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FUNCION DE LAS ENTREVISTAS PRELIMINARES

E n su texto "El inicio del tratamiento", Freud declara tener la costumbre de practicar lo que llama de tratamiento
de ensayo: tratamiento psicoanalítico de una o dos semanas antes del comienzo del análisis propiamente dicho.
Esto serviría, según él, para evitar la interrupción de análisis luego de un cierto tiempo.

Con ese síntoma, el sujeto se dirige al analista con una pregunta -¿Qué quiere decir esto? ¿Qué significa eso? Esta
posición incluye un saber, pues supone que el analista detenta la verdad de su síntoma bajo la forma de una
producción: el sujeto histérico arrincona al amo (Sj) para que produzca un saber (S2). Saber sobre el goce que está
en causa y que viene a mostrar la verdad escamoteada del síntoma. Maniobra predestinada al fracaso debido a la
impotencia deí saber en dar cuenta de la verdad dei goce (a), constituyendo, entretanto, un lazo sociai por la
propia definición de discurso para Lacan, El enigma ($) es dirigido al analista (Sj), que es el supuesto detentor del
saber: de esta forma el analista es incluido en ese síntoma, completándolo. En las entrevistas preliminares se
trata, por lo tanto, de provocar la histmzaáón del dividido, o sea, el propio inconsciente en ejercicio.*3 2 - LA
FUNCION DIAGNOSTICA La cuestión del diagnóstico diferencial sólo se coloca en psicoanálisis como fundón de la
dirección de análisis: diagnóstico y análisis (en sentido de proceso analítico) se encuentran en una relación lógica,
llamada de implicación: D A (si D entonces A). El diagnóstico sólo tiene sentido si sirve de orientación para la
conducción del análisis. Por lo tanto, el diagnóstico sólo puede ser buscado en el registro simbólico donde son
articuladas las preguntas fundamentales del sujeto (sobre el sexo, la muerte, la procreación, la paternidad) en
ocasión de la travesía del complejo de Edipo: la inscripción del Nombre del Padre en el Otro del lenguaje tiene
como efecto la producción de la significación fálica, permitiendo al sujeto inscribirse en la división de los sexos. A
partir de lo simbólico puede hacerse el diagnóstico diferencial estructural por medio de los tres modos de
negación de Edipo -negación de la castración del O tro- correspondientes a las tres estructuras clínicas. Un tipo
de negación niega ei elemento, pero lo conserva, manifestándose de 6 Lacan, J., “Radiophcmíe”, Scilicet n° 2/3,
Senil, París., 1970, p. 89. dos maneras: en la represión (Verdrangung) del neurótico que niega conservando el
elemento en el inconsciente y en la desmentida ( Verleugnung) del perverso que lo niega conservándolo en el
fetiche. La forclusión (Verwerfung) del psicótico es un modo de negación que no deja trazo o vestigio alguno: ella
no conserva, arrasa. Los dos modos de negación que conservan implican la admisión del Edipo en lo simbólico, lo
que no sucede errla forclusión. Cada modo de ne^acioryes concomitante au n tipo de..ce& torno de lo que es
negado. En la represión, lo que es negado en lo simbólico retorna en lo simbólico bajo la forma de síntoma: el
síntoma neurótico. En la desmentida, lo que es negado es concomitantemente afirmado y retorna en lo simbólico
bajo la forma del fetiche del perverso. En la psicosis, lo que es negado en lo simbólico retorna en lo real como
automatismo mental, cuya expresión más evidente es la alucinación. Como el retorno se da en lo real, es decir,
fuera de lo simbólico, se emplea el neologismo "forclusión” como versión dél término francés forclusión, utilizado
en el ámbito jurídico para referirse a un proceso prescripto, o sea, aquel del que ya no se puede más hablar porque
legalmente no existe más. El término forclusión como forma de negación indica por sí mismo ese lugar de retorno,
la "inclusión" fuera de lo simbólico. Estructura clínica forma de negación lugar de retomo fenómeno Neurosis
represión (Verdrangung simbólico síntoma Perversión desmentida (Veiieu.gnung) simbólico fetiche Psicosis
forciusión (Venoerfung) rea! alucinación ¿Cómo se manifiesta ese diagnóstico diferencial estructural en la clínica?
En la neurosis, el complejo de Edipo, nos dice Freud, es víctima de un naufragio, que equivale a la amnesia
histérica. El neurótico no recuerda lo que sucedió en su infancia (amnesia infantil), pero la estrutuctura edípica se
hace presente en el síntoma. Un ejemplo es la idea obsesiva del Hombre de las Ratas, formulada en la frase: "si
veo una mujer desnuda, mi padre debe morir". La represión de la representación del deseo de muerte del padre
retorna en lo simbólico bajo la forma de síntoma: la idea obsesiva, expresada en esa frase, denota su estructura
edípica, o sea, la prohibición, conectada al padre, de ver una mujer desnuda. El síntoma provee así un acceso a la
organización simbólica que representa al sujeto. En la perversión, hay admisión de la castración en lo simbólico y
concomitantemente un rechazo, una desmentida. Ese mecanismo, así como los otros modos de negación, ocurre
en función del sexo femenino: por un lado, existe la inscripción de la ausencia del pene en la mujer, por lo tanto,
de la diferencia sexual; por el otro, esa inscripción es desmentida. El retorno de ese tipo de negación particular
del perverso es cristalizada en el fetiche, cuya determinación simbólica puede ser aprehendida a través de su
estructura de lenguaje, como se ve en el ejemplo con que Freud inicia su artículo "El Fetichismo”. Lo curioso es
que no recurre a los fetichistas clásicos, a los que adoran pie, bombacha o cualquier otro objeto más próximo del
sentido común. Freud ex^ pone el caso de un paciente cuya condición de deseo está re-? lacionadaaun
determinado "brillo en la nariz" del otro. El análisis revelará un juego de palabras translingüístico que permite
entender este enlace: brillo, en alemán glanze, es homófono a glanceque, en inglés, significa mirar. El secreto de
ese fetiche residía en el hecho de que este sujeto vivió los primeros años de su infancia en un país de lengua
inglesa. Esta es la pista de la constitución del fetiche que demuestra su determinación por las coordenadas
simbólicas de la historia del sujeto, denotando, como todo fetiche, el objeto pulsional en cuestión (la mirada). En
la psicosis, el significante retorna en lo real, apuntando la relación de exterioridad del sujeto con el significante,
como aparece de una for-ma general en los disturbios de lenguaje constatables por cuaiqiii£i_jdm^^ confronte
con un psicótico: su paradigma son las voces alucinadas. Se encuentran también intuiciones delirantes, en las
cuales el sujeto atribuye una significación enigmática a un determinado acontecimiento que no consigue explicar;
ecos de pensamiento, donde el sujeto escucha sus pensamientos repetidos, y puede atribuir a alguien esa
resonancia; pensamientos impuestos, en los cuales el sujeto no reconoce como suya la cadena de significantes,
que adquiere una "autonomía" que refiere como obra de otro. En suma, todo el cortejo que Ciérambauk llamó de
automatismo mental. Son ideas no dialectizableSj que por no poder ser sometidas a dudas o cuestionamiento se
imponen como bloques monolíticos, como certezas, La duda es característica del neurótico porque denota una
división del sujeto,«donde hay un sí y un no. En la psicosis, la certeza -certeza delirante por excelencia- ya muestra,
por lo tanto, un disturbio en el lenguaje. Por otro lado, la forclusión del Nombre-clel-Padre implica la "cerificación"
deljsignificante fálico ( N P o ( p o ), teniendo como efecto la imposibilidad de situarse en la división de los sexos
como hombre o mujer, efecto que podrá manifestarse en una serie de fenómenos, que van desdeJa.áv£iicia de
castración hasta la transformación en mujer. Freud describe la función del diagnóstico en el texto "El inicio del
tratamiento", con respecto al análisis de psicótícos: "Sé que ciertos psiquiatras dudan menos que yo en hacer un
diagnóstico diferencial, pero pude convencerme que también ellos se engañan con frecuencia. Sin embargo, es
preciso notar que, para el psicoanalista, el error comporta más consecuencias deplorables que para dicho
psiquiatra clínico [...]. En un caso difícil en que el analista cometió tal error de orden práctico, provocando muchos
gastos inútiles, é l Done en descrédito sumé r.óH^dX}ratamierito F...1. Cuando l^""1 i, -- L jimii r ii._j.inw iim i "
'iiinm 'm w w nw el paciente no es acometido por histeria o neurosis obsesiva, sino por parafrenia, el médico se
encuentra en la imposibilidad de sustentar su promesa de cura y es por esto que tiene todo el interés en evitar
un error de diagnóstico". En relación a la cura, como efecto terapéutico esperado en un análisis, concordamos
con Lacan cuando dice que un sujeto, como tal, es incurable7: él no puede ser curado de su inconsciente. Por más
análisis que se haga, incluso atravesando la fantasía y llegando hasta el final, el inconsciente no va a dejar de
manifestarse: el sujeto está barrado ($), como atestiguan la persistencia de los lapsus, sueños y chistes en los
sujetos ya analizados. Entonces, ¿cuál es la promesa de cura que el psicoanalista no puede sostener en el caso de
la psicosis? Sólo hay una respuesta a esa pregunta: el analista no puede prom eter incluir al psicótico en la norma
falica; no puede hacerlo ''normal", incluirlo en l anorme rnáfe. La norma esta regida por el Edipo y por el complejo
de castración, cuyo producto es el significante fálico, prioridad para ambos sexos. La forclusión del Nombre-del-
Padre (NP) excluye al sujeto de la norma fálica (NPo -$■ mar. placen,en el .obsesivo, se encuentra desde el
manuscrito K de su correspondencia con Fliess, donde, con intención de establecer la etiología de las neurosis,
procura diferenciar histeria, neurosis obsesiva y paranoia a partir de la modalidad del goce vivenciado en el primer
encuentro con el sexo y de la vicisitud de la representación vinculada a esa experiencia.22 Esa modalizad ja p ^ d
d - ^ c e j^ iia L m i^ criterio diagnóstico determinado por la fantasía fundamental que no debe ser dejada cTeladó
en las entrevisTaspreliminares. 20 Lacan, J., Le Séminaire, livre III, Seuil, 1981, pp. 191-192 e 283. 21 Freud, S.,
“Fragmento de análise de um caso de histeria”, ESB, vol. VII, p. 26. 22 Cf. Freud, S., “Manuscrito K”, ESB, vol. I. 3 -
LA FUNCION TRANSFERENCIAL "En el comienzo del psicoanálisis está la transferencia", nos dice Lacan, y su pivote
es el sujeto supuesto saber.23 El surfflm iento^^!^^Q _ bajo transtei^ncía e$TF°gue~dala se~ nal de entrada en
análisis y esefsujeto) es vinculado al saber Es lo que comprendemos en la propíafor mu lacio n de la regla de
asociación libre por Frau Emmy von N., cuando pide que Freud se calle: para ella hav un saber presente en sus
propios dichos. La resolución de buscar un analista está vinculada a la hipótesis de que hay un saber en juego en
el síntoma o en aquello de lo que la persona quiere desprenderse. Es lo que Jacques-Alain Miller llama de jo,re-ín
tero re tación hecha por el sujeto de su síntoma.24 ^HETestaWeci mi entonele la transferencia es necesario pará
que un análisis se inicie: es lo que denominamos ía función transferencial de las entrevistas preliminares. Pero la
transferencia no es condicionada o motivada por ei analista. "Ella esta ahí, dice Lacan en la 'Proposición', por
gracia del analizante. No tenemos que darnos cuenta de lo que la condiciona. Aquí esta ella desde el inicio." La
transferencia no es, por lo tanto, una función del analista, sino del analizante. La función del analista es L a ^ ^ n
e ra fo rm u lad ó r^e esa cuestión puede ser encontrada eri eTaítfeulo^d^E^an "Función y campo de la palabra y
del lenguaje”, cuando habla de transferencia de saber. Se trata de una ilusión en la cual el sujeto cree que su
verdad se encuentra ya en el analista y que éste la conoce de antemano. Este "error subjetivo" es inmanente a la
entrada en aná23 Lacan, j., “Proposition du 9 octobre de 1967 sur ie psychanalyste de l’Ecole”, Scilket n % Seuil,
1968, pp. 14-30. 24 Miller, J.-A. “Entrada em análise”, Falo n° 2, Fator, 1988. iisis. La subjetividad en cuestión es
correlativa a los efectos constituyentes de la transferencia, que son distintos a los efectos ya constituidos antes
de ese momento. Esa subjetividad correlativa al..saber como efecto constituyente de la transferencia es lo que
Lacan formulará como sujeto supuesto saber. "Cada vez, dice éí en eí Seminario XI, que para el sujeto esa función
del sujeto supuesto saber está encarnada por quien quiera que sea, 'analista o no, eso significa que la
transferencia ya esta estabrecida." Si el analista pr.e¿ia^s.U4 ).ei^ojia paralencarnar%se sujeto ber puesto que es
un error, una equivocación. La posición dei analista no es la de saber, ni tampoco la de comprender al paciente,
pues si hav algo que.xle.be. saber es que la comu nicación está í^asada..e.iLjeÍ^ii.alei]XfendidQ. Su posición,
mucho más que la posición de saber, es una posición de ignorancia, no la simple ignorancia ignara, sino la docta
imoranEste es un término de Nicolau di Cusa (siglo XV) que es definido como "un saber más elevado y que consiste
en conocer sus límites". La docta ignorancia no sólo es una invitación a la prudencia, sino también a la humildad:
una invitación a precaverse contra ío quélería la posición de un saber absoluto: contra ía posición del analista de
aceptar esa imputación de saber que el analizante le hace. El saber está presupuesto a j^ jy^-gión^iel analista. El
Sujeto mfm^süTmSer^l^ ñ m d o por Lacan, en el inicio de su enseñanza, como "aquel que está constituido por el
» l n na iuiiji» n"'i mui ■■»»*—>i ■»» — » . 11 analizante en la figura de_s.LL..analis.ta". más tarde lo hará
equivaler a Dios PadreP Identificarse con esta posición es transformar el análisis en una práctica basada en una
teoría (o una teología) que no incluye la falta. 25 Lacan, J., “La méprise du sujetsupposé savoir”, Scilicet n° 1, Seuil,
1968, p. 39. La (clisyunción de la función del sujeto supuesto saber de la persona del analista^ a aparecer de forma
patente e n la formalizad ón de Lacan de la entrada en análisis, formalización que está hecha con el algoritmo de
la transferencia S Sq s (Sp S2, ... Sn) Algoritmo, según la definición del Diáonário das matemáticas de A. Bouvier y
M. George, es una "referencia de reglas a ser aplicadas en un orden determinado a un número finito de datos,
para llegar con certeza a cierto resultado, independientemente de los datos. Un algoritmo no resuelve sólo un
problema, sino toda una clase de problemas, diferenciados por los datos y gobernados por las mismas
prescripciones”. Algoritmo es, por lo tanto, una fórmula cualquiera. El algoritmo da la transferencia es el materna
de la mirada en análisis', es la for mali zaci ónque está en resonancia con lo que Freud postula en la apertura del
texto "El inicio del tratamiento", cuando hace la famosa comparación del psicoanálisis con el juego de ¿yedrez:
"Todo aquel, que espera aprender el noble juego de ajedrez en los libros, pronto descubrirá que solamente las
aperturas y los finales de los juegos admiten una presentación sistemática exhaustiva y que la infinita variedad de
jugadas que se desenvuelve después de la apertura desafía cualquier descripción de este tipo". Freud dirá
entonces que formulará algunas reglas para el inicio del tratamiento. Ese al^oritm/j^le^ki^anskm iida^A o un
esfuerzo de formalización, independiente ,de^las^aFt(cu!irTHa3eF^Tada uno, a la propia es- c t — --------i A
tructura ¿eJa^n trada en análisis. 26 Lacan, J., “Proposition”, op. di. La "S" dei numerador de esa fracción es el
llamado significante de la transferencia: un significante del analizante sel dirige a un significante cualquiera.
.6Scp^c[ue viene a repre^ sentar al analista. Este si unifican te(fabricad\ por el analizante será con el que elije a
aquel amdista: puede ser el nombre propio o alguüJtrazo-pag-t-k-ulaii Esa elección del anaíísta*es formalizada
por Lacan como una articuladójuieukis^ignificantes que corresponden^L^sJ^blecmiiento de la .transferencia. El
efecto de esa transferencia significante es un suieto, representado en la fórmula por s (significado), que está |fc||f
1 ■' i»n«i'ntnwwrtnM»'ii^ «fto n»»« i r « m ^ « ... „.... r— Ml ,n>M|) l,,,,, , |M correlacionado a los significantes
del saber inconsciente ------- — »' ‘ n i- — ■».^ i iT--rim'-i-fi- T r iiTtii.il>-l-|.V ,.l|lr^ ^ - . Tri|. ~ (estos significantes
Sp S9.„ Sn, dispuestos en una cadena, que representan un conjunto de-¿ig,£tificantes del saber inconciente) . La
articulación del significante déla"transierencia con el significante cualquiera del analista "elegido" por el
analizante tiene com(5^fecto’la producción del sujeto: aqu^ii6r-^s^4in significante representa para otro
significan- (“§l ^ j Ese sujeto no es real, cida co.mq.significado7( s)ar ticu l ado a través de una suposición de saber
inconsciente, Se trata de la institución del sujeto de la lihr_e asociación inaugurada por la articulación significante
(S —» Sq^)que es el propio sujeto del inconsciente representacTo~en la fórmula de la fantasía ($ 0 a). Es este
sujeto que será destituido al término de la relación transferencia!: "la c ^ i t uciM ^bjetiva, dfcdL aca& jaaiaJE ^^
cripta en el ticket de entrada". Ese sujeto supuesto saber, aquí representado por el denominador, no es
necesariamente impuesto el analista por el analizante. Lo que importa es la r ^ lación que fue esjLahierida-pjctnjdL
analizante entre.eLanalista y gUujeto.suBU£m ¿aber. "El sujeto supuesto saber, fundando los fenómenos de
transferencia, no trae ninguna certeza al analizante de que el analista sepa mucho ¡lejos de eso! El sujeto supuesto
saberj es perfectamente compatible con el hecho de que sea con cebible para eí analizante que el saber del
analista es bastante dudoso,"2' Evidentemente, en el inicio el analista nada sabe respecto del inconsciente del
analizante. Eso está mostrado claramente en el algoritmo en el cual ese significante cualquiera (Sq), que
representa al analista, no tiene relación con el saber inconsciente. Encontramos aquí formalizada la afirmaicioh
de Freud de que todo paciente nuevo implica la constitución del propio psicoanálisis: el saber que se tiene sobre
otros casos no vale nada, no puede ser transpuesto para aquel caso. Cada caso es, oor ío tanto, un nuevo caso y
como ta^ debe ser abordado. El/algoritmo de latransferencia |está construido a partir de otro algaritmo que se
encuentra en su base: el algoritmo saussuriano S/s, que implica el referente del signo lingüístico, esto es, aquello
a lo que el signo lingüístico se remite: el elementó del mundo que es designado por ese signo. En el algoritmo dé
la transferencia, la significación del saber inconsciente corresponde al lugar del referente en el signo saussuriano,
sólo que aquí esa significación del saber es latente, sin dejar, sin embargo, de ser referencíal. Lacan articula ese
saber del sujeto en su particularidad con el saber textual, dado que el "psicoanálisis debe su consistencia a los
textOLS de Freud". A través del algoritmo de la transferencia, Lacan vincula el psicoanálisis en intensión al
psicoanálisis en exten sió npues apuesta en la transmisión del saber particular por vía de su articulación con los
textos de Freud. ¿Cuál ejfefecto jftel establecimiento de ese sujeto supuesto saber? Es Con el surgimiento del
amor se da la transformación de ía demanda, una demanda transitiva (áemanda de algo, como por ejemplo,
librarse de su síntoma') 27 Lacan, J., “Le savoir du psychanaiyste” (ciclo de conferencias inédito). se vuelve
demanda intransitiva (demanda de amor, de presencia, ya que el amor demanda amor). El amor es el efecto de
la transferencia, pero efecto bajo ej^p^G-^d^R^siítencia al deseo camo,.d&s.eo del Otro. Frente al surgimiento
del cléséo, bajo ía forma de pregunta, el analizante responde con amor; cabe al analista hacer surgir en esa
demanda la dimensión del deseo, que es también conectado al establecimiento del sujeto supuesto saber. Este
corresponde, condicionándolo, a un sujeto supuesto desear. He aquí la articulación con la^fim ^é^si^Qmal, pues
hacer 1 .................. ........... .. i aparecer ía dimensión del deseo es hacerlo surgir como deseo del Otro, llevando el
síntoma a la categoría de enigma por la relación iniplí.cita„áef^eséoT oja^saber. No basta la demanda de
desprenderse de un síntoma; es preciso que éste aparezca al sujeto como una cifra -por lo tanto, algo a ser
decifrado- en la dinámica de la transferencia, por intermedio del sujeto supuesto saber. ;Oué quiere ese amor de
transferencia? El quiere saber. Ahora, la propia transferencia es definida por Lacan como el "amor que se dirige
al saber". No obstante, su finalidad, como la de todo amor, no es el saber, sino q1 objeto causa del deseo. Ese
objeto (el objeto a) es lo que coni^reji-la4mQS'- ferencia su aspecto real: de real del sexo. Trátase aquí de la
vertiente de la transferencia como la puesta en acto de la r^aUd^d deUnconsciente. A la transferencia como
repetición en que los significantes de la demanda son dirigidos al Otro del Amor donde es colocado el analista,
viene a contraponerse la transferencia como un encuentro del orden de lo real del sexo. Es el objeto a que, al
venir a obturar la falta constitutiva del deseo, se vuelve ese objeto maravillopara ¿Uceil a ^ ^ : aquel que nunca
pretendió saber nada, más allá de lo que dice respecto a Eros.28 Es por estar en el lugar del sujeto supuesto saber
sobre el deseo que el discurso de Alcibíades se dirige a él. La demanda dirigida al analista en posición de sujeto
supuesto saber se presenta como demanda de transferencia de saber. Esto es ilustrado en el inicio del Banquete,
cuando Agatón se dirige a Sócrates que está entrando: "Aquí, Sócrates! Reclínate a mi lado, a fin de que en tu
contacto disfrute de la sabia idea que se te ocurrió en frente de casa. Pues es evidente que la encontraste y que
la tienes, pues no habrías desistido antes." [l75d], A lo que Sócrates, despreciando irónicamente esa suposición
de saber v apimtandix al engaño de una supuesta transferencia de saber, replican "Sería bueno, Agatón, si de tal
naturaleza fuese la sabiduría, que del más lleno escurriese al más vacío, cuando uno al o tro , nos tocásemos,
como el agua de los vasos que por un hilo de lana se escurre del más lleno al más vacío. Si es también así la
sabiduría, mucho aprecio reclinarme a tu lado, pues creo que de ti seré acumulado por una vasta y bella sabiduría*
La mía sería un tanto ordinaria, dudosa como un sueño, en cuanto la tuya es bpJfentfcv muy desarrollada". El
discurso de'^lcibíades^cuando éste compara a Sócrates con un sileno. nos revela que la suposición de saber es
co-, rrelativa a la atribución al Otro de la transferencia del objeto precioso que causa el deseo. Dice Alcibíades:
"Afirmo en^ tonces que él es- muy semejante a esos silenos colocados en los talleres de los orfebres, que los
artistas representan cog. un pífano o una fiaütaTTos cuales abiertos por el medio, se ve que tienen en su interior
estatuillas de dioses (asahnata theon)". Los silenos tienen dos acepciones: eran divinidades del séquito de Dionisio
figurados con cola y cascos de buey 28 Platón. o de chivo y rostro humano singularmente feo; eran también
pequeños embalajes para ofrecer regalos, cajas de joyas. Más adelante, en su discurso, Alcibíades vuelv'e a insistir
en esa comparación, destacando lo que se encuentra en el interior de Sócrates más allá de su (fea) apariencia:
"Una vez, sin embargo, que Sócrates está serio y se abre, no sé si alguien ya vio las estatuas (agalmata) allá
adentro; yo por mi parte una vez las vi y tan divinas ellas me parecieron, con tanto oro, con una belleza tan
completa y tan extraordinaria que yo sólo tenía que hacer inmediatamente lo que me mandase Sócrates,'1 Son
esos agalmata que Alcibíades quiere recibir bajo la forma de saber cuando se encontró a solas con él "como si
estuviese a mí alcance [...] oír todo lo que él sabía" -esperanza sustentada en la equivalencia del sujeto supuesto
saber con el sujeto supuesto desear- "juzgando que él es- ^ b^n^jesada^KL^ñi belleza." r2i2dJ. El establecimiento
de la transferencia en el registro del saber a través de su suposición, es<2orrelaüválisis se da cuando hav un giro
de los elementos y el sujeto pasa a prc>- ducir los significan tes-amos ÍS.,') de su sometimiento al Otro. $ Sj ci $ ci
S9 S9 S^ LA RECTIFICACION SUBJETIVA En el tiempo preliminar al análisis propiamente dicho' podemos incluir un
tipo de interpretación dei analista, designado por Lacan como rectificación subjetiva. Al criticar los autores que
tienen como meta de análisis la relación con la realidad, o sea, el fin de análisis como£tdaptacion)a la realidad,
llama la atención sobre el hecho de que Freud proceda^con el Hombre de las Ratas en sentido inverso: "O sea, él
comienza por introducir al paciente a un primer discernimiento (repéragé) de su posición en lo real, aunque éste
acarree una precipitación, no dudamos en decir, una sistematización de síntomas."30 “2Í> Lacan, j . f
“Radiophonie", Scilicet 2/5, p. 89. 50 Lacan, J., Ecrits, p. 546. La rectificación subjetiva que Freud provoca en el
Hombre de las Ratas, considerada por Lacan como jQterpretación decisiva, se encuentra en la parte F, "La causa
precipitaclora déTiTenfermedad'^ cuando le dice que el conflicto entre su proyecto de casarse con una joven
pobre v el provecto familiar de casarlo con una joven rica, como el padre, es resuelto por la enfermedad: "cayendo
enfermo evitará la tarea de resolverlo en la vida real1’. Freud (fectifioyasí el orden de las cosas modificadas por
el sujeto, cuySrrfeurosis impedía la decisión de la elección entre su amor (liebe) por la dama y la voluntad (xdllé)
del padre, mostrándole que ésta fue la solución encontrada para no escocer y por lo tantp, no pro ceder "En
reaTMsdTTÍtce^FVeud, lo que parece ser la consecuencia es la causa o el motivo de estar enfermo". Esta
rectificación introduce la causalidad de la neurosis en la no elección entre la joven rica y la joven pobre, apuntando
a la división del sujeto. El comentario de Freud en esa rectificación, de que 'los resultados de„una enfermedad de
esa natuEale?.a nunca^son involuntariosl\ p r o ^ u ^ ponsabilizadón del sujeto en la elección deJa-neurosis. En la
rectificación subjetiva hay, por lo tanto, introducción de la dimensión ética -de la ética del psicoanálisis, que es la
ética del deseo- como respuesta a la patología del acto que la neurosis intenta solucionar, escamoteándola. Otro
ejemplo de rectificación subjetiva de Freud, calificado por Lacan como notorio, es "cuando obliga a Dora a
constatar que, de ese gran desorden del mundo de su padre cuyo daño es eí objeto de su exclamación, ella hizo
más qu« participar, que ella se había constituido como la clavija dí ese desorden y que éste no podría haber
continuado sin su condescendencia". Más adelante, Lacan continúa: "Subrayé hace mucho tiempo el
procedimiento hegeliano de esa in versión de las posiciones de la bella alma á la realidad quf ella acusa. No se
trata de adaptarla a ésta, sino de mostrarle que está justam ent^adaptada de má^, visto que colabora para su
fabricación.” Esareferencia concierne al texto "intervención sobre la transferencia", de 1951, en el cual Lacan
define a la experiencia analítica a partir de la intersubjetividad -la "relación de sujeto a sujeto"- como experiencia
dialéctica, privilegiando el discurso en la medida en que es constituyente del sujeto gracias a la presencia del
analista, blanco de su direccionamiento.31 A partir de la dialéctica hegeliana, Lacan se dedica en el caso Dora a
destacar tas estructuras donde se transmuta la verdad para el sujeto a través de "inversiones dialécticas".
LatreHIlicacIón subie tivaVor responde a la primera inversión dialéctica operada por Freud. Dora se queja de ser
víctima del asedio dei Sr. K propiciado por la relación amorosa de su padre con la Sra. K., situación que es
presentada por ella como un hecho objetivo de la realidad, que Freud no puede modificar. La rectificación
subjetiva de Freud consiste en preguntar "¿cuál es su participación en el. desorden del cual usted se queja?". En
la situación descrípta por Dora, encontramos la afir-~ mación de la situación deplorable en la cual está incluida la
negación implícita de que tenga cualquier partipación en la determinación de ese desorden, o sea, negación de
su posición subjetiva (de sujeto deseoso), presentándola como ipso fado y la negación de la negación operada por
Freud por intermedio de la rectificación subjetiva. Su efecto es la emergencia de la participación de Dora en el
asedio del Sr. K, y de su complicidad como propiciadora del romance del padre con la Sra. K., develando la
estructuración de su deseo. A partir de esas intervenciones de Freud, podemos inferir dos vertientes de la
rectificación subjetiva según el tipo clínico. 31 Lacan, }.,Ecrits, pp. 215-226. Con eKneurótico obsesivó) ella se sitúa
en el plano de la rectificación de la causalidad, que se presenta como conse-' cuencia: su imposibilidad de actuar
gne es correlativa a su modalidad de sostener al deseo como imposible. Esta correlación es ilustrada por otra
rectificación de Freud al Hombre de las Ratas, en que supone una interdicción del padre al amor d ei sujeto por la
dama. hacim do’su rm rla^ u n H isi^ del Otro como ellpaiR -absoiutoT” ^ C ^ ^ T í ^ é i i ^ ^ l ^ ^ c a c í ó n subjetiva
apunta a la impiicaidánjieLsujeto en su reivindicadáa-dirigida al Otro, haciéndolo >osición de víctima sacrificada a
la de agente de la intriga de ia cual se queja y que sostiene su de seo en ía insatisFáíxiiSTr:""!^’ TT LO qiltí
UtfD'KTiyrrCíar el sujeto para desprenderse de su papel de la 'bella alma' es precisamente, dice Zizek, un tal
sacrificio de sacrificio: nr> orificar todo*, es preciso todavía renunciar a la economía subjetiva en que el sacrificio
trae el goce narcisista.”32 En estas dos modalidades, se trata de introducir al sujeto en su responsabilidad en la
elección de su neurosis v en su sumisión al deseo como deseo del O tro. La rectificación subjetiva apunta a mostrar
que allí donde eí sujeto no piensa^ escoge; allí donde piensa, es determ inado, introduciendo al sujeto érflá
dimensiontfel O tro

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