Вы находитесь на странице: 1из 12

1

Análisis crítico de la
carrera espacial y sus
implicancias para el
mundo actual.

Facultad de Ingeniería, Universidad de Santiago.


Introducción a la Ingeniería.
Profesor Luís Ríos Sepúlveda.
Integrantes: Leonardo Abrigo González, Eduardo Alarcón Leal, Gabriel Aldunce
Velásquez, Mauricio Álvarez Cerda, Felipe Aravena Arias, Francisco Araya Gómez,
Claudio Arenas Gallardo, Nicolás Arévalo Herrera, Diego Caballero Reyes.
Fecha: 02 de mayo de 2018.
2

Índice.

Página 3: Resumen.

Página 4: Introducción.

Página 5: Cronología y aspectos históricos de la carrera espacial.

Página 8: Avances tecnológicos derivados de la carrera espacial.

Página 9: Ingeniería y política: Un espacio en disputa.

Página 11: Conclusiones.

Página 13: Bibliografía.


3

I. Resumen.

En este trabajo se presentará una lectura crítica de el proceso vulgarmente conocido


como “carrera espacial”, el cual se enmarca en un contexto de disputa internacional por
la hegemonía política de dos grandes bloques ideológicamente opuestos (a saber, los
Estados Unidos de Norteamérica y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y
cuyas consecuencias tecnológicas e históricas repercuten hasta el presente. Para ello, (i)
se hará una revisión cronológica de los aspectos temporales más relevantes de esta (que
como bien sabemos inician con la puesta en órbita del Sputnik I en 1957). Luego, (ii)
presentaremos las áreas de conocimiento que se vieron impactadas como consecuencia
del gran auge científico de las superpotencias que caracterizó este período y las
tecnologías subsecuentes derivadas de este auge y (iii) se esbozará preliminarmente una
profundización de la tesis subyacente en los subtemas de la unidad uno (la relación
entre ingeniería y sociedad), lo que lleva a establecer una relación entre ingeniería
(aplicación de ciencia para la resolución de problemas gracias al desarrollo de nuevas
tecnologías) y política.

II. Introducción:

Tanto The New York Times1 como The Guardian2, entre otros miles de medios
internacionales, dieron cuenta del bullado escándalo que el mes de marzo recién pasado
involucraba (e incriminaba) a la popular red social Facebook con la filtración de más de
50 millones de perfiles de usuarios de esta a la consultora Cambridge Analytica. Los
cargos apuntaban a que millones de datos personales protegidos habían sido utilizados
para la creación de perfiles de usuario, con el objeto de, entendiendo la prevalencia
estos medios de comunicación y relación social virtual en la actualidad, conseguir la
manipulación mediática e incidir maliciosamente en varios procesos políticamente
relevantes como lo fueron la elección presidencial estadounidense que inauguró la

1 https://www.nytimes.com/es/2018/04/10/facebook-cambridge-analytica/
2 https://www.theguardian.com/news/2018/mar/17/cambridge-analytica-facebook-influence-us-election
4

cuestionada “Era Trump”3 y el tan viralizado Brexit (o automarginación del Reino


Unido de la Unión Europea), entre muchas otras4.

Aquello es ejemplo de cómo los avances científicos, contrario a lo que muchas veces se
piensa, tienen un impacto importante en la vida de las personas no solo solucionando
problemas específicos desde una suerte de campo “neutral” de conocimiento, sino que
más bien involucrándose directamente en las dinámicas sociales y políticas dentro de las
que se enmarcan. Dicho de otro modo, en la sociedad actual “la economía política de la
verdad está (…) centrada sobre la forma del discurso científico y sobre las instituciones
que lo producen y está sometida a una constante incitación económica y política
(necesidad de verdad y su uso científico tanto para la productividad económica como para
la afirmación del poder político)”5. Es en virtud de esto que la carrera espacial
contextualmente despierta un particular interés ya que expresa de forma paradigmática
el momento histórico en que la ciencia moderna especializada se afirma
paradójicamente tanto (i) como una de las principales fuentes de poder político y
militar (lo que ya se empezaba a vislumbrar con el desarrollo balístico de las “bombas
nucleares”) así como también (ii) una fuente inagotable y creativa de optimización de
las condiciones de vida6. Lo anterior implica que el hito a analizar muestra la relevancia
política y social de la ciencia, al ser el discurso y la técnica científica la herramienta
principal con la que las dos potencias (con visiones políticas y económicas
diametralmente opuestas) pretendían reclamar para sí la hegemonía mundial.

3 Para un análisis completo acerca de la relación de las nuevas tecnologías y el populismo de derecha
estadounidense, se recomienda ver: “FUCHS, Christian. Digital Demagogue: Authoritarian Capitalism in the Age of
Trump and Twitter. Pluto Press (2018).”
4 Véase el reportaje televisivo de Channel 4 británico, en dónde Alexander Nix, ejecutivo de la consultora

declara haber intervenido elecciones en todo el mundo, a la par de haber realizado convenios con partidos
políticos próximos a enfrentar comicios. Verhttps://www.channel4.com/news/cambridge-analytica-revealed-
trumps-election-consultants-filmed-saying-they-use-bribes-and-sex-workers-to-entrap-politicians-investigation
5 FOUCAULT, Michel. (1981). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones. Madrid: Alianza Editorial.

p. 148.
6 Para un análisis en profundidad de la relación entre las posibilidades emancipadoras de la ciencia y

automatización y su paradójica relación con el uso represivo y destructivo de la misma véase MARCUSE,
Herbert. (1993). El Hombre Unidimensional: Ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada. Barcelona:
Planeta-De Agostini S.A.
5

III. Cronología y aspectos históricos de la carrera espacial.

En virtud de lo señalado por el ingeniero español de la N.A.S.A. Alberto Martos en su


libro Breve historia de la carrera espacial7, es que se puede considerar que el camino desde la
cosmología teórica (cuyas fuentes mediatas redireccionan a los filósofos de la Grecia
antigua) hasta la posibilidad de la astronáutica posee una extensión y riqueza histórica y
científica imposibles de soslayar. En ese sentido, por más que haya habido
aproximaciones notables (como las contribuciones de Johannes Kepler y Sir Isaac
Newton a la física teórica primigenia) no es hasta principios del siglo XX en que,
aplicando ingenieril e ingeniosamente la tercera ley de Newton, Konstantin
Eduardovich Tsiolkovski (1857-1935) y Robert Hutchings Goddard (1882-1945),
comienzan a prefigurar los primeros modelos aeronáuticos cuyo objetivo principal era
proporcionar un vehículo capaz de salir de la atmósfera y alcanzar la superficie lunar.

En 1924 se funda en la U.R.S.S. por Tsiolkovski y su discípulo divulgador científico


Yakov Perelman la Sociedad de estudios interplanetarios, cuyo objetivo era llevar a cabo
materialmente las pretensiones teóricas de su director. Lo propio ocurre en los Estados
Unidos, fundándose en 1930 la American interplanetary society , la que más tarde cambiaría
su nombre por American rocket society y que sigue de cerca los avances tentativos de
Goddard en el campo.

No obstante al fenómeno anterior, es en el


contexto de la segunda guerra mundial en que, al
margen de la ola de críticas del grueso de físico
físicos teóricos que miraban con escepticismo
burlesco los intentos de innovación en el campo,
Figura 1.
se comienzan a dar cabida a las tecnologías
incipientes y experimentalmente embrionarias de
los visionarios antes mencionados para el
desarrollo de cohetes militares de larga distancia.
En efecto, varios son los países que comienzan a dar cabida a exponentes de estas
nuevas teorías (Robert Esnault-Plenterie en Francia, Hermann Oberth en Alemania,
entre otros). Ejemplos de lo anterior son los Katyusa soviéticos y el A-4 (véase figura 1).
vergentulswaffe (“arma de represalia) alemán, de la mano de Kostikov y Von Braun
respectivamente.

7 MARTOS, Alberto. (2009). Breve historia de la carrera espacial. Madrid: Nowtilus.


6

Sin perjuicio de lo anterior, la carrera espacial comienza en su especificidad el año 1957


cuando el satélite Sputnik I8, gracias a la tecnología desarrollada por científicos
soviéticos materializada en el cohete Semyorka R-7, consigue ponerse en órbita
causando así una victoria mediática apabullante respecto de la potencia contendora, en
lo que fue la extensión natural de la carrera armamentista por la hegemonía política,
ahora en tiempos de paz.

Luego de esto, es que en noviembre del mismo año se pone en órbita el Sputnik II,
tripulado por la célebre canina Laika, que implicó como hito el ser el primer individuo
biológico en tripular un vehículo astronáutico. El 6 de diciembre del mismo año
E.E.U.U. trató de poner en órbita su primer satélite Vanguard, impulsado por el cohete
Viking, el cual explotó en el acto. Lo que sería rectificado en 1958 por el Explorer-I, y el
cohete Juno-I, gracias a los esfuerzos de Wehrner Von Braun (ex científico militar de la
Alemania nazi).

En 1959, la sonda Lunik II (ver figura 2),


luego de varios intentos infructosos de la
Union Soviética, impacta por primera vez
la superficie lunar tras 35 horas de vuelo
gracias a la tecnología del cohete Vostok.

En 1961, el cosmonauta Yuri Gagarin


tripulando el Vostok 3KA-3 se convierte en
Figura 2. el primer ser humano en orbitar la tierra, lo
que se suma a la puesta en órbita de Valentina Tereshkova en junio de 1963, quien fue
también la primera mujer en aventurarse en el espacio de la mano de los soviéticos.
Esto en el contexto de varios vuelos tripulados por el proyecto Mercury de la N.A.S.A.
(fundada en 1959) a escala suborbital.

Entre los años 1964 y 1965 impactan con la luna por primera vez las sondas
norteamericanas Ranger-7, Ranger-8 y Ranger-9.

Por otra parte, la sonda Zond-3 de la U.R.S.S. consiguió en 1965 las primeras fotos de lo
que se conoce como “el lado oscuro de la luna”. Para 1966, la sonda Luna-9 había
tocado la superficie lunar con la tecnología del cohete Molniya, actualización del cohete

8En idioma ruso, sputnik significa acompañante, en alusión a que la tierra ahora poseía un nuevo
acompañante en el espacio que era el satélite en cuestión orbitándola.
7

R-7 de los primeros viajes. Y ese mismo año, en marzo, se puso en órbita lunar la
primera estación espacial de la historia Luna-10, la cuál estaba equipada con todo un
laboratorio destinado a analizar la superficie lunar (su contraparte, Lunar-Orbiter I lo
consigue recién en agosto del mismo año). A este esfuerzo se le suman, con sus
especificidades propias, Luna-11(con cámaras de televisión y otros instrumentos de
recopilación de datos), Luna-12(cámaras de televisión de alta definición, cuyo objetivo
era encontrar una superficie para aterrizaje tripulado en la cara visible), Luna-13(con
instrumentos de perforación y densitómetro para calcular densidad de la luna) y Luna-
14(destinada a realizar mediciones del campo gravitatorio lunar y de las
radiocomunicaciones con la tierra).

Entre 1966 y 1967, cinco de siete sondas Lunar Surveyor, propulsadas por la tecnología
Centaur, aterrizaron en la luna de la mano de la N.A.S.A. El Apollo-I, empleando la
tecnología de propulsión Saturn, cobró sus primeras víctimas en 1967, Edward White,
Virgil Grissom y Robert Chaffee.

Sin perjuicio de esto, y luego de los constantes intentos fallidos del proyecto Soyuz
soviético, Estados Unidos se adjudica la carrera espacial en 1969 de la mano del Apollo-
XI.

En resumen, es posible observar que en un proceso de al menos diez años, la forma de


enfrentamiento político que desplazó la improductividad y destructividad de la guerra
fue la demostración de supremacía técnico-científica por parte de las dos
superpotencias, lo que evidencia lo relevante del desarrollo de conocimiento científico
en el período ulterior al imperialismo belicista de finales del siglo XIX y principios del
siglo XX.
8

IV. Avances tecnológicos derivados de la carrera espacial.

En consonancia con lo señalado en el libro Historical studies in the social impact of


spaceflight9, la multidimensionalidad del impacto tecnológico y social de la carrera espacial
puede observarse en diversos ámbitos del quehacer humano. En lo estrictamente
tecnológico, a modo de ejemplo, está (i) la dimensión médica de los avances, que se
ve reflejado en múltiples casos de instrumentos nuevos derivados de las tecnologías
resultado de la alta exigencia de desarrollo técnico para posibilitar la supervivencia del
cuerpo en un entorno hostil no apto para la vida como lo es salir de la atmósfera (por
ejemplo, el analizador de densidad de huesos10, sistemas de evaluación de equilibrio11,
ropa anti-shock hipovolémico12, la tecnología del marcapasos para corazón13, el monitor
cardíaco14, programas de telemedicina o prestación de servicios médicos a distancia
amparados en bases de datos y sistemas informáticos15, lector táctil para personas con
discapacidad visual16, uso dental del metal Nitinol17, implantes cocleares18, entre otros.
Por otro lado, la (ii) dimensión físico-técnica en que la carrera espacial contribuyó, más
allá del impacto médico, a dos cuestiones significativamente relevantes. En primer
lugar, gracias a la carrera especial hubo avances notables en el desarrollo de circuitos
integrados y sistemas microelectromecánicos19 piedra angular de la tercera
revolución industrial y que básicamente constituyen el armazón de todo el ecosistema
tecnológico y cotidiano de las generaciones más próximas (y que constituiría el paso
previo para el advenimiento del capitalismo transnacional informacional y sus
coordenadas originales de conflictividad social y mecanismos de

9 DICK, Steven. (2005). Historical studies in the social impact of spaceflight . Washington, DC: NASA
History Program Office.
10 Ídem, p. 86.
11 Ídem, p. 90.
12 Ídem, p. 93.
13 Ídem, p. 98.
14 Ídem, p. 107.
15 Ídem, p. 112.
16 Ídem, p. 117.
17 Ídem, p. 125.
18 Ídem, p. 134.
19 Ídem, pp. 147- 259. En este extenso apartado se puede observar pormenorizadamente todo el legado

teórico, industrial y material que los avances de la NASA proporcionaron a la posterior economía tecnológica
estadounidense.
9

exhibicionismo/vigilancia, control/realización como mencionan ´los nuevos teóricos


críticos del ciberespacio como Christian Fuchs y Nick Dyer-Witheford20).

Siguiendo con lo expuesto por el trabajo en cuestión, es posible hacer una


concatenación entre a) los efectos e impactos tecnológicos de la carrera espacial, b) el
aprovechamiento económico y social que E.E.U.U. hace de los avances teóricos y
técnicos alcanzados al alero de la disputa científico/hegemónica con la U.R.S.S. y c) el
posicionamiento hegemónico de la potencia de occidente tomando en cuenta la
consideración del binomio anteriormente mencionado. Siguiendo con la tesis expuesta
en la introducción, es que el análisis somero tanto del desarrollo de tecnologías
altamente especializadas en la carrera espacial como prolongación silenciosa de la
carrera armamentista de la segunda guerra mundial (y, por consiguiente, una disputa
por el poder en la ciencia) permite vislumbrar la relevancia del discurso científico, la
racionalidad instrumental weberiana, su epistemología, sus criterios de verdad y
falsedad y su materialización en la tecnología y aplicaciones varias, a la hora de
configurar el poder (ya sea en su dimensión militar, ya sea en su dimensión económica
(producir más y mejor), ya sea en su dimensión ideológica (producir el deseo y lo
deseable)). No es casualidad que en Chile el encargado de la SECOM del gobierno de
Sebastián Piñera sea Jorge Selume, un psicólogo experto en big-data, trabajador de una
empresa de internet llamada Artool21.

V. La ingeniería y la política: un espacio en disputa.

En consecuencia, es precisamente la relevancia nodal del desarrollo de tecnologías y su


relación con el poder en la época actual lo que hace particularmente imperante la
autoconciencia y reflexión respecto de la posición del ingeniero en la sociedad digital.
Es en este particular sentido en el que la relevancia política de las consecuencias
prácticas del ejercicio, desarrollo y materialización del discurso científico en técnica no
se presenta como algo neutral, alienado de la existencia social. Así como los habitantes
de Nagasaki no ven como neutral la práctica técnico-científica de Einstein y
Oppenheimer, y los clientes de Verizon en E.E.U.U. no ven como neutral los
sostenidos casos de vigilancia doméstica perpetrados por la NSA (National Security
20 Para una completa caracterización del período mencionado, véase DYER-WITHEFORD, Nick. (1999).
Cyber-Marx: Cycles and circuits of struggle in high technology capitalism . Londres: Paperbackshop UK Import.
21 http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/03/27/jorge-selume-el-senor-big-data-a-cargo-de-la-

secom/
10

Agency)22, el campo científico23 en que la ingeniería funciona no está exento de


contradicciones. El desarrollo de tecnologías y soluciones que mejoren la calidad de
vida y el acceso al conocimiento de todos (como a menudo denuncia, aunque con
menos fuerza que antaño, el movimiento hacker) es el polo opuesto al desarrollo de
tecnologías que, como vimos en el escándalo de Cambridge Analytica, están pensadas
para la acumulación de riqueza y la implacabilidad del poder de una minoría. Ideales
como la inteligencia colectiva derivada de internet y su desafío al espacio (toda la
información y las personas están aquí) y tiempo (la información está siempre en presente,
grabada, viva)24 , solo serán realizables si los que responsables de generar sus
condiciones de posibilidad (los ingenieros) poseen una ética política que reivindica la
naturaleza social del desarrollo tecnológico, es decir, la socialización del
impacto positivo de la técnica a la comunidad y la neutralización de un uso que
privilegia la dimensión de control social (venta de perfiles y datos, vigilancia
gubernamental, desarrollo de armamento, etcétera) y de acumulación privada
de riqueza (en desmedro muchas veces de consideraciones medioambientales,
generando nuevos espacios de tendencia a la monopolización de ciertos
mercados, subrayando el énfasis mercantil del conocimiento científico en
desmedro de una conceptualización de la propiedad industrial e intelectual
como limitadas por la función social de la propiedad, etcétera).

Lo anterior merece una especial atención, ya que los casos en que los paladines de la
innovación de principios de milenio se prestan para complejas y multidimensionales
operaciones que vulneran la privacidad y propenden al servilismo a favor de ciertos
centros de poder son más frecuentes de lo que parece a simple vista. Es así como en su
artículo Algorithmic Ideology: How Capitalist society shapes search engines25 la doctora Astrid
Mager26 nos entrega un interesante análisis de cómo el algoritmo de la empresa
multinacional y gigante de internet Google, llamado Page Rank, generaría un mercado en
el que extrae plusvalía de la venta de perfiles-tipo derivados del análisis de las
búsquedas de los usuarios a las empresas, realidad en la que tanto el usuario mismo
(redireccionado intencionalmente a las páginas “grandes” que revisten características

22 https://www.theguardian.com/world/2013/jun/06/nsa-phone-records-verizon-court-order
23 Siguiendo a Bourdieu, el espacio en que lo científico y sus agentes se involucran, producen sentidos y
lógicas y disputan la validez de una forma histórica y dinámica de entender, enseñar y reproducir las prácticas
que le son propias según sus coordenadas específicas.
24 Véase LÈVY, Pierre. (2007). Cibercultura: La cultura de la sociedad digital. México: Anthropos.
25 Traducido: Ideología algorítmica: cómo la sociedad capitalista moldea sus buscadores de internet.
26 Astrid Mager (2012) ALGORITHMIC IDEOLOGY, Information, Communication & Society, 15:5, 769-

787, DOI: 10.1080/1369118X.2012.676056


11

empresariales y que presentan mayor rendimiento publicitario para la “ad-economy”)


como los datos que genera su comportamiento en línea son considerados mercancía,
mercancía que este “gran buscador” orwelliano vende a las compañías de avisos
usufructuando la creatividad ajena de miles de sitios que se esmeran en generar
contenidos. Así, ideológicamente se moldea el espectro de la información posible en
función de criterios de ganancia y domesticación camuflada sin desnaturalizar la
aparente neutralidad del sitio y ocultando a simple vista la forma del negocio imbricado.

En resumen, son variadas las manifestaciones actuales en que la ingeniería, en


consonancia con lo visto en la carrera espacial, se implica de manera activa en la
consecución de objetivos políticos que en muchas ocasiones entran en directa
contradicción con el interés y legítimo real que tiene la comunidad en un desarrollo
científico socialmente orientado.

VI. Conclusiones.

Como se señaló con anterioridad, es de suma relevancia la caracterización crítica de la


relevancia del conocimiento científico en la actualidad. La carrera espacial y sus repercusiones
técnicas y sociales permiten comprender, a modo de ejemplo, la simbiosis que
inexorablemente implica el hecho de la apropiación por parte de los principales centros de
poder transnacional de mediados del siglo XX (La U.R.S.S. y E.E.U.U.) del discurso y
práctica científica como un pilar fundamental en la afirmación de su hegemonía e influencia
política (cuestión que no se agota, como fue mencionado anteriormente, en el desarrollo de
técnicas armamentistas).

Es así como al alero del desarrollo de la práctica científica tanto (i) los mecanismos de
control y vigilancia, (ii) las nuevas formas de acumulación de riqueza privada y (iii) la
mediatización y tematización de las relaciones humanas por las tecnologías de la
información (con las resultantes amenazas contra la privacidad que eso conlleva) sufren una
constante actualización si no existe una ética política de reivindicación de la esfera
social del conocimiento científico. Tan solo una disputa autoconciente de los espacios
de producción científica y una defensa colectiva de la dimensión pública de las ciencias
aplicadas permite neutralizar los avances de la utilización de la ingeniería para los ejes
mencionados en el punto anterior.

Siguendo al politólogo greco-francés Nicos Poulantzas, la forma de organización política de


la sociedad actual “tiende a incorporar a la ciencia misma en la organización de su discurso
12

(…)”, cosa que no se agota en una “simple instrumentalización de la ciencia y su


manipulación al servicio del capital”27, sino que más bien constituye un factor que organiza
con aparente neutralidad tecnocrática diversos dominios de la práctica social, basada en el
mérito y la excelencia más que en la intención. Es precisamente aquello lo que una
ingeniería políticamente orientada viene a poner en duda. Esa aparente neutralidad que
puede permitir, Hiroshima mediante, que la mejor amiga de la humanidad en miras a
mejorar sustantivamente su calidad de vida en tanto comunidad, sea solo un factor de
destrucción y colapso planetario, acumulación frenética y concentrada de riqueza, e
implacabilidad hostil y concentrada de poder.

VII. Bibliografía.
FOUCAULT, Michel. (1981). Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones.
Madrid: Alianza Editorial.
FUCHS, Christian. Digital Demagogue: Authoritarian Capitalism in the Age of
Trump and Twitter. Pluto Press (2018)
DYER-WITHEFORD, Nick. (1999). Cyber-Marx: Cycles and circuits of struggle
in high technology capitalism . Londres: Paperbackshop UK Import
LÈVY, Pierre. (2007). Cibercultura: La cultura de la sociedad digital.
México: Anthropos

MAGER, Astrid (2012) ALGORITHMIC IDEOLOGY, Information,


Communication & Society, 15:5, 769-787, DOI:
10.1080/1369118X.2012.676056
POULANTZAS, Nicos. (2005). Estado, poder y socialismo. México D.F.:
Siglo XXI
MARTOS, Alberto. (2009). Breve historia de la carrera espacial. Madrid:
Nowtilus.

MARCUSE, Herbert. (1993). El Hombre Unidimensional: Ensayo sobre la


ideología de la sociedad industrial avanzada. Barcelona: Planeta-De Agostini S.A.
DICK, Steven. (2005). Historical studies in the social impact of spaceflight .
Washington, DC: NASA History Program Office.

27 POULANTZAS, Nicos. (2005). Estado, poder y socialismo. México D.F.: Siglo XXI..

Вам также может понравиться