MONEYBALL: ROMPIENDO LAS REGLAS

En la historia de Moneyball, se pudo observar que Billy Beane a la hora de reconstruir el

equipo, el cual era de muy bajo presupuesto, decidió optar por una ruta diferente a la
tradicional, y aplicó técnicas estadísticas y de análisis informatizado para evaluar la valía
de los jugadores que estaban disponibles, encontrando jugadores que estaban
subvalorados para su equipo. Ante esto se encontró con el rechazo tanto del propio equipo
como de la prensa, y aunque al principio el arranque del proyecto fue malo, estando a
punto de perder su puesto en el equipo, tras un par de decisiones determinantes a mitad
de temporada consiguió una racha ganadora histórica y alcanzó la cúspide.
En la película se puede ver que no se lucha contra las dificultades financieras o contra
equipos mejores, sino contra la incomprensión, la tradición y el inmovilismo que en tantos
frentes de la sociedad se están dañando. Además se puede observar que no basta con
formar el equipo perfecto, sino que hay que hacer que juegue tal como se estaba previsto,
situando a cada jugador en el lugar para el que se le ha escogido. También se puede
aprender que muchas veces resulta imprescindible replantearse las cosas y romper con lo
establecido, buscando nuevas maneras de afrontar lo que se venía haciendo siempre de
un mismo modo. Si la estrategia diseñada, el modelo de negocio desarrollado o los
procedimientos empleados dan resultados negativos, el seguir con la misma estrategia, el
mismo modelo de negocio o los mismos procedimientos sólo servirá para seguir
obteniendo resultados negativos. Esto parece algo obvio pero cuando llega el momento
de aplicar este sencillo principio, el mismo parece ser olvidado con facilidad. Las
organizaciones, en general, y las empresas, en particular, se empeñan, muchas veces, en
no cambiar sus esquemas de actuación cuando los mismos se revelan como incapaces de
conducir al éxito.
Por último se puede decir que solo cuando se ve y se experimenta es cuando se puede
medir y conocer lo que se evoluciona, y solo ahí es cuando empezamos a canalizar el
talento que tenemos dentro. Como se observó en la película, los jugadores sólo empezaron
a ver su potencial cuando les explicaban sus números, cuando les hacían ver cómo
mejoraban cuando hacían ciertas cosas y qué era lo que les hacía tener malos resultados.
Esto enseña que no sólo hay que medir y tener datos, hay que generar conocimiento sobre
ellos e interiorizarlos.
En conclusión hay que aprender a disfrutar de cada momento, que se debe dejar llevar por
la alegría y no regodearse en el fracaso. Nos enseña, además, que debemos de sentirnos
como unos ganadores y no sufrir la presión de la exigencia de los demás, o peor aún, de
uno mismo.