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La perla y el dragón, de María García Esperón

con ilustraciones de Jorge Ruiz – Ed. Zonacuario

La verdadera lucha es con el duende.

Federico García Lorca, en Teoría y juego del duende.

La novela La perla y el dragón de María García Esperón con ilustraciones de Jorge Ruiz ha sido
publicada este año por la editorial ecuatoriana Zonacuario en su colección ¡Elé!

La misma aborda el despertar de la vocación y la necesidad de llevarla adelante hacia su


concreción aun cuando este camino sea difícil y sinuoso y el objetivo parezca imposible de
alcanzar.

La novela es un tributo al teatrista francés Claude Kermaria y también a María de Céspedes


fundadora del Teatro de Sombras de París.

A través de la voz del narrador en tercera persona y un lenguaje trabajado y lírico, la autora cuenta
desde la ficción, la infancia de este teatrista y su descubrimiento de la magia del teatro.

-Se llama vocación, Claude – había dicho María-. Tú has sido llamado por ese mundo misterioso
que solamente puede mirarse a través del ojo mágico del teatro. Es la poesía, son los sueños, es la
belleza infinita de la vida, el sentido del dolor y de la tristeza. No te prometo que si te dedicas al
teatro serás totalmente feliz. No, seguirás sufriendo y anhelando como todos los hombres, y quizá
más que todos los sombres porque sentirás como pocos el dolor de la belleza, pero habrás
encontrado sentido al misterio de la existencia.

La novela está organizada en 17 capítulos que alternan entre uno y otro el mundo cotidiano del
protagonista y el mundo paralelo que construye con su imaginación. El lector será testigo de las
luchas y tensiones entre estos dos mundos que interactúan todo el tiempo.

El protagonista vive en la aldea de Kermaria en donde tiene la oportunidad de escuchar una


narración en la voz de un pirata que enciende una llama que no podrá apagar: la de inventar otros
mundos. El pirata le entrega una perla negra con el objetivo de cuidarla durante toda su vida. Esta
perla que brota de la narración es un tesoro y también un desafío y un camino que se abre a la
búsqueda y concreción de un sueño.

El camino a la realización de ese sueño no es fácil. El protagonista tiene que luchar con una
realidad hostil que le impone otras actividades y obligaciones: debe trasladarse con sus padres a
París, ir a una escuela que no le gusta, soportar la burla de los otros chicos y ser juzgado
negativamente por su fantasía extrema.
Claude desafía la rutina inventando su mundo paralelo en donde se transforma en héroe y
protagonista de su propia vida. Tras decepciones, fracasos y tristezas su mamá lo anota en clases
de teatro en donde conoce a María, la otra protagonista de la historia. Es ella quien reaviva en el
chico ya adolescente aquel fuego originario nacido de la narración del pirata en la aldea de
Kermaria y le otorga un lugar en donde confluyen el mundo cotidiano y “real” y el mundo paralelo
de la creación e imaginación: el teatro.

Por encima de las cabezas de los espectadores, más allá de la línea sutil que separa el escenario
del público, la realidad de los deseos, la verdad de la mentira, en un horizonte nacarado e intacto,
delicado y pleno como un sueño, Claude vio aproximarse un velero de oro. El ‘Esperanza’ avanzaba
majestuoso en un mar ondulante y sedoso, color vino.

Las filas del público se abrieron para que las cubriera el mar por donde pasaba el velero.

Ha dicho Lorca que la verdadera lucha es con el duende, que el duende es un poder y no un obrar,
es un luchar y no un pensar, que para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio. Solo se sabe que
quema la sangre como un tópico de vidrios, que agota, que rechaza toda la dulce geometría
aprendida, que rompe los estilos.

Esto lo ha intuido el pequeño Claude Kermaria durante su infancia quien caminó tenazmente hacia
la concreción de su sueño.

Al finalizar la novela, hay un breve texto de María García Esperón que hace referencia a Claude
Kermaria y María de Céspedes:

Esta obra se inspira en la extraordinaria vida de Claude Kermaria, el teatrista francés radicado en
México desde hace más de cuarenta años que, nacido en la Bretaña, se integró en París al Teatro
de Sombras de María de Céspedes, creadora extraordinaria y compañera por siempre y que, en
1998 trascendió la línea sutil dejando un legado de sueños y esperanzas.

La novela ha sido ilustrada por Jorge Ruiz, quien ha destacado las expresiones y sentimientos del
protagonista ante los sucesos vividos y aquellos elementos simbólicos que forman parte de su
mundo imaginario.

Con la lectura de la novela, los chicos tendrán conocimiento de estos dos artistas del teatro y muy
especialmente iniciarán un recorrido literario en donde las palabras los invita a la búsqueda de
otros mundos posibles, sueños y desafíos.

La autora también ha abierto un blog en el cual publica información y reseñas relacionadas con
esta novela.◘Alejandra Moglia

En: La memoria y el sol

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