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De Rome al Sigh XX, A.M Aldana(Ed.) UNED, 1996 FAMILIA Y ESTADO EN LOS PRIMEROS: ‘TIEMPOS DE ROMA* ANTONIO CASCON DORADO Universidad Auténoma de Madrid Entre los numerosos episodios legendarios que conforman los inicios de Ia Historia de Roma son bastante numerosos los que trasmiten el comportamiento heroico de algunas familias en la salvaguardia del Estado. Recordemos entre ‘otros a los Fabios, enfrentados ellos solos a los veyentanos cn el valle del Crémera en una aceidn précticamente suicida que sélo dejé un superviviente'; 6 2 los Decios, que en tres guerras diferentes practicaron sucesivamente Ia llamada devotio®, un rito consistente en lanzarse contra las tropas enemigas & tuna muerte segura, buscando el apoyo de los dioses infernales; igualmente los Horacios, que en tiempos del rey Tulo Hostilio enviaron a sus trillizos a luchar contra los Curiacios para evitar el derramamiento de sangre de una guerra total entre albanos y romanos”. Encontramos, ademés, otros episodios en tos que ciertos personajes parecen abocados a decidir de manera tragica entre su familia y el Estado. ‘Veamos algunos: 1) Uno de los trillizos de ta familia Horacia, que acabamos de mencionar, mata a su hermana cuando ésta, lejos de alegrarse por la victoria de su patria, lamenta la muerte de su prometido Curiaci 2) Recién instaurada la Repitblica Lucio Junio Bruto, responsable méximo del cambio de régimen, asiste impAvido al ajusticiamiento de sus hijos, ‘acusados de un comiplot para restaurar fa monarquia’. 3) En el 488 Veturia impide el asalto de Roma por parte de Coriolano, fa pesar del comportamiento que los romanos habfan tenido hacia su hijo y a — « Este trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigacién DGICYT, ni 92-0024, Pop Liv. IL 48-50. 2 Cf Liv. VIM 9 y X 28 6-18, Cie. Cato, 13,43. V. Maximo 17.3 y V,6, 5-6. Bn su edicién de este Ultimo autor F, Martin Acera escribe a propésito de Ia devotio: "Era el acto de “ftecerse el general juntamente con todos los enemigos a los dioses infernales, que en si no Gra otta cosa, sino un pacto por cl que se invitaba a los dioses subterréneos a destruir lo que Cloferente no tenla derecho o poder de realizar. También se entendia por dewotio la entrega {los dioses infernales de una o més vidas humanas, sin que mediara cn ello sncrificio algun’ Madrid 1988, 100-101. Cf, también, A. Bouché-Leclereg, s.v. “deuotio"en Daremberg-Saglio, Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines, 11, 113-119. > Liv, 1 24-27. D. Halicarnaso III 13-23. V. Méximo VI 3,6. + Gf Plut, Publ. 6-7. Liv. III 3-5, D. Halicarnaso V 8-12 y V. Maximo V 8,1. 224 esar de las desgtaciadas consecuencias que esta acci6n tuvo para él’, 4) Espurio Casio, sospechoso de aspirar a la tiranfa por sus métodos demagégicos, es ajusticiado por su padre en juicio privado® (485). 5) En 340 Tito Manlio ordena que su hijo sea ejecutado por desobedecer las érdenes de los cénsules que instaban a no deshacer la formacién, a pesar de que habfa sido provocado por un enemigo y de que regresaba victorioso con los. despojos de éste’”, 6) Un hecho patecido nos cuenta Valerio Maximo’, a propésito del dictador Postumio Tuberto, que ajusticié a su hijo por atacar al enemigo sin respetar sus érdenes (431), 7) En cierto sentido, también cl plebeyo Virginio, al preferir matar a su hija Virginia antes que entregérsela al titdnico Apio Claudio, contribuy6 a la consolidacién del Estado, ya que su accién provocé Ia expulsi6n de los decénviros (449). Como vemos, en estos casos, los individuos que se enfrentan a una decisién de tal tipo, toman claramente el partido del Estado y eflo parece haberles granjeado la gloria de la posteridad romana. También se enmarcan en esta etapa histérica tres casos en los que ta preferencia por el parentesco en detrimento de los deberes estatales acarrea malas consecuencias para sus protagonistas: 1) El rey Tacio es asesinado, victima de una conjura provocada por no haber infligido el castigo merecido a unos patientes suyos que no respetaron el derecho de gentes'”, 2) Bl rey Tarquinio, dice Livio, se aconsejaba de sus parientes y familiares, de espaldas al pueblo y at senado"; ya sabemos cudl fue el fin de los Tarquinios, 3) Tarquinio Colatino, segtin Plutarco, se mosted indulgente con sus sobrinos, partfcipes en el intento de restauracién monérquica, lo que le costé el destierro”. 2 Gf Phat, Cor, 33-37. Liv.ll 40,1-12 y V. Maximo V 4,1 ° Gf. Liv. Il 41,10 y V. Maximo V 8,2 y VI 3,2, ? Of Liv. VIIL7 y V. Méximo Il 7,6. * CLV. Maximo It 7,6, ° Gf Liv, II 44-48 y V. Maximo VI 1,2. '* GL Liv. [14,1-3: "Agunos afios més tarde, unos parientes del rey ‘Tacio mattratan a fos delegados de tos lavrentes; al invocar los faurentes el derecho de gentes, pos6 més ante Tacio {q tnfluencia y los rucgos de los suyos, y, como consecuencia, se hizo objeto del castigo aque ellos eran acreedores, pues una vez qué asistié en Lavinio a un sacrificio solemne se prodyjo luna revuelta y fue ascsinado". En ésta y las siguientes citas de Livio seguimos la tratuceion de J. Antonio Villar, Madrid 1990. "opr 49,71, " Gf D. Halicamaso V 9 y 12 y Plut. Publ. 7. 225 En realidad, el primer episodio de conflicto entre familia y Estado lo encontramos en la muerte de Remo a manos de su hermano en el momento de Ia fundacién de la ciudad”, Tampoco podemos olvidar el caso de los Poticios, quienes, al dejar el culto de Hércules en manos de esclavos péblicos, eausaron la desaparicién de su familia’. ‘Aunque en otras épocas de su Historia so puede encontrar aigin episodio semejante a los mencionados, esté claro que on Roma esta situacién de conflicto entre familia y Estado tiene interés fundamentalmente en su primera etapa, Llama la atencin el carécter marcadamente literario de la mayoria de estos episodios, que se insertan en la narracién histérica con un principio y un fin perfectamente denotados, y con una serie de catacterfsticas formales coincidentes entre si, Podriamos decir que algunos de ellos tienen un tono ‘eminentemente épico, como el de los Fabios, cuya heroica acciénen defensa del Fstado podria ser magnifico argument de un cantar de gesta, pero la mayorla de los que hemos comentado tienen un cardcter tragico, hasta tal punto que algunos de ellos han suscitado, como se sabe, magnifica tragedias en la posteridad’®, Decimos que son trégicos porque tienen una serie de rasgos literatios propios de este género: En primer lugar, esa situacién de conflicto terrible entre los afectos familiares y el deber estatal que hemos visto se da en muchos de ellos con la intervencién necesaria de los cuchillos y Ia sangre. En segundo lugar, el tipo de relato, mas interesado en destacarel cardcter de los personajes que en detaltar los acontecimientos que se natran, Pero hay, ademés, algunas caracteristicas formales que les son comunes. Si revisamos, por ejemplo, las historias de la muerte de Horacia, el ajusticiamiento de los hijos de Bruto, la entrevista de Veturia y Coriolano y la muerte de Virginia observaremos las siguientes: 15) Todos tienen un carfcter escénico: Los protagonistas estén rodeados por la multitud que fija su atencién en ellos: el publico se conmueve con las escerias. La muerte de Horacia se produce a la vista del pueblo y la apelaciénde su hermano tiene Iugar ante la asamblea; la absolucién de éste ocurre porque "el pueblo no pudo resistr las Iégrimas del padre ni el valor del hijo", dice Livio. También es absolutamente piiblico el ajusticiamiento de los hijos de Bruto: “Desnudan a los reos, los azotan con las varas y los hieren de muerte con el hacha; durante todo este tiempo los ojos del piiblico contemplaban al padre, su —_— 3 Of Liv. 1741-3 y Plut, Rom. X. “Of Liv. 17.14. © Recordemos, entre otras, Ia famosa Corfolano de Shakespeare (1609). 6 Of 1 26,12. 226 semblante, su expresién"’, Los soldados yolscos y las mujeres romanas contemplan el encuentro de Veturia con su hijo y se describe su reaccién, ‘También la multitud romana presencia tas discusiones entre Apio Claudio y Décimo Virginio y la muerte posterior de fa hija de éste, a Ia que sigue la consternacién de las matronas, 2°) No s6lo son episodios escénicos sino que la puesta en escena esta bien ambientada con pequefios detalles que completan el decorado y con la inclusion de personajes secundarios, cuya contribucién es importante en el movimiento escénico, El Horacio vencedor vuelve rodeado por la multitud con los despojos de los enemigos al hombro, entre ellos el manto que su hermana habia regalado a su prometido Curiacio; iuego el juicio ante ol pueblo, el discurso del padre, etc. Algo parecido podriamos decir de Coriolano, sentado seguro de s{ mismo en su campamento antes de la Hlegada de una multitud de Mujeres encabezada por su madre, su esposa y sus dos hijos. Qué decir del intento de apresamiento en pleno Foro de Virginia, el trastado al tribunal de Apio, la Hegada de Icilio, novio de In muchacha, etc, O en el caso de los hijos de Bruto, la tortura, los lictores, la immutabilidad del padre, etc, 3°) En todas las escenas hay espléndidos didlogos, cargados de pasion ¥ frases magnificas que hubiera firmado cualquiera de los tragicos griegos. En la versién de Livio, Decimo Virginio da muerte a su hija miontras dice "te doy la libertad de Ja nica manera que puedo""*, Cuenta Plutarco que Brato, tras interrogar a sus hijos, dijo, dirigiéndose a los lictores: "aqui ya nadie tiene que hacer sino vosotros"”, Livio recuerda la frase de Coriolano én los tiltimos dias de su vida: "BI exilio es mucho més penoso para un anciano™, En la versién de Dionisio Horacio mata a su hermana, pronunciando estas palabras: "Puesto due tienes el euerpo entre fos vivos, pero el alma junto al muerto, vete con aquel @ quien Ilamas y no deshonres a tu padte ni a tus hermanos"*!, Pero el comportamiento de algunos de estos personajes, héroes sin duda de Ia Roma de su tiempo, suscita el rechazo 0 cuando menos Ia duda desde nuestra perspectiva moral. Lo interesante es que estas dudas también se encontraban en los autores griegos y latinos que nos han trasmitido estas historias. Con diferencias entre ellos, en todos hallamos alguna forma de sorpresa ey " Dbidem U 5,8, 8 Ibidem IIT 48,5: "Hoc te uno quo possum modo, Silia, in libertatem uindico”. '? Plut, Publ. VL 3: ""Ypérepov ABn, etxe, x Aowndv Epyov". ® Liv. I 40,11: "multo miserius seni exsitium esse". © D, Halieannaso III 21,6; "exe, cotvov od ods deh tors nevOets, Aha 00s depsmiode, Kal 3d ubv a@ha by tog Coaty Bxeic, chy dk worRy Rupa xO veKpS, GmtOs Ferg beebvov Ov dvaxachy Kat jee tov rateépa june tods dgedgods KataoUVeE FA Gata y en Tas siguientes citas seguimos la traduccion de Elvira Jiménez y Bstér Shnchoz, iadrid 1984, 27 ‘0 censura ante tal comportamiento: Dionisio de Halicarnaso dice a préposito de la muerte de Horacia: "Tan estrictos y duros eran los hébitos de los romanos de entonces ... tan crucles y salvajes y distantes tan poco de la naturaleza animal, que el padre, al enterarse de una desgracia tan horrible, no s6lo no se irrit6 sino que consideré lo sucedido como justo y conveniente" y sigue mostrando el comportamiento del padre ese dia como si fuera un dfa de fiesta. Y su relato del ajusticiamiento de los hijos de Bruto comienza asf: "Temo que al tener que narrar la actuacién posterior, noble y admirable del consul Brato, de la que los romanos se enorgullecen, los griegos consideren que cuento algo cruel ¢ increfble"®. Plutarco, por su parte, termina el relato de este mismo episodio con estas palabras: "mas de Bruto es fama ... que se mantuyo mirando con fiereza hacia los hijos ... hasta que fos lictores ... les cortaron Ia cabeza, ... habiendo ejecutado un hecho que no se niega a ser alabado extraordinariamente si se quiere ni tampoco a ser reprendido; porque 0 lo sublime de su virtud elevé el alma hasta hacerla impasible o la vehemencia de su engjo lo condujo a una completa insensibilidad; uno y otro es grande y fuera de lo humano: lo primero como cosa divina y lo segundo de fieras™”. Valerio Maximo introduce de este modo su narracién de los ajusticiamientos de Ios hijos de Postumio Tuberto y Mantio Torcuato: "Tampoco yo me atrevo, con el alma Hena de dudas, a evocaros a vosotros, Postumio Tuberto y Manlio ‘Torcuato, severisimos guardianes de la disciplina militar, porque me doy cuenta de que, siendo muy inferior a lo que exige la dificil tarea de alabaros dignamente, descubriré In debilidad de mi talento sin que logre hacer el relato que corresponde a vuestras virtudes™™. Livio, el més cercano a los hechos y el més romano, muestra su orgullo en alguno de estos episodios, dando una versién més favorable a la severidad paterna, sin embargo, también se muestra critico con Ja muerte de Horacia y la libertad de su hermano: "Lo absolvieron mas por admiracién de su valentfa que por la justicia de la causa", dice al finalizar el episodio. Estas opiniones de reserva o rechazo moral ante el comportamiento de os romanos de los primeros tiempos, ponen de manifiesto, por un lado, algunos rasgos originales de Ia mentafidad romana, incluso frente a los griegos; por otro, vienen a incidir en la extrafieza que suscita en nosotros la acumulacién de episodios de esta naturaleza en una etapa histérica tan conereta, extrafieza que abre necesariamente interrogantes de orden ideolégico y literario: gCudl es el fundamento de ese conflicto latente entre Ja familia y el Estado? gCudl es ef —_— ® Poidem, W 21,7 y V 8. ® put. Publ. VI 65. Seguimos aqui fa antigua pero clocuente traduccion de A. Ranz Romanillos, Barcelona 1979. 24 La tradueeién es de F. Martin Acera, 0. ¢., p. 152. 228 otigen de esas narraciones que presentan, incluso formalmente, concomitancias entre s(? Para la primera pregunta se nos ocurren al menos tres respuestas que no son excluyentes y tienen una importancia gradual: 1 Sin duda, ta razén mds importante es que en esos tiempos Roma esti Pasando de un sistema moral y juridico, basado en las relaciones gentilicias, a otto de carécter estatal’® que quizé planteaba dudas en los individuos, Et fundamento ideol6gico de estos episodios estribarfa en la insistencia en aclarar la prelacién del Estado sobre Ia familia: en caso de duda los deberes estatales estén slempre por encima de los familiares; una insitencia de esta naturaleza vendria a demostrar que los individuos en los primeros tiempos de Roma ‘ardaron en aceptar Ia idea del Estado, Unas situaciones limite como las que se plantean en tales episodios, se justifican, ademas de por su eatacter literati, por {a intenci6n de aclarar de una forma radical cuél debia ser 1a actitud del cludadano romano hacia su patria, De hecho, en ellos encontramos continuas alusiones a fa patria y a la necesidad de protegerla por encima de cualquier cosa, Livio cuenta que Horacio al matar a su hermana exclam6: "Marcha con tu Prometido .. ya que te olvidas de tu patria. Muera de igual modo cualquier Fomana que Hlore a un enemigo"*, Una frase que recuerda el "Asi muera en adelante cualquier otro que franquee mis murallas" que pronuncié Romulo al matar a Remo”. Valerio Maximo se dirige a Manlio Torcuato en estos {érminos: "Sin duda estabas convencido de que un padre ha de sacriffear a un hijo vatiente antes que la patria haya de verse privada de la diseiplina militar" No queremos decir, naturalmente, que en tiempos de Manlio Torcuato (340 aC.) todavia los romanos sintieran cierta indefinicién respecto a sus sentimientos Palriéticos; es evidente que muchos de estos episodios eran producto de ta imitacién literaria y tenfan un carécter absolutamente legendario. 2) Otra raz6n que contribuye a la presencia de tales episodios parece ser ol intento de refrendar la autoridad del pater familias en un momento en que la presencia de la autoridad del estado podia ponerla en entredicho, $i la costumbre era obedecer al padre”, y ahora habia que hacer caso a los dictados de la nueva autoridad, el indivuo podia sentir la tentacién de destigarse de la obedioncia ee 2* Entre los muchos estudios que se han ocupado de este tema, destaquemos el ya clasico de G. 1, Luzzato, Dalla tribicalio stato, Roma 1962, # Cf 1264: Sic eat quaecunque Romana lubebit hostem, 7 Ibidem, 1 7,2: Sic deinde, guicungue alius ransilietmoenia mea, En el acto de saltar azania Remo no pretendia she burlarse de su estrechez, como pretende Livio. sino suns ed que Rebs, ambiée inpedir a consolidacié sacralizada de los limites dele ciudad, algo que’ Rémulo de ningin modo podia admiti * Cf F Martin Acera, 0. cp. 153. AUGf Fustel de Coulanges, La Ciudad antigua, C. A. Martin, trad, Barcelona 1979, a, cap. VII y IX y J. Gaudemet, Le droit privé romain, Patis 1974, p. 16 y ss, 229 paterna, Estos episodios recuerdan la autoridad del padre sobre sus hijos, actuiando en nombre del Estado 0 anteponiéndose a sus decisiones, como hizo el padre de Espurio Casio, que, como hemos comentado, condené a su hijo en jwicio privado, antes de que Io hicieran los magistrados de la Repiiblica. La Imuerte de Virginia es también un acto que revela la suma autoridad del padre, obligado a realizar tal accién para sobreponerse al tirano Apio Claudio, que acttia en nombre de un Estado ilegal. 3) Una iiltima razén de orden bien diferente puede haber contribuido también a la profusién de episodios en los que se pone de manifiesto la necesidad de no actuar en beneficio de fos parientes. Se podrfa pensar que los escritores imperiales que nos los han trasmitido intentaban enviar un mensaje a Jos emperadores romanos de su tiempo, que solfan rodearse de parientes para ejercer sus labores de gobierno. Es dificil suponer que Augusto permaneciera indiferente a las palabras de Livio a propésito de Tarquinio el Soberbio: “domesticis consiliis rem publicam administravit; bellum, pacem, foedera, societates per se ipse, cum quibus voluit, iniussw populi ae senatus, fecit diremitque". Mas dificil, sin duda, resulta responder a la segunda pregunta que més arriba planteébamos sobre la fuente de tales episodios. En primer lugar, no todos Jos episodios antes narrados tienen por qué tener el mismo origen, ya que, como hemos visto, tienen caracteristicas diferentes. Sin embargo, parece claro que en muchos de ellos aparecen implicadas las grandes familias patricias romanas. Recordemos: Fabios, Horacios, Decios, Mantios, Casios, etc, No serfa extrafio, por lo tanto, que algunos de estos episodios figurasen en los archivos familiares; cabe pensar, ademas, por su forma eminentemente literaria que constituyeran pasajes de alguna composicién del tipo de fos carmina convivalia en la que, como se sabe, se ensalzaban las hazafias a los antepasados”, incidiendo tal vez de forma recurrente en alguno de sus apartados en los servicios rendidos al Estado por la familia. Hay que decir que a veces estos episodios tienen continuidad en el tiempo. Hemos hablado antes de la devotio de los Decios, que se produce antes de las batallas del Vesubio (340) Sentino (295) y Ausculum (279), Més complicada es la secuencia de fos Manlios; EI riguroso padre que ajustici6 a su hijo en el 340 habia derrotado 20 affos antes en combate singular a un galo gigantesco, pero en aquella ocasién habfa solicitado previamente permiso del dictador que mandaba las tropas de Roma, un episodio que sirve de contrapunto moral al comportamiento de su descendiente”; y el en 141 Tito PGE I.M. André yA. Hus, La Historiaen Roma, N. Miguez, trad. Buenos pp. 14-15. 3" CF Liv. VII 10. 1975, 230 Manlio Torcuato provocé el suicidio de su hijo, al apartarle de su presencia, tras haber comprobado como ciertas las acusaciones realizadas contra él por los embajadores de Macedonia™, Por tanto, como vemos, no s6lo hay imitaciones entre los carmina de las distintas familias sino que existen dentro de cada uno duplicaciones, triplicaciones, moralizaciones, etc,, propias de la literatura de creacién, que otorgan menor crédito histérico a estos hechos”, Otros episodios tienen una naturaleza bien diferente, como el de Virginia, que esta protagonizado por un plebeyo y en el que hay varios detalles que nos hacen pensar en su cardcter legendario: el nombre de la protagonista es ya una declaraci6n de intenciones; hasta tal punto que en este caso podrlamos decir que ha sido Ia hija ta que ha otorgado nombre al padre, Décimo Virginio, Por lo demés, los hechos recuerdan demasiado a la leyenda de Lucrecia, como advierte el propio Livio™, ya que se trata de un suceso pasional que supuso un cambio de régimen. La iniencién de este relato es obviamente contribuir al desorédito del decenvirato™ mas dificil resulta conocer cudl es su origen, En todo caso, y con independencia de fos problemas literarios, esta claro que estos episodios nos ayudan a conocer mejor Ia mentalidad de los romanos de los primeros tiempos, que fue decisiva en la construccién de un imperio tan poderoso y que nunea dejé6 de influir en la moral de la sociedad romana de otras épocas. 2 Cf V. Maximo V 8,3, » OF A. Casoén, "Fenémenos comunes en la trasmisién de Ja fabula y el exemplum", Habis, 18-19 (1987-1988), 173-185. °* Of UIT 44,1: Sequitur aliud in urbe nefas, ab libidine ortum, haud minus foedo euentu {iam quod per styprum caedemgue Luerelacurbe regnogue Targuinlasexpuler ul non fins Solum idem decenuiris qui regibus sed causa etiam eaclem imperil amittendl esset. » Of 1. M, Roldén, La Reptiblica romana, Madtid 1981, p. 80.

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