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Dependiendo del concepto de enfermedad que se utilice, algunos autores consideran más
adecuado utilizar en el campo de la salud mental el término "trastorno mental" (que es el
que utilizan los dos sistemas clasificatorios de la psicopatología más importantes en la
actualidad: la CIE-10 de la Organización Mundial de la Salud y el DSM-IV-TR de
la Asociación Psiquiátrica Americana). Sobre todo en aquellos casos en los que la etiología
biológica no está claramente demostrada, como sucede en la mayoría de los trastornos
mentales. Además, el término "enfermedad mental" puede asociarse a estigmatización
social. Por estas razones, este término está en desuso y se usa más trastorno mental,
o psicopatología.
El concepto enfermedad mental aglutina un buen número de patologías de muy diversa
índole, por lo que es muy difícil de definir de una forma unitaria y hay que hablar de cada
enfermedad o trastorno de forma particular e incluso individualizada ya que cada persona
puede sufrirlas con síntomas algo diferentes.
Etiología
Las neurosis afectan en mayor grado a la percepción del sujeto sobre sí mismo, y a su
nivel de agrado, de plenitud y de integración del yo, así como a sus relaciones con el
entorno social y familiar más cercano; sin embargo, no presentan los síntomas usuales
de desconexión con la realidad y amplio alejamiento de la vida social, pueden
desempeñarse laboral y académicamente, y según Freud y las escuelas psicoanalíticas
este estado es la condición natural de la vida psíquica.
Las psicosis, abarcan la manifestación más claramente asociada con la enfermedad
mental, sus síntomas clásicos incluyen las alucinaciones, delirios y grave alteración
afectiva y relacional, estos trastornos suelen tener un factor orgánico bastante
pronunciado como los Trastornos Depresivos y Bipolares, aunque
las esquizofrenias son claramente las de mayor repercusión personal, social y familiar
dado su carácter crónico y degenerativo caracterizado por los elementos propios de
todos los trastornos psicóticos a los cuales se añaden la desconexión con la realidad y
aplanamiento afectivo.
Complicaciones
Según el DSM-IV-TR, los trastornos son una clasificación categorial no excluyente, basada
en criterios con rasgos definitorios. Admiten que no existe una definición que especifique
adecuadamente los límites del concepto, careciendo de una definición operacional
consistente que englobe todas las posibilidades. Un trastorno es un patrón comportamental
o psicológico de significación clínica que, cualquiera que sea su causa, es una
manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica.
Esta manifestación es considerada síntoma cuando aparece asociada a un malestar (p. ej.,
dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro en un área de funcionamiento) o a un riesgo
significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad.
Más aún, afirman, existen pruebas de que los síntomas y el curso de un gran número de
trastornos están influidos por factores étnicos y culturales. No olvidemos que la categoría
diagnóstica es sólo el primer paso para el adecuado plan terapéutico, el cual necesita más
información que la requerida para el diagnóstico.
Una concepción errónea muy frecuente es pensar que la clasificación de los trastornos
mentales clasifica a las personas; lo que realmente hace es clasificar los trastornos de las
personas que los padecen.
Una posible definición: es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o del
comportamiento en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como la emoción,
la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, el lenguaje, etc. Y
que dificulta a la persona en su adaptación en el entorno cultural y social.
El trastorno mental responde muy pocas veces a modelos simples del tipo causa-efecto.
Las causas de la enfermedad mental son probablemente múltiples, y en algunos casos son
desconocidas. Se sabe que factores como alteraciones en la química del cerebro,
predisposición genética, factores ambientales y culturales, lesiones cerebrales, consumo de
substancias, etc. Pueden influenciar mucho en su aparición y curso, pero no se conoce
todavía con exactitud ni en que grado impacta cada uno de estos factores, ni las
combinaciones que se producen significativamente en cada caso.
Todos tenemos probabilidad de sufrir una enfermedad mental, al igual que ocurre con otro
tipo de enfermedades, de hecho una de cada cuatro personas sufre un trastorno mental a lo
largo de la vida. Aún que teóricamente podría haber personas con más predisposición
genética que otras a sufrirlos. Los factores ambientales pueden afectar de forma
determinante la aparición de trastornos mentales, por tanto todos estamos expuestos.
Aún que en algún momento de nuestra vida todos hemos experimentado sentimientos de
tristeza, ansiedad, insomnio, etc. Hace falta destacar que estos síntomas sólo son un
trastorno mental cuando producen un importante malestar subjetivo, deterior amento social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo de forma significativa y
son persistentes en el tiempo.
¿LAS ENFERMEDADES MENTALES SE CURAN?
Hace sólo unas décadas, muchas personas afectadas por enfermedades mentales pasaban la
mayor parte de su vida en asilos o encerrados en su casa. Actualmente la mayoría de los
pacientes son tratados esencialmente del ámbito comunitario y suelen integrarse en la
sociedad, gracias a un cambio de mentalidad y a los avances conseguidos en tratamientos.
Los Tratamientos pueden ser diferentes según los tipos de enfermedades, y se suelen
diseñar intervenciones personalizadas por cada caso. Frecuentemente combina el
tratamiento farmacológico con medidas de rehabilitación y comunitaria, socio laboral
psicoterapias y soporte familiar, siempre en función de cada situación concreta.
Hace falta destacar que todavía hay un número importante de personas que sufren una
enfermedad mental y no acuden a recibir tratamiento a consecuencia de la estigmatización
que hay sobre este tipo de enfermedades.
El desorden facticio
Los individuos que sufren de esta enfermedad mental crean la aparencia de una enfermedad
física para ser el centro de atención médica y/o para obtene varios tipos de droga. Las
personas que sufren de este desorden por lo general se vuleven evasivas y agresivas cuando
se les hacen preguntas o se les desafía al hacerseles claro de las inconsistencias de sus
síntomas. Muchas se escapan de los hospitales o clínicas para ir en busca de otros centros
médicos. Muchos individuos con este tipo de desorden tienden a tener una comportamiento
y una personalidad similar a aquellos que sufren de somatización.
La paranoia
La persona que sufre del desorden personal paranoico parece normal, pero es sospechosa,
desconfía, hostíl, controladora y rápida para desarrollar resentimientos y celos. Algunos
hombres que golpean a sus esposas o novias sufren de esta enfermedad mental.
La depresión
La manía
Con la manía en su forma intermedia - la hipomanía- e individuo puede llegar a ser muy
creativo y productivo en su trabajo. En sus diferentes formas la persona se convierte en
psicótica. Es decir, que la persona pierde la habilidad de pensar correctamente y hace
juicios realistas a la vez que puede experimentar halucinaciones. Muchos individuos
tienden a ser impulsivos, demandantes, agresivos, lo cual resulta en gastos enormes de
dinero, consumo excesivo de alcohol, promiscuidad sexual y problemas con la ley.
La manía-depresiva
El delirio
También conocido como "el rápido inicio del síndrome cerebral," el delirio es una
condición psicológica asociada con graves problemas físicos (ejemplo: sobredosis de droga
o envenenamiento). Entre los síntomas están la confusión y la desorientación, pérdida de
consciencia, agitación, apatía e ilusiones (falta de percepción del estímulo externo, tal como
escuchar el ruido de las ruedas de una camilla de hospital e imaginarse que es una máquina
maquiladora que viene a despedazar.)
El delirio debe tomarse muy enserio y debe ser tratado inmediatamente, porque puede
representar un grave problema físico.
La demencia
El narcismo
La persona con este tipo de personalidad tienen una incontrolable necesidad de sentirse
importante, exitosa y admirada por todo el mundo. Ellos actuan como si fueran únicos y
merecidos de favores especiales. Por lo general, a los narcistas no les importa los
sentimientos y/o resentimientos de las otras personas, y están celosos de los éxitos de otras
personas.