Вы находитесь на странице: 1из 40

Arqueología y Sociedad,

Nº 15, 2004

Historia de la esclavitud africana en el Perú desde la


Conquista hasta la Abolición

Maribel Arrelucea*

Resumen Este artículo pretende reflexionar sobre la llegada de los esclavos al Perú, sus vidas
cotidianas en los diferentes lugares donde fueron llevados, la riqueza de sus aportes
culturales, además de las diferentes formas de enfrentar la esclavitud: desde la pasivi-
dad más absoluta hasta la rebeldía frontal. Sin caer en juicios de valor, romanticismos
ni estrechez cultural, creo que el Sesquicentenario de la abolición de la esclavitud en
el Perú debe servir fundamentalmente para aprender del pasado y preocuparse por el
futuro de la población afroperuana.

Palabras Clave: Esclavas, castigos, cimarrones, palenque, bandoleros, abolición.

Abstract This article refers to the arriving of slaves to Peru, their daily live in the different
places where they lived and where they were carried, the wealth of their cultural
contribution, and the different ways to confront slavery: from complete passivity to
open rebelliousness. Without impassioned and cultural limits, I think that the
Sesquicentennial of the abolition of the slavery in Peru, would be an opportunity to
learn more from the past and to think about the future of afro-peruvian people.

Keywords= Slaves, punish, fugitive slaves, palenque, bandoleers, abolition.

* Profesora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

239
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

1. Los primeros esclavos en la Conquista fue salvado por un esclavo. En la isla del
Cuando las huestes españolas conquistaron Gallo no pasaron trece, el decimocuarto fue un
América, la esclavitud era una institución que esclavo, llevado posteriormente a Tumbes donde
formaba parte de la economía de España desde fue bañado diligentemente por los naturales para
el dominio romano, continuó durante la Edad quitarle el color.
Media, sufrió una crisis cuando los turcos toma- Diego de Almagro organizó la funesta expe-
ron Constantinopla, pero se fortaleció durante dición a Chile en 1535 con aproximadamente
la Reconquista. Los esclavos estaban en todos 150 esclavos. Uno de ellos fue Juan Valiente,
lados, en chacras, talleres, casas y, sobre todo, en esclavo fugitivo de México, quien luego acompa-
puertos como Sevilla y Cádiz. ñaría a Pedro de Valdivia, ya como soldado libre,
La incorporación de algunos esclavos en las con sus propias armas y caballo. Con mayor
primeras expediciones no es casual pues muchos fortuna, obtuvo una concesión de tierras y el
tenían amplia experiencia marina. Eran frecuen- privilegio de emplear indios.
temente empleados por los navegantes portu- Juan José Vega ha comprobado la presencia
gueses, genoveses y españoles en los viajes de de esclavos y libertos luchando directamente
exploración, y algunos eran propiedad de pilotos, contra las tropas incaicas identificando algunos:
maestres o armadores de barcos. fueron esclavos los que llevaron el oro del Cuzco
Durante la conquista del Tahuantinsuyo, los para el rescate en Cajamarca, varios esclavos
españoles trajeron sus esclavos como auxiliares cayeron defendiendo Sacsayhuamán, otros
militares y sirvientes. En 1534, Pedro de defendiendo Lima durante el sitio de Manco
Alvarado partió desde Guatemala hacia las Inca, muchos más derramaron sus sangres en
tierras del sur llevando consigo 200 esclavos; diversas batallas como Parcos y Pampas contra
aunque fracasó, esos esclavos fueron vendidos a un general de Manco Inca. Pero los esclavos y
otros soldados que sí llegaron al Tahuantinsuyo. libertos no sólo fueron soldados, también contri-
Parece que el entusiasmo por conquistar las buyeron a controlar a los indígenas, ejerciendo
tierras sureñas provocó un éxodo de españoles y de capataces con látigo en la mano.
esclavos. Así, un informe de 1535 indica que 600 También estuvieron presentes en las guerras
españoles y 400 esclavos habían dejado Panamá civiles: fue un negro quien de un certero golpe
rumbo al Perú.1 cortó la cabeza al primer virrey del Perú, don
En la Capitulación de Toledo (26 de julio de Blasco Núñez de Vela. Asimismo, después de la
1529) se da licencia a Pizarro para traer 50 escla- batalla de Chupas, el derrotado ejército de
vos, de los cuales un tercio eran hembras. Los Almagro El Mozo, incluía mil esclavos. Gonzalo
esclavos estaban al lado de sus amos conquista- Pizarro tenía cerca de 600 esclavos en la batalla
dores sirviéndoles como soldados, auxiliares, de Añaquito. Al año siguiente, después de la
sirvientes y amantes. batalla de Huarina, Gonzalo Pizarro envió escla-
Si buscamos información sobre esclavos en vos para registrar el campo de batalla y ejecutar a
las crónicas encontraremos apenas algunas los enemigos heridos. El bando realista también
menciones en acciones pero casi nunca sus empleó esclavos, la mayoría de ellos en activida-
nombres. El maestro artillero de la primera des especializadas como la manufactura de
expedición de Pizarro y Almagro llevó consigo arcabuces, espadas y lanzas.2
un africano asistente. En Pueblo Quemado, Entre 1553 y 1554, Hernández Girón se
Almagro fue herido gravemente, cayó a tierra y levantó contra la Corona e hizo algo inaudito

1
Bowser, Frederick. El esclavo africano en el Perú colonial. Madrid: Siglo XXI, 1977, pág. 23.

240
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

para su época: ofreció la libertad a todos los La política de la Corona frente a la esclavitud
esclavos que se unieran a su causa. Rápidamente fue vacilante. En un primer momento prohibió la
formó un batallón con 150 esclavos comandado entrada a la isla La Española de esclavos de otras
por un negro llamado Juan, quien guió sus hues- religiones -como judíos, moros y convertidos-,
tes exitosamente en la batalla de Chuquinga; dejando el pase libre sólo a aquellos que eran
pero en la batalla de Pucará, la mayoría de ellos cristianos y nacidos entre cristianos.5 Es posible
desertó y se dedicó al saqueo precipitando la que los reyes intentaran evitar el ingreso de ideas
derrota. Su oponente, Gómez Arias Dávila, religiosas diferentes, pero las necesidades reales
vecino de Huánuco y leal al rey, también llevó a de los conquistadores pudieron más.
sus propios esclavos como auxiliares. Uno de los más graves problemas generado
Junto con los conquistadores también llega- por la conquista y colonización fue el exterminio
ron algunas esclavas negras, indígenas y moriscas de poblaciones enteras. Esto se solucionó, de
que actuaban como sus fieles amantes, otras alguna manera, incorporando sirvientes de
pasaron como botín de guerra al poder de los diversas castas: mestizos, indígenas, negros,
incas. Juan José Vega afirma que Manco Inca mulatos, así como alquilas, yanaconas, peones y
poseía varias esclavas en su serrallo de Vitcos, esclavos africanos. La esclavitud se insertó en un
una de ellas le advirtió que uno de los españoles mosaico de formas, por ello perdió algunas carac-
refugiados pretendía asesinarlo.3 Margarita, terísticas propias de Europa y se adecuó al sistema
esclava de Almagro en Panamá, lo acompañó en americano.
la conquista del Tahuantinsuyo, y continuó a su Los esclavos fueron distribuidos de acuerdo a
lado durante su encarcelamiento y ejecución. las necesidades de la nueva economía colonial.
Antes de su muerte, Almagro le otorgó la liber- Fueron llevados masivamente a los lugares
tad. Posteriormente, Margarita adoptó el apelli- donde faltaba mano de obra para trabajar en las
do de su amo, fundó una capellanía en el con- plantaciones, puertos y algunas minas. En estos
vento de La Merced en el Cuzco y durante las centros la esclavitud fue masiva y de primera
guerras civiles prestó dinero a los realistas para importancia, como en Cuba y otras islas del
derrotar a los alzados. Caribe, algunas regiones de México (Oaxaca,
Lucas Martínez Vegazo llegó con Pizarro en el Veracruz, Guerrero, Campeche, Tabasco,
tercer viaje, luchó en las guerras de conquista, Jalisco, Zacatecas) y las costas colombianas. Esto
obtuvo una encomienda, participó en las guerras también se presentó en las capitales, por ser
civiles, perdió y recuperó su encomienda; y en centros políticos y comerciales muy activos,
todas estas peripecias lo acompañó su esclava como Caracas, Buenos Aires, Valparaíso, Lima y
morisca Beatriz, con quien procreó una hija. México. En contraste, en otros lugares donde
Posteriormente, el encomendero liberó a la abundaban indígenas no fue necesario importar-
esclava, le dio su apellido y contribuyó con la los en grandes cantidades. En estos lugares
crianza de la hija, enviándoles ropa y otros fueron empleados mayoritariamente como
artículos a Arequipa, lugar donde ellas fijaron su artesanos, jornaleros, peones de haciendas o
residencia.4 para el servicio doméstico.
2
Lockhart, James. El mundo hispanoperuano, 1532-1560. México: FCE, 1981.
3
Vega, Juan José. “Negros contra incas”. Historia y cultura, 24, 2001.
4
Lockhart, James. Los de Cajamarca. Un estudio social y biográfico de los primeros conquistadores del Perú. Lima: Milla
Batres, 1986, vol. II, pp. 155-158.
5
Las Instrucciones a Nicolás de Ovando, 3 de septiembre de 1501, es el primer documento donde se regula la
presencia de esclavos en América. A pesar de las restricciones iniciales, arribaron a América y Perú esclavos y esclavas
moriscos.

241
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Lo mismo sucedió en el Perú. Muchos pensa- insegura por el clima, el excesivo calor, las
ron que el esclavo africano por ser más resistente lluvias torrenciales, la geografía misma y las
podría reemplazar al indio en labores más pesa- continuas huidas de los esclavos. La navegación
das, como en las minas. De esa manera poblaron hacia Perú duraba tres semanas. En ocasiones,
con esclavos negros ciudades andinas como los mercaderes desembarcaban en Paita, donde
Jauja, Huánuco, Cuzco, Cerro de Pasco, Puno y aprovechaban para vender algunos esclavos,
Huancavelica, pero ante las enfermedades y bajaban en mulas a Trujillo, lugar donde también
muertes prefirieron enviarlos a la costa donde el efectuaban ventas, y continuaban hasta llegar a
clima era más benigno para ellos. Así, los escla- Lima.
vos fueron destinados a las ciudades, especial- La mayoría de los esclavos llegaban enfermos
mente Lima, y a las haciendas de la costa ubica- a Lima. Desnudos, mal alimentados y entumeci-
das en Piura, Lambayeque, Chicama, Supe, dos, eran portadores de enfermedades como el
Pativilca, Saña, Cañete, Ica, Chincha, Pisco y sarampión, la viruela, la tifoidea, la fiebre amari-
Moquegua. lla o el paludismo. Otros llegaban mutilados, con
heridas, abscesos y defectos físicos.
La trata negrera Para evitar contagios, recién en el siglo XVII,
Las rutas negreras se trazaron tomando como el virrey Marqués de Guadalcazar dispuso que los
referencia el puerto de embarque de esclavos y el esclavos permanecieran en cuarentena de obser-
de llegada a las colonias, formándose un triángu- vación en una chacra cercana a Lima; después
lo entre Europa, África y América. Este tráfico eran conducidos a la ciudad encadenados, de dos
estaba reglamentado al igual que el monopolio en dos, para venderlos. Posteriormente, el mismo
comercial. Los negreros debían pagar sus virrey ordenó la construcción de unos barraco-
impuestos de ingreso, el almojarifazgo, al igual nes en San Lázaro donde permanecían alojados.
que cualquier otra mercancía. De acuerdo a la Iguales precauciones se tomaban en todas las
legislación, los negreros introducían esclavos ciudades.
africanos a Cartagena de Indias, Veracruz y Es muy difícil calcular el número exacto de
algunas veces Buenos Aires, además podían esclavos que se trajeron a las colonias hispanas.
dirigirse hacia algún otro puerto como Cuba, Para el caso peruano, Mellafe (1973)7 hizo
Maracaibo, Jamaica (antes del dominio ingles), cálculos tomando en cuenta el tonelaje de los
La Española (Santo Domingo), Guayaquil, barcos negreros, las licencias y contratos. De esta
Callao, Valparaíso, etc. Los arrieros llevaban manera, pudo afirmar que entre 1551 y 1640
esclavos a diversas ciudades en el interior del entraron 1,207 barcos negreros con 350,000
continente como Huancavelica, Cuzco, Puno, el esclavos de ambos sexos. Para 1773 calcula una
Alto Perú, Tucumán, Córdova, Salta, Jujuy y cantidad de 516,114 esclavos. Así, para todo el
Buenos Aires. Esta ruta complicada y extensa periodo colonial no le parece exagerado hablar
solo encareció los precios y alentó el contraban- de tres millones de esclavos.
do vía Buenos Aires-Potosí y Buenos Aires- Por otro lado, en el Perú de fines del siglo XVI
Valparaíso-Arica.6 había aproximadamente veinte mil esclavos,
Los esclavos llegaban al Perú desde Panamá, incrementándose a 40,336 censados en 1791.
un puerto pequeño, poco profundo, con modes- Durante el Protectorado llegaban a 41,228 y
tas casas de madera que subsistía gracias a los fueron disminuyendo a medida que la trata
galeones y las flotas. La travesía era peligrosa e negrera era atacada por Inglaterra, tanto es así

6
Peralta, Germán. Los mecanismos del comercio negrero. Lima: Kuntur, 1990.
7
Mellafe, Rolando. Breve historia de la esclavitud en América Latina. México: SepSetentas, 1973.

242
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Son cifras aproximadas pues también ingre-


saban esclavos de contrabando en números muy
altos pero sin dejar huellas aparentes para ras-
trearlos.

Precios de los esclavos


La Corona no reguló los precios de los escla-
vos en sus dominios. Eran los negreros quienes
determinaban el valor de cada esclavo. Según
Germán Peralta8 los precios fluctuaban teniendo
en cuenta tres factores. En primer lugar, la nacio-
nalidad del esclavo; así, los que provenían de
algunas regiones como Cabo Verde eran más
apreciados que los de Angola y Guinea. El espa-
cio geográfico de las transacciones fue otro
factor importante pues los precios eran más bajos
en los puertos atlánticos y mucho más elevados
en las zonas del Pacífico o en el interior de los
Andes. El precio de un esclavo en Lima era un 80
a 90% más elevado que en Cartagena.
Finalmente, el tercer factor era el fraude pues a
mayor fraude menor probabilidad por parte de la
Corona de mantener precios altos. El fraude
alentó una rápida venta y a precios razonables, Bozal negro recién llegado a Cuba, 1860.
Fuente: Dumont “Antropología”.
mientras que la trata oficial siempre mantuvo sus
precios altos y exorbitantes. hasta 7 años de edad, muleque hasta los de 12
Para el siglo XVI Peralta calculó el precio años y mulecón a todos aquellos que no pasaban
promedio de un esclavo en las colonias españolas de 16 años. Igualmente, aparece el término bozal
en 350 pesos de 8 reales. A fines del siglo XVI, un para identificar a los recién llegados de África,
esclavo en buenas condiciones costaba 204 ladino para los esclavos nacidos en África pero
pesos en Buenos Aires mientras que en Lima no que ya habían adoptado la lengua y las costum-
pasaba de 400 pesos. Para el siglo XVIII los pre- bres occidentales; los criollos quienes eran los
cios fueron similares y sólo se incrementaban esclavos nacidos en América, y finalmente los
cuando se trataba de un esclavo con especializa- horros quienes eran los esclavos manumitidos
ción laboral como sastre, zapatero, tejedor, (libres).
carpintero, pintor, etc. También cuando se Las cartas de compra y venta especificaban
ofertaba una esclava embarazada o joven, bonita puntualmente las tachas de los esclavos, es decir,
y de piel clara quienes llegaban a cotizarse entre los defectos y enfermedades. De no hacerlo, el
500 y 600 pesos.9 nuevo propietario, sintiéndose estafado, podía
En algunas cartas de compra y venta se exigir la redibitoria, la devolución del dinero.
emplea un lenguaje muy particular para tasar un Veamos algunos ejemplos.

8
Peralta, Ibid.
9
Arrelucea, Maribel. “Conducta social de los esclavos de Lima, a fines del siglo XVIII”. Tesis, 1999, Lima:
UNMSM. Mis investigaciones coinciden con las de Alejandro Reyes, La esclavitud en Lima. Lima: UNMSM, 1985.

243
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

En 1766, doña María Eusebia Sarmiento


vendió a don Antonio de la Breña, cura de
Guamanga, una esclava llamada Plácida, de 18
años, con su pequeño hijo especificando que era
una mulatillo casi blanco, ambos en 500 pesos.
Al finalizar afirma que “no asegura que Plácida sea
borracha, ladrona y cimarrona”, además padecía
de gota coral, lamparones, vómito verde y se le
quitaba el habla. Si hubiera sido otra esclava, tal
vez el precio sería más bajo, tomando en cuenta
las tachas, pero como Plácida era una mulata casi
blanca, el cura no hizo mayores reparos.10
Francisco Bernal, vecino de Guayaquil, vendió
un esclavo en Lima estando huido aclarando que
“estaba preso en el Callao por un hurto que hizo en
Guayaquil”.11
Raúl Adanaqué afirma que para vender un
esclavo se colocaban avisos en las pulperías,
tambos o chinganas. Uno de esos avisos anuncia-
ba: “La persona que quisiese a la negra Isabel
Sánchez Baca, con una hija de cinco a seis años y un
negrito de siete meses, su precio por los tres es de
ochocientos cincuenta pesos. Puede acudir a su amo
en la inteligencia que este es el último precio”.12 De lo
contrario, el amo entregaba un aviso al mismo Negra bozal recién llegada a Cuba.
esclavo y lo enviaba a la calle para ofrecerse él Dumont “Antropología”.
mismo. Esto último parece haber sido frecuente se trataba de venta colectiva, el propietario
hasta bien entrado el siglo XIX. recurría a un subastador quien ofrecía los escla-
Es interesante entonces observar las peculia- vos en pleno mercado y posteriormente cobraba
ridades de la esclavitud peruana colonial y deci- una comisión por su trabajo.
monónica donde los amos dejaban a sus esclavos
buscar y elegir, si se podía, a sus futuros propieta- El palmeo y la carimba
rios, otorgándoles márgenes de tiempo libre. El palmeo consistía en la medición de cada
Pero para vender un esclavo rápidamente, esclavo. El asentista podía pagar los impuestos
éste debía presentar la menor cantidad de correspondientes cuando el esclavo era conside-
tachas. El problema era cuando el esclavo era un rado pieza de Indias, esto después del palmeo:
conocido cimarrón, alborotador, bandolero o debía tener un mínimo de 7 palmos de estatura,
ladrón. En esos casos los llevaban a las panade- aproximadamente 1,90 m. También incluía un
rías donde trabajaban encadenados y hasta allí examen físico y un cálculo de la edad que se
llegaban compradores que después los vendían a hacía revisando los dientes, ojos y manos del
mayor precio en haciendas más lejanas. Cuando esclavo. Si el esclavo no alcanzaba la estatura, o

10
Archivo General de la Nación, Notario Angulo, protocolo 45.
11
Archivo General de la Nación, Notario Bustinza, protocolo 154, 1765.
12
Adanaqué, Raúl. “La esclavitud en Lima, siglo XVIII”. Historia y cultura, 24, 2001, pag. 28.

244
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

tenía defectos físicos (ojos nublados, manco, compró “21 piezas bozales sin bautizar, de
cojo, sordo, mudo, etc.), su precio disminuía varias castas y edades…seis piezas con adiciones, un
notablemente. negro con una nube en el ojo, una negra tuerta que le
Después venía la carimba, es decir la marca del falta varios dientes, un negro manco de la mano
dueño del esclavo. Los grandes asentistas que derecha, otro con la rodilla fuera de lugar y otro con
traían esclavos de África solían colocarles su dos clavos de buba, uno de cada pie, otro mal del
marca con un hierro candente en algún lugar corazón y gota coral”. El precio de cada esclavo
visible del cuerpo: la mejilla, el hombro, la espal- fue de 450 pesos y el de las esclavas 470, especifi-
da, el brazo, la pierna, etc. Pero no eran los únicos, cando que se hace una rebaja de 50 pesos por
el Rey también mandaba colocar una R rematada cada esclavo enfermo.14 En 1783, Juliana Ladrón
con una corona a todos los esclavos que entraban de Guevara vendió a Teodoro Zapata en 500
a sus reinos; igualmente los amos preferían colo- pesos una esclava de 24 años, que tenía “la cam-
car su inicial en sus esclavos para identificarlos panilla caída y al hablar respira por las narices”.15
con facilidad en caso de fuga. Cuando un esclavo se enfermaba era obliga-
De esa manera, un esclavo podía exhibir ción del propietario pagarle la asistencia médica
varias marcas en su cuerpo. Algunas personas y el tratamiento. Por lo general, los amos procu-
alzaron su voz de protesta ante la carimba como el raban mantenerlos sanos, pero otros preferían
arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo, quien evitar el gasto abandonándolos a su suerte en
exigió su abolición en el Concilio Limense pero los hospitales o vendiéndolos rápidamente
esto recién se haría mediante una Real Cédula silenciando la enfermedad. Las mujeres embara-
dictada en El Escorial, el 4 de noviembre de 1784. zadas no recibían una atención especial, traba-
jaban igual, seguían pagando su jornal laboran-
Salud y enfermedad do en las chacras, vendiendo mercaderías, etc.
Los esclavos sufrían de diversas enfermeda- Después del parto, el propietario podía permitir-
des. Las más comunes eran: bubones, llagas y le descansar, algunos pagaban los gastos, refor-
úlceras en el cuerpo, ojos nublados, tuertos, zaban la alimentación y compraban lo necesario
cojos, mancos, algunos no tenían los dedos para el bebé, porque estaban enriqueciendo su
completos, gangrena, la gota coral (enfermos del propiedad, pero otros amos preferían dejar esa
corazón), epilepsia, fiebres, abscesos, sarna, responsabilidad al padre biológico.
enfermedades venéreas, ceguera, sarampión, La muerte era un asunto importante para los
sordera, asma, dolores de cabeza, tercianas, esclavos. Durante el siglo XVI sus cadáveres eran
vómitos, problemas estomacales, diarreas, arrojados a los basurales que se amontonaban en
incontinencia urinaria, etc. Algunos propieta- las calles y caminos, no tenía derecho a una sepul-
rios declaraban que sus esclavos gozaban de tura en terreno sagrado. Posteriormente, fueron
buena salud, pese a que presentaban síntomas, admitidos en las catacumbas, al interior de las
que no bloqueaban su capacidad laboral, como iglesias. Pero el funeral y el entierro eran costosos,
arrojar sangre por la boca; con el tiempo podía por lo que debían ser cubiertos por el propietario,
declararse la tuberculosis, bastante frecuente sin embrago algunos se desatendían del asunto y
entre los esclavos.13 preferían otorgarles la libertad. Entonces, los
En las cartas de compra y venta se registraba responsables eran los familiares del difunto.
siempre esta información. En 1765, don Juan Algunos de ellos, miembros de cofradías, sentían
Antonio Garay, conocido hacendado limeño, alivio pues esta institución cubría los gastos de sus
13
Adanaqué, Raúl. “Condiciones de vida de los esclavos en el Perú”. El Peruano, Lima, jueves 28 de Marzo de 1991.
14
Archivo General de la Nación, Notario Joseph de Aizcorbe, protocolo 11.
15
Citado por Raúl Adanaqué, ibid. Pág. 33.

245
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

funerales, pero la gran mayoría debía inge- La legislación


niárselas para lograr enterrar a sus seres queridos. Durante la Colonia, las normas legales esta-
ban contenidas en diferentes corpus jurídicos
Castas de esclavos como las Leyes de Toro, las Leyes de Indias y la
Según El Mercurio Peruano, a fines del siglo Recopilación de las Leyes de Indias. Según la pri-
XVIII, los esclavos estaban agrupados en diez mera, la relación esclavista debía ser como la de
castas: terranovos, lucumíes, mandingas, cam- un padre con su hijo. El amo debía proteger al
bundas, caravelíes, cangoes, chalas, huarochi- esclavo dándole alimentos, vivienda, vestimen-
ríes, congos y misangos. Varios investigadores ta, atención médica y medicinas. Además solo se
han coincidido que muchas de esas denomina- le debía castigar ante una causa justificada:
ciones corresponden a nombres de puertos y desobediencia, insubordinación, mentiras,
factorías donde se celebraban los contratos y evasión o cimarronaje, torpeza en el trabajo, etc.
asientos pero no a sus verdaderas naciones Los derechos del propietario eran casi abso-
étnicas.16 Fernando Romero afirma que existían lutos. El esclavo, por el hecho de serlo, no tenía
más de ochenta grupos diferentes, todos ellos gobierno sobre su persona y su personalidad,
procedentes del norte de las costas occidentales también perdía el dominio sobre su trabajo y
africanas. Por su parte, Jean Tardieu, ha identifi- sobre las rentas generadas. Además, esto se
cado varias castas analizando los registros nota- extendía hasta el infinito porque los hijos de una
riales y los libros parroquiales; identificó muchos esclava nacían esclavos, pero si ella recibía la
grupos étnicos venidos de tres grandes áreas libertad graciosa (manumisión) sus hijos nacidos
africanas: Guinea, Sao Thomé y la zona bantú. después eran libres.
De Guinea procedían esclavos llamados de A pesar de considerar al esclavo como una
Cabo Verde, Ríos de Guinea, Cazangas, mercancía, la legislación colonial les reconoció
Bagnoun, Balantas, Folupos, Biohos, Zapes, algunos derechos como la integridad física: si el
Cocolíes, Mandingas y los Jolufos o Gelofes. De propietario sometía al esclavo a la sevicia (excesi-
Sao Thomé (entre Togo y Nigeria) procedían los vos castigos), éste podía acudir a los tribunales
Branes o Abrons, los Gandjas, los Minas, Popós o para ser vendido a otro amo, y eventualmente, si
Ararás, Terranovos o Gouns, Lucumíes o Yorubas el castigo había sido brutal, podía esperar la manu-
y los Caravalíes. La zona bantú se extendía hacia misión. Los propietarios estaban prohibidos de
el Sur y el África central; de allí procedían los obligar a sus esclavas a mantener relaciones
Biafras o Fan, Anchicos o Batekes, Mosangas, sexuales, de lo contrario, ellas obtenían la liber-
Angus, Luanda y Mozambiques. tad.
La casta formaba parte de la identidad del La legislación también permitía la manumi-
individuo, en un esclavo era como el apellido. sión. Un esclavo podía acceder a la libertad por
Existían nombres como Juan Congo, Francisco dos caminos legales: la primera fue la libertad
Lucumí, María Arará, etc. Otros esclavos lleva- graciosa, es decir, el propietario decidía liberar a
ban el apellido del primer amo: Pedro Garagay, su esclavo por diferentes motivos (generalmente
José Alvarado, etc. Otros usaban el apellido del cuando la muerte se aproximaba, el amo redac-
amo pero alterado, el título del Marqués de Valle taba su testamento recordando a los esclavos
Umbrosio por ejemplo, pasó a ser apellido leve- fieles). El problema en este tipo de libertad es que
mente transformado en Ballumbrosio. casi siempre era dada con obligaciones: se otor-
16
Ver los numerosos artículos de Raúl Adanaqué aparecidos en El Peruano (1991), La Mañana (1993) y Época
(1993). También Fernando Romero. Quimba, fá, malambo, ñeque. Afronegrerismos en el Perú. Lima: IEP, 1980; y Jean
Tardieu. “Evolución del reclutamiento de los negros bozales en la arquidiócesis de Lima, siglo XVI-XVII”. Hisla, vol.
XIII, XIV, 1989.

246
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

gaba después de la muerte del amo, pero En general, los delitos cometidos por los
algunos estipulaban que debían servir a otra esclavos se castigaban con los azotes públicos
persona, ir al convento, trabajar con un maestro (entre 50 y 200 según el delito), la horca en la
artesano, mandar misas a nombre del amo, plaza pública, en ocasiones el descuartizamiento y
portarse según los preceptos de la iglesia, etc. algunas veces con el destierro. Muchos eran
En 1766, el padre Diego Manuel de Bermúdez enviados a presidios en Cuba, Cartagena y
manumitió a Joseph, su mujer Josepha y el hijo de Filipinas, lugares tan lejanos que las probabilida-
ambos “por el amor con que me han servido” pero des de retornar eran escasas. Chile también fue
estipulaba que gozarían de la libertad después de uno de los lugares que receptó delincuentes, pues
su muerte. Algunos esclavos se impacientaban, era una colonia pobre que atraía pocos inmigran-
perdían el temor y el respeto por el amo, como tes y, además, muy peligrosa por los continuos
sucedió con Mariano Jacinto, mulato de 20 años a alzamientos de los araucanos.
quien su amo decidió otorgarle la libertad “por Otros eran condenados a las galeras, lo que
servirlo con amor” pero al margen, en una escritura en la practica no se cumplía porque no existían
posterior, se anula la carta de libertad graciosa por en el virreinato, así que los esclavos realizaban
“inobediencia, infidelidad y otros excesos que ha trabajos forzados en los puertos y ciudades. Se
encargaban de limpiar acequias, arreglar puen-
cometido y falta de respeto”.17
tes, tajamares y caminos, picar piedra en las
También podía ser mediante la automanumi-
canteras, etc.19 Resulta interesante imaginar el
sión, es decir, cuando el esclavo pagaba por su
desenvolvimiento cotidiano de una ciudad con
cabeza al contado o por cuotas, amortiguando el
calles céntricas donde era posible observar a los
total. Esto último fue frecuente, pues la mayoría
presos arreglando las acequias, los esclavos
de cartas notariales consignan el precio del
encadenados preparando pan, ver la plaza llena
esclavo y a continuación se añade “y no se puede de vendedores y gente paseando, en un costado
vender en más”. el rollo destinado a azotar a los presos y muy
Existe una preocupación marcada en las cerca, la horca. En los caminos, a veces, se
leyes coloniales para controlar a los esclavos. encontraban largas picas con brazos, manos, pies
Estaba prohibido que circulen pasadas las diez de y cabezas de cimarrones y ladrones famosos.
la noche, portar armas o un simple cuchillo de Durante la República, algunos Presidentes
cocina, conversar en grupo en las pulperías y dictaron decretos complementarios sobre los
chinganas, jugar a los dados y naipes, salir de la esclavos pero las leyes coloniales se mantuvieron
casa sin permiso, etc. Con estas normas se inten- plenamente vigentes en la regulación de los
taba evitar que se junten para intercambiar deberes de los esclavos y, sobretodo, del control
confidencias sobre las costumbres, negocios, de sus conductas.
dinero y joyas de sus amos. En las ciudades los panaderos siguieron
Las esclavas no podían lucir joyas de oro o azotando por encargo a los esclavos díscolos y
piedras preciosas como las que tenían las mujeres haciéndolos trabajar bajo las peores condiciones.
españolas y criollas. En el caso de mujeres negras En las chacras y haciendas, los caporales admi-
casadas con español solo debían usar zarcillos de nistraban “justicia” con diferentes castigos
oro muy sencillos. Tampoco debían vestir ropas como: los azotes, “la paila” (el esclavo era ence-
confeccionadas con telas finas, guantes o zapatos rrado debajo de los calderos hirvientes), “la
de raso.18 escalera” (se amarraban las manos y los pies del

17
Archivo General de la Nación, Notario Alejandro Cueto, protocolo 198.
18
Leyes extraídas de Las Siete Partidas, Las Leyes de Indias y La Recopilación de las Leyes de Indias.
19
Arrelucea, Maribel, 1999: pág. 56.

247
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

esclavo, por los extremos para dar azotes) “la y castigarlos. En el caso de la caña de azúcar,
colgada” (el esclavo era colocado frente a un el trabajo era más pesado porque varios hombres
árbol o madero y colgado de las manos para debían cortar y transportar la caña hasta los
azotarlo), el cepo, entre otros. depósitos, luego venía lo más extenuante: accio-
nar manualmente los molinos, triturar la caña,
2. El trabajo esclavo desde el siglo XVI hasta extraer el mosto, colocarlo en unas pailas y
el XIX toneles para hervirlo, y preparar los panes de
azúcar.
Trabajo esclavista en el medio rural Finalizada la zafra, los esclavos debían lim-
Desde Piura hasta Moquegua, durante toda piar el campo, eliminar los desechos, quemarlos,
la colonia y hasta bien entrado el siglo XIX, reparar los cercos y los instrumentos de labranza.
existían grandes haciendas dedicadas al cultivo También se encargaban de roturar los suelos
de caña de azúcar, trigo, cebada, legumbres, vid, usando los arados de madera o de hierro jalados
alfalfa, olivos, etc. Otras también tenían activi- por bueyes o mulas. Todo este trabajo era realiza-
dades transformativas en las cuales se elaboraba do por hombres y mujeres, jóvenes y adultos, sin
pan de azúcar, aguardiente, chancaca, melao y distinción. Los más viejos, las mujeres en estado
aceite de oliva. Algunas haciendas pertenecían a
avanzado de gestación y los niños se encargaban
particulares, otras a la Iglesia y sus diferentes
de cuidar las semillas y frutos de los pájaros
órdenes religiosas, entre las cuales destacaba la
rapaces, acarrear la caña, cocinar, matar aves,
Compañía de Jesús, expulsada en el siglo XVIII.
limpiar la casa hacienda, etc.
En estas grandes haciendas empleaban esclavos
Además, la hacienda contaba con esclavos
en grandes números, aunque en el Perú no alcan-
especializados en algún oficio como sastrería,
zaron cifras como en Brasil, pero aquí empleaban
entre 150 y 300 esclavos por hacienda. Una de carpintería, herrería, zapatería, albañilería,
esas fue San Francisco de Borja de Tumán, en barbería, platería, panadería, etc., Quienes, a su
Trujillo, propiedad de los jesuitas, donde se vez, tenían sus propios ayudantes. A estos escla-
llegaron a emplear entre 110 y 179 esclavos. En vos se le prohibía ostentar el título de maestro de
el año de su expulsión, poseían 217 esclavos.20 oficio, sólo podían llegar a ser oficiales.
Los jesuitas21 eran muy disciplinados en las El trabajo era agobiante, pero los jesuitas, de
labores agrícolas. La reconstrucción del ritmo manera astuta, otorgaban descansos de hora en
laboral en una de sus haciendas nos dará una hora. Algunas veces repartían raciones de taba-
imagen del trabajo rural. El amanecer era anun- co como premio a los esclavos más diestros,
ciado por el tañido del Ángelus, momento donde también algunos domingos ofrecían espectácu-
se tomaban los primeros alimentos, formaban los de títeres para distraer a sus trabajadores. La
cuadrillas y trabajaban toda la mañana tomando comida era buena, consistía en raciones de pan,
un descanso al mediodía para el almuerzo. El frijol, maíz, harina, zapallo y carne. Además, una
mayordomo decía quiénes iban a lampear, cham- vez al año se les entregaba ropa hecha de bayeta,
pear, regar, pampear, etc. El caporal, ayudado por jergas, pañetes, sayales y cordellatas. Los hom-
sus auxiliares, llevaba a los esclavos para que bres recibían un juego de pantalón y camisa, ropa
trabajen en las plantaciones de caña, viñales o interior y cotón, mientras que las mujeres reci-
algodonales; también se encargaba de vigilarlos, bían faldellín, rebozo, camisa y ropa interior.

20
Cajavilca, Luis. La esclavitud en la hacienda San Francisco de Borja de Tumán, ss. XVI-XVII, Lima: UNMSM, 1997.
21
Las haciendas jesuitas han sido estudiadas por Macera, Pablo. Trabajos de Historia. Lima: INC, 1977. También ver
Kapsoli, Wilfredo. Sublevaciones de esclavos en el Perú. Siglo XVIII. Lima: Univ. Ricardo Palma, 1976.

248
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Las parturientas eran tratadas de manera con el equipo completo, más un africano
especial pues dejaban de trabajar durante ocho herrero. Al otro lado 400 olivos que producían
días y eran atendidas por una esclava, les daban 200 jarras de aceitunas y 20 botijas de aceite, 20
vino, gallinas, velas, telas adicionales para paña- mil sauces para cubrir las necesidades de madera
les y la ropa del recién nacido. Además, todos los y un campo sembrado de trigo que producía
esclavos recibían una parcela pequeña dentro de cerca de 40 metros cúbicos al año. Poseía una
la hacienda destinada al cultivo de legumbres, casa hacienda en el centro y dos barracones
conocida también como conuco. También destinados a los esclavos, uno de hombres y otro
tenían permiso para criar sus propios cerdos y de mujeres.22
aves de corral, ya sea para el consumo familiar o En el siglo XIX, el ritmo de trabajo esclavo
para la venta. De esta manera los jesuitas les siguió igual: los propietarios mantenían a sus
daban mejor alimentación y trato que en otras esclavos trabajando largas horas, viviendo en
haciendas, pero no se trataba de un gesto pater- galpones, comiendo lo mismo, castigándolos con
nal porque solo intentaban conservar a sus el cepo, azotes y cadenas. En 1825 se publicó el
esclavos como fuerza de trabajo. Reglamento Interior de las Haciendas de la Costa,
Pero también existían propiedades rurales elaborado por una comisión de hacendados para
medianas y pequeñas dedicadas al cultivo de ordenar el trabajo agrícola y esclavo en especial
hortalizas, alfalfa, granos, etc., las que empleaban en el marco de la campaña inglesa contra la
esclavos en menor número, como en la chacra esclavitud y la disminución de esclavos traídos
Puente (Lima)donde tenían 29 esclavos o en de África. Según este Reglamento, los esclavos
Pando donde eran 40. Sean grandes propiedades debían trabajar desde las seis de la mañana hasta
o pequeñas, casi todas entregaban pequeñas el mediodía, luego tomar un descanso para
parcelas a sus esclavos para que cultiven hortali- continuar desde las dos de la tarde hasta las seis.
zas y cuiden aves de corral y cerdos. De esta Después podrían retirarse a comer, rezar y des-
manera, los mismos esclavos eran responsables de cansar. A las nueve, todos debían estar encerra-
aumentar su propia dieta y procurarse ingresos dos en sus galpones.
extras con la venta de sus productos. En todas Pero para las haciendas cañeras el horario era
estas propiedades construían la casa del dueño o diferente. En el verano el trabajo empezaba a las
arrendatario, galpones para los esclavos, además cuatro de la mañana y finalizaba a las seis de la
del infaltable cuarto de castigo con cepos y grille- tarde mientras que en invierno empezaba a las
tes. cinco de la mañana. Por supuesto que muchos
La hacienda del capitán Pedro de Montoya, hacendados y arrendatarios no respetaban estas
por ejemplo, es la típica unidad en el siglo XVII. normas y obligaban a sus esclavos a jornadas más
Poseía una viña de más de 200 hectáreas que agotadoras. Pero los esclavos, sabiendo el conte-
producía 6500 botijas de vino al año, tenía 80 nido del Reglamento, se quejaban. Así sucedió
esclavos de diferentes castas y nacionalidades, la en 1841, cuando los esclavos de la hacienda
mayoría hombres, sólo 5 mujeres. También Copacabana, en Lima, acudieron ante el
poseía un ingenio azucarero o trapiche para Defensor de Menores para quejarse que “debién-
producir melaza y azúcar de pan, y plantaciones dose principiar las labores desde las seis de la maña-
de caña. Dentro de la hacienda había 500 cabras na hasta las doce del día y desde las dos de la tarde
y ovejas, 36 mulas, un molino de granos, un hasta las seis, los principian antes de las seis y en la
huerto con árboles frutales, una forja de herrero tarde concluyen a las siete”.23

22
Citado en Bowser, Frederick, 1977: pag. 134.
23
AGN, Causas Civiles, Legajo 271, 1841. Ver también Aguirre, Carlos. Los esclavos de Lima y la desintegración de la
esclavitud en Lima. Lima: PUCP, 1993.
249
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Trabajo esclavista en las ciudades para los bebés. Las ofertas se hacían en la
Los esclavos, desde los inicios de la Colonia calle, como era tradicional, y también en los
hasta el siglo XIX, fueron empleados en varios periódicos donde se colocaban avisos como el
ámbitos: para el servicio doméstico, las activida- siguiente, aparecido en El Comercio de Lima el
des transformativas y los llamados servicios 31 de julio de 1856:
menores.
¡OJO AL AVISO!
Servicio domésticos Se ofrece ama de leche entera
En las ciudades grandes, especialmente en sana, de buenas costumbres y con
Lima, algunos esclavos domésticos eran usados garantías, en la fresquería de la plazuela
como signo de riqueza y ostentación de privile- de San Lázaro, darán razón.
gios. Los altos dignatarios civiles y eclesiásticos,
tanto de la Colonia como de la República, se Las personas de la elite compraban esclavas
desplazaban por las calles con un séquito de que estaban dando de lactar para que se encar-
esclavos y subordinados, mientras las señoras se guen de sus hijos. De esa manera la ama de leche
hacían acompañar de pequeños esclavos para ir a pasaba a ser la “mamá de leche” mientras sus
la misa o de visita. En las casonas se desempeña- hijos y los del amo se llamaban entre sí “herma-
ban como amas de llaves, costureras, cocheros, nos de leche”. Algunas lograban tener un lugar
cocineros, jardineros, lavanderas, acompañan- prominente en la familia, mejoraban su alimen-
tes, etc. Los burócratas menores, los comercian- tación y vestuario, además la libertad podía ser
tes, los artesanos y hasta personas de pocos recur- un premio a la fidelidad, como consta en muchas
sos, incluyendo indios y libertos, seguían el ejem- cartas de manumisión.
plo: compraban esclavos para el servicio domésti- Esto fue visto por algunos ilustrados como
co pero también para jornal. Durante las maña- una relajación de la esclavitud en el ámbito
nas los esclavos se ocupaban de las tareas de la doméstico y denunciado en El Mercurio Peruano
casa: comprar, cocinar, limpiar, lavar la ropa, en dos artículos. En el primero, titulado “Apólo-
zurcir, cuidar niños y enfermos, moler los granos, go histórico sobre la corrupción de las colonias
etc. Después salían a la calle a ganar un jornal. romanas de África”, el autor establece una ana-
La ama de leche fue la figura típica de la logía entre las mujeres romanas y las limeñas,
esclavitud doméstica colonial y decimonónica quienes dejaron la alimentación y educación de
por la extendida costumbre de las mujeres de sus hijos en manos de las esclavas, para llegar a la
negarse a dar de lactar a sus hijos, aduciendo conclusión que la decadencia de la sociedad
deformaciones físicas, dolores de cabeza, etc. romana fue producto de la relajación moral y la
Además se creía que la leche de las negras era disolución de las jerarquías entre las castas.24
muy nutritiva, por eso los médicos aconsejaban El segundo artículo, titulado “Amas de leche.
tomarla para alimentar a los bebés delicados o Segunda carta de Filomantes sobre la educación”,
prematuros y curar enfermedades como la debili- advierte claramente el peligro del creciente poder
dad y la tuberculosis (para esta última enferme- doméstico de las amas de leche y repite el discurso
dad los médicos recetaban leche de negra o de moral: los esclavos contaminan la inocencia de
burra). Durante el siglo XIX, y después de la los niños que amamantan, enseñando sus bailes y
abolición, la leche de las negras continuaba costumbres indecentes. El discurso ilustrado
siendo percibida como la mejor y más nutritiva centra su preocupación en la educación de los

24
El Mercurio Peruano, 16 de enero de 1791. Lima: Biblioteca Nacional, edición facsimilar, 1964. Un buen análisis
de estos artículos en Velázquez, Marcel. El revés del marfil. Nacionalidad, etnicidad, modernidad y género en la literatura
peruana. Lima: UNFV, 2002.
250
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

recados y noticias. No sólo trabajaban para


sus amas, también servían de conexión con el
mundo exterior. Más de una monja enviaba a
sus esclavas a ganar un jornal en la calle; algunas
vendiendo los dulces preparados dentro del
convento, otras buscaban cualquier empleo
eventual. A pesar de haber hecho votos de
pobreza y renunciar a sus propiedades, muchas
monjas compraban y vendían esclavos, algunos
para su servicio personal o para jornal. Pero no
sólo las monjas poseían esclavos, también los
eclesiásticos (sacerdotes, monjes, predicadores)
y con los mismos fines. Ejemplos hay muchos: en
1645 el cura don Francisco de Alcántara compró
por 400 pesos una esclava bozal sin bautizar, cuya
edad era de 20 años.26 En 1791, el cura doctrine-
ro del pueblo de Corongo compró a Valeriana
Lorente exclusivamente para su servicio perso-
nal.27
Las paredes de la casa, el monasterio y la
hacienda son testigos de otro aspecto de la escla-
vitud: las relaciones sexuales y afectivas entre
amos y esclavos. Éstas eran casi públicas y tolera-
Ama de leche con su niño. das por todos, sustentadas en buena parte en
Fuente: Archivo fotográfico E. Courret. estereotipos raciales y sexuales. En la sociedad
colonial y decimonónica se creía que toda mujer
niños y el control de los subordinados domés- era libertina, propensa a los placeres sexuales,
ticos: mujeres y esclavos.25 por eso había necesidad de controlarla, educarla.
Pero no todas las esclavas tenían una vida Si así se pensaba de la mujer en general, sobre la
privilegiada pues la mayoría prefería contratarlas esclava se tejió el mito de mujer devoradora,
a jornal porque se reducían las relaciones afecti- sensual, lujuriosa, disponible y peligrosamente
vas, se evitaba mantener a la esclava, darle sus tentadora. Por eso, según la percepción general,
alimentos, vestirla, etc. carecía de honor y virtud. Sin embargo, en los
Otro ámbito de la esclavitud doméstica se documentos se leen reclamos de esclavas sobre la
desplegó entre las paredes de los conventos. conservación de su honor y honra. Estos estereo-
Muchas señoritas de la elite tomaban los votos tipos buscaban controlar la conducta de las
llevando consigo a sus esclavas quienes se encar- mujeres, y en el caso de las esclavas las sujetaba
gaban de servirlas igual que en la casa. Ellas más aún al dominio del propietario, además de
cocinaban, lavaban la ropa, limpiaban la celda, librar a éste de posibles culpas por tener relacio-
compraban en las pulperías cercanas, llevaban nes con un subordinado.

25
El Mercurio Peruano, 27 de enero de 1791. Lima: Biblioteca Nacional, edición facsimilar, 1964.
26
Archivo General de la Nación, Protocolos Notariales, Méndez, Protocolo 198, 1645.
27
Archivo General de la Nación, Real Audiencia, Causas civiles, Legajo 235, Cuaderno 2019.

251
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

charlando con un vecino; tal fue el escándalo


que varias personas intervinieron defendiendo a
la esclava oponiéndose a que sea llevada a una
panadería para ser azotada. El caso fue tan
comentado que llegó a los tribunales.28
Pero no todas las relaciones se iniciaban por
imposición del amo. Muchas esclavas usaban sus
encantos para seducir al amo dentro de la casa,
en las narices de la esposa y de esa manera mejo-
raban sus condiciones de vida: ropa, alimentos,
propinas, permisos, etc. Una mulata, casi blan-
ca, se fugó de la casa del amo, luego pidió ser
vendida en menor cantidad y exigió que su amo
le devuelva sus cosas. Al ver la lista, uno se
asombra ante la descripción de ropa fina, sobre
todo camisones de dormir, muebles y enseres.
Más sorprendente aún es la reacción del propie-
En la sociedad peruana existió el estereotipo tario que aceptó la demanda de la esclava, dán-
generalizado de la mujer negra sensual y libertina donos motivos para sospechar la existencia de
que se reflejó en los grabados y pinturas como una relación sexual o afectiva entre ambos.29
esta de Mauricio Rugendas. ¿Existieron sentimientos y relaciones de
Los amos podían apelar a su derecho de afecto entre amos y esclavas? Al parecer sí.
propietario para usar el cuerpo de la esclava, Muchas partidas de bautizo, cartas de libertad
frente a lo cual ellas tenían varias opciones: el graciosa y testamentos reflejan veladamente este
rechazo, la resignación, la conciliación o los asunto. Algunos hombres libres reconocieron a
tribunales. Lo último no fue frecuente, era difícil sus hijos esclavos, como Sebastián Gómez quien
para una esclava probar el delito, reunir testigos mandó a la esclava Juana Ramírez bautizar a la
honorables que confirmen la denuncia, porque hija de ambos y le dio dinero para manumitirla.30
cuando se presentaban como testigos a otros Otros otorgaron la libertad a la mujer y los hijos,
esclavos, sus versiones no valían tanto como la como el marinero Juan de Mendoza quien en su
palabra de un blanco. testamento declara a su hijo natural Alonso y
Otras relaciones eran violentas, los amos menciona a la madre Natalia de Cabo Verde,
golpeaban a las esclavas, las encerraban, las quienes recibieron un dinero para su manumi-
llevaban a las panaderías cuando éstas se negaban sión.31 Otros preferían no especificar los vínculos
a sus requerimientos o tenían contacto con otros otorgando poder a alguien para entregar dinero
hombres. Los celos podían nublar la razón del “para los fines ya explicados”, “para las personas ya
propietario más apasionado. Así le sucedió a la indicadas”, “ya sabe lo que hará”. Incluso hay
mulata María del Rosario, cuando en 1790 su amo casos donde la esclava, con hijos del amo, vive en
la arrastró de los cabellos por las calles de Lima la casa como dueña y señora. Así sucedió con la
mientras le propinaba patadas porque la encontró madre de María Arias. Ella fue criada en casa de

28
Archivo Arzobispal de Lima, Causas de negros, legajo 33, 1782.
29
Archivo Arzobispal de Lima, Causas de negros, legajo 32, 1750.
30
Archivo Arzobispal de Lima, Amancebados, 1627.
31
Archivo General de la Nación. Notarios, Cristóbal Rodríguez, protocolo 163, 1612.

252
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

su padre Salvador Arias hasta que éste deci-


dió casarse, liberando previamente a la esclava y
a la hija.32
En estas historias sexuales también se involu-
craban clérigos. Muchos de ellos poseían escla-
vas, mantenían relaciones con ellas y al procrear
hijos los criaban en la casa. Algunos liberaban a
su familia, pero otros los vendían sin remordi-
miento. Estas relaciones podían darse de forma
muy discreta, pero en otros casos el clérigo arren-
daba una habitación para los encuentros furti-
vos, mientras que algunos pícaros ingresaban al
domicilio de la amada, aunque ésta sea casada.
Ese fue el caso de la esclava mulata Beatriz de
San Joseph, quien vivía con su marido en una
habitación aparte de sus amos. Un día el marido
regresó de improviso y se tropezó en la entrada
con un hombre semi desnudo, abochornado y
con la sotana en la mano, al interpelar a Beatriz,
ella fríamente negó la relación diciendo que el
clérigo pasaba por ahí simplemente.33
En cambio, las relaciones entre amas y escla-
vos están rodeadas de un halo de silencio total, Mulata representada en el libro Perú y Bolivia
no quedan huellas en los documentos pues éstas de Charles Wiener.
se ocultaban con el mayor celo porque implicaba
un deshonor para la mujer y la familia, pero si las esposo mantenía un romance con la esclava
relaciones eran descubiertas, ella podía apelar a en su misma casa, así que decidió enviarla a casa
un recurso: acusar al esclavo de violación. de un amigo pero el esposo, al enterarse, sacó a
Después de eso la mujer se confinaba en el con- Vicenta violentamente rompiendo puertas y
vento o su propia casa, muerta en vida para la ventanas. Hasta aquí parece que don Cayetano
sociedad, mientras el esclavo llevaba la peor sólo estaba ejerciendo sus derechos como pro-
parte pues era castrado y ajusticiado.34 pietario pero luego doña María entabla un juicio
Para el siglo XIX, las relaciones sexuales contra la esclava acusándola de haberla amena-
continuaron, algunas silenciosas y otras con zado de muerte. La respuesta inmediata de los
escándalo público, gritos y golpes en los tribuna- familiares y amigos de Vicenta fue hacer un
les. Uno de los casos más sonados fue protagoni- escándalo en la puerta de doña María.
zado por los esposos María Alvarado y don Por eso, doña María pidió al tribunal vender
Cayetano Espinoza, y su esclava Vicenta. Todo la esclava fuera de Lima. No sólo eso, la acusó de
empezó cuando doña María sospechó que su mantener relaciones con su esposo: “la mencioi-

32
Archivo General de la Nación, Real Audiencia, causas civiles, Legajo 87, Cuaderno 323 1632.
33
Citado por Lavalle, Bernand. Amor y opresión en los Andes coloniales. Lima: IFEA, IEP, URP, 1999, pág. 61-62.
34
Muy pocos historiadores se han aventurado a tocar este tema, recién ahora hay una preocupación por ingresar a la
vida intima de las personas. Ver los trabajos de Macera, Pablo (1977); Hünefeldt, Christine. Esclavitud, emociones y
libertad. Lima: IEP, 1987; Mannarelli, María. Pecados públicos. La ilegitimidad en Lima, siglo XVII. Lima: Flora Tristán,
1994 y Arrelucea, Maribel (1999).

253
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Dos días después apareció una réplica defen-


diendo a don Cayetano insistiendo en la idea
generalizada de ver a las esclavas como mujeres
de naturaleza liviana. Una nueva réplica apare-
ció tildando a don Cayetano de “niñito de escuela,
seducido por su inocente esclava”. Al fallecer
abruptamente doña María, don Cayetano recién
vendió a la esclava.35

Los jornaleros
El sistema basado en el jornal fue muy
empleado desde el inicio de la época colonial,
sobre todo en los centros urbanos. El sistema era
sencillo: a veces el amo buscaba un trabajo para
su esclavo, luego fijaba el jornal diario con el
empleador y percibía una parte del monto; la
otra era para el esclavo. En muchas ocasiones, el
Grabado que representa una zamba limeña esclavo salía a la calle y buscaba un empleo
aparecido en Lima. Apuntes historiográficos
eventual como cargador, vendedor, matador de
descriptivos, estadísticos y de costumbres.
reses, cocinero, panadero, etc. Al finalizar el día
Manuel Fuentes.
o la semana entregaba el monto fijado previa-
nada sierva, con la desenvoltura de que usa una mente por el amo.
mujer prostituida procuró proporcionar los medios Los jornaleros podían ser esclavos artesanos
de invitar a mi marido don Cayetano para que especializados en albañilería, pintura, sastrería,
incurriese en la debilidad de tener acto ilícito con textiles, etc. En este caso, se cotizaban por enci-
ella. La obscenidad con que se le presentaba, sus ma de aquellos que no tenían una especializa-
indecentes movimientos y otras maniobras con que le ción laboral. Pero por lo general, los jornaleros
preparó el lazo obraron sobre mi marido el efecto de no requerían ser diestros en un oficio porque en
dejarse arrastrar por sus halagos, y de romper la las ciudades grandes había una buena oferta de
fidelidad debida al matrimonio”. En pocas palabras, ocupaciones eventuales, como cargadores de
Cayetano, como todo hombre, era muy débil bultos, aguadores, arrieros, vendedores de comi-
mientras que la culpable era la esclava. Y termi- da y dulces, cuidadores de ganado, peones para la
na así: “Usted sabe muy bien las arterías de que cosecha o el berbecho en las chacras cercanas,
puede valerse una esclava teniendo en mira la etc.
ganancia de la libertad” (¿Quiso decir que el juez Muchos jornaleros fueron exitosos a tal punto
también tenía una aventura similar?). que mantenían a su propia familia, vivían en
En esos días apareció un artículo en El cuartos alquilados, compraban muebles, con-
Mercurio Peruano denunciando el caso de traían deudas, eran testigos de bodas y hasta
Vicenta y tomando partido por ella. Afirma que amortiguaban el precio de su cabeza o de la esposa
se trató de un caso de seducción pero por parte e hijos hasta conseguir la libertad. Otros, por el
del amo y que ninguna esclava puede librarse de contrario, no lograban juntar el dinero del jornal
ese tipo de seducción porque procede del temor. o no conseguían trabajo, por lo que eran azotados

35
Este interesante caso fue analizado por Aguirre: 1993: pág. 156-158.

254
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

cuando eran encontrados, o sus amos los carpinteros, alfareros, herreros y carboneros.
colocaban en las panaderías como castigo. Otras viñas mantenían esclavos propios para
El sistema basado en el jornal significó una fabricar botijas y odres. También había esclavos
independencia para el esclavo y un alivio para el especializados en albañilería, canteros, adobe-
propietario quien ya no se preocupaba por los ros, tejeros, ebanistas, etc.
gastos del esclavo, y solo recibía su renta. Pero En las ciudades, los artesanos esclavos eran
también existían desventajas: un jornalero podía muy apreciados. Sobre todo en actividades como
evadirse, dejar de pagar sus jornales, enfermarse, la albañilería. Muchos esclavos especializados
incluso morir fuera del control del amo. Eran trabajaron en la construcción de diversas obras
algunos riesgos que los propietarios de esclavos como las cañerías de barro en Lima; igualmente
decidieron asumir con tal de obtener una renta. en los puentes de piedra, conventos, casonas,
Hacia mediados del siglo XIX, los jornaleros iglesias, hospitales, callejones, etc. Estas activi-
seguían trabajando bajo las mismas condiciones dades también fueron cubiertas por libertos
coloniales. Pasó a ser un sistema importantísimo como Francisco de Gamarra, albañil negro muy
pues muchos amos anteriormente ricos se arrui- conocido en Lima durante el siglo XVII; Juan de
naron con las luchas por la independencia, y sus Mora, un mulato arquitecto quien construyó un
esclavos se convirtieron en la única renta. Según portal para una capilla en la iglesia de la Merced,
Manuel Atanasio Fuentes, el jornal era fijado a en Lima; o Fernando Joseph, un mulato libre,
razón de un real diario por cada cien pesos del ebanista y mueblero quien en 1639 trabajó en la
precio del esclavo. Por lo tanto, si un esclavo valía construcción de las sillas del coro de la catedral
trescientos pesos, su jornal diario debía ser de tres de Lima.37
reales.36 La mayoría de veces, el maestro español
compraba o contrataba a jornal un grupo de
Los esclavos artesanos esclavos, como Juan del Corral, maestro albañil
Si bien el trabajo esclavo está asociado con la quien construyó el puente de piedra de Lima en
agricultura y el servicio doméstico, también el siglo XVII. Para esta obra organizó una empre-
realizaban tareas especializadas. La demanda de sa constructora comprando esclavos y arrendan-
mano de obra calificada era tan grande que do otros cuyos precios oscilaban entre 600 y 700
varios maestros artesanos, desde el siglo XVI, pesos. Gracias a su testamento, publicado por
compraban bozales y les enseñaban el oficio, Antonio San Cristóbal, sabemos los nombres de
después los vendían a precios más altos. Muchos algunos de estos esclavos, como Pedro Bio, Pedro
propietarios de esclavos preferían colocarlos y Antón Biafra, quienes trabajaron a jornal. Pero
bajo la dirección de un maestro con el mismo fin, también tenía esclavos propios: los carpinteros
cobraban una renta; al mismo tiempo, el esclavo Antón Bran y su mujer Catalina Bran; Juan
aprendía el oficio, incrementándose su valor. Bran, los aserradores Juan Falupo y su mujer
Estos esclavos artesanos estaban en todas María; Nicolás Bran, Francisco Bañol, Francisco
partes. En las haciendas, molinos y trapiches se Biafra, Antón Congo, Antón Quipuga, Antón
necesitaba mano de obra calificada. Padilla Angola, Juan Latín, Alejandro Angola y
Normalmente una hacienda cañera tenía un Domingo Luis. También el herrero Juan Angola,
maestro azucarero, ayudantes, clarificadores, una mujer llamada Ana Bran y un niño de ocho o

36
Fuentes, Manuel. Lima, apuntes historiográficos, descriptivos, estadísticos y de costumbres. Lima,1984.
37
Bowser, Frederick, ibid, pag. 177. Otros estudios importantes sobre artesanos: Hartterre, Emilio y Márquez
Abanto. “El artesano negro en la arquitectura virreinal limeña”. Revista del Archivo Nacional, XXVI, 1963 y Quiroz,
Francisco. Gremios, razas y libertad de industria. Lima colonial. Lima: UNMSM, 1995.

255
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

nueve años a quien seguramente se estaba esclavos e incluso más que una persona libre;
adiestrando.38 podían vivir en casa del maestro, en el taller o
Otro oficio importante fue el relacionado alquilar su propio cuarto; tenían su propia familia,
con los metales. La herrería fue fundamental compraban cosas, y algunos lograban automanu-
durante la conquista y las guerras civiles. Allí los mitirse. También se preocupaban por el futuro de
esclavos participaron como herreros, forjaban sus familiares, algunos automanumitían a la
espadas, lanzas y mantenían las fraguas abasteci- esposa, otros a sus hijos pequeños, y celebraban
das de carbón. También acompañaron a explora- contratos con los maestros artesanos para que sus
dores y conquistadores hacia las zonas periféri- hijos aprendan el oficio.
cas. Un esclavo herrero formó parte de la expedi-
ción de Álvaro de Mendaña al Sur en 1567. Los oficios menores
En cambio, pocos esclavos fueron plateros, Los esclavos también se desempeñaban en
doradores o batidores de oro. Estos oficios eran los llamados oficios menores, es decir, ocupacio-
considerados de mucho prestigio por los españo- nes consideradas inferiores, pues eran desprecia-
les y los reservaron para sí. Otras actividades dos por la mayoría de la población. Eran negros,
también empleaban esclavos, como por ejemplo zambos y mulatos los que trabajaban en el mata-
en la albañilería, fabricación de ladrillos y tejas, dero de las ciudades donde remataban y destaza-
azulejos, vidrio, curtido y manufactura del cuero, ban las reses separando los desperdicios de las
elaboración de velas, preparación de chocolates, piezas destinadas a la venta. En los puertos, los
etc. Para 1574 se menciona a un negro liberto esclavos se encargaban de cortar, salar y curar la
como fabricante de sillas de montar trabajando carne consumida en las travesías.
en Lima con tienda propia. El mercurio prove- Igualmente eran empleados en la prepara-
niente de las minas de Huancavelica se transpor- ción y venta del pan y dulces. Las panaderías
taba en bolsas de cuero fabricadas por esclavos. eran comparadas con el infierno porque el ritmo
La elaboración de telas y prendas de vestir de trabajo era agobiante, los hornos elevaban la
fue otra actividad que contó con la mano de obra temperatura, la humedad era permanente, la
esclava. Había esclavos zapateros, sastres, comida escasa, no había camas, dormitorios ni
remendones, bordadores, encajeros, calceteros, botiquín, pero sí cadenas y látigos como parte de
sombrereros, etc. Pero se dio una fuerte oposi- los enseres. Pocos trabajaban voluntariamente
ción de los maestros españoles e indios, por eso en las panaderías, por lo general los propietarios
algunos miembros excluyeron a los esclavos y llevaban hasta allí a sus esclavos más díscolos,
otras castas de sus gremios. cimarrones, ladrones, etc., quienes eran castiga-
La cantidad de esclavos artesanos fue crecien- dos con azotes o encadenados para que trabajen
do con el tiempo. Podían empezar como aprendi- varias temporadas. Como era muy difícil vender
ces y después de un examen tomado por un maes- esclavos con esos antecedentes, los propietarios
tro del gremio, podían ser oficiales pero no llega- los llevaban a las panaderías para venderlos. Era
ban a maestros. Esta prohibición mantenía a los la solución ideal porque de alguna manera
esclavos subordinados a un maestro y evitaba la encontraban comprador, percibían el jornal del
competencia. esclavo y además evitaban la fuga. La Real
Estos esclavos artesanos gozaban de mejores Audiencia hacía lo mismo. Cuando se captura-
condiciones de vida y su precio se elevó. ban cimarrones, ladrones o palenqueros, no los
Asimismo, percibían mayores salarios que otros llevaban a la cárcel como correspondía, sino a

38
San Cristóbal, Antonio. “Negros en la construcción del puente de piedra. Anexo documental”. Historia y cultura,
24, 2001.

256
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

una panadería. Así, evitaban la fuga y gana- ropa de todo tipo, nueva y usada, herramien-
ban el jornal del esclavo.39 tas y utensilios, etc. En las plazas principales de
Otros esclavos se desempeñaban como carga- las ciudades coloniales era usual encontrar a
dores de bultos, angarilleros (cotidianamente los estas mujeres vendiendo sus productos en pues-
miembros de este grupo se paraban en una esqui- tos de madera, también caminando por la calle
na de la plaza mayor para cargar objetos delicados cargando sus mercancías en canastas o sobre
empleando unas literas llamadas angarillas), tablas en la cabeza dando un toque pintoresco.
carretoneros, limpiadores de acequias, matado- Por otro lado, muchos negros y mulatos,
res de perros, curtidores, aguadores (tan numero- hombres y mujeres, fueron dueños o arrendata-
sos que poseían su propio gremio en Lima), etc. rios de pulperías, tambos y chinganas, lugares
La venta ambulatoria caracterizaba la vida donde se podía comprar artículos de consumo
cotidiana de las ciudades, especialmente de diario y tomar vino en vaso, jugar a los dados y
Lima. Esta actividad era realizada por mujeres naipes, conversar, comer, etc. Pero también
negras, zambas, mulatas e indias que ofrecían constituyeron lugares de encuentro y peleas
dulces (roscas, leche agria, crema batida, quesos, entre personas de diferente casta y condición.
aloja, buñuelos, bizcochos, etc.) bebidas (chicha Allí se reunían libres y cautivos, blancos, negros
de jora, de maní o habas), comidas (picantes, e indios, “decentes” y proscritos, cimarrones y
guisos, sopas), flores en ramos o las llamadas ladrones conocidos, desertores y prostitutas,
mixturas, velas, estampas, loterías, pañuelos, hombres y mujeres. Estos centros constituían

Los esclavos que


se desempeñaron
como aguadores en
Lima fueron tan
numerosos que
poseían su propio
gremio. Grabado
inserto en el libro Perú
y Bolivia del viajero
Charles Wiener.

39
Arrelucea, Maribel. “Conducta y control. Estudio de las panaderías limeñas, siglo XVIII”. Revista del Archivo
General de la Nación, 13, 1996.

257
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

espacios abiertos usados también por la gente El matrimonio era el único espacio legítimo
marginal para planear robos, intercambiar infor- para la reproducción y las relaciones sexuales.
mación, etc. Por eso la iglesia defendió los matrimonios de
Los esclavos también eran empleados en el esclavos con la intención, también, de reducir el
transporte que conectaba las ciudades del inte- amancebamiento y los hijos ilegítimos. Se esta-
rior del virreinato. Para transportar plata, oro, bleció como obligación de los amos casar a sus
mercurio, mercadería importada, esclavos y esclavos y darles permiso para dormir juntos. En
otros productos, usaban carros jalados por mulas la práctica esto dependía de la voluntad de los
o bueyes. Estos viajes eran peligrosos por las amos, quienes señalaban los días destinados a la
condiciones de los caminos y puentes. Muchas pareja, generalmente los fines de semana o un
veces cuando estaban frente a un puente ende- día a la semana.
ble o un río enmarañado, era preferible pasar la La defensa de la iglesia se nota en los dos
mercadería en hombros de los indios, libertos y Concilios Limenses reunidos primero entre 1567
esclavos. y 1568 y luego de 1582 a 1583. En ambos se
También, tanto los buques mercantes de la declaró que los amos no debían oponerse al
Corona como los privados que surcaban el océa- matrimonio de esclavos ni separar a los casados,
no Pacífico, tenían marineros esclavos y libertos. esto implicaba no vender a un esclavo casado
Según Bowser, pocos lograron ascender en este fuera de su lugar de residencia.
oficio, citando el caso de un capitán mulato que En el caso de esclavos de diferentes amos, la
comandaba un buque llamado San Nicolás.40 Es iglesia sugería a uno de los amos comprar al
de resaltar que para la elite todos estos oficios: esclavo, cosa que muy pocas veces se cumplía.
marineros, muleteros o arrieros, ambulantes, Por lo general, los propietarios se ponían de
matarifes, etc., eran inferiores porque no sólo acuerdo cuántos días y cuáles se permitirían a la
requería usar la fuerza física, también muchos de pareja, aunque no todos los amos eran compren-
ellos se ejercían al aire libre, en el espacio públi- sivos. Existen numerosos juicios de esclavos
co, y a veces se tornaban violentos, en el límite quejándose porque el amo de la esposa se niega a
entre lo legal y lo ilegal. dejarla a “hacer vida maridable”, es decir dormir
con el esposo. Por otro lado, también se permitía
3. Matrimonio, familia y religiosidad el matrimonio mixto e interétnico, es decir
esclavos con personas libres de otras castas.
Matrimonio y familia de esclavos Bastaba el consentimiento del amo para estable-
La iglesia se encargó de administrar el sacra- cer el vínculo matrimonial.
mento del matrimonio. Durante el siglo XVI, en Esta preocupación de la iglesia abrió un frente
el marco del Concilio de Trento y ante el avance de defensa para los esclavos pues muchos acudían
de los protestantes, la iglesia debió redefinir los al Tribunal Eclesiástico para evitar la expatria-
principios matrimoniales. Así, con la doctrina ción o la venta fuera del lugar de residencia,
del libre albedrío opuesta a la predeterminación, aduciendo la ruptura del sacramento matrimo-
la iglesia defendió el consentimiento libre y nial. Y la iglesia, después de asegurarse que el
voluntario para el matrimonio. Ya en el siglo esclavo no era un delincuente, amonestaba al
XVII, se pensaba que el amor era un ejercicio amo.
libre e individual, así que para vivirlo se debía Resulta importante observar que la mayor
establecer el vínculo matrimonial. parte de estas peticiones para evitar la expatria.

40
Bowser, 1977: pág. 139.

258
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Zambo y mulato, grabados insertos en el libro Perú y Bolivia del viajero Charles Wiener.

ción era presentada por mujeres, sobre todo solo implicaba ser inferior, sino también
esposas y en menor proporción madres de escla- otorgaba dudas sobre la virtud, pues casi siempre
vos. Una menor cantidad fue presentada por el insulto de negra o mulata venía acompañado
hombres, todos esposos de esclavas. Algunas de puta.
peticiones eran airadas, otras en cambio, apela- Si desde un principio la iglesia controló la
ron a los sentimientos de los jueces escribiendo sexualidad y el matrimonio, en el siglo XVIII ese
conmovedoras cartas. Así hizo Rita, una esclava control aumentó. Esto coincidió con el poder
limeña con cuatro meses de casada. Sin embar- creciente del Estado borbónico. Carlos III expi-
go, su esposo, también esclavo, vivía en dió la Real Pragmática en 1776 regulando el
Chancay. Ella, a través de un abogado, suplicó matrimonio entre iguales, personas de similar
que lo vendan en Lima porque “en el día me hallo casta y condición. Estas nuevas medidas otorga-
en un todo trastornada de la cabeza con tan súbita ron mayor poder a los padres para evitar matri-
separación y por esa razón no tengo sosiego para monios aduciendo diferencias entre los contra-
desempeñarme en ninguna de mis funciones de mi yentes. De esta manera, muchas uniones se
esclavitud por lo que también recomiendo a Vuestra rompían ante el mayor poder otorgado a los
Señoría el asunto pues me hallo expuesta a perder el padres pero también ante la oficialización del
juicio”. Otro esclavo pedía lo mismo, que vendan criterio étnico de inferioridad en el momento de
a su esposa en la ciudad de Lima porque la extra- la elección matrimonial que seguirían vigentes
ñaba “tan tiernamente como dada por la Santa en el siglo XIX.
Iglesia”.41 ¿Existió una familia esclava? Algunos sostie-
Muchos novios rompían por la oposición de nen que no porque el esclavo es visto como un ser
los padres, quienes presentaban como principal desarraigado que podía ser vendido en cualquier
excusa la diferencia racial entre los contrayen- momento; pero la investigación revela que sí
tes, incluso más que las económicas. Más de un lograron construir sus propias unidades familiares
novio enamorado fue tildado de zambo, mulato, con ciertas peculiaridades y limitaciones.
hijo de negro, zambaigo, etc. Igual sucedió con El esclavo estaba sujeto al propietario, debía
las mujeres. Tener un poco de sangre negra no seguirle a todas partes, podía ser vendido a un

41
Archivo Arzobispal de Lima, Causas de negros, Legajo 33, 1790.

259
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

económicos y su capacidad adquisitiva era en la casa de sus respectivos propietarios, ellos


limitada. Por otro lado, la esclava también afron- alquilaban sus cuartos, compraban muebles, se
taba estas limitaciones además de la transmisión preocupaban por problemas cotidianos tales
de la esclavitud a sus hijos: ellos heredaban la como cubrir las necesidades de comida, ropa,
condición de la madre sin importar quién era el calzado, medicina de los hijos. Un dato importan-
progenitor, la esclava criaba a sus hijos, les ense- te a tomar en cuenta es que se trata de esclavos
ñaba a desempeñarse en ciertas actividades jornaleros y artesanos, modalidades de trabajo
domésticas, trabajaban con ella y por lo general que otorgaba mayores márgenes de independen-
eran vendidos con la madre cuando eran muy cia al esclavo. Entonces, observamos que no
pequeños. Cuando los hijos estaban más grandes todos los esclavos estaban sin familia.
podían ser vendidos y separados de la madre, En algunas haciendas, los esclavos eran
pero cuando se analizan las cartas de compra y encerrados en galpones, especie de habitación
venta se observa que en su mayoría los hijos eran rectangular, uno para hombres y otro para muje-
vendidos dentro del mismo espacio de residen- res, en este último se incluían los niños. Esto les
cia: una hacienda cercana o en la misma ciudad. permitía formar lazos familiares muy fuertes con
Se puede afirmar entonces que la familia la madre, porque ella cuidaba de los hijos, se los
esclava era básicamente matrifocal42, pues los llevaba a trabajar a la chacra o a la cocina de la
hijos estaban más ligados a la madre pero tam- casa, los alimentaba y los tenía hasta que eran
bién hay familias donde el padre esclavo asume vendidos o llevados a la ciudad. Otros propieta-
el rol protector, paternal y dominante. Las pecu- rios entregaban una parcela a cada pareja y allí
liaridades de la esclavitud, implantadas desde la construían su choza obteniendo así una vida
Colonia, otorgaron al esclavo una familia con familiar más estable.
lazos débiles por estar subordinada al poder del Igualmente, se piensa que los esclavos eran
amo pero al mismo tiempo no destruía los lazos seres desarraigados, sin familiares. Sin embargo,
sanguíneos y afectivos. Al contrario de lo que encontramos esclavos urbanos y rurales litigan-
usualmente se cree, existieron padres y madres do acompañados de sus parientes más próximos,
de familia preocupados por los problemas coti- algunos se fugaban e iban directo a la casa de los
dianos que afrontaban al criar a sus hijos, tan padres, hermanos, tíos o padrinos. Al revisar los
igual como las personas libres, solo que con la juicios a los cimarrones o bandoleros, encontra-
carga de la esclavitud. mos a sus parientes, generalmente las mujeres de
Una forma de abordar mejor este problema es la familia, litigando en su defensa. Igualmente,
atisbando en las casas. Se cree que todos los escla- cuando se trata de escoger padrinos o testigos de
vos estaban privados de sus propios espacios boda también se tomaba en cuenta los lazos de
porque vivían con sus amos pero no es tan cierto. parentesco. Cuando revisamos las cartas de
Existe un Padrón del barrio de Santa Ana, en libertad, muchos de ellos son del padre de familia
Lima, elaborado en 177143, donde se revela que comprando la libertad de la esposa o algún hijo.
casi todos los esclavos del barrio formaban fami- Por otro lado, no todos los matrimonios eran
lias nucleares, es decir, padres e hijos. No vivían hasta la muerte, las parejas afrontaban diferentes

42
Sin embargo, María Emma Mannarelli opina que la esclavitud inhibía la posibilidad de formar un hogar. Pero la
esclavitud colonial y decimonónica no destruyó los lazos de parentesco ni los amicales. Mannarelli, María. Pecados
públicos, la ilegitimidad en Lima, siglo XVII. Lima: Flora Tristán ediciones, 1996.
43
Este Padrón fue estudiado por Quiroz, Francisco, “Análisis de un padrón correspondiente a un barrio de Lima
(1771)”. Actas del Congreso Nacional de Investigaciones Históricas, Humberto Rodríguez Pastor (Editor), Lima:
CONCYTEC, 1990.

260
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

problemas que se agudizaban cuando uno de jornal y las chacras. Además, el factor geo-
los cónyuges era esclavo. Los juicios de nulidad gráfico también fue importante, los esclavos
de matrimonios revelan un problema presente permanecían en una zona próxima: un valle, la
en muchos matrimonios mixtos: la inferioridad ciudad, un barrio, etc., donde era posible seguir
que se atribuía al esclavo también era trasladada manteniendo lazos de parentesco y protección
al matrimonio, el cónyuge esclavo podía ser más aún a pesar de la venta a otro propietario.
débil y recibir insultos, golpes y maltratos porque
el libre se sentía superior. Un esclavo siempre era La religiosidad: entre la conversión y la hechi-
inferior, aún ante los ojos de su cónyuge. cería
Por otro lado, la supuesta superioridad del Según la legislación, los esclavos traídos a
varón también era interiorizada por los esclavos América debían ser bautizados en la fe católica
y libertos quienes agudizaban los problemas para que al tomar contacto con los indígenas no se
conyugales al ejercer el dominio sobre sus espo- expandan las herejías. Pero los asentistas, preocu-
sas, algunas veces con violencia y abusos, aún pados en sus ganancias, casi no se daban tiempo
cuando ellas eran libres. Ese fue el caso de para bautizar a sus mercancías humanas, otros
Lorenza Criolla, una morena libre limeña quien apenas contrataban un cura para que les arroje el
denunció a su marido Antonio Bermúdez, agua bendita a todos juntos, a manera de baño
moreno esclavo, por adulterio. Lorenza se quejó colectivo. A medida que pasaron los años, se hizo
que su marido andaba con varias mujeres desde evidente la necesidad de catolizar al bozal, occi-
los inicios del matrimonio, tenía una manceba dentalizarlo antes de servir a un amo. La primera
(amante) llamada Felipa, una negra esclava vez que la Corona planteó este asunto fue en
embarazada a quien la mantenía abiertamente 1569, cuando pidió informes al Arzobispado
ante todos mientras que a ella no le daba nada.44 porque todavía algunos esclavos practicaban
Un matrimonio desigual que luego lograba la costumbres paganas.
relación horizontal, a veces no podía mantener- La iglesia, por su parte, enviaba curas para
se como el caso de María de Aspitia y Francisco dar sermones a los esclavos de haciendas todos
Portierra. Poco después del enlace matrimonial, los primeros domingos de cada mes, incluso los
María pudo automanumitirse y acusó a jesuitas tuvieron la iniciativa de escribir un
Francisco de adulterio pidiendo la nulidad del diccionario y gramática de “la lengua de Angola”
matrimonio, pero él acudió a los tribunales junto con una guía para confesores preparados
aduciendo que ella era la adúltera y que había en ese idioma. Muchos predicadores llegaron a
cambiado desde su liberación, acusando a María ser muy conocidos. Bowser cita al padre López
de manejarse libremente (ya no era esclava que lograba atraer a San Pablo hasta 200 escla-
sujeta al amo ni quería permanecer subordinada vos todos los domingos para una clase de reli-
al marido).45 gión. El padre Piñas, conocido por ser el predica-
¿Cómo, a pesar de estos factores disolventes, dor favorito del virrey Toledo, solía ir a la plaza
muchos esclavos mantuvieron sus lazos de mayor de Lima, se trepaba en un banco y sermo-
parentesco? Creo que la respuesta está en el neaba a los esclavos que trabajaban allí. Otro
sistema mismo de la esclavitud colonial: como padre famoso fue el padre Portillo, llamado
no era de primera importancia, desarrolló algu- también “la trompeta de Dios” por su voz reso-
nas peculiaridades que terminaron otorgando al nante, lograba conmover a sus oyentes hasta
esclavo ciertas libertades como el sistema a hacerlos llorar, mientras que el padre Gonzáles,

44
Archivo Arzobispal de Lima, Divorcios, Legajo 15, 1634.
45
Archivo Arzobispal de Lima, Divorcios, Legajo 33, 1656.

261
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

era tan estricto que muchos amos menciona- frotar el cuerpo con coca, preparar filtros de
ban su nombre para tranquilizar a sus esclavos.46 hierbas y flores para baños, etc. Otros empleaban
Los jesuitas también innovaron la catequesis la palma bendita, el hilo respondón (un imán
pues sus predicadores estaban en todos lados: los atado al hilo “respondía” las preguntas del
mercados, las plazas, los funerales, los bautizos y consultante), las clavijas (clavaban agujas a un
los matrimonios. También en las cárceles, las muñeco de cera que representaba a la persona a
panaderías, los hospitales y hasta en la Casa de la la que se deseaba hacer daño), la mano de brujo
Moneda. Incursionaban en las casas, los obrajes (la mano seca de un ahorcado), agujetas (una
y las haciendas. Su celo era tan grande que inva- aguja empleada anteriormente para coser
dían hasta los espacios privados, siempre empla- mortajas era clavada en la ropa de un hombre
zando a los indolentes amos a bautizar a sus para volverlo impotente)47.
esclavos, aunque parece que estos no tenían Las personas acudían ante estos supuestos
mayor interés porque revisando las cartas de brujos para conseguir buena salud, dinero, suer-
compra y venta hay numerosos y frecuentes te, el amor esquivo, etc. Pero también iban para
casos de esclavos sin bautizar, incluso a fines del dañar a otras personas, rivales de amores, veci-
siglo XVIII. nos envidiosos, parientes incómodos, etc. Por
Sin embargo, a pesar del esfuerzo de los otro lado, los clientes eran de todos los grupos
predicadores, los esclavos, bozales y criollos, al sociales y de todos los colores, blancos y negros,
igual que españoles e indígenas crearon una libres y libertos, encumbrados y humildes.
cultura alterna, caracterizada por elementos Es interesante remarcar que muchos esclavos
nativos, supersticiones y herejías. Muchos escla- adoptaron las creencias andinas, usando hojas
vos, tanto en las haciendas como en las ciudades, de coca para la adivinación y la curación con cuy,
se dedicaban a curar enfermedades corporales y efectuándose un sincretismo singular. Ese fue el
espirituales, además de preparar filtros de amor, caso de un cimarrón llamado Francisco (a) El
amarres amorosos, eliminar a las personas odia- Amantísimo. Decidió vivir en Chilca, en una
das envenenándolos, etc. La iglesia condenaba zona indígena y cerca de su amo y amigos. Su
estas prácticas consideradas como supersticio- principal actividad fue la curandería, auscultaba
nes y el Santo Tribunal de la Inquisición se y diagnosticaba a los indígenas además de reco-
encargó de perseguirlos y castigarlos. mendarles escuchar misa. Al analizar sus méto-
Ricardo Palma logró anotar diligentemente dos curativos observamos el uso de hojas de coca
algunos nombres de esclavos acusados por la y el cuy para limpiar el cuerpo, aprendidos de una
Inquisición: María Teresa de Malavia, mulata, india. También usaba cintas para limpiar, oracio-
soltera, de 28 años, natural del Callao; Sabina nes como el Padre Nuestro, toques con un cruci-
Rosalía de la Vega, mulata, 40 años, casada, fijo de hierro y gestos que seguramente impresio-
oriunda de Camaná; Bernabé Morillo, negro del naban a sus pacientes.48
Callao, cocinero, soltero de 30 años; Manuel de Ricardo Palma publicó extractos de un juicio
Jesús, congo, 60 años, viudo, esclavo de la seguido contra Miguel Cosío o Galeano. Este
hacienda San Juan de los jesuitas. En estas era esclavo de una hacienda de Chancay que se
acusaciones afloran algunas prácticas como hacía pasar por brujo fingiendo pacto con el
pasar el cuy o conejo, masticar hojas de coca, diablo, decía poseer poderes sobrenaturales,

46
Bowser, Frederick, ibid. pág. 305.
47
Palma, Ricardo. Anales de la Inquisición de Lima. Lima: Congreso de la República, edición facsimilar, 1997.
48
Arrelucea, Maribel. “De bandoleros y curanderos. Opciones del cimarronaje en la costa central”. Revista del
Archivo General de la Nación, 16, 1998.

262
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

especialmente de sanación. Su última préstamos para diferentes objetivos: automa-


paciente, la esclava María Antonia, viajó desde numitir un miembro, sufragar un entierro, asistir
Lima a Chancay porque varios amigos esclavos le a una viuda o los huérfanos de un cofrade, etc.
recomendaron este brujo; ella sufría de hemato- Existían cofradías de negros bajo la advoca-
mas e hinchazones en sus piernas, Galeano la ción de Nuestra Señora de los Reyes, Santa María
curó abriendo y drenando las heridas.49 la Antigua, Nuestra Señora de la Victoria, San
Bautista, San Antón, Nuestra Señora de
Procesiones Guadalupe, Nuestra Señora del Agua Santa y la
Las procesiones religiosas eran muy popula- Virgen del Carmen, la más popular de todas.
res en la Colonia y la República decimonónica, Hacia 1650 se distinguían cofradías de negros
toda la población participaba con entusiasmo y criollos y bozales. Mucho después los criollos se
reverencia, incluidos los esclavos. Muchos separaron de los mulatos, distinguiéndose como
viajeros y pintores han dejado sus impresiones pardos. También se agrupaban de acuerdo a la
como Tadeo Haenke, un viajero francés que casta. Raúl Adanaqué (2001) ubicó cofradías de
visitó Lima en el siglo XVIII, describió la proce- los negros Congo, Mina, Chala, Mozambique,
sión del Corpus Cristi en éstos términos: desfila- entre otros.
ban cuadrillas en orden riguroso, primero las Todas las cofradías estaban dedicadas al
comunidades religiosas, luego las instituciones cuidado del altar del santo patrón en alguna
políticas como el Cabildo, la Audiencia, los iglesia pero las reuniones de los cofrades se
Tribunales, también los Regimientos de la ciu- hacían fuera del recinto religioso. Según William
dad y después las cofradías empezando las de la Bennet Stevenson, tenían cuartos alquilados en
aristocracia, seguidas por las comparsas de indí- los suburbios de San Lázaro donde se reunían los
genas y al final las comparsas de negros, diferen- domingos por la tarde, pero también existieron
ciándose los criollos de los bozales. en el centro mismo de la ciudad como lo ha
Cada grupo avanzaba encarnando la concep- demostrado Adanaqué. El mismo Stevenson
ción que se tenía sobre cada casta, los blancos describe esos cuartos decorados con pinturas de
ordenados, bien vestidos, enjoyados; los indios escenas tribales, allí reconocían a sus reyes y
con sus trajes típicos y plumas. Al final los boza- reinas, recordaban sus costumbres y narraban las
les desfilaban medio desnudos, disfrazados de acciones míticas de sus dioses. También cita el
salvajes, con plumas y palos, bailando, gesticu- caso de una vieja esclava reconocida como reina
lando. Otros esclavos se disfrazaban de moros, de los mandingas, que era transportada en un
gigantes y diablos, personajes negativos en el atrio de plata obsequiado por su amo.51
imaginario colonial.50 La cofradía más célebre es la del Señor de los
Milagros, proveniente de los esclavos negros
Cofradías limeños, concretamente de Pachacamilla. La
Las cofradías fueron instituciones sumamen- tradición cuenta que fue un esclavo angola
te importantes destinadas al culto de un santo quien pintó la imagen de Cristo crucificado sobre
patrón y dedicadas a la protección y ayuda mutua un muro que inexplicablemente permaneció en
de sus miembros o cofrades quienes obtenían pie a pesar de un terremoto que destruyó edifido

49
Palma, ibid, pág. 133-134. Obsérvese como la esclava pudo desplazarse de Lima a Chancay con el permiso de su
amo sin problemas.
50
Acosta, Rosa María. Una aproximación al estudio de la fiesta colonial en el Perú. Tesis, Lima: PUCP, 1979.
51
Stevenson, William Bennet. “Memorias sobre las campañas de San Martín y Cochrane en el Perú”. Colección
Documental para la Independencia del Perú, Viajeros, vol. 3. Lima, Comisión del Sesquicentenario, 1971.

263
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

cios y templos. La devoción aumentó entre la tiempo, se circunscribió a algunos lugares


población negra y la procesión de la imagen como Zaña, Chincha, Ica, Cañete y en algunos
congregaba principalmente a este grupo. barrios de Lima. A pesar de un origen mestizo, las
Durante el siglo XIX la procesión organizada por décimas se identificaron con los esclavos, y poste-
esta cofradía continuó siendo patrimonio de los riormente con la población negra.
negros limeños quienes, según el testimonio de Según Octavio Santa Cruz54, la décima
Pradier-Foderé, adoptaban actitudes agresivas floreció durante la Colonia en diferentes estilos
ante la intrusión de alguna persona diferente: locales, desde décimas sueltas hasta décimas
“En Lima no hay un negro, un zambo, un cholo que reunidas a partir de la coincidencia con un verso,
no pertenezca a una cofradía…cada color celoso de generalmente el décimo, y en modalidades como
sus rivales”.52 Eudocio Carrera fue más descripti- el punto fijo, el pie forzado, y otras. Estas décimas
vo: “Por doquier veíanse por igual, mujeres, morenas se caracterizan por la improvisación y la música
graciosas en buen número, vestidas de morado, con de una guitarra como acompañamiento. Las
cirios encendidos y cubiertas las cabezas con mantos, modalidades más conocidas son:
velos y mantillas”.53 En la costa norte, las Cumananas. Según
Marta Hildebrandt, es la copla de cuatro versos
4. Aportes culturales octosílabos. El primer verso y el tercero son
El esclavo africano trajo consigo su propia libres, el segundo y el cuarto pueden ser de rima o
cultura y supo adquirir otros rasgos culturales en consonante. La cumanana se canta, muchas
su contacto con españoles, moros y portugueses: veces improvisada, con acompañamiento de
costumbres, instrumentos musicales, canciones, guitarra. En la costa sur, los huanchihualitos. Se
bailes, comidas, etc., que constituyen ingredien- le llama así a un contrapunteo generalmente
tes fundamentales en la configuración de la pícaro que anima las fiestas de yunza o corta-
cultura peruana actual. monte. En esta modalidad, Santa Cruz encuen-
tra elementos mestizos. En la costa central, el
Música y danza Amorfino. Era un canto de contrapunto, jactan-
Fernando Romero encontró una familiaridad cioso y retador.
entre el africano y algunos instrumentos musica- Uno de los más entusiastas difusores de las
les como el cajón, las quijadas, las maracas y las décimas fue Nicomedes Santa Cruz quien tam-
tejoletas; también el ganzá, el güiro, el tamboril, el bién fue autor de muchas célebres como la
checo y el juego de repicador y llamador, entre siguiente:
otros. Con estos instrumentos elaboraban su
música alegre y festiva: la saña, la resbalosa, el Voy a cantar un palmero
zapateo, el alcatraz, el ingá, la conga, el festejo, de esos que llegan al alma
etc. donde lo característico era, y es hasta hoy, el cuando saque mi pañuelo:
movimiento sensual del cuerpo. “Palmero sube a la palma”

Poesía Alimentación y comidas


Por otro lado, apareció un género de poesía Dependiendo del amo, los esclavos se ali-
popular cantado: las décimas, traída por los espa- mentaban con verduras: maíz, papa, camote,
ñoles y cultivada por ellos y los esclavos. Con el zapallo, también con los desechos de las reses

52
Pradier-Fodere. Lima et ses environs. París: Pedone, 1897, pág. 191.
53
Carrera, Eudocio. La Lima criolla del 900. Lima: 1954, pág 247.
54
Santa Cruz, Octavio. “De la métrica de Espinel al temple maulío”. Historia y cultura, 24, 2001.

264
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

(mondongos, lengua, riñones, hígados); en por los negros desde la Colonia hasta la
algunas ocasiones recibían pan, harinas, menes- República.56 Con mucha paciencia, recopiló
tras, pescado o res. Además, en las haciendas y información escrita sobre estos afronegrerismos
en las ciudades, era obligatorio dar a los esclavos tanto en el habla popular cotidiana como en la
dotaciones de tabaco y en fiestas, aguardiente y literatura. Muchas voces que se usan hoy en día
guarapo. y otras ya en desuso, tienen un pasado africano
En 1616, una hacienda de Mala productora como: acanga, allanga, angú, bemba, borondan-
de trigo y alfalfa, con once esclavos invertía ga, batán, bitute, bochinche, cajón, caramandu-
“generosamente” en la alimentación de sus ca, calanca, concolón, comba, cuco, curcuncho,
trabajadores pues cada cinco o seis semanas chalona, chongo, chicote, lingo, mamarracho,
mataban un ternero, repartían la carne, acompa- maraca, ñato, ñoco, palangana, quimba, recute-
ñada de frejoles, maíz y pan. Los viernes y sába- cu, tacu-tacu, tunda, etc.
dos repartían pescado, huevos, plátanos, miel y
tabaco. Los esclavos complementaban su dieta La vestimenta
con los productos de sus pequeñas huertas y la En general, durante la Colonia y la
crianza de animales.55 República, los esclavos urbanos llevaban ropas
Gracias a su inventiva y sazón, además del que apenas cubrían las exigencias del clima y el
contacto con la cocina indígena y española pudor: calzones y calzoncillos, camisas y blusas,
(influenciada por la árabe), surgieron platillos faldas y pantalones, ponchos, sombreros,
considerados exquisitos y representativos de medias, todo confeccionado con las telas más
nuestra mesa. Los ingredientes básicos fueron burdas como la bayeta y el sayal. Otros propieta-
aquellos que los amos les entregaban: harinas y rios vestían elegantemente a sus esclavos con sus
tubérculos (aprendieron a prepararlos como los ropas usadas, de igual modo, algunas esclavas se
indígenas), vísceras, huevos y especias (canela, vestían con la ropa desgastada de sus amas: saya
clavo, anís, propio de la cocina árabe). y manto, guantes finos y zapatos delicados, tal
La lista es larga y apetitosa: los anticuchos, el como aparecen en las pinturas de Leonce
choncholí, la pancita, la chanfainita, el cau cau, Angrand y Maurice Rugendas. Muchas propie-
los tamales, la sangrecita, el tacu tacu o calenta- tarias adornaban prolijamente a sus esclavos
do, los adobados, además del cebiche, también para que participen en las procesiones, dándoles
los dulces como el zango, el champúz, los buñue- incluso sus propias joyas para asombrar al públi-
los, que horadados en el centro fueron converti- co y a sus amistades. Por eso algunos viajeros
dos en los dulces picarones, el alfajor o alajú, las describen a esclavas y libertas con joyas, saya y
cocadas, la chapana, las humitas, la mazamorra manto, y a esclavos con librea y guantes.
morada, el turrón de doña Pepa, etc. Todos En las haciendas los propietarios trataban de
tienen riquísimos orígenes negros. invertir lo menos posible en los esclavos, la
vestimenta era entregada una vez al año, así que
Afronegrerismos es fácil imaginar que vestían esas ropas hasta que
Los esclavos africanos también trajeron con se convertían en harapos, porque no existía la
ellos sus idiomas, algunas palabras quedarían en noción de ropa de trabajo, para la casa y otra para
la vida cotidiana constituyendo sus aportes dormir. Por otro lado, los jesuitas se preocupaban
lingüísticos. Fernando Romero publicó un más en conservar su mano de obra, por eso los
diccionario muy completo sobre las voces usadas esclavos eran vestidos de acuerdo a la estación,
55
Citado por Bowser, Frederick, 1977: pág. 45.
56
Romero, Fernando. Quimba, fá, malambo, ñeque. Afronegrerismos en el Perú. Lima: IEP, 1981.

265
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

ropa ligera de bayeta en el verano y de lana en Durante la Colonia, un esclavo decidía fugar-
el invierno, además entregaban ropa para los se por diversos motivos: falta de alimentación,
niños y los recién nacidos. atención médica o vestimenta, también cuando
el trabajo era más pesado, debían dinero de los
5. La protesta de los esclavos jornales y cuando recibían castigos. Otros fuga-
ban cuando se les prohibía salir a visitar a los
La protesta cotidiana amigos, parientes, enamorados o esposos, incluso
La disconformidad con la esclavitud, el un esclavo caminó de Lima hasta Huacho sólo
trabajo extenuante, la falta de alimentación, la para ver a su enamorada quien había sido llevada
ausencia de atención médica o la imposibilidad hasta allí por el nuevo propietario. Algunas escla-
de contar con ropa adecuada, podían ser factores vas fugaban cuando estaban gestando o a punto
que desencadenasen diferentes actitudes en los de dar a luz para esconder al recién nacido.
esclavos como el trabajo a desgano, la vagancia También algunos esclavos fugaron para ir a una
ocasional, la destrucción de herramientas y fiesta, un bautizo, un cumpleaños, una procesión.
utensilios, el chisme y la sátira. También se han Algunos lograban evadir a sus amos por
identificado casos de deudas de jornales, refugio meses e incluso por años. En general, trataban de
en la práctica religiosa intensa y los intentos de fugar disimuladamente, sin violencia, solos y casi
envenenar lentamente a sus amos. Unos pocos siempre de noche. Pero a veces había excepcio-
esclavos decidieron suicidarse o matar a sus hijos nes, como sucedió el 4 de septiembre de 1634
para escapar de la esclavitud. cuando cuatro esclavos cimarrones tomaron por
Una estrategia cotidiana frecuente fue el asalto un barco pesquero en el Callao, domina-
legalismo. Casi todos los esclavos, sobre todo los ron a dos guardias armados y dirigieron la nave
urbanos, sabían el contenido de las leyes, sus rumbo al Norte. Dos semanas después, tres
derechos y límites, y teniendo cerca los tribuna- fugitivos fueron capturados en Santa pero uno se
les acudían a pedir ayuda. Los esclavos rurales, escapó y se perdió en las serranías.57
más alejados, debían acudir al padrinazgo, bus- Una vez libre, el cimarrón se enfrentaba al
car la figura protectora de un amo anterior, la problema de solucionar asuntos primordiales
esposa o la madre del propietario, el cura confe- como alimentarse, vestirse, procurarse un cuarto
sor, etc. sin embargo, a pesar de la lejanía, a veces o refugio. La gran mayoría se quedaba cerca de su
se escapaban para llegar a los tribunales. lugar de residencia, algunas veces los esclavos
También muchos esclavos, estando en el cepo, la del galpón o del barrio prestaban ayuda al fugiti-
panadería o fugitivos, hacían llegar sus peticio- vo, en otras ocasiones los delataban. Otros
nes a través de un familiar o amigo estableciendo buscaban refugio con sus familiares, las mujeres
redes de defensa muy eficientes. sobretodo, se escondían en casa de la mamá, los
tíos, hermanos o esposos. Otros esclavos prefe-
Rompiendo las normas rían esconderse en haciendas lejanas, en los
callejones dentro de las ciudades o viajar a otros
Cimarronaje lugares más distantes, como Catalina Conga
El cimarronaje consistió en la fuga del escla- quien en 1610 caminó de Lima a Santa, o Josef
vo. Fue una práctica utilizada por el esclavo Criollo quien huyó de Lima a México.
desde los inicios de la vida colonial, prueba de La gran mayoría de cimarrones regresaba,
ello es la Real Cédula de 1551 intentando erradi- capturados o voluntariamente. Una forma de
car esa costumbre con penas muy severas. insertarse nuevamente, tal vez librándose del a
57
Citado por Bowser, 1977: pág 245-246.

266
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

castigo, era buscar previamente un padrino frenar este problema con leyes draconianas
(el cura, un amo anterior, la esposa del amo, etc.) como la ordenanza de 1535 que fijaba la pena de
y acompañado de éste suplicar perdón al propie- muerte para el esclavo que fugaba por más de seis
tario. Ese fue el caso de Valeriana Lorente, escla- días. Para perseguirlos se nombraron alguaciles
va del cura de Corongo quien en 1791 fugó a de campo en Lima, Nazca, Chancay e Ica pero al
Lima para asistir a las fiestas de Carnestolendas y ser insuficientes, el Cabildo de Lima decidió
luego regresó con su amo pidiéndole perdón, otorgar esta responsabilidad al Alcalde
aduciendo que jamás se había fugado antes.58 Ordinario. La cacería de esclavos era un espec-
Algunos tomaban la costumbre de huir para táculo: salían los jinetes acompañados de perros
luego regresar pidiendo perdón, pero nuevamen- entrenados además de esclavos y libertos, éstos
te fugarse. Los amos conocedores de esto, termi- últimos usados por sus conocimientos de las
naban por aceptar la cimarronería, pero otros costumbres y escondrijos de los fugitivos. En
preferían venderlos declarando este vicio en la Lima empezaron a ofrecer recompensas por los
boleta de compra y venta. cimarrones y bandoleros famosos, bastaba traer
Otros propietarios vendían los esclavos su cabeza o el cuerpo inerte.
fugitivos antes de ser capturados. Era una tran- La Gasca intentó reforzar las leyes existentes
sacción donde perdía el vendedor pues el valor para amedrentar a los infractores: 100 azotes
de los esclavos disminuía ostensiblemente pero para el esclavo que huía por primera vez durante
preferían no arriesgarse a perder totalmente. tres días; la castración o mutilación del pie para
Además los costos de la captura y encarcela- el que se ausentaba 10 días y mantenía relaciones
miento los cubría el propietario. sexuales con india o negra. En caso de veinte días
Durante las primeras décadas del siglo XIX y o reincidentes, se imponía la pena de muerte. Al
hasta la abolición, la causalidad del cimarronaje mismo tiempo se otorgaba recompensa a todo
parece ser el mismo: un quiebre en lo que debería aquel que capturaba cimarrones y delincuentes.
ser la relación amo-esclavo, según el punto de Las ordenanzas de La Gasca establecía que todo
vista de este último. Pero además aflora un factor propietario debía denunciar a un esclavo huido,
más: la coyuntura independentista en la cual los de lo contrario serían responsables de todos los
bandos y proclamas prometían la libertad a los gastos y daños causados.60
esclavos que peleasen por ellos. San Martín lo En 1557, el virrey de Cañete nombró a los dos
hizo antes de pisar territorio peruano y no pocos primeros Alcaldes de la Hermandad para patru-
ilusionados se enrolaron, incluso durante el llar los alrededores de Lima. Estos tenían los
Protectorado. Uno de esos casos sucedió en la mismos deberes que los Alcaldes Ordinarios en
hacienda Santa Beatriz de Lima, donde 23 escla- el medio rural: arrestar y capturar delincuentes
vos entre hombres, mujeres y muchachos, fuga- de todo tipo, especialmente esclavos. En 1590,
ron para servir a la Patria en 1821, según el pro- el mismo virrey ordenó el establecimiento de la
pietario “salían y entraban sin querer traba- Hermandad en todo el territorio colonial. El
jar…con arrogancia, insulto y desenfreno”.59 virrey Francisco de Toledo también se preocupó
Desde fechas muy tempranas, el control del por controlar a los cimarrones, bandoleros y
cimarronaje también fue un problema para los palenqueros: reiteró las normas durísimas del
propietarios y para el Estado, tanto colonial virrey Cañete, incluyendo la castración, y utilizó
como republicano. Al comienzo se intentó una red de espías, generalmente libertos y ex

58
Archivo General de la Nación, Causas Civiles, Legajo 235, Cuaderno 2019, 1791.
59
Archivo General de la Nación, Causas criminales, legajo 1, 1805-1824.
60
Las Ordenanzas fueron dictadas el 1 de junio de 1549. Bowser, 1977: pág. 255.

267
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

cimarrones. También repitió las ordenanzas ejecución. Anteriormente este célebre ban-
sobre la prohibición a los españoles de esconder a dolero había rondado el mismo local policial
los cimarrones para hacerlos trabajar a jornal, burlándose de los custodios del orden.63
bajo pena de pagar 100 pesos la primera vez y con
el destierro la segunda. Por el mismo delito, un Palenques
indio noble sería rapado la primera vez y perdería El término palenque designaba un conjunto
su estatus la segunda, mientras que un indio de huertos y chozas elaboradas toscamente por
común recibiría 200 azotes. Para libertos y escla- cimarrones, en algunos casos con construcción
vos que protegieran u ocultaran fugitivos, las de empalizadas. Se puede afirmar que eran
penas eran de 100 azotes primero, luego la cas- espacios liberados, aldeas autosuficientes de
tración y la muerte si se hacía por segunda vez.61 esclavos. En el Perú colonial los palenques no
La Hermandad funcionó con los Alcaldes tuvieron tanta vigencia como en el Brasil o
quienes se rodearon de auxiliares, sobretodo Colombia. En estos países los palenques dieron
esclavos y libertos al mando de un cuadrillero lugar a la posterior formación de pueblos. En el
mayor. Fue usual capturar cimarrones con el fin Perú los palenques fueron derrotados uno tras
de emplearlos como espías, quienes ingresaban a otro hasta quedar solo el nombre.
los montes y tomaban contacto con las bandas En un medio donde predominaba la pequeña
para luego informar al Alcalde la ubicación y mediana propiedad, era muy difícil que un
exacta de estos grupos. asentamiento humano de cimarrones pase
En las primeras décadas del siglo XIX y desapercibido, además vivir de una agricultura
durante las luchas de la independencia, las incipiente tampoco era suficiente para cubrir las
bandas de cimarrones y palenqueros seguían necesidades de alimentos. Por eso los palenques
siendo un problema por resolver. Ante la situa- desarrollaron sus estrategias de supervivencia en
ción anárquica la represión volvió a ser tan torno a la agricultura, recolección de frutos,
violenta como en los primeros tiempos colonia- cestería, pesca, trabajo a jornal en las haciendas
les. La pena de muerte se aplicó ampliamente a vecinas y el robo furtivo. Por ello elegían sitios
los bandoleros y cimarrones capturados si inten- con puquiales y cañaverales cercanos a las
taban huir nuevamente o se resistían al arresto. haciendas.
Varios bandoleros famosos fueron aniquilados Uno de los palenques más numerosos parece
durante sus capturas, como Manuel Perales (a) que fue el de Huaura, formado en los tiempos del
“Chiquito”, Manuel Masombrío, Ignacio Page, a levantamiento de Gonzalo Pizarro. Más de 200
quien aplastaron la cabeza con una piedra; “El esclavos, entre hombre y mujeres, establecieron
Camanejo” fusilado en pleno monte, además de un palenque fortificado protegido por el pantano
siete negros pertenecientes a una banda de y los totorales de la zona. Poseían una organiza-
nueve.62 ción y hasta tenían un rey nombrado por ellos
Las ejecuciones de bandoleros atraían mucha mismos. Además, poseían algunas armas, como
gente y sus cadáveres eran expuestos en los sables y arcabuces, arrebatadas a los españoles.
lugares públicos, generalmente donde más Se decía que estos palenqueros tenían contactos
robaban: edificios, haciendas, caminos, etc. En con esclavos de Lima y con indígenas, quienes
1829, por ejemplo, el cadáver de “Animita” fue planeaban derrocar a los españoles para asumir
colgado frente a la Prefectura después de su el poder.

61
Bowser, ibid. pág. 256-256.
62
Citado por Aguirre, 1993: pág. 269.
63
El Telégrafo. Lima, 13 de enero de 1829.

268
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Parece que la amenaza fue tan seria que Las bandas podían ser pequeñas, de 3 a 5
Lorenzo de Aldana, encargado de gobernar Lima individuos, como también grandes, de 10 a 15
a nombre de Gonzalo Pizarro, dispuso una fuerza individuos. Las bandas en Piura estaban armadas
de 120 soldados al mando de Juan de Barbarán, con palos, cuchillos y armas de fuego, algunas
antiguo conquistador y alcalde de la ciudad, para oxidadas, pero que tenían un efecto persuasivo
atacarlos. La batalla fue cuerpo a cuerpo, murie- entre los viajeros y transeúntes. Algunas bandas
ron 13 españoles, entre ellos el mismo Barbarán; estaban formadas solo por esclavos, otras por
también muchos esclavos quienes prefirieron individuos de la misma casta, aunque también
morir a capitular.64 había bandas mixtas de libres y cautivos, negros,
De allí en adelante durante toda la vida mestizos, indígenas, zambos y mulatos. Cabe
colonial, los palenques, afincados en toda la resaltar que estaban formadas en su mayoría por
costa, se formaron por poco tiempo, sus miem- hombres; las mujeres participaban encubriéndo-
bros se dedicaban al robo furtivo, trabajo a jornal los, vendiendo la mercadería robada, informan-
en las haciendas, la venta de caña y artículos do sobre las rondas, etc.
robados, algunos incluso se desplazaban de las La mayoría de las bandas se formaban porque
chacras a la ciudad pero ninguno se planteó los individuos se conocían previamente en el
modificar el sistema esclavista. Los palenques lugar del trabajo la chacra, el convento, la pana-
constituyeron una protesta limitada sin propues- dería o porque eran parientes y amigos. Pero
tas más allá del robo. también hay casos en los cuales los miembros de
Algunos palenques, como el célebre una banda se conocían en la prisión. Incluso,
Huachipa en Lima, lograron sobrevivir al mar- algunos esclavos se incorporaron a la banda sin
gen de la ciudad, con una población permanente conocer a los bandoleros, sólo se enteraban que
compuesta por hombres, mujeres y niños, todos en determinado monte se escondían y se acerca-
libres. Al parecer vivían de algunas actividades ban para engancharse.
simples: agricultura incipiente, elaboración de Estas bandas robaban sin distinciones.
canastas, trabajo a jornal en las chacras cercanas Atacaban en los caminos, tambos, pulperías,
y venta de caña en los tambos. Pero aún así tiendas, chinganas y casas; desvalijaban por igual
constituían un desafío al sistema, por eso se a españoles, indígenas, comerciantes y pobres
organizaron cuadrillas para exterminarlos. pescadores. Se trataba pues de una simple acción
Ya para fines del siglo XVIII y comienzos del de supervivencia. Muchos empleaban la violen-
XIX, los palenques fueron decayendo. Sólo cia, otros, por lo contrario, hacían gala de buenos
quedó el nombre para designar los lugares que modales. Uno de ellos fue el negro León quien
servían de refugio a los bandoleros. Algunos solía pedir disculpas antes de tomar lo ajeno,
palenques agrupados en bandas, actuaron al incluso devolvió a un cura todo lo robado por sus
servicio de los montoneros en las luchas de compinches. Algunos bandoleros, cautivos y
independencia y posteriormente para los caudi- libres, solían usar capa, montaban caballo y
llos militares. usaban armas como los señores.
Los lugares más frecuentados por los bando-
Bandolerismo leros eran los caminos porque podían desvalijar
Muchos esclavos también se dedicaban al a los transeúntes, viajeros, burócratas, comer-
robo. Solos o en grupos, en las chacras o en las ciantes, pescadores y arrieros. Los tambos,
ciudades, obtenían ingresos adicionales, comida, pulperías, chinganas y chicherías también eran
vestimenta, dinero, etc. blancos favoritos porque encontraban lo necen-
64
Citado por Bowser, 1977: pág. 243.

269
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

sario para proveerse de artículos cotidianos. veces un cura intercedía, pero no todos tenían
Las haciendas, chacras, casonas, callejones, ánimo de protegerlos. Incluso algunos esclavos
tiendas, corrales y estancias también figuraban conocían qué hacendados eran más explotadores
entre sus objetivos. El abigeato ocasional fue que otros.
practicado para conseguir carne destinada para Todos estas condiciones de vida esclava
alimentarse o la venta. Las bandas actuaban en fueron la causa que hcieron estallar la violencia.
toda la costa: Trujillo, Zaña, Huacho, Huaura, Por lo general, los motines de esclavos estallaban
Chancay, Pativilca, Lima, Cañete, Ica, Pisco, cuando se rompía la normatividad de la relación
Chincha y Nazca. En Lima, estaban dentro de la amo-esclavo (el amo debe dar protección, ali-
ciudad y en los extramuros, especialmente en los mentación, vivienda, vestido y medicinas al
caminos hacia el puerto y hacia el Sur, lugares esclavo). También cuando se excedían los límites
donde se comercializaban las mercaderías.65 impuestos por la legislación pues los esclavos
Para el siglo XIX, el bandolerismo ya era un sabían cuántos azotes debían recibir por determi-
problema endémico heredado de la Colonia. La nada trasgresión y aceptaban el castigo del amo,
coyuntura de la independencia lo revitalizó pues pero no el exceso.
muchas partidas de bandoleros se enrolaron en La mayor parte de los motines no eran planifi-
los ejércitos, tanto realista como patriota, pero a cados, estallaban ante un pretexto puntual: los
la vez continuaban ejerciendo el bandolerismo. golpes del caporal, el encierro en el cepo, la ame-
Mientras en la Colonia había una tendencia naza de venderlos, etc. Una vez estallado el motín
hacia las bandas con integrantes de la misma se incendiaba y destrozaba enseres, casas, sem-
casta, en el siglo XIX esa tendencia se desvane- bríos, asesinaban a los agentes del control más
ció poco a poco. Esto lo demostró Carlos Aguirre próximos, como cuadrilleros, pero el blanco de la
al encontrar una composición multiétnica: casi ira desatada eran el caporal, el propietario y su
el 90% de los integrantes pertenecían a grupos familia. Luego huían de la hacienda, se refugiaban
negros.66 en los campos, algunos regresaban después de
vagar, y otros, muy pocos, establecían palenques.
Motines Los casos de motines más conocidos fueron
En el Perú colonial y republicano, los escla- los que sucedieron en las haciendas de San
vos protagonizaron motines mayormente en las Jacinto (1768), Motocachi (1786) y San José
haciendas, mientras que en las ciudades el foco (1779), al norte de Lima. Los esclavos golpearon
violento lo constituyeron las panaderías y las a los caporales y auxiliares, rompieron alacenas,
cárceles, paradójicamente, los lugares del con- sembríos, casa, herramientas, antes de darse a la
trol. fuga. Posteriormente, ya capturados confesaron
En las haciendas, los esclavos se encontraban que la causa era el maltrato, la escasa comida y el
bajo un ritmo de trabajo extenuante, frecuentes trabajo excesivo. Estos motines se dieron porque
castigos del caporal o capataz, encerramiento en la Junta de Temporalidades cambió todo el
galpones, mala comida, escasa vestimenta, sistema de los jesuitas. Los nuevos dueños o
ausencia de medicinas, etc. Por otro lado, cuando arrendatarios quitaron los incentivos, permisos,
los esclavos se casaban, algunos propietarios descansos, propinas, carne en la dieta, entre
preferían restringir sus vidas sexuales solo al otros beneficios para el esclavo.
domingo, para evitarles desgaste físico. En el La causalidad de los motines continuó siendo
campo no había un tribunal que los escuche, a la misma durante la República. Uno de los moti
65
Arrelucea, Maribel, 1999: pág. 133.
66
Aguirre, Carlos 1993: pag. 258.

270
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Hacienda San Pedro de Lurín. Uno de los típicos motines fue el protagonizado por los esclavos de
esta hacienda en 1826. Grabado inserto en el libro Perú y Bolivia del viajero Charles Wiener.
nes típicos fue el protagonizado por los escla- de los continuos azotes y el escaso alimento
vos de la hacienda San Pedro de Lurín en 1826. proporcionado por el arrendatario, salieron de la
Era una de las haciendas azucareras más grandes hacienda rumbo a Lima. Llegaron al palacio
de Lima y la segunda más grande con mano de decididos a entrevistarse con el mismísimo
obra esclava. Un día, los esclavos capturaron al virrey. Éste les prometió su ayuda mientras el
caporal y se enfrentaron al amo armados con tribunal expedía rápidamente una orden al
piedras, para luego huir todos. Treinta esclavos, propietario para que trate bien a sus esclavos.
entre hombres y mujeres, fueron ante el Prefecto Pero, don Juan de Dios Barrionuevo, el propieta-
para quejarse y obtener perdón, mientras otros rio, no hizo caso al documento judicial y redobló
asaltaban en los caminos cercanos y vivían en los los maltratos tomando represalias contra los
montes. Pocos días después fueron capturados. esclavos. Unos días después, 28 esclavos mar-
Posteriormente, en sus confesiones dirían que charon a Palacio, se encadenaron al patio exi-
huyeron por los maltratos del mayordomo quien giendo el cambio inmediato de amo. Parece que
se encargaba de la hacienda en ausencia del así se hizo pues Barrionuevo tuvo un plazo de dos
amo.67 meses para vender sus instrumentos de labranza
En 1805 sucedió un motín que resulta sor- e irse de Pariachi. Al margen de sus reivindica-
prendente. Unos 19 esclavos de la hacienda ciones inmediatas (atacar al propietario no a la
67
Aguirre, Carlos. “Paternalismo y rebelión en la hacienda esclavista en el siglo XIX, el caso de San Pedro”, en
Kuntur, 6, 1987.

271
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

esclavitud como sistema), resulta sorpren- esclavo de la casa, un negro especialista en el


dente que se encadenen en el Palacio para lograr torno llamado Juan Sebastián, fue el cabecilla y
la intervención del mismo virrey.68 se encargó de coordinar con los otros presos.
En las ciudades, los motines tienen el mismo Dos esclavas de la panadería, María del Carmen
perfil. Como las panaderías funcionaban con y Gregoria recibieron el encargo de seducir al
personal dedicado al control de los esclavos, jardinero y a un jornalero para obtener dinero,
siempre estaban vigilándolos y, para mayor herramientas y limas. La estrategia dio resultado.
seguridad, los tenían encadenados, pero eso no Durante la noche de Pascua, escucharon los
era un impedimento para los motines que esta- ruidos de la celebración, esperaron paciente-
llaban en cualquier momento.69 mente y cuando los vigilantes y el mismo jefe de
Los esclavos se sublevaban cuando les faltaba sala se retiraron, abrieron un forado en la pared y
comida o atención médica (era frecuente que los fugaron. Previamente, destruyeron el torno
obliguen a trabajar estando enfermos como al recién adquirido por el panadero.
esclavo Juan, quien en 1791 trabajaba en el Al día siguiente comenzó la caza de los escla-
torno de una panadería estando con una hernia, vos. Fueron capturados casi todos; otros regresa-
y como no le hicieron caso, mató a un trabaja- ron solos y algunos buscaron a sus propietarios
dor). Otros motivos eran por cuestiones senti- para suplicarles perdón. Resulta claro que estos
mentales: se desesperaban al no saber de sus esclavos solo pensaron en evadirse de las duras
cónyuges o hijos. condiciones de trabajo y castigo correctivo pero
Algunos esclavos no soportaban el castigo no planificaron más allá, es decir, a dónde ir,
administrado en la panadería. Para librarse de las cómo sobrevivir, etc.70 Este hecho demuestra la
cadenas y escapar, recurrían a la automutilación. ausencia de una respuesta más contestataria en
También hay casos de agresiones: algunas veces los esclavos urbanos quienes preferían usar las
golpeaban y mataban a todo aquel que se les instancias legales, las diferentes formas de eva-
ponían al frente. Algunos lograban huir así, sión y el pequeño cimarronaje, lo que podría
corrían por la calle, desesperados, hasta ser llamarse la resistencia cotidiana.
alcanzados y encadenados de nuevo. Estas esce-
nas no eran raras en Lima. 6. Los esclavos y las luchas por la independencia
Casi siempre los esclavos intentaban fugar Las luchas por la independencia en
solos y de noche. Pocas veces se unieron para Hispanoamérica coincidieron con la campaña
planificar una fuga, como el caso de la panadería inglesa para abolir la trata negrera y la esclavi-
de Malambo en 1769. En la fuga participaron tud. Por ello los líderes de las revoluciones ameri-
varias personas, entre hombres y mujeres, escla- canas adoptaron el tema dentro de sus discursos
vos presos y aquellos que eran propiedad del liberales. Así, tanto San Martín como Simón
panadero, aunque también estuvieron implica- Bolívar dedicaron palabras conmovedoras
dos jornaleros y el jardinero, todos indígenas, que contra este sistema esclavista, aunque detrás
laboraban allí. existía un interés práctico: necesitaban esos
Los esclavos presos planearon la fuga con miles de hombres como soldados sumisos.
anticipación, su único objetivo era huir lo más De esa manera, empezaron a plantear la
lejos posible. Con ese fin establecieron roles: el abolición de la esclavitud. Riva Agüero propuso n
68
Agradezco al historiador Alejandro Reyes la comunicación personal sobre este caso.
69
Estudios sobre panaderías en Aguirre, Carlos. “Violencia, castigo y control social, esclavos y panaderías en Lima,
siglo XIX”. Pasado y presente, 1, 1988; y Arrelucea, Maribel, “Conducta y control. Estudio de las panaderías limeñas,
siglo XVIII”. Revista del Archivo General de la Nación, 13, 1996.
70
Arrelucea Maribel, 1999: pág. 180.

272
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Negros limeños festejando la Independencia. Acuarela de Pancho Fierro.

liberar unos cuantos, los más hábiles, para que Bolívar, por su parte, tratando de obtener más
se encarguen de atraer a los esclavos de haciendas soldados, ordenó en 1824 que los esclavos tenían
y apoyar a San Martín. Cuando el libertador del derecho a solicitar variación de amo sin más
sur arribó a nuestras costas lo hizo con proclamas causal que su voluntad. Pero en 1825 apareció el
prometiendo la libertad a todo esclavo que pelea- Reglamento Interior de las Haciendas de la Costa en
se en sus filas. Muchos esclavos, entusiasmados y el cual se ordena el tiempo de trabajo, castigos,
crédulos, se enrolaron como milicianos y monto- derechos de los esclavos, etc. Esta fue una reac-
neros. Pero una vez proclamada la independencia ción de parte de los hacendados, preocupados por
y establecido el Protectorado, San Martín dicta el el avance de la campaña inglesa, la especulación
bando de libertad de vientres: todos los hijos de de los precios y el encarecimiento de los esclavos .
esclavos nacidos a partir del 28 de julio de 1821 Durante las guerras de independencia el
serían libres. Unos días después, dicta otro bando bandolerismo asumió características políticas
dando la libertad a todos los esclavos de españoles porque no se trató de una guerra entre dos gran-
emigrados y, posteriormente, ordena que todos des ejércitos profesionales, sino más bien entre
los libertos beneficiados por la ley de Libertad de diversos actores y grupos: soldados formales de
Vientres debían quedar sujetos al patronato de los batallones y milicias, montoneros y los “ván-
sus madres hasta los 20 años, en las mujeres, y 24 dalos”. Por supuesto que un soldado en algún
años en los hombres. momento se convertía en vándalo y un vándalo
En la práctica, la esclavitud continuó en el en miliciano. Las confusiones son muchas por la
Perú, así como las duras condiciones de vida y ambigüedad en los mismos protagonistas.
escasas oportunidades de sobrevivir que encon- Asimismo, el discurso racista también estuvo
traba un marginal en la sociedad colonial y repu- bien presente cuando se trataba de opinar sobre
blicana. los montoneros. Vidaurre decía “son indios,

273
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

negros, personas estúpidas, que oyen la voz de la horas diarias como máximo, y como el traba-
naturaleza que impele a la defensa de los derechos”. jo se distribuía por tareas, quien terminaba más
Igual opinaba un escritor del periódico El Limeño rápido, podía pedir más tareas y cobrar como
cuando en 1834 afirmaba: “como si el grito del jornalero libre. También subrayó la práctica de
ebrio, el asesino, del vago, del esclavo, de los seres otorgarles chacras, dejarlos criar animales para
más despreciables fuese conforme a los sentimientos su consumo o venta y obtener dinero extra
de los peruanos”.71 cortando pasto, fabricar canastas, cortando y
Por otro lado, las luchas por la independencia vendiendo leña del monte. La intención de este
rompieron buena parte de la estructura colonial. autor era mostrar lo benigno de la esclavitud
Muchas bandas de cimarrones crecieron en peruana. Según él, todos los esclavos eran tan
número y algunas llegaron a integrarse con bien tratados que no había necesidad de abolir la
bandoleros de diferentes castas y con los monto- trata de esclavos y el sistema en sí.
neros. Como bien opinó Hünefeldt72, constituye- De igual opinión era Juan Bautista Lavalle,
ron una fuerza constante y peligrosa, además de quien mostró su hacienda limeña a su ilustre
inestable. Varios jefes montoneros intentaron visitante, Flora Tristán. Después de ver la casa
incorporarlos en sus filas como Miller y Francisco pasaron a los depósitos de esclavos y el cuarto de
Paula Otero. Algunas montoneras, respaldadas castigo donde Flora, horrorizada, observó a dos
por cimarrones y bandoleros, tuvieron tal éxito esclavas castigadas en el cepo porque habían
que cortaban el suministro de alimentos y pertre- asesinado a sus propios hijos. El hacendado cal-
chos de guerra a Lima. madamente le dijo que “la esclavitud aquí, como
Sin embargo, todos sus esfuerzos en pos de un entre todos los pueblos de origen español, es más dulce
concepto abstracto, como era la libertad republi- que entre las demás naciones de América” para
cana, se esfumaron pues los líderes de las guerras añadir luego que “es desgraciadamente demasiado
y los caudillos militares que llegaron restablecie- cierto que no se les puede hacer marchar sino con
ron los lazos esclavistas. En 1830 se dispuso que fuete”. Ella replicaría posteriormente que en las
un liberto sería considerado así a partir de los 30 condiciones de vida de esas dos infelices, también
años; en 1831 se derogó el decreto de Bolívar; en habría hecho lo mismo.73
1839 la Constitución de Huancayo alargó el
plazo a los libertos hasta los 50 años de edad para 7. La abolición de la esclavitud
ser considerados como tales . La abolición de la esclavitud en las colonias
Mientras Inglaterra presionaba por anular la hispanas fue un proceso lento, dada en diferen-
trata de esclavos, en el Perú, por lo contrario, tes fechas, y sustentada en un discurso liberal
muchos alzaron sus voces para defender esta muy débil.
institución. Uno de ellos fue José Gregorio y Paz La abolición del tráfico abominable por la
Soldán quien escribió Memoria sobre la esclavatu- Corona inglesa en 1807 fue el paso fundamental,
ra en el Perú en 1846. En este texto Paz Soldán pues se asoció con los principios liberales duran-
afirma que el tratamiento que se daba a los escla-
te la coyuntura independentista que sacudía las
vos en el Perú era más suave y los hacía dichosos.
colonias hispanoamericanas. Las primeras
Los esclavos agrícolas, decía, trabajaban ocho
Juntas de Gobierno incluyeron el tema: la aboli-

71
Citado por Walker, Charles. “Montoneros, bandoleros, malhechores: criminalidad y política en las primeras
décadas republicanas”, en Bandoleros, abigeos y montoneros. Criminalidad y violencia en el Perú, siglos XVI-XX. Aguirre y
Walker (ed.) 1990.
72
Hünefeldt, Christine. “Cimarrones, bandoleros, milicianos: 1821”. Histórica, vol. III, 2, 1979.
73
Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria. Lima: Librería Studium, 1986, pág. 298.

274
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

ción fue declarada por la Suprema Junta de de hacienda que se presentase al servicio del
Caracas en 1810; Hidalgo la declaró en México ejército obtendría su libertad por este solo
el mismo año. El Congreso chileno siguió el hecho, y la gracia se haría extensiva a su mujer
ejemplo en 1811, y al año siguiente el gobierno legítima. La única condición exigida era un
de Buenos Aires hizo lo mismo. Incluso el discur- servicio de dos años como mínimo. Además se
so abolicionista también se escuchó en las Cortes entregaría una indemnización al amo para evitar
de Cádiz pero finalmente, no fue incluida. reclamos posteriores.
Inglaterra declaró la trata esclavista como Al enterarse del respaldo de muchos propie-
ilegal, los barcos negreros fueron confiscados y tarios y esclavos a Echenique, Castilla, desde su
los esclavos liberados. Los buques ingleses inter- cuartel general en Huancayo y en plena guerra
ceptaban barcos negreros en todos los mares, civil contra el Presidente, dio el Decreto del 3 de
perseguía contrabandistas y los juzgaba bajo el diciembre de 1854 aboliendo la esclavitud en
cargo de piratería en una corte especialmente todo el territorio de la República. Solo excluía del
creada con este fin. Sin embargo, los precios se derecho de libertad a los que estaban en las filas
dispararon porque la demanda continuaba de Echenique. El Decreto mencionaba clara-
siendo fuerte y seguían llegando esclavos. mente que los propietarios recibirían una indem-
Inglaterra empleó toda su habilidad diplomá- nización justa.
tica y hasta las presiones económicas y políticas Posteriormente, el 23 de enero de 1855,
para conseguir la anuencia de las nuevas repúbli- acabada la guerra y derrotado Echenique,
cas. En 1839, el dictador Rosas prohibió definiti- Castilla dio otro Decreto que complementaba el
vamente la trata en Argentina, Venezuela lo hizo anterior. Se obligaba a los esclavos a trabajar
en el mismo año, mientras que en México se durante tres meses en las haciendas a cambio de
firmó en 1842. En Chile, prácticamente ya no un jornal, igualmente el amo podía expulsar a sus
había esclavos desde 1823, año de la manumi- esclavos improductivos mientras que los escla-
sión pero firmó el tratado con Inglaterra en 1842, vos domésticos fueron obligados a permanecer
Ecuador lo hizo en 1847 y Colombia en 1851. hasta por ocho días en casa de sus amos. Además
Más tardíos fueron Puerto Rico (1873) y Cuba todo esclavo desocupado sería tratado como
(1880) lugares donde la esclavitud era una vago y encarcelado. En suma, tal Decreto busca-
institución de primera importancia. ba un paso gradual de la esclavitud a la libertad
En el caso del Perú, la abolición también fue salvando los intereses de los propietarios.
tardía ¿Cómo se explica esto? Algunos contem- Poco después, el 9 de marzo de 1855, otro
poráneos de Ramón Castilla, como Santiago Decreto reglamentó el tema de las indemniza-
Távara y Manuel Labarthe, construyeron un ciones a los propietarios fijándose el precio de
marco ideológico para sustentar la abolición 300 pesos por cada esclavo sin distinción de sexo,
mencionando que ya había un discurso liberal, edad, condiciones físicas, etc. Se ha señalado
con campañas auspiciadas por Pedro Gálvez y que esta indemnización fue excesiva al contras-
Manuel Toribio Ureta.74 Pero no existen discur- tarla con los precios de otros sitios como las
sos o artículos que prueben esta campaña. Por eso colonias inglesas donde era 60 pesos, en
es mejor observar los acontecimientos previos. Honduras fue 265 pesos, en Nueva Granada fue
El 18 de noviembre de 1854, el presidente de 74 pesos, etc. Carlos Aguirre ha señalado que
Echenique dispuso que todo esclavo doméstico o ese era el precio promedio de venta de los esclaa-

74
Távara, Santiago, Abolición de la esclavitud en el Perú, Lima: imprenta del Comercio, 1855; Labarthe, Manuel “La
evolución del régimen jurídico de la esclavitud en el Perú”. Separata de la Revista del Foro, XLII, 2, 1955.

275
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

vos en el mercado limeño en ese momento. Según el discurso liberal debía establecerse
Pero este proceso también estuvo plagado de una nueva relación laboral basada en el salario.
fraudes, Ricardo Palma sostenía que se pagó por Pero en la práctica, si bien la compra y venta de
25,505 esclavos cuando en 1854 solo existían esclavos desapareció, las relaciones siguieron
algo de 17,000. Por su parte, Alfonso Quiroz ha siendo serviles, muchos esclavos siguieron traba-
demostrado que este proceso benefició a los jando en las haciendas bajo la atenta mirada del
hacendados quienes inyectaron nuevos capitales caporal, viviendo en los mismos galpones y
a la agricultura y reforzaron sus vínculos con el comiendo lo mismo. Y esto fue porque la élite
capital comercial. peruana no había cambiado, seguía pensando
que la mejor manera de obtener ganancias era
Después de la Abolición usando esclavos, de allí que ante la abolición
Si bien los esclavos fueron libres gracias a una definitiva de la esclavitud buscaran una alterna-
decisión oportunista de Castilla, la nueva situa- tiva similar: importar coolíes chinos. Incluso el
ción no parecía ser diferente a la anterior. Los mapa de distribución de la población negra no
esclavos rurales continuaron en el campo, otros sufrió grandes alteraciones, pues continuaron
se desplazaron lejos. En las ciudades muchos habitando Piura, Zaña, Cañete, Lima, Ica,
fueron arrojados a la calle por estar enfermos, Chincha, Pisco y Nazca.
tullidos, etc. Otros se marcharon en busca de
trabajo mientras que algunos permanecieron Bibliografía
con sus ex amos.
Al parecer la abolición sorprendió a muchos Adanaqué, Raúl
esclavos y no la entendieron a cabalidad. 1991 “Condiciones de vida de los esclavos en
Acostumbrados a permanecer en las haciendas, el Perú”. El Peruano.
donde podían disponer de una chacrita, anima- 1991 “Marcas y castas de esclavos en el Perú”.
les y choza, de pronto eran expulsados. Algunos El Peruano.
se resistieron, como Cipriano y Blasa, esclavos de 1991 “Marcas y castigos de esclavos en el
la chacra de San Miguel en Lima. El domingo Perú”, El Peruano.
recibieron su propina y salieron a pasear, pero al 1993 “Cofradías de esclavos en el Perú colo-
regresar el mayordomo les dijo que se lleven sus nial”. La Mañana.
animales y enseres porque eran libres. Los expul- 1993 “Marcas de esclavos en el Perú". La
só. Ellos sintieron un desamparo total, debían Mañana.
empezar a construir una vida libre que implicaba Aguirre, Carlos
también responsabilidades. Al intentar regresar 1987 “Paternalismo y rebelión en la hacienda
a la chacra, discutieron con el mayordomo y lo esclavista. El caso San Pedro”. Kuntur, 6.
mataron.75 1987 “Violencia y control social, esclavos y
Para otros esclavos, la abolición no fue tan panaderías en el siglo XIX”. Pasado y
difícil. Sobre todo para aquellos que tenían un Presente, 1.
oficio, eran jóvenes y sanos, suficiente como para 1990 Agentes de su propia libertad. Los esclavos
negociar nuevas alternativas y mantener sus de Lima y la desintegración de la esclavitud.
niveles de vida. La mayor parte de los ex esclavos Lima: PUCP.
permanecieron bajo el dominio de sus ex amos.

75
Citado por Aguirre, 1993: pág 313.

276
Maribel Arrelucea Historia de la esclavitud africana en el Perú...

Aguirre, Carlos; B a l l u m b r o s i o , E u s e b i o ; Huertas, Lorenzo


Delgado, Luis (et al.) 1988 “Esclavitud y economía regional:
2000 Lo africano en la cultura criolla. Lima: Huamanga, 1577-1855”. Primer
Fondo Editorial del Congreso del Perú. Seminario sobre Poblaciones Inmigrantes,
Arrelucea, Maribel vol. I.
1996 “Conducta y control social colonial. Hünefeldt, Christine
Estudio de las panaderías limeñas”. 1979a “Los negros de Lima”. Histórica, III, 1.
Revista del Archivo General de la Nación, 1979b “Cimarrones, bandoleros, milicianos”.
13. Histórica, III, 2.
1998 “De bandoleros y curanderos: opciones 1987 Mujeres, esclavitud, emociones y libertad.
del cimarronaje en la costa central”. Lima: IEP.
Revista del Archivo General de la Nación, 1988 “Jornales y esclavitud. Lima en la prime-
16. ra mitad del siglo XIX”. Economía, X, 9.
1999 “Conducta social de los esclavos de 1992 Lasmanuelos. Vida cotidiana de una fami-
L i m a , 1 7 6 0 - 1 8 2 0 ” . Te s i s d e lia negra en la Lima del siglo XIX. Lima:
Licenciatura, Lima: UNMSM. IEP.
2001 “De la pasividad a la violencia. Las Kapsoli, Wilfredo
manifestaciones de protesta de los 1975 Sublevaciones de esclavos en el Perú. Siglo
esclavos limeños, 1760-1820”. Historia XVIII. Lima: Universidad Ricardo
y cultura, 24. Palma.
Bowser, Frederick Klein, Herbert
1975 “The free person of color in Lima and 1986 La esclavitud africana en América Latina y
Mexico City: Manumission and oppor- el Caribe. Madrid : Alianza editorial.
tunity". En Engerman y Genovese ed. Labarthe, Manuel
Race and Slavery in the Western 1955 “La evolución del régimen jurídico de la
Hemisphere. Princeton: Princeton esclavitud en el Perú”. Separata de la
University Press. Revista del Foro, XLII, 2.
1977 El esclavo africano en el Perú colonial, López Albújar, Enrique
1524-1650. Barcelona: Siglo XXI. ed. 1936 Los caballeros del delito. Lima: Ed, Juan
Cajavilca, Luis Mejía Baca.
1939 La esclavitud en la hacienda San Francisco Mac Lean y Estenos, Roberto
de Borja de Tumán, ss. XVI-XVIII. Lima: 1948 Los negros en el nuevo mundo. Lima:
UNMSM. PTCM.
Espinoza, Victoria Macera, Pablo
1988 “Cimarronaje y palenques en la costa 1975 Trabajos de historia. Lima: INC, III vol.
central del Perú: 1700-1815”. Primer Mejia, Yolanda
Seminario sobre Poblaciones Inmigrantes, “Las panaderías coloniales del siglo
vol. II. XVIII”. Sequilao, III, 4.
Flores Galindo, Alberto O'Phelan, Scarlett (comp.)
1984 Aristocracia y plebe. Lima 1760-1830. 2003 Etnicidad y discriminación racial en la
Lima: Mosca Azul. historia del Perú. Lima: PUCP, Instituto
Hart-Terre, Emilio y Marquez Abanto, Alberto Riva Agüero, Banco Mundial.
1963 “El artesano negro en la arquitectura Palma, Ricardo
1997 Anales de la Inquisición de Lima. Lima:
virreinal limeña”. Revista del Archivo
Ediciones del Congreso de la República.
Nacional, XXVI.

277
Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Price, Richard (comp.) Tristán, Flora


1981 Sociedades cimarronas. Comunidades 1986 Peregrinaciones de una paria. Lima:
esclavas rebeldes en las Américas. México: Librería Studium.
Siglo XXI. Varallanos, José
Quiroz, Francisco 1936 Bandoleros en el Perú. Ensayos. Lima:
1997 Un palenque llamado Lima”. Alma Altura.
Mater. Vega, Walter
Reyes, Alejandro 1997 “Cofradías en el Perú colonial: una
1985 Esclavitud en Lima, 1800-1840. Lima: aproximación bibliográfica”. Diálogos, 1.
UNMSM. Vegas, Ileana
1987 “Pariachi, la rebelión de los esclavos y la 1996 Economía rural y estructura social en las
toma de Palacio”. haciendas de Lima durante el siglo XVIII.
Lima: PUCP.
Romero, Fernando
Velázquez, Marcel
1981 Q u i m b a , f a , m a l a m b o , ñ e q u e .
2002 El revés del marfil. Género, etnicidad y
Afronegrerismos en el Perú. Lima: IEP.
modernidad. Lima: UNFV.
1992 Safari africano y compraventas de esclavos
Vivanco, Carmen
para el Perú. Lima: IEP. 1981 El bandolerismo en el Perú. 1760-1819.
Tardieu, Jean Lima: BPHES.
1997 El esclavo en el Cusco. Lima: PUCP. Walker, Charles y Carlos Aguirre(ed.)
Távara, Santiago 1987 Bandoleros, abigeos y montoneros.
1855 Abolición de la esclavitud en el Perú, Lima: Criminalidad y violencia en el Perú. Lima:
imprenta del Comercio. Instituto de Apoyo Agrario / Pasado y
Tord, Javier y Carlos Lazo Presente.
1977 Del negro señorial al negro bandolero. Wiener, Charles
Cimarronaje y palenques en Lima, siglo 1993 Perú y Bolivia, relato de viaje. Lima:
XVIII. Lima: BPHES. UNMSM.
1980 “Economía y sociedad en el Perú colo- Zapata, Roger
nial”, en Historia del Perú, Juan Mejía 1990 Imágenes de la resistencia indígena y escla-
Baca ed. vol. IV y V. va. Lima: Wari.
1981 Hacienda, fiscalidad y luchas sociales, Perú
colonial. Lima: BPHES.
Trazegnies, Fernando
1981 Ciriaco de Urtecho, litigante por amor.
Lima : PUCP.

278

Вам также может понравиться