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17 DICIEMBRE 2017 - 21:39:25 HORAS

Dos medios británicos, la BBC y The Economic destacaron a principios de abril de este año una "recuperación económica de
Portugal". Según estos medios la política fiscal expansiva del Gobierno de António Costa ha dado resultado, ya que el déficit
fiscal cayó al 2,1% en 2016 y la economía portuguesa lleva tres años consecutivos creciendo. El banco central ha estimando
un incremento de las exportaciones del 6% y un descenso de la tasa de paro al 7% para 2019. Dicha política expansiva ha
permitido un aumento de los salarios y las pensiones, hasta niveles de precrisis.

Otros medios han destacado recientemente que detrás de la elección del portugués Mário Centeno, está su fresca gestión como
ministro de Economía. Más allá de que estos juicios de valor sean ciertos o no, ¿cómo han evolucionado las principales
variables macroeconómicas de Portugal?

Según datos del Instituto Nacional de Estadística portugués la economía del país lleva creciendo en términos interanuales
desde el último trimestre de 2013. El PIB a precios de mercado y a efectos de estacionalidad y calendario ha subido más
este año con relación a los anteriores: la media de los tres primeros trimestres es del 2,76%. Este crecimiento ha sido
importante: entre julio y septiembre se sitúo en el 2,5%, una décima inferior al promedio de la Unión Europea (UE) y la
Eurozona.

La tasa de la paro cayó al 11,2% de la población activa en 2016, desde el 16,4% alcanzada en 2013, dados los datos de
Eurostat. En octubre de este año bajó hasta el 8,5% en términos desestacionalizados, tres décimas inferior a la de la Eurozona
y 1,1 puntos porcentuales superior a la media de la UE.

En el décimo mes del año la inflación aumentó un 1,9% con relación al mismo mes del año 2016. Este nivel está poco por
encima de la UE (1,7%) y la zona euro (1,4%).

Las estadísticas del Banco Mundial indican que Portugal tuvo un superávit en su balanza por cuenta corriente del 0,8% del
PIB en 2016. La balanza por cuenta corriente es una de las tres cuentas que forman la balanza de pagos, y es el resultado de la
diferencia entre gastos e ingresos corrientes productos de realizar operaciones con el exterior. Dentro de ésta el saldo
comercial de bienes y servicios llegó al 1,2% del PIB. Eso sí, la balanza sólo de bienes ha acumulado un déficit de 11.600
millones de euros en los 10 primeros meses de este año, un 30,33% superior al registrado durante el mismo periodo del año
anterior.

La economía portuguesa llegó a tener un déficit fiscal del 11,2% sobre el PIB en 2010. Desde entonces la ha reducido al 2%
(2016). Este ritmo de decrecimiento continúa, ya que este ratio ha descendido de media entre enero y junio al 1,2% del PIB
(sin estacionalidad). Este nivel supone que las autoridades portuguesas van a estar menos controladas por la Comisión Europea,
ya que han salido del Protocolo de Déficit Excesivo (PDE), fijado en el 3% del PIB. Superar esta ratio da lugar a que Bruselas
incremente la presión sobre el Estado miembro, con el objetivo de que reduzca su saldo negativo por debajo de dicho nivel en
el corto plazo. España está ahora mismo en esta situación.

Problemas financieros

Pese a esta reducción del déficit público, la deuda pública PDE de Portugal creció significativamente y sin interrupción entre
2007 y 2016. En concreto ha pasado de representar el 68,4% del PIB a suponer el 130,1% . Es el tercer país de la UE con
mayor nivel de endeudamiento de las administraciones públicas, detrás de Grecia (180,8%) e Italia (132%). Esta senda ha
continuado en los dos primeros trimestre del presente año, ya que ha subido ligeramente.

En cuanto a la deuda privada, también continúa en valores extraordinariamente altos. No obstante se ha reducido en los
últimos años. Desde un valor máximo que alcanzó en 2012, situándose en el 210,3% sobre el PIB, ha pasado a representar el
171,4% (valor provisional de 2016).

La deuda externa neta, es decir, la diferencia entre lo que Portugal debe al exterior y lo que las naciones extranjeras deben a
este país, cerró en el 94,5% del PIB portugués en 2016. Se ha reducido desde su mayor valor, alcanzado dos años antes (104,4%
sobre el PIB). El país vecino es la tercera economía con una mayor deuda externa neta, por detrás de Chipre (152%) y Grecia
(137,5%).

Este problema de endeudamiento tanto público como privado explica la debilidad de su sistema financiero. Al igual que en
otros países del sur de Europa los bancos con mayor nivel de morosidad han necesitado ayudas públicas o han sido vendidos
a entidades más solventes. Pese a ello la OCDE ha alertado al Gobierno luso que ‘la fragilidad de los bancos tiene que ser
resuelta lo más rápido posible para reducir los riesgos presupuestarios y recuperar el crecimiento del crédito. Es crucial reducir
el crédito malo de los balances’.
1. No hay más remedio que ayudar a que el PIB suba y para ello lo tienen que hacer cada uno o alguno de sus componentes:

 Consumo. Sólo crecerá si aumenta la confianza del consumidor. En esto la acción de los gobernantes es clave. Más
unidad y mensajes claros y comprensibles, explicando el por qué de cada decisión, ayudarían. También ayudaría que
hubiera más gente con empleo. Ambas cosas difíciles. Poco se puede hacer aquí.
 Inversión. Una empresa invierte en máquinas o personas sólo si tiene muchos pedidos. No es el caso ahora ni se prevé
en el corto plazo.
 Gasto público. Ahora se está reduciendo, con lo que contribuye al que el PIB baje más todavía. Pero tampoco hay
dinero para que el gobierno gaste más. Nada que hacer aquí.
 Exportación-Importación. Es la única salida posible ahora. Vender fuera lo que no vendemos aquí. Y comprar menos
fuera. De hecho las empresas que van bien son las que están exportando mucho. Pero para ello se requiere salir y
vender y también se requiere un euro barato, a algo así como 1 euro = 1 dólar. Con un euro caro es difícil vender fuera,
pues nuestros competidores compran en dólares. Estoy vendiendo el coche español en Turquía a 10.000 euros cuando
el coreano lo vende a 10.000 dólares (7.500 euros). Por cierto no pasa nada por salir a trabajar fuera. Se gana dinero y
se amplían horizontes. Y no se pierde talento, que este ya volverá.

2. Cuando un país crece económicamente, lo normal es que crezca el consumo y a la vez los precios.
Pero el crecimiento de la actividad es necesario, aunque al mismo tiempo es preciso controlar que la
inflación no se dispare. Cualquier familia constata que si los precios no suben, las retribuciones
públicas ó privadas de sus miembros tampoco aumentarán, porque lo normal es que vayan ligadas al
IPC de un modo u otro, con el fin de no perder poder adquisitivo. En suma, si un aumento salarial es
mayor que el IPC se gana poder adquisitivo, pero si es inferior, se pierde capacidad. Crecimiento con
inflación controlada, pero no encefalograma plano, es lo que los expertos recomiendan. No inflación
negativa Si la inflación sube mucho porque la situación económica es muy buena, se habla
de una economía recalentada, y la forma de enfriar la economía es subir los tipos de
interés para reducir el número de préstamos concedidos y por tanto el consumo, con lo
que bajan los precios. De igual forma, bajadas de tipos de interés favorecerán el
crecimiento económico y por tanto la inflación.

3.Por esto mismo, al bajar la tasa y ser menos atractiva, los ahorristas se vuelcan más
al dólar (lo que aumenta la expectativa de una suba del precio de la divisa
estadounidense) y al consumo (aumenta la inflación), mientras que al subir la tasa sucede
lo contrario: los dólares pasan a ser menos atractivos (baja su valor) y cae el consumo (por
lo que hay menos presiones inflacionarias). subir los tipos de interés gradualmente a lo
largo de los próximos años, ya que, su objetivo a medio plazo es conseguir una inflación
del 2%
4.

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