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CEDIH

SUPUESTO PRACTICO NUM. 12

LOCALIDAD NO DEFENDIDA

PLANTEAMIENTO

En una situación de conflicto armado entre los Estados A y B, el Gobierno del


estado A comunica formalmente al Estado B que no defenderá la ciudad X,
ordenando, a continuación, la retirada de la misma de todas las Fuerzas
Amadas y equipo militar móvil, permaneciendo en la ciudad una Unidad de
Fuerzas de Policía, con la única misión de mantener el orden público.
Haciendo caso omiso a esta comunicación, el Gobierno del Estado B
ordena el bombardeo previo y posterior ataque de la ciudad X, por entender
que las Fuerzas de Policía que permanecen en la misma tienen el carácter de
combatientes. La ciudad es bombardeada intensamente con fuego de
artillería, lo que ocasiona varias víctimas entre la población civil. A
continuación, las tropas del Estado B se disponen a ocupar la ciudad.
Ante esta situación, el Jefe de Policía organiza la defensa de la ciudad
con las Fuerzas de Policía de que dispone y los voluntarios de la población civil
que se prestan a ello. Tras intensos y encarnizados combates, en que se llega
incluso a la lucha “cuerpo a cuerpo”, la ciudad es ocupada militarmente por un
Regimiento del estado B.
El Jefe del Regimiento ordena la detención de todos los habitantes
varones, de la ciudad, de edades comprendidas entre los 15 y 50 años, policías
y civiles, hayan tomado parte o no en las hostilidades, disponiendo el traslado e
internamiento de la mitad de estas personas en un campo de prisioneros de
guerra y el resto en un campo de internamiento de civiles.
Bajo la amenaza de fusilar a un grupo de civiles, el Jefe de Policía
facilita información sobre el movimiento de las tropas del Estado A.

PREGUNTAS:

1.- ¿Puede considerarse lícito el bombardeo y posterior ataque de la ciudad por


parte de las tropas del Estado B?.

2.- ¿Tienen la consideración de combatientes y, consiguientemente, de


prisioneros de guerra, las Fuerzas de Policía del Estado A y los voluntarios
civiles del Estado A?

3.- ¿Es lícita la orden de detener y trasladar a los habitantes de la ciudad,


hayan tomado parte o no en las hostilidades, a campos de prisioneros de
guerra y de internamiento de civiles indistintamente?

4.- ¿Son lícitas las amenazas al Jefe de Policía para obtener información?
CEDIH
SUPUESTO PRACTICO NUM. 12

LOCALIDAD NO DEFENDIDA
SOLUCION RAZONADA:
1.- No es lícito el bombardeo y posterior ataque a la ciudad, por prohibirlo
expresamente el artículo 25 del Reglamento sobre las Leyes y Costumbres de
la Guerra Terrestre: “Queda prohibido atacar o bombardear, por cualquier
medio que sea, ciudades, pueblos, casas o edificios que no estén defendidos”.
En el mismo sentido, el artículo 51.4 del Protocolo Adicional I prohibe
los ataques indiscriminados, entendiendo como tales, en el apartado c):los que
emplean métodos o medios de combate que pueden alcanzar indistintamente a
objetivos militares y a personas civiles o bienes de carácter civil”.
De forma mas extensa y detallada, el artículo 59 del Protocolo I
prohibe atacar las localidades no defendidas, estableciéndose, en el apartado
4, que es suficiente la comunicación a la parte adversa de que la ciudad no
está defendida, cumpliendo los requisitos señalados en el número 2 del
referido artículo, a saber:
a) Evacuación de todos los combatientes, armas y material militar
móviles.
b) No se hará uso hostil de las instalaciones o establecimientos
militares fijos.
c) Ni las autoridades ni la población cometerán actos de
hostilidad.
d) No se emprenderá actividad alguna en apoyo de Operaciones
Militares.
La presencia de Fuerzas de Policía con la única finalidad de mantener el orden
público, no se opone a las condiciones señaladas en el párrafo 2, conforme se
establece en el apartado 3 del mismo artículo.
Normas aplicables
Art.25 del Rglto. sobre Leyes y Costumbres de la Guerra Terrestre
Arts. 51.4 y 59 del Protocolo I.

2.- Con independencia de verificar si se ha realizado la notificación prevista en


el artículo 43.3 del Protocolo adicional I respecto a las Fuerzas de Policía, en
el sentido de si han sido incorporadas o no a las Fuerzas Amadas, hemos de
afirmar que, tanto los funcionarios de Policía como los civiles voluntarios que
defienden la ciudad, tienen la consideración de combatientes y,
consiguientemente, de prisioneros de guerra, a tenor de lo previsto en el
artículo 4.6 del III Convenio de Ginebra : “Son prisioneros de guerra: ….La
población de un territorio no ocupado que, al acercarse el enemigo, toma
espontáneamente las armas para combatir a las tropas invasoras, sin haber
tenido tiempo para constituirse en Fuerzas Armadas, siempre que lleve
francamente las armas y respete las Leyes y costumbres de la Guerra”.
Si las circunstancias lo permiten, sería conveniente una declaración por parte
de las autoridades competentes del Estado A, que la ciudad X ha dejado de ser
localidad no defendida.
Normas aplicables
Art. 4.6 del III Convenio de Ginebra
Arts. 43 y 44 del Protocolo I.
3.- Con respecto a los funcionarios de Policía y civiles que han tomado parte en
las hostilidades, dado que tienen la consideración de combatientes, hemos de
afirmar que pueden ser internados en un campo de prisioneros de guerra,
conforme se establece en el artículo 21 del III Convenio de Ginebra, campos
que deben reunir las condiciones exigidas en los artículos 19, 22, 23 y 25 del
referido Convenio ( alejados de las Zonas de Combate, en tierra firme y con
garantías de higiene y salubridad, dotados de alojamientos similares a los de la
tropa acantonada en la misma región y a ser posible en regiones
climatológicamente semejantes a aquellas a las que están acostumbrados los
prisioneros de guerra ).
En cuanto a los habitantes de la ciudad que no han tomado parte en las
hostilidades, dado que se trata de personas civiles conforme dispone el artículo
50 del Protocolo I , no es lícita la orden de su detención y traslado a campos
de prisioneros de guerra ni de internamiento de civiles, a tenor de lo señalado
en el artículo 79 del IV Convenio de Ginebra, que establece al respecto:
“Las partes contendientes no podrán internar a personas protegidas más que
con arreglo a las disposiciones de los artículos 41, 42, 43, 68 y 78”.
Es decir, solo podrá ordenarse el internamiento, si razones imperiosas
de seguridad lo hacen absolutamente indispensable, conforme a lo dispuesto
en el artículo 42.
El internamiento de las personas civiles en campos de prisioneros de
guerra está prohibido expresamente en el artículo 84 del IV Convenio:
“Habrán de alojarse los internados separadamente de los prisioneros de guerra
y de las personas privadas de libertad por otras causas”.
Normas aplicables
Art. 21 del III Convenio de Ginebra
Arts. 50 y 75.2.c) del Protocolo I
Art. 79 del IV Convenio de Ginebra.

4.- No son lícitas las amenazas al Jefe de Policía para obtener información, no
debemos olvidar que tiene la consideración de combatiente, como hemos
señalado anteriormente, por lo que será de aplicación el artículo 17 del III
Convenio de Ginebra, que establece al respecto: “No podrá ejercerse sobre
los prisioneros tortura física o moral ni ninguna presión para obtener de ellos
informes de cualquier clase que sean”.
Por otra parte, el artículo 75.2.c) del Protocolo I prohibe expresamente
la toma de rehenes.
Por último, hacer constar que, aún en el supuesto de que estas amenazas se
realicen a miembros de la población civil, serían igualmente ilícitas, a tenor de
lo dispuesto en el artículo 31 del IV Convenio de Ginebra, que dice: “No
podrá ejercerse coacción alguna de orden físico o moral respecto a las
personas protegidas, en especial para obtener de ellas, o de terceros,
informaciones de cualquier clase”.
En el mismo sentido, el artículo 75.2 del Protocolo I prohibe los
atentados contra la vida, la salud y la integridad física y mental de las personas,
e incluso las amenazas de realizar los actos mencionados.

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