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Alimentación en el Primer

Año de Vida

GRUPO 3:
Fátima Del Amo
Javier García
Esther Gil
Daniel Giménez
Mª Amparo Giménez
Esther Giner
Mónica Gómez

EUE la FE
2009/2010

6.2 Nutrición y Dietética


Nutrición y Dietética
Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

ÍNDICE

- Introducción Pág. 3

- Alimentación ene l primer año de vida Pág. 3

- Necesidades Nutricionales Pág. 5

- Lactancia Materna Pág. 7

- Composición de la leche humana Pág. 9

- Diferencias en el valor nutritivo entre la leche materna y la leche de vaca

Pág. 12

- Como alimentar al lactante en los primeros días. Pág. 13

- Control de la ingesta en el lactante con lactancia natural Pág. 13

- Lactancia artificial Pág. 14

- Inconvenientes de la lactancia artificial Pág. 15

- Características para las leches de fórmula adaptada Pág. 15

- Cálculo de la ración alimentaria Pág. 15

- El paso de la lactancia materna a la alimentación complementaria

Pág. 16

- Alimentación complementaria diversificada o Beikost Pág. 16

- Desarrollo neuromuscular Pág. 17

- Alimentación complementaria Pág. 17

- Bibliografía Pág. 22

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Nutrición y Dietética
Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

ALIMENTACIÓN EN EL PRIMER AÑO DE VIDA

Introducción

Como todos sabemos la alimentación es uno de los principales determinantes de


la salud del ser humano y el factor extrínseco más importante para su desarrollo. Los
hábitos alimentarios se adquieren en la primera infancia, por lo que es importante
comenzar a educar esos comportamientos desde el primer año de vida, ya que una
alimentación deficiente va a tener consecuencias negativas, no sólo para la salud del
niño (pudiendo producir un retraso del crecimiento y del desarrollo), sino que también
puede condicionar su salud en la edad adulta, aumentando el riesgo de desarrollar
problemas crónicos como la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, hipertensión,
cardiopatía isquémica o cáncer.

La edad pediátrica es el momento en que la aplicación de cualquier medida


dirigida a evitar errores o hábitos nocivos para la salud es más eficaz. En primer lugar,
porque la infancia no es un periodo de tiempo especialmente vulnerable a la acción
nociva de las carencias, excesos o errores en la alimentación, y en segundo lugar,
porque este periodo es una etapa clave en el aprendizaje y adquisición de los hábitos
alimentarios y es importante que estos sean saludables desde el nacimiento. Por ello,
la alimentación del niño debe cumplir un triple objetivo:

- Cubrir las necesidades y plásticas que permitan un crecimiento y desarrollo


normales.

- Evitar carencias y desequilibrios entre los distintos nutrientes.

- Contribuir a prevenir una serie de enfermedades del adulto relacionadas con la


nutrición.

ALIMENTACIÓN EN EL PRIMER AÑO DE VIDA.

El primer año de vida es un periodo caracterizado por un rápido crecimiento y


desarrollo físico. Los lactantes pierden peso en los primeros días de vida y recuperan
sólo una parte hacia el sexto-séptimo día.

Suelen duplicarlo alrededor del cuarto al sexto mes y lo triplican al año, mientras
que el aumento en longitud durante dicho primer año es de unos 25 cm (podemos
decir que incrementa su talla en un 50% aproximadamente). La grasa corporal total
aumenta con rapidez durante los primeros nueve meses. Este gran desarrollo físico va
a condicionar unas determinadas necesidades de nutrientes que se van a ir
modificando a lo largo del primer año de vida, ya que es muy importante una buena
alimentación, la cual conseguirá aportar todas las demandas energéticas, de principios
inmediatos, minerales y vitaminas necesarias.

Por otra parte, la inmadurez de ciertas funciones implicadas en el proceso


alimentario, como son los movimientos de deglución capaces de arrastrar hasta la
faringe los alimentos, no son eficaces hasta el cuarto o sexto mes y, asimismo, la
dentición necesaria para la masticación no se va a desarrollar hasta el segundo
trimestre. Igualmente, la secreción gástrica y pancreática no va a ser óptima hasta el
segundo año de vida.

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

Por todo lo dicho se entiende que en este periodo de vida se considera al niño
un lactante, ya que es la leche, materna o de fórmula, un alimento ideal adaptado a
sus necesidades.

La leche de mujer cubre todas las demandas nutricionales durante el primer


semestre para mantener un grado óptimo de salud y desarrollo. Los alimentos deben
introducirse uno a uno, tanto por razones organolépticas como para la identificación de
intolerancia a los mismos. También es muy importante que la dieta sea lo más
diversificada posible. Los alimentos y las cantidades que tiene que ingerir el niño en su
primer año de vida han de ser valorados con relación a la tasa de crecimiento,
desarrollo, salud y el bienestar del niño.

Durante la década de 1990 se realizaron estudios que apoyaban que la nutrición


de los niños durante los piremos meses de vida tiene consecuencias metabólicas en el
desarrollo en la infancia tardía y la adolescencia, relacionándose también con la
aparición de enfermedades en la vida adulta.

La alimentación del lactante debe ser considerada en tres estadios que se


superponen:

1. Periodo de lactancia: Comprende desde el nacimiento hasta los 4 o 6 meses


de edad. La lactancia materna o las fórmulas de inicio constituyen la
alimentación exclusiva en este periodo (puesto que el lactante solo es capaz de
succionar y deglutir líquidos). El tracto digestivo no se ha desarrollado, así
como tampoco los mecanismos de defensa para competir con proteínas
extrañas. Del mismo modo, los riñones no son lo suficientemente maduros para
soportar sobrecargas de electrolitos y proteínas.

2. Periodo de transición: Dura de los 6 a los 12 meses. En este periodo se inicia


la alimentación complementaria. Al final del primer semestre se producen dos
cambios importantes en el desarrollo neuromuscular:

o Capacidad de deglutir alimentos no líquidos. Se adquiere la habilidad de


formar el bolo de tamaño y consistencia adecuada para ser deglutido.
La introducción de alimentos semisólidos y sólidos en este periodo tiene
mucha importancia inadecuadamente.

o Capacidad de mantener en tono cefálico y del tronco. Esto le permite al


niño expresar el deseo de alimentarse. Además el niño comienza a
apreciar el color y sabor de los alimentos.

- La introducción de la alimentación complementaria también es posible en este


periodo. Porque el intestino ha madurado significativamente. El riñón está ya
capacitado para soportar cargas osmolares superiores con menos agua.

3. Periodo de adulto modificado: Se inicia alrededor del año de vida, cuando se


desarrolla el sistema nervioso y el aparato digestivo y renal y alcanzan un
grado similar al del adulto. El niño se incorpora a la dieta familiar, siempre
debiéndose tener en cuenta la cantidad, digestibilidad, consistencia y el tamaño
de los alimentos administrados.

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

El Proyecto Etapas es el primer estudio de ámbito nacional que analiza la


adquisición de comportamientos y hábitos en salud de la población infantil.

Necesidades nutricionales

- Energía:

Las necesidades energéticas del recién nacido son dos o tres veces superiores a
las del adulto, expresado en relación a la superficie corporal. Las necesidades de
mantenimiento incluyen el gasto por metabolismo basal, las pérdidas por excretas y la
energía para la termogénesis de los alimentos.

Dichas necesidades se mantienen a lo largo del primer año de vida alrededor de


70 Kcal/kg de peso. La cantidad de energía requerida para el crecimiento durante el
primer año es inversamente proporcional a la edad, variando en sentido opuesto a la
velocidad de crecimiento. Las necesidades calóricas por actividad física aumenta
desde 9 Kcal/kg en los primeros meses hasta 23 Kcal/kg al final del primer año. Las
necesidades de energía durante el primer año de vida las mostramos en una tabla a
continuación:

Categoría Edad (años) Peso (kg) Altura (cm) GET (Kcal/día)

Lactantes 0 a 0’5 6 60 648

Lactantes 0’5 a 1 9 71 882

- Agua:

El contenido corporal de agua en el recién nacido es muy elevado, el 80%,


mientras que en el niño mayor es el 60%. El lactante por otro lado, tiene una mayor
proporción de agua extracelular lo que le hace más vulnerable a las alteraciones del
metabolismo hidroelectrolítico. Las necesidades diarias son de unos 150 ml/kg de
peso. Estas necesidades pueden variar con la temperatura y el ambiente, las pérdidas
de líquidos, etc.

- Proteínas:

Las proteínas son componentes esenciales del organismo, están constituidas por
polímeros de aminoácidos que cumplen una función estructural y forman parte de
enzimas, hormonas y anticuerpos, Los aminoácidos son utilizados para sintetizar las
proteínas corporales.

La síntesis de cada una de esas proteínas se realiza a partir de la ingesta


adecuada de aminoácidos esenciales y no esenciales.

Las recomendaciones de ingesta proteica se basan en el patrón alimentario del


lactante sano alimentado con leche materna. En la siguiente tabla resumiremos los
aportes proteicos recomendados durante el primer año de vida.
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Edad (meses) ESPGHAN DA, 1989

0-6 1’8 – 2’8 2’2

6-12 1’8 – 1’6 2’8

- Lípidos:

Los lípidos son sustancias que se caracterizan por ser solubles en disolventes
orgánicos e insolubles en el agua. Su importancia vienen dada porque son sustancias
altamente energéticas, suministran ácidos grasos esenciales y son vehículo de
vitaminas liposoluble.

El Comité de Nutrición de la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición


Pediátrica (ESPGHAN) recomienda n el primer año de vida un aporte de 4 a 6 gramos
de grasa por 100 ml de fórmula láctea, que supone entre el 40 y el 55 % del aporte
calórico total. Igualmente la National Research Council (NRC) aconseja que el
contenido de colesterol no supere los 300 mg/día.

- Carbohidratos:

Son la fuente más importante de energía. Se encuentran en los alimentos en


forma de monosacáridos y polisacáridos.

La EPSGHAN recomienda que el aporte hidrocarbonado durante los seis


primeros meses de vida sea en forma de disacáridos como la lactosa, admitiendo la
introducción de la dextrinomaltosa a partir del cuarto mes de vida, y por último,
introducir la sacarosa a partir del sexto mes. Igualmente recomienda un aporte entre 8
y 12 g/100 Kcal, lo que supone entre el 32 y el 48% del aporte calórico total.

- Electrolitos:

Las necesidades de electrolitos del lactante superan las del adulto debido a la
rápida expansión del volumen extracelular. Un aporte excesivo de sodio daría lugar a
un aumento de la carga osmótica renal. Por otra parte, se relaciona la hipertensión en
la edad adulta con la ingesta excesiva de sal en edades tempranas de la vida. La
ESPGHAN recomienda un aporte de 6 a 8 mEq de sodio por día, cantidad muy similar
a la suministrada por la leche materna.

- Minerales:

La ingesta recomendada de calcio varía entre el primer y el segundo semestre.


La relación calciofósforo debe ser de 1’3-1 en los primeros seis meses y 1’2-1 del
sexto mes al año de vida. En cuanto al magnesio, las recomendaciones
estadounidenses hemos constituido la siguiente tabla junto con las necesidades de los
lactantes de otros minerales:

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

También hemos recogido en una tabla las recomendaciones de oligoelementos:

Edad Hierro Zinc Yodo Selenio Cobre Manganeso Flúor Cromo Molibdeno
(meses) (mg) (µg) (µg) (µg) (mg) (mg) (mg) (µg) (µg)

0-6 6 5 40 10 0’4-0’6 0’3-0’6 0’1-0’5 10-40 15-30

6-12 10 5 50 15 0’6-0’7 0’6-1 0’2-1 20-60 20-40

- Vitaminas:

Las recomendaciones de vitaminas liposolubles para la población


norteamericana y la ingesta de vitaminas hidrosolubles se muestran en las siguientes
tablas. Igualmente, más adelante se muestra la ingesta recomendada para este grupo
de edad en España.

Ingesta recomendada de vitaminas liposolubles por persona y día para la


población infantil de EEUU (RDA).

Categoría Edad(años) Vit. A (µg Vit. D (µg) Vit. E (µg) Vit. K (µg)
ER*)

Lactantes 0’0-0’5 375 7’5 3 5


0’5-1’0 375 10 4 10

Ingesta recomendada de vitaminas hidrosolubles por persona y día para la


población infantil de EEUU (RDA).

Categoría Edad Tiamina Riboflavina Niacina Vit B6 Folato Vit B12 Vit C
(años) (mg) (mg) (mg) (mg) (µg) (µg) (mg)

Lactantes 0’0-0’5 0’3 0’4 5 0’3 25 0’3 30


0’5-1’0 0’4 0’5 6 0’6 35 0’5 35

LACTANCIA MATERNA

La leche materna es, más que un alimento, un sistema nutricional completo


adaptado al crecimiento y al desarrollo del lactante y que varía en su composición a lo
largo del tiempo de lactancia. Supone ventajas tanto para el lactante como para la
madre.

En cuanto al lactante, se pueden enumerar las siguientes ventajas:

- Satisface las necesidades energéticas hasta el sexto mes de vida y constituye


el modelo para la composición de la leche artificial o fórmula de inicio. Su
contenido en aminoácidos esenciales, su bajo contenido en sales minerales y
la excelente biodisponibilidad de calcio, fosforo, magnesio y hierro serían
algunas de sus grandes ventajas.

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

- Proporciona defensa frente a infecciones gastrointestinales, más discutido


frente a otras, como otitis media o infecciones respiratorias. dicho papel no
nutritivo vendría dado por su contenido en inmunoglobulina A secretora,
lactoferrina y lisozima y lípidos con capacidad antimicrobiana.

- Añade factores de crecimiento y hormonas gastrointestinales que son


responsables de la maduración del tracto gastrointestinal.

- Facilita una óptima relación afectiva entre madre e hijo, contribuyendo a un


adecuado desarrollo psicoafectivo.

- Supone una menor incidencia de dermatitis, atópica y sensibilización a


proteínas de la leche de vaca en niños susceptibles.

Respecto a la madre, se pueden mencionar las siguientes ventajas de la lactancia:

- Facilita la contracción e involución del útero.

- Resulta más económica, limpia y fisiológica.

- Parece ser que hay una menor incidencia de cáncer de mama.

Hay estudios que demuestran el impacto social y medioambiental de la


lactancia materna. Se ha demostrado que los niños alimentados con lactancia materna
enferman con menos frecuencia durante los primeros meses de vida, lo que disminuye
el absentismo laboral, consumiéndose además menos recursos sanitarios. El
movimiento mundial referente al desarrollo sostenible y los cuidado del medio
ambiente deben ser una prioridad para todos, pues promocionar la lactancia materna
es una forma de disminuir los residuos generados por la lactancia con leches de
fórmula (envases, biberones, tetinas, etc.), siendo una actividad que, por lo tanto,
protege el medioambiente.

Como hemos estudiado, hay diferentes tipos de leche materna que se producen en
la glándula mamaria y son:

A. El calostro: Durante el último trimestre de la gestación, la glándula mamaria


acumula en el lumen de los alveolos una sustancia llamada precalostro,
formada fundamentalmente por exudado de plasma, células, inmunoglobulinas,
lactoferrina, seroalbumina, sodio, cloro y una pequeña cantidad de lactosa.
Durante los 4 días después del parto se produce el calostro, fluido amarillento y
espeso de alta calidad y escaso volumen.

Tiene menos contenido energético, lactosa, lípidos, glucosa, nucleótidos y PTH


que la leche madura, pero contiene más proteínas, más acido siálico, más
vitamina E, A, K y más minerales como Na, Zn, Se, Fe, Mn y K.

B. La leche de transición: Se produce durante el 4º y 15º día después del parto.


La subida de la leche o aumento brusco en la producción de la misma se
produce entre el 4º y 6º día, que sigue aumentando hasta alcanzar entre 600 y
700 ml del eche al día entre los 15-30 días postparto. Esta leche es de

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composición intermedia y va variando hasta alcanzar la composición de la


leche madura.

C. La leche madura: tiene una gran variedad de componentes nutritivos y no


nutritivos y el volumen promedio es de 700 a 900 ml. Durante los 6 primeros
meses del postparto. Si la madre tiene gemelos producirá suficiente cantidad
de leche para cada uno de ellos.

En líneas generales, la leche madura contiene:

o Volumen: de 700 a 900 ml/día en los 6 primeros meses postparto y de


600 ml/día en el segundo semestre.

o Agua: contiene un 87% y su osmolaridad es semejante a la del plasma,


lo que permite mantener un adecuado equilibrio hidroelectrolítico.

o Calorías: de 68 a 74 Kcal/100 ml.

o Proteínas: entre 0’9,1 g/100 ml. Son fuente importante de aminoácidos


esenciales. Su mayor ventaja para el recién nacido es que las proteínas
procedentes de la aleche materna son funcionales, facilitando la
absorción de nutrientes y la digestión. Contribuyen a la maduración del
sistema inmune, defienden contra patógenos y favorecen el desarrollo
del intestino. Se adaptan a las necesidades del lactante de 3 ó 4 meses,
que son de 1’1 g/kg/día.

D. Leche de pretérmino: Cuando se produce un parto pretérmino las madres


producen durante un mes una leche de composición diferente adaptada a las
características del prematuro. Esta leche tiene un mayor contenido en
proteínas, grasas, calorías y cloruro sódico. Los niveles de vitaminas
liposolubles, lactorferrina e Ig A son superiores en la leche del prematuro.

COMPOSICIÓN DE LA LECHE HUMANA

Proteínas

• Caseína: sobre todo ß-caseína.


• Proteínas del suero:
– α-lactoalbúmina: juega un papel importante en la síntesis de la lactosa y es
fuente de aminoácidos esenciales como el triptófano, la lisina y la cistina. Contiene
taurina, que el recién nacido no es capaz de sintetizar, siendo indispensable para la
maduración de la retina y se encuentra en grandes cantidades en el tejido nervioso.
Tiene carnitina, que facilita la entrada y oxidación de los ácidos grasos en la
mitocondria. Carnitina y taurina son aminoácidos esenciales en el periodo postnatal y
favorecen la absorción de minerales ligando el Ca con el Zn.
– Lactoferrina: muestra una intensa capacidad bactericida frente a patógenos.
Además facilita la captación de hierro en las células intestinales.
– Lisozimas: también tiene un importante papel bactericida.
– Inmunoglobulinas: la más importante es la Ig A secretora, que es resistente a
la proteolisis intestinal. Sus concentraciones son muy altas al principio de la lactancia

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1-2 g/l y se mantiene entre 0,5-1 g/l hasta los dos años. La inmunidad de la madre se
transfiere al hijo a través de las Ig A por el eje entero mamario.
– Seroalbúmina.
– Enzimas.
– Moduladores de crecimiento.
– Hormonas.
• Mucinas.
• Nitrógeno no proteico.

Hidratos de carbono
La lactosa es el principal hidrato de carbono de la leche materna y contiene 7,5 g/ml.
Representa el 40% de su energía. La lactosa es desdoblada en glucosa y fructosa
para la absorción intestinal. Produce en el lactante deposiciones blandas que facilitan
la absorción de hierro, calcio, manganeso, magnesio y otros minerales. La alta
concentración de lactosa promueve la colonización intestinal de lactobacilus bífidus,
que tienen un efecto protector frente a infecciones en el tracto digestivo.

Lípidos
Es el componente más variable de la leche humana. Los triglicéridos
constituyen más del 98% de la grasa de la leche. El resto son fosfolípidos (0,7%),
ácidos grasos libres, mono y diglicéridos y colesterol. Su concentración varía desde 2
g/100ml en el calostro a 4-4,5 g/100 ml en la leche madura. Es la principal fuente de
energía para el lactante y proporciona el 40-50% de las Kilocalorías. Existe gran
variabilidad de una mujer a otra, de una hora del día a otra e, incluso, durante la
tetada. Predominio de ácidos grasos poliinsaturados como el linoléico, linolénico y
oleico. Contiene además otros ácidos grasos esenciales como el araquidónico (AA), el
decosahexanoico (DHA) y el eicosapentanoico (EPA), constituyentes de la membrana
celular. El DHA se concentra sobre todo en el cerebro y la retina, lo que favorece una
mejor agudeza visual y desarrollo cerebral. Conviene que la dieta de la madre
embarazada o lactante sea mediterránea, ya que los niveles de ácidos grasos de la
leche van a depender de sus concentraciones en plasma y se relacionan con la dieta
materna a corto y largo plazo.

Sales minerales
La leche humana contiene todos los minerales que necesita el niño. Sus
concentraciones son más bajas que en las leches de fórmula. Su contenido no se
modifica con la dieta materna.
• Calcio/fósforo. La relación calcio/fósforo es de 2/1, lo que favorece la
absorción (se absorbe el 75% del calcio ingerido). Cuando la madre ingiere poco calcio
y fósforo, se movilizan los depósitos óseos. Incluso en déficit de vitamina D en la
madre, la mineralización del hueso en el niño es buena.
• El hierro de la leche humana tiene una excelente biodisponibilidad. Se
absorbe en un 50%, mientras que en la leche de vaca es de un 10%. Esta
biodisponibilidad se debe a la acidez del tracto digestivo, a la presencia de Zn y Cu, a
la lactoferrina y a la ferritina presentes en las leches humanas. Entre los niños
alimentados con lactancia materna durante los 6 primeros meses es muy difícil
encontrar carencias. Los niños pretérminos necesitan suplementos de Fe de 2- 4
mg/kg/día.
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• El zinc es esencial para la composición de enzimas y para el desarrollo de la


inmunidad celular. Tiene mayor biodisponibilidad que en la leche de fórmula.
Su contenido disminuye a lo largo de la gestación y es adecuado hasta los 5 ó 6
meses.
• El flúor únicamente se debe administrar a los lactantes mayores de 6 meses
cuando el contenido de las aguas de consumo habitual sea inferior a 0,3 mg/litro.

Elementos traza
• Selenio. Su concentración en la leche humana es la adecuada para el
crecimiento del lactante, contiene mayor cantidad de selenio que la leche de vaca o de
fórmula y mejor biodisponibilidad. Sus niveles dependen de la leche materna. Es un
nutriente esencial, ya que defiende del daño oxidativo.
• Cobre. Tiene buena biodisponibilidad. Su carencia produce anemia
microcítica e hipocroma con alteraciones neurológicas. Dichas enfermedades no se
han descrito en lactantes alimentados con leche materna.
• Cromo, manganeso y aluminio. Las necesidades del lactante se cubren con la
leche materna.
• Plomo. La ingesta es menor en los niños amamantados.
• Yodo. El contenido es adecuado para las necesidades del lactante.

• Sodio. Su concentración en la leche es similar a la del plasma y disminuye a


medida que progresa la lactancia. En la leche de vaca es tres veces superior.

Vitaminas
Depende de la ingesta materna. En las vitaminas hidrosolubles depende de la
ingesta reciente y en las liposolubles de la reciente y los depósitos.

Vitaminas liposolubles
• La vitamina D es deficitaria en la leche materna en los países poco soleados,
pero no se observan carencias en los lactantes. La leche materna no cubre los
requerimientos del lactante, pero gracias a su síntesis en la piel por influencia de los
rayos ultravioleta no se necesitan suplementos en lactantes que estén expuestos a la
luz solar. Sólo se añadirán suplementos en niños con piel oscura, lactantes
prematuros e hijos de madres vegetarianas estrictas.
• Los niveles de vitamina K son menores que en la leche de vaca. Se
suministra a todos los recién nacidos para evitar la enfermedad hemorrágica, sus
niveles son mayores en el calostro que en la leche madura y se sintetiza a partir de las
dos semanas por la flora intestinal.
• La vitamina A es superior en la leche materna que en la de vaca y también es
superior en el calostro que en la leche madura.
• El contenido en vitamina E de la leche materna cubre todas las necesidades
del lactante.

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Vitaminas hidrosolubles
• Ácido fólico, niacina, riboflavina (B2), tiamina (B1), piridixina (B6), y
cianocobalamina (B12). Sus niveles son más altos en madres bien nutridas. Las
madres vegetarianas pueden necesitar suplementos de estas vitaminas en su dieta.

Enzimas
Algunas como la lipasa, amilasa y enzimas proteolíticas intervienen en la digestión,
otras tiene función inmunológica directa y su concentración es mayor en el calostro.

Hormonas
Se pueden detectar todas las hormonas maternas en la leche, pero se desconocen
sus efectos en los lactantes. La leptina es una hormona que se encuentra en el
adiposito, pero también en la leche humana, siendo una hormona antiobesidad, es
decir, que modula la regulación de energía durante periodos de ayuno. La insulina
decrece durante el periodo de lactancia y es mayor en el calostro.

Factores de crecimiento
Son péptidos hormonales activos que ejercen su acción estimulando la síntesis de
RNA y ADN, la proliferación celular y el crecimiento y maduración del intestino y otros
órganos. Sus niveles son mayores en el calostro. La eritropoyetina estimula la
eritropoyesis, la inmunidad, la maduración del SNC y del intestino.

DIFERENCIAS EN EL VALOR NUTRITIVO ENTRE LA LECHE MATERNA Y LA


LECHE DE VACA
La composición de la leche materna varía entre las distintas mujeres e, incluso,
en la misma mujer en función de la duración de la lactancia, de la hora del día o de si
se trata del momento inicial o final de una tetada. Aunque el régimen alimentario y
otros factores maternos influyen en la composición de la leche, parece razonable
pensar que en ésta los cambios se adaptan en gran medida a las necesidades y
prioridades nutricionales del lactante, sobre todo en los primeros meses de vida;
posteriormente, su composición es más dependiente de la dieta y de la composición
corporal de la madre.
La leche de vaca es más densa en nutrientes (excepto en glúcidos) que la
leche de mujer.
Esta característica hace que no sea apta en los primeros meses de vida.
• Proteínas: la leche de mujer tiene la mitad de proteínas que la de vaca, tiene
menos caseína y resulta más digerible. La relación lactoalbúmina/globulinas es de 1/6,
mientras que en la de mujer es 1/1.
• Lactosa: la leche de mujer es más rica en oligosacáridos (intervienen en el
desarrollo de la flora intestinal en los niños) y más dulce.
• Grasas: no existen diferencias cuantitativas, pero sí cualitativas ya que el
8,5% son poliinsaturados (linoleico, linolénico, araquidónico), mientras que en la leche
de vaca sólo el 2,5% son poliinsaturados.
• Minerales: la leche de vaca triplica los valores respecto a la leche de mujer, lo
que supone una sobrecarga para el lactante de electrolitos.
• La leche de mujer contiene lisozimas y factores de crecimiento que favorecen
el desarrollo de lactobacillus bífidus en el intestino del lactante.
• Además, transfiere inmunoglobulinas que le proporcionan protección inmunológica.
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COMO ALIMENTAR AL LACTANTE EN LOS PRIMEROS DÍAS

Hay que poner al bebe al pecho en la sala de partos siempre que se pueda y debe
continuar cogiéndose al pecho lo antes posible y con frecuencia. La mayoría de los
bebés están activos y despiertos durante las primeras horas después del parto. Pero
después pasan a un período de letargo que puede durar 12 horas o más, por lo tanto
las primeras horas son decisivas en la introducción de la alimentación del lactante.
Según numerosos estudios está recomendado la alimentación del lactante según su
demanda, ya que la recuperación del peso perdido es más rápida, hay una mayor
duración de la lactancia, menos incidencia de ictericia y de ingurgitación mamaria; si
se compara con un horario estricto de 3 a 4 horas. Además la duración de tomas no
debe limitarse. Si el bebé se queda dormido durante la toma, es conveniente separarlo
introduciendo el dedo en su boca, para no producir daño en el pezón.- A medida que
las horas de vida aumentan la sensación de hambre aumentara, lo que hará aumentar
la duración de las tomas. Y con ello, aumentará la producción de leche materna.

Se recomienda que el bebé pase con su madre el mayor tiempo posible para
poder realizar las recomendaciones anteriores. Además así, los profesionales
enfermeros podemos darle la educación sanitaria necesaria. Debemos recomendar
que el descanso materno sea igual al del niño, el contacto físico con el bebé
(Lawrence) ya que esto favorece la lactancia y el descanso.

En los primeros días después del nacimiento, no se debe administrar agua, suero
glucosado o leche artificial. , ya que es perjudicial para el éxito de la lactancia materna.
Se recomienda no utilizar tetinas ni biberones, hasta que la lactancia materna no esté
bien instaurada porque se produce una disfunción secundaria.

CONTROL DE LA INGESTA EN EL LACTANTE CON LACTANCIA NATURAL

- Controlar horario de demanda (de 8 a 10 tomas diarias)

- No dar otro tipo de alimento o líquido

- Dar uno o dos pechos según la demanda

- Control de micciones y deposiciones (3 o 4 micciones y deposiciones de color


amarillento o verdoso)

- Pesar al lactante cada 8 o 10 días

- Frecuencia y duración de las tomas depende del lactante, media de 15 o 20


minutos.

- Las tomas de pecho nocturnas prolonga la lactancia materna.

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LACTANCIA ARTIFICIAL

La lactancia artificial se considera cuando el niño durante el primer año de vida


es alimentado ccon leche procedente de otros mamíferos.

Ante la necesidad de suplir en determinados casos la lactancia materna se han


empleado diversos sucedáneos. Así, durante mucho tiempo, se ha usado leche
procedente de otros mamíferos (vaca y cabra). Posteriormente se han desarrollado
productos industriales sustitutivos de la leche de mujer, surgiendo de este modo las
“leches de fórmula” que, utilizando como base la leche de vaca, han seguido su
elaboración diversos procedimientos para hacerlas lo mas semejante posible a la
leche humana. El ESPGHAN establece la existencia de dos tipos de preparados o
fórmulas de características muy distintas:

Fórmulas de inicio

Es aquella que cubre por si sola las necesidades del lactante durante los cuatro
a seis primeros meses de vida.

Preparados a base de leche de vaca sobre los que se realizan una serie de
modificaciones complejas para adecuarlas a los fines nutricionales del lactante. Su
valor calórico es similar a la leche humana. En lo últimos años se han añadido, a.a.
con funciones nutricionales que tienen efectos beneficiosos para el desarrollo
gastrointestinal, sistema inmunitario, microflora intestinal o la absorción de hierro. Otra
modificación ha sido la utilización exclusiva de aceites. La lactosa debe ser le único
azúcar de la fórmula. El contenido de sales minerales debe ser reducido (no inferior al
contenido de la leche de mujer). Si contienen hierro, debe estar en el etiquetado y
deben contener al menos 1 mg/100kcal o 0’7/100ml

Fórmulas de continuación

Las diferencias con las fórmulas de inicio son, que tienen valor energético superior,
su contenido proteico es más elevado, pueden contener polisacáridos (almidón o
harinas, además de lactosa). EL contenido en Na, K, Cl, Fe, Ca y P deben de ser
superiores.

Es un producto alimentario destinado a la alimentación del lactante a partir de los


cuatro a seis meses de vida. Esta fórmula de continuación se considera alimento
adecuado para lactantes de cinco a doce meses y para niños de uno a dos años como
parte de una dieta individualizada. Últimamente se tiende a prolongar el uso de leches
de continuación hasta dos o tres años. Esta tendencia se basaría en la mayor carga de
solutos renales de la leche de vaca y en un mayor riesgo de ferropenia por el menor
contenido de hierro en la leche de vaca respecto a la leche de continuación.

Fórmula 3 o leche de crecimiento

Aparecida en los últimos años, puede ser utilizada desde el primer año hasta los tres.

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

INCONVENIENTES DE LA LACTANCIA ARTIFICIAL

- Mayor tendencia a afecciones gastrointestinales

- Tendencia a la obesidad

- Intolerancia y alergias a la leche de vaca

- Predisposición a la malnutrición

CARACTERISTICAS PARA LAS LECHAS DE FÓRMULA ADPTADA

- Deben cubrir las necesidades mínimas de sustancias nutritivas

- Han de adaptarse a la tolerancia restringida del lactante

- Tienen que ser lo más semejante a la leche humana

- No deben contener ni almidón, ni harina ni sustancias espesantes, ni miel ni


factores de crecimiento.

- No tienen q ser acidificadas.

- Deben ser isotónicas

- Los hidratos de carbono no han de ser monosacáridos.

- No deben ser ricas en minerales

- Las grasas aportaran el 50% de las calorías

- Han de aportar:

o 68 Kcal/100ml
o Proteínas entre 1’2 y 1’9 gr/100ml
o Grasas entre 2’7 y 4’1 g/100ml
o Carbohidratos entre 5’4 y 8’9 g/100ml
o Electrolitos 50 mEq/100ml
o Calcio 40 mg/100ml
o Fósforo 20mg/100m
o Magnesio, cobre y cinc y complejos vitamínicos

CÁLCULO DE LA RACION ALIMENTARIA.

La ración alimentaria es la cantidad de alimento necesario que hay que suministrar


a un lactante para lograr un crecimiento y desarrollo normal, debe reunir adecuadas
proporciones de los nutrientes esenciales, ser de fácil tolerancia y estar en condiciones
de asepsia. La cantidad de leche al día tiene que ser:

- Primer trimestre: de 140 a 150 ml/kg/día

- Segundo trimestre: de 120 a 140 ml/kg/día

- Segundo semestre: de 110 a 120 ml/kg/día

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

El cálculo de la ración alimentaria se puede hacer mediante:-

- Método calorimétrico de HEUBNER: Permite hallar las necesidades del niño


respecto al peso, sabiendo que la leche aporta 5 Kcal/gr y que la dilución es al
13%

- Regla de NOTKIN: Poner el número de meses con un 1 delante y un 0 detrás.


Si el niño toma cada 4 h se añaden 10 más.

EL PASO DE LA LACTANCIA MATERNA A LA ALIMENTACIÓN


COMPLEMENTARIA

El Destete

Es el abandono de la lactancia materna y la dependencia del lactante al pecho


materno. Se instaura durante un periodo largo en el que el lactante , sin abandonar la
lactancia materna, empieza a probar nuevos alimentos.

La OMS recomienda un destete progresivo a partir de los 6 meses, con la


introducción de nuevos alimentos y mantener la lactancia hasta los dos años o más.
Iniciar el destete a partir de los 6 meses beneficia a la mayoría de los lactantes. Si el
destete es precoz existen riesgos para la madre y el lactante. En el niño la introducción
precoz de sólidos se relaciona con obesidad infantil y enfermedades cardiovasculares
en el adulto.

Para realizar un destete progresivo se introducirán los alimentos depuse del


pecho, sin forzar.

ALIMENTACION COMPLEMENTARIA (DIVERSIFICADA O BEIKOST)

La edad óptima para la introducción de la alimentación complementaria viene


determinada por el momento en que la ingesta de la leche de mujer, o formula
adaptada son insuficientes para mantener un crecimiento adecuado.

La leche y derivados siguen siendo el principal alimento durante el segundo


semestre de vida, ya que tiene que aportar de ½ a 1/3 de las calorías totales de la
dieta, que suponen, como mínimo, 500 ml procedentes de la leche.

La razón más importante para la introducción de la alimentación complementaria


es nutricional, dado que tanto la lactancia materna como la artificial en exclusiva no
sufren las necesidades energéticas y de nutrientes del lactante a partir de un
determinado momento. Otro motivo para la introducción de esta alimentación es que
hacia el sexto mes de vida, el niño desarrolla los mecanismos neuromusculares
necesarios para reconocer la cuchara, masticar y digerir alimentos, no líquidos y
apreciar variaciones de sabor en los mismos. Además hay otros factores que van a
aconsejar la introducción de otros alimentos: el desarrollo de la función renal e
intestinal, y el desarrollo psicomotor del lactante. La sensibilización a alérgenos
alimentarios tiende a producirse en los primeros meses de vida, por eso se debe incidir
en las medidas preventivas.

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

Como hemos dicho, se recomienda retrasar la introducción a la alimentación


complementaria hasta los 6 meses, y comenzar con los alimentos menos alergénicos
como el arroz, verduras, carnes y frutas. Evitar la leche de vaca, pescados y huevos
hasta el año de vida, así como el consumo de alimentos manufacturados con aditivos
alimentarios.

DESARROLLO NEUROMUSCULAR

EDAD (meses) DESARROLLO MUSCULAR

0-4 Reflejos de búsqueda succión y deglución


Movimientos de extensión de la boca
4-6 Control muscular labial para cerrar la boca
Movimientos de la lengua hacia atrás y hacia delante
Movimientos hacia dentro del labio inferior cuando se retira la
cuchara.
5-7 Movimientos mandibulares, arriba y abajo
Masticación
Control del impulso de succión
Rechazo del alimento retirando cabeza hacia atrás
6-8 Habilidad de agarrar y dirigir los alimentos a la boca
Capacidad de sentarse con ayuda
8-10 Coordinación mano-boca y masticar
Comprende concepto y uso de cuchara
Control manual ocular
9-12 Capacidad de pinzar y agarrar alimentos
Movimientos masticatorios rotatorios
Capacidad de llevarse alimentos a la boca e intentar comer

ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

De los tres grupos de alimentos (cereales, frutas y verduras y carnes) no existen


razones para recomendar el comienzo por uno u otro. En general, es básico tener en
cuenta los hábitos culturales alimentarios. Se hace a continuación una breve revisión
sobre los diversos alimentos que se utilizan en la alimentación complementaria en
España:

A partir de los 6 meses se pueden introducir papillas, purés y alimentos


semisólidos. La OMS recomienda que a los niños amamantados sanos se les
proporcione 2 ó 3 comidas al día, además de la leche materna a demanda entre los 6
y 8 meses y 3-4 comidas al día entre los 9 y 24 meses. Se recomienda ofrecer el
pecho antes y después de los sólidos.

El primer alimento que puede complementar la lactancia son los cereales. Su


principal componente, el almidón, es tolerado y perfectamente digerido por el lactante
a partir del cuarto mes. Los primeros cereales deben ser predigeridos, sin azúcar y sin
gluten. Las tomas deben ser añadiendo:
- 1-2 cucharaditas por cada 100 ml y,
- Aumentándola a 5-7 cucharaditas/100 ml.
- Con 8-9 cucharaditas por cada 100ml, hacia los 8-9 meses.
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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

Si las papillas son lacteadas se preparan con agua. Desde el punto de vista
nutricional los cereales proporcionan energía en forma de hidratos de carbono, pocas
proteínas, sales minerales, vitaminas (tiamina) y ácidos grasos esenciales (0,5 a 1
g/100 g de cereales). Según la ESPGAN, su contenido proteico debe ser de 1-3 g/100
Kcal, excepto cuando llevan leche. La adición de sacarosa no ha de sobrepasar los 7,5
g por 100 Kcal y 5 g/100 Kcal en los cereales lacteados. Antes de los 6 meses se
utilizarán cereales que no contengan gluten, arroz, maíz y tapioca, y sólo después de
los 7 meses trigo, avena, cebada y centeno. La ESPGAN sugiere que el contenido de
hierro en los cereales sea de 0,5mg/g de producto seco, aproximadamente 12,5
mg/100 Kcal.

Respecto a la utilización de cereales con verduras deberá tenerse en cuenta el


aporte de sodio que éstos llevan, para que sumados a la fórmula adaptada no superen
los requerimientos diario de este electrolito. En cuanto a la frecuente práctica de añadir
miel a los cereales hay que tener en cuenta que es un alimento que proporciona
esencialmente azúcares simples adicionales no necesarios durante el primer año de
vida. Tampoco han de contener los cereales aditivos, espesantes y saborizantes, ya
que se han descrito reacciones urticariales, trastornos respiratorios y digestivos.

Las frutas constituyen un alimento importante por su contenido en azúcares,


fibras vegetales, vitaminas y otros antioxidantes. La sacarasa no debe introducirse
antes de 5º- 6º mes, ya que puede condicionar hábitos alimenticios inadecuados,
tendencia la obesidad y aterosclerosis, así como una mayor incidencia de caries
dental. Suelen administrarse inicialmente en forma de zumo y a cucharaditas para
evitar la costumbre del biberón con zumo azucarado y prevenir la caries del biberón.
Posteriormente, se pasa a las papillas, utilizándose la fruta del tiempo, teniendo
especial cuidado con las potencialmente alergénicas (melocotón y fresa). Es
aconsejable emplear fruta fresca. Además, es necesario limitar la cantidad de fruta que
se administra al bebé, evitando que su ingesta excesiva condicione la toma de otros
alimentos como cereales y leche.

Es importante evitar las bebidas azucaradas por su escaso valor nutritivo y por su
aporte como calorías vacías. El consumo excesivo de zumos disminuye el apetito en
los niños y producir diarrea.

Las verduras se ofrecerán a partir de los 6 meses en forma de puré. Con ellas se
aportan minerales, vitaminas, antioxidantes y fibra. Se introducirán gradualmente,
empezando con el caldo para ir incorporando las verduras totalmente trituradas. Hay
que evitar en los primeros meses las espinacas, zanahoria, col y remolacha, que
pueden ser causa de metahemoglobinemia por su contenido en nitratos. Habrá que
tener precaución con las verduras preparadas y conservadas en nevera, ya que el
riesgo de metahemoglobinemia aumenta con el tiempo de conservación.

La carne aporta fundamentalmente proteínas en el 20% de su peso en forma de


miosina con todos los aminoácidos esenciales. Es fuente de hierro y vitamina B. Se
recomienda un aporte aproximado de 15-20 g a los 7 meses, aumentando
progresivamente a 40- 50 g hasta el año de edad. Suele ofrecerse en primer lugar

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

pollo por ser más digerible y menos alergénico. Posteriormente se introduce la ternera,
la vaca y el cordero. Al principio la carne se prepara cocida y triturada, mezclada con
la verdura, y cuando el niño es capaz de masticar se le puede dar en pequeños trozos.

Las vísceras como el hígado son muy ricas en proteínas de alto valor biológico,
vitaminas y hierro pero suponen un gran riesgo de aporte de tóxicos y hormonas.
Cuando se incluyan en la alimentación siempre deben estar adecuadamente cocidas y
aportadas en pequeña cantidad, de forma esporádica.

El huevo tiene gran capacidad alergénica, por lo que se puede introducir al 10º
mes, comenzando por la yema, que puede añadirse a la papilla o al puré de la cena,
mientras que la clara se retrasa hasta el año. Deben administrarse cocidos para ser
adecuadamente digeridos por las enzimas digestivas, disminuir su poder alérgico o
reducir los riesgos de toxiinfección alimentaria, si se da crudo, la albumina de la clara
no se absorbe.. Su aporte no superará las 2 ó 3 unidades a la semana. El huevo
completo se introduce al año de vida.

Las legumbres pueden ofrecerse en el último trimestre, alrededor del año de


edad. Son una fuente de aminoácidos, fibra, vitaminas y oligoelementos. Se introducen
en pequeñas cantidades y de forma progresiva para evitar flatulencias y favorece la
digestión.

El pescado no se introducirá antes de los 9-10 meses, ya que el lactante suele


tolerarlos mal pues retrasa el vaciado gástrico. Puede producir reacciones alérgicas y
contener sustancias tóxicas (mercurio y ácido bórico, entre otros). Hay que comenzar
con pescado blanco porque tiene menor cantidad de grasa.

La leche de vaca entera sin modificar no debe formar parte de la alimentación


complementaria antes de los 12 meses, para evitar carencias de hierro. Su ingesta
temprana puede ocasionar pérdidas de sangre por heces, ferropenias y
sensibilizaciones en familias de riesgo, elevada carga renal de solutos y efectos sobre
el perfil lipídico a largo plazo
Hoy en día se preparan productos de fermentación de leche entera de vaca
modificada que son adecuados para los lactantes a partir de los 8-9 meses y son
fuente de calcio, proteína y energía.

El yogur constituye un excelente aporte lácteo, ya que contiene poca lactosa por
su paso a ácido láctico. Por estar acidificado favorece la absorción y asimilación del
calcio, regenera la flora intestinal y produce un tránsito digestivo rápido, por lo que es
de gran utilidad en los lactantes vomitadores. Puede empezar a utilizarse a partir del
8º mes. Se evitarán los yogures azucarados y en los naturales no se adicionará
azúcar, acostumbrando al niño al sabor agrio del yogur, previniendo la aparición de
caries y la obesidad.

Durante el período de lactancia el aporte de agua necesario ha sido suministrado


por la leche materna o la fórmula adaptada. La alimentación complementaria supone
una sobrecarga osmolar importante, de forma que cuando se introduce ésta hay que
aumentar el aporte hídrico.

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

La ingesta de sodio en el niño debe ser prudente y, aunque no está lo bastante


aclarada su relación con la hipertensión del adulto, es aconsejable mantener ingestas
de 6-8 mEq/kg/día. Se aconseja mantener el aporte de sodio en 200 mg/día desde los
5 a los 12 meses. Es importante controlar el aporte de sodio en la alimentación
complementaria, evitando añadir sal a los alimentos porque éstos la contienen en
cantidades suficientes.

La fibra, tanto soluble como insoluble, forma parte de la alimentación


complementaria en los cereales, frutas y verduras hasta llegar a un aporte de 5 g/día
en el segundo semestre.
No se aconseja suplementar con flúor antes de los 6 meses de edad. El agua del
lactante debe tener menos 0,3 mg/dl. De los 6 meses a los 3 años se suplementará si
el contenido en el agua es inferior a 0,3 mg/l. Si las concentraciones en el agua de
bebida son de 0,6 mg/l no se aconseja hacerlo.

Los requerimientos de calcio en el segundo semestre serán de 500 a 600 mg/día,


que han de ser cubiertos por las fórmulas adaptadas.
A partir del 4º-6º mes de vida los lactantes tienen una mayor posibilidad de
desarrollar anemia ferropénica, ya que existe un aumento de sus necesidades, una
disminución de los depósitos de hierro y una escasa absorción del hierro procedente
de la dieta.

Respecto a las vitaminas, es necesario aportar suplementos de vitamina D a


todos los lactantes desde los 15 días de vida hasta el año, ya que la leche materna es
muy pobre en esta vitamina y las de fórmulas adaptadas, aunque todas están
enriquecidas, no cubren los requerimientos.

Las recomendaciones de la ESPGAN en cuanto a alimentación en el primer año


de vida pueden sintetizarse en:
• Mantener la lactancia materna o las leches de fórmula adaptada, sin introducir la
leche de vaca hasta el primer año de vida.
• Iniciar la alimentación complementaria entre los 4 y 6 meses.
• A partir de los 6 meses no más del 50% de las calorías debe provenir de la
alimentación complementaria. Mantener un aporte de leche o de fórmula de al menos
500 ml/día.
• No introducir el gluten antes del 7º mes.
• Algunos alimentos especialmente alergénicos (pescados y huevos) es mejor
introducirlos después de los 9-10 meses.
• No ha de añadirse sal y azúcar, ya que es suficiente la que lleva la fórmula
adaptada y la alimentación complementaria.

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CUADRO RESUMEN DEL PASO A LA ALIMENTACIÓN DEFINITIVA

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Grupo 3: Alimentación en el primer año de vida

BIBLIOGRAFÍA:

1. Martínez R, Alcolea M, Oter C, Rubiales D. Actualización enfermera en


nutrición y alimentación. En: DAE nutrición. 1ª edición. Madrid. DAE SL;
2007. P97-120.

2. Martín C, Díaz J. Nutrición y dietética. En: DAE. 2º edición. Madrid. DAE


SL; 2009. P286-290.

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