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LA ACCIÓN PEDAGÓGICA

Zulis Petrosino Fusatti


zupef@adinet.com.uy

Propósito:

En este trabajo investigaré sobre “la acción pedagógica”, en el sistema de enseñanza,del textoLa
Reproducción, de Bourdieu y Passeron. Esta elección está basada en que considero maneja muchos
elementos interesantes relacionados con la enseñanza ycreo merecen ser analizados. Por la extensión del
trabajo realizaré un recorte, seleccionando algunos de los elementos tratados por los autores.

Comenzaremos analizando la doble arbitrariedad de la acción pedagógica.

“La acción pedagógica es objetivamente una violencia simbólica, en un primer sentido, en la medida en que
las relaciones de fuerza entre los grupos o las clases que constituyen una formación social son el fundamento
del poder arbitrario que es la condición de la instauración de una relación de comunicación pedagógica, o
sea de la imposición y de la inculcación de una arbitrariedad cultural según un modelo arbitrario de imposición
y de inculcación (educación)”

La acción pedagógica se ejerce en una relación de comunicación, por lo cual su poder es simbólico, y su
efecto pedagógico. Estas acciones pedagógicas están acompañadas por relaciones de fuerza que colaboran
con la acción pedagógica dominante en el mercado económico.

La acción pedagógica se encuentra situada entre la fuerza pura y la razón pura, del equilibrio que encuentre
entre estos dos polos dependerá la reproducción cultural y social que se logrará.

No puede existir acción pedagógica sin la existencia de autoridad pedagógica, esto es lo que legitima el
ejercicio de la acción pedagógica.

“Cualquier arbitrariedad cultural implica una definición social del modo legítimo de imposición de la
arbitrariedad cultural”.

Algunas técnicas de coerción que pueden descalificar al docente en una sociedad, están legitimadas en otra
sociedad como acción pedagógica correcta, entonces resulta muy difícil hablar de una pedagogía sin
arbitrariedad, (la subjetividad siempre estará presente).

Las formas de aplicación de las acciones pedagógicas han ido cambiando con el transcurso del tiempo, han
cambiado los instrumentos, las técnicas, pero la arbitrariedad continúa. Estas transformaciones son
simplemente sustitutos de métodos más “humanizados” que los anteriores, pero de todas formas la
imposición de la violencia simbólica se continúa aplicando.

. Estos grupos son los que participan en las instancias de legitimación de las relaciones de fuerza y de las
relaciones simbólicas.

“En tanto que la relación pedagógica en la que se realiza la acción pedagógica supone para instaurarse la
existencia de la autoridad pedagógica, esa relación no se reduce a una pura y simple relación de
comunicación”.

La autoridad pedagógica del docente es importantísima para producir una acción transformadora de la
información recibida por el receptor. Si no existe esta autoridad la información quedará sólo en eso
“información”. El lograr una buena comunicación pedagógica es esencial en el proceso de formación del
educando.

“La autoridad pedagógica tiene por efecto, el asegurar el valor social de la acción pedagógica
independientemente del valor intrínseco” de la instancia que la ejerce y de cualquiera que sea el grado de
calificación técnica o carismática del emisor”.

La comunicación pedagógica puede existir aunque la información transmitida no haya alcanzado el


rendimiento esperado en cuanto a su contenido, pero sí transmitiendo el valor de la acción pedagógica en sí
misma. Esto es posible por el hecho de que los receptores pedagógicos siempre están abiertos en el
reconocimiento de la legitimidad de la información que reciben, a interiorizarla, a interpretarla, ya que existe
un reconocimiento cabal de la autoridad pedagógica del emisor.

El reconocimiento de la autoridad pedagógica, hace que el efecto de la accción pedagógica sea más eficaz.
Si se encuentra dotada de la “legitimidad dominante2, se dará la imposición arbitraria de la cultura dominante:
Esto le dará legitimidad a los valores e ideologías de las clases dominantes. Además lleva un
desconocimiento cada vez mayor de la verdad objetiva de la cultura de esa sociedad.

“La acción pedagógica implica el trabajo pedagógico como trabajo de inculcación con una duración suficiente
para producir una formación duradera, o sea un habitus como producto de la interiorización de los principios
de una arbitrariedad cultural capaz de perpetuarse una vez terminada la acción pedagógica”.

Se busca con este trabajo de inculcación fijar en los individuos los principios de arbitrariedad impuestos por
los grupos o clases dominantes, esta acción debe ser continua y duradera. Las transformaciones más lentas
son las que se fijan mejor. Ejemplo de esto es la primera educación recibida por el niño, en su familia.
Sabemos que esta educación es la que más perdura y, también que es la más difícil de modificar.

La eficacia del trabajo pedagógico se mide por su efecto de reproducción, y por la capacidad de duración de
las prácticas de los principios de arbitrariedad aprendidos. También se mide por la aplicación de estos
principios en distintas situaciones.

El trabajo pedagógico se considera suficiente cuando todas las clases (dominantes y dominadas) consideran
al hombre “plenamente realizado o cultivado”, de acuerdo a la arbitrariedad de las clases dominantes.

“El grado de productividad específica de cualquier trabajo pedagógico que no sea el trabajo pedagógico
primario, está en función de la distancia que separa el habitus que tiende a inculcar (o sea, la arbitrariedad
cultural impuesta) del habitus inculcado por los trabajos pedagógicos anteriores y, en último término, por el
trabajo pedagógico primario (o sea la arbitrariedad cultural originaria)”.

Debemos recordar que el concepto de “habitus” para Bourdier, implica “ethos” (conjunto de posiciones éticas);
“eidos” (modos de pensar, propios de una sociedad o cultura); “hexis”( se refiere a un conjunto de posiciones
corporales adquiridas, propios de una clase social). El éxito de todo trabajo pedagógico secundario va a
depender de la forma en que se tenga en cuenta la educación primera que ha tenido el educando en su
familia, todo lo aprendido en su vida cotidiana, que hace su historia y que no se puede ignorar si queremos
que este trabajo sea fructífero. Entonces, no se puede olvidar que existe un habitus completamente distinto.

El trabajo pedagógico será más eficaz si se utiliza el mismo código que posee el educando en la transmisión
y comunicación de los mensajes. El capital cultural propio de un grupo es importante en la sistematización
por parte de los integrantes del mismo, de los principios que el grupo al que se dirige el emisor, ya posee en
estado práctico, lo que asegura el éxito de la acción de imposición simbólica.

Se dan dos modos de inculcación de la interiorización de una arbitrariedad cultural, la pedagogía implícita y
la pedagogía explícita. Ninguno de los dos modos son independientes “del contenido inculcado y de las
funciones sociales que cumple, en una formación social considerada”.

La eficacia de un tipo de pedagogía o de otra depende de los saberes a transmitir. Por ejemplo si lo que se
quiere lograr es una reproducción cultural, que nos lleve a una reproducción social, la pedagogía implícita
resultará más eficaz que la pedagogía explícita.

El trabajo pedagógico secundario exige un mayor dominio simbólico, de verbalización y conceptualización.


Con habitus primarios diferentes, trabajos pedagógicos secundarios similares, obtendrán resultados distintos.
Muchos educandos no han logrado adquirir en los trabajos pedagógicos primarios las herramientas
necesarias para poder internalizar de una forma más eficaz la arbitrariedad cultural seleccionada.

“Todo sistema de enseñanza institucionalizado debe las características específicas de su estructura y de su


funcionamiento al hecho de que le es necesario producir y reproducir, por los medios de la institución, las
condiciones institucionales cuya existencia y persistencia son necesarias tanto para el ejercicio de su función
propia de inculcación como para la realización de su función de reproducción de una arbitrariedad cultural de
la que no es el productor”.

El sistema institucional de enseñanza debe producir el mecanismo apropiado para ejercer una acción
pedagógica eficaz, sin olvidar que se debe situar a las instituciones educativas en la historia de su sociedad
correspondiente. Hay distintos elementos a considerar como formadores del proceso de institucionalización
del trabajo pedagógico. Entre ellos se encuentran la organización deescuelas, la formación de docentes, el
salario de los docentes, etc.

Si tomamos la perspectiva de Weber en cuanto a este tema, debemos recordar que él decía que la
constitución del trabajo pedagógico como tal es correlativa a la constitución del sistema de enseñanza. Las
características de cada institución escolar estarán determinadas por el cuerpo de docentes, por su formación,
por la organización como institución, por la racionalización de la cultura a impartir, etc.

En el sistema educativo hay una tendencia a la reproducción, a la rutina, “se dice que el maestro joven se
orientará por los recuerdos de su vida de instituto y de su vida de estudiante”. Esto sería una reproducción
lamentable, sin ninguna innovación si todos los educadores actuaran de esa forma. Esto generalmente se da
cuando el educador no tiene formación didáctico-pedagógica. Pero no creemos que ocurra con docentes con
sólida formación profesional.

El sistema educativo legitima la acción pedagógica, la que está respaldada por la autoridad pedagógica,
delegada a un cuerpo de especialistas, además de crear las condiciones para un trabajo pedagógico
institucionalizado, donde los actores reconocen su dependencia con las relaciones de fuerza constituyentes
de la sociedad y con los grupos con los que se está contribuyendo a la reproducción de la arbitrariedad
cultural.

El sistema educativo debe garantizar el trabajo educativo, codificando y homogenizando el mismo, de forma
tal, que lo que logra es rutinizar la cultura escolar, quitando creatividad a los actores. Los programas
educativos llevan a una rutina repetitiva, año tras año, con el mismo mensaje rutinario y conformista.

Todo trabajo educativo se basa en un “discurso que tiende a explicitar y a sistematizar los principios de este
habitus según una lógica que obedece primordialmente a las exigencias de la institucionalización del
aprendizaje.”Con la rutina que se ejerce en toda la enseñanza se tratan de evitar conflictos por diferencias
en sistemas de valores, diferentes ideologías, para el logro de la legitimidad cultural de la sociedad.

En un sistema educativo en que su funcionamiento está muy vinculado a programas de investigación, y a la


enseñanza científica, se corren menos riesgos de tener una enseñanza rutinaria. También dependerá de las
exigencias de la clase dominante en cuanto a la reproducción de la cultura considerada legítima.

El sistema educativo es quien tiene “el monopolio” de la producción de los agentes que realizarán el trabajo
educativo para reproducir la arbitrariedad cultural. Eseste sistema el encargado de reproducir los cambios
que se van produciendo en la arbitrariedad cultural.

El propio sistema educativo crea la institucionalidad y la legitimidad de las acciones pedagógicas ejercidas
por sus docentes. Si la institución atraviesa una época de crisis, ahí la autoridad pedagógica se ve resentida,
el profesor se encuentra sin el respaldo institucional para su labor.

Encontramos en el sistema educativo dos tipos de autoridades: la autoridad escolar y la autoridad


pedagógica. La autoridad escolar en un liceo es el director. La autoridad pedagógica la ejercen todos los
docentes en sus clases.

Un sistema educativo dominante constituirá trabajos pedagógicos dominantes, realizando un ejercicio de la


violencia simbólica, encubierto por una apariencia de neutralidad, que no existe y, condicionando a los grupos
a reproducir la arbitrariedad cultural.

Conclusiones:

En este trabajo se abordó la acción pedagógica relacionada con: la autoridad pedagógica, el reconocimiento
de dicha autoridad, la comunicación pedagógica, la arbitrariedad cultural. Además se abordó el trabajo
pedagógico, medido por su efecto de reproducción y por la aplicación del mismo a distintas situaciones; todo
esto relacionado con la educación primaria del educando.

La pedagogía implícita y la pedagogía explícita, también están íntimamente relacionadas con la acción
pedagógica y su éxito o fracaso. Así como las características de cada institución escolar.

Lalegitimación de la acción pedagógica estará dada por el sistema educativo, y respaldada por la autoridad
pedagógica.
También se enfoca el peligro de la rutina escolar, que dependerá del trabajo educativo que se lleve a cabo
en cada institución, ya que es el propio sistema educativo el encargado de crear la institucionalidad y la
legitimidad de las acciones pedagógicas.

Referencias bibliográficas:

Bourdieu y, P. Y Passeron, J.C., (2001) La Reproducción, Madrid, Editorial Popular

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