Вы находитесь на странице: 1из 4

Habón

s. m. MEDICINA Bulto pequeño que aparece en la piel en forma de roncha, que causa picor, producido por lapic
adura de un insecto o por urticaria.

Hacendoso

Adj. Que realiza el trabajo doméstico con esmero se nota que es muy hacendoso porque tien
e un apartamento impecable.
Oraciones

En estilo cortesano, oficioso, hacendoso, cuidadoso.


¡Éste sí que es todo un hombre de bien y hacendoso! Sin tener un.

Onomatopeya

En lingüística, la onomatopeya es el fenómeno de ciertos signos lingüísticos que describen


o sugieren un objeto o una acción que significan.

Hiel

1. s. f. FISIOLOGÍA Líquido orgánico segregado por la vesícula biliar, especialmente el de los


animales.
Oraciones
Leyenda con mi gota de hiel.

Su voz destila hiel y sarcasmo

Hostil

1. adj. Que es contrario o no favorable a una persona o a una determinada acción el hombre
urbano vive en un medio hostil.

Oraciones

Todo lo demás le resulta hostil.

El ambiente era hostil


María Tuyuc.

La vida de María Tuyuc fue marcada por el conflicto armado interno que vivió el país. Era una
niña cuando se llevaron a su papá a quien no volvió a ver jamás, pero los pocos años que
compartió con él fueron suficientes para armarse de valor, dejar el pasado atrás y luchar
por el bienestar de su familia, comunidad y país.

De lado paterno, María, originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, heredó la


sensibilidad, pues su progenitor, don Javier Tuyuc, era catequista, músico y curaba
enfermos, además de ocuparse de la agricultura.

“El tenía el don de curar enfermedades de tipo espiritual y le apasionaba la armónica y


concertina”, recuerda la entrevistada, cuya hermana mayor, Rosalina Tuyuc, ha tenido una
amplia exposición pública.

Doña Teodora Velásquez, la mamá, proviene de una familia de emprendedores y de ahí


surge su interés desde niña por buscar y crear oportunidades para ella y las demás
personas.

Sus abuelos maternos, Felipe Velásquez y Adriana Ambrocio, eran vendedores


ambulantes que recorrían cientos de kilómetros para vender sus güipiles y traer mercadería
de los sitios que visitaban, para venderlos en su comunidad.

Infancia de trabajo, felicidad y tristeza

María, quien tiene cierre de pensum de la carrera de Derecho, recuerda que empezó a
trabajar a los seis años, cuidando niños y limpiando casas. Con su papá tenían una rutina:
madrugar “al monte” a traer leña, luego tejer y por la tarde visitar enfermos, para luego
ocuparse del canto en la misa de la iglesia local.

En su casa no había agua potable, ella, igual que otras vecinas, debía caminar para traer el
vital líquido, pero esta vivencia la recuerda con alegría, pues “todos eran patojos”.

Pero de pronto la risa dio lugar a la tristeza. La desaparición de su papá, el 5 de julio de


1982, la marcó para siempre. En la poesía encontró la manera de liberar el dolor y con
mucho cariño recuerda uno de los poemas dedicados a don Javier: “Lágrimas de un hijo
por un padre ausente”.

Don Javier y doña Teodora siempre animaron a sus hijos a estudiar y contar con un oficio
para sobrevivir y sobreponerse a las dificultades de la vida que vinieron una tras otra a esta
familia. Tras la desaparición de su padre, en el mercado (sin que María logre precisar la
razón) ya no quisieron venderles alimentos y ello los obligó a sembrar sus propias hortalizas.
Más desarrollo y menos conflictividad

María estudió lo que pudo en San Juan Comalapa y se graduó de perito contador. Quiso
estudiar medicina, pero no tenía recursos suficientes y necesitaba trabajar. Por ello se inclinó
por el derecho, lo cual también la vinculó más con las actividades sociales que luego
emprendió relacionadas con los pueblos indígenas, en especial hacia las mujeres.
Trabajó de cerca con la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú y tras varios años de
estudios e investigaciones, concluyó que lo que necesitan los guatemaltecos son
oportunidades: acceso a la educación y un trabajo digno.
“Somos un país de emprendedores”, señala y considera que entre más oportunidades
existan para todos, habrá menos conflictividad. En su opinión, crear el ambiente propicio para
el desarrollo de las personas es responsabilidad de los gobiernos locales, las comunidades y
el sector privado, es decir, de todos los sectores y de cada persona.
Capacitación y empoderamiento

La necesidad de establecer un programa de apoyo sistematizado y permanente, permitió el


nacimiento de la Red Global de Empresarios Indígenas, capítulo Guatemala, que dirige María
Tuyuc.
Dentro de esta Red se creó la Escuela Maya de Negocios, con apoyo externo y de
empresarios locales, la cual busca capacitar para fomentar y promover la empresarial de
los emprendedores en todo el país.

A la fecha se han formalizado diez empresas y se sigue promoviendo y animando a las


personas para establecer negocios, no importando qué tipo de ventas ni el tamaño, tampoco
las limitaciones de educación o edad, señala.

María empieza a disfrutar los frutos de su esfuerzo y el de todos los involucrados en esta
iniciativa. Ella, víctima de la violencia, sueña con un país con menos conflictividad y más
oportunidades creadas a partir del desarrollo económico del hogar, la comunidad y el país.
“No importa qué se hace, lo que importa es que se haga”, concluye la promotora de
emprendedores y de oportunidades para mujeres y jóvenes.
Si desea más información de cómo participar en la Escuela Maya de Negocios, abierta para
todos los interesados, puede ingresar en la página: www. rgeigt.org o buscar la Red Global
de Empresarios Indígenas en Facebook.

Вам также может понравиться