Вы находитесь на странице: 1из 2

La crisis político – económica de Irán.

En la República Islámica de Irán, durante las marchas contra la crisis económica y


social que han azotado en los últimos días las principales calles del país, han aparecido
consignas altamente llamativas y que muestran una cara de la sociedad que pocas veces
se destaca en los medios: "No Líbano, no Gaza. Mi vida es por Irán", "Muerte a Siria",
"Palestina (y) Siria son la causa de nuestra miseria", "Muerte al dictador", "Muerte a
Jamenei", "Reza Shah, bendecimos tu alma", "Larga vida al Shah", "Oh, iraníes
honorables, apoyen, apoyen".

Las manifestaciones contra el régimen han sido organizadas principalmente por la


oposición. Ha llamado la atención además que algunos de los asistentes a las marchas
ondeaban banderas alusivas a la época del Shah y no la del gobierno islamista oficial
desde los 80, lo cual deja en claro que es la oposición la que está intentando sacar
provecho de las circunstancias.

La influencia de la religión en Irán es fundamental para que no se den cambios


sustanciales o que no se logren siquiera reformas que se puedan considerar sustanciales
ya que bajo el principio de Wilayat al-Faqih (gobierno del jurista islámico), le da a alguien
la potestad de gobernar desde todos los frentes de poder existentes, con la autoridad que
dicen que fue recibida de forma efectiva por los imanes en su momento y otorgada tras el
ocultamiento del último imán (Al Mahdi) a las otras figuras espirituales en orden de
importancia, por lo que en este caso serían los ayatolas.

Esto se ve reflejado en las palabras del ayatolá Alí Jameneí ante las últimas
protestas por los problemas económicos del país, y que ha llamado a las autoridades a
combatir contra todos los que se atrevan poner en peligro desde su perspectiva la
seguridad económica de Irán.

"El ambiente empresarial, las vidas y el bienestar de la gente deben ser


protegidos, el sistema judicial debe oponerse a quienes dañen la seguridad
económica del país", recopilaron sus palabras las principales cadenas de noticias a nivel
internacional.

Indiferente del clamor de una parte de la sociedad ante las circunstancias de


dominio por parte de los religiosos, los cambios no serán significativos, ni siquiera
cercanos a las reformas sociales y económicas que se han logrado ejecutar en Arabia
Saudita, donde a pesar de los controles del wahabismo a muchos aspectos de la vida de
ese país, la monarquía es quien tiene el control total y las facilidades que le han dado a
los conservadores han ido de la mano con la estabilidad y mantener alejada la
beligerancia todo lo posible de sus fronteras.

Lo paradójico en la sociedad iraní es que son menos religiosos que sus vecinos
árabes, y mucho más laicos. Pero su situación política actual ha sido gracias al poder que
los clérigos conservadores lograron establecer en el país desde la caída del régimen del
Shah Pahlavi, por lo que sus protestas contra la situación interna ha incluido una fuerte
crítica a las posiciones de los mullahs islámicos, acciones que se dieron en protestas
anteriores; 2009 y finales de 2017.

Las protestas y reclamos parecen parte un diálogo estéril y poco productivo, ya


que mientras el poder lo tengan concentrado y dominado por el clero; incluyendo las
fuerzas armadas más determinantes del país, los cambios que desea una parte de la
sociedad no pasarán de una esperanza inútil, el control continuará en poder de los
“revolucionarios islámicos” que gobiernan desde finales de los 70s.

Algunos de estos problemas internos también van de la mano de factores


exógenos como las sanciones económicas por el programa nuclear iraní y las presiones
de los otros países productores de petróleo, principalmente Arabia Saudita. En cuanto al
acuerdo nuclear, este se tambalea desde la salida del gobierno estadounidense, en mayo
anterior. Si bien la Unión Europea busca sostenerlo, la estabilidad pende de un delgado
hilo a punto de romperse; no hay garantías suficientes para que Irán se mantenga en el
acuerdo, ni se observan mayores ventajas para no tomar la decisión de salirse.

Aun así, la cadena persa de noticias en inglés PressTV y replicado por varias
cadenas internacionales, informó esta semana el reinicio de las operaciones de una
planta de fabricación de gas pesado UF6 (Hexafluoruro de uranio), que había estado
inactiva en los últimos años. Habrían amenazado diciendo que en este contexto en el cual
no hay garantías para el régimen iraní, las autoridades del país mencionaron que
empezarían a enriquecer uranio al 20%, si los europeos no garantizan los beneficios,
consensuados en el pacto nuclear, lo que podría generar aún más presiones internas ya
que una importante parte de la población que se ha manifestado contra las políticas
exteriores de Irán no apoyan el manejo que le han dado al desarrollo nuclear con aires de
beligerancia aunque sea como dicen algunas autoridades iraníes con fines “disuasorios”.

Вам также может понравиться