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1: Simbolismo: José María Eguren 5: El Indigenismo: Enrique López Albújar

2: El Vanguardismo: César Vallejo 6: El Indigenismo Norte: Ciro Alegría


CONTENIDO 3:
4:
Martín Adán
El Ensayo entre 1920-1950
7: El Indigenismo Su: José María Arguedas

José Carlos Mariátegui

EL SIMBOLISMO:
José María Eguren

Es una tendencia literaria que se desarrolla a fines del siglo XIX en Francia.
Se caracteriza porque da importancia al mundo sensorial, libertad en el uso del lenguaje. Busca como finalidad la poesía pura.

OBRAS:
- Charles Baudelaire
- Paul Verlaine

LITERATURA
- Arthur Rimbaud
- Esthephame Mallarme.

En el Perú un caso singular es José María Eguren.

JOSÉ MARÍA EGUREN


VIDA
Este hombre sencillo y de profunda sensibilidad poética, nació en Lima, el año de 1 874. Transcurrió buen tiempo de su
infancia en una hacienda familiar, en Chuquitanta, muy cerca de Lima.

Vivió la mayor parte de su vida en Barranco, en un ambiente sosegado, tranquilo, rodeado de libros, óleos, acuarelas y
fotografías. Estuvo en contacto permanente con el quehacer literario y artística de la época, y gozó del aprecio de intelectuales
tan prestigiosos como González Prada, Valdelomar, Mariátegui y otros.

Fue colaborador de importantes revistas: “Colónida”, “Contemporáneos”, “Variedades”, “Amauta”. En 1 930, acosado por la
estrechez económica aceptó trabajar como bibliotecario en el Ministerio de Educación. La Real Academia de la lengua lo
incorpora (en 1 930) como miembro correspondiente.

En Barranco, el 19 de abril de 1 942, falleció Euguren, uno de nuestros más auténticos poeta. Su desaparición provocó
hondo pesar en el medio intelectual del país.

OBRA LITERARIA

Su obra abarca la poesía y la prosa. Publicó los siguientes libros:


A) En poesía: Simbólicas (1 911), La canción de las figuras (1 916), Rondinelas (1 929), Sombras (1 929).
B) En prosa: Motivos estéticos (artículos diversos sobre estética y arte en general).

L3-LIT-4S - 29 - 2008
I.E.P. SAN IGNACIO

APRECIACIÓN CRÍTICA

Eguren, como poeta, fue esencialmente simbolista, tierno, paisajista (recreaba y evocada los ambientes con un lenguaje
sugerente, preciso y lleno de fantasía).

Buscó la interioridad humana y procuró siempre sugerir (no explicar) por medio de la música y la palabra. No fue estridente,
no hizo derroche de palabras, ni trató de exteriorizar sus sentimientos. En eso fue muy diferente de los románticos y algo
distante de los modernistas.

El Dr. Estuardo Núñez, quien mejor ha estudiado la obra de nuestro poeta, dice con palabras justas y precisas, los
siguiente: “Con Eguren empieza en el Perú y tal vez en el continente, el culto de la poesía esencial. Con él concluye el ciclo de
la poesía descriptiva o explicativa, sierva de motivaciones extrañas”. Aporta además el criterio de la estricta selección en la
materia poética y de la incorporación del valor poético emergente de la vivencia auténtica y artísticamente elaborada.

LA NIÑA DE LA LÁMPARA AZUL

En el pasadizo nebuloso
cual mágico sueño de Estambul,
su perfil presenta destelloso
la niña de la lámpara azul.

Ágil y risueña se insinúa,


y su llama seductora brilla,
tiembla en su cabello la garúa
de la playa de la maravilla.

Con voz infantil y melodiosa


con fresco aroma de abedul
LITERATURA

habla de una vida milagrosa


la niña de la lámpara azul.

Con cálidos ojos de dulzura


y besos de amor matutino,
me ofrece la bella criatura
un mágico y celeste camino.

De encantación en un derroche,
hiende leda, vaporoso tul;
y me guía a través de la noche
la niña de la lámpara azul.

ACTIVIDADES:
GLOSARIO

8: Abedul : árbol europeo de madera blanca.


9: Amor matutino : amor temprano, lleno de candor.
10: Estambul : antiguo nombre de la ciudad de Constantinopla.
11: Hiende leda : atraviesa alegre y plácida.

COMPRENSIÓN DE LECTURA:

A) ¿Cómo se presenta la niña de la lámpara azul ante el poeta?

B) ¿Qué ofrece la niña al poeta?


I.E.P. SAN IGNACIO

INTERPRETACIÓN

12: Algunos críticos consideran que “la niña de la lámpara azul” es un personaje ideal, o en otras palabras, viene a ser la
poesía misma. ¿Qué opinas de esta interpretación? ¿Te parece correcta? ¿Por qué?
I.E.P. SAN IGNACIO
LOS ROBLES

En la curva del camino


dos robles lloraban como dos niños.

Y había paz en los campos,


y en la mágica luz del cielo santo.

Yo recuerdo la rondalla
de la onda florida de la mañana.

En la noria de la vega,
las risas y las dulces pastorelas.

Por los lejanos olivos,


amoroso canto de caramillos.

Con la calma campesina, como


de incienso el humo subía.

Y en la curva del camino


los robles lloraban como dos niños.

ACTIVIDADES:

GLOSARIO

13: Rondalla : ronda o canción campesina.


14: Noria : pozo del cual sacan el agua con la máquina.
LITERATURA

15: Caramillo : flautilla de caña o madera, con sonido muy agudo.


16: Pastorelas : cantos o églogas de pastores.
COMPRENSIÓN
a) ¿Quiénes lloraban en la curva del camino?

b) ¿Qué recuerda el poeta?

c) ¿ Qué momento y lugar son descritos por el autor?

CORRESPONDENCIA DE JOSÉ MARÍA EGUREN


A CÉSAR VALLEJO

Barranco, 15 de julio de 1 917

Señor César Vallejo.

Sus versos me han parecido admirables por la riqueza musical e imaginativa y por la profundidad dolorosa. Conocía
algunas composiciones de su pluma, habiendo preguntado por usted en más de una ocasión, con el sentimiento de no haber
practicado la prosa, pues sus poesías se prestan para un estudio maestro. En este vapor escribo a los redactores de la revista
Renacimiento, de Guayaquil y con palabras elogiosas por cierto bien merecidas, les prometo sus poesías; pero no deseando
separarme de los originales que me envió, le suplico que mande otros a J. A. Falconí Villagómez, director de Renacimiento,
Guayaquil, Casilla 639. Renacimiento tiene agentes en toda América. Y reciba el sincero aplauso de S.S.

José María Eguren


LITERATURA

LITERATURA
Creador de una suerte de mitología personal,
plena de duendes y de seres fantasiosos,
Eguren exploró válidamente una senda para la
superación del Modernismo, un camino
encantador, de una leva musicalidad, que recorre
la misteriosa configuración de su mundo íntimo y
de sus ensueños.
EL VANGUARDISMO:
César Vallejo

Ruptura e innovación. Actitud subversiva y búsqueda insaciable de la originalidad.

CONTEXTO HISTÓRICO CULTURAL

El desarrollo social de Europa es, en gran parte, distinto al de Latinoamérica. Aquí, la sociedad moderna y capitalista
convive con rasgos feudalistas y con formas de vida que proceden de la sociedad pre-hispánica.
En el Perú, el segundo gobierno de Augusto B. Leguía (1919 - 1930) fue sinónimo de dependencia de nuestro país en
relación a los capitales extranjeros. Hubo una gran efervescencia política. Se crean los partidos políticos como el Apra y el de
José Carlos Mariátegui. Se difunden las ciencias sociales, a través de diversos trabajos, entre los que destacan los Siete
Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana (1928), libro escrito por el propio Mariátegui, donde sobresale su reflexión
sobre el problema de la tierra estudiado desde un punto de vista socio-económico. Asimismo, se comienza a difundir el
indigenismo en el ámbito de la literatura y de la pintura. Todo ello es articulado al problema de la identidad nacional en el Perú,
vale decir, los intelectuales se preguntan: ¿qué es el Perú? ¿Cuál es la raíz de nuestra identidad nacional? Mariátegui contesta
oponiéndose a José de la Riva Agüero (Carácter de la literatura del Perú Independiente) que el elemento indígena vinculado a
lo popular constituye la raíz de nuestra identidad nacional.
Es en ese contexto histórico donde surgen dos escuelas artísticas: el Vanguardismo y el Indigenismo.

A) EL VANGUARDISMO:
Significa:
- Un alejamiento de los prototipos realistas decimonónicos.
- Que la experimentación (búsqueda de nuevas formas expresivas) constituye la columna vertebral de la concepción
estética.
- La modernización del lenguaje de la poesía en los años 20 y 30 (por ejemplo Trilce de Vallejo fue publicado en 1922).

LITERATURA
- El empleo del verso libre, sin una métrica fija.
- El hacer consciente el hecho de vivir en una sociedad tecnológica.
- La inclusión de un nuevo léxico. Aparecen nuevos términos, algunos aluden a las máquinas; otros, por el contrario,
hacen referencia a la cotidianeidad como esfera digna de ser tomada en cuenta como tema poético por el escritor.
- El aprovechamiento del nivel espacial del poema. El poema llamado caligrama representa espacialmente la figura, a la
cual hace referencia el texto.
- La asimilación creativa de representaciones del mundo inconsciente. La influencia de la obra de Sigmund Freud
(creador del psicoanálisis) es fundamental en la literatura vanguardista.

B) LOS DOS TIPOS DE VANGUARDISMO EN EL PERÚ:


Existen dos tipos de vanguardismo en nuestro país:

COSMOPÓLITA INDIGENISTA

Representado fundamentalmente por Martín Tiene como máximo exponente a César Vallejo,
Adán (seudónimo de Rafael de la Fuente quien llega a ser un poeta de fama internacional.
Benavides)

C) PRINCIPALES POETAS VANGUARDISTAS:

- César Vallejo: Trilce (1922)

- Alejandro Peralta: Ande (1926)

- Carlos Oquendo de Amat: 5 metros de poemas (1927)

- Xavier Abril: Hollywood (1931). Difícil Trabajo (1935)

- Martín Adán: La Casa de Cartón (1928), La mano desasida (1961)

- Emilio Adolfo Westphalen: Las ínsulas extrañas (1933)

- César Moro (Alfredo Quispe Moro): La tortuga ecuestre (1957)

L3-LIT-4S - 33 - 2008
I.E.P. SAN IGNACIO

CARLOS OQUENDO DE AMAT


... Cinco metros de poemas
Poema del manicomio

L3-LIT-4S - 34 - 2008
I.E.P. SAN IGNACIO
Tuve miedo
y me regresé de la locura
Tuve miedo de ser
una rueda
un color
un paso

PORQUE MIS OJOS ERAN NIÑOS


Y mi corazón
un botón más
de
mi camisa de fuerza
Pero hoy que mis ojos visten pantalones largos
veo la calle que está mendiga de pasos.

j a r d í n

Los árboles cambian


el color de los vestidos
Las rosas volarán
de sus ramas
Un niño echa el agua de su mirada
y en un rincón

LA LUNA CRECERÁ COMO UNA PLANTA


LITERATURA

CÉSA
CÉSAR ABRA
BRAHAM VALLEJ
LLEJO MENDOZA
(1892 - 1938)

 BIOGRAFÍA:

Nació en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, el 16 de


marzo de 1892. Sus padres fueron Don Francisco De Paula Vallejo y
Doña María de los Santos Mendoza. Realizó sus primeros estudios en el
Colegio San Nicolás de Huamachuco. Hacia 1912 viajó a Lima y se
matriculó en la Universidad Nacional de San Marcos. Regresó a Trujillo,
y estudió allí sus cursos universitarios graduándose de Bachiller en
Humanidades con la tesis El Romanticismo en la Poesía Castellana.
Perteneció al grupo Norte, que estuvo comandado por Antenor Orrego.
En 1918, publicó Los Heraldos Negros, en Lima. Volvió a Trujillo, y
algunos grupos reacios lo acusaron injustamente de incendiario y
homicida. Permaneció en prisión durante algunos meses. Allí escribió los
poemas que formarían su segundo libro Trilce, publicado en 1922. Hacia
1923 abandonó el Perú y se trasladó a París. Se casó en 1929 con
Georgette Philipard y luego viajó a otros países europeos: Rusia, Italia,
Polonia, entre otros. Volvió a París y allí escribió su novela Tungsteno y
su cuento Paco Yunque. En 1937 fue a España para asistir al Congreso
Internacional de Escritores. La Guerra Civil Española ya había
comenzado y sirvió de inspiración para la elaboración temática de los
poemas de España, aparta de mí este cáliz. Hacia fines de 1937
retornó a Francia. Murió en París en 1938, el 15 de abril (Viernes Santo).
Sus últimas palabras fueron: “Allí, ... pronto ... navajas ... Me voy a
España”.

L3-LIT-4S - 35 - 2008
 PRINCIPALES OBRAS:

 POESÍA:
- Los heraldos negros (69 poemas, 1918) - Trilce (77 poemas, 1922)
- Poemas humanos (1939) - España, aparta de mí este cáliz (1939)

 NOVELA Y CUENTO:
- Tungsteno (1931) - Fabla salvaje (1923)
- Escalas melografiadas (1923) - Cuentos y Paco Yunque

 ENSAYO:
- Rusia en 1931 (1931) - El Arte y la revolución: Contra el secreto profesional

 GÉNERO DRAMÁTICO:
Los hermanos Colacho, La piedra cansada, Lockout (publicadas póstumamente por la Universidad Católica)

 CRÍTICA LITERARIA:
El romanticismo en la poesía castellana (1915)

 PERIODOS DE LA POESÍA DE VALLEJO:


Existen tres etapas en la producción poética vallejiana y son:

A) PERIODO DE LA POESÍA MODERNISTA:

LITERATURA
Comprende su primer libro Los Heraldos Negros, donde Vallejo en algunos poemas continua el legado de Rubén Darío
(creador del modernismo) y de Julio Herrera y Reissig (poeta uruguayo de la misma tendencia estética). El poemario
está compuesto por un poema inicial, cuyo título es precisamente Los Heraldos Negros y por seis partes: Platones
ágiles, Buzos, De la tierra, Nostalgias imperiales, Truenos y Canciones de hogar. La última está constituida por los
textos de mayor originalidad. Aparece el tema del hogar provinciano. Vallejo -como Abraham Valdelomar en El hermano
ausente en la cena de pascua- recuerda a su hermano fallecido.

“Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,


donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: “Pero, hijos...”

Asimismo, en Nostalgias Imperiales aparece su famoso Idilio muerto, donde Vallejo pone de relieve el valor de la
cultura andina para la formación de la nacionalidad en el Perú. Leamos los siguientes versos:

“Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita


de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí”.

B) PERIODO DE LA POESÍA VANGUARDISTA:


Abarca los poemas de Trilce, palabra creada por el propio escritor. Según el crítico italiano Roberto Paoli, Trilce es el
mayor libro de poesía de la vanguardia postbélica a nivel mundial. Vallejo quiebra la sintaxis convencional, utiliza una
ortografía caprichosa, hace decir a las palabras aquello para lo cual no están preparadas. Aparece el tema de la cárcel,
la presencia de la soledad y la ausencia de la madre:

“He almorzado solo ahora, y no he tenido


madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los hechos mayores del sonido”
 INNOVACIONES:

 Lexicales: - Cultismo  Tu gana dantesca


- Tecnicismo  Monodáctilo
- Neologísmo  Pajarina

 Semántica: Trilce

 Sintáctica: Rompe la sintaxis convencional.


Ejemplo: Ese no puede ser, sido.

 Escritura: Ejemplo: “Vusco volvvver de golpe el golpe”.

C) PERIODO DE LA POESÍA EXPERIMENTAL Y DE COMPROMISO


POLÍTICO:

Abarca Poemas Humanos y España, aparta de mí este cáliz. Vallejo utiliza


palabras que remiten al cuerpo humano y se compromete con la República
Española. Es muy conocido su poema Masa. El combatiente ha muerto y se
le acercan paulatinamente uno, dos, veinte hasta llegar a quinientos mil
hombres para que vuelva a la vida. En las dos últimas estrofas se afirma:

“Le rodearon millones de individuos,


con un ruego común: ¡Quédate hermano!
pero el cadáver ¡Ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
LITERATURA

incorporóse lentamente
abrazó al primer hombre; echóse a andar ...”

ANTOLOGÍA POÉTICA

Los Heraldos Negros


Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma ... ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son ... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de los bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
¡Y el hombre ... Pobre ... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando
por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida tan fuertes ... ¡Yo no sé!
riendo, estabas franel o
A mi triste ... Y tu a; de ,
her gemelo sus
corazón de
man esas tardes
afane
q
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o extintas, se ha su
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aburrido de no e
Mig encontrarte. Y
andar;
de su sabor a ceñas
uel ya cae sombra de mayo del lugar. s
en el alma. Ha de estarse a o
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la puerta
no, hoy tardes
mirándolo algún
estoy en salir, ¿Bueno?
Puede inquietarse celaje, y al fin m
en el dirá temblando:
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poyo
“¡Qué frío, ay ... l
de la
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casa,
donde I Y llorará en las tejas ;
un pájaro salvaje.
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Me acuerdo o e
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“Pero hijos ...”
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LITERATURA
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espero mi andina y dulce
que Dios c
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ahora que e
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sala, el Bizancio, y b
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¿Dónde estarán
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contigo. sus manos que
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acuerdo contrita
que nos planchaban en
hacíamos las tardes q e
llorar, blancuras por u n
hermano, venir; ahora, en e e
en aquel esta lluvia, que r
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y
Miguel, tú te Las ganas de vivir? .
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del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

...................................................................... .

¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae -digo, es un decir-
salid, niños del mundo; id a buscarla! ...


LITERATURA

Considerando la producción poética de César Vallejo.

1. Analiza un poema de Vallejo por cada etapa de su poesía.

a. Modernista
b. Vanguardista
c. Social y universal

2. Recita en clase un poema de Vallejo de tu preferencia.

4. Completa:

a) La esposa de Vallejo fue

b) Las personas que apoyaron a Vallejo fueron

c) Vallejo perteneció a los grupos literarios

d) La vanguardia en el Perú se inicia con

e) La importancia de Vallejo para la poesía peruana se debe a


MARTÍN ADÁN

Martín Adán (Lima, 1908 - 1985)


Rafael de la Fuente Benavides, nació en Lima, en el seno de una empobrecida familia aristocrática. Autor de estilo muy
peculiar, abarcó diferentes géneros y temas con singular manera de expresarse. Adoptó su seudónimo, Martín Adán, a
instancias de J. C. Mariátegui y Estuardo Núñez. A partir de 1934, en parte debido a su alcoholismo crónico, en parte
a su precaria situación económica, el poeta se recluyó en instituciones psiquiátricas.

Obras:
1928 - La casa de cartón
1953 - Travesía de extramares
1964 - La mano desasida

La vida de Martín Adán ha estado relacionada continuamente con la poesía. Su primer libro, “La casa de Cartón” (1928), es una
novela poética, proustiana y vanguardista, caso sorprendente en el Perú de aquella época donde continuaban vigentes los
modelos modernistas del cuento y la novela. Vinculado plenamente al pensamiento y a la praxis estética de la vanguardia, Adán
construye una literatura que algunos críticos, no sin acierto, califican de “antiliteratura”. Y lo es, por su actitud demoledora frente
a las normas de la ortodoxia poética, por su franca ruptura con los cánones clásicos de la poesía. A partir de este punto de
quiebre, Adán propone un discurso que cuestiona y explora la angustia del ser y en el que son comunes las referencias
cultistas y también la incorporación, a través de las imágenes de diversos tópicos filosóficos. El discurso poético de Martín
Adán conjuga ambos aspectos de manera notoria en sus “antisonetos”, donde utiliza el molde formal del soneto clásico para
expresar una reflexión metafísica sobre la existencia a través de un lenguaje hermético, atravesado de recursos barrocos,
quevedianos y gongorinos.

La casa de cartón
Lo que sinceramente salta a la vista en “La casa de cartón” es la frescura que conserva y su riqueza verbal [...]. Se van
acumulando cuadros en los que se describe vívidamente el balneario de Barranco, una población con características, en
esa época, muy particulares, en las que encontramos una mezcla de arquitectura, playa con funicular, comunicación con la
capital mediante tranvía eléctrico, un amplio parque zoológico [...]. El escritor explora las posibilidades del lenguaje

LITERATURA
impulsado no solo por su propio demonio verbal, sino por las posibilidades creativas que abrió la Vanguardia.
Ricardo Silva-Santisteban. Prólogo de Martín Adán. Obras en prosa

MI PRIM
PRIMER AMOR
Mi primer amor tenía doce años y las uñas negras. Mi exámenes, con veinte -nota sospechosa, vergonzosa,
alma rusa de entonces, en aquel pueblecito de once mil ridícula: una gallina delante de un huevo-. Tuve que verla
almas y cura publicista, amparó la soledad de la a ella mimar a sus muñecas. Tuve que oírla llorar por mí.
muchacha más feo con un amor grave, social, sombrío, Tuve que oír chupar caramelos de todos los colores y
que era como una penumbra de sesión de congreso sabores. Mi segundo amor me abandonó como en un
internacional obrero. Mi amor era vasto, oscuro, lento, tango: Un malevo....
con barbas, anteojos y carteras, con incidentes súbitos, Mi tercer amor tenía ojos lindos, y las piernas muy
con doce idiomas, con acecho de la policía, con coquetas, casi cocotas. Hubo que leer a Fray Luis de
problemas de muchos lados. Ella me decía, al ponerse en León y a Carolina Ivernizzio. Peregrina muchacha.... no
sexo: eres un socialista. Y su almita de educanda de sé por qué se enamoro de mí. Me consolé de su decisión
monjas europeas se abría como un devocionario íntimo irrevocable de ser amiga mía después de haber sido casi
por la parte que trata del pecado mortal [...]. mi amante, con las doce faltas de ortografía de su última
Mi segundo amor tenía quince años de edad. Una llorona carta.
con la dentadura perdida, con trenzas de cáñamo, con Mi cuarto amor fue Catita.
pecas en todo el cuerpo, sin familia, sin ideas, demasiado Mi quinto amor fue una muchacha sucia con quien pequé
futura, excesivamente femenina... Fui rival de un muñeco casi en la noche, casi en el mar. El recuerdo de ella huele
de trapo y celuloide que no hacía sino reírse de mí con como ella olía, a sombra de cinema, a perro mojado, a
una bocaza pilluela y estúpida. Tuve que entender un ropa interior, a repostería, a pan caliente, olores
sinfín de cosas perfectamente indecibles. Tuve que salir superpuestos y, en sí mismos, individualmente, casi
bien en los desagradables, como las capas de las tortas, jengibre,
merengue, etcétera.
Martín Adán. La casa de cartón

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I.E.P. SAN IGNACIO

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1. ¿Por qué se considera a La casa de cartón como una obra vanguardista?

2. ¿Qué elementos en el texto bordean lo grotesco? ¿Crees que los hechos se narran objetivamente?

Martín Adán, explor


explora
ador del lengua
nguaje
Travesía poética de Martín Adán
Rafael de la Fuente Benavides fue el nombre civil de este escritor, cuya importancia en las letras castellanas lo sitúa entre
los mayores creadores de este siglo. La vida de Adán es un copioso afluente de una obra vasta y plural que empieza desde
1928 con poemas dispersos y “La casa de cartón” dentro del curso vanguardista de ruptura con la tradición. Hacia 1931
compone “Aloysius Acker”, poema de tono elegíaco; insatisfecho por el resultado, destruye el Aloysius que solo nos ha
llegado en fragmentos. En esa misma época, Adán participa del resurgimiento de las formas métricas tradicionales que brotan
en el ambiente poético castellano. La creación en sonetos perfectos produce, a principios de la década del 1930, una versión
prmitiva de “Travesía de extramares (Sonetos a Chopin)”, poemas que tratan la imagen del creador, la creación artística y la
vida como una travesía marítima; pero que no llegarán a su forma final sino entre 1945 y 1950. Sus composiciones en metro
llegan a la madurez al manifestar la sensibilidad moderna -que significa en él una percepción honda de la condición humana-
LITERATURA

dentro de una rigurosa expresión en verso. Sus poemas en torno a la contemplación de la rosa (“La rosa de la espinela”
publicado en 1939 y “Sonetos” a la rosa de 1938, 1941 y 1942) son fruto maduro de entonces. Hacia 1932 ingresa a una etapa
improductiva de probable crisis personal de la que saldrá con un trabajo crítico ambicioso y descomunal. “De lo barroco en el
Perú”, con el que obtiene el grado de Doctor en Letras en 1938 por la Universidad de San Marcos. Este ensayo consagra al
escritor al obtener por él el Premio Nacional de Poesía de 1946. Ya por entonces, Adán es un poeta legendario. Su vida de
bohemia intensa y largas estadías en sanatorios distrae de la difícil lectura de sus textos a un público propenso al mito y poco
preparado para entender su poesía. A “Travesía” le sigue un decenio de improductividad en el que Rafael de la Fuente se
precipita en la indigencia y el radical descuido de su persona; ya académico de la lengua y con una aureola de aristocrática
respuesta a un mundo en el que no ha logrado hacerse un lugar. Hacia principios de la década de 1960 se recluirá en un
sanatorio, en un retiro radical del que no saldrá. En su alejamiento del mundo volverá a las formas del antiguo Aloysius,
retomando su verso libre, su tono elegíaco y la depuración de su expresión hasta hacerla fluida y directa para expresar una
trágica reflexión en torno a lo humano. Este ejercicio del verso libre se hará de manifiesto en “Escrito a ciegas”, “La mano
desasida” y “La piedra absoluta”, cuyas primeras versiones aparecen a principios del decenio de 1960. “La mano desasida” un
solo poema de 200 páginas es el eje de esta escritura desgarrada y directa. Desde 1966 volverá al soneto ya alejado de su
estilo barroco de mediados de siglo pero siempre revelando la desolada condición humana. “Mi Dario y Diario de poeta”.
Desde 1973, aproximadamente, dejó de escribir.
Luis Vargas Durand, “Cronología general de la vida y obra de Martín Adán”

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• Escribe un poema de Martín Adán y describe sus rasgos vanguardistas.

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S
EL ENSAYO ENTRE 1920 Y 1950

CARACTERÍS
RÍSTICA
ICAS GENERALES

Ya has visto que la década del 20 al 30 una época conmovida pro problemas y tensiones sociales. Esta situación propició
el surgimiento del ensayo, un género literario más cercano a las urgencias de la realidad y anteriormente utilizado en el
Perú por la pluma vigorosa de González Prada.
En el Perú, el ensayo se perfiló en dos vertientes:

Una vertiente interesada por la historia. Un grupo de historiadores se caracterizó por estudiar el acontecer peruano de
forma documentada, seria y minuciosa, y aportó una nueva manera de ver la historia de un juicio más moderno y
democrático.

En este grupo destacan Raúl Porras Barrenechea, Luis Alberto Sánchez y Jorge Basadre.

Una vertiente más cercana al análisis político e ideológico. Los cultores principales de esta vertiente fueron Víctor Raúl
Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui.

PRINCIPA
RINCIPAL
LES ENSAY
SAYISTAS PERU
PERUA
ANOS

José Carlos Mariátegui (1 897 - 1 930)

Mariátegui ejerció el periodismo desde muy joven, y manifestó tendencias literarias muy cercanas al grupo Colónida.
Después renegaría de esta época, llamándola su "Edad de Piedra", porque aunque nunca perdió sus inclinaciones
literarias, posteriormente se dedicó a fondo al estudio del Perú y de sus problemas sociales.

LITERATURA
Durante su viaje a Europa, entre 1 920 y 1 923, profundizó - en forma autodidacta - sus estudios sobre la filosofía del
materialismo dialéctico.

A su regreso al Perú, se dedicó infatigablemente a estudiar la realidad peruana aplicando el análisis y la crítica marxista.
El resultado de este esfuerzo fueron los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, lúcido análisis sobre siete
diferentes aspectos de la realidad de nuestro país.

Además, a través de la revista Amauta, Mariátegui desarrolló una invalorable tarea cultural, impulsando la producción
literaria de nuevos poetas y escritores peruanos muy pocos valores en esa época, como Eguren, Martín Adán, Oquendo
de Amat, etc. Asimismo, Amautas explicó y difundió los nuevos procesos artísticos, culturales e históricos de su tiempo
como, por ejemplo, el vanguardismo, el psicoanálisis, la revolución rusa y la mexicana.

Jorge Basadre (1 903 - 1 983)

Jorge Basadre es el más grande historiador de la República. Nació en Tacna durante la ocupación chilena. Es probable
que esta situación despertara en el futuro historiador un sincero nacionalismo, ajeno a toda formalidad y de profundas
raíces peruanas.

Fue un investigador tenaz. A lo largo de su vida desarrolló un amplio proyecto de seria y erudita investigación histórica,
que luego plasmó en 16 volúmenes. La obra se llama Historia de la República del Perú. Por primera vez en el Perú se
emprendió la tarea de analizar y juzgar, con serenidad e imparcialidad, lo sucedido durante nuestra época republicana. El
mismo Basadre explica el objetivo de su obra:

Aquí se ha buscado, ante todo, comprensión, objetividad, coordinación, ensamble, sin odio para nadie y sin adulación para
nadie, con el afán de superar el atolondramiento la vehemencia, el encono, la suciedad y la mezquindad, plagas de la vida
criolla. Al procurar que se haga la "toma de conciencia" de un pasado tan turbulento y tan escabroso y al mismo tiempo
tan peruano como es el del período de la República en nuestra historia, se está buscando, en realidad, una forma de
maduración nacional.

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LA PROM
PROMESA
ESA DE LA VIDA PERUA
PERUANA (FRA
FRAGMENT
ENTO)

Los empiristas se han desgañitado hablando de la necesidad de que el indio sea "redimido". Les preocupa que el
campesino Pedro Mamani, por ejemplo, no tenga piojos, que aprenda a leer y a escribir y que sea garantizado en la
posesión de sus ovejitas y su terrenito. Pero al mismo tiempo que la higiene, la salud, el trabajo y la cultura de Pedro
Mamani, importa que el territorio en el cual él vive no disminuya sino acreciente su rendimiento dentro del cuadro completo
de la producción nacional. Si eso no ocurre, aunque lea toda la colección del "Fondo de Cultura Económica", Pedro
Mamani no tendrá resueltos sus problemas básicos.
En nuestro país no sólo debemos preocuparnos de la distribución, sino también de la mayor producción y del mayor
consumo. Nuestro problema no es sólo de reparto; es también de aumento. Que el peruano viva mejor; pero que al mismo
tiempo el Perú dé más de sí. Y para elevar y superar el nivel general de vida no hay que actuar exclusivamente sobre el
indio descalzo; pues hay quienes no se hallan en esa condición y se mueven dentro de horizontes económicos asaz
reducidos. Ninguna de nuestras soluciones nos vendrá, pues, cocida y masticada de otros países, aunque sean hermanos,
primos o prójimos. Y, sobre todo, nada se podrá hacer a fondo si al país no lo conmueve la conciencia en sí, si no afirma
en esta hora feroz si querer existencial nacional. Por eso, la promesa de la vida peruana atañe a la juventud para que la
reviva, a los hombres de estudio en sus distintos campos para que la conviertan en plan, a la opinión pública en su sector
consciente para que la convierta en propósito.

Al leer esto no faltará quien haga una mueca de sarcasmo, de amargura o de cólera, creyendo que se le habla de cosas
manoseadas, vacías o cínicas. Porque la promesa de la vida peruana sentida con tanta sinceridad, con tanta fe y con
tanta abnegación por próceres y tribunos, ha sido a menudo estafada o pisoteada por la obra coincidente de tres grandes
enemigos de ella: los podridos, los congelados y los incendiados. Los Podridos ha prostituido y prostituyen palabras,
conceptos, hechos e instituciones al servicio exclusivo de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y su
apasionamiento. Los Congelados se han encerrado dentro de ellos mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a
quienes son sus dependientes, considerando que nadie más existe. Los Incendiados se han quemado sin iluminar, se
agitan sin construir. Los Podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país se a una charca; los Congelados
lo ven como un páramo; y los Incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca
fogata.

Toda la clave del futuro está allí; que el Perú se escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo, de
convertirse en una fogata. Que el Perú no se pierda por la obra o la inacción de los peruanos.
LITERATURA

RESPONDE EN TU CUADERNO
I. En una segunda lectura del texto, subraya las ideas principales. Luego responde.
¿Crees que, para Basadre, la mala distribución de la riqueza es el único problema del Perú?
¿Cuál es la propuesta de Basadre para un verdadera integración del indígena a la vida nacional?
¿Qué debemos hacer los peruanos - además de distribuir bien la riqueza - para lograr nuestro desarrollo?
¿Qué rol le adjudica Basadre a la ayuda extranjera?

II. Marca la respuesta correcta


Según Basadre, las verdaderas soluciones para el desarrollo del Perú vendrán de:

El desarrollo industrial

La colaboración de los países hermanos

Una conciencia nacional, sentida con sinceridad y fe

La ayuda de los países desarrollados.

III. ¿Crees que aún existe grupos de personas que actúan y piensan como los Podridos, los Congelados y los
Incendiados? Rescata tus propias experiencias y señala qué acciones concretas son propias de cada grupo.

IV. Reflexiona y emite una opinión crítica.


¿Estás de acuerdo o en desacuerdo con las ideas de Basadre? ¿Por qué?
¿Consideras que las ideas de Basadre se refieren a un proyecto que aún está pendiente en el Perú?
En tu opinión, ¿Cuáles son los principales problemas de nuestra patria?
Consideras - como Basadre - que la clave está en vivir un verdadero patriotismo? ¿En qué actitudes específicas se
puede expresar el patriotismo?
A partir de esta lectura de Basadre, ¿Cuál crees que podría ser tu actitud consciente en relación con el Perú?

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EL INDIGENISMO:
ENRIQUE LÓPEZ ALBÚJAR

 Época : CONTEMPORÁNEA
 Movimiento Literario : INDIGENISMO
 Género Literario : NARRATIVO (cuento, novela)
Poesía

 PRINCIPALES OBRAS:

- CUENTOS ANDINOS (1920) - Cuento


- MATALACHÉ (1928) - Novela
- NUEVOS CUENTOS ANDINOS (1937) - Cuento
- MINIATURAS - Poesía
- POESÍAS DE LA TIERRA - Poesía
- DESOLACIÓN - Teatro
- DEMASIADO TARDE - Teatro

 BIOGRAFÍA:

Nació en Chiclayo (Lambayeque) el 23 de Diciembre de 1872; es bautizado en Piura. Vive mucho tiempo en esta ciudad.
Realiza sus estudios en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe; y luego en la Universidad Nacional Mayor de San

LITERATURA
Marcos. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1950. En 1893 es llevado a prisión por unos días debido a la
publicación de un agresivo poema contra el general Cáceres. En 1962, al cumplir 90 años, recibe significativos homenajes
como Patriarca de las letras peruanas. Falleció en 1966.

RASGOS COMUNES DE SU OBRA INDIGENISTA

1. El indio no conoce la miseria


2. Estabilidad de la comunidad
3. Costumbres políticas
4. Amor
5. Indio bandolero
6. El que mata por lucro.
7. El que hace justicia a su manera.

Lectura...
I. CAMPEÓN DE LA MUERTE (Cuentos Andinos)
Se había puesto el sol y sobre la impresionante tristeza del pueblo comenzaba a asperjar la noche sus gotas de sombra.
Liberato Tucto, en cunclillas a la puerta de su choza, chachaba, obstinado en que su coca le dijera qué suerte había
corrido su hija, raptada desde hacía un mes por un mozo del pueblo a pesar de su vigilancia.

Durante esos treinta días su consumo de coca había sobrepasado al de costumbre. Con regularidad matemática, sin
necesidad de cronómetro que le precisara el tiempo, cada tres horas, con rabia sorda y lenta de indio socarrón, y
cachazudo, metía mano al huallqui, que, inseparable y terciado al cuerpo, parecía ser su fuente de consuelo. Sacaba la
hoja sagrada a puñaditos, con delicadeza de joyero que recogiera polvo de diamantes, y se la iba embutiendo y
aderezando con la cal de la shipina, la que entraba y salía rápidamente de la boca como la pala del horno.

Con la cabeza cubierta por un cómico gorro de lana, los ojos semioblicuos y fríos - de frialdad ofídica - los pómulos de
prominencia mongólica, la nariz curva, agresiva y husmeadora, la boca tumefacta y repulsiva por el uso inmoderado de la
coca, que dejaba en los labios un ribete verdusco y espumoso, y el poncho listado de colores sombríos en el que estaba
semienvuelto, el viejo Tucto parecía, más que un hombre de estos tiempos, un ídolo incaico hecho carne.
Y de cada chacchada no había obtenido la misma respuesta. Unas veces la coca le había parecido dulce y otras amarga,
lo que le tenía desconcertado, indeciso, sin saber qué partido tomar. Por antecedentes de notoriedad pública sabía que
Hilario Crispín,

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el raptor de su hija, era un indio de malas entrañas, gran bebedor de chacta, ocioso, amigo de malas juntas y seductor de
doncellas; un mostrenco, como castizamente llamaban por estas tierras al hombre desocupado y vagabundo. Y para un
indio honrado esta es la peor de las tachas que puede tener un pretendiente.

¿A dónde habría llevado el muy pícaro a su Faustina? ¿Qué vida estaría haciéndola pasar? ¿O la habría abandonado ya
en represalia de la negativa que él, como hombre juicioso, le hiciera al padre de Crispín cuando fue a pedírsela para su
hijo? En estas hondas meditaciones estaba el viejo Tucto el trigésimo día del rapto de la añorada doncella, cuando de
entre las sombras de la noche naciente surgió la torva figura de un hombre, que, al descargar en su presencia el saco que
traía a las espaldas, dijo:
- Viejo, aquí le traigo a tu hija para que no lo hagas buscar tanto, ni andes por el pueblo diciendo que un mostrenco se la
ha llevado.

Y, sin esperar respuesta, el hombre, que no era otro que Hilario Crispin, Desató el saco y vació de golpe el contenido, un
contenido nauseabundo, viscoso, horripilante, sanguinolento, macabro, que, al caer, se esparció por el suelo, despidiendo
un olor acre y repulsivo. Aquello era la hija de Tucto descuartizada con prolijidad y paciencia diabólica, escalofriantes con
un ensañamiento de loco trágico.

Juan Jorge volvió a sentarse, se echó un poco de coca a la boca y después de meditar un gran rato en quién sabe qué
cosas, que le hicieron sonreír, dijo:

- Bueno; diez, quince y veinte si quieres. Pero te advierto que cada tiro va a costarle a Liberato un carnero de yapa. Los
tiros de máuser están hoy muy escasos y no hay que desperdiciarlos en caprichos que pague su capricho Tucto.
Además, haciéndole tantos tiros a un hombre, corro el peligro de desacreditarme, de que se rían de mí hasta los
escopeteros.
- Se te darán las yapas, taita. De lo demás no tengas cuidado. Yo haré saber que lo has hecho así por encargo.
- Juan Jorge se frotó las manos, sonrió, dióle una palmadita a la Martina y resolviese a sellar el pacto con estas
palabras:
- De aquí a mañana haré averiguar con mis agentes si es verdad que Hilario Crispín es el asesino de tu hija, y si así
fuera, mandaré por el ganado como señal de que aceptó el compromiso.

V
LITERATURA

Cuatro días después comenzó la persecución de Hilario Crispín, Jorge y Tucto se metieron en una aventura preñada de
dificultades y peligros, en que había que marchar lentamente, con precauciones infinitas, ascendiendo por despeñaderos
horripilantes, cruzando sendas inverosímiles, permaneciendo ocultos entre las rocas horas enteras, descansando en
cueva húmedas y sobrias, evitando encuentros sospechosos, esperando la noche para proveerse de agua en los
manantiales y quebradas. Una verdadera cacería épica, en la que el uno dormía mientras el otro avizoraba, lista la
carabina para disparar. Pero que si se tratara de cazar a un tigre.

Y el illapaco, que a previsor no le ganaba ya ni su maestro Ceferino, había preparado el máuser, la víspera de la partida,
con un esmero y una habilidad irreprochables. Porque Juan Jorge, fuera de saber el peligro que corría si llegaba a
descuidarse y ponerse a tiro del indio Crispín, feroz y astuto, estaba obsedido por una preocupación, que sólo por orgullo
se había atrevido a arrostrarla: tenía una superstición suya, enteramente suya según la cual un illapaco corre gran riesgo
cuando va a matar a un hombre que completa cifra impar en la lista de sus víctimas. Tal vez por eso siempre la primera
víctima hace temblar el pulso más que las otras, como decía el maestro Ceferino. Y Crispín, según su cuenta, iba a ser el
número sesenta y nueve. Esta superstición la debía a que en tres o cuatro ocasiones había estado a punto de parecer a
manos de sus victimados, precisamente al añadir una cifra impar a la cuenta.

Por esta razón sólo se aventura en los desfiladeros después de otear largamente todos los accidentes del terreno, todas
las peñas y recovecos, todo aquello que pudiera servir para una emboscada.

Así pasaron tres días. En la mañana del cuarto, Juan Jorge, que ya se iba impacientando y cuya inquietud aumentaba a
medida que transcurría el tiempo, dijo, mientras descansaba a la sombra de un peñasco:
- Creo que el cholo ha tirado largo, o estará metido en alguna cueva, de donde sólo saldrá de noche.

- El mostrenco está por aquí, taita. En esta quebrada se refugian todos los asesinos y ladrones que persigue la fuerza.
Cunce Maille estuvo aquí un años y se burló de todos los gendarmes que lo persiguieron.

- Peor entonces. No vamos a encontrar a Crispín ni en un mes.

- No será así, taita. Los que persiguen no saben buscar: pasan y pasan y el perseguido está viéndoles pasar.

Hay que tener mucha paciencia. Aquí estamos en buen sitio y te juro que no pasará el día sin que aparezca el mostrenco
por la quebrada, o salga de alguna cueva de las que ves al frente. El hambre o la sed le harán salir.

Esperemos quietos.

Y tuvo razón Tucto al decir que Crispín no andaba lejos, pues a poco de callarse, al fondo de la quebrada surgió un
hombre con la carabina en la diestra, mirando a todas partes recelosamente y tirando de un carnero, que se obstinaba en
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no querer

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andar.
- Lo vez, taita - dijo levemente el viejo Tucto, que durante toda la mañana no había apartado los ojos de la quebrada. Es
Crispín. Cuando yo te decía… Apúntale, apúntale; asegúralo bien.

Al ver Juan Jorge a su presa se le enrojecieron los ojos, se le inflaron las narices, como al llama cuando husmea cara al
viento, y lanzó un hondo suspiro de satisfacción. Revisó en seguida el máuser y después de apreciar rápidamente la
distancia. Contestó:
- Ya lo ví; se conoce que tiene hambre, de otra manera no se habría aventurado a salir de día de su cueva. Pero no voy
a dispararle desde aquí; apenas habrán unos ciento cincuenta metros y tendría que variar todos mis cálculos.
Retrocedamos.

- ¡Taita, que se te va a escapar!…

- ¡No seas bruto! Si nos viera, más tardaría él en echar a correr que yo en meterle una bala. Ya tengo el corazón
tranquilo y el pulso firme.
Y ambos, arrastrándose felinamente y con increíble rapidez, fueron a parapetarse tras una blanca peñolería que
semejanza una reventazón de olas.
- Aquí estamos bien - murmuró Juan Jorge. Doscientos metros justos; lo podría jurar.

Y con sarcasmo diabólico, el indio Crispín, después de sacudir el saco, añadió burlonamente:

- No te dejo el saco porque puede servirme para ti si te atreves a cruzarte en mi camino.

Y le volvió la espalda.

Pero el viejo, que, pasaba la primera impresión, había logrado impasibilizarse, levantóse y con tranquilidad, inexplicable
en hombres de otra raza, exclamó:
- Harás bien en llevarte tu saco; será robado y me traería mala suerte. Pero ya que me has traído a mi hija debes dejar
algo para las velas del velorio y para atender a los que vengan a acompañarme.

¿No tendrás siquiera un sol?


Crispín, que comprendió también la feroz ironía del viejo, sin volver la cara respondió:

LITERATURA
- ¡Qué te podrá dar un mostrenco! ¿No quisieras una cuchillada, viejo ladrón?. Y el indio desapareció, rasgando con una
interjección flagelante el silencio de la noche…

II

Entre la falda de una montaña y el serpenteo atronador y tormentoso del Marañón yacen sobre el regazo fértil de un valle
cien chozas desmedradas, rastreras y revueltas, como cien fichas de dominó sobre un tapete verde. Es Pampamarca. En
medio de la vida pastoril y semibárbara de sus moreadores, la única distracción que tienen es un tiro al blanco, que les
sirve de pretexto para sus grandes bebezones de chicha y chacta y para consumir también gran cantidad de cápsulas, a
pesar de las dificultades que tienen que vencer para conseguirlas, llevándoles su afición, hasta pagar en casos urgentes
media libra por una cacerina de máuser. A causa de esto tienen agentes en las principales poblaciones del departamento,
encargados de proveerles por todos los medios posibles, los que, conocedores de munisión del interés y largueza de sus
clientes, explotan el negocio con una desmedida sordidez, multiplicando el valor de la siniestra mercancía y corrompiendo
con precios tentadores a la autoridad política y al gendarme.

Y cuando el agente es moroso o poco solícito, ellos bajan de sus alturas, sin importarles las grandes distancias que tienen
que recorrer a pie, y se les ve entonces en Huanuco, andando lentamente, como distraídos, con caras de candor rayanas
en la idiotez, penetrando en todas las tiendas, hasta en las boticas, en donde comienzan por preguntar tímidamente por
las clásicas cápsulas del 44 y acaban por pedir balas de todos los sistemas en uso. Se les conoce tanto que , a pesar del
cuidado que ponen en pasar inadvertidos, todo el que los ve murmura despectivamente: "shucuy de Dos de Mayo" y los
comerciantes los reciben con una amabilidad y una sonrisa que podría traducirse en esta frase: "Ya sé lo que quieres,
shucuysito: munición para alguna diablura".

Es en este caserío, en estas tierras de tiradores - illapaco jumapa-, como se les llama en la provincia, donde tuvo la gloria
de ver por primera vez el sol Juan Jorge, flor y nata de illapacos, habiendo llegado a los treinta años con una celeridad que
pone los pelos de punta cuando se relatan sus hazañas y hace desfallecer de entusiasmo a las doncellas indias de diez
leguas a la redonda. Y viene a aumentar esta celebridad, si cabe, la fama de ser, además, el mozo un eximio guitarrista y
un cantor de yaravíes capaz de doblegar el corazón femenino más rebelde.

Y también porque no es un shucuy, ni un cicatero. Y en cuanto a vestir y calzar, calza y viste como lo mistis, y luce cadena
y reloj cuando baja a los pueblos grandes a rematar su negocio - como dice él mismo - que consiste en eliminar de este
mezquino mundo a algún predestinado al honor de recibir entre los dos ojos una bala suya.

III

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En lo que Juan Jorge no andaba equivocado, porque su fortuna y bienestar eran fruto de dos factores suyos: el pulso y el
ojo. VI
Y fue a este personaje, a esta flor y nata de illapacos, a quien el viejo Tucto le mandó su mujer para que contratara la
desaparición del indio Hilario Crispín, cuya muerte era indispensable para tranquilidad de su conciencia, satisfacción de
los yayas y regocijo de su Faustina en la otra vida.
La mujer del Tucto, lo primero que hizo, después de saludar humildemente al terrible illapaco, fue sacar un puñado de
coca y ofrecérselo con estas palabras:
- Para que endulces tu boca, taita.
- Gracias, abuela; siéntate.

Juan Jorge aceptó la coca y se puso a chacchar lentamente, con la mirada divagante, como embargado por un
pensamiento misterioso y solemne.

Pasado un largo rato, preguntó:


- ¿Qué te trae por aquí Marina?
- Vengo para que me desaparezcas a un hombre malo.
- ¡Hum! Tu coca no está muy dulce…
- Tomarás más taita. Yo la encuentro muy dulce… y también te traigo Ishcayrealgota.

Y sacando la botella de agua de florida llena de chacta se la pasó al illapaco.


- Bueno. Beberemos.
Y ambos bebieron un buen trago, paladeándole con una fruición más fingida que real.
- ¿Quién es el hombre malo y qué ha hecho, por que tú sabrás que yo no me alquilo sino para matar criminales. Mi
maúser es como la vara de la justicia…
- Hilario Crispín, de Patay - Rondos, taita, que ha matado a mi Fausta.
- Lo conozco; buen cholo. Lástima que haya matado a tu hija, porque es un indio valiente y no lo hace mal con la
carabina.
Su padre tiene terrenos y ganados. ¿Y estás segura de que Crispín es el asesino de tu hija?
- Como de que ayer la enterramos. Es un perro rabioso, un mostrenco.
- ¿Y cuánto vas a pagar porque lo mate?
- Hasta dos toros me manda a ofrecerte Liberato.
- No me conviene. Ese cholo vale cuatro toros; ni uno menos.
LITERATURA

- Se te darán, taita. También me encarga Liberato decirte que han de ser diez tiros los que le pongas al mostrenco, y
que el último sea en el que le despene.

Juan Jorge se levantó bruscamente y exclamó:


- ¡Tatau! Pides mucho. Pides una cosa que nunca he hecho, ni se ha acostumbrado jamás por aquí.
- Se te pagará, taita. Tiras bien y te será fácil.

Y, después de quitar el seguro y levantar el librillo, se tendió con toda la corrección de un tirador de ejército, que se
prepara a disputar un campeonato, al mismo tiempo que musitaba:
- ¡Atención, viejito! Está en la mano derecha para que no vuelva a disparar más. ¿Te parece bien?
- Si taita, pero no olvides que son diez tiros los que tienes que ponerle. No vayas a matarlo todavía.

Sonó un disparo y la carabina voló por el aire y el indio Crispín dio un rugido y un salto tigresco, sacudiendo furiosamente
la diestra. En seguida miró a todas partes, como queriendo descubrir de donde había partido el disparo, recogió con la otra
mano el arma y echó a correr en dirección a una peñas; pero no habría avanzado diez pasos cuando un seguro tiro le hizo
caer y rodar al punto de partida.

- Esta ha sido en la pierna derecha - dijo sonriendo el feroz illapaco - para que no pueda escapar. Veo que completaré
con felicidad mi sesenta y nueve. Y volvió a encararse el arma y un tercer disparo fue a romperle al infeliz la otra
pierna. El indio trató de incorporarse, pero solamente logró ponerse de rodillas. En esta actitud levantó las manos al
cielo, como demandando piedad, y después cayó de espaldas, convulsivo, estertorante, hasta quedarse inmóvil.
- ¡Los has muerto, taita!
- No, hombre. Yo sé donde apunto. Está más vivo que nosotros. Se hace el muerto por ver si lo dejamos allí, o
cometemos la tontería de ir a verlo, para aprovecharse él del momento y meternos una puñalada. Así me engañó una
vez José Illatopa y casi me vacía el vientre. Esperamos que se mueva. Y Juan Jorge encendió un cigarro y se puso a
fumar, observando con interés las espirales del humo.
- ¿Te fijas, viejo? El humo sube derecho; buena uerte.
- Va a verte Crispín, taita, no fumes.
- No importa. Ya está al habla con mi máuser.

El herido, que al parecer había simulado la muerte, juzgando tal vez que había transcurrido ya el tiempo suficiente para
que el asesino lo hubiera abandonado, o quizás por no poder ya soportar los dolores que, seguramente, estaba
padeciendo, se volteó y comenzó a arrastrarse en dirección a una cueva que distaría uno cincuenta pasos.
Juan volvió a sonreír y volvió a apuntar, diciendo:

- A la mano izquierda…

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y así fue: la mano quedó destrozada. El indio, descubierto en su juego, aterrorizado por la certeza y ferocidad con que le
iban hiriendo, convencido de que su victimador no podía ser otro que el illapaco de Pampamarca, ante cuyo máuser no
había salvación posible, lo arriesgó todo y comenzó a pedir socorro a grandes voces y a maldecir a su asesino. Pero Juan
Jorge, que había estado siguiendo con el fusil encarado todos los movimientos del indio, aprovechando del momento en
que éste quedara de perfil, disparó el quinto tiro, no sin haber dicho antes:

- Para que calles…


el indio calló inmediatamente, como por ensalmo, llevándose a la boca las manos semimutiladas y sangrientas. El tiro le
había destrozado la mandíbula inferior. Y así fue hiriéndole el terrible illapaco en otras partes del cuerpo, hasta que la
décima bala, penetrándole por el oído, le destrozó el cráneo. Habría tardado una hora en este satánico ejercicio; una hora
de horror, de ferocidad siniestra, de refinamiento inquisitorial, que el viejo Tucto saboreó con fruición y que fue para Juan
Jorge la hazaña más grande de su vida de campeón de la muerte.

En seguida descendieron ambos hasta donde yacía destrozado por diez balas, como un andrajo humano, el infeliz Crispín.
Tucto le volvió boca arriba de un puntapie, desenvainó su cuchillo y diestramente le sacó los ojos.

Estos - dij, guardando los ojos en el huallqui - para que no me persigan; y ésta - dándole una feroz tarascada a la lengua -
para que no avise.
Y para mi el corazón - añadio Juan Jorge -. Sácalo bien. Quiero comérmelo porque es de un cholo muy valiente.

MATALACHÉ (Fragmento)

- ¡No, José Manuel! - guturió María Luz, anhelosa y sensiblemente enroquecida -, ¿Qué no me has conocido? Soy yo,
yo, que no he podido contenerme y te he hecho llamar para que esta noche me digas tu secreto, todo, todo lo que
quieras decirme…
Y, cubrióse el rostro con las manos, se puso a sollozar.
- ¡Era usted, niña María Luz! ¿Usted la estrella más alta de los cielos, bajándose al alcance de mi oscura mano?, ¡Ah,
cómo no me caigo ahora mismo muerto de felicidad!
- ¡Sí yo, María Luz! ¿Te parece mentira? A mí también me parecía lo mismo antes de que tú vinieras. Pero que es
verdad.
Aquí estamos los dos… ¿Por qué he hecho esto? No lo sé, por más que me lo pregunto desde que tú entraste. ¿Por

LITERATURA
qué no te sientas para que me escuches mejor?
El mozo obedeció, aturdido todavía por el golpe de su inaudita felicidad, pero poniendo entre los dos cierta distancia, tanta
como la fuerza de su ancestral respeto lo exigía. La luna, que en ese instante asomaba, carrilluda, y blonda, por el fondo
del patio, iluminó la habitación, partiéndola en dos segmentos de claridad lechosa y desigual.

- ¿Qué te parece mi engaño? Podría haberte hecho citar yo misma, pero, francamente, me faltó valor. Es cosa muy
fuerte resolverse a un trance como éste, dejando uno a un lado las consideraciones que le debe a su honor y a su
sexo… Pero mi corazón me ha empujado. Y casi no estoy arrepentida, pues gracias a él sé donde me ama el tuyo.

RESPONDE EN TU CUADERNO
1. ¿Qué alusiones indigenistas (costumbres, dichos populares, ropa, nombres) se muestran en el relato?

2. ¿Comenta el porqué del título "El campeón de la muerte"?

3. Desarrolle los siguientes temas:

- Violencia
- Superstición
- Venganza
- Justicia
- Muerte
- Persecución.

4. ¿Qué rasgos comunes encuentras en la narrativa de E. López Albujar (consideré otros cuentos como ushanan Sampi y
la novela Matalaché?
5. Haga una comparación de este relato con un hecho similar que ocurre en actualidad.
6. Describe la personalidad de los personajes y el papel que cumplen.

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EL INDIGENISMO NORTE:
CIRO ALEGRÍA

"EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO"

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CIRO ALEGRÍA
Lectura…

1. DÍAS VAN, DÍAS VIENEN

FRAGMENTOS DE "EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO".

Una mañana Rosendo Maqui caminaba por la Calle Real volviendo de la casa de Doroteo Quispe, cuando divisó a un
elegante jinete que, seguido de dos más, avanzó por la curva del camino que se perdía tras la loma por donde en otro
tiempo también hicieron su aparición los colorados.

Rutilando delante de una ebullición de polvo, avanzaban muy rápidamente, tanto que llegaron frente a la plaza al mismo
tiempo que Rosendo y allí se encontraron. Sofrenó su caballo del patrón, siendo imitado por sus segundos. Un tordillo
lujosamen e enjaezado, brillante de plata en el freno de cuero trenzado, la montura y los estribos, enarcaba el cuello
soportando a duras penas la contención de las riendas. Su jinete, hombre blando de mirada dura, nariz aguileña y bigote
erguido, usaba un albo sombrero de paja, fino poncho de hilo a rayas blancas y azules y pesadas espuelas tintineantes.
Sus acompañantes, modestos empleados, resultaban tan opacos junto a él que casi desaparecían.

Era don Álvaro Amenábar y Roldán en persona, el mismo a quien los comuneros y gentes de la región llamaban
simplemente, por comodidad, don Álvaro Amenábar. Ignoraban su alcurnia, pero no dejaron de considerar, claro está, la
importante posición que le confería su calidad de terrateniente adinerado.

Rosendo Maqui saludó sin responder, Amenábar dijo autoritariamente:

- Ya sabes que estos terrenos son míos y he presentado demanda.


- Señor, la comunidá tiene sus papeles…

El hacendado no dio importancia a estas palabras y, mirando la plaza, preguntó con sorna:
LITERATURA

- ¿Qué edificio es ése que están levantando junto a la capilla?


- Será nuestra escuela, señor…

Y Amenábar apuntó más sarcónicamente todavía:

- Muy bien. ¡a un lado el templo de la religión y al otro el templo de la ciencia!.

Dicho esto, picó espuelas y partió al galope, seguido de su gente. El grupo se perdió tras el recodo pétreo donde
comenzaba el quebrado camino que iba al distrito de Muncha.
El alcalde quedose pensando en las palabras de Amenábar y, después de considerarlas y reconsiderarlas, comprendió
toda la agresividad taimada de la cínica amenaza y la mofa cruel. No tenía por qué ofender así, evidentemente. A pesar
de su ignorancia y su pobreza - decíase -, los comuneros jamás habían hecho mal a nadie, tratando de prosperar como se
lo permitían sus pocas luces y sus escasos medios económicos. ¿Por qué, señor, esa maldad? Maqui sintió que su pecho
se le llenaba por primera vez de odio, justo sin duda, pero que de todos modos lo descomponía entero y hasta le daba
inseguridad en el paso. Era muy triste y amargo todo ello…, en fin…, ya se vería…

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I.E.P. SAN IGNACIO

RESPONDE EN TU CUADERNO:
1. ¿Quién es Álvaro Amenábar y Roldán y para qué vino desde Muncha a Rumi?

2. ¿Por qué Rosendo Maquí al escuchar las palabras de Álvaro Amenábar sintió odio e inseguridad?

3. ¿Cómo es el ambiente donde ocurren los hechos?. Haz una descripción del medio rural.

4. Desarrolla los siguientes temas:

Pobreza
Ignorancia
Religión
Autoritarismo

2. JUICIO DE LINDEROS:

FRAGMENTO DE "EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO"

Don Álvaro era hijo de don Gonzalo, hombre resuelto, que ganó Umay nadie sabía cómo extraño juicio con un convento.
Llegó cuando la hacienda consistía en la llanura vista y los cerros que lo rodeaban. Después de un detenido examen de
las herederas de la haciendas vecinas, se enamoró ciegamente de Paquita Roldán, heredera única, y se casó, y los
bienes de ambos fueron aumentando: Don Gonzalo era trabajador, inescrupuloso y hábil. A veces sabía soltar la mano
llena de monedas ya veces ajustarla sobre la carabina. Umay creció, hacia el sur, arrollando haciendas, caseríos y
comunidades. Creció hasta tropezar con los linderos de Morasbamba, hacienda de los Córdova. Don Gonzalo litigó por
linderos y dio un primer zarpazo. No la pudo sostener. Los Córdova eran también muy fuertes. Cuando don Gonzalo fue
acompañado de su gente, el juez, el subprefecto y algunos gendarmes a tomar posesión, la recibieron a tiros. La lucha
duró, con intermitencias, dos años. El suprefecto, impotente para intervenir y ni siquiera reconvenir a los hacendados,

LITERATURA
pedía fuerzas y órdenes a la prefectura del departamento. El prefecto que no se atrevía a desafiar por sí solo a los
poderosos señores, pedía instrucciones a Lima. De Lima, donde los contendores contaban con muchas influencias ante
ministros, senadores y diputados, nada respondían. Y en las cordilleras limítrofes de Umay y Morasbamba continuaban los
asaltos y las muertes. Los Córdoba importaron de España un tirador excelente, oriundo de los Pirineos, y construyeron un
fortín pétreo de acechantes troneras donde apostaron a su gente acaudillada por él. Don Gonzalo, hombre empecinado
pero, también práctico, cedió momentáneamente en una pelea que le restaba energías, reservándose el proyecto de
entrar en plena posesión de los bienes que la ley le concedía, para realizarlo en mejor oportunidad. Sería más fuerte y
Lima tendría estar de su lado. Y comenzó a expandirse, hacia el norte. La muerte se lo llevó, pero su ambición, los planes
de dominio y su rivalidad con los Córdova. Herederos íntegros don Álvaro. Pronto demostró que era hombre de garra y el
avance prosiguió. Hasta que frente a uno de los sectores de su hacienda quedó Rumi, como una presa ingenua y
desarmada. Él ocupado en otras conquistas, la desdeñó por espacio de largos años. Ahora, parecía haberle llegado su
turno. Don Álvaro le entabló juicio de linderos.

RESPONDE EN TU CUADERNO
1. ¿Cómo logró Gonzalo extender sus territorios y tener poder?

2. ¿Qué rasgos de su padre adquirió Álvaro Amenábar y Roldán?

3. ¿Quiénes fueron los más grandes enemigos de Gonzalo y cómo los venció?

4. ¿Qué ocurrió en linderos?

5. ¿Qué desea obtener y cómo el hijo de Gonzalo?

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INDIGENISMO : ZONA SUR
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

Nació en Andahuaylas (Apurímac). Se dedicó a la docencia y a la investigación de la cultura andina. Aprendió el quechua
y fue traductor de mitos, poemas y relatos andinos. Fue poeta en quechua y narrador en español. Se suicidó en 1 969.

Arguedas desde muy pequeños vivió muy cerca de los hombres de campo y a la servidumbre de la hacienda San Juan de
Lucas, donde vivía con su padre y su madrastra. De esta experiencia proviene su profundo conocimiento e identificación con
el mundo andino.

José María Arguedas es uno de los novelistas más representativos del pensamiento indigenista. Arguedas penetra al
mundo íntimo afectivo de los mitos y secretos del pueblo quechua.

El lenguaje que utiliza Arguedas es tal vez uno de los rasgos más característicos de su obra, en donde usa voces quechua
y castellanas con la misma naturalidad que si estuviese hablando un solo idioma. El autor refleja en su obra su propio mundo.
Representa el indigenismo de la sierra sur del Perú.

PREMIOS: Nacional de novela: 1 959 (Ríos profundos)


1 961 (Sexto)

SU OBRA

Su aporte a la narración peruana es invalorable. Las obras más representativas de Arguedas son:

NOVELAS:

"Yawar Fiesta", "Diamantes y Pedernales", "Ríos profundos", "El sexto". "Todas las Sangres", "El zorro de arriba y el
zorro de abajo".

CUENTOS:
LITERATURA

"Agua", "Ruma Yupay", "Amor mundo y todos los cuentos". "La agonía de Roso Ñiti", "El sueño del pongo”

LOS RÍOS
PROFUNDOS
(Argumento)

Ernesto, el niño narrador, y su padre llegan al Cusco. Conocen al viejo, un hombre déspota que trata de manera cruenta a
sus colonos. El padre le enseña a Ernesto numerosos palacios y restos arqueológicos de los incas. Este hecho hace que
Ernesto se identifique con la cultura andina. Ernesto ha pasado su niñez, entre personas que maltrataban a los indígenas. El
padre de Ernesto es un incansable viajero, va de pueblo en pueblo; deja a su hijo en un colegio internado de Abancay, donde
Ernesto conoce a personajes de distintas razas y de clases sociales opuestas. Lleras es un interno abusivo que agrede a sus
compañeros. Antero refleja el carácter indómito del pueblo andino. Chauca (“Peluca”) está abrumado siempre por un complejo
de culpa. Valle es individualista, sabe quechua, pero no lo habla. Aparece, entonces la opa Marcelina. Esta mujer demente
constituye un símbolo sexual. Algunos internos quieren tener relaciones sexuales, pero un sentimiento de culpa los atosiga en
ese infierno de violencia que es el internado. Ernesto se mantiene en contacto con la música de la naturaleza, con los ríos y
los cantos de los pájaros; pero también se siente desarraigado. Antero trae un trompo (llamado zumbayllu) que instaura un
universo de luz y armonía en el internado. Se produce la rebelión de las chicheras, encabezada por Doña Felipa, una especie
de símbolo maternal para Ernesto, quien se solidariza con dicha rebelión. Es azotado por el Padre Director, quien mantiene la
relación de la iglesia con el feudalismo tradicional. Aparece una peste que comienza a matar a los colonos. Ernesto cree en
un proyecto social, que figurativamente se expresa en que el río Pachachaca regresará. Al final, Ernesto sale del internado,
confiando en que los colonos derrotarán a la peste.

TEMAS DE LA OBRA:
- Identificación con el mundo andino.
- Violencia racial y social.
- Desarraigo cultural.
- El sistema opresivo de educación.
- Vínculo andino del hombre con la naturaleza.

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LECTURA
LOS RÍOS PROFUNDOS
(FRAGMENTO)

El Padre Director me llevó a la capilla del Colegio. Delante del pequeño altar adornado con flores artificiales, me azotó.
- Es mi deber sagrado. Has seguido a la indiada, confundida por el demonio. ¿Qué han hecho, qué han hecho? Cuéntale
a Dios, junto a su altar.
- Era un pequeño azote trenzado. Recibí los golpes y el dolor, casi jubilosamente. Recordé el trueno de los zurriagos en
el caserío de Patibamba. Me incliné sobre el alfombrado, en las gradas del altar.
- Te han visto correr por Huanupata, detrás de las mulas robadas por las indias. ¿Cantabas con las forajidas?
¿Cantabas?
¡Di!
- Sí cantaba. Llevaba la sal para los pobres de la hacienda. ¡Cantábamos!

Mi pecho parecía inundado de fuego.


- ¿La Felipa me maldecía? ¡Confiesa!

Estamos solos en la capilla, ¡A solas con Dios! ¿Me maldecía?


- No, Padre. Lo llamó, no más, fuerte, cuando descubrieron los cuarenta sacos de sal.

El Padre me puso sus manos sobre los hombros.


- Tienes ojos inocentes. ¿Eres tú, tú mismo, o el demonio disfrazado de cordero? ¡Criatura! ¿Por qué fuiste? - me
preguntó.
- ¿Usted hubiera ido, Padre?
- Yo no sabía que la sal había llegado. El recaudador es un imbécil. Pero que no entre en furia aquí, Recemos, hijo.
Después te confiesas; para que duermas.
Le conté todo. El reparto, las órdenes de doña Felipa. La llegada a la hacienda; mi caminata desfalleciente a las rejas de
acero del parque. Mi despertar sobre el regazo de la señora de ojos azules. Cómo vimos galopar los caballos en que
devolvían la sal.

LITERATURA
Padre- Felizmente alcanzaron la Prefectura dando un rodeo. El administrador es enérgico y sutil.

- Les quitaron la sal a los pobres mientras reventaban zurriagazos. El corazón les arrancaron - me atreví a decirle.
- Lo robado, no, hijo. Lo robado ni para los pobres.
- Ellas no robaron; no quisieron recibir nada. Les entregamos la sal y corrían.
- ¿Por qué dices "les entregamos"?
- Yo también fui, Padre. ¿Es robo eso?
- Te atreves pequeño. Sí eres inocente no juzguez. Yo soy viejo, e hijo de Dios.
- A mi también me golpearon el corazón. Los vi galopar en el camino. Y la señora lloró, lágrimas de sangre.

Me apoyé en el pecho del fraile.


- Eres enfermo o estás enfermo. O te han insuflado algo de su inmundicia, las indias rebeldes. ¡Arrodíllate!

Sobre mi cabeza rezó el latín. Y me azotó nuevamente, en la cara, aunque con menos violencia.
- Avisaré a tu padre. No saldrás más del internado. No vagabundearás los domingos. Irás conmigo a las haciendas. Tu
alma necesita compañía. Ven.

Salimos. El castigo y los rezos me habían empequeñecido. Temí seguir llorando hasta ahogarse. Los internos ya habían
comido y murmuraban en el corredor semioscuro. Lleras. Y el "Acuño" vigilaban la capilla desde una columna del corredor.
El padre apoyó su brazo sobre mi hombro, como para protegerme; y me llevó al comedor. No sentía hambre sino sueño.

El padre comió largo rato. Tomó su vino.


- Tu cuerpo está vacío, por eso no apeteces nada. Mejor que ayunes - me dijo.

Hizo llamar al rosario.


- Tú ya has cumplido. Mereces la piedad de Dios. Que te lleven a acostar.

El viejo Padre Augusto me llevó al internado. Fue él quien trajo a la demente. Su rostro gordo siempre estaba animado por
una expresión bondadosa y persuasiva, a pesar de que era avaro, famoso por avaro.

- Eh, tú, vagabundillo; zorrillo, zorrillo! - me iba diciendo.


Los internos subieron atropellándose al dormitorio; se persignaron, contestaron las oraciones de costumbre a la voz del
Padre y se acostaron. Pero apenas sintieron perderse los pasos del Padre Director en la escalera corrieron hacia mi
cama.

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Veía mal sus caras en la penumbra.


- ¿Qué te dijo? Amenazó que te azotaría hasta que te sacara sangre.
- Nunca estuvo así. Ya no era santo; parecía un vengativo. ¿Por qué?
- ¿Qué hicieron la cholas?
- Te vieron correr tras las mulas. Parecías loco.
- ¡Qué cuente mañana! - exclamó Romero.
- ¡Mañana! - repitió Chauca.
- ¡Es un héroe! Que cuente ahora - dijo Valle.
- Déjenlo, déjenlo, avispas! - dijo el "Chipro", y se dirigió hacia su cama -, ¡Avispas, akatank'as!
- Yo me cubrí la cabeza con las frazadas. Estuvieron hablando largo rato.
- Si quieres que hable, sáquenle las frazadas. ¡Echenle agua, o cállense! - gritó Lleras.

La voz de los internos, la vos del Padre; la voz de Antero y Salvinia, la canción de las mujeres, de las aves en la alameda
de Condebamba, repercutían, se mezclaban en mi memoria; como una lluvia desigual caían sobre mi sueño. La luz del sol
suele aparecer en medio de las lluvias dispares; fulge por algún vacío de las nubes, y el campo resalta, brilla el agua, los
árboles y las yerbas se agitan, iluminados empiezan; empiezan a cantar los pájaros. El hombre contempla indeciso el
mundo así disputado, sacudido pro el sol y las nubes tenebrosas que se precipitan.

El padre Director entró al dormitorio, al día siguiente, muy temprano, casi al amanecer. No tocaron la campanilla. Abrió la
puerta y vino directamente hacia mi cama.
- Levántate - me dijo - . Vamos a Patibamba.

Algunos internos se sentaron y saludaron al Padre.


- ¡Sigan ustedes, sigan! No es hora todavía. Tengo una misión con Ernesto.

Esperó que me vistiera. Bajamos al patio. En la puerta del Colegio había un automóvil. Era de la hacienda.
Ni el amanecer es penetrante en los valles cálidos. A esa hora, en la altura, el resplandor atraviesa los elementos; el
hombre domina el horizonte; sus ojos beben la luz y en ella el universo. En el Pachachaca la luz de amanecer es blanda,
invita al sueño, flota en el mundo como un vapor rosado.
Era el mismo camino atroz de la víspera. Pero ahora lo cruzaba en automóvil, junto al santo de Abancay. El padre iba
rezando. Las flores inmensas de los pisonayes pasaban rápidamente como una roja franja, en lo alto. No se les veía una
por una o árbol por árbol, como yendo a pie. Reconocí un gran molle en el camino.
- Aquí me despedí de ella - dijo en voz alta.
- ¿De quién? - preguntó al Padre.
LITERATURA

- De la señora de ojos azules.


No se detuvo el automóvil frente a la reja de la casa - hacienda. Siguió de frente, hacia el caserío de los indios.
En el patio de la fábrica estaba reunida la gente de la hacienda, todos los "colonos" o runas de Patibamba. Las mujeres
orillaban el campo, vestían de azul o negro. Los hombres, de bayeta blanda y chaleco, de diablo fuete.

Cuando apareció el Padre lanzaron un grito, al unísono.

Habían levantado una especie de estrado junto al arco de entrada a la fábrica. Y lo habían adornado con hojas de palma.
Allí, frente al tabladillo, estaban los hombres que yo había buscado en vano en las chicherías del pueblo; y más lejos,
junto a los muros, las mujeres que nos recibieron, al día anterior, aterrorizadas y huyendo, la sal del pueblo. ¿Qué iba a
hacer el Padre con ellos y conmigo? Miré a mi alrededor, buscando.

El olor a bagazo se levantaba más agriamente del suelo, con la llegada del día.

El Padre se sentó en una silla que había sobre el tabladillo. Violentamente se escucharon los pasos del mayordomo
principal que subió al palco. Tenía botas, de las más altas, con botones de acero. Habló en quechua desde el extremo del
tabladillo. Dijo que el santo Padre de Abancay había venido tempreno, a decir un sermón para la gente de la hacienda,
porque los colones de Patibamba preocupaban mucho; a ello era a quienes más amaba. El mayordomo saltó luego al
suelo; no bajó por las gradas.
Cuando el Padre se puso de pie y avanzó hacia el borde del tabladillo, los indios volvieron a lanzar un grito. Se retorcían
los dedos; lo contemplaban con los ojos brillantes; conteniendo el llanto. El viento había empezado a agitar la sotana
blanca del Padre:

"Yo soy tu hermano, humilde como tú; como tú; tierno y digno de amor, peón de Patibamba, hermanito. Los poderosos no
ven las flores pequeñas que bailaban a la orilla de los acueductos que riegan la tierra. No las ven pero ellos les dan el
sustento.
¿Quién es más fuerte, quién necesita más mi amor? Tú, hermanito de Patibamba, hermanito: tú sólo estás en mis ojos, en
lo ojos de Dios, nuestro Señor. Yo vengo a consolarlos, porque las flores del campo no necesitan consuelo; para ellas, el
agua, el aire y la tierra les es suficiente. Pero la gente tiene corazón y necesitaba consuelo. Todos padecemos, hermanos.
Pero unos más que otros. Ustedes sufren por los hijos, por el padre y el hermano; el patrón padece por todos ustedes;
yo por todo Abancay; y Dios, nuestro Padre, por la gente que sufre en el mundo entero. ¡Aquí hemos venido a llorar, a
padecer, a sufrir, a que las espinas nos atraviesen el corazón como a nuestra Señora! ¿Quién padeció más que ella?
¿Tú, acaso, peón de Patibamba, de corazón hermoso como el de ave que canta sobre el pisonay? ¿Tú padeces más?
¿Tú lloras más…? Comenzó el llanto de las mujeres, el Padre se inclinó, y siguió hablando:

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I.E.P. SAN IGNACIO

- ¡Lloren, lloren - gritó -, el mundo es una cuna de llanto para las pobrecitas criaturas, los indios de
Patibamba!.
Se contagiaron todos. El cuerpo del Padre se estremecía. Vi los ojos de los peones. Las lágrimas corrían por sus mejillas
sucias, les caían al pecho, sobre las camisas, bajaban al cuello. El mayordomo se arrodilló. Los indios le siguieron;
algunos tuvieron que arrodillarse sobre el lodo del canchón.
El sol resplandecía ya en las cumbres. Yo no me arrodillé; deseaba huir, aunque no sabía adónde.
- ¡Arrodíllate! - me ordenó el Padre - ¡Arrodíllate!

Atravesé el tabladillo; salté lejos, y caí a los pies de un peón viejo. La voz del Padre empezó de nuevo.
"El robo es la maldición del alma; el que roba o recibe lo robado en condenado se convierte; en condenado que no
encuentre reposo, que arrastra cadenas, cayendo de las cumbres nevadas y a los abismos, subiendo como asno maldito
de los barrancos a las cordilleras… Hijitas, hermanitas de Patibamba felizmente ustedes devolvieron la sal que las
chincheras borrachas robaron de la Salinera. Ahora, ahora mismo, recibirán más, más sal, que el patrón ha hecho traer
para sus criaturas, sus pobrecitos hijos, los runas de la hacienda…

Me levanté para mirarlo. Del oscuro piso bajo el tabladillo, ayudantes del mayordomo principal arrastraban costales
repletos. El Padre Director impartió la bendición a los colonos. Se persignaron todos. Se buscaban unos a otros. Eran
felices. Se arremolinaron murmurando confusamente, como moscardones, que horadan madera vieja, dando vueltas, y
cantando.

Salí al camino. Desde la cima de un muro vi que les repartían la sal. El sol se acercaba al patio; había llegado ya a los
penachos de los cañaverales. En ese instante, decidí bajar a carrera hasta el río. El Padre me vio y me llamó. Le miré con
temor; pero él también sonreía.
- Vete al Colegio - me dijo -. Yo voy a decir misa en la capilla. Tú eres una criatura confusa. Veré lo que hago. Un
mayordomo te acompañará.

LITERATURA
- Padre, ¿podría tan sólo visitar a la señora? - le pregunté.
- No. El mayordomo te llevará a caballo hasta la puerta del Colegio. Tu no saldrás, los otros tampoco.

Y volví a Abancay, en el anca de un caballo de Patibamba. Por cuarta vez iba huyendo por ese camino.
- Señor - le dijo al mayordomo - ¿Conoce usted a una señora de ojos azules que ha venido a la hacienda con su
patrona?
- Sí.
- ¿Se va pronto?
- Mañana.
- ¿Por qué?
- No llega todavía la tropa del Cusco. Están asustados; por eso se van.
- ¿La tropa?
- Dicen. Se han asustado los patrones. Viene tropa, en camión hasta. Limatambo. La señora es visita.
- Le dice usted que el estudiante del Colegio se despide de ella, que le besa las manos.
- ¿Le besa las manos? ¿Por qué?
- ¿Podría darle sólo ese encargo?
- Bueno. Es muy cariñosa esa señora.
- ¿Y el dueño de la hacienda?
- Casi no viene. Vive en el Cuzco. No habla bien castellano
- ¿Quién se ha asustado entonces?
- El mayordomo grande. Los patrones de las haciendas de abajo.
- ¿Quién te ha asustado entones?
- El mayordomo grande. Los patrones de las haciendas de abajo.
- ¿Qué va a hacer la tropa?
- No sé, joven. Vendrán pues, a asustar a las cholas, y a los indios también. Quiza matarán a alguien, por escarmiento.
- ¿Escarmiento?
- Doña Felipa, pues, ha acorralado a los gendarmes. Los ha hecho correr.
- ¿Escarmiento? Era una palabra antigua, oída desde mi niñez en los pueblos chicos Enfriaba la sangre (…)

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I.E.P. SAN IGNACIO

COMENTARIO DE LOS
LOS RÍO
RÍOS PROFUND
OFUNDO
OS

Los ríos profundos es una de las mejores obras de Arguedas, se sumerge en el mundo indígena no con una mentalidad
fría y analítica del científico sino con el sentimiento cálido del artista.

Sus personajes son indios, comuneros que carecen de los rasgos ásperos que describiera López Albújar y muestran
valores de valentía y solidaridad con los demás, especialmente con los de su raza.
En esta obra nos damos cuenta que el protagonista es el propio autor, es el niño que empieza a descubrir los secretos del
lenguaje y cuenta sus impresiones infantiles como si fuesen las de otra persona.
Se divide en XI capítulos que a manera de narraciones se unen en un solo argumento:
I El Viejo, II Los Viajes, III La despedida, IV La hacienda, V Puente sobre el mundo, VI Zumbayllu, VII EL motín, VIII
Quebrada honda, IX Cal y canto, X Yawar Mayu, XI Los colonos.

Esta obra ha sido considera por la crítica como una de las más autenticas de Arguedas, según Mario Castro Arenas es
una de las novelas más importantes de la generación de Arguedas.

Encontramos los siguientes valores:

Valor cultural.- Nos presenta una clara imagen de la vida social y cultural de una sociedad en donde coexisten dos razas:
explotados y explotadores. Se presentan costumbres, refranes, decires, fiestas tradicionales, creencias y temores.

Valor humano.- Presenta al indio desde una perspectiva humana, personaje que hasta ese momento había sido
distorsionado, denigrado.

Valor literario.- Es una obra en donde la expresión sencilla, simple, casi coloquial le da el tono de realidad. Las
expresiones pueblerinas, la sintaxis quechua-español son recursos que le dan originalidad y vida.

DESARROLLA EN TU CUADERNO

L3-LIT-4S - 54 - 2008
I.E.P. SAN IGNACIO
01. ¿Por qué José 09. ¿Qué enseñanzas
María Arguedas nos deja?
ha titulado "Los
ríos profundos" 10. ¿Qué problemas
a esta obra? se plantean?

02. ¿En qué lugar o 11. ¿Qué problemas


lugares ocurren los sociales se describen?
hechos?
12. ¿Qué relación hay
03. ¿Quiénes son con la realidad?
los personajes?
13. Creamos libretos
04. ¿Cómo eran? para nuestras
dramatizaciones.
05. ¿Qué les
ocurrió? 14. ¿Qué aspecto de
la obra te agradó más?
06. ¿Por qué?
15. ¿Con que
07. ¿Qué pasó personaje te identificas?
después?
16. Con tus propias
08. ¿Cómo termina palabras
la obra? escribe el
argumento de
la novela. No
olvides resaltar
los detalles más
importantes.
LITERATURA

L3-LIT-4S - 55 - 2008

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