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Las estructuras de Lewis muestran los diferentes átomos de una determinada molécula usando su
símbolo químico y líneas que se trazan entre los átomos que se unen entre sí. Representan también si
entre los átomos existen enlaces simples, dobles o triples. En ocasiones, para representar cada enlace,
se usan pares de puntos en vez de líneas. Los electrones apartados (los que no participan en los
enlaces) se representan mediante una línea o con un par de puntos, y se colocan alrededor de los
átomos a los que pertenece.
Este modelo fue propuesto por Gilbert N. Lewis quien lo introdujo por primera vez en 1916 en su
artículo La molécula y el átomo.
Índice
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1Moléculas
2Electrones de Valencia
3La regla del octeto
4Excepciones a la regla del Octeto
5Carga formal
o 5.1Ejemplo: Estructura de Lewis para el ion nitrito
6Véase también
7Enlaces externos
Moléculas[editar]
Las moléculas más simples, entre las cuales se encuentran las moléculas orgánicas, deben presentar
un átomo central, en algunos casos el átomo central es el carbono debido a su baja electronegatividad,
luego éste queda rodeado por los demás átomos de las otras moléculas. En moléculas compuestas por
varios átomos de un mismo elemento y un átomo de otro elemento distinto, éste último se utiliza como el
átomo central, lo cual se representa en este diagrama con 4 átomos de hidrógeno y uno de silicio. El
hidrógeno también es un elemento exceptuante, puesto que no debe ir como átomo central.
Reacción de átomos de hidrógeno y silicio en modelo de Lewis
En algunos casos es difícil determinar el átomo central, en general cuando todos los átomos de los
elementos del compuesto aparecen más de una vez.
Electrones de Valencia[editar]
Artículo principal: Electrones de valencia
Cuando los electrones de valencia han sido determinados, deben ubicarse en el modelo a estructurar.
Una vez que todos los pares solitarios han sido ubicados, los átomos, especialmente los centrales,
pueden no tener un octeto de electrones. Los átomos entre sí deben quedar unidos por enlaces; un par
de electrones forma un enlace entre los dos átomos. Así como el par del enlace es compartido entre los
dos átomos, el átomo que originalmente tenía el par solitario sigue teniendo un octeto; y el otro átomo
ahora tiene dos electrones más en su última capa.
Fuera de los compuestos orgánicos, solo un porcentaje menor de los compuestos tiene un octeto de
electrones en su última capa. Compuestos con más de ocho electrones en la representación de la
estructura de Lewis de la última capa del átomo, son llamados hipervalentes, y son comunes en los
elementos de los grupos 15 al 18, tales como el fósforo, azufre,yodo y xenón.
Cuando se escribe la estructura de Lewis de un ion, la estructura entera es ubicada entre corchetes, y la
carga se escribe como un exponente en el rincón derecho superior, fuera de los corchetes.
La regla del octeto, establece que los átomos se enlazan unos a otros en el intento de completar su
capa de valencia (última capa de la electrosfera). La denominación “regla del octeto” surgió en razón de
la cantidad establecida de electrones para la estabilidad de un elemento, o sea, el átomo queda estable
cuando presenta en su capa de valencia 8 electrones. Para alcanzar tal estabilidad sugerida por la regla
del octeto, cada elemento precisa ganar o perder (compartir) electrones en los enlaces químicos, de esa
forma ellos adquieren ocho electrones en la capa de valencia. Veamos que los átomos de oxígeno se
enlazan para alcanzar la estabilidad sugerida por la regla del octeto. La justificativa para esta regla es
que las moléculas o iones, tienden a ser más estables cuando la capa de electrones externa de cada
uno de sus átomos está llena con ocho electrones (configuración de un gas noble). Es por ello que los
elementos tienden siempre a formar enlaces en la búsqueda de tal estabilidad.
Los átomos son más estables cuando consiguen ocho electrones en la capa de su estado de óxido,
sean pares solitarios o compartidos mediante enlaces covalentes. Considerando que cada enlace
covalente simple aporta dos electrones a cada átomo de la unión, al dibujar un diagrama o estructura de
Lewis, hay que evitar asignar más de ocho electrones a cada átomo.
El hidrógeno tiene un sólo orbital en su capa de valencia la cual puede aceptar como máximo dos
electrones, junto con el berilio que se completa con una cantidad de cuatro electrones y el boro que
requiere de seis electrones para llevar a cabo esta función, de modo en que se elude a la normativa que
especifica que todo elemento se completa con 8 electrones a su disposición. Por otra parte, los átomos
no metálicos a partir del tercer período pueden formar "octetos expandidos" es decir, pueden contener
más que ocho electrones en su capa de valencia, por lo general colocando los electrones extra en
subniveles.
Carga formal[editar]
Artículo principal: Carga formal
En términos de las estructuras de Lewis en general, la carga formal de un átomo puede ser calculada
usando la siguiente fórmula, las definiciones no estándar asumidas para el margen de beneficio
utilizaron:
Cf = Nv - Ue - Bn , donde:
Cf es la carga formal.
Nv representa el número de electrones de valencia en un átomo libre.
Ue representa el número de electrones no enlazados.
Bn representa el número total de electrones de enlace, esto dividido entre dos.
La carga formal del átomo es calculada como la diferencia entre el número de electrones de valencia
que un átomo neutro podría tener y el número de electrones que pertenecen a él en la estructura. El
total de las cargas formales en una molécula neutra debe ser igual a cero.
Paso uno: Escoger el átomo central. Existe sólo un átomo de nitrógeno, y es el átomo con
menos electronegatividad, por lo que éste se convertirá en nuestro átomo central.
Paso dos: Contar los electrones de valencia. El nitrógeno posee 5 electrones de valencia; cada
oxígeno posee 6, para un total de (6 x 2) + 5 = 17. El ion posee una carga de -1, lo que nos indica
un electrón extra, por lo que el número total de electrones es de 18.
Paso tres: Ubicar los pares electrónicos. Cada oxígeno debe ser enlazado al nitrógeno, que usa
cuatro electrones, dos en cada enlace. Los 14 electrones restantes deben ser ubicados inicialmente
como 7 pares solitarios. Cada oxígeno debe tomar un máximo de 3 pares solitarios, dándole a cada
oxígeno 8 electrones, incluyendo el par del enlace. El séptimo par solitario debe ser ubicado en el
átomo de nitrógeno.
Paso cuatro: Cumplir la regla del octeto. Ambos átomos de oxígeno poseen 8 electrones
asignados a ellos. El átomo de nitrógeno posee sólo 6 electrones asignados. Uno de los pares
solitarios de uno de los oxígenos debe formar un doble enlace, y ambos átomos se unirán por un
doble enlace. Puede hacerse con cualquiera de los dos oxígenos. Por lo tanto, debemos tener una
estructura de resonancia.
Paso cinco: Dibujar la estructura. Las dos estructuras de Lewis deben ser dibujadas con un
átomo de oxígeno doblemente enlazado con el átomo de nitrógeno. El segundo átomo de oxígeno
en cada estructura estará enlazado de manera simple con el átomo de nitrógeno. Ponga los
corchetes alrededor de cada estructura, y escriba la carga ( - ) en el rincón superior derecho afuera
de los corchetes. Dibuje una flecha doble entre las dos formas de resonancia.
Enlace iónico
Enlace covalente
Enlace metálico
Enlaces intermoleculares
Enlace coordinado
Es importante saber, que la regla del octeto es una regla práctica aproximada que presenta
numerosas excepciones pero que sirve para predecir el comportamiento de muchas
sustancias.
En la figura se muestran los 4 electrones de valencia del carbono, creando dos enlaces
covalentes, con los 6 electrones en el último nivel de energía de cada uno de los oxígenos,
cuya valencia es 2. La suma de los electrones de cada uno de los átomos son 8, llegando al
octeto. Nótese que existen casos de moléculas con átomos que no cumplen el octeto y son
estables igualmente.
Excepciones[editar]
Existen excepciones a esta regla. Los átomos que no cumplen la regla del octeto en algunos
compuestos son: boro, carbono, nitrógeno, oxígeno, flúor, fósforo y azufre. En algunos casos
estos elementos forman dobles enlaces y hasta triples el carbono y el nitrógeno.
El hidrógeno tiene un sólo orbital en su capa de valencia la cual puede aceptar como máximo
dos electrones, junto con el berilio que se completa con una cantidad de cuatro electrones y el
boro que requiere de 6 electrones para llevar a cabo esta función, de modo en que se elude a
la normativa que especifica que todo elemento se completa con 8 electrones a su disposición.
Por otra parte, los átomos no metálicos a partir del tercer período pueden formar "octetos
expandidos" es decir, pueden contener más que ocho electrones en su capa de valencia, por
lo general colocando los electrones extra en subniveles.
Algunas moléculas o iones sumamente reactivos tienen átomos con menos de ocho
electrones en su capa externa. Un ejemplo es el trifluoruro de boro (BF3). En la molécula de
BF3 el átomo de boro central sólo tiene seis electrones a su alrededor.
La forma más clara para ver gráficamente el funcionamiento de la "regla del octeto" es la
representación de Lewis de las moléculas. Antes de que se puedan escribir algunas
estructuras de Lewis, se debe conocer la forma en que los átomos están unidos entre sí.
Considérese por ejemplo el ácido nítrico. Aunque la fórmula del ácido nítrico con frecuencia se
representa como HNO3, en realidad el hidrógeno está unido a un oxígeno, no al nitrógeno. La
estructura es HONO2 y no HNO3.
También se puede dar cuando existen moléculas impares, moléculas hipovalentes y
moléculas hipervalentes. Es cuando los átomos forman compuestos al perder, ganar o
compartir electrones para adquirir 8 electrones de valencia. El hidrógeno logra la estabilidad
del helio, con 2 electrones de valencia. Los átomos de los gases nobles se caracterizan por
tener todos sus niveles y subniveles energéticos completamente llenos. La estabilidad de los
gases nobles se asocia con la estructura electrónica de su última capa que queda llena con
ocho electrones.
Enlace iónico
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Índice
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1Características
2Clasificación
3Bibliografía
4Referencias
Características[editar]
Sus enlaces son muy fuertes (depende fuertemente de la naturaleza de los iones)
Son sólidos a temperatura ambiente y poseen una estructura cristalina en el sistema
cúbico. (Hay compuestos iónicos que son líquidos a temperatura ambiente denominados
"líquidos iónicos" o "Sales Derretidas", con un campo de aplicación gigantesco.)
Altos puntos de fusión (entre 300 °C y 1000 °C) y ebullición (Si el enlace tiene un carácter
covalente alto, puede ser que estos valores disminuyan abruptamente)
Son enlaces resultantes de la interacción entre los metales de los grupos I y II y los no
metales de los grupos VI y VII.
Son solubles en agua y otras disoluciones acuosas debido al dipolo eléctrico que
presentan las moléculas de agua; capaces de solvatar a los iones, compensando así la
energía de red crsitalina. (No todos los compuestos iónicos se pueden solubilizar
fácilmente con agua, ya sea por la poca energía de solvatación de los iones o por el
carácter covalente del compuesto iónico):
Una vez en disolución acuosa son excelentes conductores de electricidad, ya que
entonces los iones quedan libres. (Hay una gran variedad de compuestos iónicos que son
poco o muy poco solubles en disolución acuosa, también debido al carácter covalente del
compuesto y que no permite que el agua separe fácilmente la red cristalina, resultando así
en una muy pobre conductividad en disolución)
En estado sólido no conducen la electricidad, ya que los iones ocupan posiciones muy
fijas en la red. Si utilizamos un bloque de sal como parte de un circuito en lugar del cable,
el circuito no funcionará. Así tampoco funcionará una bombilla si utilizamos como parte de
un circuito un cubo de agua, pero si disolvemos sal en abundancia en dicho cubo, la
bombilla del circuito se encenderá. Esto se debe a que los iones disueltos de la sal son
capaces de acudir al polo opuesto (a su signo) de la pila del circuito y, por ello, este
funciona. 8
Clasificación[editar]
Los iones se clasifican en dos tipos:
a) Anión: Es un ion con carga eléctrica negativa, lo que significa que los átomos que lo
conforman tienen un exceso de electrones. Comúnmente los aniones están formados por no
metales, aunque hay ciertos aniones formados por metales y no metales. Los aniones más
habituales son (el número entre paréntesis indica la carga):
F- fluoruro.
Cl- cloruro.
Br- bromuro.
I- yoduro.
S 2- sulfuro.
SO42- sulfato.
NO3- nitrato.
PO43- fosfato.
ClO- hipoclorito.
ClO2- clorito.
ClO3- clorato.
ClO4- perclorato.
CO32- carbonato.
BO3 3- borato.
MnO4- permanganato.
CrO42- cromato.
Cr2O72-dicromato ((2* ácido crómico)-H2O)=H4Cr2O8 - H2O=H2Cr2O7= ácido dicrómico)
b) Catión: es un ion con carga eléctrica positiva. Los más comunes se forman a partir de
metales, pero hay ciertos cationes formados con no metales.
Na+ sodio.
K+ potasio.
Ca2+ calcio.
Ba2+ bario.
Mg2+ magnesio.
Al3+ aluminio.
Pb2+ plomo (II).
Zn2+ zinc (o cinc).
Fe2+ hierro (II) o ferroso.
Fe3+ hierro (III) o férrico.
Cu+ cobre (I) o cuproso (aunque en realidad, este ion es Cu2(2+)).
Cu2+ cobre (II) o cúprico.
Hg+ mercurio (I) o mercurioso (aunque en verdad, este ion es Hg2(2+)).
Hg2+ mercurio (II) o mercúrico.
Ag+ plata (I).
Cr3+ cromo (III).
Mn2+ manganeso (II).
Co2+ cobalto (II) o cobaltoso.
Co3+ cobalto (III) o cobáltico.
Ni2+ níquel (II) o niqueloso.
Ni3+ níquel (IIII) o niquélico.
NH4+ amonio.
Enlace covalente
Los primeros conceptos de la unión covalente surgieron de este tipo de imagen de la molécula
de carbono y hidrógeno. El enlace covalente está implícito en laestructura de Lewis indicando electrones
compartidos entre los átomos.
Un enlace covalente entre dos átomos se produce cuando estos átomos se unen, para
alcanzar el octeto estable, compartiendo electrones del último nivel1 (excepto
el Hidrógeno que alcanza la estabilidad cuando tiene 2 electrones). La diferencia de
electronegatividad entre los átomos no es lo suficientemente grande como para que se
produzca una unión de tipo iónica. Para que un enlace covalente se genere es necesario que
la diferencia de electronegatividad entre átomos sea menor a 1,7.
De esta forma, los dos átomos comparten uno o más pares electrónicos en un nuevo tipo de
orbital, denominado orbital molecular. Los enlaces covalentes se producen entre átomos de un
mismo elemento no metal y entre distintos elementos no metales.
Cuando átomos distintos de no metales se unen una forma covalente, uno de ellos resultará
más electronegativo que el otro, por lo que tenderá a atraer la nube electrónica del enlace
hacia su núcleo, generando un dipolo eléctrico. Esta polarización permite que las moléculas
del mismo compuesto se atraigan entre sí por fuerzas electrostáticas de distinta intensidad.
Por el contrario, cuando átomos de un mismo elemento no metálico se unen covalentemente,
su diferencia de electronegatividad es cero y no se crean dipolos. Las moléculas entre sí
poseen prácticamente una atracción nula.
En síntesis, en un enlace iónico, se produce la transferencia de electrones de un átomo a otro
y en el enlace covalente, los electrones de enlace son compartidos por ambos átomos. En el
enlace covalente, los dos átomos no metálicos comparten uno o más electrones, es decir, se
unen a través de sus electrones en el último orbital, el cual depende del número atómico en
cuestión. Entre los dos átomos pueden compartirse uno, dos o tres pares de electrones, lo
cual dará lugar a la formación de un enlace simple, doble o triple respectivamente. En
la estructura de Lewis, estos enlaces pueden representarse por una pequeña línea entre los
átomos.
Índice
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1Historia
2Tipos de sustancias covalentes
3Definición del enlace covalente
4Enlace covalente polar
5Enlace covalente no polar
6Distintos tipos de enlaces covalentes
7Véase también
8Referencias
9Enlaces externos
Historia[editar]
Irving Langmuir
El término "covalencia" en relación a la unión fue utilizada por primera vez en 1919 por Irving
Langmuir en artículo del Journal of the American Chemical Society titulado «The Arrangement
of Electrons in Atoms and Molecules» (La distribución de electrones en átomos y moléculas).
En este, Langmuir escribió: «designaremos con el término covalencia al número de pares de
electrones que un determinado átomo comparte con sus vecinos».2
La idea de la unión covalente se puede remontar varios años antes hasta Gilbert N. Lewis,
quien en 1916 describió el intercambio de pares de electrones entre los átomos.3 Introdujo
la notación de Lewis o notación de puntos de electrones o estructura de puntos de Lewis, en el
que la valencia de los electrones (los de la capa exterior) se representa en forma de puntos en
torno a los símbolos atómicos. Los pares de electrones localizados entre átomos representan
enlaces covalentes. Múltiples parejas representan enlaces múltiples, tales como enlaces
dobles y enlaces triples. Una forma alternativa de representación, que no se muestra aquí,
tiene los pares de electrones de formación de enlaces representados como líneas sólidas.
Lewis propuso que un átomo forma suficientes enlaces covalentes para formar una capa
electrónica exterior completa (o cerrada). En el diagrama del metano que se muestra aquí, el
átomo de carbono tiene una valencia de cuatro y está, por lo tanto, rodeado por ocho
electrones (la regla del octeto), cuatro del carbono mismo y cuatro de los hidrógenos unidos a
él. Cada hidrógeno tiene una valencia de uno y está rodeado por dos electrones (una regla del
dueto), su propio electrón más uno del carbono. El número de electrones corresponden a
capas completas en la teoría cuántica del átomo; la capa exterior de un átomo de carbono es
la capa n = 2, con capacidad para ocho electrones, mientras que la capa exterior (y única) de
un átomo de hidrógeno es la capa n = 1, con capacidad para solo dos.
Si bien la idea de los pares de electrones compartidos proporciona una imagen cualitativa
efectiva de la unión covalente, es necesaria la mecánica cuántica para entender la naturaleza
de estas uniones y predecir las estructuras y propiedades de las moléculas simples. Walter
Heitler y Fritz Londondieron la primera explicación con éxito de un enlace químico aplicando la
mecánica cuántica, en concreto del hidrógeno molecular, en 1927.4 Su trabajo se basó en el
modelo de enlace de valencia, que asume que un enlace químico se forma cuando hay una
buena coincidencia entre los orbitales atómicos de los átomos participantes.
Se sabe que estos orbitales atómicos tienen relaciones angulares específicas entre ellos, y por
lo tanto el modelo de enlace de valencia pueden predecir con éxito los ángulos de enlace
observados en moléculas simples.
Sin embargo la teoría del enlace covalente o también conocido como la idea de la
compartición de electrones, el cual está basado en el átomo cúbico, se enfrentó a varias
dificultades conceptuales, ya que esta teoría tuvo como competencia al modelo del enlace
iónico. A pesar de esta rivalidad de estas dos Teorías, la teoría del enlace covalente fue
aceptada hasta 1920. Niaz Y Rodríguez mencionan en su texto HISTORIA Y FILOSOFÍA DE
LAS CIENCIAS: NECESIDAD DE SU INCORPORACIÓN EN LOS TEXTOS
UNIVERSITARIOS DE CIENCIAS que Lewis reconoce que la estructura cúbica no puede
representar el triple enlace y sugiere reemplazarlo por el átomo tetraédrico. Lewis asumió por
muchos años que, si los electrones están apareados en el átomo magnéticamente, es fácil
entender cómo dos electrones desapareados en átomos diferentes pueden acoplarse
magnéticamente y formar el enlace no polar
La representación de un Átomo de Hidrógeno, se puede observar que hay un electrón girando alrededor del núcleo
del átomo
Representación gráfica de una molécula diatomica de hidrógeno; tanto los dos átomos de hidrógeno comparten un
electrón cada uno para formar un enlace
Considérense átomos de hidrógeno, a medida que se aproximan entre sí, se van haciendo
notar las fuerzas que atraen a cada electrón al núcleo del otro átomo, hasta que dichas
fuerzas de atracción se llegan a compensar con la repulsión que los electrones sienten entre
sí. En ese punto, la molécula presenta la configuración más estable.
Lo que ha sucedido es que los orbitales de ambos electrones se han traslapado, de modo que
ahora es imposible distinguir a qué átomo pertenece cada uno de los electrones.
Según los químicos S. Seese y G. William Daub, en la molécula de hidrógeno como en todas
las sustancias covalentes se deben de tomar cuatro aspectos:
Primero: las propiedades de los átomos individuales sin combinar son muy distintos a las
propiedades de las moléculas. Por ello cuando se escribe la fórmula química del hidrógeno se
debe escribir como H2, debido a que es una molécula diatómica.
Segundo: los dos núcleos positivos atraen a los dos electrones con el fin de producir
una molécula más estable que la de los átomos separados, en consecuencia se forma un
enlace y con ello resulta una molécula más estable a comparación de la anterior. Debido a la
atracción que ejercen los núcleos sobre los dos electrones se equilibra la repulsión que hay
entre ellos, debido a esto es mayor la probabilidad de encontrar electrones en algún lugar
situado entre dos núcleos.
Tercero: la distancia entre los núcleos es tal que las orbitales 1s tienen el máximo traslape, en
el caso de la molécula de hidrógeno, la distancia entre los núcleos es aproximadamente de
0.74 Å. De otro modo, la distancia que existe entre dos átomos que se unen en forma
covalente se llamalongitud de enlace.
Cuarto: para "romper" los enlaces covalentes que hay en 1.0 g de hidrógeno gaseoso y para
formar los átomos de hidrógeno se necesitan 52. 0kcal.5
Sin embargo, cuando los átomos son distintos, los electrones compartidos no serán atraídos
por igual, de modo que estos tenderán a aproximarse hacia el átomo más electronegativo, es
decir, aquel que tenga una mayor apetencia de electrones. Este fenómeno se
denomina polaridad (los átomos con mayor electronegatividad obtienen una polaridad más
negativa, atrayendo los electrones compartidos hacia su núcleo), y resulta en un
desplazamiento de las cargas dentro de la molécula.
Se podría decir que al átomo más electronegativo al cual,no le gusta compartir sus electrones
con los demás átomos, y en el caso más extremo, deseará que el electrón le sea cedido sin
condiciones formándose entonces un enlace iónico, de ahí que se diga que los enlaces
covalentes polares tienen, en alguna medida, carácter iónico.
Cuando la diferencia de electronegatividades es nula (dos átomos iguales), el enlace formado
será covalente puro; para una diferencia de electronegatividades de 1,9 el carácter iónico
alcanza ya el 35%, y para una diferencia de 3, será del 49,5%.
Así pues, para diferencias de electronegatividades mayores de 1,7 el enlace adquirirá mayor
carácter iónico.
Entre el oxígeno o flúor y los elementos de los grupos 1 y 2, esta diferencia será máxima y su
carácter iónico también.
Cuando la diferencia tiene un valor de 0 a 1,7 será el carácter covalente el que predomine,
como es el caso del enlace C-H. No obstante, según el químico Raymond Chang, esta
diferencia de electronegatividad entre los átomos debe ser de 2,0 o mayor para que el enlace
sea considerado iónico (Chang, 371).
Dependiendo de la diferencia de electronegatividad, el enlace covalente puede ser clasificado
en covalente polar y covalente puro o apolar. Si la diferencia de electronegatividad está entre
0,8 y 1,7 es un enlace covalente polar, y si es inferior a 0,8 es covalente apolar.
Tolueno
Fenol
Lista de sustancias polares y no polares
Etano Metanol
Tolueno Fenol
isobutano Acetona
Enlace metálico
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Fuerza intermolecular
(Redirigido desde «Fuerzas intermoleculares»)
Fuerza intermolecular se refiere a las interacciones que existen entre las moléculas conforme a su
naturaleza. Generalmente, la clasificación es hecha de acuerdo a la polaridad de las moléculas que
están interaccionando, o sobre la base de la naturaleza de las moléculas, entiéndase, de los elementos
que la conforman.1
Un enlace químico, son las fuerzas que mantienen a los átomos unidos formando las moléculas. Existen
dos tipos de enlaces químicos, los enlaces covalentes (en donde los átomos comparten electrones) y las
interacciones débiles no covalentes (interacciones débiles entre iones, moléculas y partes de
moléculas).
Las interacciones débiles no covalentes se les llama "débiles" porque representan la energía que
mantienen unidas a las especies moleculares y que son considerablemente más débiles que los enlaces
covalentes. Las interacciones no covalentes fundamentales son:
Índice
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1Historia
2Enlace de hidrógeno
3Fuerza de Van der Waals
4Atracciones dipolo-dipolo
5Interacciones iónicas
6Fuerzas de Maxwell o de dispersión
7Fuerzas ion-dipolo
8Efecto de las fuerzas intermoleculares en propiedades físicas y químicas
9Aportaciones
10Obtención de células madre
11Manipulación de proteínas para impedir eczemas
12Las proteínas
13Nuevas formas artificiales
14Biológicas
15Véase también
16Referencias
Historia[editar]
Artículo principal: Interacciones Intermoleculares
En 1967 el químico francés Jean-Marie Lehnn desarrolló la química supramolecular por primera vez, la
cual está enfocada al estudio y empleo de enlaces moleculares unidos a través de interacciones no
covalentes, como puentes de hidrógeno y fuerzas de Van der Waals. Esta área puede verse como una
extensión de la química clásica del enlace covalente, que une átomos para formar moléculas, a una
química del enlace no-covalente, que une moléculas, y con frecuencia la etiquetan, siguiendo a J.-M.
Lehn, sencillamente como “química más allá de la molécula”. 2
En comparación con los enlaces covalentes, las interacciones intermoleculares son débiles y
tradicionalmente atraen la atención de los químicos en relación con procesos en los cuales participan
grandes cantidades de especies; por ejemplo, solvatación, fenómenos superficiales, comportamiento
físico de gases a alta presión, etcétera. Sin embargo, analizando algunos sistemas biológicos, vemos
que varios procesos fundamentales como la replicación, las interacciones anticuerpo-antígeno,
la catálisis enzimática, se realizan con asombrosa eficiencia debido a una acción muy bien organizada
de las fuerzas intermoleculares entre sólo dos moléculas. El desarrollo de la química supramolecular
está fuertemente ligado a los estudios de sistemas biológicos, que se refleja también en la terminología
usada en esta área. El descubrimiento de la importancia de las interacciones no-covalentes para el
mantenimiento de estructuras de moléculas biológicas, y para su funcionamiento, estimuló los estudios
sobre la naturaleza de estas interacciones y, por otro lado, intentos de reproducir algunos procesos
biológicos; por ejemplo, el transporte iónico a través de membranas celulares o catálisis enzimática, en
sistemas químicos, llevaron al desarrollo de nuevos principios de diseño de reactivos analíticos,
catalizadores, fármacos, etcétera.
Enlace de hidrógeno[editar]
Artículo principal: Enlace por puente de hidrógeno
Los enlaces de hidrógeno se encuentran en toda la naturaleza. Proveen al agua de sus propiedades
particulares, las cuales permiten el desarrollo de la vida en la Tierra. Los enlaces de hidrógeno proveen
también la fuerza intermolecular que mantiene unidas ambas hebras en una molécula de ADN.
Es un tipo especial de interacción dipolo-dipolo entre el átomo de hidrógeno que está formando un
enlace polar, tal como N—H, O—H, ó F—H, y un átomo electronegativo como O, N ó F. Esta interacción
se representa de la siguiente forma:
A—H•••B A—H•••A
A y B representan O, ó F; A—H es una molécula o parte de una molécula y B es parte de otra. La línea
de puntos representa el enlace de hidrógeno.
La energía media de un enlace de hidrógeno es bastante grande para ser una interacción dipolo-dipolo
(mayor de 40 KJ/mol). Esto hace que el enlace de hidrógeno sea una de gran importancia a la hora de la
adopción de determinadas estructuras y en las propiedades de muchos compuestos.
Las primeras evidencias de la existencia de este tipo de interacción vinieron del estudio de los puntos de
ebullición. Normalmente, los puntos de ebullición de compuestos que contienen a elementos del mismo
grupo aumentan con el peso molecular. Pero, como se puede observar en la figura, los compuestos de
los elementos de los Grupos 15, 16 y 17 no siguen esta norma. Para cada uno de los grupos, los
compuestos de menos peso molecular (NH3, H2O, HF) tienen el punto de ebullición más alto, en contra
de lo que se podría esperar en principio. Ello es debido a que existe algún tipo de interacción entre las
moléculas en estado líquido que se opone al paso al estado de vapor. Esa interacción es el enlace de
hidrógeno, y afecta a los primeros miembros de la serie pues son los más electronegativos, y por ello el
enlace X-H es el más polarizado, lo que induce la mayor interacción por puente de hidrógeno. Los
puentes de hidrógeno son especialmente fuertes entre las moléculas de agua y son la causa de muchas
de las singulares propiedades de esta sustancia. Los compuestos de hidrógeno de elementos vecino al
oxígeno y de los miembros de su familia en la tabla periódica, son gases a la temperatura ambiente:
CH4, NH3, H2S, H2Te, PH3, HCl. En cambio, el H2O es líquida a la temperatura ambiente, lo que indica
un alto grado de atracción intermolecular. En la figura se puede ver que el punto de ebullición del agua
es 100 °C más alto de lo que cabría predecir si no hubiera puentes de hidrógeno. Los puentes de
hidrógeno juegan también un papel crucial en la estructura del ADN, la molécula que almacena
la herencia genética de todos los seres vivos.{{cita requerida}
Una atracción dipolo-dipolo es una interacción no covalente entre dos moléculas polares o dos grupos
polares de la misma molécula si esta es grande. Las moléculas que son dipolos se atraen entre sí
cuando la región positiva de una está cerca de la región negativa de la otra.
Las atracciones dipolo-dipolo, también conocidas como Keeson, por Willem Hendrik Keesom, quien
produjo su primera descripción matemática en 1921, son las fuerzas que ocurren entre dos moléculas
con dipolos permanentes. Estas funcionan de forma similar a las interacciones iónicas, pero son más
débiles debido a que poseen solamente cargas parciales. Un ejemplo de esto puede ser visto en
el ácido clorhídrico:
Interacciones iónicas[editar]
Son interacciones que ocurren a nivel de catión-anión, entre distintas moléculas cargadas, y que por lo
mismo tenderán a formar una unión electrostática entre los extremos de cargas opuestas debido a la
atracción entre ellas.
Un ejemplo claro de esto es lo que ocurre entre los extremos carboxilo y amino de
un aminoácido, péptido, polipéptido o proteína con otro.
Incluso los átomos de los gases nobles, las moléculas de gases diatómicos como el oxígeno,
el nitrógeno y el cloro (que deben ser no polares) y las moléculas de hidrocarburos no polares como
el CH4, C2H6 tienen tales dipolos instantáneos.
La intensidad de las fuerzas de Maxwell depende de la facilidad con que se polarizan los electrones de
una molécula, y eso depende del número de electrones en la molécula y de la fuerza con que los sujeta
la atracción nuclear. En general, cuantos más electrones haya en una molécula más fácilmente podrá
polarizarse. Así, las moléculas más grandes con muchos electrones son relativamente polarizables. En
contraste, las moléculas más pequeñas son menos polarizables porque tienen menos electrones. Las
fuerzas de Maxwell varían aproximadamente entre 0.05 y 40 kJ/mol.
Cuando examinamos los puntos de ebullición de varios grupos de moléculas no polares pronto se hace
evidente el efecto del número de electrones. Este efecto también se correlaciona con la masa molar:
cuanto más pesado es un átomo o molécula, más electrones tiene: resulta interesante que la forma
molecular también desempeña un papel en la formación de las fuerzas de Maxwell.
Dos de los isómeros del pentano –el pentano de cadena lineal y el 2,2-dimetilpropano (ambos con la
fórmula molecular C5H12)- difieren en su punto de ebullición en 27 °C. La molécula de n-pentano, por
su linealidad, permite un contacto estrecho con las moléculas adyacentes, mientras que la molécula de
2,2-dimetilpropano, más esférica no permite ese contacto.
Tabla 2. Efecto del número de electrones sobre el punto de ebullición de sustancias no polares
Gases nobles Halógenos Hidrocarburos NºElec P.A P.E.°C NºElec P.M P.E.°C NºElec P.M P.E.°C He 2
4 -269 F2 18 38 -188 CH4 10 16 -161 Ne 10 20 -246 Cl2 34 71 -34 C2H6 18 30 -88 Ar 18 40 -186 Br2 70
160 59 C3H8 26 44 -42 Kr 36 84 -152 I2 106 254 184 C4H10 34 58 0
Fuerzas ion-dipolo[editar]
Artículo principal: Interacción ion-dipolo
Estas son interacciones que ocurren entre especies con carga. Las cargas similares se repelen,
mientras que las opuestas se atraen.
Es la fuerza que existe entre un ion y una molécula polar neutra que posee un momento dipolar
permanente. Las moléculas polares son dipolos (tienen un extremo positivo y un extremo negativo). Los
iones positivos son atraídos al extremo negativo de un dipolo, en tanto que los iones negativos son
atraídos al extremo positivo, estas tienen enlaces entre sí.
Las cargas de los cationes (carga eléctrica positiva) están más concentradas porque estos iones suelen
ser más pequeños que los aniones(carga eléctrica negativa). En consecuencia, con una carga de igual
magnitud, un catión experimenta una interacción más fuerte con los dipolos que un anión. 5
La energía de la interacción depende de la carga sobre el ion (Q), el momento dipolar del dipolo (µ), y de
la distancia del centro del ion al punto medio del dipolo (d).
Las fuerzas ion-dipolo son importantes en las soluciones de las sustancias iónicas.
Estado de agregación
Punto y entalpía de fusión
Solubilidad
Densidad
Viscosidad
Aportaciones[editar]
La ciencia ha buscado formas para ampliar y facilitar la vida de las personas, entre estas formas se ha
encontrado que las interacciones intermoleculares en la estructuración de las proteínas son útiles para
el desarrollo de tecnologías médicas, como la creación de células madres para las terapias y el estudio
de enfermedades, la manipulación de las proteínas para impedir eczemas, la creación de las proteínas
casi perfectas como secreto para la longevidad y las nuevas formas artificiales por medio del genoma
humano.
Dicho hallazgo consiste en insertar proteínas en las células, haciendo que las interacciones
intermoleculares formen células que vuelvan a su estado primitivo y que puedan ser usadas como
diferentes células del cuerpo. “Además, el proceso, que fue probado en células de ratones, no implica la
destrucción de embriones ni óvulos, que es lo que hacía que las investigaciones con células madre de
embriones provocara tanta controversia” (Pera, 2012). 8
Además, mantiene la posibilidad de crear nuevas formas vivientes en un corto plazo de tiempo, esto
llega con la Biología Sintética, que no se conforma con sólo aislar, secuenciar, alterar y trasplantar
genes de una especie a otra, sino que aspira a la construcción a gran escala de sus propios sistemas
biológicos artificiales que funcionan por medio de circuitos y mecanismos biológicos.
El biólogo Drew Endy, líder del Grupo de Biología sintética del Instituto Tecnológico de Massachusetts,
afirma que pueden llegar a surgir con la utilización de las fuerzas intermoleculares diseñando y
edificando sistemas vivos que se comportan de manera predecible y que operan con un código genético
expandido artificialmente. Sin embargo, Juan Valcárcel, Investigador del Laboratorio Europeo de
Biología Molecular (EMBL) de Heidelberg, está de acuerdo y cree que será posible intervenir en la
información genética de un embrión o sobre células de una persona para corregir defectos genéticos
que den lugar a enfermedades hereditarias, como la fibrosis quística o la atrofia espinal muscular, pero
que será más difícil corregir defectos genéticos que surgen durante la vida del organismo, como el
cáncer, ya que generalmente no se da en un único gen. 11
Biológicas[editar]
La diferencia entre un enlace covalente e interacciones débiles no covalentes es que los enlaces
covalentes son los responsables de las estructuras primarias, definen la composición e identidad de
cada biopolímero y las "configuraciones" que adopta cada grupo molecular, mientras que las
interacciones débiles no covalentes son las responsables de la complejidad de las conformaciones que
caracterizan la arquitectura molecular de las macromoléculas biológicas y los complejos
supraestructurales, es decir, las interacciones intramoleculares (átomos o grupos moleculares dentro de
las macromoléculas) e intermoleculares, por lo que son fundamentales para las funciones
biológicas,12 pero puede ser mayor la molécula.
Véase también[editar]
Enlace de coordinación
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El enlace de coordinación, igual conocido como enlace covalente dativo o enlace bipolar,
es un enlace covalente en el que cada par de electrones compartido por dos átomos es
aportado por uno de ellos. El átomo que aporta el par de electrones se denomina dador, y el
que lo recibe, receptor. Típicamente un enlace de coordinación se forma cuando una base de
Lewis dona un par de electrones a un ácido de Lewis. Esta descripción de enlace es
característica de la teoría del enlace de valencia y no tiene cabida en la teoría de orbitales
moleculares o en lateoría del campo de ligandos de los complejos de coordinación.
Par de electrones
Diagramas de orbitales moleculares que representan un enlace covalente apolar (izquierda) y un enlace covalente
polar (derecha) en una molécula diatómica. En ambos casos se crea el enlace o fuerza de unión entre los átomos
mediante la formación de un par de electrones.
En química, un par de electrones (en inglés: Electron pair) o par de Lewis consiste en
?
dos electrones que ocupan el mismo orbital molecular, pero que tienen espines opuestos.
El concepto del par de electrones se introdujo en un artículo de Gilbert N. Lewis.1
Índice
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Formar un enlace químico entre dos átomos, es decir un par compartido: dos electrones
comparten el espacio entre dos átomos unidos por un enlace covalente, ocupando
un orbital molecular. Esta es la base de la teoría del enlace de valencia2 desarrollada
por Walter Heitler y Fritz London en 1927, o de la teoría del enlace por pares de
electrones de Gilbert Newton Lewis.3
Pertenecer a un par solitario, es decir un par no compartido, dos electrones que llenan
un orbital atómico de un nivel de energía exterior de un átomo. Un par no compartido
puede ser cedido a otro átomo actuando la especie donante como base de Lewis.4 5
Llenar los niveles básicos de un átomo. Los electrones de niveles internos de un átomo no
intervienen en los enlaces químicos que forma ese átomo, ni influyen en su reactividad
química, pero igualmente están distribuidos en pares de electrones que ocupan orbitales
atómicos.
Debido a que los espines están emparejados, y tienen sentido opuesto, el momento magnético
total de los electrones se anula y la contribución de la pareja de electrones a las propiedades
magnéticas en general será las de una sustancia diamagnética. Sólo habrá paramagnetismo si
hay electrones desapareados.
Electrones no apareados[editar]
Artículo principal: Electrón desapareado
A pesar de que se puede observar en muchos ámbitos de la química una fuerte tendencia a la
formación de pares de electrones, también es posible que en muchas especies químicas
(átomos, moléculas o iones), los electrones aparezcan aislados en un orbital, como electrones
no apareados, como es el caso de los radicales.
En el caso del enlace metálico los momentos magnéticos también se compensan en gran
medida, pero el enlace es más comunitario por lo que los pares de electrones individuales no
se pueden distinguir y es mejor considerar los electrones como un "océano" colectivo o
formando parte de una banda de energía, más que formando parte de un orbital.
Superconductividad[editar]
Un caso muy especial de un par de electrones se produce en la explicación de
la superconductividad que aporta la teoría BCS, desarrollada en 1957 por John Bardeen, Leon
Cooper yRobert Schrieffer: la formación de pares de Cooper.6