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Alumna: Castro, Gisela

PEDAGOGÍA

Actividad para después de la clase (Clase 4)

1. Les proponemos la lectura del artículo “Ejercicio para pensar el futuro sin
escuelas” de Marinao Narodowski, publicado por el diario La Nación, disponible en:

http://www.lanacion.com.ar/1944770-educacion-ejercicio-para-pensar-el-futuro-
sin-escuelas

2. A continuación, escriban un texto (alrededor de quinientas palabras) con las


reflexiones que les haya provocado el texto. Intenten que sus reflexiones dialoguen
con los autores analizados en esta clase.

En nuestras últimas clases hemos reflexionando sobre la necesidad de


un cambio en la educación, de afrontar los nuevos desafíos de este siglo y
retomar aquellas deudas pendientes. Pero en esta clase vamos más allá de un
cambio de paradigma en la educación, a lo largo de esta clase reflexionamos
sobre la institución educativa en si misma sobre “la escuela”; nos preguntamos
sobre la posibilidad de mantener en la actualidad la escuela tradicional como
única institución educativa.

La escuela concebida como institución social de los procesos educativos


(López López; 2017), surgió en Europa en el siglo xvii y se expandió
globalmente en el siglo xix, y resulta casi imposible no pensar que los objetivos
sobre los que se fundó la escuela no son los mismos de este siglo, los
educandos tienen nuevas necesidades y exigencias y el desarrollo de nuevas
tecnologías de la información y la comunicación han contribuido con la
globalización de la cultura (López López, 2017). Si pensamos a la educación
como el proceso por el cual el hombre sale de la naturaleza y entra en la
cultura (Pineau, 2001), es indispensable tener claro entonces de que hablamos
cuando hacemos referencia a la cultura. En este aspecto varios autores
debaten sobre la misma.

Beech sostiene la idea que el concepto de cultura ya no puede ser


asociado a un espacio geográfico delimitado porque a partir de los cambios
tecnológicos, surgen las llamadas culturas transnacionales o globales. Bauman
aporta a este concepción diciendo que las distancias ya no suponen un
obstáculo (Beech, 2006); (Bauman; 2013), por lo tanto la idea que la
educación debe “entrar” al hombre a la cultura se hace más compleja, habrá
nuevos aspectos a tener en cuenta y será necesario utilizar herramientas
diferentes a las que se utilizaban.

La mayoría de los autores concuerdan en que la escuela tal como hoy la


concebimos es el resultado de una construcción histórica-social y
contradictoria, y que ya no posee el monopolio del conocimiento ni de la
información, es decir la escuela ya no es el único lugar donde adquirir un saber
legítimo. (Lopéz Lopéz, 2017; Pineau, 2001). La crítica a la escuela como
“única” institución educativa no es novedosa, surge en la década del setenta y
podemos mencionar a Ilich y Freire como principales representantes de esta
idea. Si bien ellos se rebelan principalmente contra el carácter disciplinante y
uniformizador de las instituciones escolares de la modernidad, y del docente
como figura socialmente autoritaria, ya desde ese entonces se plantea el hecho
de la desescolarización, de la no existencia de la escuela como única opción
educativa.

Si bien es indispensable replantearse un cambio, Pineau sostiene que la


escuela ha resistido a innumerables cambios en la historia de la sociedad y de
la cultura, por lo que no todos sus atributos (gradualidad, homogeneidad,
certificación, masividad, etc.) deberían desecharse, y que debemos optar por
continuar con aquellas características que consideremos más eficaces para
lograr los nuevos objetivos que se deben alcanzar.

Desde mi opinión y luego de haber leído el material propuesto y ahondar


un poco sobre el proyecto Pansophia, considero también que la idea de educar
para todos, debe seguir presente, pero se debe adecuar y actualizar a la época
en que vivimos. El hecho que plantea el artículo de Narodowski de la
desaparición de la escuela como institución me da más que escalofríos, si bien
estoy de acuerdo en la necesidad de modificar profundamente el manejo de los
tiempos y el uso específico del espacio y de dispositivos específicos de
disciplinamiento (pupitres, filas, asistencia diaria obligada y controlada, etc), la
educación absolutamente virtual como se plantea me parece que nos llevará a
perder el vínculo de cuidado, cariño y protección que se da entre el docente y
el alumno. Por otro lado veo que se plantea en el artículo y se desarrolla luego
en la página del proyecto Pansophia, que las diferencias sociales se van a
acentuar con este tipo de educación basada en aparatos tecnológicos y chips
para implantes neurológicos, se habla de lo que hacen las clases más
pudientes al no tener que enviar los hijos a la escuela, como disponen de este
tiempo libre, a quien le pagarán para monitorizarlos, esta enseñanza de calidad
que se brindará bajo estas nuevas modalidades no podrá alcanzar a las clases
menos favorecidas económicamente y se sigue existiendo alguna escuela
tradicional simultáneamente seguramente el nivel educativo será de muy baja
calidad. Por lo que no estoy de acuerdo con este ideal de un mundo sin
escuelas.

Estoy de acuerdo en un replanteo de la escuela tradicional, acorde a los


chicos de hoy y a las innovaciones de todo tipo con las que convivimos. Tal vez
un lugar donde se promuevan y exploten las diferencias entre los alumnos, sus
diversas inteligencias, donde puedan aprender de acuerdo a sus intereses
personales (desarrollo de proyectos), sin tiempos rígidos y sin clases
magistrales, donde se pueda aplicar esto del aprendizaje situado y del
aprendizaje en colaboración con los pares del que habla Burbules, considero
que poder aplicar lo aprendido para resolver una situación problemática es una
herramienta muy poderosa para lograr el proceso de aprendizaje, y como dice
el autor una gran manera de generar motivación, que es lo que hoy en día
muchas veces no podemos lograr con nuestros alumnos.

Me quiero quedar finalmente con una reflexión de Ivan Illich “No son las
“herramientas tecnológicas” las que ponen en cuestión a las instituciones
escolares, sino las relaciones sociales que las producen y las resignifican.
Lejos de las miradas que ensalzan y reifican a la tecnología, son las relaciones
sociales las que permiten imaginar escenarios en donde se pueda educar de
otro modo”. (Illich, 1985)
Bibliografía

Illich, I. (1985). La sociedad desescolarizada. México: Barral Editores.

López López, Graciela. (2017). Clase 4: La institución escolar: crisis,


oportunidades y resignificación. Pedagogía. Buenos Aires: Ministerio de
Educación y Deportes de la Nación.

Narodowski, Mariano; Botta Mayra (2017) “La mayor disrupción posible en la


historia de la pedagogía moderna: Iván Illich”, Pedagogía y Saberes, n° 46, pp

Pineau, P. (2001). ¿Por qué triunfó la escuela? o la modernidad dijo: "Esto es


educación" y la escuela respondió: "Yo me ocupo". Recuperado de:
https://ecaths1.s3.amazonaws.com/.../377408575.pineau-la-escuela-como-
maquinadeeduca

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