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Clasificaciones de las parafilias

 La propuesta de clasificación original de Freud (1973)

Introduce, por primera vez, expresiones de “objeto sexual” definiéndolo como: persona de la
que parte la atracción sexual y “meta sexual” a la acción hacia la cual dirige su pulsión, y a partir
de ellos clasifica a las perversiones.

En un primer grupo coloca las que él llama desviaciones con respecto al objeto sexual en donde
incluye a la homosexualidad (inversión), a las que él llama personas genéticamente inmaduras
(paidofilia), y cuando los objetos sexuales son animales (zoofilia). En el grupo de las desviaciones
con respecto al objeto sexual Freud incluye las llamadas transgresiones anatómicas poniendo
entre ellas al sexo oral y al fetichismo.

Otras son las fijaciones de metas sexuales provisionales y allí coloca a la escoptofilia, a lo que él
llama “el exceso en el tocar”, al sadismo y al masoquismo.

 La clasificación de John Money (1993)

Propone el siguiente sistema de clasificación:

Parafilias sacrificadoras

Cuando uno o ambos compañero deben ser “castigados” por sentir “lujuria. Estas incluyen el
sadismo, masoquismo, y la catastrofilia (excitación sexual producida por accidentes y
catástrofes). Dicha clase de parafilias puede abarcar desde un juego de consentimiento mutuo,
hasta los crímenes lascivos de personas desconocidas (erotofomofilia).

Parafilias depredadoras

Cuando solo puede tolerarse la lujuria si el sexo o un objeto se roba o se toma por la fuerza. Una
persona con esta clase de parafilia puede imaginar o actuar como el depredador o la víctima, en
este grupo están incluidos la violación, el asalto y el secuestro. La conducta puede abarcar desde
el robo de un objeto sin valor o el juego mutuo entre compañeros que simulan el ataque y la
resistencia hasta la violación de una persona desconocida y aterrorizada (biastofilia)

Parafilias mercantiles

Cuando las personas “malvadas” pueden sentir placer. La prostitución real no siempre forma
parte de esta parafilia, pero está presente cuando uno de lo miembros finge ser prostituta o
proxeneta y cobra por sus servicios sexuales. Otro ejemplo es pagar por llamadas telefónicas en
las que el cliente puede dirigirse a la persona como si fuera una prostituta o gigolo.

Parafilias fetichistas
Cuando la persona incluye en el acto sexuala un fetiche particular que para ella simboliza lo
“perverso”. El objeto elegido es lo que se llama fetiche, se le “culpa” de la excitación sexual y
resulta imprescindible para que se produzca. La palabra fetiche significa “objeto con poderes
mágicos”. Se usaban en las culturas tradicionales como objetos asociados con la brujería, como
protectores o amuletos.

Parafilias selectivas

Cuando la pareja sexual no debe pertenecer al grupo de personas aceptables como compañeras
sexuales. En estas parafilias la elección es repetitiva, de manera que cuando la compañera
cambia y se convierte en “Aceptable”, según las normas sociales, debe descartarse y buscarse
otra que responda al criterio de selección del parafílico. Un ejemplo es la necesidad de un
compañero o una compañera de un grupo de edad diferente. En la paidofilia, la pareja debe ser
mucho más joven, a menudo en la etapa prepuberal; cuando crece y llega a la pubertad, debe
cambiarse por otra. La parafilia opuesta, la necesidad que la pareja sea mucho mayor, se llama
gerontofilia. En la efebofilia, cuando la pareja se busca sea adolescente, la sociedad puede no
condenar la diferencia de edad, pero podría producirse una cadena de divorcios al buscar la
persona mayor un compañero más joven cada pocos años.

Otros tipos de parafilias selectivas incluyen la zoofilia (animales), la necesidad de una pareja de
un grupo racial diferente o la necesidad de alguien obseso, deforme, o con ciertos atributos
específicos. A veces se trata que el compañero pertenezca a una clase social muy diferente o, el
caso más extremo, que esté muerto.

Parafilias atractivas

Cuando es necesaria una etapa determinada de comportamiento que puede preceder al coito,
y que se convierte en el “acontecimiento principal”; esta separa el juego previo del acto
“malvado” del coito y lo mantiene “puro”. Un ejemplo es el exhibicionismo. El que necesita
espiar logra su excitación observando algo prohibido (escoptofilia); el narratófilo la obtiene de
las conversaciones eróticas, y otros de mirar figuras eróticas. Cualesquiera que sea la conducta-
hacer llamadas telefónicas obscenas (escatología telefónica), asistir a espectáculos
pornográficos o filmar videos eróticos de ellos mismos- hay una diferencia entre el parafílico y
el receptor de sus acciones; aunque esas acciones no incluyan el coito.

En una clase de estas parafilias, froteurismo, el hombre toma contacto corporal frotándose o
apretándose contra otra persona desconocida en un lugar lleno de gente, por ejemplo un
autobús, pero el encuentro es anónimo.

Referencia:

Rubio, E., y Velasco, A. (1994). Antología de la sexualidad humana, las parafilias. Conapo:

México, D.F. Recuperado de:


http://www.facmed.unam.mx/deptos/familiar/compendio/Primero/I_SM_304-
332.pdf

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