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xMOOC y cMOOC: Un análisis comparativo

Universidad Mayor de San Andrés – Centro psicopedagógico y de


Investigación en Educación Superior
Diplomado en Docencia Universitaria
La Paz, 5 de mayo de 2018

Con el advenimiento de la tecnología en las últimas décadas, las teorías del

aprendizaje clásicas (conductismo, cognitivismo y constructivismo) se han visto

envueltas en un proceso de obsolescencia que avanza a pasos agigantados. El

aula ha evolucionado del concepto tradicional, trascendiendo su característica

comunitaria presencial síncrona y posibilitando que se puedan establecer

variedades que no requieren de la presencia física (virtuales) ni de un espacio de

tiempo predefinido y riguroso (asíncronas). De igual forma, el mismo papel del

estudiante se ha modificado sustancialmente, tendiendo con las épocas a

centralizarse más en el individuo receptor. La metodología de enseñanza se ha

modificado acorde a la tendencia, y por ende ha comenzado a capitalizar en las

habilidades investigativas y las capacidades cognitivas del discente, apostando

por “enseñar a aprender” y “enseñar a cuestionar”. Sin embargo, eso no significa

que las corrientes tradicionales han quedado en el olvido; solamente se han

adaptado y redefinido, y han buscado aplicabilidad dentro del mar tecnológico

que está tan enraizado en la sociedad actual y su prospecto de crecimiento. Como

evidencia, surgen las MOOC, y sus derivaciones.

Es importante definir inicialmente el concepto de MOOC para

comprender su aplicabilidad y actual extensión. El término MOOC, (acrónimo en

inglés para Massive Open Online Course) nace oficialmente el 2008, como un
calificativo al curso abierto en línea “Connectivism and Connective Knowledge

(CCK08)” que dictaron George Siemens y Stephen Downes. Ante la masiva

afluencia de participantes, Dave Cormier, Director de Comunicación Web e

Innovaciones en la University of Prince Edward Island, y el Investigador Bryan

Alexander del National Institute for Technology in Liberal Education llamaron al

curso “masivo y abierto en línea”, o MOOC. Este apuntaba especialmente a la

difusión del conectivismo como alternativa mejor adecuada a la era tecnológica.

El conectivismo se define como la integración del caos, las redes y la organización propia.

Indica que el aprendizaje es un proceso que ocurre en ambientes nebulosos con elementos

dinámicos en el núcleo que no están enteramente en control del individuo. Por ende, el

aprendizaje puede residir externamente al individuo, ya sea en una base de datos o en un

recurso computacional, y se interpreta el conocimiento no solamente como la información

que uno posee en un determinado momento, sino además como la capacidad que tiene el

educando para afianzarse de conexiones que cubran la necesidad de aprender (inclusive

como algo más importante que el conocimiento retenido). (Siemens, 2004). Los MOOC

ponen al alcance de todos la información, y busca que la misma sea compartida

y discutida entre pares y redes múltiples. Insta a la adquisición de información

por parte del alumno, y a la expresión de sus descubrimientos.

Las variedades de MOOC que se han instituido con mayor fuerza son dos:

xMOOC y cMOOC. Ambas comparten la estructura abierta del MOOC

tradicional, pero se enfocan en objetivos diferentes con actores distintos.

eXtendedMOOC es la aproximación conductista del MOOC, que no solamente

responde a las necesidades de adquisición de conocimiento, sino a la certificación


de los mismos, con “aprendizaje con finalidad”. Considerando que el concepto

de MOOC amenaza los fundamentos de trabajo de la educación como un negocio,

el sistema educativo ofrece los xMOOC no como una alternativa al aprendizaje,

sino como una extensión al proceso tradicional. Si bien en sus versiones básicas

retienen la característica de acceso libre, proveen la oportunidad de, con una

inversión, recibir una certificación aceptada tanto por entidades educativas como

por la bolsa de trabajo (en la mayor parte de los casos). Al tener esta característica,

se modifica forzosamente la estructura conectivista del MOOC para acercarla

más a la raíz conductista de la evaluación del conocimiento; este cambio es

inevitable, considerando que es prácticamente imposible evaluar el progreso si

el proceso en general (estructuración y ejecución) depende del educando. Por

ende, la plataforma se usa y explota, pero el método pedagógico es más

tradicional y enfocado a resultados objetivos.

Por otro lado, las connectivistMOOC contemplan algo distinto; buscan que el

actor principal del proceso sea siempre el estudiante, y su capacidad de establecer

conexiones que le permitan acceder al conocimiento que le sea necesario llegado

determinado momento. Quizá no es correcto referirse al aprendizaje en este tipo

de MOOC como una “búsqueda”, (puesto que toda búsqueda tiene un objetivo)

sino más como un el objetivo en sí. Cada participante hace del aprender su

objetivo, para posteriormente aplicarlo (o no) en función a sus propias

necesidades en el campo que considere adecuado. Evidentemente, dada la

diversidad en el proceso que esto implica, las evaluaciones objetivas dentro de

un cMOOC son prácticamente inaplicables. La evaluación del conocimiento pasa


a segundo plano, pues se demuestra que es más importante “saber hacer”, que

“demostrar que uno sabe”.

Los MOOC han encontrado un nicho de proliferación en la necesidad

constante de expansión del conocimiento a través de un ambiente cómodo,

accesible, y sobretodo flexible. Sin embargo, es necesario diferenciar los enfoques

que tienen cada una de sus derivaciones, y en particular la población objetivo a

la que se apela. En el caso de los xMOOC y cMOOC, enfrentamos al “aprender

con un objetivo” con el “aprender como un objetivo”. Ambos gozan de

determinado grado de asincronía en el desempeño de las actividades, pero más

marcado en el cMOOC por su característica predominantemente auto-

organizacional; Es esta característica la que precisamente determina uno de los

puntos claves en la caracterización del estudiante objetivo: Dada la libertad en la

organización y construcción del desarrollo del curso, la evaluación se vuelve

extremadamente difícil (o básicamente, imposible) de estructurar objetivamente,

y por tanto se vuelve inviable el poder certificar el conocimiento adquirido. Dada

esta diferenciación, el xMOOC logra evaluar directa y objetivamente los

aprendido y se vuelve un complemento satisfactorio a la educación pre-existente

de la población interesada, mientras que el cMOOC apunta a refinar el proceso

en un ambiente menos controlado y con objetivos menos “institucionales” y más

enfocados al desarrollo del conocimiento tangible por sobre el certificable. La

problemática, finalmente, se relega a elegir la herramienta indicada, para el

trabajo indicado. Ya solamente es necesario conocer al educando y sus

aspiraciones, e invitarlo a descubrir el MOOC y sus ventajas.


Bibliografía

MOOC.ES. “¿Qué Es Un Mooc?” Mooc, mooc.es/que-es-un-mooc/. Consultado


el 5 de mayo de 2018.

Luján, Sergio. “Qué Son Los MOOCs?” desarrolloweb.dlsi.ua.es/cursos/2012/


que-son-los-moocs/preguntas-respuestas. Consultado el 5 de mayo de
2018.

Cabero Almenara, Julio. Llorente Cejudo, María del Carmen. Vásquez Martínez,
Ana Isabel. “Las tipologías de MOOC: Su diseño e implicaciones
educativas”. Profesorado: Revista de currículum y formación del
profesorado. Vol. 1 N.º 1 (2014)

Siemens, George. “Connectivism: A Learning Theory for the Digital Age”


International Journal of Instructional Technology and Distance Learning
Vol. 2 N.º 1 (2005)

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