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Lambayeque
INTRODUCCIÓN:
El acto jurídico se asienta sobre la base de tres pilares fundamentales que van a influir
directamente en su existencia jurídica, en un acto en particular, e incluso, sobre los
efectos del mismo. Éstos son los denominados elementos de! acto jurídico, pudiendo
ser en consideración a aquél: esenciales, naturales y accidentales, respectivamente. Los
elementos esenciales, o essentiala negotii, son aquellos que no pueden faltar en el acto
jurídico, importan a su existencia jurídica y eficacia; no pudiendo las partes, por su sola
voluntad, prescindir de ellos. Estos elementos, si bien interesan al acto jurídico en
general, lo son también para cada acto en particular; requiriendo de ellos para alcanzar
independencia respecto a los demás actos jurídicos, con la finalidad de adquirir, en
suma, individualidad y denominación concretas (compraventa, mutuo, permuta, etc.).
Éstos son los comprendidos en el artículo 140 del Código Civil, cuya inobservancia
producirá inevitablemente su nulidad. Existen otros elementos que si bien no actúan
dentro de la esfera del acto jurídico en general, lo hacen en el de uno en particular; es
decir, son inherentes a ellos. Estos elementos denominados naturales o naturalia negotii;
no obstante ser considerados por la ley como propios del acto en concreto, a diferencia
de los esenciales, pueden ser obviados por voluntad de ías partes celebrantes, sin que
esto importe en lo absoluto afectar su validez, como sucede con las obligaciones de
saneamiento, en los supuestos de transferencia de propiedad, posesión o uso de un bien
(1489 y 1484, respectivamente). Conjuntamente con aquellos que determinan la
existencia y configuración jurídica del acto, existen otros que le son ajenos, por cuanto
ni son requisitos exigidos para su validez ni mucho menos corresponden a su naturaleza,
pero que una vez incorporados a ellos por expresa decisión de sus partes, los efectos
derivados de los mismos estarán subordinados a su realización. Son los denominados
elementos accidentales o accidentalía negotii; que el Código Civil regula expresamente
en el Título V del Libro II como Modalidades del Acto Jurídico, y dentro de los cuales
se encuentran la condición, plazo y cargo.
Las modalidades del acto jurídico son ciertos elementos accidentales que modifican
los efectos normales del acto, ya tornando incierta la existencia de dichos efectos
(condición), ya limitando en el tiempo esos efectos (plazo), ya limitando la ventaja
económica del beneficiario de un acto de liberalidad (cargo). Se les denomina
accidental porque pueden existir o no; su existencia depende de que las partes, sin estar
obligadas, las hayan añadido al acto jurídico, estos elementos vienen a ser los que el
código civil denomina modalidades, considerando como tales a la condición plazo y
cargo, también llamado modo. Tan bien se les conoce como elementos accesorios. La
condición y el plazo son accidentales o accesorios, en cuanto son extraños a la
estructura del acto, pero una vez que las partes, los añaden al acto que celebran, dejan
de ser extraños, para devenir en elementos que tienen una importancia análoga a la de
los elementos esenciales, puesto que de ellos se hace depender la eficacia del acto; por
otro lado no sucede lo mismo con el modo o cargo, que una vez incorporado en el acto
no pierde su naturaleza de accesorio; no es requisito de eficacia del acto. Ejemplos: A
trasfiere gratuitamente a B la propiedad de un bien; este es un contrato de donación
pura. A se obliga a donar a B si es que este opta su titulo profesional el próximo mes de
diciembre; este es un contrato de donación bajo condición. A dona a B cincuenta
cabezas de ganado, obligándose a entregar diez cabezas de ganado por mes; este es un
contrato de donación sujeto a plazo. A dona B una casa, con la obligación del donatario
B de pagar una pensión mensual a C por un año; esta es una donación de cargo. Las
modalidades no se pueden añadir a todo tipo de acto jurídico, pues hay actos que por
razones de intereses superiores, de estabilidad, seguridad, o morales, son esencialmente
puros, y de eficacia inmediata y definitiva; ejemplo, el matrimonio, la adopción, el
reconocimiento de un hijo, etc.
hace depender la eficacia del acto sea incierto, de realización insegura; el hecho ha de
ser incierto, eventual, en el sentido de que puede o no realizarse. La incertidumbre
puede ser objetiva o subjetiva. En su acepción objetiva, no depende col conocimiento o
desconocimiento del agente, sino de la misma naturaleza del evento puesto como
condición; el evento es de realización insegura para todos. En su noción subjetiva el
cumplimiento de la condición es inseguro solamente para los otorgantes del acto; se
admite que los hechos pasados cuya existencia ignoren las partes pueden ser condición.
1 VIDAL RAMÍREZ, Fernando; “Teoría del acto jurídico”; Pág. 363. 2 TORRES
VÁSQUEZ, Aníbal; Teoría del acto jurídico; Pág. 440.
estrecha vinculación con la incertidumbre. El hecho puesto como condición para que
sea incierto debe ser futuro. El hecho presente o pasado pude ser desconocido, pero no
es incierto. Aunque las partes ignoren que el hecho ya ocurrió (incertidumbre subjetiva),
el acto produce sus efectos desde su celebración. Hay incertidumbre objetiva de la
condición solamente cuando se trate de un evento futuro. Hay que concluir que la
condición consiste en un evento que al momento que se celebra el acto todavía no ha
sucedido o en la verificación futura de un hecho de un hecho pasado que se ignora o no
se tiene certidumbre que haya sucedido.
1. Clases de condiciones
acto; y la condicio facti es establecida por la voluntad del sujeto, esta contenida en la
declaración de voluntada, por eso es un elemento intrínseco (ab intus), voluntario,
accidental. La condición legal puede consistir en un evento cierto o incierta, y la
voluntaria consiste en un evento necesariamente incierto. La legal es expresa y la
voluntaria puede ser expresa o tacita”3. Las condiciones desde una perspectiva lata
pueden ser legales o voluntarias, pero desde una perspectiva estricta, son solo las
voluntarias, por eso en adelante nos ocuparemos de esta última.
Esta clasificación se hace en base a tipo de evento que sirve como causa eficiente de la
condición. Las condiciones pueden ser potestativas, causales o mixtas, según que su
realización se dependiente de la voluntad de una de las partes; que su realización sea
independiente de la voluntad de las partes y que dependa solo de la casualidad,
llamándoseles también, por eso fortuitas, o que su realización dependa a la vez de la
voluntad de una de las partes y de la casualidad. La condición potestativa o facultativa
depende de la voluntad de una de las partes de la relación jurídica. Ejemplo, te presto
mil si quiero; te doy cien si
haces testamento a favor de Ticio; te vendo mi casa si decido trasladarme a otra ciudad.
El maestro Aníbal Torres Vásquez manifiesta que: “Hay que distinguir la condición
potestativa propia, o condición potestativa ordinaria o condición potestativa simple, de
la condición meramente potestativa (o arbitraria o puramente potestativa). La primera
hace referencia un hecho voluntario, cuyo cumplimiento, sin poder considerarse como
una condición casual, presente algún interés apreciable para el agente que incline su
voluntad en un sentido u otro; hay una voluntad actual, aunque condicionada, de
adquirir el derecho o de asumir la obligación (ejemplo, te compro el vino si me gusta; te
compro el bien si asumes el préstamo como hipoteca sobre el mismo bien, te vendo mi
casa bajo condición suspensiva de que decida trasladarme a otra ciudad; tomo en
arrendamiento tu negocio bajo la condición de que decida dedicarme al comercio).la
condición meramente potestativa consiste en la pura voluntad del sujeto, en su mero
arbitrio, mas allá de cualquier juego de intereses y de conveniencia; no hay una
voluntad actual de adquirir el derecho o de asumir la obligación(ejemplo, si me animo a
vender mi casa; si considero que es justo y razonable) o de un evento voluntario del
todo irrelevante que pueda ejecutar u omitir sin ninguna consecuencia para el , por
ejemplo, si doy un paseo por el parque; te vendo mi casa a condición que decida
venderla. Aquí declaro que “quiero si querré”, que equivale a decir que “por ahora no
quiero”. El deudor no está obligado sino cuando lo quiera, quedando el acreedor a
merced del arbitrio de aquel, razón por la que el acto jurídico sujeto a condición
meramente potestativa es nulo”6. Al respecto el tratadista Leon Barandiaran, citado por
Fernando Vidal Ramírez; sostiene de las condiciones potestativas: “Que pueden
diferenciarse, según se trate de condiciones potestativas de pendientes de la voluntad de
la parte acreedora o de la voluntad de la parte deudora. Enfatizo que esta diferenciación
era imprescindible y en sus comentarios al código civil de 1936 explico que si la
condición potestativa dependía de la voluntad del deudores acto era nulo en cuanto a su
obligación concierne, porque uno no puede obligarse y al mismo tiempo desobligarse al
quedar a su arbitrio comprometerse o no por esa obligación, mientras que, en cambio,
podía pactar validamente una obligación sujeta a condición potestativa dependiente de
la voluntad del acreedor, quien puede exigir el cumplimiento o condonar la obligación,
lo que ha servido para que el código civil vigente se declare nula la condición
potestativa parti debitoris (art.172)”7.
1. Eficacia de la condición:
Pactada la condición, si para tener eficacia debe ser propia el acto jurídico queda
válidamente celebrado, pero subordinado a la condición pactada y a la eficacia que esta
despliegue: si es suspensiva, la eficacia del acto esta en suspenso hasta que la condición
se realice y despliega la suya, si es resolutoria, el acto despliega su eficacia hasta que la
condición se realice y por efecto de ella, la haga cesar. La "condición legal", o está
preestablecida por el ordenamiento jurídico, independientemente de la voluntad de las
partes, como dato necesario para la eficacia del acto, "sea por juzgarla necesaria por la
naturaleza de las cosas, o por presumirla en la intención de partes. Integra el
presupuesto normativo complejo para que se produzca el efecto jurídico. Aquí se habla
de condición en sentido impropio, pues no tienen la calidad de modalidad del acto
jurídico en sentido técnico jurídico, porque no es establecida arbitrariamente por el
sujeto sino que es impuesta por la ley, no como un elemento accesorio sino como un
dato inseparable del acto para que produzca sus efectos. Constituye una condición
objetiva de eficacia del acto jurídico, y es casi siempre suspensiva. Por ejemplo, la
muerte del testador es el dato necesario para que el testamento produzca sus efectos (art.
686); el tercero beneficiario de un contrato en el cual no es parte, para poder exigir el
derecho estipulado en su favor, debe hacer conocer a las partes contratantes su voluntad
de hacer uso de ese derecho; la donación hecha por razón de matrimonio está sujeta a
que el casamiento se realice; la compraventa a prueba se considera hecha bajo la
condición suspensiva de que el bien tenga las cualidades pactadas o sea idóneo para la
finalidad a que está destinado ; la compraventa de bien futuro está sujeta a condición
suspensiva de que el bien llegue a existir.
1. Concepto: El plazo tiene como finalidad indicar el momento desde el cual se inicia o
finaliza la eficacia del acto jurídico. Entre algunas definiciones que podemos citar
tenemos: El jurista Aníbal Torres Vásquez refiere: “El plazo como modalidad es el
evento futuro y cierto de cuyo acaecimiento se hace depender el nacimiento, la
exigibilidad o la finalización de los efectos del acto jurídico”8. El maestro León
Barandiarán consigna el siguiente concepto: “El plazo es una modalidad de los actos
jurídicos por la cual se fija una fecha para que el acto produzca sus efectos o para que
ellos cesen”9. Por otra parte Fernando Vidal Ramírez señala:
8 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal; Ob. cit.; Pág. 481. 9 LEÓN BARANDIARÁN, José;
“Acto Jurídico”; Pág. 261.
“El plazo, como elemento accidental o modalidad del acto jurídico viene a ser,
entonces, un hecho, acontecimiento o evento futuro y cierto, que necesariamente,
fatalmente, tiene que 10 producirse” . De estos conceptos inferimos que el plazo es una
modalidad de los actos jurídicos, que las partes estipulan un acontecimiento o un hecho
futuro y cierto que debe realizarse necesariamente y con posterioridad, del cual depende
el ejercicio o la extinción de un derecho. Por ejemplo: A vende a B un inmueble
pactándose que el contrato quedará perfeccionado el día 30 de diciembre próximo, fecha
en que el vendedor A entregará el bien al comprobador B. Otro ejemplo sería si A
arrienda a B un bien hasta el día 5 de agosto próximo. Aquí vencido el plazo, el contrato
de arrendamiento cesa de producir sus efectos, debiendo el arrendatario devolver el
bien.
2. Diferencias con otras expresiones: Se suele utilizar plazo y término como sinónimos,
aunque la diferencia radica en que el término es el día inicial y final del plazo; y el plazo
es el lapso desde el cual comienza la existencia o el ejercicio de las consecuencias del
acto y hasta el cual duran esas consecuencias. La condición y el plazo presentan
analogías por cuanto ambos son elementos accidentales, consisten en eventos futuros, y
permiten que el acreedor condicional o a plazo pueda realizar actos conservatorios. Pero
entre la condición y el plazo existen diferencias. Mientras la condición hay
incertidumbre en el inicio o el fin de la eficacia del acto. Por ejemplo te pagó el día en
que Juan contraiga matrimonio (Juan puede o no casarse y si se casa no se sabe cuándo
será el casamiento). En el plazo hay certidumbre en el nacimiento o la extinción de la
eficacia del acto. Por ejemplo te pagaré el 25 de diciembre del año 2011. Existen
algunos actos que no admiten plazos, al igual de lo que sucede con la condición, por
razones de orden moral, público o de interés general, algunos actos no toleran ser
supeditados en cuanto a su plena eficacia a plazo alguno. Por ejemplo, no pueden estar
sujetos a plazo el matrimonio, la adopción (art. 381), el reconocimiento de hijo (art,
395), la aceptación y renuncia de la herencia (art. 677), el giro de cheques (art. 136, me.
2 de la Ley 16587), etc.
10 VIDAL RAMÍREZ, Fernando; Ob. cit.; Pág. 389.
certeza de que el evento futuro acaecerá, aún cuando en algunos casos se ignore el
momento preciso en que tendrá lugar.
c) El establecimiento arbitrario por las partes: La partes libremente, en
1. Clasificación:
4.1. Plazo expreso y plazo tácito
4.3. Plazo suspensivo y plazo resolutorio Es la distinción más importante por cuanto,
conceptuado el plazo como un hecho, suceso, acontecimiento o evento del cual se hace
depender la eficacia del acto jurídico, la idea del plazo suspensivo o del plazo
resolutorio está Ínsito en el concepto. Así, el plazo es suspensivo, dies a quo, cuando se
suspende el nacimiento o la exigencia de todos o algunos de los efectos del acto
jurídico hasta la llegada de un determinado momento o fecha. Por ejemplo: Se celebra
un contrato de arrendamiento el 6 de junio, precisándose que el contrato tendrá efecto a
partir del 28 de julio. En este caso el contrato se perfeccionó el 6 de junio, pero su
eficacia se retardo hasta el 28 de julio. El plazo es resolutorio, dies ad quem, consiste en
una fecha a partir de la cual los efectos del acto cesan de producirse. Limita en el
tiempo la eficacia del acto. Por ejemplo un contrato de arrendamiento celebrado por el
plazo de 2 años, dejará de tener eficacia al vencimiento del segundo año desde su
perfeccionamiento. Los derechos y las obligaciones nacidas de un acto jurídico
sometido a un plazo son derechos firmes, constituidos o adquiridos, porque dependen de
un hecho de necesaria realización. En el plazo suspensivo los derechos y las
obligaciones han nacido, existen, pero no son exigibles hasta el vencimiento del plazo,
como cuando se celebra un contrato de compraventa y se pacta que la entrega del bien y
el pago del precio se efectuarán el primero de enero del año siguiente. Por el contrario,
en el plazo resolutorio, los derechos y las obligaciones han nacido, existen, son
exigibles, pero hasta el vencimiento del plazo, como cuando se constituye una renta en
favor de un menor hasta que cumpla la mayoría de edad. El Código Civil distingue con
toda claridad el plazo suspensivo del plazo resolutorio en su artículo 178: "Cuando el
plazo es suspensivo, el acto no surte efecto mientras se encuentre pendiente. Cuando el
plazo es resolutorio, los efectos del acto cesan a su vencimiento (...)".
4.4. Plazo legal
Es el que está estipulado expresamente en la ley; tal como en el caso de que no se haya
fijado plazo para la devolución ni ésta resulta de las circunstancia, se entiende que es de
treinta días contados desde la entrega (art. 1656), los plazos establecidos para la
prescripción extintiva de las acciones (art. 2001), el plazo del compromiso de contratar
será no mayor de un año y cualquier exceso se reducirá a este límite. A falta de
convencional rige el máximo fijado por este artículo (art. 1416), etc., (Revisar los arts.
921, 950,951.1 1596, entre otros del
Es aquél que señala el Juez observando lo dispuesto en el Código en art 182, cuyo tenor
literal es el siguiente: Si el acto no señala plazo, pero de la naturaleza y circunstancias
se dedujere que ha querido concederse al deudor, el Juez fija su duración. También fija
el Juez la duración del plazo cuya determinación haya quedado a voluntad del deudor o
un tercero y éstos no lo señalaren. La demanda se tramita como proceso sumarísimo. El
primer párrafo se refiere al plazo tácito. Pues, no es el Juez el que sustituye a las partes,
señalando un plazo cierto, sino que tiene que tomar en cuenta la naturaleza y
circunstancias para determinar su extensión, cuando las partes no han señalado un plazo.
El art. 1115 del C.C. derogado es antecedente de la norma en comentario, este
dispositivo establecía que el plazo judicial es el que señala el juez en vista de las
circunstancias y de la naturaleza, y a falta de estipulación entre las partes
convencionalmente. La segunda parte del art. 182 tiene mayor alcance que el art, 1115
del C.C. de 1936, porque faculta al juez a fijar la duración del plazo, cuando éste ha
quedado a voluntad solamente del deudor sino también del tercero y éstos no lo
señalasen. El legislador ha querido señalar que hay plazo judicial cuando ha quedado a
voluntad del deudor, el que puede hacerlo cumpliendo la obligación por su propia
voluntad o cuando disponga de los recursos suficientes para cumplir con la obligación
que contiene el acto jurídico. Por su parte el jurista Lohmann, sostiene en relación a
este último aspecto: "El segundo párrafo pretende regular los casos en los que el
acreedor ha permitido que el deudor cumpla su obligación cuando quiera o cuando
pueda o se ha encomienda tercero la determinación del elemento, y no ha cumplido con
hacerlo. Está claro que ante estas situaciones no puede quedar indefinidamente
propuesto el plazo y resultar ilusorio el crédito. De aquí que el legislador haya permitido
que el acreedor se interese en que el juez señale término, cuando
éste es potestativo para el deudor o no lo ha fijado el tercero"11.
Es el que estipulan las partes declarantes de común acuerdo. Según Teófilo Idrogo
Delgado citando al jurista Bejarano: "Es convencional el plazo que ha sido fijado por la
voluntad de las partes en un contrato, o por el autor de una declaración unilateral de la
voluntad; se origina en la decisión libremente asumida del creador o los creadores de un
acto jurídico"12.
Según lo prescrito por el art. 179 del C.C.; "El plazo suspensivo se presume establecido
en beneficio del deudor, a no ser que del tenor del instrumento o de otras circunstancias
resultase haberse puesto en favor del acreedor o de ambos". Este dispositivo tiene una
presunción juris tantum en favor del deudor, a no ser que las partes hayan estipulado
otra cosa y que conste en documento a favor del acreedor, o que ello resulte de las
circunstancias. Por ejemplo, Pedro conviene con Pablo en el pago de una deuda de
cincuenta mil nuevos soles el diez de agosto de 2005. Esto no quiere decir que el deudor
no tenga la facultad de pagar antes del 10 de agosto; este puede hacerlo antes de que se
cumpla el plazo pactado en cualquier fecha. De lo que se concluye que el plazo se
presume en beneficio del deudor. Sin embargo, las partes pueden pactar que el plazo
opere en beneficio del acreedor. En el caso anterior si Pablo es deudor de una suma de
dinero a Pedro, y se estipula como plazo para cancelar la deuda dos años y con la
facultad de demandar la devolución del dinero mutuado en cualquier fecha después de
la suscripción del documento, que contiene el acto jurídico del mutuo. El plazo puede
estipularse también en favor de ambos, es decir que ni el acreedor pueda exigir el
cumplimiento de la obligación ni el deudor pueda pagar antes de la fecha, estando
pendiente el plazo. La presunción que contempla el art. 179 admite prueba en contrario;
puesto que siendo el deudor el beneficiado la carga de la prueba recae sobre el
11 LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo; “El Negocio Jurídico”; Pág. 264.
12 IDROGO DELGADO, Teófilo; “Teoría del Acto Jurídico”; Pág. 145.
acreedor. El está obligado a probar que el plazo está pactado a su favor, o en favor de
ambos. Esto significa que el acreedor en cualquier momento puede exigir el
cumplimiento de plazo y el deudor no puede rehusar; pero si el deudor quien cumplir
antes del plazo al acreedor se le puede obligar a recibir eI pago antes del vencimiento
del plazo. Al respecto, el distinguido jurista Torres Vásquez acota: "En las obligaciones
con intereses, si las partes convienen el pago anticipado, el deudor debe tener derecho a
los descuentos de los intereses proporcionales en relación con el tiempo anticipado,
porque en caso contrario el acreedor recibe un interés compensatorio (interés que se
paga como retribución por el uso del capital) al que no tiene derecho, lo que sucede con
mucha frecuencia en la práctica contraviniendo lo dispuesto en el art. 1954"
2. Repetición del pago: El art. 180 del C.C., dispone lo siguiente: "El deudor que paga
antes del vencimiento del plazo suspensivo no puede repetir lo pagado. Pero si pagó por
ignorancia del plazo, tiene derecho a la repetición". En el primer caso, cuando el deudor
cumple con su obligación sujeta aplazo, cumple con lo que debe, y aun cuando lo
efectúe antes de tiempo, se trata de una obligación existente. Se debe considerar que con
ese pago anticipado el deudor está renunciando al beneficio del plazo. Cuando el plazo
se estableció en beneficio del deudor y paga lo que todavía no adeudaba, tiene derecho a
la acción de repetición. Cuando el deudor ha pagado indebidamente por ignorancia del
plazo, tiene derecho a hacer uso de la acción de repetición o restitución. Aquí el deudor
hizo un pago indebido, no en cuanto a la ausencia del mismo sino en cuanto a la
oportunidad del pago; y puede repetir porque el pago le ha perjudicado, toda vez que ha
dejado de gozar del capital y de sus intereses. Pero si el deudor sabe que el plazo le
favorece y no lo aprovecha, no hay lugar a la acción de repetición. Por ejemplo Julio a
la muerte de su padre se encuentra con su testamento que le manda pagar a Pablo
inmediatamente 20 mil soles y después de haberle pagado descubre un segundo
testamento que le concede dos años para pagar dichos 20 mil soles, el deudor tiene
derecho a repetición o restitución.
4. Efectos del plazo El plazo suspensivo comienza a surtir sus efectos desde que se
cumple y deja de producirlos cuando el cumplimiento corresponde a un plazo
resolutorio (art. 178). Sin embargo, vamos a tratar lo relativo a la exigibilidad de los
derechos y obligaciones que emanan del acto jurídico practicado. Por lo general,
mientras el plazo esté pendiente el titular del derecho o acreedor no puede exigir el
cumplimiento de la obligación, salvo que la ley le autorice expresamente. Entre los
efectos más importantes del plazo podemos señalar los siguientes: El acreedor a
plazo fijo no puede ejercer ninguna acción civil, porque para que la acción proceda, es
indispensable que la obligación sea exigible en razón de tiempo, lugar y modo. El
acreedor tiene derecho a ejercer todas las acciones conducentes a la conservación de su
derecho, como por ejemplo pedir en prueba anticipada el reconocimiento de un
documento privado donde consta la obligación, solicitar la inscripción del crédito si
importa un derecho real, etc. El acreedor tiene derecho a hacer uso de la acción
revocatoria contra los actos fraudulentos que realiza el deudor en perjuicio de su crédito.
que garantice la deuda. Se presume la insolvencia del deudor si dentro de los quince
días de su emplazamiento judicial, no garantiza la deuda o rio señala bienes libres de
gravamen por valor suficiente para el cumplimiento de su prestación. Cuando no
otorgue al acreedor las garantías a que se hubiese comprometido.
Cuando las garantías disminuyeren por acto propio del deudor, o
Las garantías a que se viene haciendo referencia, como lo hemos indicado, pueden ser
reales o personales, y ofrecer seguridades al acreedor en cuanto a la efectivización de su
crédito, pues su valor debe ser suficiente para cubrir el monto del crédito que debe ser
solventado en el plazo pactado, por lo que la disminución de ese valor acarrea la pérdida
del beneficio del plazo. Esta es la causal prevista por el inciso 3 del artículo 181. La
causal se ha puesto en las hipótesis de que las garantías disminuyen por acto propio del
deudor o desaparecieren por causa no imputable al mismo deudor. La disminución del
valor de las garantías debe entenderse, en el caso de las garantías reales, la disminución
del valor de los bienes afectados en prenda, anticresis o hipoteca. SI se trata de garantías
personales, la disminución del valor debe entenderse referida a la situación patrimonial
del garante o fiador, quien puede devenir o estar deviniendo en la insolvencia. El
fundamento de la caducidad es el mismo que en los casos anteriores. El acreedor en
ejercicio de su derecho a ser pagado puede exigir el cumplimiento inmediato de la
obligación frente a la inseguridad devenida por la disminución o desaparición de las
garantías. El tenor de la norma sub examine Induce a inferir que las garantías a que se
refiere son solo las garantías reales, pero, como ya hemos advertido, están también
comprendidas las garantías personales, como sería el caso de que al fiador le sobrevenga
una situación de insolvencia que incluso lo conduzca a ser sometido a un concurso de
acreedores y, eventualrnente, a una declaración de quiebra. La disminución per acto
propio del deudor puede producirse, por ejemplo, tratándose de una prenda con entrega
jurídica (art. 1059) y, por lo tanto, los bienes prendados están en posesión del deudor,
por lo que este tiene la obligación de prestarles la debida atención y diligencia para su
mantenimiento y conservación. La disminución por acto propio puede ser el caso del
industrial que adquiere nuevos equipos constituyéndolos en prenda ante la entidad
financiera que lo dotó de los recursos, pero no los confía a personal debidamente
capacitado para su operación ni les presta los servicios técnicos requeridos ni utiliza
repuestos legítimos. La disminución o desaparición de las garantías por acto no
imputable al deudor, como ya hemos advertido, puede deberse a caso fortuito o fuerza
mayor (art. 1315), no obstante lo cual e! deudor pierde el derecho al plazo porque el
acreedor no tiene ya la seguridad de hacer efectivo su crédito con los bienes afectados
en prenda, anticresis o hipoteca. La misma idea resulta de) garante o fiador que va
deviniendo en insolvencia. Pero en cualquiera de las dos hipótesis, el deudor puede
recuperar el plazo si sustituye de inmediato las garantías por oirás equivalentes a
satisfacción del acreedor, conforme lo establece el mismo inciso 3 del artículo 181. Al
igual que en los dos casos anteriores, la caducidad del plazo deberá ser materia de
pronunciamiento judicial para cuyo efecto el acreedor deberá tramitar su demanda como
proceso sumarísimo y hacer uso de las medidas cautelares que estime convenientes a su
derecho.
I. EL CARGO
1. Concepto El modo (del latín modus = medida), cargo, carga o encargo, consiste en
una obligación accesoria que, sólo en los actos gratuitos de liberalidad Ínter vivos o
mortis causa, puede ser impuesta por el disponente a cargo del destinatario de la
liberalidad, consistente en dar hacer o no hacer algo en favor del disponente o de un
tercero o del beneficiario mismo, o de emplear de una determinada manera el bien
objeto de la disposición. La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su
sentido técnico jurídico, la carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de
determinados bienes (ejemplo la servidumbre).14 El cargo tiene un carácter doble, por
su naturaleza constituye una obligación y, como tal, su cumplimiento puede ser exigido,
incluso coercitivamente, y al mismo tiempo es una obligación accesoria al derecho que
adquiere el destinatario de una liberalidad; éste no puede adquirir la liberalidad sin
asumir la obligación en que consiste el cargo. Los actos gratuitos pueden o no ser de
liberalidad. En los actos gratuitos de liberalidad hay una atribución patrimonial (como la
donación, la renta vitalicia gratuita, el testamento, la renuncia, la cesión gratuita del
rango hipotecario, etc.), en cambio, en los actos gratuitos que no son de liberalidad falta
la atribución patrimonial (ejemplo el mandato, el depósito gratuito). Todo acto de
liberalidad es gratuito, pero no todo acto gratuito es una liberalidad; hay aquí una
relación de género a especie, el género lo constituyen los actos gratuitos y la especie, los
actos de liberalidad. El modo solamente puede ser impuesto en los actos gratuitos de
liberalidad, no así en los actos gratuitos que no impliquen una atribución patrimonial.
Los sujetos vinculados al acto modal son: a) El autor de la liberalidad (o disponente), o
sea, el que realiza el acto de disposición a título gratuito (donante, testador);
14 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal; Ob. Cit. Pág. 505.
Si se pacta que el cargo impuesto debe ser cumplido antes como un requisito para que el
destinatario de la disposición a título gratuito adquiera el derecho, no estamos frente a
un acto sub modo, sino sub condicione. En caso de duda, se juzgará que existe cargo y
no condición, en vista a que cuando se celebra un acto jurídico es para que produzca
efectos y no para que no los produzca (cuando el acto es condicionado, no se sabe si el
derecho va a nacer o no).
3. Cumplimiento del cargo
Artículo 185.- El cumplimiento del cargo puede ser exigido por el imponente o por el
beneficiario. Cuando el cumplimiento del cargo sea de interés social, su ejecución puede
ser exigida por la entidad a la que concierna. El modo, llamado también cargo, carga o
encargo, consiste en una obligación accesoria impuesta al beneficiario de una
liberalidad por el disponente de ésta (ejemplo se dona un predio, imponiendo al
donatario la carga de pagar una pequeña pensión a favor de una persona del afecto del
donante). La palabra "carga" es utilizada aquí en su sentido vulgar. En su sentido
técnico jurídico, la carga consiste en una obligación vinculada a la titularidad de
determinados bienes (ejemplo, la ) servidumbre). La imposición del modo no afecta ni
suspende la atribución patrimonial realizada con carácter gratuito, ni la convierte en
onerosa. La relación entre la liberalidad y el modo es de subordinación: el modo es
accesorio respecto de la liberalidad, por lo que el incumplimiento del modo no impide la
adquisición del derecho ni determina su extinción. El modo no es una contraprestación a
cargo del beneficiario de la liberalidad, de la cual es accesorio; en el acto sub modus no
es de prestaciones reciprocas, porque la obligación que tiene que cumplir el beneficiario
no tiene la calidad de contraprestación de la prestación objeto de la obligación del
disponente, en los actos con prestaciones reciprocas la prestación es causa de la
contraprestación y al contrario; en el acto modal no hay una relación de
interdependencia entre la obligación del disponente y la del beneficiario, sino una
relación de accesoriedad de ésta frente a aquélla.17 Si el modo es obligatorio para el
beneficiario de la liberalidad, quien habrá de cumplirlo, surge la pregunta acerca de
¿quién puede exigir el cumplimiento de Ia obligación en que consiste el cargo?. Al
respecto, el art. 185 es terminante, la legitimación activa para exigir el cumplimiento del
modo corresponde al imponente o al beneficiario. Si el modo es de interés social puede
exigirlo también la autoridad competente. Tanto el beneficiario como el imponente del
cargo tienen la calidad de acreedores y, por tanto, pueden exigir su cumplimiento. El
deudor del cargo es el beneficiario de la liberalidad. La obligación en que consiste el
cargo, si bien accesoria, autoriza al acreedor para: a) emplear las medidas legales a fin
de que el deudor le procure aquello a que está obligado; b) procurarse la prestación o
hacérsela procurar por otro, a costa del deudor; c) obtener del deudor la indemnización
de los daños causados con el incumplimiento; d)
17 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal; Ob. Cit.; Pág. 512.
hacer uso de la acción oblicua (art. 1219.4); e) hacer uso de la acción pauliana (art.
195). El modo es obligatorio para el beneficiario de la liberalidad, quien habrá de
cumplirlo. La legitimación activa para exigir el cumplimiento del modo corresponde al
imponerse del cargo o al beneficiario. Si el modo es de interés social puede exigirlo
también la autoridad competente. 4. Plazo para el cumplimiento del cargo. Art. 186.- si
no hubiese plazo para la ejecución del cargo, éste debe cumplirse en el que el juez
señale. La demanda se tramita como proceso sumarísimo. El cargo será ejecutado en el
plazo por el imponente; a falta de este plazo, si acreedor y deudor no se ponen de
acuerdo, el cargo se cumplirá en el plazo que señale el juez en un proceso sumarísimo,
atendiendo a las circunstancias del caso (ejemplo, la facilidad o dificultad para
realizarlo).
5. Intensidad de la limitación modal
Art. 187.- el gravado con el cargo no esta obligado a cumplirlo en la medida en que
exceda el valor de la liberalidad Puede suceder que la limitación modal impuesta sea
excesiva al extremo que reabsorba enteramente el beneficio patrimonial atribuido, o
incluso superarlo, de manera que el destinatario de la liberalidad para poder ejecutar el
modo tuviera que utilizar no solamente lo recibido sino también lo suyo propio pero
esto no implica que el beneficiario de la liberalidad esté obligado a ejecutar el cargo en
lo que excede al valor de la liberalidad; en la parte que el cargo excede a la liberalidad
deja de ser una obligación jurídica, para devenir en una obligación puramente moral
(obligación natural) que si el deudor quiere la cumple sino no. Como la finalidad del
acto de liberalidad es enriquecer al beneficiario, el cargo debe ser de una entidad
inferior o, a lo más, igual a la liberalidad. Por esta razón, el art. 187 dispone que el
beneficiario de la liberalidad no está obligado a cumplir el cargo que exceda a la
liberalidad. El destinatario de la liberalidad no está obligado a ejecutar el cargo más que
dentro de los limites del valor de los bienes recibidos, aunque haya aceptado la
liberalidad con cargo sin reservas.
6. Transmisibilidad del cargo
En este caso, si el gravado muere sin cumplir los cargos, la adquisición del derecho
queda sin efecto, volviendo los bienes al imponente de los cargos o a sus herederos. La
obligación de cumplir el cargo, como toda obligación, se trasmite a los herederos,
excepto cuando se trata de una obligación inherente a la persona del deudor (intuito
personae), lo prohibe la ley, o se ha pactado lo contrario (art. 188,660 y 218). Conforme
al art. 188, si el beneficiario de la liberalidad fallece antes de haber cumplido el cargo,
sus herederos deben satisfacer la obligación si ella no es inherente a la persona. Si el
cargo consiste en una obligación intuito personae y el beneficiario muere sin cumplirla,
los bienes objeto de la liberalidad revierten al imponente del cargo o sus herederos. Por
ejemplo, se dona un bien a un abogado con el cargo de que él personalmente defienda al
donante en un proceso judicial; el abogado muere sin haber cumplido el encargo; sus
herederos deben devolver al donante o a sus herederos el bien materia de la donación.
7. Cargo ilícito o imposible
Artículo 189.- Si el hecho que constituye el cargo es ilícito o imposible, o llega a serlo,
el acto jurídico subsiste sin cargo alguno. Como sabemos, la relación entre la liberalidad
y el modo es de subordinación: el modo es accesorio respecto de la liberalidad. Aquí es
de aplicación el principio que dice que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, pero
no al contrario, por lo que si la estipulación que contiene el cargo o modo se invalida,
esto no afecta para nada al acto jurídico que permanece como un acto puro. La
imposibilidad o ilicitud del cargo puede ser inicial o sobrevenida, pero en ambos
supuestos la nulidad del cargo no afecta la validez del acto. Por ello, el art. 189
establece que en caso de que el modo impuesto sea ilícito o imposible, o llegara a serlo,
el acto jurídico subsite sin cargo alguno. No se pueden poner cargos ilícitos o
imposibles, pero su presencia no invalida el acto, sino que se los tiene por no puestos
(yitiatur sed non vitiat), subsistiendo el acto jurídico sin cargo alguno.
BIBLIOGRAFIA:
VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “El Acto Jurídico”. Sexta Edición. Editorial Gaceta
Jurídica. Mayo 2005 Lima Perú. Págs. 574.