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Campañas electorales

Las campañas electorales son el proceso a través del cual los contendientes (partidos,
candidatos o grupos de interés especial) buscan apoyo electoral en una contienda para
acceder a cargos públicos. Recientemente, muchos proveedores de asistencia
internacional, partidos políticos locales y otros actores electorales, han adoptado un
enfoque de ciclo para las campañas. Este enfoque implica el periodo de preparación pre-
electoral, el periodo electoral en sí (incluido el día de la elección) y el de la estrategia
post-electoral.

El periodo de campaña es el que precede a una elección. Muchos países han optado por
definir un periodo fijo de campaña durante el que se aplican reglas especiales a los
partidos políticos, los candidatos y los medios de comunicación. En la realidad, lo cierto
es que las actividades de campaña para buscar un cargo público normalmente se realizan
por un periodo mayor al oficialmente previsto por la ley. Otros países optan por no fijar
legalmente ningún periodo determinado para realizar actividades de campaña electoral.

En algunos países también existen regulaciones que determinan la vigencia de un


“periodo de silencio”, esto es un lapso de algunos días previos a la jornada electoral
durante el cual ya no se permite llevar a cabo actos de campaña. Este tipo de regulaciones
pueden limitarse únicamente a los medios audiovisuales como la televisión o el cine.

Hay varios temas relacionados con la campaña que pueden afectar la integridad y equidad
de la elección. Entre ellos se pueden mencionar la oportunidad de las elecciones, la
capacidad para realizar campañas de manera libre, la neutralidad de los oficiales
electorales durante la campaña, la seguridad de los contendientes y la posibilidad de
acceso a los medios de manera gratuita.

Factores que influyen en la campaña electoral

Las campañas electorales pueden variar significativamente de un país a otro y de una


elección a otra. Muchos factores influyen en la dinámica de las campañas, por ejemplo,
el tipo de cargo que está en disputa, las disposiciones legales relacionadas con las
campañas, los patrones culturales, el alcance de los medios de comunicación, los sistemas
electorales y de partidos, etc. Por un lado, las estrategias de campaña se ven influenciadas
por el contexto político en el que se desarrollan y, por el otro, por los partidos políticos
contendientes (Kavanagh 2000).

Las campañas electorales pueden variar significativamente dependiendo del sistema


político. Un sistema presidencial propicia que las campañas se centren en los candidatos,
en tanto que los sistemas parlamentarios favorecen a los partidos políticos (ver Farell
1996). En términos generales, en los Estados federales se promueven las campañas
descentralizadas, en tanto que los sistemas políticos unitarios y centralizados propician
campañas de alcance nacional.

El diseño del sistema electoral puede influir en la forma en que lleven a cabo sus
campañas los partidos y en la que se comporten las élites políticas. El tipo de sistema
electoral puede, por ejemplo, determinar el clima político general, promover una fuerte
competencia entre los partidos o promover la construcción de alianzas. El diseño del
sistema electoral también puede alentar a los partidos a buscar bases de apoyo amplias y
acomodarse a un amplio abanico de intereses. Se dice que los sistemas de representación
proporcional por listas, donde los electores eligen entre partidos y plataformas políticas,
alientan la centralización de las campañas. Los sistemas de representación proporcional
también alientan a los partidos políticos a realizar actividades de campaña en los distritos
en que no son fuertes, porque buscan incrementar su caudal de votación,
independientemente del lugar de donde provengan.

Por otra parte, en los sistemas de pluralidad/mayoría, los votantes suelen elegir entre
candidatos, no entre partidos y programas. En un sistema de distritos unipersonales, las
campañas se enfocan en los candidatos en lo individual y en los temas que son relevantes
para ese distrito en particular.

El tipo de sistema de partidos también influye en las estrategias de campaña. En los


sistemas bipartidistas, que a menudo se desarrollan sobre las bases de sistemas electorales
de mayoría/pluralidad, las campañas suelen ser altamente competitivas y los partidos
pelean incluso por los votos marginales para alcanzar la mayoría (ver Farell 1996). Por
otra parte, en los sistemas multipartidistas, que a menudo emergen de sistemas de
representación proporcional, los partidos no necesariamente compiten por los votos
marginales, porque no son cruciales para los escaños que logra el partido en el
Parlamento. Aún así, los principales partidos pueden competir intensamente entre sí en
los sistemas de representación proporcional, especialmente si han conformado bloques
opuestos y alianzas preelectorales.

En alguna medida, la disponibilidad de recursos financieros determina la naturaleza de


las campañas, especialmente su nivel de profesionalización.

Farrell, David M. “Campaign Strategies and Tactics”, en LeDuc, Lawrence/Niemi,


Richard G./Norris, Pippa (1996): Comparing Democracies, Elections and Voting in
Global Perspective, Londres: SAGE Publications.
Kavanagh, Denis (2000): “Campaigning”, en: Rose, Richard (Ed.): International
Encyclopaedia of Elections, Londres: Macmillan, 29-31.

Nelson, Sue (2000) Acceso a los Medios, en ACE 1.0

Debate Político
El debate politico establece un marco de dialogo entre expertos que exponen sus
visiones acerca de topicos relacionados que buscan compartir y converger ideas a través
de argumentos continuos.
Pueden existir diferentes tipos de debates políticos, un debate político social, politico
economico, político ambiental, politico electoral etc. Las variantes dependeran de la
materia de estudio.
El objetivo de los debates son meramente prácticos, pues tratan de relacionar conceptos
teóricos aplicados a la realidad.
Actualmente los debates son fuente de información para todos los actores pues en ellos
se mide la capacidad de mental para la toma de desiciones y la preparación teórica que
representa. El reto mas importante de los debates contemporáneos es llamar la atención
de la audienceia, puesto que pocas personas tienen interés de escuchar, sin embargo,
este desinterés deriva de la ignorancia del tema, con lo que deberán ser mas atractivos.

Es tiempo de debate, no de combate. Tiempo de que los consensos que marcarán la


próxima legislatura se inicien con una contienda dialéctica entre los cuatro partidos que
lo harán posible, cuando aún las ecuaciones milimétricas de los demoscópicos no está
claras ni definidas, cuando los indecisos conforman ese partido invisible que puede
resultar determinante el 20-D. Será un debate diferente dentro de una campaña diferente.
Ya no solo se trata de identificar a un destinatario concreto, sino de seducir a las masas
invisibles. Los debates políticos encontraron su reflexión en la prensa, su emoción con la
aparición de la televisión y su extensión con la creación y desarrollo de las redes y
plataformas digitales. El de hoy será un debate donde los detalles y el factor sorpresa
pueden decantar la inquieta balanza del elector desencantado. Porque vamos a unas
elecciones en las que la aritmética va a ser más importante que la geométrica, donde el
número de diputados marcará los pactos. Estas serán, a mi juicio, algunas de las claves
que marcarán su preparación, desarrollo, ejecución y reflexión posterior.
1) El debate debe concebirse, más que para reforzar la opinión propia de los convencidos
a tu causa, como la vía para persuadir a los indecisos (que son todavía muchos) y causar
duda en los contrarios. El inicio de todo debate es el marco (quien marque la línea a seguir
se sentirá más cómodo), el final es el cuadro (quien mejor sepa construir reflexiones que
al día siguiente la gente siga recordando y pueda compartir ganará). Cuatro pintores,
cuatro lienzos diferentes. ¿Por qué óleo apostará el votante?
2) Una mujer frente a tres hombres. Eso obligará a cambiar la estrategia de salida. La
agresividad mutará en persuasión. Una percepción generalizada de todos contra Soraya
puede ser negativo para los partidos que se presentan como alternativa, y reforzar su
imagen (y la del PP) si ofrece como respuesta la tranquilidad. No olvidemos que la
vicepresidenta es mejor debatiendo que Rajoy, maneja mejor estos formatos. Que no
subestimen los aspirantes al peso pesado de Moncloa o recibirán el primer KO antes de
tiempo.
3) Soraya hablará de gobierno para dar consistencia al proyecto. Es fuerte cuando ataca
'amablemente' con 'tips' sarcásticos e irónicos. Quiere implantar en el espectador el chip
de "el PP o el caos". El resto deberá, por tanto, minimizar el uso del 'yo' y relatar un
proyecto que se pueda visualizar. Porque si la gente lo ve, lo entenderá mejor y lo aceptará
antes. El liderazgo gana, el hiperliderazgo agota.
4) Marcar los tiempos e imponer el discurso al contrario serán dos de las claves en un
debate más de sensaciones que de mensajes, más de detalles que de ideas, donde los
diferentes líderes deberán ser propositivos y jugar mucho con el contraste de las
propuestas. Quien construya mejor mensajes de identificación heterogénea, ganará. En
este sentido, parte con ventaja Rivera: su discurso es más ecléctico y constructivo.
5) Iglesias es poderoso cuando evidencia las diferencias entre posicionamientos políticos.
Ahí el tono indignado y el verbo agresivo actúan decisivamente. Se siente cómodo en el
formato 'La Sexta Noche' o 'Un Tiempo Nuevo'. En el debate del pasado lunes, Sánchez
y Rivera cayeron en esa trampa por momentos y ahí ninguno de los dos lleva el mando,
por lo que no deben dejar que el debate incurra por esos derroteros o perderán la
contienda.
6) Será un debate de mensajes proactivos vs. mensajes reactivos y justificativos. La
mordacidad de Soraya frente al verbo combativo de Iglesias por un lado. La tranquilidad
'soft' de Sánchez frente al 'punch' y contundencia de Rivera por otro. Cada uno ha
identificado bien quién es su rival dialéctico, pero no deben olvidar que debaten con otros,
sí, pero comunican para todos.
7) Ganará quien mejor sepa ajustar las expectativas a las necesidades, deseos y
motivaciones del votante. No voy a votarte por tus mensajes, sino por cómo me haces
sentir cuando te escucho.
8) En un debate, el contraste es poderoso. Cuando dibujen eso hoy los candidatos, el que
mejor sepa construir una imagen fuerte y dejarla el mayor tiempo posible en la mente del
espectador tendrá mucho conseguido. Para ello, que ajusten bien su discurso: mejor que
la grandilocuencia retórica, la sencillez léxica. Antes que abusar del lenguaje de barra de
bar, apostar por el lenguaje del sentido común, el lenguaje de la gente corriente. Ir del
mitin al mantra solo es efectivo si este actúa de nexo de unión entre voluntades diferentes.
9) Cuando uno entrena para un debate, debe seguir ciertas máximas, la más importante
de ellas la resumiría así: prepáralo como candidato, prepáralo como contrincante,
prepáralo como ciudadano. Actúa para interpretar los mensajes, tus emociones, tus
sensaciones. Pero no sobreactúes para aparentar la sombra de lo que eres, o serás
castigado incluso por los tuyos. Aviso para quienes usen y abusen del recurso de contar
historias fuera de tono y contexto, como hizo Pedro Sánchez con el caso de la joven
Valeria.
10) Es importante la autenticidad (mensajes sinceros y gestos naturales), que tu telegenia
muestre quién eres y esperan de ti, y no lo que te gustaría representar. El equilibrio de un
debate de percepciones lo marca jugar entre la línea del líder con magnetismo y el
mitinero sin escrúpulos. Veremos quién desea jugar a qué lado de la frontera.
Las elecciones generales de Perú de 2016
se realizaron el 10 de abril de 2016, para elegir al presidente de la República, dos
vicepresidentes de la misma, 130 congresistas de la República y 5 parlamentarios
andinos para el período gubernamental 2016-2021.
Como ningún candidato presidencial alcanzó más del 50% de los votos válidamente
emitidos, se realizó una segunda ronda electoral el domingo 5 de junio de 2016.
El 10 de abril del presente año se eligieron 130 congresistas de la República en 26
distritos electorales, correspondientes a: los 24 departamentos, Lima Provincias y a la
Provincia Constitucional del Callao. Se empleará el procedimiento de la cifra
repartidora. Los congresistas elegidos juramentarán y asumirán funciones el 27 de
julio de 2016; el presidente constitucional de la República y sus vicepresidentes electos,
lo harán el 28 de julio de 2016.
La convocatoria a elecciones fue efectuada el 13 de noviembre de 2015, por el
presidente constitucional de la República del Perú, Ollanta Humala.3 En enero de 2016,
el presidente del Congreso, Luis Iberico, firmó la ley que faculta al JNE y JEE el retiro
de candidatos por diversos causales.4
El 20 de febrero de 2016, se realizó el sorteo para elegir a quienes serán los miembros
de mesa (tres titulares y tres suplentes) a nivel nacional que se encargarán de gestionar
el acto del sufragio.

Observación de las elecciones


El Presidente del Consejo de Ministros anunció la observación electoral por parte de la
Organización de Estados Americanos.111 En el caso de la Unión Europea enviará una
Misión de Observación Electoral presidida por Ana Gordon Vergara

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