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Análisis crítico de la
carrera espacial y sus
implicancias para el
mundo actual.
Índice.
Página 3: Resumen.
Página 4: Introducción.
I. Resumen.
II. Introducción:
Tanto The New York Times1 como The Guardian2, entre otros miles de medios
internacionales, dieron cuenta del bullado escándalo que el mes de marzo recién pasado
involucraba (e incriminaba) a la popular red social Facebook con la filtración de más de
50 millones de perfiles de usuarios de esta a la consultora Cambridge Analytica. Los
cargos apuntaban a que millones de datos personales protegidos habían sido utilizados
para la creación de perfiles de usuario, con el objeto de, entendiendo la prevalencia
estos medios de comunicación y relación social virtual en la actualidad, conseguir la
manipulación mediática e incidir maliciosamente en varios procesos políticamente
relevantes como lo fueron la elección presidencial estadounidense que inauguró la
1 https://www.nytimes.com/es/2018/04/10/facebook-cambridge-analytica/
2 https://www.theguardian.com/news/2018/mar/17/cambridge-analytica-facebook-influence-us-election
4
Aquello es ejemplo de cómo los avances científicos, contrario a lo que muchas veces se
piensa, tienen un impacto importante en la vida de las personas no solo solucionando
problemas específicos desde una suerte de campo “neutral” de conocimiento, sino que
más bien involucrándose directamente en las dinámicas sociales y políticas dentro de las
que se enmarcan. Dicho de otro modo, en la sociedad actual “la economía política de la
verdad está (…) centrada sobre la forma del discurso científico y sobre las instituciones
que lo producen y está sometida a una constante incitación económica y política
(necesidad de verdad y su uso científico tanto para la productividad económica como para
la afirmación del poder político)”5. Es en virtud de esto que la carrera espacial
contextualmente despierta un particular interés ya que expresa de forma paradigmática
el momento histórico en que la ciencia moderna especializada se afirma
paradójicamente tanto (i) como una de las principales fuentes de poder político y
militar (lo que ya se empezaba a vislumbrar con el desarrollo balístico de las “bombas
nucleares”) así como también (ii) una fuente inagotable y creativa de optimización de
las condiciones de vida6. Lo anterior implica que el hito a analizar muestra la relevancia
política y social de la ciencia, al ser el discurso y la técnica científica la herramienta
principal con la que las dos potencias (con visiones políticas y económicas
diametralmente opuestas) pretendían reclamar para sí la hegemonía mundial.
3 Para un análisis completo acerca de la relación de las nuevas tecnologías y el populismo de derecha
estadounidense, se recomienda ver: “FUCHS, Christian. Digital Demagogue: Authoritarian Capitalism in the Age of
Trump and Twitter. Pluto Press (2018).”
4 Véase el reportaje televisivo de Channel 4 británico, en dónde Alexander Nix, ejecutivo de la consultora
declara haber intervenido elecciones en todo el mundo, a la par de haber realizado convenios con partidos
políticos próximos a enfrentar comicios. Verhttps://www.channel4.com/news/cambridge-analytica-revealed-
trumps-election-consultants-filmed-saying-they-use-bribes-and-sex-workers-to-entrap-politicians-investigation
5 FOUCAULT, Michel. (1981). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones. Madrid: Alianza Editorial.
p. 148.
6 Para un análisis en profundidad de la relación entre las posibilidades emancipadoras de la ciencia y
automatización y su paradójica relación con el uso represivo y destructivo de la misma véase MARCUSE,
Herbert. (1993). El Hombre Unidimensional: Ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada. Barcelona:
Planeta-De Agostini S.A.
5
Luego de esto, es que en noviembre del mismo año se pone en órbita el Sputnik II,
tripulado por la célebre canina Laika, que implicó como hito el ser el primer individuo
biológico en tripular un vehículo astronáutico. El 6 de diciembre del mismo año
E.E.U.U. trató de poner en órbita su primer satélite Vanguard, impulsado por el cohete
Viking, el cual explotó en el acto. Lo que sería rectificado en 1958 por el Explorer-I, y el
cohete Juno-I, gracias a los esfuerzos de Wehrner Von Braun (ex científico militar de la
Alemania nazi).
Entre los años 1964 y 1965 impactan con la luna por primera vez las sondas
norteamericanas Ranger-7, Ranger-8 y Ranger-9.
Por otra parte, la sonda Zond-3 de la U.R.S.S. consiguió en 1965 las primeras fotos de lo
que se conoce como “el lado oscuro de la luna”. Para 1966, la sonda Luna-9 había
tocado la superficie lunar con la tecnología del cohete Molniya, actualización del cohete
8En idioma ruso, sputnik significa acompañante, en alusión a que la tierra ahora poseía un nuevo
acompañante en el espacio que era el satélite en cuestión orbitándola.
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R-7 de los primeros viajes. Y ese mismo año, en marzo, se puso en órbita lunar la
primera estación espacial de la historia Luna-10, la cuál estaba equipada con todo un
laboratorio destinado a analizar la superficie lunar (su contraparte, Lunar-Orbiter I lo
consigue recién en agosto del mismo año). A este esfuerzo se le suman, con sus
especificidades propias, Luna-11(con cámaras de televisión y otros instrumentos de
recopilación de datos), Luna-12(cámaras de televisión de alta definición, cuyo objetivo
era encontrar una superficie para aterrizaje tripulado en la cara visible), Luna-13(con
instrumentos de perforación y densitómetro para calcular densidad de la luna) y Luna-
14(destinada a realizar mediciones del campo gravitatorio lunar y de las
radiocomunicaciones con la tierra).
Entre 1966 y 1967, cinco de siete sondas Lunar Surveyor, propulsadas por la tecnología
Centaur, aterrizaron en la luna de la mano de la N.A.S.A. El Apollo-I, empleando la
tecnología de propulsión Saturn, cobró sus primeras víctimas en 1967, Edward White,
Virgil Grissom y Robert Chaffee.
Sin perjuicio de esto, y luego de los constantes intentos fallidos del proyecto Soyuz
soviético, Estados Unidos se adjudica la carrera espacial en 1969 de la mano del Apollo-
XI.
9 DICK, Steven. (2005). Historical studies in the social impact of spaceflight . Washington, DC: NASA
History Program Office.
10 Ídem, p. 86.
11 Ídem, p. 90.
12 Ídem, p. 93.
13 Ídem, p. 98.
14 Ídem, p. 107.
15 Ídem, p. 112.
16 Ídem, p. 117.
17 Ídem, p. 125.
18 Ídem, p. 134.
19 Ídem, pp. 147- 259. En este extenso apartado se puede observar pormenorizadamente todo el legado
teórico, industrial y material que los avances de la NASA proporcionaron a la posterior economía tecnológica
estadounidense.
9
secom/
10
Lo anterior merece una especial atención, ya que los casos en que los paladines de la
innovación de principios de milenio se prestan para complejas y multidimensionales
operaciones que vulneran la privacidad y propenden al servilismo a favor de ciertos
centros de poder son más frecuentes de lo que parece a simple vista. Es así como en su
artículo Algorithmic Ideology: How Capitalist society shapes search engines25 la doctora Astrid
Mager26 nos entrega un interesante análisis de cómo el algoritmo de la empresa
multinacional y gigante de internet Google, llamado Page Rank, generaría un mercado en
el que extrae plusvalía de la venta de perfiles-tipo derivados del análisis de las
búsquedas de los usuarios a las empresas, realidad en la que tanto el usuario mismo
(redireccionado intencionalmente a las páginas “grandes” que revisten características
22 https://www.theguardian.com/world/2013/jun/06/nsa-phone-records-verizon-court-order
23 Siguiendo a Bourdieu, el espacio en que lo científico y sus agentes se involucran, producen sentidos y
lógicas y disputan la validez de una forma histórica y dinámica de entender, enseñar y reproducir las prácticas
que le son propias según sus coordenadas específicas.
24 Véase LÈVY, Pierre. (2007). Cibercultura: La cultura de la sociedad digital. México: Anthropos.
25 Traducido: Ideología algorítmica: cómo la sociedad capitalista moldea sus buscadores de internet.
26 Astrid Mager (2012) ALGORITHMIC IDEOLOGY, Information, Communication & Society, 15:5, 769-
VI. Conclusiones.
Es así como al alero del desarrollo de la práctica científica tanto (i) los mecanismos de
control y vigilancia, (ii) las nuevas formas de acumulación de riqueza privada y (iii) la
mediatización y tematización de las relaciones humanas por las tecnologías de la
información (con las resultantes amenazas contra la privacidad que eso conlleva) sufren una
constante actualización si no existe una ética política de reivindicación de la esfera
social del conocimiento científico. Tan solo una disputa autoconciente de los espacios
de producción científica y una defensa colectiva de la dimensión pública de las ciencias
aplicadas permite neutralizar los avances de la utilización de la ingeniería para los ejes
mencionados en el punto anterior.
VII. Bibliografía.
FOUCAULT, Michel. (1981). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones.
Madrid: Alianza Editorial.
FUCHS, Christian. Digital Demagogue: Authoritarian Capitalism in the Age of
Trump and Twitter. Pluto Press (2018)
DYER-WITHEFORD, Nick. (1999). Cyber-Marx: Cycles and circuits of struggle
in high technology capitalism . Londres: Paperbackshop UK Import
LÈVY, Pierre. (2007). Cibercultura: La cultura de la sociedad digital.
México: Anthropos
27 POULANTZAS, Nicos. (2005). Estado, poder y socialismo. México D.F.: Siglo XXI..