La práctica política del abstencionismo electoral expresaba más
una identidad política dislocada que un factor político emergente y
nuevo. También, muestra hasta qué punto la oposición al régimen transformista estaba altamente fragmentada a través de las provincias y cómo impidió a la UCR actuar como un partido político nacional- mente homogéneo. La decisión de terminar con las políticas de abs- tención fue sometida a votación en la Convención Nacional de enero de 1935. La victoria fue de 98 sobre 49 en favor del sector participa- cionista. Las delegaciones de Entre Ríos, Mendoza, La Rioja, Tucumán y Catamarca votaron en bloque por la participación electoral. Otros, como por ejemplo la UCR de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba tuvieron un voto dividido con algunos de sus delegados a favor de la abstención mientras que la mayoría siguió la posición pro-participación19. La estrategia del gobierno fue obsta- culizar que la UCR se convirtiera en un actor político nacionalmente orgánico. Por ejemplo, es interesante ver el comportamiento mostra- do por el partido en 1931-1932, al momento de decidir la posición de abstención. En ese momento, la Comisión de Asuntos Públicos de la Convención Nacional declaró “primero, mantener la abstención intransigente en todo el territorio de la República […]”. La minoría, en oposición, afirmó el carácter nacional de la decisión: “El Comité Nacional posee amplios poderes para decidir o el mantenimiento de la abstención por un lado, o la participación en las elecciones, de acuerdo a las circunstancias.” El trasfondo de esta respuesta homogénea fue la adopción de la Carta Orgánica por las organizaciones partidarias de los territorios nacionales20. La Convención Nacional del partido in- dicó tanto que “el Radicalismo de los territorios se puede re-organizar ajustándose a sí mismo a la Carta Orgánica Nacional”como que “la re- organización del Radicalismo de los territorios debe ser comprendido dentro de la re-organización general del partido”21. Desde 1935 en adelante, el bloque de poder de la Concordancia era relativamente sólido y exitoso en incorporar progresivamente di- 19 Las listas completas de los convencionales y las delegaciones a la Convención Na- cional de 1935 están en Del Mazo, G., p. 259-60. 20 En ese momento, el país estaba dividido en 14 provincias y 10 ‘territorios nacio- nales’. Estos últimos comprendían desde La Pampa hacia el sur, más Chaco, Formosa y Misiones. Durante el Peronismo esos territorios nacionales gradualmente se con- virtieron en provincias. 21 Doctrina Radical, Año 1, n 2, 1932, p 1. Para un argumento similar ver del Mazo, G. p. 232, 240. 107