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Universidad Nacional de Cuyo

Escuela de Estudios Políticos y Sociales

Boletín de
Estudios Políticos

Número 7

Mendoza
1 9 57
Podrá chocar a algunas mentalidades fuertemente ape-
gadas a un concepto absoluto sobre la seguridad jurídica,
que se reconozca que esa seguridad no puede ser sino rela-
tiva y proporcionada a la estabilidad de los valores jurídicos.
Pero las cosas son como son y no como se quiere que sean; y
el plausible anhelo de seguridad, arraigado, en esencia, en
el instinto social o individual de conservación y que como
tendencia instintiva puede conspirar contra la posibilidad de CHARLES MAURRAS
obtener una visión serena de las cosas, debe dejar paso a la
reflexión científica, neutral, imparcial sobre los hechos y fe- Nota introductoria a su vida y su obra
nómenos, aunque por este camino no puede encontrarse
siempre lo que se desea.
Para Paquita y Vicente,
Cuando el hombre, en su incesante progreso espiritual
en recuerdo cordial de
logre la identidad de los valores reales con los verdaderos
los días madrileños.
—si ello es humanamente posible— podrá hablarse de una
Ciencia del Derecho que suministre un conocimiento absolu-
tamente cierto. Mientras tanto, el derecho no será en esen- Justificación del tema
cia, sino lo que ha sido y seguirá siendo por mucho tiempo:
un sistema de los valores variables de conducta bilateral con No es una exageración afirmar que Charles Maurras
vigencia real y concreta en el medio social en el cual actúa. llena con su presencia cincuenta años de la vida de Francia.
Pocas figuras como la suya, de influencia tan notable y de-
cisiva en la política y en la actividad intelectual en general.
Dr. JUAN CARLOS MOLINA Sin embargo su fama ha trascendido poco los límites de su
Profesor Adjunto de Introducción al Derecho en
la Escuela de Estudios Políticos y Sociales de la
patria, a pesar del gran radio de difusión que suele tener la
Universidad Nacional de Cuyo producción francesa de todo género.
El principal motivo de este desconocimiento radica, a
nuestro entender, en la índole de las ideas maurrasianas,
fuertemente opuestas a las tendencias socializantes que se
han ido afirmando en el mundo a partir de la finalización de
la primera guerra mundial. Pero si aquella ignorancia puede
excusarse en el sector mayoritario, no ocurre lo mismo con
los especialistas en historia de las ideas políticas que muchas
veces adoptan ante Maurras una actitud análoga a la de los
indoctos. Tratados como los de Sabine, Brinton, Randall,
Mosca o Beneyto (para citar algunos entre los más frecuen-
tados por el lector argentino) o lo ignoran por completo o le

34 '35
dedican dos líneas que sólo denotan una falta absoluta de Los años juveniles
comprensión del lugar que ocupa Maurras en el pensamiento
político europeo. En Martigues, pequeño pueblo de Provenza, el 20 de
La importancia de Maurras deriva principalmente —es- Abril de 1868, vio la luz Charles Maurras. Hijo de una tierra
to es obvio—, de la profundidad y alcance de sus planteos apasionada y poética, a la que siempre amó con un exacto
políticos y de la excelsa calidad literaria de sus escritos. sentido del valor entrañable que tiene lo regional, Maurras
Pero esto, con ser mucho, no es todo. Maurras se inserta en creció en el seno de una familia de funcionarios municipales.
la vigorosa corriente del pensamiento contrarrevolucionario La "piedad sólida y grave" de su madre y el animoso lirismo
que, desde 1789, ilustran figuras de capital importancia de su padre encuadran los días de su primera infancia, que
histórica. Los nombres de Burke, de Maistre, de Bonald, Do- el viejo luchador evocaría años después en las tiernas páginas
noso Cortés, Acton, Maeztu, etc., indican una filiación y con que encabeza su volumen de poesías "La música Inte-
se equivocaría quien creyese estar frente a una brillante fa- rior".
lange de espectros políticos. El agotamiento de la línea ja- Dotado de una inteligencia singularmente curiosa, de
cobina del liberalismo —como lo ha puesto de relieve Salva- un humor vivaz y de una atención incansable, desde niño
dor de Madariaga en uno de sus últimos libros, "De la evidenció Maurras el germen de una personalidad excepcio-
angustia a la libertad"— ha llevado a vastos sectores de la nal. Dotado de vocación poética, durante los años de su
inteligencia contemporánea a plantearse de nuevo las bases adolescencia bebió apasionadamente en las fuentes de una
doctrinarias sobre las que se asienta la convivencia política. educación literaria Crálica. -Vasól-úejci -déloi clásicos griegos
Y es en esta emergencia que el pensamiento maurriano puede y latinos a las figuras mayores del romanticismo y recorrió,
ofrecer una lección, otra perspectiva quizás más realista y en fin, todo el repertorio de una seria cultúra literaria y fi-
positiva. Para fundar esta afirmación nos bastará con indicar losófica /.
la existencia del pujante movimiento político que, con el Pero a los dieciseis años, una desgracia terrible castiga
nombre de "neoconservatismo" está hoy difundiéndose en al joven Maurras. Se queda irremediablemente sordo.
los Estados Unidos y Europa y que ya cuenta con personali- I maginemos su dolor. Debió, por lo pronto, abandonar
dades como Russell Kirk, Friedrich Heer, von Kuehnelt-Ledd- una temprana inclinación marinera. Sordo él, que estaba
hin, Dawson y otros. coma nadie abierto a los sonidos y los ritmos; él, que vivía
atento a las voces de su gente, a las melodías de su tierra, al
Con esto queremos decir que la significación de Mau-
punto que en su vejez todavía recordaba el canto de las ron-
rras escapa a los marcos de un capítulo más en la historia de
das infantiles! Desde entonces le serían negadas las efusio-
las ideas políticas. El conjunto que integran sus reflexiones
nes del canto, de la conversación, aún del amor. "Un mons-
políticas y su método de observación crítica de la realidad truo como yo no se casa", dirá un día.
se mueve en la línea a que hemos aludido y en ella se desta- El joven ávido de comunicarse y de discutir con sus se-
ca con perfiles originales y valiosos. Nuestro trabajo intenta
contribuir, aunque sea modestamente, a su mejor conoci- 1 Maurras ha sido parco en textos autobiográficos. Sin embargo pueden con-
sultarse: "Confesión Política" ( "Au Signe de Flore", Grasset, 1933, Libro Primero,
miento y estimación. pág. 1 y ss.) y "La Musique Intérieure" ( Grasset, 1925), libro este último que
contiene, además de noticias bibiográficas, una interesante historia crítica que
Maurras hace de su propia poesía.

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mejantes, el provenzal que como todos los de su raza se Encerrado "como un caracol" en su departamento del
sentía especialmente dotado para el canto y la captación de Barrio Latino, pasó cinco años "rumiando, obsesionado, pro-
ritmos, definitivamente sordo. El gran conversador, el infati- blemas filosóficos" y escribiendo poemas. "En esa época he
gable interlocutor que debió haber sido Maurras, obligado a ri mado casi todo lo que pensaba", podrá decir más tarde.
un diálogo penoso, casi imposible. Había que hablarle con Estudiaba sin descanso: filosofía, historia, literatura,
los labios pegados a la frente, cerca de su oreja izquierda estética y pronto fue colaborador permanente de muchas re-
y en voz muy alta. Aun así, ciertas voces no le llegaban. vistas científicas y literarias de la época.
Murió también entonces el que debió ser, sin dudas, un Con respecto a la política, mantenía una actitud escép-

(0 1
orador notable pues toda su personalidad rebosaba de una tica. Buen ciudadano, no carecía de sentido para la cosa pú-
elocuencia de buena ley que se patentiza en sus escritos. blica pero la verdad es que sólo la poesía y las cuestiones
En otro hombre, esa desgracia hubiera sido fatal. Pero estéticas estremecían su corazón y su inteligencia. "Yo era
no en Maurras. Sin embargo, nunca se consoló de ella y el " —dice— como tantos otros que ven la relación entre la
Canónigo Cormier —que le asistió religiosamente en los " cuestión política y el caso físico o moral del país, pero que
últimos momentos de su vida— ha podido con justicia pre- " quieren cerrar los ojos" 2
guntarse si no habrá sido su sordera la causa de aquella Sumergido, pues en el periodismo literario y no obstan-
insistente pregunta cuya respuesta'sólo halló Maurras en te su sordera —que lo inclinaba a la misantropía— Maurras
las puertas de la muerte: ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué hizo amistad con varios escritores. Entre ellos, con Mauricio
existe el sufrimiento? Barrés, que fundará más tarde el "nacionalismo" francés y
Pero la Providencia quiso que en esta encrucijada diera al que Maurras debió, por propia confesión, elementos
Maurras con un profesor comprensivo, el Abate Penon, fu- esenciales de su formacion
turo Obispo de Moulins, sabio sacerdote que supo tomar bajo
También fue muy amigo —entre los poetas— de Jean
11 protección al infortunado muchacho para guiarlo en una
Moreas , aquel griego-francés que proporcionó a Maurras un
formación cultural que, de otro modo, quizás hubiera que-
_ elemento importante de su actitud espiritual: el amor por
dado trunca.
la_Greciá clásica, _el_ por el orden y la norma
La influencia del padre Penan no evitó, sin embargo,
griega, en el arte y en el pensamiento s. El poeta Maurras
que en Maurras se enfriara la fe catigica tráns–mitidap7:;r
fundó, en compañía de Moreas y otros, una escuela poética,
su madre. Alguien puso en sus manos una obra de la efapa
la 'f.- Escuela Fkománica il , precisamente para defendery pro-
herética de Lammenais, bajo cuya impresión hizo la lectura -- 7—
pt.T"
gnar . aqüella actitud. estética.
de la Biblia y el trato con Descartes, Malebranche, Pascal,
Pero un espíritu como el suyo no podía permanecer im-
Kant y Schopenhauer hizo el resto: Maurras perdió la fe.
pasible frente a los problemas políticos de su patria y varios--
factores, concurrieron a despertar su conciencia cívica.

París
2 "Au signe...", pág. 16.
3 Ch. Maurras: "Maitres et témoins de ma vie d'esprit". Flammarion, 1954,
En 1 886, terminado el bachillerato, Maurras se trasladó pág. 267.
a París e inició allí su vida literaria. Ch. Maurras: "L'Etang de Berra". Flammarion, 1928, pág. 309.

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Aproximación a la política bilidad de hallar una solución, su espíritu se debatía en la
incertidumbre.
A su llegada a París había chocado fuertemente al ro- Sin embargo, ¡qué incertidumbre! Rica en investigacio-
busto y primitivo patriotismo de Maurras, el aire de extran- nes, fértil en atisbos de valor inapreciable para la historia
jerizáción quepor allí corría. Como reacción, se reanimó en intelectual de nuestra época! Él mismo ha escrito de aquella
él su amor por la lejana Provenza. Y en el departamento etapa de su evolución: "A pesar de los años transcurridos
parisino que ocupaba junto con su hermano, estudiante de " no me es posible pensar en esas horas de meditación y des-
medicina, los_dos jóvenes leían y releían los clásicos proven- " cubrimiento, sin volver a sentir la conmoción, el entusias-
zales: Aubanel y especialmente Mistral, el vate regional a " mo, la luminosa y cálida satisfacción. El esfuerzo que apli-
quien tanto quiso Maurras. " taba al análisis de la vida de los pueblos antiguos y
Se vinculó entonces co_ n los círculos provenzales y llegó " modernos me parecía rico en resultados fructíferos: cada
a proyectar una geografía poética de Francia a fin de esta- " vez que una causa de la enfermedad o de la salud social,
blecer las relaciones que existían entre la poesía y el lugar " de la pérdida pública o de la salvación común se volvía
donde había nacido el poeta. Todo esto configuraba, como " algo sensible y palpable, una ambición casi satisfecha se
se ve, una preocupación creciente por la realidad concreta " estremecía en mí secretamente" 4 .
de Francia si bien bajo un aspecto todaJáiiterario . A través de estos tanteos, Maurras buscaba un norte
Al acercarse Maurras a la historia de su país y de su seguro. De todas las lecturas, de todas las experiencias,
región, comprendió los inmensos males de la centralización sabía extraer los datos positivos que encaminaban al orden
política establecida después de la Revolución de 1789 én y descartar lo que pertenecía a las potencias de la destruc-
desmedro de las fuertes personalidades regionales. De este ción y el desorden.
federalismo crítico, a la monarquía, no había más que un
paso. Y Maurras lo daría bajo la presión de otras circunstan-
cias. Anatole France
Señalaremos, primero, sus estudios. En efecto, Maurras
se inclinaba con un interés cada vez más apasionado hacia el _ La amistad con Anatole France fue para Maurras una
problema del rendimiento o servicio de los regímenes polí- fuente inapreciable de beneficios. Cincuenta años de ro-
ticos: ¿en qué medida servían a la salud y a la prosperidad manticismo habían arruinado y corrompido el tradicional
déla nación las diversas formas políticas? Planteamiento fi- gusto crítico de los franceses cuando el gran escritor vino
losófico, si se quiere, pero de directa incidencia en el terre- a retomar la defensa del estilo, del gusto y del espíritu.
no concreto. Maurras captó de inmediato este sentido de ta obra de
Por otra parte, las lecturas de Bossuet, de Maistre, Re- France y trabó con él una sincera amistad que duró desde
nan, Taine —cuyas obras, especialmente los "Orígenes de los primeros momentos de ia llegada de Maurras a París
la Francia contemporánea", ejercieron sobre él una conside- hasta que estalló el asunto Dreyfus, que debía disfancrarlos
definitivamente. No obstante ello, Maurras guardó siempre
-
rable influencia—, Le Play y sobre todo Comte le llevaron 1
a una encrucijada: todas sus reflexiones concluían en la

condena de la República diMoc rartiCa, pero ante la iimpos-i- 4 "Au signe ...", pág. 1 9.

40 41
por su maestro de juventud un cálido afecto. Años des- este movimiento y si bien es cierto que no siguió a Aristó-
pués le diría a Henry Massis cuál era su norma para juz- teles hasta el tomismo ortodoxo, la filosofía del Estagirita
7r
gar a France: "Elegid lo bueno y dejad el resto, tomad y IP afirmó en "un intelectualismo muy serio y razonadiS .
tamizad lo que la posteridad tomará y tamizará también" S .
Sus estudios de filosofía aristotélico-tomista lo lleva-
— -—
En una palabra, abandonar lo que hay en France de compla- ron¡bues7t- odoTo-TeTós que p ermiira s u religid-
so. Allí encontraría el sistema positivo de Augusto Comte.
-
cencia para con la ideología y los prejuicios de su época y
aprovechar la crítica irónica, tajante e implacable, de la Maurras supo dejar de lado lo que podríamos llamar la
mitología revolucionaria. "religión positivista" de Augusto Comte, para mantenerse
Charles Maurras ha señalado, junto al aspecto negativo en un plano estrictamente social. De Comte aprendió Maurras
de Anatole France, la benéfica influencia que éste ejerció a dar importancia al basamento fáctico de las reflexiones
sobre la juventud francesa, al detener la anarquía y el des- sociológicas , a respetar las leyes de la naturaleza social y po-
orden intelectual mediante el ejemplo de su obra, plena de dar sus c o
lítica, a fundar
-
n erv-ación
- crúsiones políticas en la PISs-

sentido armonioso, rica en valor estético y fundamental- y. en _la experiencia; en una palabra, de Comte recibió muchos
mente orientada hacia la reconstrucción de la inteligencia elementos-de ese método práctico justamente llamado del
francesa 9 . "empirismo organizador".
Pero sobre todo, aprendió de Comte su rechazo del caos ro-
mántico y su anhelo apasionado del orden, de ese orden social
Augusto Comte id-o- -segUn Maurras— despa's de Ta voTúcio de
1 789. Esta era para Maurras la gran lección de Comte y así
El ejemplo ático de Anatole France fue reforzado por lo manifestó en el trabajo que le dedicó en 1905. Dijo en-
los elementos filosóficos que Maurras extrajo de la obra de tonces: "El nos ha reabierto... altas fuentes de sabiduría,
iitilfc7C6Mté,áTáCuarifigódespués de una paciente y " coraje y entusiasmo. Algunos de entre nosotros éramos una

re flé-id 7áTéaü-iá-délía -fírOsof la clásica. " anarquía viviente y él nos dio un orden o, lo que es equiva-
"Si la imaginación semioriental de Platón, atemperada " lente, la esperanza de un orden". Y agregaba que Comte
" por su dialéctica y su crítica —bien atenienses—, com- había sabido mostrar el hermoso rostro de la Unidad, que son-
" portaba para mí un encantamiento casi sensual —ha escri- reía desde un cielo no muy lejanos.
" to-- yo había gustado, sobre todo, de la dura claridad de Maurras fijó claramente su posición ante la filosofía de
9
" Aristóteles". En Aristóteles, agrega, "me encontraba en Comte, "eminentemente francesa, clásica y romana" Y .

" paz conmigo mislyipreares la con el pensamiento". todas las fórmulas comtianas, siempre presentes en la obra
Hacia aquellos años el Papa León XIII había promul- de Maurras, no tendrán otro objeto que reforzar esa prédica
gado su Endaca "Aeteriii -Pafrli"; que revoluciono los es- en favor del orden en el pensamiento y en la vida social y
tudios fTOsóficos y fióT6gTCPSPióVi&áriab un renacimienVo política. "La inmensa cuestión del orden", como decía Comte
crérilife-rés-poTTá-likitófía-tóriiitfa. " Maurras no fUe ajeno a en frase que Maurras ha recordado muchas veces.

5 Henry Masis: Maurras et notre temps". Plon, 1951, tomo I, pág. 35 8 Ch. Maurras: "L'Avenir de l'intelligence". Nouvelle Librairie Nationale, 1909,
6 "France", en "Maitres et tárnoins...", pág. 171-220. pág. 153.
7 "Au signe...", pág. 135-6. 9 ídem, pág. 152.

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" sano. ¿Cómo, si existe un orden de cosas visibles, no Sería
En 1905 escribió estas palabras que expresan muy bien
éste descifrado por quien tenga ojos para ver? Naturalmen.
toda la importancia que Maurras atribuía al positivismo:
" te, no se trata aquí de nada sobrenatural, revelado. Se trata
"Antes de reorganizar la Francia moderna, la "elite" de los
" de la simple lectura de las filigranas de la historia y de
"espíritus franceses debe restablecer la disciplina en su pro-
" sus órdenes. ¿Qué es lo que ellas dicen? ¿Cuál es su texto?
" pio pensamiento. ¿Cómo? Esto no presenta ninguna difi-
" He aquí la cuestión y no otra". Y agregaba más adelante:
" cultad para los católicos: aquellos que quieran curarse de
" Lo que no está escondido, lo que es innegable, lo que ve
" la miseria lógica no tienen más que utilizar las fuentes que
" una mirada clara y pura, es la forma o figura del plan
" les ofrece la economía íntima de su religión. Pero, para los
" (creado o increado, providencial o ciego) tal cual ha sido
" otros, he resumido la regla magnífica instituída por el ge-
" invariablemente observado y descripto hasta nuestros
" nio de Augusto Comte bajo el nombre de positivismo" /°. 12
" días" .

Y a continuación dedicaba un trabajo extenso y entusiasta a


Se ve aquí claramente cómo Maurras detiene en su pun-
la filosofía y a la personalidad de Comte.
to la utilización del método comtiano. Para él, se trata del
La elección de un método intelectual, cuando se debate aprovechamiento de una serie de datos, de leyes naturales,
uno en la anarquía y el desconcierto, no siempre puede ser biológicas y sociales, de su aplicación sensata a la realidad
el resultado de algo deliberado. Hay caminos que se encuen- política con el fin de ordenar y encauzar esta realidad en un
tran, simplemente. Hubiéramos podidp llegar a destino por esta sentido favorable a la salud comunitaria. Ni religión positivis-
vía pero las circunstancias han querido que eligiéramos aque- ta ni mucho menos, secularización del cristianismo o reba-
lla otra. Que Maurras hubiera alcanzado su doctrina del orden jamiento de lo sobrenatural.
siguiendo otra dirección filosófica distinta al positivismo de
Comte, es muy posible. Que su pensamiento, en este caso,
hubiera podido tener una base filosófica más sólida, también
El espíritu clásico
lo creemos. ¿Pero, es esa una razón para intentar la negación
de todo su sistema, para dudar de la verdad así lograda? Sos- A esta altura de nuestro estudio podemos resumir los
tenemos que no. El genio de Maurras supo hallar ese acuerdo principales elementos que constituyen el mundo intelectual
efectivo que puede darse entre diversos sistemas filosóficos de Maurras: en estética, el gusto clásico y latino bebido en
cuando logran aprehender una verdad parcial.
i Moreas y Anatole France'; en política, el nacionalismo fuer-
En la introducción a su obra póstuma, "Pio X, Salvador te, depurado y elegante de Barrés, amalgamadó al sentido
de Francia", Maurras volvió a insistir en la licitud de su regional y federal de los provenzales, especialmente de su
método, con lo cual intentaba responder a cierta crítica ca- amigo Federico Amouretti, quien lo llevará a la monai:"Oiiiá
tólica. "Los fenómenos sociales —decía— se ven y se tocan.
" Sus casos de presencia, de eclipse o de variaciones, sus du- .
I y en filosofía, el método comtiano, sobre Ta base de una
formación aristotélico-tomista.
" raciones, sus desapariciones, sus crecimientos o decaden- La postura neoclásica de Charles Maurras encarnaba en
" cias, caen bajo los sentidos del hombre, si éste es normal y una militancia incansable contra la "barbarie romántica"

1 0 ídem, pág. 15. 1 2 ob. cit., pág. 1X-X.


11 "Le bienhereux Pie X. Seuveur de la France", Plon, 1953.

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—como él la llamaba— y la influencia germánica, a la que " Hospicio fundado por un peregrino de Provenza, salido
acusaba de ser la causa de los desordenes esPirituales y p-ol- " precisamente de mi pequeña aldea; esta isla de Malta
ticos de Francia:Yestamos aquí ante el nacimiento de un " estaba ocupada desde hacía cien años por Inglaterra; ¿qué
13
tema constante y obsesivo del pensamiento maurrasiano: su " hacía ella en nuestro lugar?" .

antipermanismo. Como un relámpago se hizo la luz en aquella incerti-


Todo le inclinaba a ello. Su credo estético, su filosofía dumbre que todavía atenaceaba su espíritu. Todas las con-
realista, enemiga de las "nieblas" alemanas y en fin, su ar- 'tradicciones filosóficas y políticas se disiparon ante la leccióh
diente patriotismo, crecido en aquel clima de revancha que clara y rotunda de la historia antigua, viviente en las piedras
inundaba Francia después de la derrota de 1870. mediterráneas y en duro contraste con la realidad francesa,
En 1890 Charles Maurras entró en el viejo periódico disminuída e inferiorizada.
monárquico "La Gaceta de Francia", que lo envió como Al pie de las ilustres ruinas de la antigüedad, Charles
cronista._ deportivo a los_ juegos olímpicos, que tuvieron lu- Maurras comprendió que para juzgar a las naciones hay que
_
gar en Grecia en el año 1896. verlas en una perspectiva de siglos y no en la menguada
escala de la duración de los Wo m bres. En esta Conciencia
- --
La influencia que este viaje tuvo en la evolución espi-
ritual de Maurras fue extraordinaria. Ma-urrai escribió lo Siguienfe . "El breve destino de lo
- -- -:
-

Sus experiencias en la política francesa y la madurez que se llama la democracia en la antigüedad, me ha hecho
de sus estudios lo predisponían para el gran descubrimiento pensar que lo propio de ese régimen no es otra cosa que
que hará en su viaje a Grecia. Lo sustancial de esta ver- " consumir lo que los períodos de aristocracia han producido.
dadera revelación está contenido en uno de sus libros más " La producción, la acción, piden un orden potente. El con-
hermosos, "Antinea", donde recogió las crónicas enviadas al " sumo es menos exigente: ni el tumulto ni la rutina lo mo-
periódico. " lestan demasiado. Con los bienes que generaciones han
Por lo pronto, Maurras vio a su país en perspectiva, es " producido lentamente y han capitalizado, toda democra-
decir con la lejanía que permite aquilatar debilidades y " cia hace una grande y alegre fogata. Pero una llama da
energías, vir¿I y defectos, logros y frustraciones. Ante los " cenizas más pronto que lo que tarda en encenderse la leña
ojos de ese viajero maravillado desfilaban los paisajes medi- " de la hoguera... La enormidad de nuestro capital nacio-
terráneos y griegos, con sus ruinas ilustres y su mensaje de " nal no debe engendrar una seguridad engañadora. Ser
belleza e historia. " nacionalista y querer la democracia es como querer el de-
" ¿Estábamos, pues, tan bajo? ¿Era ello posible? —se " rroche y, a la vez, la economía de la fuerza francesa, lo que
14
" preguntaba— y escribía: "Desde el Acrópolis y el Pireo, " creo es imposible" .
" desde las alturas del Himeto y desde el litoral de Eleusis,
" cuando me daban tregua los antiguos recuerdos, mis ojos
" recorrían la superficie de aquel mar, que fue nuestro mar Hacia la monarquía
" y desde Constantinopla a Chipre o desde Alejandría hasta
Maurras pasó luego a preguntarse por el nexo que había
" Ceuta, yo no veía otra cosa que nuestra ruina y el progre-
" so de nuestros antiguos rivales triunfantes. Malta, hija de
13 "Au signe...", pág. 45.
" Rodas, nacida del Hospicio de San Juan de Jerusalem, ese 14 ch. "Anthinéa". Flammarion, 1942, pág. XII.

46 47
mantenido unidos y poderosos a través elel tieMpo a los ri- teoría russoniana sobre la bondad natural del hombre; el de-
:
veTes -Cle- Francia y hárfruna sola respuesta: el gobierno mocratismo universal; el individualismo, las utopías del pa-
-
dintics,
as érReY:CFá-r"le-s- M-áu---
rras-S-
e convertía, pues, --eJa cifismo, etc.
monarquía. No por un impulso sentimental o familiar, ni mu- En vano trataba Maurras de hallar en la historia o en
cho menos a la manera de un esteta asqueado de las formas la realidad circundante, algún dato que permitiera afirlVacio-
políticas democráticas. La seriedad, el rigor y la responsabili- nes semejantes a fas revolucionarias. Ni el hombre era bueno
dad presidían siempre la marcha de su pensamiento, que es ni las multitudes justificaban las virtudes y los derechos
necesario examinar con cierta detención. omnímodos que se le atribuían. Más aún, si la ley del núme-
Fiel a su, método del "empirismo organizador", Maurras ro no se aplicaba jamás era por su absoluta incapacidad fun-
experimentaba un santo horror por las construcciones políti- cionar; en su lugar podía verificarse la acción de camarillas
cas puramente intelectuales, por esos razonamientos perfec- demagógicas que utilizaban los sentimientos de envidia y
tos en apariencia pero que no tienen otro apoyo que ciertas desesperanza que yacen en todo hombre para pulverizar a
fórmulas abstractas. sus enemigos y lograr fines ajenos al bien común de la so-
" Nuestra maestra en política es la experiencia", decía ciedad.
Maurras. ¿Y cuál será entonces, el procedimien-t-O a seguir? Su razón se negaba a suscribir aquella proposición según
Primero, examinar los hechos sociales naturales y ana- la cual la verdad de una situación política debía confiarse
(
1 izar lelistoHa-política. De esta pi - limera extrae- de-rn-aWera absoluta a la decisión de una mayoría numérica,
_
rá un repertorio de verdades comprobadas, esta es, estable- cocí menosprecio de la opinión sabia y experimentada Y en
cidas por elestudio del pasado y explicadas por la psicología. cuánto alpacifismo, jamás había sido viable y no había ras-
ti
Estas ideas sacadas de la experiencia, debían ser ve-
,
tros en la. historia de que semejante quimera alguna vez
rificadas posteriormente. Si ello ocurría, se podía afirmar existiera. Maurras no admiraba la guerra ni creía que exal-
que estábamos frente_ a una constante histórico-política taba virtudes humanas. Para él la guerra era una desgracia,
utilizable en la acción práctica. De ahí, pues, la importancia pero odiosa e inevitablemente metida en la historia. Crecido
del conocimiento de la historia y de la realidad-actual. Uná en la atmósfera de la derrota deJ87d, dos veces había Visto
inteligencia preparada con este rigor crítico está en condicio- Maurras cómo la guerra asolaba su patria. En ella murie-
nes, según Maurras, de organizar de modo suficiente, "esas ron amigos queridos y tesoros para él inapreciables se per-
" tablas de ausencia y presencia, de variaciones, comparables
,
dieron para siempre. Pues bien, decía, si la guerra hay que
" a las que favorecen el progreso en el estudio de la natura- hacerla, es necesario ganarla y para eso hay que armarse
" leza" 15 .
moral y materialmente. Charles Maurras fue implacable y
El sólido realismo maurrasiano se lanzaba así a la caza permanente enemigo de toda utopía.
de las constantes de la actividad humana que permitían Estudiaba la historia de Francia y frente al espectáculo
trazar una política acertada. \s: -
1
) magnífico de I 6ssidos monárquicos decía ver la miserable• .__
Maurras rechazaba rotundamente toda la mitología de trayectoria_ posterior a 1789. Luis XIV dejó a su país en-
la Revolución Francesa: las consecuencias políticat de la ‘ grandecido pero Napoleón y sus seguidores lo achicaron. El
vyl‘ ra'S
naciterritorio-`nacional se mantuvo inviolado durante la monar-
X4T , ,
15 Sobre el método maurrasiano volveremos más adelante. quia y la rep ública .democr á tica provocó cuatro invasiones

48 49
desastrosas. Uno por uno analizaba los elementos de la his- que su problema —planteado a esta altura de la historia
toria y la política francesa para concluir en una condena del cuando es irrevocable el proceso de democratización— hu-
régimen instituido después de biera sido de solución muy difícil. Pero él pertenecía a una
_ la Gran „Revolución.
Maurras veía los contrasentidos en la actividad política nación Ce h istorial predominantemente monárquico, al pun-
misma. Los partidos llamados democráticos, por ejemplo, to tal que la república apenas si contaba con algunas decenas
utilizaban la fuerza, pero una vez en el poder se apresuraban déaños edad. ¿Por qué, pensaba entonces, no volver al
a descalificarla en nombre de las leyes, la Constitución .y el régimen que hizo la grandeza de la patria?
derecho. Resultaba, pues, que la revoluciónZ-7 e ó de fa Pero quede bien establecido que la monarquía con que
violencia— estaba justificado solamente cuandoservía a los soñaba Maurras no era refugio para un conservadorismo
democráticos para tomar el poder. lo mismo sute•a conlas reaccionario y antipopular. Un espíritu como el suyo, abierto
elecciones a base del sufragio universal. No se conocían casos a la comprensión entrañable de la totalidad del país, ambi-
de tiranías derribadas por la fuerza de las urnas; luego, exis- cionaba una monarquía social, popular, una monarquía que
tía un elemento en la dinámica política que no había sido ca- WiterpFitárá TOS auténticos anlialos de todas las capas de la
nonizado por los liberales de 1789. sociedad francesa, que fuera eco de ellas, como en la época
En resumen, que Maurras aplicaba un método realista, dé lq-s■CiPJ151.-
razonado y crítico para analizar un complejo sentimental Maurras estaba dotado de un vigoroso sentido de lo
de utopías, suelos y algunas elucubrácioneildédiógicas. social, rasgo , común a muchos políticos e intelectuales fran-
sistía en que nqClebíápermitirse el juego irresponsable de. ceses de su época, cuando la preocupación por los problemas
arbrilításjTi:et&icos en el terreno de la política, en ese sociales crecía pujante por toda Europa. Fue un gran lector
sagrado territorio donde arriesgábase el destino de va- de Le Play, de la Tour du Pin y en general de todos aquellos
liosos bienes materiales y espirituales. No debía admi- autores, cristianos o no, que aportaban a la política francesa
tirse que frente a una declaración de guerra, por ejem- una temática social. Eran los años del auge socialista .y anar-
plo, se invocaran abstractos e ilusorios programas de frater- quista, no lo olvidemos, y Maurras, contra lo que podría
nidad universal que jamás podrían realizarse, en lugar de creer un crítico superficial, estuvo íntimamente ligado a
proceder a la defensa concreta y efectiva. estas preocupaciones, que su monarquismo tuvo en especial
Ahora bien, a Charles Maurras no se le escapaba la cuenta.
necesidad de hallar una solución política a_127sue él consi- Agreguemos, como dato importante, que este planteo
deraba el fracaso de la república democrática. tY si combatí monárquico de sentido popular y social, atrajo -desde -érdit
a este régimen, con la misma fuerza re udiaUerire s? mienkb la atención de numerosos grupos de sindicalistas,
a la dictadura providencialista y arbitraria. No, decía Mau- que coi"- su aporte dieron al movimiento maurrasiano una
rrik -él-íéj-hédia -C6iffr7aéreléiord-
e-n - Zérnaógico no puede fita-óriiiá-totalrnente distinta a la de un conservadorisfflb
ser el discrecionalismo de un jefe, por más providencial que ci.üdo y clasista.
---

éste pretenda ser. Se trataba de encontrar el justo medio Esto debe relacionarse con otro tema fundamental en
entre "Demos y César", como tituló Maurras a un estupendo el pensamiento maurrasiano: la lucha contra la plutocracia.
libro suyo sobre el tema. Sostenía Maurras que toda democracia trae aparejada
Si, Maurras no hubiera sido francés es muy probable el poderío del dinero, por lo cual la sociedad demotrátíca

50 51
terminará. fatalmente, regida poruna oligarquía. Pues bien, sirvienta, operaba nada menos que en el mismo edificio.
frente a éste poder agresivo, omnímodo e insolente del --- dé la érribájáda - aTernana en París. Dreyfus alegó en todo
dinero, Maurras guerra erigir una dinastía y una aristocracia momento su inocencia pero, como a jukTo del tribunal, no
fundadas en la sangre y en los servicios de toda índole pres- consiguió probarla, fue condenado.
tados al país. Léase su libro "El porvenir de la inteligencia" En 1895 una nueva circunstancia enturbió el asunto.
y se encontrará allí un estudio profundo y a veces profético Un tal Esterhazy, sujeto de pésima conducta, , cargado de
de fenómeno plutocrático, de importancia capital en la his- deudas e implicado en el proceso Dreyfus, fue acusado por
toria contemporánea ". el nuevo Jefe de Informaciones Militares, Comandante Pic-
Ese Rey que Maurras ansiaba para su país se apoyaría, quart, de ser quien escribiera la famosa nota que sirvió de
pues, en las instituciones nacionales liberadas de la tiranía prueba decisiva en la condena de Dreyfus. Los peritajes ca-
del dinero y la opinión; restablecería la importancia de las li gráficos probaron que Esterhazy había simulado ser el autor
regiones mediante un sano federalismo y daría una norma de la nota y que para ello imitó burdamente la caligrafía del
a la fuerza, sin la cual no hay gobierno. El monarquismo de tan llevado y traído billete. Era, pues, evidente su propósito
Maurras, sólidamente aferrado a lo que él consideraba la de venderse para liberar a Dreyfus de su culpa. Esterhazy
realidad francesa, comprensivo de las necesidades populares, fue puesto en libertad y Dreyfus siguió siendo considerado
enemigo de la plutocracia y la demagogia, imponía respeto. tan culpable como antes.
No parecía servir como refugio de viejos pelucones asusta- Pero la tormenta se había desencadenado. Los antimili-
dos por el progreso de los tiempos modernos ni prometía taristas, que consideraban al Ejército francés como un re-
privilegios sin servicios. ducto de la derecha católica y antisemita, se lanzaron contra
el Estado Mayor exigiendo no solamente la libertad de Drey-
fus sino la revelación de todos los secretos militarés;cla-ma-
El "affaire" Dreyfus ban por el desarme por el aplastamiento de la Iglesia Cató-
,

lica, etc.
Pero faltaba un último paso en la evolución política Las cosas se agravaron cuando se descubrió que un do-
de Maurras. Y la ocasión la proporcionó el asunto Dreyfus. cumento del proceso, agregado con posterioridad a la conde-
No vamos a relatar todos los pormenores de aquel tor- na de Dreyfus, era falso. Su autor, el Coronel Henry, del
mentoso proceso —cuyas cenizas todavía están calientes...— servicio de contraespionaje, se suicidó cuando se supo la
pero su importancia en la historia política de Francia requie- verdad. Y Emilio Zola, desde "La Aurora", el diario de Cle-
re una especial consideración. menceau, lanzó su famoso "Yo acuso", documento que im-
En 1894 un tribunal del Ejército francés condenó al primió más violencia a la polémica.

capitán Alfredo Dreyfus a la pena de prisión perpetua bajo Se reunió entonces un nuevo tribunal militar, que vol-
la acusación de haber entregado a Alemania secretos mili- vió a -condenar a Dreyfus a diez años de prisión. Pero esta-
tares de Francia, La evidencia fue proporcionada por un mos ya en 1899, Waldeck Rousseau, prominente figura del
agente secreto francés, la Sra. Bastian, que disfrazada de liberalismo extremo es nombrado primer Ministro y Fa oTa
antimilitarista llega a su máximo nivel.
16 Ch. Maurras: "L'Avenir ...", obra citada anteriormente.
El gobierno francés ejerció presión sobre la justicia

52 53
para que ésta se pronunciara a favor de Dreyfus pero sólo "siglo catorce, de las 'guerras de religión, de la Fronda, de
en 1906 se consiguió que el Tribunal de Casación lo indul- " 1789" 17 .

tara, sin absolverlo de culpa y cargo. El condenadó se apresu- La lucha era sin cuartel. Zola habíale inyectado una
ró a aceptar esta gracia, lo que desilusionó a ciertos drey- dosis formidable de anticlericalismo y el tono de la polémica
fusistas —como Charles Peguy— que habían identificado su llegó al rojo vivo. Los derechistas por su parte decidieron
causa con la de la justicia y que exigían a Dreyfus la conti- acabar definitivamente con todo lo que hubiera podido que-
nuación de su lucha hasta obtener una sentencia absoluto- dar de respetable en el adversario. Día a día, en sus perió-
ria. dicos, en los debates públicos, en la guerra de folletos, iban
En realidad, todo el asunto Dreyfus no debió pasar del deshaciendo uno por uno los adversarios. Edouard Drum-
cerrado ámbito militar y si las cosas ocurrieron de otro mo- mont, desde su "Libre Parole" rubricaba sus violentos artícu-
do, fue porque con motivo del proceso tomaron estado de los con sucesivos duelos y las agrupaciones que reunían a
franca beligerancia, dos viejas tendencias de la política y el los partidarios de uno y otro bando se formaban sin cesar.
espíritu francés, que desde hacía largos años venían librando El proceso Dreyfus, que ofreció la ocasión para que
una lucha cada vez más enconada. 04 irrumpiera Clemenceau eri la política francesa, fue el hecho
En la defensa de Dreyfus se alinearon las fuerzas libe- que lanzó definitivamente a Maurras a la vida pública.
rales, socialistas y, en general, toda la izquierda francesa: Maurras había juzgado serena ysensatamente el "af-
Clemenceau, Jaurés, Millerand, entre los políticos; Zola, faire", desde su comienzo. "No es cosa para discutir en la
France, Jacobo Renach, Peguy, Bernard Lazare y Romain vía pública dijo. Pero cuando creyó que la estocada iba
Rolland, entre los escritores y el gran rabino de París, Zadoc- dirigida al corazón de Francia su actitud cambió por com-
Cahn, de gran importancia en esa época. pleto en cuanto paseLdefrlerl,espectacgr a_delempeñarse
Contra Dreyfus formaron la mayoría de los católicos, tomó urilk de 1.Qs,aPt9r91 del drama.
todas las fuerzas conservadoras —monárquicas y republica- " Llegué a ese punto central de mi vida —ha escrito-
nas— y en general aquellos que sostenían el criterio de que
" en que la literátura fue obligada a mofarse cilla literatura,
Dreyfus era culpable o que, en todo caso, el asunto era ya
" puesto que debió aplicarse a las artes de la acción. Lo que
"cosa juzgada". Este sector se oponía firmemente al desman-
" había adquirido de facilidad o de rapidez en el uso del
telamiento del ejército, meta supuesta de la campaña drey- " pensamiento y de la pluma, no fue mas que un arma para
fusista. " defender a la _patria" 18 El momento es emocionante. El
.

La polarización de ambas fuerzas se hizo en forma des-


poeta, el hombre de letras, el artista que era Maurras, aban-
piadada. Francia se dividió en dos bandos enemigos, enzar- dona para siempre lo que pudo ser una brillante carrera pu-
zados en una guerra a muerte, inmisericorde. Como dice
- -
ramente literaria para poner sus fuerzas al servicio de una
Jacques Bainville, "dos campos sé fo rmaron. SÜ nombre mis- empresa política. En una magnífica lección de civismo,
" mo (Dreyfus) se convirtió en un símbolo. Francia se divi- Charles Maurras dice adios a sus preocupaciones exclusiva-
" dió en dreyfusistas y antidreyfusistas. Esta lucha de doc-
" trinas, de sentimientos, de tendencias, donde chocaban ib
17 .1. Bainville: "Heur et maiheur des frantais". Nouvelle Librairie Nationale,
" el espíritu conservador y el espíritu revolucionario repetía, 1 924, pág. 705.
" bajo una forma reducida y atenuada, las grandes crisis del 18 Ch. Maurras: "La Musique intérieure", pág. 41.

54 55
mente estéticas para convertirse en el gran escritor polltito difíciles de demostrar fehacientemente. Retengamos, sin em-
que sus condiciones auguraban. bargo, este hecho evide-WeWé—Maurras exhibe en toda su
- - -
Por lo pronto, dejó el periodismo literario para lanzarse gravedad: cuando estalló la guerra de 1 914, F rancia se en-
de lleno en la polémica suscitada por el asunto Dreyfus. La contró totalmente a ciegas sobre la situación interna de
inocencia o la culpabilidad del capitán Dreyfus no es lo que 41 • Alemania_a consecuencia del desmantelamiento de su apara-
realmente está en juego, sostenía. El verdadero problema en to de espionaje, resultado directo del asunto Dreyfus.
debate es el de la pervivencia del ejército francés o seá la
subsistencia de una fortaleza, hasta ese momento inexpug-
nable, de lo más esencial de la nación, Dijo entonces: "Si La "Acción Francesa"
" Dreyfus_es inocente, ponedlo en libertad y si quereis, ha-
" cedlo Mariscal de Francia pero fusilad por lo menos a una Bien pronto fue Maurras la figura más notable del sec-
" docena de sus defensores por traición a Francia, a táRtz y a tor antidreyfusista. Desarrollaba una actividad incesante,
" larazón"... 19 . escribía en varios periódicos, asistía a las reuniones de todas
Cuando el suicidio del Coronel Henry pareció dar la Iiitigas y Asociaciones que se creaban para unir las fuerzas
razón a los dreyfusistas, Maurras solo, desde las columnas de derecha y, lo que es importante, comenzó a trabar rela-
de un periódico, emprendió la defensa- del desdichado ofi- cióri--d-o-ri- átjliélló-s—éréñié-ñfb-s—de--1.1 "generación que, por di- .
cial, caído en su intento de ocultar secretos militares fran- versos caminos, habían llegado a plantearse interrogantes
ceses, de impedir la revelación de pormenores que habrían análogos a los suyos respecto al porvenir de la patria y de sus
arruinado un largo trabajo de penetración en el seno de la instituciones.
embajada alemana en París. En 1898 Maurras y sus amigos crearon un pequeño
Lo importante en el asunto Dreyfus, según Maurras, era círculo de estudios, el que posteriormente editó un bolifa
el trasfondo internacional. Inglaterra, inquieta en ese mo- Esta modesta hoja llevaba un título que sería - farnot-o-: ''Ac-
mento por la audaZ política militar francesa en las colonias ción Francesa", tomado de un artículo publicado en etdiá-
africanas, buscaba asestar un golpe decisivo al ejército fran- rio "L'Eclair", el día 19 de Diciembre de 1898. El artículo
cés. En efecto, la importante misión Marchand, que recorría estaba firmado por Maurice Pujo, joven profesor de filoso-
Africa, debió detenerse en Fachoda justo en 1896, en el fía que conoció a Maurras en 1899 y que habría de ser su
punto álgido del asunto Dreyfus. Por su parte Alemania compañero, casi su,hermano, a través de toda su agitada vida
también aprovechó la oportunidad y, al igual que Inglaterra, política. En esos años, también trabó amistad con Henry
alentó con dinero y toda clase de ayudas a muchos agitado- Vaugeois, clara y valiente inteligencia a quien Maurras —el
res que tomaron parte en la discusión del "affaire", del cual ateo Maurras...— condujo al catolicismo, a Lucien Mo-
debía salir gravemente dañado el prestigio militar de Fran- reau, a León de Montesquiou y a tantos otros que formarán
cia 50 . La verdad es que Maurras no proporciona pruebas ca- entre lo más significativo del grupo político de Maurras.
bales de todas estas afirmaciones, que en todo caso son harto Todos juntos fundaron la "Liga de la patria francesa",
pero de entre sus integrantes solamente Maurras tenía una
actitud decidida en favor de la monarquía; la mayoría era
1 9 "Au signe...", pág. 55.
20 idem, pág. 58-9. riPublicana,__aunque sin convicciones firmes. Maurras, por

56 57
su parte, conocía desde 1895 una proclama del pretendiente histórica. "Todo lo nacional es nuestro", dijo una vez, reco-
al trono, el Duque de Orleans, texto que habíale convencido giendo una fórmula del Duque de Orleans.
totalmente. Esta amplitud vital del pensamiento maurrasiano es
Pero fue en 1899 cuando la idea de constituir el grupo mucho más importante y significativa que esa apariencia de
de "Acción Francesa" tomó mayor volumen y que la idea esquema cerrado que a veces le han reprochado impugnado-
monárquica se impuso definitivamente a todos ellos. Y dio res superficiales de sus ideas.
así comienzo la gran campaña política que debía durar más N4:1,se-carlsó-Matirxas_de señalar la relatividad de todos
de medio siglo. Como dice René Brecy, desde ese momento los razonamientos políticos basados en la experiencia. "No
la vida de Maurras sería una sola cosa con la "Acción Fran- somos metafísicos", decía. Y si a veces las necesidades po-
cesa" H. lémicas pudieron dar a sus argumentos un aire de "filosofía
Aquel grupo, espléndidamente dotado para distinguirse perenne", la verdad es que esto poco tiene que ver con lo
en las actividades políticas e intelectuales, se convirtió de que constituye su esencia. Ese movimiento natural de su
'nmediato en el centro de atracción para todos los elementos inteligencia que va desde larálidad a las deducciones, lo
e la derecha francesa, a la que Maurras habrá de proporcio- mantuvo siempre aleMci todo esciueñWase—ITP~

ar lo que indudablemente le faltaba: un doctrina coherente


sólida, asentada sobre la razón y la experiencia. Como ha dicho acertadamente Julio I razusta, su méto-
23
do "encierra a la política en una contingencia taxativa" .

A pesar del relativismo metódico de su pensamien-


Perfiles de la doctrina maurrasiana to político, Maurras no es escéptico en cuanto se refiere a
los fines,superiores de la_política. La agilidad y la naturali-
Es importante no considerar a Charles Maurras como a dad de su actitud intelectual no excluyen una concepción
un pensador encerrado en rígido sistema de ideas. Nada de firme y permanente de los objetivos que debe perseguir toda
eso. La regla fundamental de su pensamiento es respetar política merecedora de tal nombre. Ese relativismo, como
todas,~festaciones positivas de la vida. Com6bién ha dice Irazusta„no se opone a "la formación de máximas, re-
dicho Henry Massis, "lo que Maurras defiende en arte, eri " glas, leyes destinadas a guiar la voluntad enel laberinto
política, son las leyes maestras de la vida" 22 enteridiiiiaó
,
"Cié la contingencia, horque esa eicClüSTKSérlirédúClfla
por esta- exprest
aquellas; realidades- contfélas del " actividad práctica a un voluntarismo acéfalo y destruir la
24
hornlare-y-skLeaundo,„todos los intereses positivos que englo- " unidad del espíritu humano" .

ba lammiónslellenpúblico. Es muy conveniente tener presente esta condición del


método maurrasiano, sobre todo cuando se lo considera des-
Por eso, en su doctrina de la política, aprovechó Mau-
de una perspectiva que no es la francesa.
rras cuanto había de útil, de programas y realizaciones efec-
Veamos, por ejemplo, su monarquismo. Para MaurraS,
tivas en todos los sistemas que le ofrecía la experiencia
la necesidad de este régimen viene i mpuesta por la razón

21 René Brecy: "Biographle", en el volumen "Charles Maurras. 1868-1952".


23 Julio Irazuta: "Maurras", en "Actores y espectadores", Buenos Aires,
Textos de P. Gaxotte, H. Bordeaux, Daniel Halévy y otros. Plon, 1953, pág. 24.
Sur, 1937, pág. 135.
22 Hanri Massis: "La lefon de Maurras", en el mismo volumen, pág. 115.
24 Idem, pág. 137.

58 59
y por la experiencia histórica. Y los argumentos-de la razón de Francia, arguye Maurras, la respuesta es una sola: la
—ya lo hemos visto— se extraen de dicha experiencia. monarquía. En otros casos, diríamos nosotros que nos acerca-
Esto quiere decir que la bondad de los sistemaspoliti- mos a Maurras como americanos y republicanos, habrá que
cos depende de la lección quédicte el pasado y que debéMós proceder a ese inventario crítico de la experiencia histórica
distinguir entre el sistema que se acomoda a lehístoriaya y ver el resultado.
las tradiciones de un país y aquel otro que se eligePo7rato- Retengamos, pues, este aspecto de prudente relativismo
nes puramente abstractas, sin oír el dictado - da la &Pe- del método maurrasiano, que ya veremos más adelante cómo
riencia. armoniza con una noción clara de los objetivos concretos
Quien razone, apoyado en los argumentos filosóficos de que una verdadera política debe perseguir de modo perma-
Maurras, que la monarquía es una panacea universal, ignora nente.
el verdadero sentido del pensamiento maurrasiano. Hay bue- " Para los repetidores y memoristas de toda especie,
nas repúblicas y malas monarquías, y esto lo vio siempre el su lectura puede ser funesta"... ha escrito I razustá y agre-
propio Maurras. ga: "Pero el que sepa tomar a Maurras como maestro de
Las razones históricas que pueden valer para Francil, " metodología política aprenderá de él a ver la realidad con-
de ninguna manera podrían aplicarse al caso de los países " creta tal como es..., a trabajar con el propio pensamiento
25
americanos , por ejempIo:Miérifielsen-2Fraricia son los siglos . " en vez de reposar muellemente en el ajeno"
monárquicos los de máxima grandeza, en América es impen- Maurras trató de fundamentar sólidamente una política
sable toda tradición que no sea Ja republicana. En todos los realista, esto es, una política fiel a los dictados de la expe-
casos, el criterio que aplicaremos a la experiencia histórica riencia histórica, con la suficiente flexibilidad para acomodar
serkel de la grandeza nacional,esáeCir,Vamos a ir a libia= las exigencias de una ,concreta finalidad de bien público a
toriaiara buscar aquellas etapas en que el país alcanzó a las condiciones cambiantes de la situación actual.
realizarse cabalmente en todos los órdenes de su vida, y a
tomar é ellas lección de sus firmas iñst ñálCds y pO11..
ticas. La Patria
Lo que llevamos dicho puede aclararse más con el exa-
men de otro tema capital del pensamiento maurrasiano: la Para Maurras, una política realista debe reposar sobre
tradición. dos entidades primordialesfla tierra y eTTiombre.
La tradición para Maurras debe ser crítica, esto es, ¿Qué es la tierra? La tierra es la patria , concreta e indi-
-

debe seleccionar y valorar aciertos y fracasos. La tradición visible, hecho de naturaleza. La patria no ha surgido de un
positiva está constituida por erTériTe-rYorio dé experiencias acuerdo voluntario, deliberado. La patria se da con el naci-
felices que ha vivido un país y es la que emite un vereaictó - miento, se encarna en una historia y se transmite mediante
——
ina ble iLárit1:_
i se re iere a servicio pres a•o a pais' la tradición heredada. Como flarrés, conciBi la Oalia co mo
par las formas políticas. una cosa eterna. De ahí que el primer deber del patriotismo
Un país ha de ser fiel a sus tradiciones políticas, dice sea con respecto al ser mismo de la patria.
Maurras o, lo que es igual, debe ser fiel a las formas políti-
cas que presidieron sus momentos de grandeza. En el caso 25 ldem, pág. 144.

60 61
28
El respetó y la honra se deben a la patria con indepen- votan sino un cuerpo de familias -que viven Un grupo de
.

dencia de las satisfacciones que ella pueda dar a nuestro fai=nilias W sobre el sueldó de los padres
sentido de la justicia o a nuestras ansias de gloria. La patria y con los medios necesarios para pervivir frente a los ataques_
----
puede cargar con vicios y defectos, pLiéa--éTo-Fnéter gravet de los eternos enemigos de toda sociedad. _Familia, quiere
- • •o nuestro •nmer deber será defenderla , decir propiedirjrfilrei47 - ---- —
y procurar que goce de paz, seguridad y liberta •. no se La propiedad es la "salvaguardia natural del hombre,
tema que este elemental patriotismo vulnere la justicia pues animad -má n-düsTrib-sciq al -Ligamen-fe
" la primera condición de una patria justa, como de toda Maurras y agrega: 'No se clirfa W' sino se pudiera decir
"patria, es existir, siendo además la segunda, poseer esta " mío. Sin propiedad el hombre es un condenado a muerte.. .
" independencia de movimiento y esta libertad de acción " Poseer es mandar,-es disponer de sí, es poder resistii. a
" voluntaria sin la cual la justicia no es más que un sue- " los otros... La propiedad libera la existencia y coriffere
, fity , 26 .
"una autoridad". Sin la herenCWITIJiiibre no puede trans-
¡ Emocionante patriotismo el de Maurras! Al margen de mitir los frutos dé su trabajo. tste tema de la herencia re;
la vida oficial, sin haber ocupado jamás un cargo político, Vate-Une importán-Era-afirtiVinei nto maurrasia-
veía cómo su país corría hacia la destrucción desoyendo sis- no: la monarquía por él propugnada es hereditaria y la tra-
temáticamente su prédica, desechando gel cuidado de aque- dición, que es en cierta manera una herencia, constituye un
llos elementales principios de conservación y seguridad que elemento básico en la con figuración de la sociedad.
:1
él tanto encareciera en sus escritos. La Francia oficial, ade-
más, lo perseguía, atacaba y agraviaba.
Cuando al concluir la Segunda Guerra Mundial fue en- Las Instituciones
juiciado, sostuvo que se defendía más por patriotismo que
por cualquier otra consideración de tipo personal. Su conde- Pero la familia humana se encarna en la nación median_
na sería injusta y él debía luchar para que su patria no co- te los cuadros institucionales. Las instituciones forman la
- - — - -
ain-ti m a ye nt rel'eb re déle vi da loCiiT. 1T6 hey sociedad
— -- - a - - --
metiera una injusticia. Yen la hora más cruel, cuando se lo frem
enviaba a la cárcel nada menos que por traidor!, sacaba sin instituciones. Deidé Tos primeros allbs de su vida políti-
fuerzas para lanzar al Tribunal estas palabras dictadas por ca, cuando percibió la importancia de las instituciones re-
un amor sacrificado e inextinguible: "Francia, sólo Francia, gionales, hasta los postreros, Maurras bregó sin descanso por
" sólo Francia, la Francia eterna. Le he consagrado mi vida, la libertad y el fortalecimiento de todas las instituciones
" mi sudor y mis fuerzas. Si pudiera le daría también mi nacionales: la familia, las profesiones, .los sindicatbs,launi-
" sangre; os aseguro que nada sería para mí más glorioso y versidad, la justicia, el ejército, la Iglesia, etc. En las institu-
" más agradable" 27 . ciones se verificaba esa ley de la asociación, inscrita en toda
La patria y la nación. ¿Y qué es lo que constituye la sociedad organizada naturalmente.
nación? Para Maurras, no es una reunión de individuos que En oposición al individualismo liberal, Maurras procla-

26 Ch. M.: "Mes idees politiquea", Fayard, 1948, pág. 255. 28 "Mes idéea..., pág. 254.
27 "Le precies de Ch. M....", pág. 370. 29 ídem, pág. 61.

62 63

1
nimba .que (a "edad de la asociación" recomenzaba: "Los " Tened un Estado bien construído y esos derechos,
" sindicatos, los cuerpos, las comunidades y las compañías " distintos, diversos, a veces en conflicto, no convertirán a la
" de todo género serán en este siglo XX lo que las catedra- " ciudad en su campo de batalla porque el orden público se
" les han sido para el siglo XII. La masa colectiva ha llegado " encontrará provisto de una garantía de carne y hueso, de
" a ser tan fuerte que ningún individuo sentirá coraje, vita- " un magistrado interesado y responsable. Fuera de esto,
lidad, seguridad y por tanto, felicidad sino en cuanto se " no tendreis otra cosa que partidos que se batirán, intere-
33
" vea, fuertemente encuadrado, sostenido y disciplinado en " ses que se matarán entre sí" .
,

" una colectividad secundaria a la cual puedan religarlo to-


" das las fibras de su carne y todas las energías de su al-
La Plutocracia
" ma" 3 °.
El pensamiento de Maurras, pletórico de sentido so- Los grandes enemigos de las instituciones en el mundo
cial, insistió siempre en la primacíá de las instituciones contemporáneo son, para Maurras, el Estado, el Dinero y la
_ sociales sobre el impurioindividualista, rebelde y anárquico. Opinión.
" El verdadero yo, el yo espontáneo, es un nosotros, o ño Como decía Jean Paulhan, "no sé de un político que
"tiene sentido"... "No elegimos ni nuestra sangre, ni " haya perseguido con un odio más vivaz y más franco a las
" nuestra patria, ni nuestra lenguá ni nuestra tradición. " potencias del dinero. Ni un escritor que haya mantenido
" Nuestra sociedad nativa nos es impuesta"... "Es una so- " más severamente la inteligencia en su modestia, es decir,
" ciedad bien hecha, el individuo debe aceptar la ley de la " la verdad, sin importarle las consecuencias" ".
" especie y no la especie perecer por la voluntad del indivi- El Estado es esclavo del Dinero y de la Opinión pero,
" duo" 31 La cita de textos podría ser larguísima. Retenga-
. por paradoja, resulta un esclavo tirano pues a pesar de estar
mos, sin embargo, este último, que resume cabalmente la sometido sumisamente a la plutocracia y a la Opinión infor-
posición de Maurras con respecto a este punto: me manejada por los demagogos, quiere, por su parte, ex-
" Para un espíritu realista, advertido por la historia y tender su influencia dominadora sobre todas las instituciones

que no esté deformado por una falsa historia del Derecho, del país. Este Estado-Dinei6;clenunCiiiii Maurras ye en
" la verdadera garantía del derecho individual se llama, pri- 1 905, "se encuentra perfectamente munido u para impedir
.

" mero, sociedad y después, asociación. " la constitución de todo adversario serio, no solamente de
" Tened una sociedad sólida, en la cual el primer nú- " sí mismo sino de la plutocracia de la cual es expresión. Y
" cleo social, la familia, sea fuerte y los derechos primor- agregaba más adelante: "El Estado-dinero administra, dora
" diales, sean religiosos, domésticos o escolares tendrán su " y decora la Inteligencia pero también la amordaza y la
" línea de repliegue y defensa. " adormece. Puede, si así lo quiere, impedir el conocimiento
"Tened asociaciones poderosas especialmente asocia- " de una verdad política... ¿Cómo conocerá un país sus
" ciones de oficios, y los restantes derechos esenciales ha- " necesidades si aquellos que las saben pueden ser constre-
34
" liarán su base y fundamento. " ñidos al silencio, a la mentira y al aislamiento?" .

32 'dem, pág. 119.


30 "Mes idées...", pág. 117. 33 En "Aspects de la France", París, número del 21 de noviembre de 1952.
31 Idem, págs. 118-119. 34 "L'Avenir...", pág. 85.

64 65
Pero la lucha contra estos enemigos de las instituciones
" mamos: la política primero, pero en el orden del tiempo,
—y por lo tanto de la sociedad— no puede ser llevada a
" de ninguna manera en el orden de la dignidad. Equivale a
cabo individual y aisladamente. Es necesario, pues, empren-
" decir que el camino debe ser emprendido antes de llegar
der una acción organizada que opere la restauración de las
" a su punto terminal, la flecha y el arco deben ser asidos
instituciones. Hay que poner al servicio de las mismas, "la
" antes de que se alcance el blanco y que el medio de acción
" federación sólida y pública de los mejores elementos de la
" precederá al punto de destino" 38 .

" inteligencia con los elementos más antiguos de la na- La suprema lección de Maurras es que sin política ni
35
" ción" .
políticos ni hay costumbres ni hay sociedad ni hay nada;
La realidad muestra que si bien es cierto que nada
porque sin política es imposible conservar íntegro el funda-
puede edificarse sin la previa reforma individual de algunos,
mento material y social de todas las restantes actividades
también es verdad que si el esfuerzo de éstos no se concentra
del hombre. Digno heredero de la tradición occidental, para
en alguna institución, todo se perderá y no pasará de ser un
Maurras no hubo puesto más honroso que el de militante
hermoso pero vano sacrificio. "Solamente la institución, du-
político. Y jamás conoció el desaliento, a pesar de los contra-
" rable hasta el infinito, hace perdurar lo mejor de nosotros.
tiempos y fracasos que sufrió a través de tantos años de
" Mediante la institución el hombre se eterniza: su acto
lucha: "Comprendo que un ser aislado, que no tiene más
" bueno se continúa y se consolida en hábitos, renovados sin
" que un cerebro y un corazón que se agotan con miserable
" cesar en los nuevos seres que abren los ojos a la vida" ". " rapidez, se descorazone y pronto o tarde, desespere del
" mañana. Pero una raza o una nación son sustancias sensi-
" blemente inmortales. Disponen de una reserva inagotable
Primacía de la politica " de pensamientos, de corazones y de cuerpos. Una esperan-
" za colectiva jamás podrá ser domeñada. Cada mata corta-
,Estamagna tarea de_ reconstrucción social debe empren- " da reverdece más fuerte y más bella. Toda desesperación
dersedescle_et campo político. Si nos colocamos en el punto " en política es una absoluta tontería" ".
de vista social, veremos que la cuestión moral se convierte
-
soCIáT, esto es, pólífita. No hay cottliiiibr ér sin
instituciones y el problema de lá corrupciÓn y del sanea-
a
Crece la "Acción Francesa"
miento de aquéllas debe ser puesto bajo la jurisdicción de
- - -.
lopolifiCO: Por -e-16,- Crecia Maurras, en eT mundo dé 1-1 6y, ra
- -
Al final de 1899 regresaba de Alemania un joven apren_
política debe ocupar el primer plano en la reflexión de los diz de historiador, de apenas veinte años de edad. Había
mejores ciudadanos ". permanecido una temporada en aquel país reuniendo mate-
De ahí su famosa fórmula "Politique d'abord!", que riales para una biografía del rey Luis l I de Baviera y retor-
ha dado lugar a tantos equívocos. Maurras, sin embargo, ha naba a su patria bajo la impresión que le causara el poderío
sido bien claro: "Cuando decimos primero la política, afir- alemán. Todavía en la estación de ferrocarril, compró un
periódico monárquico y de inmediato cayó bajo sus ojos un
35 Idem, pág. 97.
36 Idem, pág. 16.
38 "Mes "Idées...", pág. 96.
37 Idem, pág. 17.
39 "L'Avenir...", pág. 18.

66 67
cogía una serie de opiniones valiosas sobre el problema
artículo firmado por Charles Maurras Jacqúes Bainville —
contemporáneo de la monarquía, lo que equivale a decir,
pues de él se trataba— leyó lo que había escrito Maurras y
sobre las ideas demoliberales enfrentadas con una de las
acto seguido le escribió una larga carta de crítica y admi-
formas más importantes pensamiento tradicional.
ración. Poco tiempo después 1-11r,r,,yaugeois lo presentaba
Aquí aparecieron los frutos de aquellos largos años de
a Maurras y Bainville se incorporaba con toda la fuerza de
estudios, observaciones y experiencias de Maurras. Cada co-
su talentosa juventud al brillante grupo monárquico.
mentario a. las respuestas era una revista de la historia polí-
En 1905 llegó León Daudet, el mordiente y agresivo
tica universal, una crítica y una valoración de las principales
polemista a quien Maurras atrajo durante los años del asun- corrientes de la filosofía política y, desde luego, un debate
to Dreyfus. El elenco maurrasiano crecía en número y en ca-
firme y sostenido con'las doctrinas opuestas a la suya.
lidad de sus integrantes. Maurras tuvo sorpresas gratas, como ser las declaracio-
A todo esto, Maurras buscaba desde 1900 un órgano
nes promonárquicas de un Paul Bourget. Y con aquellos que,
periodístico que le permitiera lanzar su idea monárquica con
como Maurice Barrés, le oponían reparos, Maurras realizó
éxltó,-Tiárálg'CuaVrequeríaseaMpliá difusión. La oportuni: un gallardo pero estéril esfuerzo a fin de integrar en su doc-
dad re fue ofrecidápor la "Gaceta de Francia", periódico en
trina monárquica, los elementos positivos que él encontraba
el que Maurras comenzó a publicar un cuestionario sobre el
en las objeciones del adversario.
problema monarquico. Las respuestas al cuestionario las so- La influencia de Charles Maurras crecía rápidamente y
licitaba a numerosas personalidades del mundo político y
el que fuera reducido grupo de la "Acción Francesa" veía
literario. aumentar sus efectivos y su prestigio.
Viajó a_Bruselas y allí entrevistó a los jefes del monar-
El gran escritor peruano Francisco García Calderón nos
quismo y_al Duque de Orleans. Cada una de las respuestas
ha dejado, en una de sus crónicas parisinas, esta imagen de
que obtenía para su encuesta y que el perlódiCo íba
Maurras, con su fama al fondo, en la Francia de los primeros
cando_en_'entregas sucesivas, llevaba un comentario de Mau-
años de 1900: "Se admira o se odia a Charles Maurras, se le
rras abundante y sustancioso. Y cuando el interrogado " discute acerbamente; pero nadie permanece indiferente a
oponía reparos a la idea monárq uica, Maurras argüía con él

" su influencia. Le endiosan los conservadores, le execran
haciendo gala de una dialéctica sin fisuras, que reducía al
" los socialistas, le leen todos diariamente y los mismos po-
mínimo las objeciones y valorizaba su propia posición.
" líticos usan sus fórmulas predilectas. Todos ellos, me decía
La "Encuesta sobre la monarquía" despertó, primero " una vez el maestro, han abandonado la retórica jacobina
curiosidad y luego, verdadero entusiasmo. Filiálnielife7Máü-
" para emplear nuestro preciso y claro lenguaje. Criticando
rras la reunió en un grueso vorümélique constituye, en
" a la República el doctor del nacionalismo integral, la de-
opinión de autorizados críticos, su más importante obra po-
" pura. Tal vez contribuirá a avigorar al mismo Estado de-
lítica 4 °. " mocrático que quisiera destruir. En todo caso, gracias a
La verdad es que la obra tiene una importancia decisiva
" sus admoniciones, los estadistas renuncian a una enveje-
en la híltorrá dé Tás ideas políticas. Por primera vez se re-
-
" cida ideología e imponen orden a sus ideas" u.

40 Ch. Maurras: "Etiquete sur la menarchie. Suivie de "Une campagne ~liste 41 Francisco García Calderón: "La Influencia de Charles Maurras", en su libro
au "Figaro" et "Si le coup de force est possible. Edición definitiva, con un Dis- "Europa inquieta". Madrid, Ed. Mundo Latino, 1926, pág. 88.
curso preliminar y un índice. Ed. Nouvelle Librairie Nationale, MCMXXV.

69
68
En 495,1vtaurra$,OrL.9..L92.9.919 de su prestigio inte- izquierdista, admirador de Jean Jaurés, del socialismo y

lectual, lanzó otra importante obra "Ef pcolfm i~iitTI- partidario del acuerdo con la República. Marc Sanguier era
-
ligencia", severo y profundo un apasionado romántico y su personalidad resultaba suma-
que se hallaba y se -hálla ra - infiligentiá" conternporánee,- mente atractiva, especialmente para aquellos temperamen-
enfeudada al dinero ya la opihión. En el mismo' Vókirrieñ
- toi - indinadó-S -a los entusiasmos del sentimiento demagó-
figuran el trabajo sobre Comte —a que ya hemos aludido— gico-cristiano.
y dos deliciosos y penetrantes-estudiot: sobre el romanticis- Este movimiento llevaba el nombre de "Le sillon" (El
mo- fel-heri-in-P - y sobre Mademoíselle -
de Surco) y reclutaba, desde luego, sus partidarios entre los
una capacidad_singular para cornprenderlá psicología de'la c ató I i cos i, J. á i cos rsacerdotes.
mujer y su impacto en la vida social.
La posición de Charles Maurras —agnóstico personal-
Se crearon el "Instituto de Acción Francesa", orga- mente, Pero catófico enlodP-Ct irio-político— y la de
nismo
nismo completo donde se daban cursos y conferencias
_ _ _ _ _, un
__ Marc Sanguier, correspondían a dos tendencias quesiempre
periódico bimensual y una editorial que bien pronto publi- han dividido profundamente al catolicismo francés.
có libros y folletos.
Un gran sector del catolicismo, obedeciendo a las ins-
En el catolicismo operóse entonces un vasto movimiento piraciones de la política del "Ralliement" (unión de los ca-
de si mpatíahacia_la "Acción Franlesa", que se tradujo en tólicos con la República, preconizada por el Papa León XIII
la incorporación
...„___ de grandes masas de católicos, especial- en el siglo XIX), buscó componer su credo religioso con la
mente de católicos jóvenes. Y en el "Instituto de--Áa-iÓn - -
ideología de la RevolU ErónPre ncesa. Con mayor o menor
Francesa" fue fundada la Cátedra del Syllabus, destinada a ig
finteencía y ito, se tendía a "bautizar" la Revolución,
combatir los errores modernistas. Esta cátedra estaba a car- a dar un sentido cristiano a su ideología y, como es lógico,
go del Abate Appert, con quien colaboraban prestigiosos y a ingresar en la actividád política ycu1tráTdéI demolibera-
cultos sacerdotes como los PP. de Pascal y Besse. Monseñor lismo, oficial en Francia. La empresa, desde el punto de vis-
de Cabriéres, viejo amigo y admirador de Maurras les hizo ta de las ideas, resultaba harto difícil y por ello la prédica de
una visita que causó sensación. En una palabra, Charles estos católicos marcaba el acento sobre el aspecto romántico
Maurras y su "Acción Francesa" iniciaban aquellosPrime- e idealista de la democracia. Se produjo así deslizamiento
ros años de 1900 con el movimiento antirrevolucionario franco -hacia la izquierda que marcó más aun su diferencia
más importante que jamás habían conocido Francia y Euro- con los católicos tradicionalistas o de derecha.
pa.
Estos se distinguían por su oposición a lo que hoy se
-

llamaría "progresismo" de la democracia cristiana y respon-


dían a la actitud adversa de los primeros con un talante ba-
Frente a "Le Salen"
tallador y agresivo.
Entretanto había surgido en Francia otro partido po- La división del catolicismo francés entre "integristas",
lítico: el demócrata-cristiano, que crecía con fuerza notable. como los llama A. Michel, e izquierdistas fue tan honda que
Su jefe era un joven orador católico - en la escuela un historiador como J. Roger ha podido escribir que dicho

70 71
debate preside toda Jahistoria del catolicismo en Francia, La condena papal pulverizó totalmente a Sangnier y a
desde 1871 hasta nuestros días , 42

sus principales córifec i7G-sárrebató el estandarte católico
. — Chaifes Meurras, atento sobre todo al aspecto político y los redujo a una minúscula agrupación política, estricta-
del_ movimiento demócrata-cristiano de Marc Sangraer ---z- mente:Deberán pasar casi cincuenta años, sin penas ni glo-
cuya debilidad se comprenderá perfectamente si se sabe que rias, para que sus descendientes puedan levantar cabeza.
Sangnier era discípulo político de Jaurés..., tomó...la Maurras consideró la condena del "sillonismo" demó-
siva contra "Le Sillon". Yen 1906 publicó su libro "El dile- crata-cristiano como una bendición para Francia. Desde el
ma de Marc Sangnier" 43 , donde marcó con toda exactitud punto de vista doctrinario, esperaba que detendría la desin-
la debilidad doctrinaria de aquél y los peligros intelectuales tegración que se operaba en los principios por obra de la
y, políticos de su romanticismo desordenado. infiltración Modernisia y desde el punto de vista político, le
Sin embargo, "Le Sillon" crecía cada vez más. Contaba quitaría al izquierdismo el poderoso aporte de los católicos.
con periódicos, colegios, cursos, salones de conferencia y
realizaba asambleas numerosas con la asistencia de sacerdo-
tesy obispos que autorizaban explícitamente su prédica. Maurras y el catolicismo
Pero los excesos que siempre amenazaron al movimien-
to no se hicieron esperar. Maurras los había denunciado Pero los adversarios de Maurras no se resignaban a que
como alojados en el seno ideológico dela democracia cris- solamente se condenara a Marc Sangnier y comenzaron una
tiana y su aviso se cumplió ine---xorallem--
enie7SiTs-o-cialism
-
b formidable ofensiva a fin de lograr que la Santa Sede tam-
se acentuaba hasta lindar con el comunismo su cristianis- bién se pronunciara en contra de Maurras y de su "Acción
mo se diluía en una especie de evangelismo sin perfiles. Francesa". Maurras respondió de inmediato a los primeros
Marc Sangnier, por su parte, llegó a.hablar en salones pro- golpes de sus adversarios: en 1912 publicó su "Política reli-
testantes y varios pastores escribían en sus periódicos. giosa", donde exponía su pensamiento frente al catolicismo
En la época en que Maurras escribió su libro sobre y rechazaba las imputaciones de antirrefigioso que se le
Sangnier, el movimiento de "Le Sillon" exhibía serias grie- habla nfiécTio.
tas y cuando se abordaron se agravó, la Santa Sede, como es La importancia que revisten sus relaciones con la Igle-
lógico, dio claras muestras de su preocupación. Marc Sang- sia y la influencia que dichas relaciones ejercen sobre su
nier estuvo en Roma en 1910 pero Su Santidad Pío X le historia política, nos obligan a considerar con algún deteni-
negó—a Wya--- sumoviMiento, la Bendición Apostólica. miento esta cuestión 44 .
Hasta que el 25 de Agosto de 1910 hizo crisis la demo-
Como dijimos anteriormente, Maurras perdió la fe sien-
crac ia cristiana: en una Carta dirigida a los Obispos de Fran-
do apenas un adolescente. Y sus estudios filosóficos no lo
cia, el Papa Pío X condenada terminantemente el "sillonis-
convencieron suficientemente como para volver a ella. Sin
mo" como movimiento político y como doctrina.
embargo, su robusto sentido del orden latino, romano, lo
llevó a afirmar que la Iglesia católica era, en sí misma,,
42 Juan Roger: "Ideas políticas de los católicos franceses. Madrid, Consejo
Sup. de 'ny. Científicas, 1951, pág. 382.
43 Ch. Maurras: "Le dilemme de Marc Sangnier, essai sur la démocratie rail- 44 Sobre este punto es sumamente ilustrativo su "Pío X...", ya citado; apar-
gieuse". Nouvelle Librairie Nationale, 1906. te, de las otras obras sobre religión y política que hemos mencionado.

72 73
una jj~ción. esencial de toda sociedad organizada, y que más tarde la condena papal del "sillonismo" confirmaría
la religión católica (con su filosofía y su teología) era,lo esta política monárquica.
- -
más perfecto que se podía pedir en el orden de la rái óñ Viti; Hubo además testimonios evidentes de la benevolencia
mana. personal de Su Santidad hacia Maurras. En 1911 la madre de
Al afán integrador y comprensivo de todos los elemen- éste visitó en Roma a Pío X y escuchó de su boca aquellas
tos positivos de la sociedad occidental que tenía Maurras, no palabras que su hijo solamente conocería por vía indirecta
podía escapar el sentido político de lo católico. Más aún, muchísimos años después: "Bendigo su obra, que perdu-
estudiaba la historia de Francia y veía quelaiglesia...babía rará". Y hacia fines de 1914, cuando Camilo Bellaigue im-
estado presente, como elemento dinámico fundamental, en ploró del mismo Papa la bendición para la persona de Mau-
todas las grandes ocasiones nacionales. rras, recibió la siguiente repuesta: "¿Nuestra bendición?
--
En sus_primeras obras literarias hay trazas de un claro Todas nuestras bendiciones y dígale que es un gran defensor
paganismo estético pero cuando asume su tarea de restau- de la fe".
rador político, lo católico prevalece y ocupa un lugar de res-. Pío X estimaba grandemente tanto la persona de Mau-
,

peto y privilegio en su pensamiento. rras como su obra política y cuando le fue llevada la senteñ-
-
Pero Maurras no se limitó a esto. Salió al paso de los cia adversa que contra éste había dictado el Santo Oficio por
_
adversarios de la Iglesia y libró con ellos una dura batalla. sus obras "El Camino de los Paraísos", "Antinea", "Los
Encontró una mentalidad católica acorralada por los ataques amantes de Venecia" y "Tres ideas políticas" (todas obras
inteleCtualeSdeliibé rilism o ji déliTiqulei da y puso al ser:
- -— - -
de la juventud de Maurras), Pío X consideró que no debía
vicio de aquélla su pluma, "que valía una espada", COMO promulgarse dicha sanción porque con ella se haría grave
dijera Monseñor Andrieu. Maurras púsose al lado de los daño al catolicismo.
católicos y combatió a sus enemigos en el propio terreno dé Entretanto, numerosos e ilustres sacerdotes se acerca-
.....los literatos, con literatura; a los políticos, con la
ellos: a - ron a Maurras y a la "Acción Francesa". EU P. Ives de la
política; a los filósofos, con filosofía y alosinsolentei, con Briére comparaba su obra "La política religiosa" con la de
-
la burla y el sarcasmo. Obligó a respetar elCatólicismo'y a los grandes apologistas de la Iglesia y el famoso Cardenal
que se considerara su posición con la altura y el decoro de- Billot incorporaba textos maurrasianos a su magna obra "De
bidos. Ecclesia Christi". El Abate Magnien escribió, por aquel en-
_ .
Maurras seguía siendo agnóstico, es verdad, pero a su tonces, su libro "Nacionalismo, catolicismo y revolución",
lado se respiraba un ambiente pleno de estimación hacia basado en las ideas maurrasianas y en 1911 el prestigioso
la Iglesia Católica. Y el mismo Maurras proporcionó elemen- jesuíta P. Descoqs le dedicó un extenso y comprensivo libro:
tos positivos para la conversión de algunos amigos suyos al "A través de la obra de Charles Maurras".
catolicismo. Cuando los demócratas-cristianos y el Gobierno de
-- T6dPesto explica que la mayoría de la intelectualidad Francia,iniciarpn una ofensiva con el objeto de obtener la
católica de Francia sintiera por Maurras una franca simpatía. condena papal de Maurras, ¿en -qué ba- s-abaii-iiii -Piéte -nsio
'-
Por otra parte, Pro 5Z, en1 1 904,— réfiró su apoyo a la nes? Los primeros, en eíagnosticismo personal del autor de
política del "Ralliement", conlocual_autorizaba, de hecho, la "Encuesta"i en el sabor pagano de su obra y st.77Diara
la actitud de la "Acción Francesa" hacia la República. Años
, y el segundo,_en lasventajas que reportaría las relacio:

74 75
nes entre la Iglesia y el Estado francés, la condena de quien A esta altura de la hittoria puede verse con claridad
era el principal adversario de la República.,
que las rera -ciones entre Maurras y el catolicismo no son, ni
Maurras. • . • • no haber po-
merecido el don divino de la fe y en lo que se refería a sus — —
-- - - -
lítica dé1u tiempo se in trod uce en ellas para colorear el
-

obril-iii g ánál ", ice Ptaba que se las incluyera en el "in-


"affaire" con los más diversos tonos.
dex" lo que no equivale, ni mucho menos,- a la excomunión.
El catolicismo francés ha tenido y tiene una decliva
"MidioPa-- sCi Tama---- v -r-á rr, -t-d-dó-B-áTi a c .
significación política. Así lo comprendi ~as cuando,
decía. En cuanto a las intenciones del Gobierno francés — --dülidad, tomó frente a la Iglesia la posi-
a pesar—aé--Wi-ndr'e
insospechable de celo por la ortodoxia católica— estaba
q- ción que ya indicamos. Y sus enemigos no lo atacaban tanto
claro que obedecían a las exigencias de la lucha sin cuartel
por sus toques de naturalismo pagano cuanto por su activi-
que libraba con Maurras y su "Acción Francesa".
dad política. La Iglesia Católica tenía, por su parte, una
En 1913 y a ruego de su viejo amigo y maestro Monse-
`k. política para Francia, cuyo Gobierno, a su vez, debía tomar
ñor Penon, escribió Maurras su libro "La Acción francesa
conTo-
y la religión católica" 45 , obra que de inmediato remitio al
ParfícideieMPefíó, pues, una función principalí-
Vaticano. Maurras distinguía entre su obra literaria y su
colaboración en el periódico o sea su actividad política. ¿Que sima éñ los ataques llevados contra Maurras en nombre de
la ortodoxia católica. Y a quienes lo combatían honestamen-
en 1a-2-Acción. francesa" había_ incrédulos? ¿Y -dónde no los
te por sündé-a— s 1611ITC5:11liaglCitás, Maurras--- rélPándrá dis-
había? Lo que no se podría decir jamás es quierignoifitit-
mo personal de Maurras hubiera dado a la "Acción France- tinguiendo entre la política y la religión. No negaba las
estrechas relaciones que existen entre a mas actividades
sa" una orientación anticatólica. -
ni tampoco el rango subordinante dila según 4 reivindica-
En los primeros meses de 1914 viajó a Roma el P. Pe-
ba, sin embargo, para la política, los fueros que la propia
gués, celoso tomista de renombre y gran partidario de Mau-
doctrina tradicional le otorga: su territorio, su método, su
rras. Pegués tuvo una audiencia con el Papa Pío X y éste le
objeto. Maurras sabía que una verdad política tiene que
reiteró su decisión de no condenar a Maurras, luego de lo
armonizar con la verdad moral y religiosa y se limitaba-
cual agregó que los enemigos de Maurras estaban allí mismo, __ _ _ „, „
era derecho suyo— a operar en el terreno de la política natu-
en el Vaticano pero que no conseguirían hacer nada 46 .
,

ral. ?Existe lo sobrenatural? Puede ser, decía Maurras, yo


¿Quiénes eran estos enemigos? No entraremos en más
no lo niego, simplemente que no me ocupo del problema.
detalles de este asunto pero corresponde recoger la mención
Los católicos podrían criticarlo si él hubiera afirmado la
que hace Maurras de tos nombres de algunos prelados ale-
inexistencia de lo sobrenatural o aconsejado a los demás no
manes, funcionarios en el Vaticano, a quienes él acusa de
conspirar en su contra. El hecho que importa es que Maurras ocuparse _del terna._ Pero Maurras no lo había hecho. Su
no fue condenado. preocupación exclusiva era la política terrena, nacional, y
la verdad de su posición era abonada por el dictamen de
muchos ilustres pensadores católicos que, atentos a la relación
45 Nouvelle Librairie Nationale, 1913.
46 "Le blenheureux Pie X...", pág. 72. Este libro es de importancia capital profunda que hay entre política y religión, sostenían la con-
para el estudio de las relaciones entre Maurras y la Iglesia Católica.
sonancia entre lo que Maurras preconizaba en el orden na-

76
77
tural _y- lo que los principios católicos preceptuaban en el de desarrollar esa enorme labor de periodista de raza que
sobrenatural.
47 durará hasta 1942.
El planteLde. redactores con que contaba el diario no
podía ser más brillante, pero su alma era Maurras. -
El periodismo político dor incansable —dieciocho horas diarias— nada quedaba
en etzliario sin su severa insDecCión Tasu cuidaWes
La situacián_política de From_ia a comienzos del pre- la redacción del editorial político y la estupenda revista de
sente siglo no podía ser más caótica. Escándalo tras escán- la prensa que firmaba con el seudónimo de'"Crltón". ISC±i-
dalo, los sucesivos ministeiTo- S ibán— desguarneciendo la na- bía, además, innumerables notas sobre política, literatura,
ción mientras crecía, más amenazador que nuncá; el poderTó arte, historia, etc. Siempre con aquel estilo admirable por
alemán. Para mayor desgracia, todos los partidos políticos lo exacto, es decir, por la precisa adecuación a la materia
coincidían en ignorar este hecho y en preconizar una polí- expresada. La prosa de Maurras, de una belleza clásica que
,
tica pacifista y de desarme, en suma, en esa política antimi- no conocía desmayos, revestía a su monumental obra perio
litarista que tuvo su Paladín en Jean Jaurés. Solamente dística de una grandeza perenne. En su larga campaña de
Maurras y su "Acción Francesa" clamaban desesperadamen- periodismo político, Maurras aplicaba el método objetivo a
te á nütiCia n86 -ét -p-éTib aTemIn qué se avec inaba. Pedían que ya hicimos referencia. Tomaba un hecho de la actuali-
qui - Trátíaá se P7éPirTra— rnilliTiMéi-Ii --57C1uedá
stigari, sl dad —un libro, un debate de la Cámara, un tratado, un ar-
era—PiiCrió, --áTós—CUEPiETésdef -cTibilltamiento del espíritu y tículo de otro diario, un poema—, lo analizabai llevaba al
de la fuerza nacional. lector, como de la mano, a comprender su íntimo y exacto
Todas estas circunstancias hicieron que la "Acción sentido. A partir de está consideración de lo concreto se
Francesa" desarr-olrara una actiVícTia orgánica e incesante. remontaba luego hacia las grandes constantes que allí se'
En 1908 el periódico d`é Ta agrup-a-ción- se convirtió en co- evidenciaban, partía de un hecho particular y-arribaba a las
tidiano -bajo la dirección 'dé Leo"ñ-Dálidéljr con la jefatura leyes generales inscritas en todo acontecer humano. Como
de redacción a cargo de Charles Maurras; la secretaría él decía, "por el análisis de lo concreto íbamos presentando
general era desempeñada por Maurice Pujo. Fue en esa desnuda cada verdad general" 48 .
oportunidad que se les unió, definitivamente convencido', Como buen periodista, Maurras vivía sus jornadas más
Jules LemaTtre, el ilustre escritor. intensas en el diario, cuando llegaban las altas horas de la
Maurras contaba, pues, con su diario. Desde allí habrá
48 Citado por Pierre Héricourt en "Ch. M., escritor político". Madrid, Ateneo,
Col. "O crece o muere", 1953, pág. 14. Sobre Maurras periodista, ver Pierre Vari-
47 No lo entienden así quienes afirman que Maurras siguió en su doctrina una
'Ion: "Le journaliste" en la obra ya citada "Ch. M. 1868-1952", págs. 179-186.
dirección pagana. "El ateísmo de Maurras —ha escrito Vicente Marrero— no
Alfonso Reyes, el gran humanista mexicano ha fijado, en una de sus crónicas, lo
consiste en negar a Dios, sino en desplazarlo, reemplazándolo por la obra política"
que significó, en el París de aquella época el diario de Maurras, hombre admira-
("El poder entrañable", Madrid, ,Esplandián, 1952, pág. 165). Desde el punto de
ble —dice-- de los que mejor han escrito la lengua de Racine "mente clara, dia-
vista católico siempre se lamentará que en la obra de Maurras no aliente un ge-
léctica precisa, exposición siempre hermosa y noble con una manera muy suya
nuino impulso religioso, pero de esto al intento de divinizar lo político creemos
de saltar siempre del hecho cotidiano a la honda preocupación filosófica, tal es
que hay una gran distancia, siempre conservada por Maurras. Por otra parte, la
Maurras: a quien hay que considerar por mucho como custodio de algunas cuali-
ausencia —innegable— de ese profundo sentido cristiano que le reprocha el citado
dades esenciales del alma francesa. ("Los monárquicos de Francia", en Obalas
escritor español no basta para concluir la falsedad de las proposiciones que Mau-
Completas", Mexico, Fondo de Cultura Económica, 1956,• tomo •Il I, pág 397):
rras planteó en el terreno de lo que él llamaba la "política natural".

79
78
noche y las primeras de la madrugadas Allí recibía las noti- nizado adversario de los tiempos del "affaire" Dreyfus. Para
cias del mundo político y literario, conversaba y discutía Maurras n---o h -abía nádi supérior -aTinteres de Francia.
con sus amigos y colaboradores, dictaba sus lecciones de Luchó también por la sanción de leyes draconianas que
política y vida. Escribía lo suyo a última hora, cuando el dia- reforzaran el poderío militar y moral de su país. Y León
rio estaba casi listo y sus borradores pasaban directamente Daudet asumió la funCión---de-- ""Fiscal del Rey", como decía
del escritorio al linotipo. Corregía sus pruebas tres y cuatro Maurras, esto es, la del cazador sin miedo y sin fatigas de
veces hasta que la expresión adquiría la exactitud deseada, todos aquellos oscuros elementos que pululaban en las esfe-
bajaba a la imprenta y allí, sobre el mármol, con el olor de ras oficiales francesas ejerciendo menesteres de espionaje
la tinta fresca y el ardor de un entusiasmo siempre joven, y traición. Años más tarde Daudet sostuvo que a esta gente
esperaba el tiraje de su diario, que salía con las páginas se debía el asesinato de su hijo Felipe, muerto en circuns-
vibrantes de convicción y energía. tancias turbias y canallescas.
Alta la madrugada, emprendía el regreso a su departa- Los libros de Maurras aparecidos durante los años de
mento de solterón. Largos paseos al amanecer por las calles la guerra 1914-1918 son numerosos y versan, en su mayoría,
de su París amado, a veces acompañado por algún amigo y sobre temas del momento. Como siempre tendrá razón, sus
siempre rumiando una idea o un poema que luego ponía en vaticinios se cumplirán y sus avisos serán de una certeza
li mpio, un segundo antes de cerrar sus ojos para el breve i mplacabTe 49 .
sueño reparador. Cuando llegó la paz y se firmó el Tratado de Versalles,
Maurras expresó el disgusto que le causaba dicho documen-
to. Era una paz débil; "hemos arrancado al tigTe -unos-P-eda-
La Óuerra "zos de piel, como para irritarlo, pero le hemos dejado las
" garras y los colmillos al tiempo que lo rodeamos de pe-
Pero ya estaba la guerra encima. En vano había escrito " queños estados que destrozará como a perritos, de un
Maurras—s-ü---1-ü-m inóS 0 fl Kiel y Unge i", destinad6a
-- --- -
" zarpazo". Jacques Bainville, por su parte, hizo una crítica
des pertar a rrán eia de ún sueno que podía ser mortal La
— ---- --
magistral del Tratado, sobre el cual publicó, poco tiempo
RepalicaOliMujer sin cabeza... después, un libro que figura entre las grandes obras de po-
A partir del estallido de la guerra, para Maurras no lí•iCa internacional de la época contemporánea"
hubo otro- enemigo que el de su patria. No podía ir al frente
pero lucharía desde la trinchera política y periodística. To-
dassuSIaterías apuntan a los resquicios por dón-de puede La condena de Maurras
filtrarse el enemigo o lo que es igual, el derrotismo, la trai-
ción y el espionaje. La obra política cumplida por Maurras y sus seguidores

Como primera medida Maurras bregó por que fuera al


-

poder Lih-hdifibi-1--fú érte, capaz de conducir áT pais a Ta" ?E-
- 49 Entre otros: "Les conditions de la victoire" (4 tomos) ; "Le pape, la guerra
en la paix"; La part du combattant"; "La paix de sang"; "Les chefs socialistas
toria. Y se Convirtió en uno de los artífices del ascenso de pendant la guerra", etc.
50 "Les conséquences politiquea de la paix", Nouvel le Librairie Nationale,
Clemenceau algobierno, nada menos que su viejo y encar- 1 920.

80 81
Convirtieron al diario en uno de los cotidianos más célebres, Todo esto volvió a actualizar aquella vieja condenación
a
no sólo en Francia sino en fo arEuropa. emitida enJ914po- r el Santo Oficio y que tanto Pío X como
Junto a los editoriales y notas de Maurras, Jacques BenedictoXV se habían negado a prorni.igir.---Plo- Xt deCidió
Bainville alineaba sus columnas dedicadas a la política inter- hacerlo y, fue_así que en 1 926 se produjeron una serie de
nacional, espejo de sabiduría histórica en que se reflejaba documentos eclesiásticos contra la 71 ACCión -Éra-r7cela ifi -Ñ- q
lo momentáneo enjuiciado por un talento magistral. Y junto se llegó, sin embargo, a la Encíclica o la condenacióni- x-
a ellos León Daudet, que no agotaba jamás las saetas polé- presa 52
.

micas que clavaba día a día en las espaldas fugitivas de sus Con esta actitud del Vaticano culminaban viejas y en-
adversarios, sin perdonar un mito, sin respetar una sola im- conadas polémicas entre Maurras por un lado y los demó-
becilidad peligrosa para la nación. La "Acción francesa" crata-cristianos y el gobierno de la República, por el otro.
había conseguido convertir a su diario en una verdadera es- Y sucedió lo irreparable. Se desencadenó una violenta y des-
cuela de pensamiento y accion. dichada ofensiva contra la política de la Iglesia en Francia
En 1919, Charles Maurras —bajo cuya égida se movía que, años más tarde el propio Charles Maurras lamentaría.
la flor y nata de la juventud francesa— inició_una decidida La ruptura fue gravísima y se llegó a ver al Cat7dinal
oposición a los gobiernos surgidos después de la victoria,y, Billot, el mayor teólogo católico de la época renunciar a- I
sus ataquesarreciaron Cuan d o subió al poder Arístides capello cardenalicio diciendo "Hora et potestas tenebra-
B tia rid.— rum!" y al P. Le Flóch dimitir como rector del seminario
Ti política pacifista de Briand en el orden exterior y francés en Roma 53 ambos en desacuerdo con la postura del
ciertas esperanzas que concibió la Iglesia Católica respecto Vaticano.
a la posible atenuación de la actitud anticatólica Oficial, Pasado el primer momento y hasta que le fueron levan-
_,
llevaron a las autoridades eclesiásticas
__________.___ „ a Pensar - eh la conve- tadas las sanciones, Maurras dio pruebas de sumisión y aun
niencia de iniciar una política de apoyo al gobierno francés. devoción hacia la Iglesia, singulares en un agnóstico como
Esta_ actitud de la Iglesia chocaba, desde luego, con la ce- era---I Sehalló," finalmente, una fórmuia de COnclliaCI6ri --6
_ _ _
rrada oposición que lvfaurras nÍos uico católicos monárq s mejor dicho,_PíoXI ("cuyo carácter era conocido...", co-
preconizaban frente a la República. Estamos ya en el ponti- mo dice J. Roger) encontró satisfactoria la fórmula de arre-
ficado de Pío XI y la política de éste era muy distinta, en pentimiento de Maurras y sus partidarios.
este sentido, a la de Pío X y Benedicto XV.
Los historiadores están de acuerdo en que hubo conver-
saciones entre_eLgobiernofrancés y el Vaticano para con- Oposición y violencia
certar una medida que silenciara a los maurrasianos que con
su , intemperancia dificultaban el ansiado acercamiento. Tan- La oposición de Maurras al gobierno de la Tercera Re-
to la Iglesia Católica corno el gobierno francés parecen ha- pública no pod-iiserM1ddra y júnto a 'fa
ber coincidido en juzgar a Maurras como un elemento obs-
..52.."L'Action francaise et le Vatican, París, 1927, donde los maurrasianos
truclonista que convenía anular 51 .
reunieron todos los textos relativos a la polémica y entre las obras condenatorias,
"Pourquoi Reme a parlé", Spes. 1926, escrita por Bernardot. Doncoeur, Maritain y
51 E. Beau de Loménie: "Maurras et son systéme", Bourg. E. T. L. 1953, pág. otros.
1 34 y ss. 53 Ch. M.: "Le bienheureux Pie X..", pág. 82.

82 83
cable proseguida victoriosamente desde las páginas del diario, la influencia de aquel talento portentoso. "Ninguna perso-
-- - --
estabanins_.991Pgs do audacia con que e1 vrejOyOírtréaci saT- " nalidad significativa de los últimos tiempos en Francia,
vaba,, a veces, situaciones desesperadas para su país. " podría decir que haya sido ajena en absoluto a la fascina-
-
Así ocurrió en 1 925 cuando fueron ase sihádós algunos " ción del Orden Maurrasiano" ha escrito Alfonso de Lafe-
jóvenes monárquicos ante la impasibilidad del gobierno. La rrere 54
violencia no era cosa que sorprendiera atos maurralailol ' : en En 1918 fue recibido en la Academia Francesa, a la que
1 92,1tabía_sklo_asesinado Marius Platean, héroe de la lúe- llegaba no sin tropiezos, como era natural en un luchador
rra y jefe de los "Camelots du Roi" y el propio aurras, que había roto lanzas contra literatos consagrados. Uno de
como resultado de algunos intentos hechos para darle - los que se opusieron a su ingreso fue Paul Claudel, que ja-
a
te, debió contar, durante largo tiempo, con una guardia per- más olvidó algunas flechas de crítica punzante clavadas por
sonal:15Jo--Fiárili que encontrar un expediente que per Maurras en su obra poética. Es curioso y lamentable este
-

finalización de la violencia y fue entonces cuándo rencor de Claudel, que aflorará muchos años después en
Maurras dirigió una carta al Ministro del lntairór, Alráham' circunstancias desdichadas para Maurras.
Schrameck amenazá ndo le con la mu erte si volvía a ser toca- Los libros de Maurras circulan ampliamente, su s ideas
do alguno de sus Partidarios. De inmediato cesaron los aten -
son discutidas y se le admira mespeta, aun por sus adver-
tádbs.
__— sarios. Se suceden, además, los estudios sobre su personali-
En 1936, y con motivo de lo de Abisinia, los pacifistas dad y su obra. Finalmente, la influencia de su pensamiento
-
franceses intentaron una serie de movimientos daPORICa alcanza a trascender las fronteras de Francia y es recibida
internacional que ponían a rrancia al borde de una guerra
- -
. por activas y nutridas minorias contrarrevolucionarias de
con Italia, una guerra para la cuál' Francia no ettaba prepa- muchos países.
N^.

rada, precisamente por la política pacifista: :


- -
la
El estudio de la difusión alcanzada por el pensamiento
emergencia, Maurras no encontró otro recurso que la famosa maurrasiano y la ponderación de su influencia real en los
carta dirigida a los diputados francesas donde les decía que medios políticos e intelectuales no franceses, es algo que
si declaraban la guerra serían apuñaleados al día siguiente. todavía está por hacerse. Adelantemos, sin embargo, algunos
Violencia, se dirá, pero como afirmaba Maurras, muchas ve- elemento de juicio.
ces las violencias verbales evitan tragedias concretas. El pensamiento contrarrevolucionario es, desde luego,
muy anterior a Maurras. Tanto en Alemania como en Ingla-
terra, España y la misma Francia, se pueden trazar vigorosas
Prestigio de Maurras líneas que indican la existencia de una tradición político-
intelectual con figuras de una talla pareja con la de Maurras.
El prestigio político y literario de Maurrasfira enorme. Sin embargo en todos estos países se hizo sentir el impacto
Las_mejores intPligIncias de Francia habían pasado o esta- del pensamiento maurrasiano.
- --- --
ban a su lado. Desde Jacques Maritain y Georgi s B eriiañOs Veamos el ámbito de Hispanoamérica. En España, las
-Malraux, Thierry Maulnier y Robert Brasillach
hasta Andrés
—para no citar sino algunos entre los más famosos— se
54 Alfonso de Laferrere: "La condena de Maurras", en "Literatura y política",
contaban en gran cantidad quienes habían experimentado Buenos Aires, Gleizer, Col. La Nueva República, 1926, pág. 120.

84 85
ideas de Maurras fueron acogidas por el grupo monárquico Vegas Latapié publicó su "Catolicismo y República", pole-
de "Acción Española", integrado, entre otros, por Víctor mizando con los demócratas-cristianos españoles sobre la
Pradera, Ramiro de Maeztu, Pedro Sainz Rodríguez y Euge- base de la análoga experiencia realizada por Maurras 55
nio Vegas Latapié. En América del Sur, hondamente surcada por las ideas
Los españoles han sido parcos en el reconocimiento de francesas, no ha tenido mucha fortuna el pensamiento de
la influencia maurrasiana y prefieren atender a los antece- Maurras y la razón es que su monarquismo le fijaba una pre-
dentes propiamente españoles del monarquismo: la tradición cisa delimitación europea. Anotemos, sin embargo, dos cla-
foral, Menéndez Pelayo, Vázquez de Mella, etc. Sin embar- ras excepciones: el Brasil y la República Argentina.
go, de la lectura del periódico del grupo "Acción Española" El Brasil no podía ser terreno absolutamente rebelde al
(título de estirpe claramente maurrasiana) y de la obra pensamiento de Maurras. Primero, por su tradición filosófica
general de sus principales escritores surge con toda eviden- empapada de positivismo comtiano y segundo, por sus vin-
cia la dimensión de su deuda con Maurras. Fue precisamente culaciones con Portugal, donde hubo un vigoroso movimien-
este grupo el que dispuso la traducción española de la "En- to contrarevolucionario: el "integralismo", propugnado por
cuesta sobre la monarquía", realizada pulcramente por Fer- Antonio Sardinha, Pequito Rebélo, Reposo y otros.
nando Beltrán. El pensamiento de Maurras tuvo un fervoroso partidario
Conversando no hace mucho en Madrid con Eugenio en Jackson de Figueiredo (1891-1928), cuya obra si bien
Vegas Latapié (que nos mostraba con alegría la lujosa edi- no puede vincularse directamente a los dos factores enun-
ción de las "Obras escogidas" de Maurras publicada recien- ciados anteriormente, guarda con ellos cierta relación.
temente en París y que le habían obsequiado sus amigos bil- Jackson de Figueiredo fue, ante todo, un hombre de
baínos), tuvimos oportunidad de escuchar el relato de cómo acción, pero dejó una obra considerable de filosofía política
él introdujo el conocimiento de Maurras en los medios mo- que se inspiraba en el espiritualismo de Farias Brito, en el
nárquicos españoles, cuando éstos lo eran más por motivos catolicismo y en las ideas de Charles Maurras. Sostuvo que
sentimentales o de tradición familiar que por una convicción lo católico constituía la esencia del Brasil, que el materialis-
razonada. Vegas Latapié llegó al pensamiento maurrasiano mo había sido introducido por extranjeros ("metecos"), aje-
a través de una lectura juvenil y apasionada de "L'Action nos al destino brasileño y que era necesario instaurar una
frangaise". De inmediato comprendió la enorme importan- política que pusiera freno a los desbordes de la demagogia
cia que estas ideas tendrían en la empresa de dotar de una y la arbitrariedad. Abogó también por una reforma sustancial
estructura coherente y fundamentada al monarquismo es- de las instituciones políticas de su país.
pañol, que Vegas Latapié trataba de galvanizar en las pos- Jackson de Figueiredo intervino activamente en poli-
trimerías del reinado de Alfonso XIII. Y fue precisamente
gracias a su dinámica labor que tomó forma la "Acción Es-
55 La bibliografía sobre este punto no es todo lo abundante que se podría
pañola", como revista (cuyo primer número apareció en desear. Sin embargo puede verse, para un cuadro general, Rafael Calvo Serer: "Teo-
ría de la Restauración".Madrid, Rialp, 1952, obra que ofrece una completa infor-
1 931 con un editorial que firmaba Ramiro de Maeztu) y mación acerca de la trascendencia que en la Europa actual tiene el pensamiento
más tarde como movimiento político-intelectual. En la edi- contrarrevolucionario.
La citada traducción española de la "Encuesta" se publicó en Madrid, 1935.
torial de este grupo político se publicaron, además del citádo
Sobre la contrarrevolución en España véase también la excelente obra de vi-
libro de Maurras, otros de Benoist, Gaxotte, etc. y el propio cente Marrero, "Maeztu", Madrid, Rialp. 1955.

86 87
tica; fundó el centro Dom Vital (nombre de un obispo que " monárquica —sin desconocer por eso el vigor insuperable
en 1873 se opuso a la política anticatólica del gobierno bra- " de su urdimbre— pero nadie que sienta respeto por los
sileño) y dirigió un periódico, "El Orden", órgano del Cen- " valores espirituales dejará de rendir homenaje a esa gran
tro. Murió en plena juventud cuando había llegado a ser la " figura de pensador y patriota en cuyo torno, por acción
figura más relevante del catolicismo brasileño 56 . " o por reacción gira toda la vida intelectual de Francia".
En la República Argentina también han influido nota- En este mismo ensayo Laferrere confesaba deber a Maurras
blemente las ideas de Maurras. Las recogieron los jóvenes " con la restauración de las normas eternas y de los claros
del periódico "La Nueva República" (1928-1931), entre " modelos, los beneficios del orden y la salud de la inteli-
los cuales figuraban los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta, " gencia" 58 El libro de Laferrere lleva un prólogo de Bal-
.

E. Palacio, Juan E. Carulla, Alfonso de Laferrere y otros, pe- domero Sanin Cano que también interesa a esta breve revis-
ro no eran desconocidas por muchos conservadores de for- ta de la fama de Maurras en Hispanoamérica. En efecto, el
mación intelectual francesa. maestro colombiano se refiere allí "al talento literario cati
De entre los nombres citados se destaca el de Julio " genial, a la enorme y, sin embargo, equilibrada inteligen-
Irazusta, vigoroso renovador de las ideas histórico-políticas " cia de Charles Maurras", a quien llama "grandioso conser-
argentinas que ha dedicado a Maurras ese magnífico ensayo " vador, monárquico y anarquista" 69 .

que citamos en páginas anteriores d'e nuestro trabajo. Tanto Sanin Cano como los peruanos Francisco y Ven-
Es importante aclarar que estamos aquí ante una sin- tura García Calderón, el ecuatoriano Gonzalo Zaldumbide
gular encarnación del pensamiento maurrasiano, es decir, y el mexicano Alfonso Reyes 69 testimoniaron en su momen-
ante un Maurras despojado de aquellos aspectos más circuns- to la admiración que inspiraba el Maurras político; del mis-
tanciales (o franceses: monarquismo, antigermanismo irre- mo modo, muchos años atrás, Rubén Darío y los poetas mo-
ductible, etc.), actitud con la que los citados escritores po- dernistas nos habían hecho llegar la imagen del Maurras
líticos argentinos responden a lo más medular del método poeta, compañero de Jean Moreas en la Escuela Románica.
maurrasiano, a saber, que es la experiencia propia de cada
país la que dicta sus normas prácticas a la política. Por eso
Julio Irazusta insiste en la excelencia del método de obser- La segunda guerra mundial
vación crítica de la realidad preconizado por Charles Mau-
rras, a quien ha llamado "el mejor maestro de metodología A todo esto se aproxima la Segunda Guerra Mundial y
" política de su tiempo" 57 . Francia al igual que en las vísperásalVanférior guerra, se
" Se puede no aceptar en conjunto las ideas literarias de prepara con discursos y escándalos. En vano Charles Maurras
" Maurras —ha escrito por su parte, Alfonso de Laferrere—; clama por armamento_ s y denuncia, antes que nadie, la ame-
" se puede rechazar, sobre todo lejos de Europa su doctrina naza que representa para Francia el ascenso del hitlerismo.

56 Cfr. Guillermo Francovich: "Filósofos brasileños", Buenos Aires, Ed. Losada, 58 Alfonso de Laferrere: ob. cit., págs. 119 y 121.
1943. 59 Idem, pág. 6.
57 J. Irazusta: "Maurras o el primer ciudadano de su tiempo", en "Dinámica 60 Ventura García Calderón: "Pasión y prisión de Charles Maurras", en Son-
Social", año III, N9 28, Buenos Aires, Diciembre de 1952. Escrito en ocasión de risas de París". Buenos Aires Ed. Nuestra América. MCMXXVI; Alfonso Reyes:
la muerte de Maurras. "El trono y la Iglesia", en "'Obras Completas", ed. cit., pág. 369.

88 89
'Estalló la guerra y cuando, de haber dado. tribunal le condenó a prisión perpetua por inteligencia con
cuenta dif -elérdio - francéS,1q-s alemanes se acercaban a elenengp.
París, el viejo MaurrasdebíóabandOnarsii W don c el Escándalo de la verdad! Jamás se dio un espectáculo
a
corii-Cn-a-prefaCro- Por- Tá congoja, 'Era en- l'9-42-5; como el ofre-cido por los jueces que condenaron al glorioso
..,„ _ _________-
ver fa anciano. La falsedad de las acusaciones, la inconsistencia
Incansable, sin darse por vencido, Maurras sostuvo que de las pruebas, la desvergüenza de algunos testigos —mu-
a Francia solamente le quedaba una esperanza en su derro- chos de ellos personajes siniestros—, las trabas opuestas
ta: el Mariscal - lefarri.' . r
4)46 en t óda -
aqüills5---
qu-e-iu por el gobierno a la defensa del acusado, como la retención
góbierno hacía —según él— para evitarle más dolores y por el Fiscal de un documento que remitió el Minitserio del
ruinas a la patria. Tampoco cejó en susataques a los polifT: Interior donde figuraba la confesión alemana de la perma-
cos que, luegóalhaber sido [a causa del desastre, clamaban nente y auténtica resistencia de Maurras al invasor, en fin,
desde Londres por una política de tierra arrasada. todo lo que rodeó aquel escenario, configuraba una injusti-
Pero el viejo leónán-irgerrrian- Ono '''''''''' lo que cia sin atenuantes ni disculpas
, posibles. A menos que se
fue uno de los temes rn céntrelesCsle -Su—na-c-iOnall-
sMo: la lucha


ofrezcája del dese o cré enganza que animaba a los jueces,
contra Alemania y contra todo lo que Alemaniarepresen ta- la mayoría de los cuales perienecian al partido demócrata-
ba en el orden espiritual y político. Se opuso, pues, con todas cristiano, marcado a fuego por Maurras en otros tiempos.
- -
é MPTéando todos los mediol -a'SualcáriCe;á la Maurras se defendió como solamente él hubiera podído
-
cora 561aCT6iiTnEóndkibnif 'COnel enemigo victorioso. CoM- hacerlo. A los ochenta años, vieloy sordoausip dar batalla
batió conira el enVío de trabajadores franceses a Alemania y hacer morder el polvo a todos suLenernig.95,_p_estrozó, una
y S66 :JeTTO-a -o7denünaó -Sin mieaoTTc-o-na-ffiVe-i-Tos extravl os por una, todas las acusaciones, confundió a los falsos testi-
de algunos nacionalistas que intentaban insertar en el cuer- 9.91--el principal era un notorio bandido, llevado al tribunal
p-oCleTaikeas francesas los temas del nazismo alemán., desde la cárcel, donde se encontraba cumpliendo una con-
„.. ____-
Tampocose_diA tregua en la lucha contra el comunis- dena por estafa— y gritó a sus jueces: "La violencia está en
mo que, después del pacto ruso-germano, trataban de asu- que ocupeis el sitio que a mí me corresponderían
mir en Francia una actitud patriótica. Y clamó por su castigo Entre los acusadores hay uno que no se atreve a presen,-
ejemplarizador al tiempo que los exhibía ante la opinión tarse personalmente pero que escribe al tribunal _qiciensip
pública francesacomo los provocadores irresponsables de queMaürraStodenunció a la Gestapo es Paul Claudel, que
las matanzas dé réhenes - e' inócentés. ha esperado largos años para cobrarle a Maurras un viejo
resentimiento.
La carta de Claudel rezuma odio e insidia. Nadie igno-
Proceso de Maurras raba en Francia que Claudel gozó en todo momento del be-
neplácito alemán y sobre todo que Maurras jamás habría
En esta política lo sorprendió la derrota de Alemania y descendido a una bajeza semejante.
la entrada de los aliados en París. Vinieron los sangrientos La respuesta que dio Maurras en el Tribunal a la carta
_
das de la "depuración' y __urras
Ma de Claudel, no tiene desperdicios. Exhibe lo grotesco de las
_ .., fue encarcelado sin que
pesara sobré él ninguna acusación responsable. En 1945 Un i mputaciones y nos muestra al acusador en toda su ruindad,

90 91
terca y pequeña. Entre tanto, desde las páginas de "Aspects preso. "Yo no soy Dreyfus", solía decir. Sabía que tenía ra-
de la France" vapulean a Claudel implacablemente. Y pu- zón y exigía justicia. Sus cartas y presentaciones a las auto-
blican, una al lado de otra, dos fotografías de libros de Crau- ridades y magistrados son verdaderos documentos de la
del: se trata de unos versos que el poeta dedicó sucesiva- verdad, ultrajada pero arrogante.
mente a Petain y a De Gaulle. Los textos, idénticos, la Con su celda rebosante de libros, periódicos y papeles,
dedicatoria, distinta. Sin comentarios. Maurras yiyía,étentoa todoyen_particular a la 2dlítica. Con
Pero no todo son ataques. Maurras recibe, en el curso má. s,de_ochentaafíos encima, no había perdido un ápice de
de la audiencia, los testimonios de admiración y afecto de su frescura intelectual y podía percibir, comprender e inter-
_
grandes personalidades del mundo político, diplomático y pretar_ los_mhvariádos acontecimientos de la escena con-
literario. Las cartas de Henri Bordeaux y de los hermanos temporánea. Incluso los recientes, que podrían haber esca-
Jerónimo y Juan Tharaud son emocionantes. pado a los cuadros clásicos de su pensamiento. Léanse, como
Pero la verdad no consiguió imponerse. Los demagogos ejemplo, sus notas sobre Rusia o sobre el poder de los Esta-
ensoberbecidos por el triunfo pedían la cabeza de su más dos Unidos, esclarecedoras como todo lo que siempre brotó
odíado enernigo. - "Poigo el proceso bajo la advocacion de de su pluma. ¡Y qué permanencia en el estilo, qué belleza
Juana de Arco y André Chénier", dijo Maurras, esto es, la armónica la de esa prosa que los arios no parecían rozar?
Santa sacrificada al secular enemigo de su pueblo y el poeta Uno de sus últimos libros es una larga carta de quinientas
asesinado por las turbas revolucionarias de 1789 61 .
páginas dirigidas al Presidente de la República, Vincent Au-
La República no se animó a enviar al patíbulo al autor riol y tanto desde el punto de vista de las ideas como de la
de la "Encuesta sobre la Monarquía". Pensó que brindaría a forma literaria puede parangonarse con lo mejor de la "En-
Maurras la palma del martirio y optó por la prisión perpetua, cuesta" o del "Porvenir de la inteligencia".
creyendo tal vez que ahogaría su voz. ¡Qué ilusión!

Muerte de Maurras
Maurras en la prisión
El anciano Maurras llegaba al final de .,su larga y bata-
La actividad intelectual que desarrolló Maurras en la lladora existencia. El gobierno de la prisión ordenado
...... .....
cárcel fue, como siempre, extraordinaria.
- ... Escribió cuarenta
.. su traslado al sanatorio de Tours y _ _allá había salido
y -.36fibio" entre ellos una curiosa novela policial de aire Maurras con sus libros, sus revistas, sus papelesy sus recuer-
autobiográfico,
__,......„...,_. _,...... ___y una
... multitud
... ., ... de artrculo- s deSiinai:Ws—al dos. Amigos, discípulos y parientes trataban de permanecer
a su lado pues presentían la vecindad dilo inevitable. Su

periódico que sus partidarios editaban, "Aspects de la Fran
r
ce". Sus temas e an Í os de toda su vida: la patria, laydíticl, sordera era ya completa.
la -fiiStorIa; Fa— poesiáy, en especial, defensa de su caso. Fue entonces cuando el Sócrates francés, como bien se
Maurras no pidió jamás demencia y
_....,.,___ 1-191e asustaba estar lo ha llamado, volvió a reflexionar sobre los grandes temas
...,
de la vida y de la muerte; y cuando el Canónigo Cormier,
61 Sobre este punto, ver "Le procés de Charles Maurras Compte rendu sfé- por indicación del obispo de la diócesis, comenzó a visitar
nographique". Albin Michel, 1946. En castellano se ha publicado el alegato de
Maurras: "Mi defensa", Madrid, Epesa, 1946. al anciano presidiario a fin de lograr su conversión.

92 93
"Sabed, señor canónigo —le escribió Maurras en un El fracaso de Maurras
papel cuando el P. Cormier tocó el tema religioso —que
sobre ese punto soy algo coriáceo"... Pero no en vano ha Hay algo trágico en la dura y esforzada trayectoria po-
dicho Gustavo Thibon que Maurras era uno de los pocos lítica de Charles Maurras y es el evidente fracaso de su pro-
hombres que le habían proporcionado un auténtico aliento grama de política concreta. Fracaso que no alcanza a disimu-
religioso. Todo en Maurras lo inclinaba a la fe cristiana. A lar el brillo de su campaña intelectual y literaria.
medida que se aproximaban las horas finales iba dejando ¿Por qué fracasó Maurras? ¿Debemos atribuir el hecho
caer todas sus reservas y sus escrúpulos. Su alma abríase a a errores teóricos y prácticos de su planteo o a la acción de
esa fe que tan bien había defendido sin compartir. El P. Cor- circunstancias externas? ¿Qué función desempeñó el azar,
mier ha escrito un libro con sus conversaciones de sacerdote la contingencia imprevisible? Como veremos, todos estos
con Charles Maurras, emocionante y aleccionador como pocos elementos han obrado de una manera conjunta.
desde el punto de vista espiritual. La conquista del poder es un objetivo esencial de toda
Por fin, tres días antes de su muerte, hizo llamar al P. empresa política, que sería imposible de llevar a cabo sin un
Cormier y le expresó sus desos de recibir los sacramentos. dominio efectivo de aquél. Maurras tuvo, pues, que afrontar
Confesó, comulgó y recibió la extremaunción. Maurras volvía, este problema.
en el momento supremo, al seno dé una madre cuyo servicio Analizó los obstáculos que debía vencer la monarquía
jamás había dejado. "Padre, por primera vez siento que al- para retornar al gobierno de Francia, ponderó las dificultades
" guien se acerca . ..", murmuró al P. Cormier cuando éste reales que se oponían al intento y llegó a la conclusión de
se aproximó al lecho con la Sagrada Forma. que habría que hacer la monarquía "corno„ se han hecho
A la noche siguiente, Maurras pedía un rosario a Fran- " todps_los gobiernos...del mundo, desde que el mundo es
gois Daudet —el hijo de su amigo León y ahijado suyo— mundo :_pot,la„fuerza"
En un diálogo famoso resumió Maurras el planteo mo-
que velaba a su lado. Y el Domingo 16 de Noviembre de
nárquico del problema de la conquista del poder:
1 952 cerraba sus ojos para siempre.
—"¿Qué hacer?
El P. Cormier ha escrito estas palabras que merecen ce-
— "La Monarquía.
rrar el relato de sus últimos momentos: "Su obra estaba ter- —"¿Cómo hacerla?
" minada. Sin desfallecimientos de su voluntad y sin debili-
— "Por la fuerza.
" dades de su inteligencia había llevado hasta el fin su largo —"¿Cómo ser fuertes?
" y duro combate. Moría injustamente condenado, pero no —"Por la unión.
"vencido y remitía su alma a Dios, en la lealtad y el honor —"¿Cómo unirse?
" como un soldado, en la esperanza y el amor como un cris- —"Sobre la verdad política.
" tiano" 62 . —"¿Cuál es?
64
— "La Monarquía" .

62 A. Cormier: "Maurras et la religion eatholique", en el ya citado "Ch. M. 63 "Enquéte...", pág. 416.


1868-1952", pjg. 60. 64 Idem, pág. 425.

94 95
Maurras no recurría a la fuerza porque creyese que la en 1814) o el_golpe número dos, que sería del tipo "pro-
mona mi:1W ~ opnnición_efectiva -cle- la- masa- po - ~muerdo mi itar
_pulir „francesa. Por de prorytd habiá grandes Tegiones clel país El empleo de la fuerza estaba, según Maurras, dictado,
—especialmente campesinas— donde la tradición - Monárqui-- autorizado y legitirriado
--
el es-tiidíJ "átenlo de sus aüténtIcal-eitilffifiag. ReiTs"Ve c éi,
-
ca se mantenía viva. En la clase media profesional e intelec-
tual y en los círculos de la alta sociedad tenía numerosos decía, el uso de la fuerza estuvo tan jus !cado ante la
y fervientes partidarios. Por otra parte, Maurras sostenía razón.
que la masa sigue siempre a las minorías enérgicas, que son Sin embargo, la demostración maurrasiana que tenía
las que hacen la historia. el rigor de un teorema, no bastó para que se impusiera el
Los principales adversarios de la restauración monár- programa político.
quicas estaban entre aquellas fuerzas "antifrancesas" (es No creemos que, tal como ha sostenido uno de sus úl-
decir, enemigas de lo que Maurras consideraba como lo más ti mos críticos 67 la campaña monárquica de Maurras fraca-
,

esencial y entrañable de Francia), que formaban un bloque sara por la falta de su "alimento natural, lo irracional", es
sólido, unido por la sangre y los intereses. Este conjunto de decir, por la ausencia de esa fe que debía completar el sis-
partidos políticos, instituciones de enseñanza y cultura, so- tema intelectual. El monarquism o M de Maurras tuvo su místi-
ciedades de pensamiento, etc., tampoco representaban ver- ca y apasionó a sus partidarios como pocas doctrinas políti-
daderamente al pueblo francés. Por el contrario, levantaban cas lo han hecho. Según nuestro modo de ver, las causas del
una valla entre las auténticas aspiraciones de éste y los orga- fracaso maurrasiano hay que buscarlas, en primer lugar, en
nismos de gobierno. las circunstancias externas alpensamiento maurrasiano, en
¿Cómo sortear la oposición de estas fuerzas? ¿Por me- aquellas situaciones históricas contingentes e imprevisibles
dio del sufragio Imposible. La educación,, la prensa y los que hicieron variar fundamentalmente las condiciones de la
siste m as electóralessignificában un obstáculo insalvable realidad francesa para las cuales Maurras había planteado su
entre el pueblo' y los mortÁrquicol. Muy poca cosa, pues, po- política, cuya índole, en segundo lugar, impedía una evolu-
dían hacer éstos si afrontaban la lucha contra la República ción que significara aceptar el hecho republicano.
dentro del terreno legal que ésta fijaba. Como hadicho Julio lrazusta, el éxito de una empresa
-
Maurras, a quien no embarazaban los prejuicios de una política depende •: 1 9 que se consiga la solidariclia nacionál
legalidad que reputaba como profundamente nociva para entre aquel que la propone, la minoría que habrá de secun :
Francia, no encontraba otra solución que el golpe de Estado, darió - en le tarea dirigente y l'amasa del pueblo, que debe ser
que contaría, desde luego, con el repudio de las fuerzas e ne- capaz de comprender y apoyar dicha empresa.
migas pero que respondería a las "voeux latents" del país 65 .
La impecable construcción intelectual de Maurras per-
EI paso inicial del programa político monárquico era, suadió m vastas y selectas minorías, que lo siguieron apasio-
_
pues, el golpe de estado. El golpe número uno, mediante él nadamente pero, separada de ellos, quedaba la masa del
cual_ se conquistaría efectivamente el poder desde arriba y
aprovechando un momento de crisis (como el de Talleyrand 66 Ch. M. y H. Dutrait-Crozon: "Si le coup de force est possible", en el mismo
volumen de la "Enguate", págs. 541 al 600.
67 J. Jacques Chevalier: "Los grandes textos políticos". Madrid, Aguilar, 1954,
65 "Enquilite...", pág. 417. 40 parte, Cap. II, pág. 291,.

96 97
pueblo, trabajada durante generaciones_por la-prédka pedo- producirse. El interrogante que abrió el General Boulanger
díltitá-y por la enseñanza del liberalismo democrático. Estas quedó sin repuesta.
masas estaban en rasantlpochas del maurrasHanismo-y-no por- Finalmente, entre los acontecimientos históricos que
que en el programa de Maurras faltara sentido social —que decidieron el fracaso político del maurrasianismo, hay dos
lo tenía y bien claro y definido—, sino por aquellos de mayúscula importancia: la condena papal y la Segunda
elementos políticos y espirituales monárquicos. que re- Guarra Mi -

pugnaban al sentimiento demoliberal t tan poderoso en los La actitud del Vaticano en 1926 asestó al movimiento
pueblos latinos, más inclinados a los planteos ideológicos y de-MaurrasiirCg —
Orpe—
rterquer-nurrea--zonsigui4,
-
- relamerse Se
sentimentales que a los empíricos y realistas, como los de produjo —ya lo hemos dicho— en un momento en que la
Maurras. fortuna política de Maurras llegaba a su culminación, apo-
yado por la fuerza católica. La condena le arrebató dirigen-
Por otra parte, el demoliberalismo constituye una eta-
tes y masas de partidarios que jamás retornaron a sus filas.
pa en la vida política occidental que no podía ser borrada
La Segunda Guerra Mundial, por su parte, rompió total-
por una construcción intelectual por exacta y _lógica _ que .

mente los _cuadros jde la política - francesa. La intromisión


ésta pareciera. Firme en la conciencia de la razón que según
extranjera lalemana y angloamericana) inyectó en losplan-
él asistiale, Maurras edificó una política que trataba de
teos franceses_una abrumadora dosis de elementos ajenot y
remontar el curso de más de un siglo de historia. El esfuerzo
volcó, p or_ así decír,Ztódólslióslcont en.2os._políticos y Will -
fue brillante como pocos y brindó el magnífico espectáculo
de un hombre que trataba desmentir a una época, la cual,
twles que Maurras había considexadopala elaberar.siLpen-
-

samiento político. Un destino trágico quiso que esto ocurrie-


finalmente, impuso su ley.
ra cuando, al fin, había llegado al poder un hombre (Petain),
La doctrina del golpe de estado estaba enderezada
capaz de realizar aquel golpe de estado que cambiaría radi-
a solucionar esta dificultad - pe-ro también aqui-la accis511polí-
calmente las instituciones. Pero bajo estas condiciones los
tica encontró obstáculos insuperables. El golpe numero
monárquicos no querían la restauración y ésta no se pro-
el que había que llevar a cabo desde el propio gobierno,
dujo.
jamás tuvo lugar por ausencia de un estadista —que - se
Todo parece indicar que en la actualidad el monarquis- ,
animara a quebrar la legalidad republicana y el golpenúme-
mo y las doctrinas de Maurras han decaído totalmente en
ro dos tampoco, porque Ejército francés ("el gran mudó),
Francia_ El Conde de. París, pretendiente al trono, mantiene
no obstante la considerable proporción de oficiales monár-
sin embargo, sus aspiraciones y a su alrededor aun se nu-
quicos, no quiso sublevarse contra las instituciones d_e la clean los monárquicos, pero un decreto del gobierno prohi-
República_ be su actuación política, y sus posibildades de triunfo son
La solidez de estas últimas nunca fue grande y es sabi- cada vez más remotas, tanto más cuanto les falta quien fue-
do como la segunda mitad del siglo XIX transcurrió bajo la ra su más ilustre y eficaz propugnador. Pero como éste es
amenaza de un golpe militar nacionalista. Muchas veces, un punto que nos nos corresponde examinar, sigamos con
desde entonces, el clima político de Francia llegó a caldear- Maurras y su pensamiento político.
se hasta un punto tal que la revolución o el golpe de estado La influencia de Maurras se siente todavía, aun cuando
parecieron inminentes. Sin embargo, el estallido no llegó a se vaya alejando el recuerdo de los tiempos en que sus libros

98 99
y su actividad política conmovían a Francia. El semanario
pura concepción teórica. Puen bien, si juzgamos a Charles
"Aspects de la France" en el momento en que contaba con
Maurras desde el punto de vista de su éxito práctico, el jui-
la colaboración de Maurras —que escribía desde la cárcel—,
cio habrá de resultarle adverso. Pero si tenemos en cuenta la
era el que más se vendía en París, los libros y "plaquettes"
transformación operada por su prédica personal y sus obras
de Maurras se agotan con tal rapidez que muchos volúmenes
literarias en el cuerpo de la política francesa o bien, si con-
aparecidos no hace más de dos o tres años resultan práctica-
sideramos la vitalidad de su método, no debilitado por las
mente inhallables y lo mismo ocurre con toda su obra litera-
contingencias del azar o de la historia, debemos concluir en
ria y política, estimadas como pocas por el lector francés.
un juicio rotundamente positivo a su favor.
También es muy interesante comprobar la repercusión
Consciente de las vicisitudes por que tendrían que
de su pensamiento en la obra de sus discípulos. En efecto
atravesar sus ideas, Maurras escribió, hace muchos años,
es ya clásica en el ambiente político de la República Fran-
estas palabras que muestran su fortaleza de ánimo y la
cesa la fortuna de quienes en algún momento han estado
confianza que tenía en la verdad de su causa. Frente a quie-
bajo su influencia o dirección. Desde Antoine Pinay o Mau-
nes se preguntaban si era sensato esperar que algún día
rice Schumann hasta una multitud de jóvenes políticos que
triunfara la empresa monárquica, escribía Maurras: "¿Cómo
actúan hoy en lugares destacados de la política francesa, son
" desesperar más bien? Lo que no haya podido hacer nuestra
legión aquellos que, de un modo u otro, pueden ser consi-
" generación, podrá hacerlo la siguiente. Vencidos por un
derados como discípulos suyos. Y las críticas maurrasianas
" momento, nuestros escritos, nuestros actos y nuestra me-
al régimen francés se han incorporado definitivamente al
" moría, dejarán su enseñanza. Sólo está permitido desespe-
repertorio común del pensamiento político contemporáneo.
" rar a quien debe morir. Pero las naciones, a diferencia de
Vicente Marrero —cuyas críticas al pensamiento de
" los hombres, son inmortales; rotas y divididas pueden re-
Maurras hemos señalado anteriormente— ha escrito: "Desde
" vivir indefinidamente" 69 .

" 1900 Maurras había sido el guía político más apasionada-


Un trabajo como el presente ha tenido por fuerza que
" mente escuchado por la juventud francesa, el maestro que
silenciar muchos aspectos de la personalidad y de la obra de
" formó políticamente la legión de discípulos más impor-
Charles Maurras. No debemos olvidar que estamos frente a
" tante en calidad"... Tan fuerte era la impronta de la
una vida que abarca más de medio siglo de la política euro-
" dialéctica maurrasiana, que no se borra fácilmente y reco-
pea y a una masa de escritos que tratan de los más diversos
" bra escondida vigencia, de tal manera que se ha llegado
temas. Piénsese, por ejemplo, en el rico venero de su pro-
" a decir que la misma República francesa debe parte de su
ducción poética y literaria, que hemos dejado a un lado en
" consistencia a la formación monárquica que habían recibi-
nuestra preocupación por el Maurras político.
" do, en edad juvenil, muchos de quienes constituyeron lue-
El magisterio de Maurras es doctrinal y moral. "Su ad-
go su minoría rectora, su "élite" 68 .

" mirable desinterés, su vida laboriosa y ascética, su intole-


Decía Burke que para conocer las ideas de un político
" rante patriotismo, engendran ilimitada devoción a él. Aun
debemos acudir a los hechos y no a sus palabras y que la
" sin amarle, aun sin aceptar el honor del discipulado, con-
realización de la empresa política tiene prioridad sobre la
" viene leerle". Son palabras de Francisco García Calderón 99 .

68 V. Marrero: "El poder...", pág. 169. 69 "Enquéte...", pág. 414.


70 Oh. cit., pág. 92.

1 00
1 01
Ploni, 1953), así como también a la que incluye Michel Mou-
Y Jean Paulhan ha podido escribir con justicia que "su ho-
rre al final de su estudio "Charles Maurras", Paris-Bruxelles,
" rror al provecho, el rigor de su reflexión y su indiferencia
Editions Universitaires, 1953.
" a la gloria, sirven de modelo a todo hombre de pensamien-
to" 7 /.
II POLITICA
Pero Francia no ha reconocido todavía la grandeza de
este hijo singular. Su figura y su obra levantan aun hoy re- "Trisis idées politiques: Chateaubriand, Michelet, Sainte-Beuve". Paris, Champion,

sistencias tan cerradas como las que conociera en vida, hasta 1898.
"L'Avenir de l'intelligence (L'avenir de l'intelligence Auguste Comte - Le reman-
el punto que un espíritu egregio, el viejo maestro Daniel tisme Feminin - Mademoiselle Monk)", Paris N. L. N., 1909. 1
Halevy, pudo preguntarse: "¿Esta gloria quedará solamente "Le dilemme de Marc Sangnier, essai sur la démocratie religieuse". Paris, N. L. N.,
1 906.
" como el bien de un puñado? ¿Los franceses, no concede- "Enquéte sur la monarchie. Suivie de "Une campagne royaliste au Figaro" et "Si le
" rán a Maurras, como le concedieron a Proudhon, un mi- coup de force est possible". Edition définitive, avec un discours préliminaire
et un índex de noma cités". Paris, N. L. N., 1925.
" nuto de silencio, de interrupción de los odios? ¿No senti- "Kiel et Tenger (1895-1905) - La République Fransaise devant l'Europe (1905-
" rán, todos juntos, el orgullo de ser de la raza de ese héroe? 1913-1921-". Paris, N. L. N., 1921.
"La politique religieuse". Paris, N. L. N., 1912.
" Me resulta difícil esperarlo y esta dificultad es para mí "Quand les francais ne s'aimaiente pas. Chronique d'une renaissance, 1890-1905".
" un signo de la disgregación de aquello que Barrés y Mi- Paris, N. L. N., 1916.
"Le Pape, la guerre et la paix". Paris, N. L. N., 1917.
" chelet llamaban el alma francesa" 72 .
"Romantisme et révolution". Paris, N. L. N., 1922.
Confiemos, como Maurras, en las lecciones de la histo- "Les piéces d'un procés: "L'Action Frangaise" et le Vatican". En colaboración con
(_eón Daudet, Paris, Flammarion, 1927.
ria. La obra está hecha y si para muchos puede parecer lejana "Le mauvais traité: de la victoire a Locarno, chronique d'une decadente". Paris,
y extraña, nosotros creemos que ningún espíritu generoso Ed. du Capitole, 1928, 2 tomos.
"De Demos a César ou gouvernement populaire, unitaire ou collectif, parlamentairo
podrá acercarse a ella sin reconocer su excelencia ejemplar. ou plésbicitaire". Paris, Ed. du Capitole, 1930, 2 tomos.
"Au signe de Flore: Souvenirs de vie politique, l'affaire Dreyfus, la fondation de
l'Action Francaise, 1898-1900". Paris, Bernard Grasset, 1933.
ENRIQUE ZULETA ALVAREZ "Dictionaire politique et critique", Extraído de las obras de Ch. M. por Pierre Char-
don. Paris. A la Cité des Livres, 1931-1934. 5 tomos.
"Mes idées politiques" ( Precedido de "La Politique naturelle"). Textos ordenados
Bibliografía escogida Por Pierre Chardon. Paris. Art. Fayard, 1937.
"La dentelle du rempart-Choix de pagos civiques en prose et en vera, 1886-1936".
Para esta bibliografía hemos seleccionado aquellas Con un prefacio de B. Grasset. Paris, Bernard Grasset, 1937.
"La contre-révolution spontanée: La recherche - La discussion - L'émeute - 1899-
obras de Charles Maurras que mejor ilustran sobre su pen- 1939". Lyon. Lardanchet, 1943.
samiento político. Se incluyen sin embargo obras no políti- "Ch. M., Le procés de". Compte rendu sténographique. Paris, Albin Michel, 1946.
"L'ordre et le désordre, Les "idées positives" et la révolution". Paris, Les (les
cas pero de esencial importancia para un mejor conocimien- d'Or, 1947.
to de la materia. Finalmente, se indican algunos trabajos "Réflexions sur la révolution de 1789". Paris, Les (les d'Or, Ed. Self, 1948.
"Au Grand Juge de France". Paris. Ed. de la Seule France, 1949.
sobre Maurras, escogidos entre los de mayor interés. Quienes
"Paur réveiller le Grand Juge". Paris, Ed. de la Seule France, 1951.
deseen consultar una bibliografía maurrasiana más completa, "Lettre a M. Vincent Auriol, président de la Repúblique, suivi de Touchés". Paris,
pueden acudir a la recopilada por Roger Joseph y Jean For- Ed. de la Seule France, 1952.
"Le Bienheureux Pie X, sauveur de la France". Paris, Plon, 1953.
ges (en el volumen "Charles Maurras. 1868-1952", París,
71 Loc. cit. 1 Nouvelle Libraire Nationale.
72 "Une minute de silente", en "Aspects de la France", número del 21-X4-1952.

1 03
1 02
Buenos Aires, Sur, 1937.
II) LITERATURA Julio Irazusta: "Maurras", en "Actores y Espectadores".
en "Dinámica So-
Julio Irazusta: "Maurras o el primer ciudadano de su tiempo'.
"Jean Mercas". Paris, Plon, 1891. cial', año III, N9 28, Buenos Aires, Diciembre de 1952.
"Le chemin de Paradis. Mythes et fabliaux". Paris, Calmann-Lévy, 1895. Alberto Falcionelli: "Maurras y su doctrina", ídem.
"Anthinea, d'Athénes á Florence". Paris, Flammarion, 1 951. Jaime Maria de Mahieu: "La Contra Enciclopedia contemporánea: Mauras y Sorel".
"L'Etang de Barre". Paris, Flammarion, 1951. Revista de Estudios Franceses, N9 8, (Segundo Centenario de la Enciclope-
"Les ansants de Venias". Paris, Flammarion, 1931. dia, tomo II), Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, 1952.
"La Musique Intérieure" (Poesías) - París, Bernard Grasset, 1925. Francisco García Calderón: "La influencia de Charles Maurras". en "Europa Inquie-
"Vera un art intellectuel - I) Barbarie et poésie". Paris, N. L. N., 1 925. ta". Madrid, Mundo Latino, 1926.
"L'Allée des Philosophes". Paris, 1924. J. Vialatoux: "La doctrine catholique et récele de Mauras". Lyon, 1927.
"Inscriptions". Paris, Lib. de France, 1951. Jacques Maritain: "Charles Maurras et le devoir des catholiques". Paris, Plon, 1926.
"Un début sur le Romantisme avec Raymond de la Tailhéde". Paris, Flammarion, Ventura García Calderón: "Pasión y prisión de Charles Maurras", en "Sonrisas de
1 928. París". Buenos Aires, Nuestra América, 1926.
"La Balance intérieure" ( Poesías). Lyon, Lardanchet, 1952. Alfonso de Laferrere: "La condena de Maurras", en "Literatura y Política", Buenos
"Le voyage d'Athénes". Paris, Plon, 1939. Aires, Gleizer, Col. La Nueva República, 1928.
"Maitre et témoins de ma vie d'esprit • (Banis, Mistral, France, Verlaine Moráis). Alfonso Reyes: "El trono y la Iglesia de Maurras" y "Los monárquicos en Fran-
Paris, Flammarion, 1954. cia", en "Obras Completas", México, Fondo de Cultura Económica, 1956,
"Pages Littéraires Choisies". Paris, Champion, 1922. tomo III.
"Le rnystére d'Ulysse". ( Poesías). Paris, N. R. F., 1 923.
"A mes vieux ~len" ( Poesías). Reanne. Amis du Chemin de Paradis, 1952. E. I. A.
"Mon jardín qui s'est souvenu". Paris, P. Lanauve de Tartas, 1949.

III) TRADUCCIONES AL CASTELLANO

"Encuesta sobre la monarquía". Madrid, Sociedad General Española de Librerías,


1 935.
"Mi defensa". Madrid, E.P.E.S.A., 1946.
"Mistral". Barcelona, Lauro, 1943.
«Soliloquio del prisionero". Buenos Aires, Editorial de Autores (Cuadernos de "Di-
námica Social"), 1953.

IV) LIBROS Y ARTICULOS SOBRE CHARLES MAURRAS

R. P. Descoqs S. J.: "A travers l'oeuvre de Charles Maurras". París, Beauchesne,


1 911.
Albert Thibaudet: "Les idées de Charles Maurras". Paris, N. R. F., 1919.
Simon Arbelot: "Maurras, homme d'action". Paris Penohl, 1932.
Robert Brasillach: "Portrait'f. Paris, Plon, 1935.
Henri Massis: "Maurras et notre temps". 2 tomos. Paris, Pion, 1951. Hay también
traducción española, bajo el título de "La vida intelectual de Francia en tiem-
po de Maurras", Madrid, Biblioteca del Pensamiento Actual, Rialp, 1956.
E. Beau de Lomenie: "Maurras et son systóme". Bourg (Ain), E. T. L., 1953.
Piérre Héricourt: "Charles Mauras, escritor político". Madrid. Col. "O crece o mue-
re", Ateneo, 1953.
Louis Pozzo di Borgo: "Charles Maurras, le poéte du rempart". Avignon, Maison
Aubanel Pére, 1953.
"Charles Maurras - 1868-1952". Testimonios de H. Bordeaux, Pierre Gaxotte, Emile
Henriot, Daniel Halévy Albert Rivaud, Marcel de Corte, Gustave Thibon,
Jean La Varende y otros. Paris, Plan, 1953.
Maurice Claviére: "Charles Maurras ou la restauration des valeurs humaines". Paris,
Lesfauries, 1939.
Michel Mourre: "Charles Mauras. Paris, Classiques du XX siécle, Éditions Universi-
taires, 1953.

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