Вы находитесь на странице: 1из 6

EL ESTRÉS, SUS CONSECUENCIAS Y SU AFRONTAMIENTO

1. ESTRÉS. DEFINICIÓN, VALORACIÓN PSICOLÓGICA.


Posiblemente, todos alguna vez hemos dicho estoy con estrés, o tengo mucho estrés, pero realmente:
¿Qué es el estrés?
El término estrés proviene de la física y la arquitectura y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto, que
puede deformarlo o romperlo.
En la Psicología, estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos en los cuáles nos encontramos con
situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de
afrontamiento.
La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en que se importó para la
psicología por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956).
1.1. Definición
Según, Cano, A. (2002) El estrés ha sido entendido:

 como reacción o respuesta del individuo (cambios


fisiológicos, reacciones emocionales, cambios conductuales,
etc.)
 como estímulo (capaz de provocar una reacción de estrés)
 como interacción entre las características del estímulo y los
recursos del individuo.
En la actualidad, este último planteamiento, se acepta como el más
completo. Así pues, se considera que el estrés se produce como
consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente
(estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto.
1.2. Elementos
Los elementos a considerar en la interacción
potencialmente estresante son: variables situacionales (por
ejemplo, del ámbito laboral), variables individuales del
sujeto que se enfrenta a la situación y consecuencias del
estrés.
1.3. Tipos de estrés
El
distinguido fisiólogo Hans Selye (1974, citado por
Lazarus, 2000) sugería dos tipos:
El primero es un tipo destructivo, causa dolor y angustia,
ilustrado por la ira y la agresión y se dice que es
perjudicial para la salud.
Y el eustrés es el tipo cognitivo, ilustrado por emociones
asociadas con la preocupación empática por los demás
y con los esfuerzos positivos que beneficiarían a la
comunidad, y se dice que es compatible o que protege
la salud del individuo.
La relación con las impresiones del mundo externo y del interior no producen un desequilibrio orgánico, el
cuerpo es capaz de enfrentarse a las situaciones e incluso obtiene sensaciones placenteras y de
satisfacción.
2. DIMENSIONES DE LOS ESTRESORES.
Pratt y Barling (1988), conceptualizaron los estresores en función de cuatro dimensiones:
· Especificidad del momento en que se desencadenan.
· Duración.
· Frecuencia o repetición.
· Severidad o intensidad.
En función de estas dimensiones es posible distinguir cuatro tipos de estresores: estresores agudos,
estresores crónicos, pequeños estresores de la vida diaria y desastres.

 Los estresores agudos: Tienen siempre un comienzo o desencadenamiento definido, corta


duración, ocurren con poca frecuencia y presentan alta intensidad. Por ejemplo ser despedido de
la empresa.
 Los estresores crónicos: No tienen un inicio tan definido, se repiten con frecuencia, pueden
tener duración corta o larga y ser de baja o elevada intensidad. Por ejemplo la inseguridad en el
trabajo.
 Los pequeños estresores de la vida diaria: Tienen un comienzo definido, son de corta
duración, ocurren con alguna frecuencia y son de baja intensidad. Por ejemplo quedar atrapado
en un atasco de tráfico.
 Los desastres: Tienen un comienzo especificado, pueden ser de corta o larga duración, ocurren
con muy poca frecuencia y son de fuerte intensidad. Por ejemplo una inundación.
3. FUENTES DE ESTRÉS.
Se denominan fuentes de estrés a todos aquellos pensamientos, situaciones, actividades, contextos,
acontecimientos y relaciones que por algún motivo pueden generarnos estrés. Por supuesto, como ya se ha
comentado, es fundamental identificar que la relación no es causal, en el sentido de pensar que “si tal
acontecimiento tiene lugar… es imposible no tener estrés”, sino que viene moderada por la personalidad,
educación, valores culturales e interpretación de lo que ocurre entre otras muchas características
personales.
Las fuentes de estrés pueden ser de cuatro tipos:

 Estresores únicos: son cataclismos y cambios dramáticos de las condiciones de la vida de las
personas, por lo general afecta a un grupo de personas.
 Estresores múltiples: afectan a una persona o un grupo de personas que sufren un cambio de gran
trascendencia vital, como puede ser la paternidad/maternidad, el trabajo o la situación económica.
 Estresores cotidianos: cambios en la rutina cotidiana.
 Estresores biogenéticos: son aquellos que ocurren independientemente de los procesos
psicológicos, como pueden ser la ingestión de algunas sustancias, enfermedades, dolor, o calor y
frío extremo.
4. FACTORES DETERMINANTES DE LA EVALUACIÓN DE UN ACONTECIMIENTO COMO
ESTRESANTE.
El estrés en todas las áreas, es un mal actual
presente, por ejemplo el estrés laboral, es
considerado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) una epidemia global. Es el único
riesgo ocupacional que puede afectar al ciento
por ciento de los trabajadores. Genera
alteración del estado de salud, ausentismo,
disminución de la productividad y del
rendimiento individual, y aumento de
enfermedades, rotación y accidentes.
Pero como ocurre ello, ¿a todos nos afecta de
la misma forma?, ¿todos los estímulos
estresores son valorados como altamente
estresores por las personas?
Veamos en el siguiente cuadro el proceso del estrés
4.2. Estrés, autoeficacia y autoestima.
Son importantes también los conceptos de autoeficacia y autoestima para la evaluación de un hecho como
estresante, Lazarus (2000, p. 72) lo señala de la siguiente manera:
“Desde este punto de vista, el estrés es particularmente poderoso cuando el individuo debe enfrentarse a
demandas que no pueden ser satisfechas fácilmente. Así, la ansiedad, que es una emoción propia del estrés,
es más propensa a aparecer y a ser intensa cuando la persona no confía o confía poco en su propia
capacidad para manejar el mundo con efectividad. Esta idea ha sido examinada con detenimiento por
Bandura (1997) a través de su concepto de la autoeficacia. Greenberg et al. (1992), y otros autores han
demostrado que la autoestima reduce la ansiedad ante un estresor, como la anticipación de una descarga
eléctrica dolorosa. Si la proporción de demandas es muy superior a la de los recursos, ya no hablamos de
estrés sino de trauma. La persona se siente indefensa para manejar las demandas a las que está expuesta,
y esto puede provocar sentimientos de pánico, desesperanza y depresión”.
5. FISIOLOGÍA DEL ESTRÉS.
Los mecanismos fisiológicos del organismo frente al estrés, se ponen en marcha, e intentan sincronizarse
entre ellos para defenderse de la agresión. Intervendrán el sistema nervioso central y periférico y el sistema
endocrino, que incrementa la secreción de hormonas, como adrenalina y noradrenalina o cortisol.
Por, otro lado hay sistemas que se pueden ver afectados en situaciones de estrés, reduciendo su actividad,
con es el caso del sistema inmune.
Asimismo, otros factores que pueden influir en la respuesta biológica del individuo al estrés son la edad, el
sexo, la raza, etc. Por tanto, ante un mismo agente estresante, las respuestas fisiológicas variarán según
las características propias de cada individuo.
5.1. Video sobre fisiología del estrés.
6. SÍNTOMAS DEL ESTRÉS
¿Qué nos ocurre?,
¿cómo nos sentimos?,
¿qué pensamos cuando padecemos
estrés?.
Veamos algunos de los síntomas más
frecuentes, en el siguiente gráfico:

7. CONSECUENCIAS INMUNOLÓGICAS
DEL ESTRÉS.
Existe muchas investigaciones relacionan
el estrés y el sistema inmune, por ejemplo,
Sánchez, Gonzales, Coz y Macías (2007)
en su artículo sobre estrés y sistema inmune, señalan que durante los últimos años, se proveen una
fundamentación para dos importantes observaciones:
Que la manipulación de las funciones neural y endocrina altera la respuesta inmune (RI), y que la
estimulación antigénica, que induce una RI, conduce a cambios en la función neural y endocrina.
Que los procesos conductuales son capaces de influir en la reactividad inmunológica y de este modo, el
estatus inmune de un individuo tiene consecuencias en su comportamiento.
Los organismos vivientes tienen la capacidad de ajustarse a una cantidad, variedad e intensidad de
estímulos siempre y cuando estos oscilen dentro de un rango que no altere la homeostasis del organismo.
Si la cantidad y calidad de estos estímulos está por debajo o por encima de ese rango, el equilibrio se ve
perturbado y esta deficiencia o exceso puede ser considerado como estrés, el cual es generalmente
multifactorial.
Investigaciones realizadas en humanos y en animales de experimentación han revelado que el estrés puede
afectar la RI tanto humoral como celular. Las condiciones estresoras pueden suprimir profundamente la RI
de los linfocitos sanguíneos, incluyendo la respuesta a mitógenos de las células T, actividad de las células
asesinas naturales (NK), producción de interleucina 2 (IL -2) e Interferón (IFN) y la expresión del receptor de
IL-2, así como otros aspectos de la RI celular y humoral.
Mientras que la mayoría de las condiciones estresoras suprimen las respuestas inmunes, condiciones de
moderada intensidad pueden incrementar dicha respuesta.
Debido a que el estrés es tan prevalente en la vida humana y ha sido implicado como un modulador de la
enfermedad en los humanos, el estudio de sus efectos sobre el SI, el cual está encargado de mantener la
integridad del organismo contra el ataque de agentes patógenos, ha recibido considerable atención.
8. INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA.
La intervención psicológica consta de varias fases en las
que se desarrollan distintas técnicas para el logro de los
objetivos terapéuticos. Es imprescindible la realización de
una Fase Psicoeducativa, en la que el paciente encuentre
respuestas a su pregunta “¿qué me pasa?”, y el medio
sociofamiliar comprenda “qué le pasa”.
Esto posibilita reorientar y modificar las creencias,
actitudes y expectativas sobre la enfermedad, así como
reajustar las demandas provenientes del medio social,
escolar y laboral.
8.1. Recursos de afrontamiento.
Los recursos de afrontamiento, comprenden todas aquellas
variables personales y sociales que permiten que las personas
manejen las situaciones estresantes de manera más eficiente, lo
cual se debe a que experimenten pocos o ningún síntoma al
exponerse a un estresor o que se recuperen rápidamente de su
exposición (Zeidner y Hammer, 1992).
Y, para ello tenemos que tener en cuenta los estilos y estrategias
de afrontamiento del estrés:
8.2. Estilos de afrontamiento al estrés

Hay que diferenciar entre “estilos de afrontamiento” y las


“estrategias de afrontamiento”, los primeros son las
predisposiciones personales para hacer frente a las
situaciones, es decir, que son independientes de la
situación y los segundos son los procesos concretos que
llevamos a cabo para superar la situación, según nuestro
estilo de afrontamiento.

Existen tres clases de estilos de afrontamiento diferentes (Meichenbaum y Turk):

 Estilo autorreferente: las estrategias usadas por este estilo se centran en la persona, es decir, en
los efectos que el estresor pueda tener sobre sí mismo. No se preocupa por resolver la situación si
no las consecuencias que éstas tienen sobre la persona. Por poner un ejemplo un tanto simple, sería
la persona que se preocupa de apagar el fuego sólo cuando le quema y no se centra sobre el origen
del fuego, sólo en evitar quemarse. Es un estilo de afrontamiento completamente reactivo, que suele
errar en calcular el potencial negativo de la situación.
 Estilo autoeficaz: se centra en buscar la respuesta más adecuada para resolver la situación que
provoca el estrés. Es el estilo más apropiado y el que más probabilidades tiene de superar la
situación, independientemente de si la estrategia elegida tiene éxito o no.
 Estilo negativista: este estilo niega la existencia del estresor, sobre todo cuando cree que no puede
hacerle frente. Es el peor estilo de afrontamiento, el que más estrés acumula, al no solucionar la
situación que lo está originando.
8.3. Técnicas para reducir la activación fisiológica.
Son técnicas que intentan contrarrestar las reacciones fisiológicas del estrés. Las más utilizadas son las
técnicas de relajación.
Sus objetivos son:

 Reducir el nivel de activación del organismo ante situaciones que facilitan el estrés.
 Disminuir el impacto de las situaciones estresantes sobre el organismo. Controlar la activación de
órganos relacionados con trastornos o enfermedades.
 Producir cambios fisiológicos, para recuperar el equilibrio del organismo.
Las técnicas de relajación:

 Se centran en cambios somáticos y en los niveles percibidos de tensión y ansiedad. Su práctica


sistemática puede modificar aspectos fisiológicos y psicológicos de la respuesta de estrés,
proporcionando una sensación de bienestar.
 Reducción de la tensión muscular y de la frecuencia e intensidad del ritmo cardiaco.
 Aumento de la dilatación arterial y de la oxigenación.
 Regularización del ritmo respiratorio.
 Disminución de la actividad del sistema nervioso simpático y de la secreción de adrenalina,
noradrenalina, colesterol y ácidos grasos en sangre.
 Mejora del sistema inmunológico.
8.3.1. Tipos de relajación.
A continuación se enumeran algunos tipos de
relajación, existen muchos libros y métodos
que pueden guiarnos en su aprendizaje; lo
importante es elegir el adecuado y perseverar
en su práctica.
Entre ellas están:
8.4. Estresores internos: pensamientos y
creencias activadores del estrés
Nuestro modo de pensar influirá en el modo en
que actuemos ante la realidad.
Según las Teorías Interactivas del estrés las
personas desarrollan distintas respuestas o
actitudes ante los mismos estresores, en
función de cómo se perciban a sí mismos a la
hora de enfrentarlos: si la persona valora que
posee recursos y capacidades para afrontar y superar la situación estresante, no la valorará como un daño
o una amenaza inevitable sino como un desafío que hay que enfrentar y superar. Según Aaron ck, precursor
de la Psicología Cognitiva, el estrés perjudicial coincide con la activación de ciertos pensamientos
automáticos o de creencias estables que propician una atención selectiva a los factores negativos y una
infravaloración de los propios recursos para enfrentar la adversidad.
8.4.1. Distorsiones cognitivas.
En el siguiente cuadro
te presentamos
algunas de las
distorsiones cognitivas
que nos afectan:

CONCLUSIONES DE
LA TERCERA
SEMANA
En ésta semana hemos
desarrollado, el estrés y
su afrontamiento,
teniendo en cuenta que
existen dos tipos de estrés el positivo y el negativo.
Asimismo, hemos ilustrado con videos muy interesantes cómo es la fisiología del estrés en el organismo,
que sustancias intervienen en el proceso de estrés y cuáles son las consecuencias del estrés crónico en la
salud de las personas.
Asimismo, la relación que existe del estrés y el sistema inmune. Y finalmente cuales pueden ser las
intervenciones terapéuticas en situaciones de estrés.

Вам также может понравиться