos
agentes VTP que prestarán servicios en los cuatros Centros de Corrección y
Rehabilitación (CCR) que entrarán a funcionar dentro del nuevo modelo
penitenciario; se incorporarán: La Vega, San Francisco de Macorís, Moca y
San Pedro de Macorís, con RD$17.8 millones de pesos destinados a cursos,
talleres y seminarios de educación continuada que fortalezcan su formación y
desempeño.
La dirección de la ENAP aclara que estos recursos fueron contemplados en el
anteproyecto del 2007, pero que no fueron invertidos en su totalidad debido al
plan de austeridad impuesto por el Gobierno.
UN MUSEO
Un despliegue de figuras en alto relieve en los techos del castillo destacan la
virtualidad técnica de las personas que trabajaron esta obra.
Detalles semicirculares de gran belleza cromática en un conjunto de estilos
clásicos decoran cada ambiente según el personaje que lo ocuparía.
En las habitaciones destinadas a la hija y a la esposa del dictador, Angelita y
María Martínez de Trujillo, fueron creados motivos florales y mujeres que
asemejan ninfas o figuras de temas mitológicos, como pretendiendo imitar los
detalles que caracterizaban a la antigua Roma, de la segunda etapa del
Renacimiento, iniciado por León Battista Alberti (famoso por combinar
pintura y arquitectura en sus maquetas para edificios).
Las habitaciones de Ramfis y Radhamés, así como el área de barbería, están
decorados con delicados motivos masculinos y la repetición continua de la flor
de Lis, de tres pétalos, forma heráldica del lirio que es emblema de la realeza
francesa, es destacado ampliamente.
En los enverjados de hierro que bordean los niveles del castillo están
plasmadas de manera repetitiva las cinco estrellas del Generalísimo,
Benefactor, “Padre de la Patria Nueva”, como se hacía llamar el dictador,
creyéndose la única esperanza del pueblo dominicano.
Museo de lucha y tortura
Actualmente todas estas habitaciones son ocupadas por los cursos y equipos
de la ENAP.
En la última planta hay un museo con muebles de la época, fotos de figuras de
la historia dominicana, de las más recientes revoluciones y de los héroes del
14 de Junio, así como réplicas de elementos de tortura: la silla eléctrica
utilizada en la famosa cárcel de La 40, en tiempos de Trujillo.
Esto, para enseñar a los estudiantes que esta época de dictadura y continuidad
no debe repetirse en la historia dominicana.

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