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Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las
dificultades de la vida.
Pitágoras
Los mejores maestros del mundo son las vidas de los grandes
hombres.
Eugeni D’Ors
tu programa comienza
cuando se abre el micrófono, pero tu trabajo ha comenzado
muchas horas antes, en el momento en que decides qué quieres
contar, de dónde partes y a dónde quieres llegar.
La preparación
Las preguntas
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Pero en todos los casos se notará que es mucho más fácil recordar
unos cuantos puntos bien explicados que muchos puntos que
se hayan tratado brevemente.
Cuando se hace de la oratoria un arte, debería ser fácil para los
que oyen el discurso recordar el tema, los argumentos utilizados
y lo que se espera que ellos hagan.
El primer mensaje que usted, como conferenciante, va a transmitir
a su auditorio, no les llegará ni por lo que usted les diga ni por
cómo se lo diga, ni tan siquiera, a pesar del tema de este capítulo,
por su apariencia...
El primer mensaje que usted transmita será a través de su puntualidad.
De la misma forma, el contenido de su discurso y las fuentes sobre las que usted extrajo la
información son de gran importancia en una presentación.
Un orador eficaz se
esforzará por hacer que la ilustración se aplique a las circunstancias,
edad, religión, cultura, conocimientos, formación,
déjese aconsejar.
Los colores del fondo, la forma, tamaño, color y disposición del
texto, la selección de las ilustraciones... todo tiene una razón de
ser y una incidencia directa en cómo su auditorio percibirá el
asunto.
Note lo que hace que sus palabras se puedan recordar con facilidad.
1. No se apresure al pronunciar su discurso.
2. Haga buen uso de las preguntas, para que el auditorio las
conteste o como preguntas retóricas que estimulen y/o
guíen el pensamiento de sus oyentes.
3. Deje bien claros los puntos principales de su exposición.
4. Sírvase de ayudas visuales.
Gail Sheehy,
cuando dijo que “para crecer hay que renunciar temporalmente a
la seguridad” Es decir, que si usted no da el paso adelante, y adquiere
el valor de exponer sus ideas, de argumentar a favor de su
producto o proyecto, si no defiende personal y enfáticamente sus
objetivos, jamás podrá avanzar
Jamás logrará convencer a su
auditorio ni jamás logrará motivarlo a hacer, decidir, comprar o
actuar como usted desea que lo hagan.
Pero es verdaderamente
sorprendente lo mucho que se puede mejorar al aprender a mantenerse
tranquilo o relajado al hablar.