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A través de la piel percibimos todo tipo de sensaciones, cada una de las cuales
tiene receptores específicos: la sensación táctil –contacto–, la presión, el frío,
el calor y el dolor. Se estima que en la piel humana existen alrededor de cuatro
millones de receptores para la sensación de dolor, 500 mil para la presión, 150
mil para el frío y 16 mil para el calor.
Los corpúsculos de Pacini son los que determinan el grado de presión que
sentimos; nos permiten darnos cuenta de la consistencia y peso de los objetos
y saber si son duros o blandos. En algunos casos, el peso se mide de acuerdo
al esfuerzo que nos causa levantar un objeto. Por eso se dice que el peso se
siente por el “sentido muscular”.
Las distintas impresiones del tacto son transmitidas por los diferentes
receptores a la corteza cerebral, específicamente a la zona ubicada detrás de la
cisura de Rolando.
De todos los órganos de los sentidos, el olfato se distingue por la rapidez con que se adapta al estímulo. Ello
se debe a que, cuando las células olfatorias se "han acostumbrado" a un determinado olor, cesan de
transmitirlo al cerebro. Esta facilidad para dejar de percibir un olor no constituye, sin embargo, una limitación
muy seria para la vida del hombre, puesto que sus adaptaciones no dependen tanto del olfato.
Una persona distingue entre dos mil y cuatro mil olores distintos.
El sentido del olfato permite apreciar el olor de los cuerpos.
No todos los cuerpos poseen olor. Los que lo poseen se llaman odoríferos y los que no tienen olor, inodoros.
Para que un cuerpo posea olor es necesario que emita partículas pequeñísimas que se mezclen con el aire.
Esas partículas impresionan las terminaciones del nervio olfatorio.
El olfato, como vimos, reside en las fosas nasales que son dos orificios localizados por detrás de la nariz y
encima de la boca.
Las fosas nasales están separadas por un tabique cartilaginoso: en su parte anterior y óseo en la, porción
posterior. Se encuentran por debajo de la cavidad craneana y en su cara externa se advierten tres salientes
llamados cornetes superiores, medio, e inferior.
Cada fosa nasal se comunica por una abertura con el exterior. A la entrada de ellas se encuentran pelos
gruesos y cortos. El interior está recubierto por una membrana llamada pituitaria.
Más sobre la membrana Pituitaria
Presenta dos aspectos:
1. Pituitaria respiratoria, por ella pasa el aire que va a los pulmones y el que sale de los pulmones. Es de
color rosado y recubre la porción inferior de las fosas nasales.
2. Pituitaria olfatoria, en ella se encuentran las células olfativas, que son impresionadas por las sustancias
odoríferas. Es de color amarillento y se ubica- en el cornete superior, por donde -se distribuyen las ramas del
nervio olfatorio.
Nervios olfatorios
Las fosas nasales reciben dos clases de nervios:
1. Nervios de la sensibilidad general, que proceden del trigémino y a través de los cuales se perciben las
sensaciones del tacto.
2. Nervios sensoriales del olfato que son los nervios olfatorios. Dentro de la cavidad craneana, cada nervio
olfatorio se ensancha para formar el bulbo olfatorio, que descansa sobre la lámina cribosa del etmoides.
.
Del bulbo olfatorio parten numerosas ramas que atraviesan los agujeros de la lámina cribosa y se distribuyen
por la porción superior de las fosas nasales.
Fragancias, aromas y olores
Para que un cuerpo tenga olor es necesario que sea volátil, es decir que emita pequeñas partículas y que se
disuelva en el moco que recubre la mucosa olfatoria.
Esas partículas, llevadas por el aire que inspiramos impresionan las células olfativas que se encuentran en la
porción superior de la pituitaria.
La intensidad de los olores de los cuerpos depende de la mayor o menor cantidad de partículas volátiles.
Si se deposita sobre la pituitaria amarilla un fragmento de un cuerpo oloroso, no determinará sensación
olfativa. Es necesario que se encuentre dividido en pequeñísimas partículas mezcladas con el aire.
Cuando la pituitaria amarilla es impresionada largo tiempo por una misma sustancia, deja de percibir su olor.
Anosmia
La perdida del olfato o anosmia puede ser parcial o total, temporaria o definitiva. La anosmia parcial o total
puede ser producida por una alteración o fatiga olfativa de la mucosa pituitaria, por vegetaciones, por lesiones
de tipo infeccioso en la pituitaria o por inflamación provocada por un resfrío común. En estos casos la pérdida
del olfato suele ser temporaria. La anosmia definitiva generalmente es provocada por una lesión del nervio
olfatorio.
Tímpano:
convierte las ondas sonoras en impulsos nerviosos que viajan hasta el cerebro
- Apófisis lenticular:
huesecillo que se articula con el estribo (propio de mamíferos)
- Ventana Oval:
transmite el sonido desde el oído medio, hasta el oído interno.
- Caracol o cóclea:
se encarga de percibir las vibraciones sonoras
- Nervio auditivo:
transporta la información del sonido y sobre el equilibrio.
- Trompa de Eustaquio:
regula la presión dentro del oído medio y las equilibra.
- Estribo:
permite que las vibraciones lleguen al oído interno.
- Yunque:
ayuda a transmitir las vibraciones del medio exterior al interior.
- Martillo:
transmite las vibraciones sonoras al yunque.
- Conducto auditivo externo: