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Dentro de los aspectos que comprende el Derecho de Familia, uno de los temas
relevantes es sin duda la delicada situación que acarrea la disolución del grupo
familiar:
A principio del siglo pasado y hasta bien entrada la década de los cincuenta los
niños eran considerados objetos dependientes de sus padres, lo que a través de
los años evoluciono en que estos sean reconocidos como sujetos portadores de
derechos, es así como en la en la aprobación de la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño en 1989, cuya declaración acuño el principio
garantista que habla del Interés superior del Niño el cual es vinculante y para los
estados que ratificaron la convención(ver fecha de ratificación del convención) , en
su inciso primero del artículo 3 señala “En todas las medidas concernientes a los
niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los
tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”.
(Convención sobre los derechos del niño página 3)
Entendiéndose por este toda las medidas respecto del niño deben estar basadas
en la consideración del interés superior del mismo. Corresponde al Estado
asegurar una adecuada protección y cuidado, cuando los padres y madres, u otras
personas responsables, no tienen capacidad para hacerlo. (Convención sobre los
derechos del niño página 3.
http://www.unicef.cl/web/informes/derechos_nino/convencion.pdf)
(http://www.unicef.cl/web/informes/derechos_nino/14.pdf)
Para que el juez de Familia se cree una convicción imperante respecto de cuál de
los progenitores es el más idóneo para tener el cuidado personal de un menor,
debe seguir un simple y pobre check-list encontrado en el artículo 225 – 2 del
Código Civil, el cual como mencionamos, no cumple a cabalidad con las
recomendaciones estructurales realizadas por distintos organismos
internacionales que vienen a tratar de fijar parámetros objetivos como subjetivos
para siempre resguardar a la persona de interés para nosotros, el menor.
Para establecer la aptitud para el cuidado personal del niño se ponderaran los
siguientes criterios:
https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=229557
(https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=242302)
Con esto, podemos concluir que para nuestra judicatura en el área de familia le es
prácticamente imposible unificar criterios relativos a los estándares mínimos que
se deben tener para poder tomar una decisión optima al momento de velar por los
interés de un menor, no considerando siempre los elementos subjetivos a lo que el
derecho internacional público hace hincapié, inclusive siendo estas una norma
imperante incluso de mayor jerarquía que nuestro ordenamiento jurídico
tradicional, el cual si bien puede cumplir o no con ciertos estándares, no satisface
a cabalidad lo requerido y necesitado por nuestros niños.
Qué pasaría si el padre o madre apto legalmente y cumpliendo con todas las
formalidades mencionadas en la norma citada anteriormente, es repudiado por
una parte de la sociedad, a la cual el legislador debe proteger atendiendo una
condicionante señalada, como por ejemplo; la ambigüedad que presenta el
artículo 42 de la ley de menores en su numeral 7, es decir, causas que coloquen a
los menores en un peligro “moral o material”, que podría vincularse a la orientación
sexual de alguno de sus progenitores.
Por tanto, la interpretación judicial del Interés Superior del Niño, se empapa de un
sesgo moral que la constituye una vulneración arbitraria de los derechos del padre
homosexual y cuya divulgación sistemática se ha vuelto una promoción de esta
transgresión, ya que se ha utilizado este concepto para impugnar la idoneidad de
uno de los padres fundado en sus preferencias sexuales, aspecto no contemplado
en nuestro marco jurídico y convenciones internacionales válidamente ratificadas,
el que debe propender al fortalecimiento de igualdad y goce de los derechos que
consagra. Asi como se constató el caso de la Jueza Atala. (citar)
(FALTA EL LINK)
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/143110/Cuidado-personal-del-
ni%C3%B1o-ni%C3%B1a-y-adolescente-y-principio-de-
corresponsabilidad.pdf?sequence=1
Con esto, y con observancia al resguardo de los principios de interés superior del
niño y de la igualdad y responsabilidad parental, debe permanecer neutra frente a
la orientación sexual de alguno de los padres, lo cual no se cumple en la gran
mayoría de los casos, estableciendo un criterio no valido entre las figuras
parentales, específicamente no tomando en cuenta alguno de estos, lo cual fue
derogado con la ley N° 20.680. Sin embargo, persiste el criterio de fallar en contra
de la idoneidad de la figura paterna homosexual en algunos tribunales, como se
presenta esta vez en el tercer tribunal de familia, causa rol c-3.713-2015, en virtud
de la cual, el tribunal falla a favor del padre por incumplimiento de la madre al
régimen de visitas, siendo esto un aspecto decisivo en el bien superior del menor,
dada la colaboración que debe existir en ambos padres, otorgándole el cuidado
personal de sus hijos.
De esta forma el derecho solo construye una idea moral fuera del laicismo, la
historia del derecho de familia, ha mostrado que esta institución está abierta a
nuevos modelos, como lo es el Acuerdo de Union Civil, (definición), no obstante
este “sucedáneo” es una forma de exclusión de la institución matrimonial y los
estatutos filiativos que atenta contra la dignidad humana y el derecho a la
igualdad, siendo que esta por la constitución no ha sido limitado a una modalidad
standart.