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MODULO IV: MANIFESTACIONES DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR

DESAFÍOS DEL S.XXI


Los pilares de la educación
▪ Los cambios en la sociedad, expresados en los ámbitos políticos,
cultural, económico y social van generando nuevas demandas a la
educación y al sistema escolar en particular, los que deben
reflexionar y reorganizar su quehacer para responder a las nuevas
necesidades.

▪ De ahí la importancia de mirar críticamente el proceso de enseñanza


y aprendizaje, así como el contexto en que dicho proceso se
desarrolla.

▪ La sociedad actual reclama una atención pedagógica y social en


cuestiones que trascienden los objetivos clásicamente
instruccionales. Necesitamos formar personas autónomas y
responsables, con capacidad de trabajar por el bien común. Con
convicciones comunitarias más que individualistas, respetuosas más
que discriminadoras, democráticas más que autoritarias.
El Informe Delors (1996), redactado por la UNESCO, ubica a las
personas en el centro del proceso educativo, señalando que la
educación de calidad está sustentada en 4 pilares fundamentales.

Aprender a aprender

Aprender a hacer

Aprender a convivir

Aprender a ser
UNESCO (1996), El Informe Delors. Comisión de Educación para el
Siglo XXI

Estos cuatro pilares fundamentales del aprendizaje


dan lugar a un sistema de educación más flexible y
dinámico, y otorgan las dimensiones cognitivas,
morales y culturales que permitirán, tanto a
individuos como a grupos sociales, un mayor
crecimiento y un mejor aprovechamiento de las
oportunidades inherentes al proceso de globalización
Aprender a aprender

Consiste en que las personas


comprendan el mundo que les
rodea, y así vivir dignamente,
desarrollando competencias
profesionales y comunicándose
con los demás.

Contempla el goce de descubrir,


conocer y comprender, siendo
fundamentales la memoria, la
atención y el pensamiento.
Aprender a hacer

Este pilar pone el acento en que


niños, niñas, jóvenes y adultos,
desarrollen competencias que les
permitan hacer uso de la
información y crear nuevo
conocimiento a partir de la misma.
Transferir los aprendizajes y
desenvolverse eficazmente en
diversas situaciones y
experiencias, aportar al contexto
en que se encuentran y trabajar
colaborativamente con otros.
Aprender a hacer

Esto se diferencia de las concepciones de décadas


anteriores, en las cuales se ponía el foco en el desarrollo
de una calificación profesional exclusiva a una tarea a
desarrollar. Actualmente, en la era de la información, se
requiere desarrollar competencias y habilidades que
permitan crear y manipular la amplia oferta de
información, y con ello representar un aporte a la
construcción de una sociedad.
Aprender a vivir juntos

Hace referencia a que la educación tiene dos tareas:

1 Ofrecer alternativas educativas que permitan el


conocimiento de otros, para que el desarrollo de
habilidades como la empatía y el diálogo permitan
construir una sociedad pacífica.

Promover la construcción de proyectos colectivos que


impliquen tener objetivos comunes, brindando así la
oportunidad de vivir la interdependencia y sus
2
beneficios.
Aprender a vivir juntos

Cada vez existe mayor claridad respecto del


importante impacto que tiene la convivencia en
el desarrollo personal, social y académico de los
estudiantes. Sin embargo “el aprender a vivir
juntos” aparece en los ejes transversales del
currículum, sin explicar como trabajar estos
contenidos en los programas de estudio. Pocos
países los han integrado.
Aprender a ser

Convoca a la educación a pensar y


repensar sus procesos de tal forma
que niños, niñas, jóvenes y adultos
se desarrollen en autonomía, juicio
y responsabilidad. Asimismo, los
procesos educativos deben
procurar oportunidades que
permitan el descubrimiento y la
experimentación, teniendo como
foco la valoración de la creatividad
y la imaginación.
En Chile

Diversos estudios dan cuenta de la disminución


de la asociatividad entre las personas y de los
bajos niveles de confianza interpersonal.

De acuerdo al World Value Survey, solo un 13%


cree que se puede confiar en la gente, frente al
36% en los países de la OCDE.

A su vez, un 70% de los chilenos piensa que


tratan de aprovecharse de ellos, frente a un 35%
en países desarrollados.
En Chile

La sociedad actual reclama una atención


pedagógica y social en cuestiones que
trascienden los objetivos clásicamente
instruccionales. Necesitamos formar personas
autónomas y responsables, con capacidad de
trabajar por el bien común. Con convicciones
comunitarias más que individualistas,
respetuosas más que discriminadoras,
democráticas más que autoritarias.
Un gran desafío

Es imperante revisar nuestro quehacer cotidiano y nuestro rol como


líderes del proceso de enseñanza-aprendizaje. Ello implica salir de la
rutina, reflexionar y preguntarnos colegiadamente:

¿Qué condiciones estamos creando para construir “comunidades


de aprendizaje” con los equipos profesionales? ¿Cuánto estamos
haciendo por crear una alianza de colaboración y de co-
responsabilidad con las familias? ¿Qué espacios estamos dando
en el aula para el desarrollo de habilidades socioafectivas y
éticas?

Debemos pensar qué importancia damos en el aula a la valoración de


la diversidad, el pensamiento crítico, el auto aprendizaje y el trabajo
colaborativo, identificando tareas cotidianas con las que los
estudiantes desarrollen su calidad de ciudadanos autónomos,
comunicativos, solidarios y responsables con la sociedad.
Un gran desafío

Este desafío que se le presenta hoy al sector educación en


nuestro continente es relevante y pertinente, puesto que la paz se
funda en el respeto a la dignidad de las personas y en el ejercicio
de la democracia, y la educación tiene mucho que aportar para
que ello ocurra.
La escuela
La escuela es el primer lugar de la
convivencia ciudadana. Allí
aprendemos a ser buenos o malos
ciudadanos, conviviendo por primera
vez con personas de nuestra edad.

La naturaleza de la vida social es


muy dinámica. Las relaciones
interpersonales establecidas se
redefinirán continuamente en función
de las experiencias conjuntas y las
expectativas de unos hacia otros.
La escuela
Este proceso dinámico por el que se gestionan las
relaciones interpersonales puede ser explícito o
implícito. Es decir, la gestión de las relaciones
interpersonales puede dejarse en manos de la
eventualidad o, ser intencionadas, para que se
sustenten en el respeto y el crecimiento mutuo.
La escuela

Lo que se aprende en la escuela es lo que repetirán


nuestros estudiantes cuando adultos, desde las posiciones
que ocupen en la sociedad.
La convivencia, como espacio de desarrollo, adquiere
protagonismo.
La comunidad educativa debe estar consciente de que la
convivencia escolar no solo es una condición necesaria
para el desarrollo de los aprendizajes, sino un aprendizaje
en sí mismo.
A nivel internacional

Se han desarrollado diversos programas o prácticas educativas


enfocados en la convivencia, promoviendo la paz y un clima
social nutritivo.

Algunos elementos en común de estas iniciativas son: el


desarrollo de lo formativo desde la gestión institucional y del
currículo, así como acciones relativas a la gestión democrática de
normas, educación en valores, desarrollo de habilidades
socioemocionales, cohesión de la comunidad en general y al
interior de los cursos, y la regulación pacífica de conflictos.

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