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LOCALIDAD NO DEFENDIDA
PLANTEAMIENTO
PREGUNTAS:
4.- ¿Son lícitas las amenazas al Jefe de Policía para obtener información?
CEDIH
SUPUESTO PRACTICO NUM. 12
LOCALIDAD NO DEFENDIDA
SOLUCION RAZONADA:
1.- No es lícito el bombardeo y posterior ataque a la ciudad, por prohibirlo
expresamente el artículo 25 del Reglamento sobre las Leyes y Costumbres de
la Guerra Terrestre: “Queda prohibido atacar o bombardear, por cualquier
medio que sea, ciudades, pueblos, casas o edificios que no estén defendidos”.
En el mismo sentido, el artículo 51.4 del Protocolo Adicional I prohibe
los ataques indiscriminados, entendiendo como tales, en el apartado c):los que
emplean métodos o medios de combate que pueden alcanzar indistintamente a
objetivos militares y a personas civiles o bienes de carácter civil”.
De forma mas extensa y detallada, el artículo 59 del Protocolo I
prohibe atacar las localidades no defendidas, estableciéndose, en el apartado
4, que es suficiente la comunicación a la parte adversa de que la ciudad no
está defendida, cumpliendo los requisitos señalados en el número 2 del
referido artículo, a saber:
a) Evacuación de todos los combatientes, armas y material militar
móviles.
b) No se hará uso hostil de las instalaciones o establecimientos
militares fijos.
c) Ni las autoridades ni la población cometerán actos de
hostilidad.
d) No se emprenderá actividad alguna en apoyo de Operaciones
Militares.
La presencia de Fuerzas de Policía con la única finalidad de mantener el orden
público, no se opone a las condiciones señaladas en el párrafo 2, conforme se
establece en el apartado 3 del mismo artículo.
Normas aplicables
Art.25 del Rglto. sobre Leyes y Costumbres de la Guerra Terrestre
Arts. 51.4 y 59 del Protocolo I.
4.- No son lícitas las amenazas al Jefe de Policía para obtener información, no
debemos olvidar que tiene la consideración de combatiente, como hemos
señalado anteriormente, por lo que será de aplicación el artículo 17 del III
Convenio de Ginebra, que establece al respecto: “No podrá ejercerse sobre
los prisioneros tortura física o moral ni ninguna presión para obtener de ellos
informes de cualquier clase que sean”.
Por otra parte, el artículo 75.2.c) del Protocolo I prohibe expresamente
la toma de rehenes.
Por último, hacer constar que, aún en el supuesto de que estas amenazas se
realicen a miembros de la población civil, serían igualmente ilícitas, a tenor de
lo dispuesto en el artículo 31 del IV Convenio de Ginebra, que dice: “No
podrá ejercerse coacción alguna de orden físico o moral respecto a las
personas protegidas, en especial para obtener de ellas, o de terceros,
informaciones de cualquier clase”.
En el mismo sentido, el artículo 75.2 del Protocolo I prohibe los
atentados contra la vida, la salud y la integridad física y mental de las personas,
e incluso las amenazas de realizar los actos mencionados.