Вы находитесь на странице: 1из 12

SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA

GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

Consejo de Derechos Humanos

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos,


y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros ”.
(Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948).
Introducción
Para iniciar el tratamiento de la temática es pertinente comprender el
nacimiento del Estado de derecho y la importancia que el mismo reviste en
la actualidad en virtud de la protección de los derechos de los ciudadanos
de todos los pueblos. Se define por Estado de Derecho a toda organización
estatal en la que las autoridades y la sociedad en general se encuentran
“sometidas” al derecho vigente. En otras palabras, el poder del estado
queda subordinado al orden jurídico vigente.
El estado de derecho nace a fines del siglo XVIII con la revolución
francesa en oposición a los regímenes totalitarios y absolutistas que
reinaban en la época. En aquel entonces quienes ostentaban el poder
tenían absoluta capacidad de decidir sobre cualquier asunto en el territorio
que gobernaban, en virtud de la posición que ocupaban en el gobierno y
que la misma era un mandato divino. Cuando ocurre la transición de los
“estados absolutistas” hacia el Estado de derecho, bajo esta nueva forma
de organización estatal quedan garantizados a todos los individuos del
territorio sobre el que rige dicho estado los derechos civiles y políticos.
En la actualidad en la mayor parte de los países del mundo rigen
Estados de derecho, por su parte Naciones Unidas reconoce como uno de
los aspectos esenciales de su misión promover el Estado de derecho tanto
en el plano nacional como internacional. El principio de que todos —desde
el individuo hasta el propio Estado— deben ajustarse a leyes que se
promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con
independencia, es un concepto fundamental que impulsa gran parte de la
labor de las Naciones Unidas. Asimismo el principio del estado de derecho
se encuentra consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y abarca
elementos que atañen al desarrollo de las relaciones entre Estados.
En un informe del ex Secretario General de la Naciones Unidas, Kofi
Annan, en el año 2004 se destaca “Para las Naciones Unidas, el concepto
de Estado de derecho ocupa un lugar central en el cometido de la
Organización. Se refiere a un principio de gobierno según el cual todas las
personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio
Estado, están sometidas a unas leyes que se promulgan públicamente, se
hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser
compatibles con las normas y los principios internacionales de derechos
humanos. Asimismo, exige que se adopten medidas para garantizar el
respeto de los principios de primacía de la ley, igualdad ante la ley,
rendición de cuentas ante la ley, equidad en la aplicación de la ley,
separación de poderes, participación en la adopción de decisiones,
legalidad, no arbitrariedad, y transparencia procesal y legal”.
En este sentido, ponemos énfasis en la importancia del Estado de
derecho, por ser la forma de organización estatal que pregona como una de

1
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

las funciones primordiales del Estado la protección plena de los derechos de


los ciudadanos (ya sean derechos humanos, civiles, políticos, económicos,
etc.). En el caso particular de latinoamérica actualmente casi todos los
Estados se encuadran bajo este régimen, por lo tanto podría inferirse que
los ciudadanos cuentan con una protección de sus derechos por parte del
Estado, situación más que cuestionable por cierto en virtud de la realidad
que viven muchos de los ciudadanos latinoamericanos.
Más allá de lo antes expuesto, hay 2 casos particulares que resultan
ser los más controversiales, uno de ellos es el de Honduras que reviste
notable importancia por lo recientemente acontecido en dicho país, y el
otro es el caso de Cuba, donde puntualmente hace años existe una
discusión si en dicho país existe o no un estado de derecho. Con
posterioridad profundizaremos en este sentido.

Gestión Pública
A la hora de hablar de “gestión pública” hay que precisar a que se
hace referencia dado que el término tiene varias acepciones y aún la teoría
de la administración pública no logró un consenso acerca de la utilización
de dicha frase en torno a las funciones específicas del Estado.
Como una primera aproximación podríamos definir a la gestión
pública como la administración de los recursos del Estado, siempre
buscando aumentar el beneficio social y la calidad de vida de los
ciudadanos, a través del uso y productividad de los recursos públicos.
Desglosando la definición anterior, en primer lugar resulta pertinente
entender a los recursos del Estado como recursos de todos los ciudadanos,
recursos los cuales más allá de no ser directamente administrados por cada
uno de los ciudadanos de un estado (porque en la mayoría de los países
existe una democracia indirecta en la que los gobernantes toman las
decisiones en nombre de la ciudadanía) siguen siendo propiedad de dichos
ciudadanos. En segundo lugar es importante resaltar que dichos recursos
deben estar al servicio de aumentar el beneficio social y la calidad de vida.
Para que dicho objetivo se consiga es imprescindible que el Estado haga
una administración responsable de los mismos, que elija correctamente los
destinos de dichos recursos y que los beneficios que derivan del uso de
dichos recursos lleguen a la mayoría o de ser posible la totalidad de los
ciudadanos y no a minorías exclusivas que gocen de privilegios
extraordinarios.
La gestión pública está presente en todos los niveles de
administración gubernamental ya sea nacional o regional. O debería
estarlo. La juventud de los estados, la corrupción, la incapacidad de los
gobernantes y la apatía de los ciudadanos muchas veces genera que el
Estado no cumpla con el objeto esencial de proteger los derechos de los
ciudadanos y que se desvíe de sus fines esenciales omitiendo la
importancia de la gestión pública.
La percepción acerca de si la gestión pública es buena o mala no
está exenta de concepciones ideológicas. Asimismo, los objetivos de la
gestión pública también están teñidos de dichas concepciones. Hasta hace
35 o 40 años atrás, y como resultado del auge del Estado del Bienestar se
concebía como una correcta gestión pública a aquella en la que el Estado
era protagonista de la economía y extendía los beneficios de las políticas

2
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

públicas a todos los ciudadanos. Por entonces se creía que lo importante


era la universalidad de los beneficios que deviniesen de dicha gestión
pública sin tomar en cuenta la eficiencia de la misma. Con el paso del
tiempo y el surgimiento de la llamada “Crisis del Estado del Bienestar” la
teoría anglosajona de la gestión pública nacida en Gran Bretaña y
diseminada hacia gran parte de los países desarrollados cobró
protagonismo a mediados de la década de 1970-1980. A partir de una
crítica hacia el Estado de Bienestar y principalmente de la burocracia
estatal en muchos países, las nuevas teorías nacientes de la gestión pública
proponían la reducción de la actividad estatal, pregonando los principios de
eficiencia y eficacia de la gestión pública.
En la actualidad ambas teorías están presentes en numerosos países
del mundo. En particular en el caso de América Latina, en Chile y México
principalmente se adoptó la nueva visión de la gestión pública, de marcado
tinte anglosajón, en tanto que en Brasil o Argentina por citar algunos casos
se profundizó con el viejo concepto de gestión pública, fundamentalmente
inspirado en la ideas económicas estructuralistas de la CEPAL (Comisión
Económica para América Latina y el Caribe).

La responsabilidad de la gestión pública en la protección de los


derechos
Con frecuencia, se ha responsabilizado a los dirigentes políticos por
la atribulada historia del desarrollo económico de América Latina. La mayor
parte de las descripciones en este sentido gravitan entre dos
caracterizaciones aparentemente contradictorias: el elitismo y el populismo.
De acuerdo con la primera, América Latina ha sido gobernada desde
tiempos inveterados por una elite económica que ha utilizado
despiadadamente el poder del Estado para enriquecerse y mantener sus
privilegios. De acuerdo con la segunda, América Latina ha sido gobernada
por imprudentes populistas que han sacrificado la prosperidad en aras de
sus fantasías redistributivas.
Sin embargo, la expansión de las libertades democráticas y el empleo
regular de elecciones competitivas han producido considerables avances en
términos de la protección de los derechos humanos básicos y del grado de
respuesta de los gobiernos frente a los ciudadanos.
No obstante, las clasificaciones de Freedom House para América
Latina muestran que el establecimiento de un sistema político democrático
integral y estable requiere tiempo, y no es el resultado inevitable de abrir
las oficinas públicas a la competencia electoral. En efecto, puede argüirse
que si los regímenes democráticos no mantienen el amplio apoyo de la
ciudadanía, con el tiempo se tornarán vulnerables a individuos o grupos que
prefieren eludir los procedimientos democráticos y limitar los derechos de
los ciudadanos.
Los niveles de satisfacción con la democracia indican la legitimidad
subyacente de estas nuevas instituciones democráticas. Utilizamos datos
de encuestas para tratar de tener una idea de si las personas perciben que
las instituciones democráticas son capaces de representar y reconciliar
diversos intereses y de poner en práctica las políticas que la ciudadanía
demanda. Lo que se advierte, y lo que se afirma en otros estudios, es un
apoyo general al concepto de la democracia, pero un respaldo

3
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

marcadamente menor a la democracia en la forma en que se practica en la


actualidad.
La responsabilidad de la gestión pública debiera ser un aspecto
fundamental característico de la misma. No podemos olvidar que, quienes
se encuentran a cargo de la gestión pública, están administrando bienes y
servicios que le pertenecen al total de la sociedad.

Disparadores
A continuación se desarrollaran cuatro temas con el objetivo de
ahondar en la temática tratando algunos de los puntos más controversiales
de la problemática.

1- Participación ciudadana y construcción colectiva de la gestión


pública
La eficacia puede verse también incrementada con la activa
participación ciudadana que física, política y estructuralmente está en
mejores condiciones para contribuir a la realización colectiva de los fines
del órgano de poder local, con la satisfacción de determinadas necesidades
de la comunidad a partir de iniciativas propias y potencialidades. Ello
incentiva la responsabilidad ciudadana en la gestión de su propio
desarrollo, lo que en Venezuela actualmente identifican con frecuencia
como "desarrollo endógeno".
Desde otra perspectiva de análisis, el desarrollo de muchos pueblos
se ve frenado por la presencia de instituciones representativas en crisis, por
la existencia de sistemas electorales viciados o por el incumplimiento de los
compromisos asumidos, que distorsionan la voluntad popular, deslegitiman
los sistemas y sus gobernantes. Ha quedado históricamente demostrado
que los proyectos sociales y políticos son más sostenibles en la medida en
que sus beneficiarios se comprometen con su formulación y puesta en
práctica, ya que no basta con una supuesta finalidad popular de la
democracia, es necesario perfeccionar también las vías y métodos para
alcanzar esos fines. De ahí la necesidad de que cada país deba adoptar un
sistema institucional propio, que garantice el pleno ejercicio democrático, a
tenor de su propia cultura y tradiciones.
En la mayoría de los países de nuestra área geográfica hoy es
ampliamente reconocida la existencia de un importante potencial de
trabajo voluntario que, de crearse las condiciones y encauzarse
adecuadamente, podría resolver muchos problemas acuciantes. Se cuenta
con múltiples ejemplos positivos de iniciativas desarrolladas por sectores de
la sociedad civil en la solución de problemas locales, aunque se consideran
aún muy reducidos los avances reales en la implementación efectiva de
programas con altos niveles de participación ciudadana en la gestión de sus
propios asuntos. (Harnecker, 2000). Siguen predominando las decisiones
impuestas desde arriba, donde los diseñadores y decisores son "los que
saben" y la comunidad acata y es objeto de la acción. No faltan tampoco los
casos en que se habla de programas supuestamente participativos y en los
que la intervención comunitaria en la toma de decisiones es mínima.

4
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

Por último, si bien es cierto que la democracia presupone la


participación ciudadana, de los electores, en los asuntos propios de la
comunidad y de toda la sociedad, también es imprescindible para ello
desarrollar vías que pongan a su alcance los conocimientos y habilidades
necesarios para hacerlo posible. Como regla, estas habilidades se obtienen
como resultado de una encauzada, sistemática y progresiva educación que
contenga entre sus objetivos una amplia y sólida formación cívica.
En esta dirección, la experiencia cubana ha demostrado que el
fortalecimiento de políticas públicas que estimulen la participación
comunitaria, requiere a su vez del desarrollo de una conciencia cívica
ciudadana. Si se analizan de forma integral las diferentes dimensiones que
puede alcanzar su contenido y su estrecha relación con la formación de
valores y el fortalecimiento de la legalidad, su importancia se multiplica. Por
su esencia, la educación cívica entraña la preparación de los ciudadanos
para el cumplimiento de sus deberes y el reconocimiento de los derechos
propios y ajenos, la promoción de los principios que rigen la sociedad, su
organización sociopolítica y funcionamiento, así como el sentido de
responsabilidad individual y colectiva ante esa sociedad. (Pérez, 2003)
Desde hace algunas décadas ha quedado demostrado con la práctica
cubana que muchos de los logros alcanzados en el plano social, cultural,
económico, educacional o asistencial, no hubieran sido posibles sin una
amplia participación de la comunidad. Desde la Campaña de Alfabetización
en 1961, que permitió erradicar el analfabetismo en el país, el desarrollo de
campañas sanitarias, los programas masivos de vacunación contra
enfermedades infecto-contagiosas, donaciones de sangre, recogida de
materias primas, censos de población, ayuda a ancianos y discapacitados,
lucha contra el delito, hasta los más recientes programas sociales y para el
desarrollo de un alto nivel de Cultura General Integral en la ciudadanía,
involucran activamente a amplios sectores de la población en su ejecución,
desde la comunidad hasta el nivel nacional.
Se ha demostrado además que los programas sociales hacen mejor
uso de los recursos, logran mejor sus metas y crean autosustentabilidad si
las comunidades implicadas participan desde el inicio y comparten tanto la
planificación y la ejecución, como el control y la evaluación de los
resultados alcanzados.
La presencia de la comunidad y del control social puede además ser
un medio efectivo de prevención de la corrupción, mal que atenta
permanentemente contra las "buenas prácticas" de gestión en nuestra área
geográfica.
De una u otra manera, todos los gobiernos de la nueva izquierda que
se vienen desarrollando en América Latina han hecho de la lucha contra la
pobreza y la exclusión social un aspecto fundamental no sólo de la retórica
de la campaña electoral sino del programa de gobierno una vez en el poder.
Entonces nos cabe preguntar si las organizaciones de la sociedad civil—en
muchos casos convertidas en prestadoras de servicios durante la época de
privatización de las funciones estatales—han tenido una contribución y/o
impacto concreto en la formulación e implementación de la política social
bajo los nuevos gobiernos. ¿Cuál ha sido el impacto de la sociedad civil en
los debates sobre derechos socioeconómicos, la pobreza y la desigualdad?
¿En qué medida la presencia de la nueva izquierda en el poder plantea
nuevos desafíos para la sociedad civil en cuanto a la agenda social?

5
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

Participar es "tomar parte" o "ser parte" de algo (Briceño, 2002),


tener acceso a espacios de poder, lo que implica que junto con la capacidad
de participar debe existir la posibilidad de decidir, no sólo de manifestar
intereses o plantear demandas, sino de influir en la conformación y manejo
del bien común.
En aquellas sociedades en las que la participación de la sociedad civil
aumenta, siendo ésta acompañada de un incremento en la legitimidad de la
toma de decisiones gubernamentales, el resultado de la gestión publica es
mayormente significativo que en aquellas sociedades en las que estos
elementos no aparecen.
De ahí que uno de los retos más acuciantes del Estado moderno sea
crear vías, espacios, que propicien la participación real de la ciudadanía en
el ejercicio del poder y, consecuentemente, lograr eficacia en la gestión
para la solución de los problemas comunitarios, acercar a la base la toma
de decisiones sobre aquellos temas que afectan directamente a la
comunidad y convertir a los vecinos en sujetos de control directo de la
gestión, es decir, del poder. (Pérez, 2003)
2- Gestión de la Pobreza
Un rasgo sobresaliente de América Latina es la elevada
heterogeneidad de la pobreza. Los menores niveles de pobreza se registran
en la Argentina (datos solo del área urbana), Chile, Costa Rica y el Uruguay,
con tasas de pobreza inferiores al 22% y tasas de indigencia de entre un
3% y un 7%. Por su parte, el grupo de pobreza media-baja está constituido
por el Brasil, Panamá y la República Bolivariana de Venezuela, donde la
tasa de pobreza se mantiene por debajo del 30%. A su vez, el grupo de
países con niveles de pobreza media-alta incluye a Colombia, el Ecuador
(datos del área urbana), El Salvador, México, el Perú y la República
Dominicana, con tasas de pobreza de entre un 35% y un 48%. Los países
con las tasas más altas de pobreza e indigencia, que superan el 50% y el
30% respectivamente, son el Estado Plurinacional de Bolivia, Guatemala,
Honduras, Nicaragua y el Paraguay La tasa de indigencia también cayó en
todos los países, salvo en la República Dominicana y el Uruguay. Si bien las
caídas en las tasas de indigencia representan generalmente menos puntos
porcentuales que las de la tasa de pobreza, sucede lo contrario al comparar
sus variaciones porcentuales, que muestran que la mejora en las
condiciones de vida se produjo sobre todo entre quienes se encontraban en
la parte más baja de la distribución del ingreso, aun a pesar del
encarecimiento de los alimentos durante el último año.

6
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

En consonancia con este hallazgo, los índices de brecha de pobreza y


brecha al cuadrado muestran que la reducción de la pobreza no solo se
debió a una disminución de la proporción de personas con ingresos por
debajo de la línea, sino también a un aumento del ingreso medio de los
pobres y a una menor disparidad distributiva de sus ingresos (véase el
recuadro I.2). Estos índices, que incorporan en su formulación no solamente
el porcentaje de personas pobres, sino también la brecha entre el ingreso
medio de los pobres y la línea de pobreza, además de la forma en que
dichos ingresos se distribuyen entre los pobres (en el caso del segundo
índice), tuvieron una reducción porcentual superior a la de las tasas de
pobreza e indigencia en la mayoría de los países.
En los últimos años los países de América Latina y el Caribe han
hecho considerables esfuerzos por aumentar su crecimiento económico y
mejorar los indicadores sociales relacionados con los ocho objetivos
fundamentales aprobados en la Declaración del Milenio. En esta
Declaración, celebrada en el año 2000, se consiguió un compromiso por
parte de los líderes de 189 países para que en el año 2015 el número de
personas que viven en condiciones de pobreza extrema (menos de un dólar
al día) llegue a ser la mitad de lo que se contabilizó en el año 1990. Esta
meta equivaldría, en el caso de América Latina y el Caribe, a que el número
de personas pobres fuera inferior a 10,5 millones antes del año 2015 o, lo
que es lo mismo, la mitad de los pobres registrados en el año 1990 (21
millones). Para ello se describieron ocho objetivos fundamentales que, por
su parte, se subdividían en 18 metas más concretas (Cuadro 1).
A pesar de los numerosos esfuerzos realizados, lo cierto es que los
índices de pobreza y de desigualdad en la región no han mejorado
demasiado en los últimos años y, en muchos casos, han sufrido un declive
importante en términos relativos.
Según un estudio reciente de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL)1 sólo 7, de los 18 países de América Latina
analizados, podrían llegar a alcanzar la meta de reducción de la pobreza a
la mitad en el año 2015. Estos países serían Argentina, Chile, Colombia,
Honduras, Panamá, la República Dominicana y Uruguay. En otros seis
países la pobreza extrema seguiría disminuyendo, pero ésta no se reduciría
a la mitad (Brasil, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua).

7
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

Por último, en los cinco países restantes (Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y
Venezuela) los niveles de pobreza extrema se elevarían. En el año 2003 tan
sólo ha habido un país (Chile) que ya ha alcanzado la meta de reducir a la
mitad el número de personas pobres. En definitiva, las conclusiones del
informe son preocupantes y suscitan muchas inquietudes acerca del
cumplimiento de las metas de la Declaración del Milenio, poniendo en
evidencia que los elevados índices de desigualdad de la región
latinoamericana son un obstáculo para el logro de un crecimiento más
dinámico y, por ende, para la reducción de la pobreza.

La pobreza como insatisfacción de las necesidades básicas


La pobreza es un fenómeno muy complejo, que abarca a distintas
facetas relacionadas con el bienestar individual y colectivo. Además de
medir la pobreza a través de la capacidad de compra, se pueden evaluar las
condiciones de vida de las personas a través de indicadores que reflejan su
satisfacción de las necesidades básicas, como por ejemplo el acceso a la
sanidad, la educación, la vivienda, el agua potable, la alimentación, la
electricidad, o las tasas de mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer,
desnutrición, analfabetismo, entre otras. En otras palabras, se puede hablar
de pobreza como violación a los derechos humanos básicos. Con ello,
tendremos diferentes indicadores para cada manifestación de la pobreza,
de manera que podremos ofrecer un panorama más extenso de este
fenómeno en América Latina.
Generalmente, la satisfacción de las necesidades básicas será menor
a medida que la pobreza del país (medida a través del ingreso) es mayor.
Así, en países como Bolivia, Nicaragua y Honduras, donde la pobreza
extrema es alta, más del 50% de las familias pobres no tienen acceso a
este tipo de servicios básicos. Igualmente, los países con menores niveles

8
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

de pobreza (Uruguay, Chile o Costa Rica) tienen un mayor acceso a los


servicios sociales.
De todas formas, aunque hemos visto en el apartado precedente que
el proceso de superación de la pobreza se ha visto estancado en los últimos
años, el hecho es que algunos indicadores de bienestar han mejorado. Así
por ejemplo, y según datos de la CEPAL, la esperanza de vida al nacer se ha
incrementado más de un año desde 1990 (llegando a los 70 años en
media), la tasa de mortalidad al nacer ha disminuido un 5% (no alcanzando
el 66 por mil en los peores casos –Bolivia y Haití-), la tasa de mortalidad
infantil también ha disminuido entre un 8% (Ecuador) y un 25% (Cuba) y
han caído las tasas de desnutrición, aunque hay países como Haití donde
esta tasa todavía es del 50% de la población total. También han mejorado
las tasas de analfabetismo en todos los países, así como el acceso al agua
potable (con la excepción de Haití) y a la salud básica. (Ver Cuadro 3)
Por otra parte el análisis de la situación social revela grandes
diferencias en el acceso a los servicios sociales por sexo, edad o lugares de
residencia. Por ejemplo, de los datos de la CEPAL se desprende que la
mayor parte de los pobres de América Latina viven en áreas rurales (62%
de la población rural), siendo la pobreza extrema también más alta en el
campo que en la ciudad (38% frente a 13,5%). Por otra parte, la pobreza
afecta en mayor medida a los niños (entre 0 y 17 años) que a los adultos.
Así, alrededor del 44% de todos los niños latinoamericanos son pobres, en
comparación con el 28,6% de los adultos. Las causas del elevado número
de niños pobres tienen que ver las mayores tasas de fertilidad de las
familias en las que viven, combinada con los bajos niveles de educación y
menores oportunidades de los padres, especialmente de las mujeres. La
educación (también llamada "capital humano") es un factor clave que nos
puede ofrecer algunas pistas sobre las causas de la pobreza: en muchos
países de la región, los adultos que viven en familias pobres no han
terminado la educación primaria y en muchos casos no llegan a tener tres
años de estudios.
La pobreza también afecta en mayor medida a las mujeres que a los
hombres, sobre todo en las ciudades (el 30,4% de las mujeres urbanas son
pobres, frente al 25% de los hombres). Por último, habría que destacar que
la pobreza en América Latina y el Caribe tiene un componente racial o
étnico importante. Así, en países como Bolivia, Brasil, Guatemala o Perú, la
pobreza es dos veces mayor entre los indígenas o descendientes de
africanos que en el resto de la población. Todos estos datos vienen a
demostrar que a pesar de que la calidad de vida de los más desfavorecidos
ha mejorado significativamente en los últimos años, aún hay un largo
camino por recorrer, no sólo en la mejora de los indicadores sociales, sino
en la corrección de las disparidades que aún existen entre los diferentes
colectivos sociales.

Conclusión
En primer lugar, los trabajos incluidos en esta publicación confirman
que la participación, uno de los puntos débiles en la relación del gobierno
con los ciudadanos, se ha expandido considerablemente. Los nuevos
espacios de participación han abierto canales importantes para la

9
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

expresión de los ciudadanos, sobre todo por parte de aquellos sectores


sociales tradicionalmente excluidos. La ampliación masiva de la
participación es especialmente obvia en los casos de Bolivia y Venezuela.
Sin embargo, estos casos plantean una pregunta aplicable a la nueva
izquierda en general: ¿cuáles son las consecuencias de la expansión de la
participación para la democracia representativa?
Uno de los problemas que se desprende de la nueva situación, como
plantean los trabajos sobre Argentina, Chile y Brasil, es la dificultad de crear
mecanismos eficientes que promuevan la participación de sectores de todo
el abanico social en el diseño y gestión de políticas sociales. Esta limitación
refuerza, según el caso, elementos clientelistas, elitistas o corporativos del
sistema político.
La dificultad de instaurar mecanismos innovadores de participación
ciudadana en la gestión pública a nivel nacional plantea el siguiente dilema:
si estos mecanismos deben ser, por definición, representativos, pero no
están basados en los partidos políticos, ¿cuáles pueden ser las nuevas
formas de articular una participación efectiva, más allá de la simple
expresión de preferencias, con una gobernabilidad transparente, equilibrada
y eficiente?
Una buena gestión pública, además de ser inclusiva en su
conformación, debiera tener especial atención a las cuestiones que hoy se
encuentran entre los primeros lugares de las agendas políticas. Una buena
gestión publica no podría dejar de ocuparse del calentamiento global, de la
importancia de la eficiencia de la administración publica, de la transparencia
de los mecanismos de toma de decisiones, pero por sobre todo, una buena
gestión publica no podría bajo ningún punto omitir la tarea insoslayable que
tiene respecto de la promoción y el respeto por los derechos humanos
básicos.

Bibliografía

• CEPAL/ILPES. (2000) "Modernización del Estado, Reforma


Administrativa y evaluación del desempeño de la gestión pública".
Oficina Nacional de Estadísticas, la Habana.
• Comisión Económica para América Latina y el Caribe:
http://www.eclac.org/
• Comunicado de Prensa sobre el Estado de Derecho en América
Latina. Disponible en Internet en:
http://www.freetheworld.com/pdf/Communique_Span.pdf
• Consenso de Madrid (2005). VII Conferencia Iberoamericana de
Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado. Madrid,
España, 23-24 de junio. www.clad.org.ve
• Chile: interacción Estado-sociedad civil en las políticas de infancia.
Disponible en Internet en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/6/40426/RVE101Andradeetal.pdf
• ECOSOC: http://www.un.org/es/ecosoc/
• Elizalde H., Antonio. (2002) "Democracia representativa y
democracia participativa". www.rle.fao.org/prior/raenat/pdf/demrep.pdf

10
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

• Fernando Willart ¿Qué es la Perspectiva de Derechos? Disponible en


Internet en:
http://www.democraciasur.com/ideas/WillartEnfoqueDerechosHumanos.
htm
• Gomà, Ricard; Blanco, Ismael. (2002). "Gobiernos locales y
redesparticipativas: retos e innovaciones". VII Congreso Internacional del
CLAD, Portugal, 8-11 de octubre. www.clad.org.ve
• Harnecker, Marta. (2000). "Gobiernos locales: un camino alternativo".
Ezquerra Unida-País Valencia. Resumen del Capítulo VI de "La izquierda
en el umbral del siglo XXI". Ed. Siglo XXI.
• Iglesias, Antonio y Pérez, Lissette. (2003). "Gestión local y
participación ciudadana. Experiencias y retos para Cuba". Seminario
Internacional "La Administración Pública en el Siglo XXI: retos para la
investigacióny el desarrollo humano. CEAP-UH 8-9 dic., mimeo.
• Indicadores de desigualdad para algunos países de America Latina.
Disponible en Internet en:
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/39710/100604_2010-114-
SES.33-3_La_hora_de_la_igualdad_doc_completo.pdf
• Kliksberg, Bernardo. (2001) "Diez falacias sobre los problemas
sociales en América Latina". Revista CLAD "Reforma y Democracia". No.
19. Feb. pp.123-162.
• Naciones Unidas. (2003) "Fortalecimiento de la participación popular,
la equidad, la justicia y la no discriminacióncomo bases esenciales de la
democracia". Resolución de la comisión de Derechos Humanos. 57
Sesión, 23/4/2003.
• Navarro G., Carmen. (2002) "Gobernanza en el ámbito local". VII
Congreso Internacional del CLAD. Portugal, Lisboa, 8 – 11 octubre.
www.clad.org.ve
• Nickson, Andrew. (2002). Transferencia de políticas y reforma de la
gestión del sector público en América Latina: el caso del New Public
Management". Revista del CLAD Reforma y Democracia. No. 24.
Octubre.
• Oszlak, Oscar. (2002) "Sistemas de serviciocivil en América Latina y
el Caribe: situación actual y desafíos pendientes". En Goñi, F. y Heidy, R.
Memoriadel III Congreso Internacional "Innovaciones, organizaciones y
desarrollo", San José, Costa Rica, 20-24 feb.
• Panorama social de America Latina. Disponible en Internet en:
http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?
xml=/dds/agrupadores_xml/aes31.xml&xsl=/agrupadores_xml/agrupa_li
stado.xsl
• Pérez, Lissette. (2003). "La participación ciudadana y la efectividad
de la gestión municipal". Facultad de Derecho. Universidad de la
Habana, mimeo.
• Pobreza y desigualdad en el contexto de la crisis económica.
Disponible en Internet en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/9/37839/PSE2009-Cap-I-
pobreza.pdf

11
SITUACIÓN DE DERECHOS EN AMÉRICA LATINA: BUENA
GESTIÓN DE LOS ASUNTOS PÚBLICOS

• Programa de Desarrollo para las Naciones Unidas:


http://www.undp.org/

12

Вам также может понравиться