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LA FORMACIÓN DEL ESTADO Y

DEL DERECHO POSITIVO

Formación del Estado:


Orígenes del Estado.
Durante siglos fueron los filósofos los que se preguntaban sobre la conducta del
hombre y la organización de la sociedad. Podría decirse que es hasta épocas
relativamente recientes que surgieron disciplinas especializadas en el estudio de las
ciencias humanas. A excepción de las europeas, las antiguas culturas, orientales
principalmente, no llegaron nunca a desarrollar una teoría política, sólo podemos
encontrar fragmentos de pensamientos o de reflexiones políticas que hacían en libros
filosóficos y religiosos por ejemplo Confucio y Lao Tse, o en la misma Biblia; pero nunca
son formulaciones concretas acerca del estado, del poder o de la sociedad.

¿Por qué no se desarrollaba el hombre en estas áreas? La razón más importante fue
que las reglas religiosas que había en esas civilizaciones prohibían los análisis críticos y
esto es fundamental para la investigación y la formulación de ideas. Fue en la libre
atmósfera de la Grecia clásica, donde por vez primera se desarrolló la reflexión y la
discusión política y la literatura correspondiente.

Conceptos.
Estado.
El Estado es la institución en que se concentra el poder político de una sociedad, es
decir, el poder de tomar las decisiones que afectan al conjunto de la población.
Como tal, al Estado se le asigna el monopolio de la violencia legítima. Además de
ello, el Estado desarrolla un conjunto de funciones que lo convierten en un agente
1
económico de suma importancia: por una parte cobra impuestos, que constituyen su
fuente de ingresos, y por otra parte realiza gastos, que incluyen el pago de los
funcionarios que prestan servicio en sus distintas dependencias y las adquisiciones de
los bienes que requiere para desempeñar sus actividades; además provee a los
ciudadanos de diversos bienes públicos y, en muchos casos, realiza funciones de
empresario, pues es poseedor y/o administrador de empresas públicas. El Estado, en
las sociedades modernas, asume asimismo las funciones de emitir dinero, de regular
diversos mercados y de influir en el comportamiento económico del país mediante su
política económica y las diversas regulaciones que puede imponer.

El papel económico del Estado ha variado considerablemente a lo largo de la

1
historia y ha sido objeto de estudio por casi todos los teóricos de la economía. La
teoría del Public Choice ha intentado trasladar la metodología de análisis de la
economía a las decisiones que toman los organismos públicos.

En la actualidad existe una multiplicidad de definiciones del concepto Estado. Sánchez


Agesta, señala que el concepto Estado puede ser observado desde tres perspectivas, las
mismas que han sido utilizadas de manera excluyente y omisiva entre sí en lo referente
a sus respectivos aportes doctrinarios: deontológica, sociológica y jurídica.

a) Perspectiva Deontológica: Radica en explicar la noción, estado en atención a los


fines o metas que éste persigue alcanzar, entre los cuales se puede mencionar la
libertad, el bienestar común, la seguridad, etc. Se considera, en gran medida,
la connotación de los fines y metas estatales como factores de cohesión y
criterios legitimadores para la existencia y pervivencia de una sociedad política.
b) Perspectiva Sociológica: radica en explicar la noción Estado en atención a
las propiedades y cualidades del tipo de poder de que goza y ejerce el
Estado.
c) Perspectiva Jurídica: Radica en explicar la noción Estado en atención a la función
normativo compulsiva que necesaria e irremediablemente emana y proyecta de
su seno el Estado. Opinamos que estas perspectivas no son totalmente
excluyentes ni antagónicas entre sí, sino que, por el contrario, de su fusión y
complementariedad surgen las connotaciones y propiedades que dan sentido a
la noción Estado. En ese contexto, esta acepción alude a una sociedad política
autónoma y organizada para estructurar la convivencia que ejerce un poder
soberano desde una titularidad abstracta y permanente, la cual, para
legitimar, establece un orden jurídico coactivo. El estado es una sociedad política
autónoma y organizada para estructurar la convivencia, en razón de que se
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trata de un conjunto permanente de personas que se relacionan por la
necesidad de satisfacer imperativos a fines de supervivencia y progreso común.

Formación Del Derecho Positivo


Concepto:

El Derecho positivo es el conjunto de leyes escritas en ámbito territorial, que abarca


toda la creación jurídica del Legislador, tanto del pasado como la vigente, recogida en
forma de Ley.

El concepto de Derecho positivo está basado en el iuspositivismo, que es una

3
corriente de pensamiento jurídico que considera al Derecho como una creación del ser
humano. El hombre crea el Derecho, las leyes (siendo estas la voluntad del
soberano) crean Derecho. Al contrario del Derecho natural, en el cual el Derecho estaba
en el mundo, y el ser humano se limitaba meramente a descubrirlo y aplicarlo.

Formación

En este sentido, el Derecho positivo descansa en la teoría del normativismo, elaborada


por el teórico del Derecho Hans Kelsen, y que estructura al Derecho según una jerarquía
de normas.

Desde el punto de vista de otros pensamientos jurídicos, que no excluyen la existencia


del derecho natural o derecho divino el Derecho positivo sería aquel que emana de las
personas, de la sociedad, y que debe obedecer a los anteriores para ser justo y legítimo.

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PODER SOCIAL Y PODER POLÍTICO

Importancia de Sociedad con o sin estado

La sociabilidad no es un hábito creado por la vida en el hombre, sino un ingrediente de


su esencia. Así lo reconoció Aristóteles en el libro I de su obra “Política” cuando afirmaba
que el ser humano es “por naturaleza sociable” y que el que vive fuera de la sociedad
por organización y no por fuerza del azar, es o un ser superior o un degenerado.

El hombre aislado, al margen de la sociedad, es o una abstracción o una hipótesis falsa.


En la realidad, observa Martin Buber, se da siempre “el hombre con el hombre”. La
categoría “entre” es tan primaria como el yo o como el tú”, por eso, nos aproximamos
“a la respuesta de la pregunta ¿Qué es el hombre? Si acertamos a comprenderlo como
una dialógica, en cuyo “estar dos en recíproca presencia” se realiza y se reconoce cada
vez el encuentro del “uno” con el “otro”.

La vida esta rodeada de hechos sociales porque todos somos integrantes de un


grupo y gran parte de nuestros actos se dirigen a los demás o a la sociedad misma;
además, nuestra conducta está condicionada por lo social que se impone en forma de
mandatos y de prohibiciones, y, finalmente se halla orientada por factores de esa
índole que la encaminan hacia realizaciones intersubjetivas, puesto que el hombre
vive también para los otros.

5
Por otro lado, para realizar sus propósitos, la sociedad actúa como conjunto, como
totalidad, aunque sus actividades estén repartidas entre sus componentes.

Las relaciones del hombre con el hombre son de dos tipos: unas interindividuales y otras
sociales propiamente dichas. Los lazos interindividuales vinculan a los hombres en
lo que cada uno tiene de auténtico y propio. El amor, la amistad, la devoción, la
ejemplaridad, pertenecen a ese tipo. Estas relaciones se establecen entre yos
individuales, entrañables, reductibles a otros.

Ahora bien, debe quedar claro que el concepto de sociedad es mas extenso y pleno que
la noción de Estado; el primero representa el género y el segundo la especie. Como bien
definiera, el filósofo español José Ortega y Gasset, el Estado es también una
sociedad, pero no toda ella, sino una de sus modalidades; en todo caso, expresa la forma
mas elevada de la organización social; superior incluso a las sociedades políticas iniciales
en lo relativo a la despersonalización del ejercicio del mando y la relacional armonización
con los elementos: El pueblo, territorio y poder.

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Poder social:

La capacidad de un actor de cambiar las estructuras incentivas de otros actores a fin de


conseguir resultados.

Este sistema puede ser usado para modelar una amplia variedad de interacciones
sociales donde los actores tienen la capacidad de ejercer poder sobre otros. Por ejemplo,
un actor 'poderoso' puede tomar opciones del conjunto de elecciones de otro actor;
puede cambiar los costes relativos de las acciones; puede cambiar la probabilidad de
que una acción dada lleve a un resultado dado; o podría simplemente cambiar las
creencias del otro sobre su estructura incentiva.

Como en otros modelos de poder1, esta teoría es neutral con respecto al uso de la
coacción. Por ejemplo, una amenaza de violencia puede cambiar los costes y beneficios
probables de diferentes acciones; así sucedería en un castigo económico de un contrato
"voluntariamente acordado", o en una oferta amistosa.

Poder Político:

Es una consecuencia lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas que
ocupan un cargo representativo dentro de un sistema de gobierno en un país. Por ello
el poder político se identifica en sistemas democráticos con el poder Ejecutivo y
legislativo de un país, mientras que el tercer poder del Estado, el poder judicial esta
dentro de un esquema distinto ya que su legitimidad no esta sostenida por el voto del
pueblo como los otros dos poderes, si no por el fiel cumplimiento del ejercicio de sus
7
funciones. El poder político es legitimo cuando es elegido conforme a las leyes del país
(Constitución).En países democráticos tiene como sustento la legitimidad otorgada por
el pueblo por medio del voto popular (Elecciones) .El poder político es abusivo
cuando se excede en el ejercicio de sus funciones, avanzado en materias que esta
dentro del ámbito de los otros poderes. (Intromisión de poderes).El poder político
es ilegitimo cuando utiliza mecanismos no autorizados por la leyes y se adueña del
poder gubernamental (Ejecutivo- legislativo) sin tener la legitimidad del pueblo,
otorgada por el voto popular.

Tipificación del estado

Aún no conocemos con exactitud el origen de la palabra Estado, desde el punto de vista
jurídico – político, pero si podemos afirmar que equivale a la Polis o ciudad –

1 Max Weber, Conceptos Básicos de Sociología (Por poder se entiende cada


oportunidad o posibilidad existente en una relación social que permite a un individuo
cumplir su propia voluntad.)

8
Estado de los griegos. No es sino hasta la Edad Media, cuando por primera vez surge el
nombre con Maquiavelo. Ahora podemos decir que el Estado es una
sociedad humana, asentada de manera permanente en el territorio que le corresponde,
sujeta a un poder soberano que crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la
sociedad estatal para obtener el bien público temporal de sus componentes.

Formación del estado

En la actualidad existe una multiplicidad de definiciones del concepto Estado. Sánchez


Agesta, señala que el concepto Estado puede ser observado desde tres perspectivas, las
mismas que han sido utilizadas de manera excluyente y omisiva entre sí en lo referente
a sus respectivos aportes doctrinarios: deontológica, sociológica y jurídica.

d) Perspectiva Deontológica: Radica en explicar la noción, estado en atención a los


fines o metas que éste persigue alcanzar, entre los cuales se puede mencionar la
libertad, el bienestar común, la seguridad, etc. Se considera, en gran medida,
la connotación de los fines y metas estatales como factores de cohesión y
criterios legitimadores para la existencia y pervivencia de una sociedad política.
e) Perspectiva Sociológica: radica en explicar la noción Estado en atención a las
propiedades y cualidades del tipo de poder de que goza y ejerce el Estado.
f) Perspectiva Jurídica: Radica en explicar la noción Estado en atención a la
función normativo compulsiva que necesaria e irremediablemente emana y
proyecta de su seno el Estado. Opinamos que estas perspectivas no son
totalmente excluyentes ni antagónicas entre sí, sino que, por el contrario, de
su fusión y complementariedad surgen las connotaciones y propiedades que dan
sentido a la noción Estado. En ese contexto, esta acepción alude a una sociedad
política autónoma y organizada para estructurar la convivencia que ejerce un
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poder soberano desde una titularidad abstracta y permanente, la cual,
para legitimar, establece un orden jurídico coactivo. El estado es una sociedad
política autónoma y organizada para estructurar la convivencia, en razón de
que se trata de un conjunto permanente de personas que se relacionan por
la necesidad de satisfacer imperativos a fines de supervivencia y progreso
común.

Validez y legitimidad del poder político

1
0
Poder sagrado: La primera forma de legitimación utilizada se basó en la
religión y la divinidad. El poderoso ya no lo era sólo porque podía ejercer violencia o
porque tenía un vínculo de temor que le asegurara esa posición.
Ahora el poderoso se instituía como un ser distinto, superior y ligado a los dioses. El

poder de origen divino era incontestable, a no ser por otro poder2 de igual estatus
o instituido por un dios diferente. A grandes rasgos este fue el desarrollo
esquemático hasta la Revolución Francesa.

Soberanía nacional: Las ideas que inspiraron la Revolución Francesa y sus resultados
negaron que el poder tenga origen divino y lograron darle vuelta al esquema
señalando que la fuente del poder no eran las características del poderoso sino
únicamente la voluntad de los súbditos que lo dejaban tener el poder. Esta idea llevó
al convencimiento de que el verdadero poder nacía de la masa de súbditos, el
pueblo, y este debía tener la capacidad de delegar tal poder en quien le placiera y
en las condiciones que considerase más apropiadas y durante el tiempo que creyera
conveniente.

¿Qué es el Poder?

1
Aún lo más complejo se vuelve simple
cuando se le aprecia con sencillez
Anónimo

Dr. Raúl Cisneros González.

Resumen:

De alguna u otra forma todas las personas estamos involucrados con


el poder, de hecho, muchos de nuestros actos o acciones se deben
a él. Todos aquellos involucrados con una organización forman
parte de su dinámica. Pero alguien, sin dudar o entrar en
apreciaciones empíricas, pude contestar a la pregunta: ¿qué es el
poder?. El propósito del presente artículo es brindar una simple
y llana respuesta a ésa incógnita, para ello se recurre al método
documental como forma de estructura teórica y profundizando en los
principales expositores del estudio del poder en su origen primario,
esto es, sin
sus derivaciones.

El Dr. Raúl Cisneros González, es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración


Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro en Administración por el

2
Instituto Politécnico Nacional y Dr. en Administración (Organizaciones) por la Universidad
Nacional Autónoma de México.

3
Pareciera fácil entrar de lleno a una definición de poder, pero proporcionar una acepción, por
simple que parezca, es en realidad difícil; de hecho, hay distinta bibliografía que se aboca a la
tarea de proporcionar un término; sin embargo, es precisamente en esta diversidad de fuentes
documentales donde primariamente se produce una confusión del constructo, que entorpece
el trabajo de dilucidar sobre un concepto específico y homogéneo. La diversidad de
definiciones resulta lógica porque los diferentes autores abordan, en el camino de sus
estudios, diferentes componentes y perspectivas del concepto con miras a acotar sus trabajos
de investigación, lo que les permite configurar, de acuerdo con sus propias necesidades
y razonamientos, el sentido y contenido del significado. Sin embargo, dicha dinámica ha
entorpecido el camino del esclarecimiento del término, por tanto, y con miras a acotar lo que
debe ser considerado como una definición de poder más a menos razonable, a continuación
se hace una breve revisión teórico conceptual que han proporcionado diferentes autores,
considerados como especialistas en la materia, para que a partir de sus respectivas
propuestas, se puedan encontrar elementos básicos y fundamentales que acoten el
significado del concepto, dejando de lado todas aquellas aproximaciones conceptuales
carentes de fundamento práctico. Sirva entonces este artículo para tratar de arrojar luz y
desenmarañar las imprecisiones que se han erigido en torno al concepto del poder.

4
Revisión Conceptual de Poder

A continuación se presenta una revisión conceptual desarrollada en torno a la definición del


poder.

Para Thomas Hobbes (1651) el poder es la gran fuerza que permite al hombre articular
intereses integrados y comunes que se formalizan en un contrato social. Conforme a su teoría
del contrato social los miembros de una sociedad utilizan al poder como forma de existencia
del Estado y de las organizaciones, mismo que aglutina la gran fuerza o poder individual de
los que se han apegado a ese contrato para conformar una gran fuerza o poder supremo que
permita salvaguardar la paz en la sociedad, dándole al Estado el nombre simbólico del
“Leviatán”.

Conforme a John Lock (1690) el poder es una condición de creación o conformación,


permanencia y supervivencia de una forma legítima que surge de la asociación de individuos.
Para Lock, el poder se circunscribe a límites concretos donde debe privar un orden e igualdad
para los miembros, sea este el gobierno civil o cualquier tipo se agrupación que tenga por
objetivo la relación social libre o soberana. La ejecución del poder puede utilizar la fuerza
siempre que se trate de ajustar o reajustar el comportamiento de los miembros de la
asociación, entendiéndose este como gobierno civil.

5
En J. Rousseau (1762), el poder es un medio en la realización dentro del valor significativo de
lo social, es decir de las relaciones sociales. Siempre interpretado como resultado de una
especie de convenio o contrato social. El poder, entonces, es el instrumento que vence
las

6
diferencias y hacer prevalecer los intereses generales sobre los individuales; es una condición
del contrato social, evitando la guerra de todos contra todos.

Friedrich Nitzsche 1 (1878) aborda la cuestión del pode desde el punto de vista de los valores
y del voluntarismo entre los miembros para garantizar condiciones de agrupaciones de
individuos que están asociados para alcanzar fines concretos o determinados. Atribuye al
poder la voluntad del ser, siendo esta el motor de todos los procesos de la sociedad, por tanto,
la sociedad debe conducirse a alcanzar el poder como forma de existencia y permanencia
social, de no ser así se perdería la connotación del ser para ser simples “trabajadores dóciles”
(moral de esclavos). Solo el poder constituye el motor para integración racional y la
trascendencia histórica, por tanto el poder es la expresión del proceso de vida organizada.

Max Weber (1915) define al poder como, la probabilidad de imponer la propia voluntad
dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento
de esa probabilidad. En este sentido ha habido muchas interpretaciones en torno a la
argumentación de “imponer la propia voluntad”, de hecho muchos autores han cometido el
error de asociarlo con cuestiones personales, pero no se ha presentado lo relativo a la
completa definición que antepone el elemento de relación social, esto es a la conducta plural
entre miembros. La relación social quiere decir que los miembros que han decidido integrarse
para conformar relaciones de grupo también tienen que actuar socialmente, lo que implica
que deberán dejar de lado sus individualidades y apegarse a la conducta que se ha establecido,
mismas que se apegan a un orden legítimo con normas precisas como guía del
comportamiento y con límites o fronteras de ámbito. Con lo anterior Weber atribuye al poder

7
1 Citado por Annabelle Hoffs, “El poder del poder”, p. 22.

8
la sujeción a un orden legítimamente establecido que garantice la conducta conforme a reglas
pactadas. También se encuentra el hecho de que para Weber, de acuerdo con sus categorías
sociológicas, las relaciones sociales consisten sola y exclusivamente en la conformación de
una determinada conducta social reciproca que regule las relaciones entre los miembros, por
ello, el poder es la probabilidad de hacer obligatoria el tipo de conducta que deben observar
los miembros de la relación social.

En este sentido y de acuerdo con Michel Focuault (1971), Weber nunca planteó al poder en
sentido personal ni en la capacidad de la imposición forzada como enajenación o explotación
puesto que esto iría en contra de sus categorías sociológicas, más bien, habla de probabilidad
por el hecho de que esto no es siempre necesario porque los miembros pueden o no cumplir
el código de comportamiento y que se ajusta a las necesidades sociales de acuerdo con el
orden legítimo que ha sido establecido y que se hará con validez para el establecimiento de
las normas que deberán cumplir sus miembros, el poder es una forma de ejecución de la
legitimidad que ha sido convenida para todos los integrantes de una organización conforme
al pacto de los interesados y en el otorgamiento por una autoridad considerada como
legítima, por tanto. El poder no tiene como función esencial decir no, prohibir y castigar, sino
ligar su espiral indefinida: la coerción, el placer y la verdad; al mismo tiempo el poder implica
un contra-poder (p.1). Entonces, el poder es entonces una forma de exigencia de los
compromisos de relación social pactados y será ejecutado por el orden administrativo pues
este regulará la acción de la asociación.

En el orden administrativo se incluyen las normas que pretenden valer tanto para la conducta
del cuadro administrativo como para la de sus miembros “frente a la asociación”, con ello

9
deja claro que el poder esta perfectamente acotado a parámetros de control y que el poder
no es libre ni que puede ser enajenado o vulnerado por los responsables de la ejecución
(cuadro administrativo) ni por los miembros de una organización.

2
Con Parsons (1953) el poder es visto como la capacidad real de una unidad del sistema social
para efectuar sus intereses, dentro del contexto de la acción recíproca entre sistemas, y,
en

este sentido, ejercer fuerza sobre los procesos que se dan en el


sistema.

En las principales obras abocadas al estudio del poder Michael Foucault3 hace un
replanteamiento profundo y original a cuestionamientos relacionados con el saber y el poder.
Para ello evidencia la falta de validez y sustento del método que se ha empleado para
esclarecer de fondo el origen y sentido de estos dos elementos. Por tanto, el trabajo
de Foucault es una manera de interrogar sobre éstos aspectos.

Para el esclarecimiento del tema del poder, propone y desarrolla el método genealógico que
básicamente trata de plantear preguntas y compararlas con la verdad en los hechos reales
para encontrar en estos el verdadero origen del fenómeno. Para este autor, el poder no tiene
un origen político, ni jurídico, sino social; pues designa relaciones entre parejas, por ello
delineó una noción de poder que no hizo exclusiva referencia al gubernativo ni al Estado
Nación, sino que considerara la multiplicidad de poderes que se ejercen en la esfera
social, los cuales
pueden definirse como poder social.
10
2 Citado por Girola Lidia, “Las instituciones y el problema del poder en la obra de Talcott

Parsons”, p.
42.
3 Entre las obras mas importantes de este autor y que se relacionan con el análisis del

poder se encuentran: El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica;


Vigilar y castigar:
nacimiento de la prisión; Microfísica del Poder; Un diálogo sobre el poder y otras
conversaciones; Respuesta al círculo de epistemología.

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Desde dicha perspectiva el poder en Foucault debe ser entendido como una tecnología o
mecanismo que trasciende la tradicional esfera de la política y que cubre y se ramifica a través
de toda la realidad social, es, en cierto sentido, la génesis misma de los valioso, los valores
son constituidos y sacralizados en los marcos de ciertos discursos como mayores o menores
posibilidades de arraigo cultural y con abiertos y sutiles mecanismos de poder que les permite
su institucionalización. La importancia y la paradoja del poder radican en concebirlo como
algo normal y necesario sin que en el fondo se cuestionen sus fundamentos y sus funciones
de control y sus métodos.

A Foucault no le interesa la existencia de un contenido de lo valioso que esté más allá de las
reales estructuras del poder “sino el modo de existencia de los acontecimientos discursivos en
una cultura” que permitiría poner de manifiesto “el conjunto de condiciones que rigen, en un
momento dado y en una sociedad determinada, la aparición de los enunciados, su
conservación, el papel que desempeñan, el juego de valores o de sacralizaciones de que están
afectados, la manera en que están investidos en prácticas o en conductas, los principios según
los cuales circulan, son reprimidos, olvidados, destruidos o reactivados. En resumen, se
trataría del discurso en el sistema de su institucionalización” (1970). Desde esta perspectiva
nunca se debe perder de vista que el poder es detentado por una clase dominante definida
por sus intereses, entonces el diseño de las organizaciones se ajusta al tipo de clase que posee
el poder. El poder va producir, en este caso una conducta estandarizada entre miembros de
una organización. El poder es un elemento de las estructuras organizacionales porque por
medio de él todo se va normalizar conforme a los propietarios de su ejercicio.

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A través del poder, un determinado discurso se instaura como verdad. Y esta verdad es,
aunque Foucault no lo dice, de naturaleza axiológica ya que, siendo un resultado del propio
poder, su misión fundamental es la legitimización y reproducción del mismo. En otras
palabras, la delimitación de estas verdades, se produce no sólo por su nivel de adecuación a
acierto contenido objetivo que las trasciende sino por su imposición al cuerpo social a través
de las múltiples formas de poder y como un complemento imprescindible para el
funcionamiento de éste. Lo importante aquí es que esa verdad sea aceptada por la sociedad
que se instruya como verdad científica, que funcione como factor legitimador del poder.
Conforme a Foucault no interesa “la participación entre lo que, en un discurso, evidencia la
cientificidad y la verdad y lo que evidencia otra cosa, sino ver históricamente cómo se
producen los efectos de verdad en el interior de los discursos que no son en sí mismos ni
verdaderos ni falsos” (1971). Bajo el aspecto objetivo, universal, completamente
desinteresado del conocimiento, el poder-saber producen un discurso, una moralidad,
un sistema de valores, cuyo destino es el poder mismo y la normalización de una
conducta acorde a aquél. Es así como se excluye científicamente lo anormal.

El sistema penal es la forma en la que el poder en tanto que poder se muestra del modo más
manifiesto. Meter a alguien la prisión, mantenerlo en la prisión, privarle de alimento, de calor,
impedirle salir, entre otros, es la manifestación de poder más delirante que el ser humano se
pueda imaginar.

La prisión es el único lugar donde el poder puede manifestarse en su desnudez, en sus


dimensiones más excesivas, y justificarse como poder normal. “Tengo razón en castigar,
puesto que tú sabes que está mal robar, matar…”. Esto es lo fascinante de las prisiones; por

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una vez el poder no se oculta, no se enmascara, se muestra como feroz tiranía en los más
ínfimos detalles, cínicamente, y al mismo tiempo es puro, está estrechamente justificado
puesto que puede formularse enteramente en el interior de una moral que enmarca su
ejercicio: su bruta tiranía aparece entonces como dominación serena del bien sobre el mal,
del orden sobre el desorden (1963).
Por otra parte, el nacimiento de las clínicas permite analizar los mecanismos de dominación
y

de ejercicio del poder, toda vez que las clínicas son el claro ejemplo de como las formas
institucionales imprimen los principios conductuales de los miembros en una organización y,
por ende, en una sociedad. El poder imperante en las clínicas permite comprender la sumisión
de las organizaciones y de la sociedad a marcos normativos clasistas, y dominantes,
presentados como verdades con principios de cientificidad. En las clínicas, el poder está
representado como prohibición y apegado a la ley, esta última como forma y el sexo como
materia de lo prohibido. (1975)

Hannan Arendt (1974), dice que el poder corresponde a la aptitud humana no sólo de actuar,
sino de actuar de manera concertada. El poder no es nunca la propiedad de un individuo;
pertenece a un grupo y existe sólo mientras permanece unido el grupo. Cuando se dice que
alguien está ‘en el poder’, se refiere a que efectivamente a que tiene poderes de un cierto
número de personas para que actúe en su nombre. En el momento en el que desaparece el
grupo que dio origen al poder en un principio, el poder se desvanece igualmente, esto es ‘sin
pueblo o grupo no hay poder’.

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Talcott Parsons4 (1980) tiende a hacer hincapié en el contrato social y la sanción: el poder
es la capacidad generalizada para asegurar la ejecución de obligaciones ligadas en unidades
en un sistema de organización colectiva, en el que las obligaciones se legitiman con referencia
a su importancia para las metas colectivas, y en el cual, en caso de obstinada oposición, se
presume que se obligará a su cumplimiento por medio de sanciones circunstanciales
negativas, cualquiera que sea en agente verdadero que imponga tal cumplimiento.

Con Abraham Zaleznick5 (1980) el poder es la capacidad de controlar a los miembros de una
organización, lo que proporciona la base para la dirección de las organizaciones y el logro de

metas sociales. El poder implica dominio, sumisión y hasta imposición.

John P. Kotter (1982) define al poder como una medida del potencial que tiene una persona
como representante de la naturaleza de una organización para que sus miembros hagan lo
que deseen que hagan para ajustar su conducta a las normas y a los roles organizacionales.

Conforme a J. Kenneth Galbraith (1984, p. 20), basándose en la propuesta de Max Weber, el


poder es la posibilidad de imponer la propia voluntad al comportamiento de otras personas.
Cuanto mayor es la posibilidad para imponer esa voluntad y lograr el designio pretendido,
mayor es el poder. Por tener un significado común y elemental es por lo que el poder
se utiliza tan frecuentemente con tan escasa necesidad aparente de definición. La finalidad
del
poder es la ejecución del poder mismo.

15
4 Citado por Annabelle Hoffs, Op. cit., p. 20.

5 Citado por John P. Kotter, “El poder gerencial”, p. 1.

16
Con esta perspectiva, Galbraith establece que la importancia del poder radica en el hecho de
lograr la sumisión del individuo para restringir su conducta a la estructura formal conforme a
los parámetros estructurales de la organización. La sumisión refleja una forma de
comportamiento adecuada, honorable, aceptada o decente.

Annabelle Hoffs (1986) concibe al poder como la acción de afectar, cambiar o influir en otras
personas en sentido del cumplimiento normativo de la organización. Por tanto, el poder
considera el status, la autoridad, la jerarquía y el prestigio porque para volverse un “poder
real” depende de la fortaleza organizacional que los miembros le imprimen, además que suele
basarse en el reconocimiento y derecho institucional de que el poder de la organización se
posee genuinamente.

Acotación del Término

Al integrar los elementos distintivos observados en esta breve pero importante revisión
teórica, es posible acotar una definición de poder, misma que sirve de base para contestar a
la incógnita: ¿qué es el poder?:

El poder es la: fuerza, medio, valor, imposición, derecho, capacidad, medida, acción,
relación o condición, de una organización para lograr o alcanzar las oportunidades que brinda
el marco institucional en el que se sustentan sus intereses (alcanzar metas, evitar

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entorpecimientos indeseables, imponer el respeto a la autoridad, controlar las posesiones),
en este sentido, el poder puede ejercer influencia sobre los procesos para normar y regular la
convivencia conjunta entre sus miembros, de forma que se evite la desintegración de sus

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componentes y se desvirtúe el sentido de la oportunidad en que se fundamenta la razón de
ser de su existencia social.

Al considera la definición anterior, hay un conjunto de aspectos relevantes que tienen que
ser puntualizados y relacionados con el entendimiento del poder:

1. Al considerar tanto la perspectiva de los teóricos clásicos como los de los representantes
de la teoría organizacional, es innegable que el poder tiene un origen racional tendiente a
lograr la existencia, coexistencia y supervivencia de las sociedades, entendiendo a éstas
como grupos organizados. Se trata de un poder que tiene su origen en la sociedad, por
ello, la perspectiva del objeto del poder debe ser visualizado como antagónico, porque por
una parte el poder debe ser valorado como positivo o propositito; bajo esta acepción, el
poder permite a la organización la interrelación de los miembros garantizando que la
división del trabajo se apegue al orden legítimo y que se aboque a la realización de los
propósitos, sean vistos éstos como fines, metas, objetivos o productos concretos; por otro
lado, la valoración negativa está relacionado con la acción del dominio, del uso de la
fuerza e influencia para lograr un ajuste en el comportamiento de sus miembros; este tipo
de poder tiene por fin la protección de intereses organizacionales o de la clase que posee
el poder. La valoración negativa debe ser considerada como la respuesta organizacional a
las formas informales; es decir, los elementos no reconocidos e ilegítimos.

2. El poder no tiene como función esencial decir no, prohibir y castigar, sino ligar a los
individuos según la espiral de la coerción, el placer o la verdad, por ello el poder puede

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implicar un contra-poder. La forma de análisis del poder en sus dos valoraciones
puede ser encontrada por medio del análisis de las estructuras organizacionales.

3. El poder dentro de las organizaciones debe ser entendido como el elemento articulador,
vinculador, de enlace y represor del comportamiento humano, apegado al marco
institucional como límite estructural, con forme a ello se permite distinguir lo legítimo y
lo ilegítimo en las actitudes y comportamiento de sus miembros.

4. El poder no es una condición libre o sujeta al deseo individual, por el contrario siempre
está sometido a un marco institucional y a una estructura, entiendo a ésta última como
sociedad, estado, organización, grupo o clase que los detenta y ejercita.

5. El poder es impersonal, no es nunca la propiedad de un individuo; pertenece a un grupo


y existe sólo mientras permanece unido el grupo. Sin embargo, para representar los
intereses de las relaciones sociales requiere del hombre para su simbolización, sin que ello
implique que el poder está a merced de los intereses personales de su representante. Para
evitar altercados en cuanto al ejercicio del poder, este se circunscribe a una estructura que
representa los límites del orden legítimo y del ámbito de influencia de normas de acción
grupal.

6. Para comprender la forma de ejercicio del poder en las organizaciones, es necesario


compenetrarse con los marcos institucionales, que al mismo tiempo determinan el diseño
estructural de las organizaciones.

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En resumen, el poder es en sentido estricto, un término profundo; no significa mera violencia;
verbigracia, en el empleo de la fuerza; es un término propio de toda organización, por tanto,
tiene vinculación trascendental tanto para su teoría organizacional como para la
administrativa. El poder es una relación asimétrica, porque el poder siempre se ejerce sobre
alguien, y alguien siempre lo detenta con algún objetivo específico. Para hablar de las
implicaciones del poder es menester conocerlo con racionalidad y dejar de lado el vacío y las
mal interpretaciones que han sido alimentadas por ideas carentes de fondo y validez,
provocando con ello un improperio sobre su verdadero significado.

En consecuencia una apreciación más formal del poder requiere de la comprensión de su


naturaleza y de su finalidad como condición de equilibrio entre las fuerzas inmersas en las
relaciones sociales.

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2 JEAN-WILLIAM LAPIERRE: El poder político es una función social que consiste
en tomar decisiones soberanamente para el conjunto de la sociedad global y de asegurar
su ejecución por medio de la autoridad legítima y la supremacía de la fuerza pública.

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