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Hay un término que puede ser muy relevante para lo que estamos viviendo como
civilización: wetiko. Este término es usado por los indígenas nativo americanos
(wetiko para los algonquin), windigo para los Ojibwa) para describir la forma de
pensamiento que se desarrolla entre personas que practican el canibalismo, como si
fuere el virus mental del canibalismo. Se dice que este patógeno engaña a su huésped
y lo hace creer que obtener la fuerza vital de los demás (plantas, animales, personas,
etc.) es una forma lógica y racional de existir. En otras palabras es el virus del
egoísmo, o lo que Paul Levy ha llamado en su libro , “egofrenia”, el egoísmo
intrínsecamente como una enfermedad que impide reconocer la realidad de que
vivimos en un mundo interdependiente, que toda la vida tiene el mismo valor
intrínseco y que en realidad no existimos como egos separados.

En su libro Colombus and Other Cannibals, el historiador de la cultura nativo


americana, Jack D. Forbes, describe la creencia común entre comunidades indígenas
de que los conquistadores europeos estaban crónicamente infectados de wetiko.
“Trágicamente, la historia del mundo en los últimos 2 mil años es, en gran medida, la
historia de la epidemiología de la enfermedad del wetiko”, escribe Forbes. “El
canibalismo es el consumo de la vida de otra persona para el beneficio propio”. Puede
que actualmente el canibalismo no ocurra de manera literal —aunque se podría
argumentar que alimentarnos de animales es una forma de canibalismo—, pero
ocurre masivamente en la forma en la que se ejecuta nuestro sistema económico.
Miles de millones de personas viven entregando su jornal, toda su fuerza vital,
persiguiendo una ilusión, una fantasía ajena, y en el proceso entregando su riqueza a
unos pocos. Podemos ver un canibalismo en la voluntad de poder de conquistar el
mundo y explotar la naturaleza; en el sobreconsumo y en la extracción de todos los
recursos con el fin de obtener más ganancias personales (una especie de vampirismo
también de la fuerza vital del planeta). Todo esto se hace en nombre de la civilización,
un argumento colectivo que es la más crasa hipocresía. Cuando le preguntaron a
Gandhi que pensaba de la civilización occidental, contestó: “Creo que sería una buena
idea”. Una buena idea que pese a algunos intentos no ha logrado materializarse.
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Al final de cuentas el egoísmo, o la egofrenia, es un canibalismo psíqiuico. Decimos que


es una enfermedad espiritual o psicoespiritual, porque centra toda la conciencia en
una parte del cerebro e impide reconocer la profundidad de la mente, que no está
constreñida sólo a un cuerpo, a la materia, es decir, niega el aspecto espiritual del
ser. “La civilización moderna padece un extremo dominio de los aspectos racionales e
intelectuales de la mente, un desequilibrio que parece desconectarnos de la
naturaleza, de la empatía y de nosotros mismos”, dice Levy.

Podemos creer que wetiko es sólo una forma, más o menos supersticiosa, de imaginar
concretamente nuestro egoísmo. Pero es posible que aunque sea sólo una enfermedad
mental pueda también contagiarse y replicarse en otras personas, como sugiere la
teoría memética de Richard Dawkins. La información en cierta forma se comporta
como un organismo vivo que busca perpetuarse, lo cual logra infectando a través de
las ideas y el contenido mental (genes culturales) a otros organismos. Paul Levy
sugiere que el wetiko opera como un virus mental que esparce a través de nuestros
puntos ciegos, de la mente subconsciente, y depende de nuestra propia ignorancia de
lo que está sucediendo, es decir, de no ver que estamos siendo arrastrados por la
importancia personal o la egofrenia.

Levy compara el wetiko con el concepto de la Prisión de Hierro Negro del escritor
Philip K. Dick. En sus visiones gnósticas Dick notó que “estamos en un tipo de prisión
pero no lo sabemos”. Darnos cuenta de que estamos encerrados en una prisión que
existe una especie de simulación generada por nuestra propia mente (infecta por un
agente patógeno, “un falsificador del espíritu”) que se superpone a la realidad. “La
Prisión de Hierro Negro es una vasta y compleja forma de vida que se protege a sí
misma induciendo una alucinación negativa”.

La Prisión de Hierro Negro se replica creando a través de nosotros microextensiones


de ella misma, “extendiendo su pensamiento androide (la uniformidad) cada vez más”.
A lo que Levy agrega “el pensamiento androide, esto es, pensamiento grupal robótico
mecanicista (sin creatividad programada en su sistema) es uno de las cualidades de la
mente tomada por wetiko”. La enfermedad opera produciendo un sentido de
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aislamiento e independencia, de que estamos solos aquí adentro y el mundo haya


afuera es salvaje y hostil. “Wetiko nos distrae explotando nuestra tendencia habitual
inconsciente a ver la fuente de nuestros problemas como algo externo a nosotros”.
Dick había escrito también que creer que existe una realidad objetiva separada de la
mente que lo observa sería “un terrible error intelectual”. Esto es importante porque
esta creencia en un mundo objetivo es la raíz de nuestra separación —lo que sustenta
un mundo dividido entre un sujeto y sus objetos— y es también el alimento que
mantiene corriendo el programa del ego como una realidad absoluta.

Philip K. Dick escribió “A veces me parece que el planeta está bajo un hechizo.
Estamos dormidos o en un trance”. Dick creía que un demiurgo que había querido
reemplazar la creación original divina había producido un mundo falso, una realidad
espuria —pero lo había producido a través de nosotros. El demonio se había infiltrado
a nuestra propia mente, al punto de hacernos pensar que es nuestra mente. (En este
sentido puede ser útil recordar la visión del budismo tántrico de que los demonios son
en realidad sólo las aflicciones de nuestra propia mente que se proyectan hacia
afuera).

Debido a que a final de cuentas el mundo es divino y perfecto, según Dick, el mismo
demiurgo y su simulacro global —la Prisión de Hierro Negro o el mismo Wetiko— son
agentes de nuestra propia evolución, la enfermedad puede ser el detonador de un
estadio de conciencia, de un reconocimiento de lo que es verdaderamente esencial en
la vida. Se trata de descubrir que “hay un universo detrás del nuestro, oculto en su
interior”. “El mundo no es sólo una falsificación, hay más: es una falsificación, pero
debajo de ella yace otro mundo, y es ese otro mundo, ese mundo del Logos, que se
filtra y rompe a través”. Dick dice que podemos acceder a ese mundo sin la necesidad
de un sacerdote o intermediario. Para hacerlo debemos de recordar (anamnesis) que
nosotros no somos realmente egos en un cuerpo sino que nuestra naturaleza es la
misma que la divinidad que hizo que se manifestará el universo en primer lugar, es
decir que somos la totalidad. Es por ello que el camino —y Dick era un ferviente
cristiano gnóstico— era liberarse de la importancia personal y no huir del sufrimiento
consustancial del mundo, sino hacerlo sacrificio en la trascendencia del conocimiento
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de esta unidad divina. “Si es que existe la felicidad en el hombre, ésta viene de su
renuncia voluntaria a su yo en favor de su participación en el destino de la unidad
total”, escribió Dick. “El poder supremo de la compasión es el único poder capaz de
resolver este laberinto”. Tenemos aquí una receta para escapar de la Prisión de Hierro
Negro (de la Matrix) y al mismo tiempo de curarnos de este virus llamado wetiko.

A fin de cuentas la noción de que somos egos o seres individuales separados del
mundo es sólo un meme, quizás el meme más exitoso de la historia. Terence Mckenna
sugería que debíamos contrarrestar los efectos del egoísmo que estaban destruyendo
el planeta esparciendo otros memes. En este sentido esparcir el meme de wetiko,
tomando conciencia de su existencia, podría un poderoso remedio para tratar la
psicosis colectiva que sufrimos.

LOS MAESTROS DEL ENGAÑO–WETIKO


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LOS MAESTROS DEL ENGAÑO Artículo sobre el libro de Paul Levy Dispelling Wetiko:
Breaking the Curse of Evil. Disipando Wetiko: Rompiendo la Maldición del Mal

Traducido por Gladys Molina EmpoweredByKnowledge

“Mientras mi investigación profundiza, veo más plenamente que cada tradición de


sabiduría en la historia de nuestro planeta tiene su propio lenguaje y sistema de
simbología para la iluminación de lo que los Nativos Americanos denominan “wetiko.”
La Cábala describe la maldad de Wetiko a su propia y exclusiva manera. Una
particularmente poderosa práctica en la tradición Islámica fue especialmente
elaborada para disolver los efectos perniciosos de Wetiko. Tras aprender acerca del
‘e’epa indicando la importancia suprema de desarrollar el conocimiento acerca de
cómo opera este depredador de la mente. Wetiko se encuentra literalmente en el
fondo y en cada raíz de la aparentemente interminable destrucción que estamos
causando el uno al otro, y a la propia biosfera de la que dependemos para nuestra
supervivencia como especie. Es de mucha utilidad el encontrar otros linajes y
tradiciones que iluminen la enfermedad del wetiko a su propia y creativa manera. A
medida que nuestra multiperspectiva visión simultáneamente nos ofrece una
resolución más elevada proporcionando un mayor alcance así como la capacidad de
ver lo que ningún mapa o modelo particular puede revelar por sí mismo. En el libro de
Wesselman encontramos una introducción a las enseñanzas de sabiduría profunda del
anciano Hawaiano de Kahuna, Hale Makua. En su conversación con Wesselman dice
“Los ‘e’epa son engañadores. Algunos los llaman los maestros del engaño. Interesante
y etimológicamente hablando uno de los significados internos de “el diablo” es “el
engañador.” Makua, que es un guardián de la sabiduría de un antiguo linaje Polinesio,
continúa describiendo que “Son entidades psíquicas de libre alcance, seres invisibles
que funcionan como parásitos mentales y como tales, se aprovechan de aquellos más
vulnerables a su influencia.” Todos tenemos la tendencia de potencialmente auto-
engañarnos mediante el genio creador-de-realidad de nuestra propia mente. Los
‘e’epa se enganchan y amplían nuestra propensión aparentemente innata del auto-
engaño. Debido a nuestra capacidad casi ilimitada para colocarnos la venda sobre los
propios ojos. El
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psiquiatra R.D. Laing escribe; “Nuestra especie se ha auto-engañado fuera de su propia


mente,” un estado inspirado encubiertamente por el ‘e’epa. La gente que es
particularmente susceptible a caer bajo el hechizo de estos “maestros del engaño” son
los que no están en contacto con la realidad viva y la auto-autenticación de su propia
experiencia. Al no tener suficiente conocimiento sobre la naturaleza de su propia
mente, son excesivamente influenciables a tomar la perspectiva de otra gente sobre el
mundo y de ellos mismos, por lo tanto cayendo presa del pensamiento de grupo
dominante de la manada y del parásito ‘e’epa. Otros, que son “sensibles” y tienen una
frontera permeable entre el consciente e inconsciente, tales como los psíquicos y
canalizadores, pueden, incluso con la mejor de las intenciones, convertirse en
instrumentos involuntarios de estos maestros incorpóreos del engaño, pudiendo
causar estragos en las vidas de la gente. Y esto es debido a que los engañadores
residen en el mismo reino en el que los psíquicos operan; los niveles mentales
emocionales de la consciencia y experiencia. Asumiendo y personificando su propia
imagen para tener el impacto más personal, simplemente pueden arrancarlos de la
mente del psíquico, para luego aparecerse ante ellos en esa forma. El ‘e’epa entonces
simplemente le cuenta al psíquico lo que desea oír. Cuando estamos siendo inspirados
por “espíritus” siempre es Buena idea el verificar nuestras fuentes para discernir si
provienen del camino de la izquierda o del camino de la derecha. Los ‘e’epa son
hábiles alteradores-de-forma y muy instruidos en la imitación y simulación. Pueden
asumir formas significativas para aquellos a quienes eligen engañar, son sinuosos y su
motivación es el engaño. Operan a través de lo ilusorio y son maestros en esta
práctica. Los ‘e’epa otro nombre para el virus Wetiko tiene la más desagradable
cualidad de embaucador apareciendo con nuestro aspecto. Ellos se encumbren en y
asumen nuestra forma, metiéndose bajo la piel “vistiéndose de nosotros” como
disfraz, personificándonos mientras nos engañan a comprar su falsa versión de
quienes somos. Cayendo presos de su artificial inteligencia fantasmal llegamos a ser
irreales para nosotros. Embaucados y engatusados por este impostor e imitadores de
nosotros mismos, entonces hacemos de mimo de nosotros mismos, llegando a ser la
copia maestra, un sucedáneo duplicado de nuestro original y autentico yo. Ya no
pertenecientes ni poseedores de nosotros mismos, entonces simultáneamente nos
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identificamos con lo que no somos mientras nos disociamos de y olvidamos quienes


realmente somos. Y al hacerlo hemos efectivamente “perdido nuestro alma.” Aunque
“relativamente” real y definitivamente necesitando ser tratados y enfrentados a nivel
de realidad relativa, desde el más esencial punto de vista “absoluto” el virus
‘e’epa/wetico no tiene objetivo alguno ni existencia independiente separada de
nuestra propia mente. Esto es análogo a como un vampiro no puede “existir de forma
autónoma” por su cuenta, separado de nosotros; un vampiro solo pude asumir una
existencia aparente relativa a/y <alimentándose de>- nosotros. No hay ninguna
entidad fuera de nosotros mismos que pueda robar nuestro alma, el fenómeno onírico
del virus ‘e’epa/wetiko que surge enteramente dentro de la esfera de nuestra mente,
nos engaña para que seamos nosotros mismos quienes la cedemos. La parte más
depravada de caer bajo la prestidigitación de la mano del virus ‘e’epa/wetiko es que
hablando en última instancia, implica el consentimiento de nuestra propia voluntad,
mientras que de buena gana, aunque sin saberlo, suscribimos a nuestra condición de
esclavitud; es decir que nadie más salvo nosotros mismos es en el fondo responsable
de nuestra situación. Con el virus ‘e’epa/wetiko no somos infectados por una entidad
independiente existente u objetivamente sustancial, por lo que en realidad no hay
nada que temer fuera de nosotros mismos. Si cosificamos el bicho ‘e’epa/wetiko de ser
real, como “otro” y de verdaderamente existir de manera independiente a nosotros, y
por lo tanto de ser una amenaza sustancial, este virus de la mente entonces inspirará,
magnificará y se alimentara de nuestro miedo. A la inversa, si pensamos que el virus
‘e’epa/wetiko es meramente una función de nuestra imaginación y por consiguiente
“irreal” y algo a ser ignorado, entonces hemos caído bajo su hechizo, aunque de
manera diferente, de tal manera que entonces podrá actuar desenfrenadamente
exteriorizándose a través de nosotros, por debajo de nuestra consciencia consciente.
Este acertijo señala la extrema paradoja que tenemos para poder ser capaces de
abarcar dentro de nosotros mismos y poder manejar a estas fuerzas tramposas y

embaucadoras. El virus ‘e’epa/wetiko existe en un reino intermedio en el cual ambos


la realidad y la irrealidad existen a la vez. Aunque no existen objetivamente en el
sentido absoluto. El patógeno ‘e’epa/wetiko tiene una “realidad virtual” de tal manera
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que no solo puede destruirnos como individuos, sino potencialmente puede destruir
enteramente a nuestra especie. El hecho de que algo que solo existe como una función
de nosotros mismos puede desatar enormes fuerzas destructivas sobre el mundo, y al
hacerlo puede por ultimo destruirnos, nos señala e introduce a un increíble vasto,
invisible, sin embargo mayormente no explorado, desenjaezado y no realizado poder
creativo que es nuestro inherente derecho de nacimiento. Jung hace referencia a este
espíritu engañoso con el nombre de Antimimos, el cual describe como “el imitador y
espíritu maligno.” Antitético a la luz, Antimimos se refiere a un tipo de engaño que
podía considerarse y entenderse como “contra-mímica”. Referido como el contra-
mimo, neuma en el Apócrifo de Juan (Apóc. Juan III, 36.17) esta falsificación de
espíritu imita algo—en este caso, a nosotros—pero con la intención de hacer que la
copia, la versión falsa, sirva un propósito contrario a la del original. Cuando caemos en
la trampa de este vendedor de aceite de serpiente del espíritu, nos des-orientamos
perdiendo nuestro sentido de vocación espiritual, nuestra misión en la vida, incluso de
nosotros mismos. El escritor y poeta Max Pulver, en su presentación en la Conferencia
Eranos de 1943, dijo que “El neuma contra-mimo [es decir el virus ‘e’epa/wetiko] es el
origen y causa de todos los males sobrepasando al alma humana. El venerado texto
gnóstico Pistis Sofía dice que el neuma anti-mimo se ha afijado a sí mismo a la
humanidad como una “enfermedad.” Refiriéndose al ‘e’epa, Makua dice, “Demonios—
ellos podían llamarse demonios inter—dimensionales.” Fuerzas psíquicas
inconscientes, “demonios” tienen una realidad psicológica, en cuanto a que afectan y
alteran nuestra experiencia sobre nosotros mismos. En su libro Levy hace referencia
al origen del demonio wetiko como de ser partes escindidas de la psique, lo que Jung
llamaría “complejos autónomos.” Debido al trauma o a alguna otra forma de
transgresión de nuestros límites psíquicos, una parte de la totalidad de nuestra psique
se desasocia, y desarrolla una aparentemente independiente vida autónoma propia.
Los pueblos indígenas de todo el mundo se refieren a estos complejos autónomos
como “demonios”. Estos demonios habitan los renios altos y bajos de la mente, de tal
manera, como señala Makua; Son verdaderamente “interdimensionales,” pudiendo
atravesar fácilmente y operar fluidamente a lo ancho de las fronteras aparentemente
solidas de la mente y la materia, del interior y exterior y del sueño y el despertar. Sin
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constricción por parte de las leyes convencionales de espacio y tiempo


tridimensionales, estos demonios “inter-dimensionales” no-locales se manifiestan y
revelan mediante la in—formación (formación interna) y sincronísticamente
configurando eventos en el aparente mundo exterior con el fin de expresarse. Al igual
que en un sueño, los eventos en el mundo exterior están simbólicamente reflejando
una condición en lo profundo de la psique de cada uno de nosotros. Los poderes
facticos mundiales, la gente y las instituciones corporativas en posiciones de poder
para influenciar las percepciones y engañar a las masas, son ellos mismos reflexiones
de nivel inferior e instrumentos para estos “maestros del engaño” de dimensiones
superiores, quienes son en realidad los que in-forman (dan forma interior) y guían
mucho del engaño interno, entre y en medio de nosotros. Si no entendemos que
nuestra crisis mundial actual tiene sus raíces en el interior y que es una expresión de
la sique humana, y en su lugar nos quedamos abstraídos creyendo que los muchos
problemas a los que nos enfrentamos como especie, tienen un objetivo concreto, y
origen extrapsíquico, estamos condenados a repetir inconsciente y continuadamente
recreando interminable sufrimiento y destrucción de forma cada vez mas ampliada, al
igual que si tuviéramos una pesadilla recurrente.

El virus del mal en principio se insinúa al alma en pasos incrementales, imperceptibles


e insidiosos, pero en cierto punto, esta leucemia del alma se convierte en
aparentemente irreversible, conduciendo a la destrucción de su anfitrión. Makua
elucida; “El ‘e’epa anima a los seres humanos a entrar en polaridad negativa y
mientras continuamos yendo allí, alcanzamos el punto en donde ya no se puede –auto-
corregir—“ Es en ese punto cuando caemos en nuestro inconsciente, identificamos
con y actuamos nuestro punto de vista irreflexivo. Nuestro error in-corregido se
convierte en puerta abierta para el virus ‘e’epa/wetiko a prestar su fuerza pervertida
que cada vez más desvía, llevándonos con ella en un espiral mortal en descenso.
Inspirando una lógica invertida boca a abajo. Una lógica perfectamente
verdaderamente mortífera que en su libro Levy denomina “wetiko-lógica.” El virus
‘e’epa/wetiko influirá a todos bajo su influencia a utilizar la deducción falaz para
inconscientemente seleccionar datos que luego invariablemente conducirán a
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conclusiones que únicamente perpetuarán la evitación crónica del quid de la cuestión.


Al igual que un virus o malware infecta a un ordenador, programándolo para que se
autodestruya, los virus mentales como el patógeno ‘e’epa/wetiko programan a la bio-
computadora humana a pensar, creer y actuar de maneras que pueden resultar en
nuestra auto-destrucción. Las personas así afligiditas como alguien en la agonía de
una adicción o en un estado de trauma, involuntariamente crean el mismísimo
problema que están intentando resolver, aferrándose desesperadamente a la misma
falsa convicción que les está conduciendo por el mal camino mientras lo tortura y
destruye. Es entonces cuando cruzamos el umbral y entramos en el reino del mal. El
mal, en pocas palabras, es anti-vida, es la vida volviéndose en contra de sí misma, es
cómo un hechizo en el alma traumatizada (y en la medida que no estamos totalmente
despiertos, todos estamos en un estado de trauma,) el trauma de no poder ser
nosotros mismos. Ambos Freud y Jung reconocieron que había un factor dentro de la
psique que una vez que consiga cierto impulso y aparente autonomía, continuamente
mantiene vivo el sufrimiento neurótico e improductivo. Existe un organismo de lucha
agresiva en contra de nuestra integridad interior, como si estuviera compuesta o fuese
renegada, in-expresada, virada hacia dentro y de agresión invertida, retorcida y
volcada sobre nosotros mismos, que activamente cultiva y engendra la disociación
dentro de la pisque. El inagotable proceso fluido, auto-reflexivo/reflexivo de la psique
en continua evolución envolvente/desdoblándose a sí mismo con el tiempo se queda
suspendido, rigidizado y congelado, atrapado en el tiempo en un circuito de
retroalimentación aparentemente interminable y autogenerado. Este factor inercial,
entrópico y tanático parece ser activamente resistente a y fijado en contra de nuestra
recuperación, descubriendo y alcanzando nuestra integridad intrínseca. Jung se
refiera a este factor des-integrador como un fragmento “mórbido” de la personalidad
que inspira “la voluntad de estar enfermo.” Es como si hubiese una contrafuerza
inconsciente a la facultad de la voluntad, una “sombra de la voluntad” por así decirlo,
que prohíbe la síntesis de de los fragmentos de nuestra experiencia en las
construcciones significativas y percepciones que componen una psique sana y
coherente. En la medida que inconscientemente nos identificamos con, o somos
tomados por y representamos los impulsos inspirados por el virus ‘e’epa/wetiko, es
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como si una tenia o parasito psíquico haya comandado nuestro cerebro y nos ha
engañado a nosotros <su anfitrión>, a pensar que estamos alimentando y
fortaleciéndonos, cuando en realidad estamos nutriendo al parasito. Este virus de la
mente es un virulento patógeno psíquico que se insinúa mediante formas de
pensamiento y creencias en nuestra mente, cuando es inconscientemente
promulgado, alimentado, finalmente matando a su anfitrión o sea a nosotros. En la
medida que no somos conscientes del virus ‘e’epa/wetiko, literalmente coloniza
nuestra mente y establece un régimen aparentemente autónomo, “un gobierno a la
sombra” dentro de nuestra propia psique (exteriormente reflejado como el gobierno a
la sombra en el mundo, de tal forma que llegamos a ser oprimidos dentro del dominio
soberano de nuestro propio ser.

El virus ‘e’epa/wetiko paraliza y congela el ego en un estado sin subsistencia, inmóvil


e impotente, en el que nuestra fuerza vital y potencial energéticos son literalmente
drenados vampíricamente de nosotros. Imperceptiblemente somos conducidos por
impersonales fuerzas psíquicas que gradualmente toman el control de nuestra psique.
Llegamos a ser empujados por un jugador invisible como una pieza en el tablero de
ajedrez, desempeñados y manipulados como marionetas en la cuerda. Luego somos
constantemente “mantenidos bajo control” por estas fuerzas intangibles que sin
saberlo por nosotros están “jugándonos” desde una posición oculta dentro de nuestra
psique no iluminada. Comparado con existiendo “en virtud” de algo, el bicho
‘e’epa/wetiko solo puede existir por la “falta de virtud” de nuestra propia oscurecida
mente sin examinar. Esta parte patológica de la psique puede subsumir todas las
partes sanas de la psique en sí mismo, de tal manera que los aspectos sanos de la
psique sirven, se colocan bajo el dominio de, y se convierten en esclavos de la
enfermedad. Esta parte mórbida y perversa de la personalidad, para citar a Jung,
“devora lo que queda del ego normal y lo fuerza en el rol secundario de complejo
oprimido.” Tal como si un golpe de estado invisible hubiera tenido lugar en la psique,
nosotros los legítimos gobernantes de nuestro propio paisaje psíquico, hemos sido
destituidos y estamos viviendo bajo “ocupación extranjera” también llamada la
“instalación extranjera” y ya no somos los amos de nuestra propia casa. Escindido en
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dos, es como si nuestra mano izquierda no supiera lo que hace nuestra mano derecha.
Mientras esta escisión canalla y parte patológica de la psique se “auto-incorpora” en la
psique, se reviste y se hace con el cuerpo vivo de tal manera que le “dicta” al ego de
forma que el ego es engañado a creer que se auto-dirige. Somos permitidos nuestra
aparente libertad para vivir vidas “normales”, siempre y cuando no rete, amenace o
frustre la agenda más profunda de estas fuerzas siniestras en la centralización del
poder y control. Este proceso interno se está externalizando en imágenes de una
progresiva tendencia hacia el fascismo dentro del gobierno de los Estados Unidos y el
mundo en general. Sincronísticamente tenemos el descontrolado espionaje 24/7 de la
NSA espiando no solo a los ciudadanos americanos sino a la gente y gobiernos de todo
el mundo. En un total abuso de poder y ejemplo de wetiko-lógica invertida, el
gobierno absurdamente reclama estar “protegiendo” a sus ciudadanos mediante el
espionaje o escuchas. Todo lo contrario al aspecto que daría una sociedad libre – un
gobierno transparente y la privacidad de sus ciudadanos. Los gobiernos demandan el
secretismo para ellos mientras destruyen la privacidad de todos los demás. El
espionaje es una clásica faceta arquetípica del modus operandi de una mente
infectada con la lógica del miedo y la separación, el sine qua non del sistema operativo
del virus ‘e’epa/wetiko. El espiar en sí es una acción que cuando es realizada de vuelta
a la parte cometiendo el espionaje, es considerada como un ultraje inaceptable.
Mientras se vierte la luz sobre sus acciones nefarias la NSA actúa como si fuera la
“victima” cuando la verdad de los hechos es que está cometiendo violaciones de los
derechos básicos humanos, la NSA es en realidad el perpetra(i)dor, el “victimario
disfrazado de víctima.” Tal contradicción lógica y flagrante doble rasero, hipocresía y
lógica invertida son los puntos—espora del virus ‘e’epa/wetiko en acción. Una
violación ilegal y criminal de los derechos soberanos de la libertad y la privacidad,
ésta completa vigilancia de nuestras vidas, presentada al público como lo más
necesario para mantenernos seguros, es un ejemplo del contra-mimetismo en acción,
mientras su agenda subyacente <no-hablada> de poder, dominación, manipulación y
control está creando exactamente lo contrario a su públicamente declarada intención.
Un ejemplo más vivo y lucido del bicho ‘e’epa/wetiko en acción mientras se despliega
por todo el teatro mundial es difícil de imaginar. El bicho ‘e’epa/wetiko no reconoce o
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respeta la falsa dicotomía sujeto / objeto, actuando libre de estas limitaciones. Una de
las estratagemas exclusivas del virus ‘e’epa/wetiko es la de aprovecharse del hecho
que no hay límites reales entre el interior y exterior. En el escándalo de espionaje de la
NSA; un proceso “inter-dimensional” teniendo lugar en la profundidad del alma de la
humanidad ha hecho sonar el silbato, mientras se derrama fuera de nuestros cráneos
y se revela en y a través de los eventos

y circunstancias del mundo exterior. De apariencia externa a nosotros, el virus


‘e’epa/wetiko teniendo su origen en nosotros, utiliza el medio del mundo exterior
como el lienzo para la revelación de cuerpo completo de sí mismo. El proceso interno
de cómo el bicho ‘e’epa/wetiko opera encubierta dentro de nuestra pisque está siendo
sincronísticamente soñado y actualmente representado en forma de cuerpo completo,
a escala mayor sobre el escenario internacional, visible para todos aquellos que tienen
ojos para verlo como reflejo de una dinámica teniendo lugar dentro de nosotros. Si
miramos el estado del mundo hoy, podemos ver su influencia por todas partes, y a
cada nivel. En especial se sujetan a nuestros “lideres” políticos, económicos y
religiosos y a todos los jugadores principales del juego, y con toda justicia, estos
beneméritos son bastante inconscientes de su influencia negativa. Las personas que
son apoderadas por el parasito ‘e’epa/wetiko son inconscientes de haber sido
apoderados, mientras éste “golpe de estado psíquico” tiene lugar en sus puntos ciegos.
Cuando somos apoderados por fuerzas psíquicas más potentes, por definición, no
sabemos que estamos siendo poseídos por algo que no sea nosotros mismos, lo cual es
precisamente de la manera que el virus ‘e’epa/wetiko le gusta. Aquellos atraídos por
el poder son particularmente susceptibles de ser apoderados por estos engañadores,
que se alimentan de su atracción y adicción al poder. Teniendo predilección por el
poder trae consigo una ceguera auto-servicial que puede ser rápidamente asediada,
manipulada y amplificada a extremos malignos por el virus ‘e’epa/wetiko. Las
personas que se encuentran en posiciones de poder mundial e influencia son
fácilmente capaces de propagar su patología por todas partes del mundo en general, y
así asintiendo en extender significativamente el alcance y dominio de esta plaga
psíquica. Un archí-engañador se ha subido a horcajadas a nuestros sistemas religiosos
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y políticos principales desde hace cientos incluso miles de años, causando estragos
mientras el ‘e’epa anima a profundizar cada vez más en la polaridad negativa. Muchos
de nosotros parecemos tener una Resistencia a ver y tratar conscientemente con estas
fuerzas oscuras que se han insinuado en el mayor cuerpo político y están
escenificándose a través de cada nivel de nuestra sociedad. Nuestra resistencia
cultural en hacer esto es debida parcialmente a la programación oscura de los
engañadores. Esta “programación oscura” es el lavado de cerebro cultural, el hechizo
hipnótico tejido a través del urdimbre y la trama de cada aspecto de nuestra
civilización vía los medios de comunicación convencionales y la “industria del
entretenimiento” controlada por las corporaciones, ambos pudiendo ser considerados
como los órganos de propaganda masiva del virus ‘e’epa/wetiko. Nuestra resistencia,
el apartar la mirada, es una evitación de la relación con una parte de nosotros mismos.
Nuestra política de la avestruz, de hacer la vista gorda a eventos de enorme
significado colectivo negativo, es en sí ninguna otra cosa más que el virus
‘e’epa/wetiko en acción. El wetiko es una forma de ceguera psíquica que no solo se
cree tener vista sino que de forma arrogante cree que tiene más vista que todos los
demás. El Virus ‘e’epa/wetiko condimenta y maneja nuestras percepciones,
encubierta bajo la oscuridad de nuestro inconsciente para actuar a través de nosotros
y escondiéndose simultáneamente de ser visto. El virus ‘e’epa/wetiko, deslumbra,
hechiza y aqueja la consciencia de tal manera que nos cegamos a los puntos de vista
subyacentes asumidos que habitualmente percibimos, evocando y dando sentido a
nuestra experiencia, tanto del mundo y de nosotros mismos. Una vez habiéndose
infiltrado e insinuado en el cuerpo político, bien sea de una persona o sociedad, el
virus ‘e’epa/wetiko perversamente fantasea de ser el anticuerpo sanador,
relacionando irónicamente a las partes genuinamente saludables del sistema global
mayor (que son en realidad los anticuerpos), como tumores cancerígenos a ser
extirpados. El virus ‘e’epa/wetiko subversivamente pone nuestro “genio” para la
creación-de-realidad en nuestra contra de tal manera que literalmente nos quedamos
hechizados por las tendencias proyectivas de nuestra propia mente. Como si
estuviésemos bajo un conjuro, llegamos a estar extasiados por nuestros propios dones
y talentos intrínsecos para soñar un
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mundo a la realidad, sin saberlo, hipnotizándonos con nuestro poder dado por el
Creador, suscita la realidad de forma creativa, causando un efecto bumerán,
socavando nuestro potencial para la evolución individual y colectiva. Si miramos el
estado del mundo de hoy podemos ver su influencia en todas partes y a todos los
niveles. Podían ser considerados como vampiros psíquicos. Esto es lo que son los
vampiros realmente. Leyendas y mitologías sobre vampiros desde tiempos
inmemoriales están simbólicamente describiendo y señalando al virus ‘e’epa/wetiko.
Al igual que los vampiros, el virus ‘e’epa/wetiko esta sediento de la misma cosa que
carece—la mismísima esencia mística de la vida—la “sangre” de nuestro alma, nuestra
mismísima fuerza vital. Un miembro de los no-muertos, el virus vampírico del
‘e’epa/wetiko ésta fundamentalmente materia “muerta” está “re-cargándose” con una
aparentemente forma viva. Es solo en y a través de un ser vivo que adquiere una
cuasi-vida. Los vampiros psíquicos no son capaces de auto-replicarse a través de su
propia energía, por lo tanto se ven obligados a propagarse a través nuestro para que
nosotros podamos disimular, “contagiar” y transmitir el bicho a los demás. El virus
‘e’epa/wetiko anima una forma virulenta de psicosis que es altamente contagiosa,
extendiéndose por el canal de nuestra inconsciencia compartida. Cuando afectados
por este virus de la mente, hay un código o lógica de alineación alíen-acción que
afecta/infecta la consciencia de manera análoga a como el ADN en un virus pasa y
entra infectando a la célula. Sus vectores de infección no viajan como un patógeno
físico sin embargo. Este bicho de movimiento fluido nómada ambulante,
recíprocamente refuerza y se alimenta de y en cada uno de nuestros puntos ciegos
inconscientes, que es cómo se propaga de forma no localizada a través del campo.
Cómo Jung nos recuerda, el mayor peligro que hoy amenaza a la humanidad es la
posibilidad de que millones (¿quizás incluso miles de millones?) de nosotros pueden
caer juntos en nuestra inconsciencia, reforzando la locura del prójimo de tal manera
como si estuviéramos afligidos por una plaga psíquica que no podemos ver debido a la
naturaleza cegadora de la infección, nos convertimos en cómplices inconscientes en la
recreación de nuestra propia auto-destrucción. Los ‘e’epa son fuerzas mentales que
tienen la habilidad de introducirse en la mente humana, y en cualquier momento.
Operan a través del subterfugio y el sigilo psíquico. Son adversarios que se sienten
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atraídos a los humanos porque desean adquirir nuestra capacidad humana para la
imaginación creativa. Porque carecen completamente de esto. Los humanos son
creadores, y ellos no lo son. Codiciando la imaginación creativa que ellos mismos
carecen, si no usamos el don divino de nuestra imaginación creativa en servicio a la
vida, estas fuerzas mentales adversarias usarán nuestra imaginación por (y en contra)
de nosotros, con consecuencias mortales. Estos predadores compiten con nosotros
por una “parte” de nuestra propia mente, queriendo “sentarse en nuestra silla.” En vez
de ser un ser soberano que conscientemente crea con nuestros pensamientos,
entonces pasaremos a ser inconscientemente creados por ellos, mientras las fuerzas
adversarias literalmente piensan en nuestro lugar. Interesantemente un significado
interno de la palabra “Satán” es la del “adversario.” Como un vampiro, el virus
‘e’epa/wetiko no soporta ser iluminado, sin embargo, al ver cómo opera de forma
encubierta a través de nuestra propia consciencia, le restamos su aparente autonomía
y poder sobre nosotros, incapacitándolo a la vez que nos empoderamos a nosotros
mismos. Hablando del ‘e’epa siempre estamos teniendo que tratar con nuestros
propios bajos instintos que continuamente son alentados por los engañadores, y todos
nos tropezamos con ellos diariamente. Han estado aquí durante muchísimo tiempo, y
conocen la mente humana íntimamente, ya que es ahí donde residen. Es como si, en la
medida que no estamos despiertos el virus ‘e’epa/wetiko conoce nuestra mente mejor
de lo que la conocemos nosotros. Con el virus ‘e’epa/wetiko, es como si un “otro”
alíen, metafísico estuviera subliminalmente introduciendo formas de pensamiento y
creencias en nuestra mente, con las que si nos identificamos, nos obligan a actuar en
contra de nuestros mejores intereses.

Similarmente, los “Gnósticos” (aquellos “que saben”) están señalando al virus


‘e’epa/wetiko cuando describen los parásitos mentales llamados “Arcontes” que
infiltran y subvierten el funcionamiento de nuestra propia mente. Tratándolos y
reconociendo quien y lo que son es la primera etapa del proceso transformacional—
sin embargo es el que podría conducirnos a cruzar el horizonte de sucesos, más allá
del cual nada volvería a ser lo mismo. Una vez que reconozcamos “quien y que” son el
‘e’epa, ahí es donde nuestro potencial para el crecimiento espiritual y evolucionario se
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hace ilimitado. El virus ‘e’epa/wetiko solo puede ser visto cuando comencemos a
darnos cuenta de la naturaleza onírica de nuestro Universo, salir del punto de vista del
yo separado, y reconocer el campo subyacente más profundo del que todos somos
expresiones, en el que todos estamos contenidos, y a través del cual estamos todos
interconectados. La expresión energética de esta realización y el disolvente por
excelencia del virus ‘e’epa/wetiko, es la compasión. Hablando de los “guardianes
altamente espirituales que nos trajeron a este mundo” sabían que la humanidad ya
existía como un sueño. Nosotros como individuos somos los aspectos manifestados de
ese aspecto-onírico que ahora han madurado al punto en donde nos hemos convertido
en seres creadores como ningún otro que haya existido en este mundo con
anterioridad. Como creadores, somos agencias autopoiéticas en coevolución reciproca
con nosotros mismos así como con el Universo en general. Una vez que reconozcamos
al virus ‘e’epa/wetiko por lo que es, podremos participar en nuestra propia evolución
así como en nuestro personal y colectivo destino. El origen del virus ‘e’epa/wetiko es
la psique humana y reconocer como opera este virus de la mente a través de nuestro
inconsciente es el comienzo de la cura que literalmente cambia todo. Nuestro futuro
compartido será decidido ante todo por los cambios que tienen lugar en la psique de
la humanidad, que es verdaderamente el pivote del mundo. El virus ‘e’epa/wetiko está
literalmente demandando que prestemos atención al rol fundamental que juega la
pisque en crear nuestras experiencias de nosotros y del mundo. Sin embargo cuanto
menos sea reconocido el virus ‘e’epa/wetiko se convierte mas aparentemente potente
y peligroso. Citando los textos Gnósticos del Evangelio de Felipe, “Siempre y cuando se
oculta la raíz de la maldad, sigue fuerte. Pero cuando es reconocida, se disuelve… Es
poderosa porque no la hemos reconocido.” Para una persona que está hipnotizada por
el hechizo del consenso colectivamente acordado sobre la realidad, hablar sobre
demonios, vampiros, virus mentales, parásitos psíquicos y demás le suena a mucho
dogma de superstición, new age, disparate espiritual y jerigonza, o los desvaríos de
una imaginación paranoica febril que cree en extrañas teorías de conspiración.
Debería señalarse que cada uno de nosotros experimenta el virus ‘e’epa/wetiko de
manera propia y única, independientemente de qué conceptos o palabras usamos para
describir la experiencia, o si creemos que tales cosas son o no. Vale la pena indicar, y
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debería obtener nuestra mayor atención, sin embargo, que algunos de los más grandes
pensadores, filósofos visionarios y maestros entre nosotros han estado señalando al
virus ‘e’epa/wetiko a su manera durante milenio. Hablando del estado de la
humanidad, el filosofo, místico y activista social Simone Weil escribe, “Es como si una
aflicción del pensamiento se haya establecido en él como un parasito y estuviera
dirigiéndole para satisfacer sus propios fines.” El revolucionario maestro spiritual
Gurdjieff dice que si observamos cuidadosamente, “Veras que eres diferente de lo que
realmente piensas que eres. Veras que eres dos. Uno que no es, pero que toma el lugar
y juega al rol del otro [el verdadero tu]. El físico David Bohm, uno de los más
originales y radicales pensadores importantes de la segunda mitad del Siglo veinte,
hablando del parasito ‘e’epa/wetiko en sus propias palabras, escribe, “Es similar a un
virus—de alguna manera ésta enfermedad del pensamiento, del conocimiento, de la
información, se está extendiendo por todo el mundo… Se está extendiendo como un
virus y cada uno de nosotros está alimentando ese virus.” En la medida que somos
inconscientes de este pensamiento-virus, Bohm se dio cuenta de que todos somos
cómplices de su propagación. Reconoció que este virus de la mente es la misma cosa
que

“impide a la humanidad trabajar conjuntamente para el bien común, y desde luego,


para la supervivencia.” Se dio cuenta de que ésta contagiosa “enfermedad del
pensamiento” se había subrepticiamente introducido en el reino de la misma mente,
en donde en la medida que somos inconscientes de él, puede trabajar su magia negra
desenfrenadamente. Bohm luego se pregunta, “¿Tenemos algún tipo de sistema
inmunitario que lo detenga?” La única manera de detenerlo es la de identificarlo para
reconocerlo, para poder ver lo que es. Si alguno de nosotros comienza a mirar eso,
entonces estaremos mirando la fuente del problema. El ver y conocer la presencia y
actividades del virus ‘e’epa/wetiko, en la tradición Budista se llama “Mara” – El Mal, o
el Oscuro – son elementos mayores en el proceso de la iluminación del Buda. Es
enfatizado en las enseñanzas del Buda de que era la ignorancia y la oscuridad, junto
con su capacidad de “cegar” a la humanidad – todas las características de estar afligido
por el virus ‘e’epa/wetiko – que fueron disipadas en el momento de la iluminación. La
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imagen del Buda en-rutando los anfitriones de Mara es a menudo comparado con la
oscuridad siendo disipada por el sol. Una vez que obtuvo la iluminación, el Buda
siempre reconoció el momento que Mara apareció; el reconocer completamente a
Mara es el de inmediatamente derrotarlo. Por esto es que Mara exclama con suma
consternación y desesperación, “¡El Exaltado me conoce!” (El Exaltado era el Buda, el
que había despertado a la naturaleza onírica). Recordar también lo que lo que dicen
los textos Gnósticos del Evangelio de Felipe acerca del mal, “Cuando se reconoce, se
disuelve.” Aunque a un nivel aparentemente opuesto a la iluminación del Buda, Mara
(el virus ‘e’epa/wetiko) era en realidad el aliado secreto de Buda, la proyección de un
aspecto de la propia consciencia de Buda, porque sino Buda no habría podido
desarrollar el “musculo” de su realización sin el reto de Mara. Mauka concluye
diciendo, “Tarde o temprano, todos nosotros seremos consientes de la presencia de la
oscuridad en mostros mimos—la oscuridad en la que hemos caído con la ayuda de
adversarios; los engañadores”. Yo sugeriría que cuanto antes arrojemos luz y seamos
conscientes de la “oscuridad dentro de nosotros mismos” mejor. Nuestra
“iluminación” no aporta nada si no nos ayuda a iluminar la oscuridad en nosotros
mismos. Como nos recuerda Jung, “Uno no se convierte en iluminado imaginando
figuritas de luz, sino convirtiendo la oscuridad en consciente.” En última instancia, la
luz es revelada a través de la oscuridad y necesita de la oscuridad, ¿sino cómo podría
aparecer como luz? Las sombras son una expresión simultánea de la ausencia, así
como la presencia de luz, porque nunca podríamos tener sombra sin una luz cercana.
Cuanto más oscura la sombra, más luminosa es la luz de la que es proyección.
Normalmente pensamos de la iluminación como “ver la luz” pero “el ver la oscuridad”
también es una forma de iluminación. Oculta y codificada en la oscuridad hay una
forma de luz más elevada que trasciende la dualidad de luz vs oscuridad, la luz de la
misma consciencia. Esta luz sin forma tiene la propiedad no solo de ser invulnerable a
las fuerzas negativas de la oscuridad, sino que toca y transfigura a todos quienes la
“ven”. Esta es la luz de la consciencia autoreflexiva, lucida y primordial que nos
despierta a la naturaleza onírica de la realidad. Los estados altamente vibracionales
del Ser están conectados a la Luz que emana desde la Fuente. Esto a la vez revela
inequívocamente que nuestro ser de Luz, nuestro Sobre-Alma [nuestro ser superior],
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es un fragmento de la gran luz espiritual que no está sujeta a la distorsión de las


fuerzas oscuras. La gran protección en contra de ser afectado negativamente, y en
casos extremos de ser poseídos por los aspectos maléficos del virus ‘e’epa/wetiko es
la de estar en contacto con nuestra integridad íntima, que ha de ser “auto-poseída” –
en posesión de la parte de nosotros mismos que no se puede poseer—la cual es el Ser,
la integridad de nuestro ser. Estar en contacto con nuestra verdadera naturaleza actúa
como un amuleto sagrado o talismán, blindando y protegiéndonos de los efectos
perniciosos del mal.

“Vencemos” el mal no al luchar contra él (en cuyo caso al jugar ese juego, ya habremos
perdido), sino al ponernos en contacto con la parte nuestra que es vulnerable a sus
efectos. El valor de traer nuestra atención a, y poner nuestra consciencia en la
contemplación de las formas multifacéticas en las que el virus ‘e’epa/wetico desvía la
psique, y en hacerlo podemos descubrir y experimentar directamente la parte de
nosotros mismos que es incorruptible, que es el mismo lugar desde el que podemos
traer cambios reales y duraderos al mundo. Probadores de la humanidad, es como si
estas fuerzas vampíricas no-locales son los guardianes del umbral de nuestra
evolución. Al iluminar la oscuridad, necesitamos contar con un poder más elevado
como el Sobre-Alma o el Ser Superior. Una fuerza en nosotros que es mucho más
fuerte que y transcendente a nuestro propio ego, que es el Ser, nuestra integridad
intrínseca. Paradójicamente, no habríamos conectado con la integridad del Ser sin la
intervención del virus ‘e’epa/wetiko. Sin una brecha en su simetría, el orden superior
y la verdadera naturaleza de nuestro Ser no tendría forma alguna de encontrarse con
y ser consciente de sí mismo. Si los obstáculos presentados por el virus ‘e’epa/wetiko
no existieran, tendríamos que inventarlos intencionadamente, porque es al superar
obstáculos que desarrollamos las elevadas cualidades que necesitamos para poder
desatar nuestro potencial no explorado. Interesantemente, otro significado de la
palabra “Satán” es “uno que crea obstáculos.” En vez de un típico virus mutando para
convertirse en resistente a nuestros intentos de sanarnos de él, el virus ‘e’epa/wetiko”
mercurial y que cambia de forma nos fuerza a mutar a nosotros y a evolucionar—
relativo a él. En un sentido muy real el virus ‘e’epa/wetiko nos “cura” de ambos
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nuestra actitud equivocada hacia él y hacia nosotros. Es como si la maldad del virus
‘e’epa/wetiko es en si el instrumento de una inteligencia elevada diseñada para
conectarnos a una sagrada fuente creativa dentro de nosotros mismos. El virus
‘e’epa/wetiko literalmente exige que entremos en nuestro propio poder y nos
convirtamos en inmunes a su opresión de tal manera que descubramos como salir del
cautiverio y hacernos libres. Aunque la fuente de la inhumanidad de la humanidad
hacia sí misma, a la vez el virus ‘e’epa/wetiko es la más grande de las fuerzas
catalíticas de la evolución jamás conocidas—así como las desconocidas por la
humanidad. Nos confronta con una opción rígida; evolución o autodestrucción.
Aunque aparentemente opuesta a nuestra verdadera naturaleza, contemplada desde
este punto de vista más expandida, el virus ‘e’epa/wetiko nos introduce a, y es en si la
expresión disfrazada de nuestra verdadera naturaleza. Una vez que entendamos esto,
surge la pregunta: ¿Es el virus ‘e’epa/wetiko el mal más oscuro, o el ser que nos
introduce a una mayor unidad y perfección dentro de nosotros mismos que antes
desconocíamos, es un instrumento del bien supremo? Este punto de vista dentro de
nosotros en el que el opuesto coincide y se convierte en indistinguible “coincidentia
oppositorum” es en sí el punto de vista trans-personal del Ser. Mirando a través del
lente “transpersonalizante” del Ser nos permite no personalizar, y solidificarnos como
aparentemente separados individuos concretos. Verdaderamente un fenómeno
cuántico, el virus ‘e’epa/wetiko es el veneno más mortífero y la medicina mas
sanadora conjunta en un estado superpuesto. ¿Se hará con nuestra especie el virus
‘e’epa/wetiko y continuara inspirando nuestra auto-destrucción?, ¿o nos despertará?
Todo depende en que reconozcamos o no, lo que nos desvela acerca de nosotros.
Siendo un fenómeno onírico, como se manifiesta el virus ‘e’epa/wetiko depende de
cómo lo soñamos de aquí en adelante.

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