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Es
esencialmente un "cultivo de clima templado", para cuya producción la temperatura representa
el límite principal: las temperaturas inferiores a 10° C y superiores a 30° inhiben
decididamente el desarrollo del tubérculo, mientras que la mejor producción ocurre donde la
temperatura diaria se mantiene en promedio de 18° a 20° C.
Por ese motivo la papa se siembra a principios de la primavera en las zonas templadas y a
fines del invierno en las regiones más cálidas, y en los lugares de clima tropical caliente se
cultiva durante los meses más frescos del año. En algunas tierras altas subtropicales, las
temperaturas benignas y la elevada radiación solar permite a los agricultores cultivar la papa
todo el año, y cosechar los tubérculos a los 90 días de haberlos sembrado (en climas más
fríos, como en el norte de Europa, pueden ser necesarios hasta 150 días).
La papa es una planta que tiene una gran capacidad de adaptación y se da bien sin que el
suelo ni las condiciones de cultivo sean ideales. Sin embargo, también es víctima de una serie
de plagas y enfermedades. Para prevenir la acumulación de patógenos en el suelo los
agricultores evitan cultivar papas en la mismas tierras todos los años. En cambio, rotan los
cultivos en ciclos de tres o más años, alternando por ejemplo con maíz, frijoles y alfafa. Se
evita producir otros cultivos vulnerables a los mismos patógenos de la papa –como el tomate–
a fin de interrumpir el ciclo de desarrollo de las plagas.
Con buenas prácticas agrícolas, incluida la irrigación cuando sea necesaria, una hectárea de
papas en las regiones templadas del norte de Europa y de América del Norte, puede producir
más de 40 toneladas de tubérculos frescos a cuatro meses de la siembra. Sin embargo, casi
en todos los países desarrollados la producción promedio es mucho más baja, desde escasas
5 hasta 25 toneladas, debido a la falta de semillas de buena calidad y de cultivares mejorados,
a un uso inferior de fertilizantes e irrigación, y a problemas de plagas y enfermedades.
El suelo y la preparación de la tierra
Las papas pueden crecer casi en todos los tipos de suelos, salvo donde son salinos o
alcalinos. Los suelos naturalmente suelos, que ofrecen menos resistencia al crecimiento de
los tubérculos, son los más convenientes, y los suelos arcillosos o de arena con arcilla y
abundante materia orgánica, con buen drenaje y ventilación, son los mejores. Se considera
ideal un pH de 5,2 a 6,4 en el suelo.
El cultivo de papas requiere una gran preparación del suelo. Es necesario rastrillar el suelo
hasta eliminar todas las raíces de la maleza. Por lo general es necesario arar tres veces,
rastrillar con frecuencia y aplicar el rodillo, para que el suelo adquiera la condición adecuada:
suave, bien drenado y bien ventilado.
La siembra
Por lo general no se lleva a cabo con semillas, sino con "papas semillas", que son pequeños
tubérculos o fragmentos de éstos, los cuales se introducen a una profundidad de 5 a 10
centímetros en la tierra. La pureza de los cultivares y la salud de los tubérculos semilla son
esenciales para obtener una buena cosecha. El tubérculo semilla debe estar libre de
enfermedades, tener buenos brotes y pesar de 30 a 40 gr. El uso de semilla comercial de
buena calidad puede aumentar la producción del 30 % al 50 %, en comparación con la semilla
del agricultor, pero las ganancias previstas deben compensar el costo más elevado.
La densidad de cada hilera de papas depende del tamaño de los tubérculos, y el espacio entre
las hileras (véae abajo) debe permitir el aporque del cultivo. Por lo general se siembran unas
dos toneladas de papas semillas por hectárea. En las zonas áridas de secano, el cultivo de
papa en suelos planos produce cosechas más abundantes (gracias a una mejor retención de
la humedad en el suelo), mientras que en condiciones de regadío la papa se cultiva
principalmente en camellones.
Etapas del desarrollo del cultivo
1. Tubérculo semilla sembrado
2. Crecimiento vegetativo
3. Inicio de la producción de tubérculos
4. Crecimiento de los tubérculos
1
2
3
4
Introducción
Sistemas de labranza
Labores de siembra
El cultivo de papa es exigente en cuanto a la preparación del suelo. Se busca dejar el terreno
con una buena estructura, razonablemente suelto (no pulverizado), sin capas compactas o
piedras. En general el laboreo de un lote en rastrojo o barbecho (periodo de descanso del lote
posterior a la cosecha) recientes, exigirá menor número de labores que aquel lote con un
período de descanso más largo o un terreno con pastura (Naranjo, 1978; Neira, 1986;
Pumisacho y Velásquez, 2009). Las principales labores de siembra son:
Arada. Se realiza unos dos meses antes de la siembra. Consiste en la roturación de la capa
superficial, a fin de aflojar el suelo, incorporar los residuos vegetales y controlar malezas. En
suelos pesados una arada profunda puede mejorar la estructura. Se aconseja un período de
15 a 30 días entre aradas a fin de permitir una adecuada descomposición de los residuos
vegetales. La profundidad aproximada de la arada es de 30 cm (Naranjo, 1978; Muñoz y Cruz,
1984; Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009).
Cruza. Esta actividad le sigue a la arada, y se realiza en sentido contrario. Tiene como fin
romper los terrones grandes (Pumisacho y Velásquez, 2009).
Rastra. Involucra pases cruzados del campo para desmenuzar los terrones del suelo, a fin de
obtener una cama superficial suelta, de 10 a 20 cm de profundidad (Muñoz y Cruz, 1984;
Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009).
Los implementos utilizados para realizar estas labores pueden ser: cultivadores con púas
rectas; (ii) cultivadora reciprocante; (iii) rotavator; y (iv) rastra de discos. Todos estos
implementos tienen la función de disminuir el tamaño de los terrones (Sims y Rodríguez,
1978.)
Surcado. Se debe realizar un día antes de la siembra con el fin de mantener la humedad en el
terreno. La distancia entre surcos está determinada por: (i) la topografía del terreno; (ii) la
costumbre local; (iii) los implementos disponibles; y (iv) el hábito de crecimiento de la variedad
sembrada (Neira, 1986). En terrenos inclinados se debe seguir las curvas de nivel o trazarlos
perpendiculares a la pendiente. Los surcos deben tener una gradiente del 2% y su
profundidad puede ser de 10 a 15 cm. Como regla general las variedades nativas requieren de
surcos más anchos que las variedades mejoradas (Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986;
Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009). Las variedades de tipo andígena como
Uvilla, Bolona y Chola, desarrollan estolones largos y por ello se les siembra a una distancia
considerable (más de 1 m). Las variedades mejoradas como INIAP-Fripapa, INIAP-Rosita,
INIAP-Gabriela, INIAP-Margarita, etc., pueden ser sembradas a una distancia de 1 m o menos
(Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002).
Siembra
La calidad de la siembra influye en el éxito del cultivo de la papa. La siembra correcta asegura
una emergencia rápida y uniformidad del cultivo. Un cultivo uniforme hace más fáciles las
labores culturales y permite la identificación visual de plantas enfermas (Neira, 1986).
Donde,
Área que ocupa una planta (m2) = Distancia entre plantas (m) x distancia entre surcos (m)
Ejemplo. Se necesita conocer la densidad de plantas para una siembra de 1 ha, con una
distancia entre plantas de 0.3 m entre plantas y 1.5 m entre surcos.
Área de una planta = 0.3 m entre plantas * 1.5 m entre surcos = 0.45 m2
10 000 m2
0.45 m2
Para obtener la densidad de tallos por m2 se aplica la siguiente fórmula (Oyarzún et al., 2002):
Ejemplo:
440 tallos
40 m * 1.10 m
Labores culturales
Las labores o prácticas culturales comprenden tres actividades básicas: el retape el rascadillo
y los aporques. Estas labores pueden efectuarse manualmente, por tracción animal o tracción
mecánica, y se realizan después de que las plantas han emergido (Oyarzún et al., 2002). La
anticipación o retraso de estas prácticas afecta el desarrollo del cultivo (Neira, 1986).
Retape. Esta labor se realiza comúnmente en la provincia de Carchi entre los 15 y 21 días
después de la siembra. Ayuda a incorporar la fertilización y controlar las malezas (Oyarzún et
al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009).
Medio aporque. El medio aporque es un primer colme de tierra alrededor de las plantas y a lo
largo de la línea de siembra. La época propicia para realizar esta labor se encuentra entre los
50 a 80 días después de la siembra. Su función es proporcionar soporte a la planta, aflojar el
suelo y controlar malezas. Esta labor se realiza en forma manual o en forma mecanizada
(tractor o yunta) (Naranjo, 1978; Muñoz y Cruz, 1984; Neira, 1986; Oyarzún et al., 2002;
Pumisacho y Velásquez, 2009).
Aporque. Esta labor se realiza entre los 90 y 110 después de la siembra. Cumple las mismas
funciones que el medio aporque, además de brindar un ambiente propicio para la tuberización.
Con esta labor se da forma definitiva a los surcos (Naranjo, 1978; Muñoz y Cruz, 1984; Neira,
1986; Oyarzún et al., 2002; Pumisacho y Velásquez, 2009).
En clones precoces estas labores se adelantan y algunas de ellas no se realizan. Por ejemplo,
en los clones Carolina y Libertad se realiza un aporque definitivo entre 40 a 50 días después
de la siembra, cuando las plantas tienen una altura de 18 cm (A. Taipe, comunicación
personal).
Labores de saneamiento
2. Descarte de plantas. Es el método más efectivo para mantener la sanidad del cultivo.
Consiste en la erradicación y posterior eliminación de todas las plantas enfermas, débiles,
voluntarias y mezclas varietales. La remoción debe ser completa (estolones, tubérculos y
follaje). Se recomienda de 2 a 3 descartes durante el ciclo del cultivo (Naranjo, 1978; Neira,
1986). Esta labor también se denomina “roguing”. (Sola, 1986; Montesdeoca, 2005).
Las condiciones que se debe tomar en cuenta para realizar el descarte son las siguientes
(Neira, 1986):
Labores de conservación
Las labores de conservación contribuyen a mantener las características físicas, químicas y
biológicas del suelo para así mejorar su estructura y fertilidad. Las principales labores de
conservación son las siguientes (Merchán et al., 2009):
Las labores de conservación para prevenir los diferentes tipos de erosión se presentan en la
Tabla 1.
superficies.
Labores de conservación
Coberturas vegetales
Cortinas rompevientos, se puede utilizar ciprés (Cupressus macrocarpa)
Cercas vivas, se puede utilizar qishwar (Buddleis incana), yagual (Polylepis lanuginosa) y retam
(Spartium junceum)
Coberturas vegetales
Zanjas de desviación
Barreras de piedra
Terrazas de formación lenta
Pastorear. Consiste en llevar el ganado al lote para dejar la pastura a una altura de 4 cm.
Doblar. Con un azadón se corta el potrero en pedazos rectangulares que miden en promedio
35 cm de ancho por 55 cm de largo (chamba). Luego se doblan hacia adentro y de esta
manera se forma el camellón o huacho rozado. La calle corresponde al espacio de donde se
cortaron las chambas para cada surco. La distancia entre surcos es de 1.35 m y se construyen
a favor de la pendiente. Esta labor se realiza 15 días antes de la siembra.
Picar. Luego del doblado de chambas y 8 días antes de la siembra, se desmenuza la tierra de
las calles con un azadón para aflojar el suelo, el que se coloca sobre el surco (comúnmente
llamado huacho).
Sembrar. La siembra se realiza a los 15 días posteriores a la preparación del suelo. Cuando
el pasto está en proceso de descomposición y presenta una coloración café oscura y un nivel
de humedad del 40%, se colocan los tubérculos a razón de 2 por sitio. La siembra puede ser
de dos formas:
Piquete. Consiste en realizar un corte con azadón para levantar la chamba, formando
una pequeña abertura donde se colocan los tubérculos. Luego se les cubre con una
delgada capa de tierra y luego se aplica fertilizante.
Encima del surco. Se riega fertilizante químico y se cubre con tierra. Luego se colocan
los tubérculos para ser cubiertos con tierra que se alza desde la calle.
Las labores culturales para el sistema de huacho rozado son las siguientes:
Retape. Se cubre con tierra los tubérculos al aparecimiento de los primeros brotes.
Esta labor se realiza entre los 15 a 21 días después de la siembra.
Aporque. Consiste en alzar la tierra al surco para sostener a las plantas, a fin de cubrir
los estolones y dejar los surcos bien formados. El período para realizar esta labor está
entre los 60 y 80 días después de la siembra.
Merchán et al. (2009) desarrollaron una guía para facilitar el aprendizaje sobre el manejo
integrado del suelo en el cultivo de papa, la cual cubre los siguientes temas: (i) componentes
del suelo; (ii) vida del suelo; (iii) análisis de suelo; (iv) fertilización adecuada; (v) elaboración
de abonos orgánicos; (vi) causas de la erosión del suelo; y (vii) prácticas de conservación de
suelo. Mora et al (2010) elaboraron un boletín divulgativo para facilitar la identificación y
control de las enfermedades del suelo en el cultivo de papa.
Referencias
Cartagena, Y., Toapanta, G. y Valverde, F. 2004. Más papas con huacho rozado. Quito.
INIAP, PROMSA, CIP. 63 p.
Hidalgo, O. 1999. Producción de semilla básica por selección positiva, negativa y clonal.
Fascículo 5.2 en: Producción de tubérculos-semillas de papa Manual de capacitación CIP
Centro Internacional de la Papa. Lima. CIP. 13 p.
Merchán, M., Valverde, F., Novoa, V. y Pumisacho, M. 2009. Guía para facilitar el aprendizaje
en el manejo integrado de suelos en el cultivo de la papa. Quito. INIAP, SENACYT. 216 p.
Mora, E., Pumisacho, M., Reinoso, I. y Aucancela, R. Conozca y maneje las enfermedades del
suelo en el cultivo de la papa. Quito. INIAP-SENACYT. Boletín divulgativo No. 142.
Neira, R. 1986. Tecnología del cultivo de papa. En: Memorias del IV Curso sobre tecnología
del cultivo y manejo de semilla de papa. Quito, Ecuador, 15 a 17 de enero de 1986. pp. 39-
72. (1 – 64 pp; 65 – 127 pp; 128 – 181 pp)
Oyarzún, P., Chamorro, F., Córdova, J., Merino, F., Valverde, F. y Velázquez, J. 2002. Manejo
Agronómico. In: El cultivo de la papa en Ecuador. Pumisacho, M. y Sherwood, S. (eds). Quito.
INIAP, CIP. pp. 51-82.
Pumisacho, M. y Velásquez, J. 2009 Manual del cultivo de papa para pequeños productores.
Quito. INIAP, COSUDE. 98 p.
Sims, B., Rodríguez, L. 1978 Maquinaria agrícola utilizada en el cultivo de la papa. En:
Memorias del I Curso internacional sobre producción de semilla de papa. Quito, Ecuador, 16 al
27 de octubre de 1978. pp. 70 -77. (1- 57 pp; 59 – 117 pp; 118 – 192 pp)
Sola, M. 1986. Selección y almacenamiento de semilla de papa. En: Memorias del IV Curso
sobre tecnología del cultivo y manejo de semilla de papa. Quito, Ecuador, 15 a 17 de enero de
1986. pp.161-178. (1 – 64 pp; 65 – 127 pp; 128 – 181 pp).