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Necesidades físicas o paliativos

Son aquellos que intentan mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados
de una enfermedad en fase terminal. La OMS los define como” el cuidado
activo y total de los enfermos que no tienen respuesta al tratamiento curativo,
con el objetivo de conseguir la mejor calidad de vida posible controlando los
síntomas físicos, psíquicos, las necesidades espirituales y sociales de los
pacientes”.

Los Cuidados Paliativos van dirigidos al enfermo para aliviar los síntomas
molestos y aumentar la comodidad del paciente que sufre una enfermedad
mortal en corto plazo. Por lo general a medida que avanza la enfermedad, el
número de síntomas y la intensidad de la enfermedad aumentan por lo que
aspectos como la compañía, el afecto, la distracción, el ambiente…podrán
aliviar un poco los síntomas y el dolor de la enfermedad para la persona.
Cuando el personal sanitario cuida al enfermo no solo le ayudan a afrontar sus
problemas físicos como la alimentación, el sueño, la higiene, la hidratación…
sino que consiguen mejorar su calidad de vida y bienestar. Los cuidados que
se deben tener en cuenta en un paciente terminal para que de esta manera
puede llevar de mejor posible la enfermedad son:

1. CUIDADOS DE LA PIEL El cuidado de la piel es importante tanto para


las personas como para las personas enfermas. En las fases finales de
la vida las alteraciones en la textura y resistencia de la piel son muy
frecuentes por lo que es fundamental que esté cuidada.

El baño es una de las actividades básicas y esto hace que la ayuda del
cuidador en el aseo personal es muy importante:

2. Se requiere paciencia, flexibilidad, amabilidad, creatividad y


conocimiento de la persona a la que cuida tratando que el baño sea un
momento de placer y de relajación.
3. Se deberá buscar la postura más adecuada, cómoda y segura para el
enfermo.
4. Se creará un entorno seguro, adaptando el baño, suprimiendo o
eliminando todas las barreras arquitectónicas. Usando agarraderas en la
ducha, barras de apoyo, bandas o alfombras antideslizantes, asientos
geriátricos, etc.
5. Si el paciente está encamado, el aseo se realizará en la cama, con
ayuda de dos palanganas. Se colocará al paciente boca arriba y
ligeramente incorporado, empezando la higiene por la cara, parte
delantera, parte trasera y acabando por la región genito - anal.
6. Se evitará la piel seca ya que aparecerá picor, usando cremas
hidratantes o emolientes como el aceite de almendras.
7. Se aprovechará el momento del aseo para inspeccionar el estado de la
piel, en busca de zonas enrojecidas, heridas, ampollas.
8. No se masajearán las zonas que ya están enrojecidas.
9. La ropa de la cama debe quedar bien estirada y sin arrugas ni pliegues,
así se evitará la aparición de úlceras por presión.
10. Utilizar ropa floja, fácil de abrir y manejar, camisones abiertos, etc.
11. Si el paciente presenta incontinencia, utilizar absorbentes o pañales.
12. Mantener al paciente limpio y seco. Se pueden aplicar cremas de
barrera a base de óxido de zinc para evitar la irritación de la piel.

2. CUIDADOS DE LA BOCA La afectación de la boca en estos pacientes


supone un malestar para ellos muy importante, así como de la familia a la hora
de alimentarlos y comunicarse con ellos. Por lo que los cuidados de la boca se
basan en la prevención de las alteraciones en la mucosa y su tratamiento
cuando aparecen.

Limpieza de la boca

 Mezclar en medio vaso de agua, dos cucharadas de agua oxigenada y una


pizca de bicarbonato.
 Mojar la mezcla en un cepillo dental suave o en una gasa.
 Cepillar la lengua de dentro hacia fuera varias veces por si le produce
náuseas, sin tragárselo.
 Realizar la limpieza varias veces al día. Si se tiene prótesis dental, limpiar
también a diario.

Boca seca
 Limpiar la boca como mínimo dos veces al día.
 Es aconsejable, beber muchos líquidos (si tolera).
 Realizar enjuagues bucales con manzanilla (1 litro) y zumo de limón. No
añadir azúcar y conservar en la nevera.
 Se pueden masticar chicles o caramelos sin azúcar y ácidos.
 Masticar trozos de piña envasada (sin almíbar) o natural.
 Hidratar los labios con cacao (no vaselina).
 No utilizar antisépticos orales que contengan alcohol (oraldine, listerine…)
 Si no mejora de sequedad de boca, probar con preparados comerciales
disponibles en las farmacias.

Candidiasis oral

 Hay tratamientos y estado en el paciente que pueden favorecer la


aparición de candidiasis u hongos.
 La aparición de hongos se puede ver con la aparición de placas blancas en
la lengua, mejillas y garganta.
 Notificar al médico para inicio de tratamiento farmacológico.

Boca dolorosa

 Preparar manzanilla (1 litro) con una o dos ampollas de algún anestésico


local (pautado por el médico). Conservar en la nevera máximo 2 días.
Realizar enjuagues siempre que se necesite, recomendación de 4 a 6
veces en el día.
 Enjuagarse con manzanilla.
 Dieta blanda o líquida con alimentos fríos o a temperatura ambiente.
 No utilizar prótesis dentales si producen molestias.

Halitosis (mal olor bucal)

 Realizar la higiene bucal 3 veces al día.


 Hacer gargarismos con agua oxigenada (H2O2) diluida al 10 % con suero
fisiológico (SF) o agua (H2O).
 Si presenta infección mezclar povidona iodada (dos cucharadas pequeñas)
con medio vaso de agua.
3. ALIMENTACIÓN E HIDRATACIÓN La persona que padece una enfermedad
terminal no necesita alimentarse igual que una persona sana ya que su
actividad se ha reducido al igual que sus necesidades. La familia ha de
adaptarse a este síntoma y ayudar al enfermo a que se alimente ya que la
anorexia o falta de apetito en el enfermo conlleva a que la enfermedad
aumente y provoque malestar tanto para él como para la familia. Es
aconsejable las comidas trituradas y las salsas para facilitar su deglución.

4. ELIMINACION. -Debido al que paciente está más débil, la falta de movilidad


y el empleo de determinados fármacos para el dolor hace que el paciente
presente dificultad para la eliminación, por lo que el personal de enfermería
debe introducirle medicamentos para ello cuando sea necesario, ofrecerle
líquidos para ablandar las heces y movilizar al paciente si es posible para así
facilitar la eliminación y el bienestar del paciente.

LA ALIMENTACIÓN

La alimentación, no es sólo una fuente de nutrientes, sino que tiene un


importante significado personal, social y cultural, a la vez que es un símbolo de
salud y placer. Siendo uno de los motivos más frecuentes de preocupación y
sufrimiento en las familias y los pacientes con enfermedad crónica, avanzada,
progresiva y en situación de final de la vida.

Además para la familia o los cuidadores, la comida es uno de los medios más
importantes que tienen para expresar afecto al ser querido y uno de los
instrumentos más eficaces para sentirse útiles en el cuidado del paciente con
cáncer avanzado.

Sin embargo, la pérdida del apetito es uno de los síntomas más frecuentes del
avance de la enfermedad y por lo tanto, un indicador relevante.
Algunos consejos que, a nivel domiciliario, podrían serle de gran utilidad:

 Recordar que la persona enferma: “comerá lo que quiera, cuando quiera y


cuánto quiera…”.
 Recordar que no está débil porque no come, sino que no come porque no
tiene la fuerza ni la necesidad de hacerlo.
 Reforzar que coma acompañado.
 Aconsejar que utilice plato de postre en lugar de plato llano.
 Substituir el plato hondo por una taza de café con leche.
 Evitar olores y sabores fuertes, aunque antes fueran de su especial
agrado.
 Evitar presentarle un plato, sin haberle sido retirado el anterior.
5. ACTIVIDAD FÍSICA Para el enfermo ha disminuido su capacidad física por lo
que conlleva a una pérdida progresiva de la autonomía del paciente, que le
puede generar tanto ansiedad, malestar y preocupación por lo que debe llevar
a cabo las actividades que pueda hacer y el ejercicio suave como andar un
poco.

MOVILIDAD

Las movilizaciones consisten en una serie de ejercicios que ayudan a


restablecer las funciones físicas disminuidas y adoptar posturas en la persona,
que por sí sola no podría realizar.
Todas las medidas irán encaminadas a conseguir la mayor autonomía y
fomentar la autoestima.

 Para promover que la persona pueda deambular es importante


acondicionar la vivienda, eliminar todos aquellos obstáculos que pueden
dificultar el caminar como suelos resbaladizos, alfombras, escalones....
 Resulta muy aconsejable que las puertas sean anchas, que las superficies
sean antideslizantes, el uso de barandillas o pasamanos, el uso de calzado
cómodo, ancho, cerrado y antideslizante.

Si el paciente es autónomo:

 Fomentar y facilitar la movilidad y actividad física, en la medida de sus


posibilidades, animándolo a caminar, a dar paseos siempre adecuados a
sus limitaciones.

Si el paciente necesita ayuda:

 Ofrecer ayuda o proporcionarle medidas de apoyo como el bastón, las


muletas, el andador, etc. para evitar el riesgo de caídas.

Si el paciente no colabora:
 Realizar movilizaciones pasivas, ayudarse con la grúa para levantarlo, con
la silla de ruedas o sillón giratorio para trasladarlo, etc.

Paciente sentado

 Buscar un sillón adecuado, cómodo, con reposabrazos y el respaldo un


poco inclinado hacia atrás. La posición ha de ser recta, se puede ayudar
con cojines, para adaptar el ancho y la profundidad de la silla a la longitud
del muslo.
 No usar cojines en forma de flotador. Es preferible utilizar dispositivos de
alivio de presión y realizar cambios posturales, aunque sean mínimos,
moviéndose de un lado a otro para descargar el peso de las nalgas.
 Si el paciente se va deslizando y resbalando poco a poco, no se le debe
subir arrastrando, porque pueden aparecer úlceras o llagas. Evitar el
deslizamiento. Es aconsejable ayudarse de un reposapiés.
 Dejar sus objetos personales a su alcance para aumentar su autonomía y
comodidad. Se recomienda el uso de una campanilla o timbre al lado del
enfermo para llamar a los familiares, y así proporcionarle más seguridad.

Paciente encamado

 No realizar movimientos bruscos y vigilar la aparición de dolor durante la


movilización, por si fuera necesario administrar analgesia antes.
 Buscar la posición más confortable para el enfermo, la que no le cause
dolor.
 Se aconseja el uso de una cama articulada, soportes y asideros para
facilitar la movilización.
 Se recomienda el colchón antiescaras, para prevenir úlceras. Evitar
colocar el paciente sobre las úlceras que presente.
 Realizar cambios posturales, si lo tolera.
 No arrastrar el cuerpo para subirlo, utilizar una sábana doblada, una
entremetida.
 Usar sistemas de protección local sobre prominencias óseas, talones,
codos, caderas, para evitar la presión. Se puede poner una almohada o
cojín dejando libres dichas zonas para que no estén en contacto con la
cama.
 Para girar al enfermo, hacerlo en bloque con ayuda de la entremetida.
Colocar una almohada paralela a su espalda y sacar el hombro sobre el
que se apoya el cuerpo. Poner otra almohada o cojín entre pierna y pierna,
para que no rocen las rodillas.
6. CUIDADOS DEL SUEÑO El reposo y el descanso es fundamental para el
paciente terminal ya que le ayuda a recuperarse de su grado de cansancio. El
sueño alterado es muy frecuente en esta etapa de la vida ya sea por el dolor,
por los vómitos, por la fatiga hasta por los problemas de ansiedad, de angustia
y miedo a la soledad por lo que hay que proporcionarle un ambiente tranquilo,
proporcionarle líquidos calientes antes de acostarse y ayudar a relajarse.

Dolor:
Entendiendo el dolor total como experiencia física y emocional desagradable y
subjetiva, por tanto es el paciente quien mejor la puede describir.

Si el paciente dice que tiene dolor, es que hay dolor.

 Dejamos en su domicilio información escrita sobre el tratamiento que debe


administrar con nombre, dosis y horario.
 Es importante que anote las dosis extras de fármaco que han sido
necesarias para controlar el dolor en el transcurso de 24 horas.

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