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FACULTAD DE TEOLOGÍA

PASTORAL PARA LA CRIANZA DE LOS HIJOS: UN ENFOQUE PAULINO.

PROFESOR: ESTEBAN PARI MOLLO.

EN CUMPLIMIENTO PARCIAL DE LOS REQUISITOS DE LA ASIGNATURA

ASESORAMIENTO DE FAMILIA

POR

ALILIA SANCHEZ

MARZO 01, 2018

SANTA ANA DE CORO, VENEZUELA


ESPACIO DESTINADO PARA NOTAS Y COMENTARIOS DEL PROFESOR

ii
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................... 1

CAPÍTULO 1 .................................................................................................................................. 4

HERRAMIENTAS PARA LA CRIANZA DE LOS HIJOS .......................................................... 4

El amor .................................................................................................................................. 5

La Disciplina y corrección..................................................................................................... 6

Enseñar .................................................................................................................................. 7

Ser ejemplo ............................................................................................................................ 8

CAPÍTULO 2 ................................................................................................................................ 11

ENFOQUE PAULINO DE LA CRIANZA DE LOS HIJOS ....................................................... 11

Criarlos en disciplina y amonestación ................................................................................. 11

Autoridad parental ............................................................................................................... 13

Servicio al señor .................................................................................................................. 14

CONCLUSION ............................................................................................................................. 17

BIBLIOGRAFÍA ...........................................................................Error! Bookmark not defined.

iii
INTRODUCCIÓN

La mayoría de padres y madres se esfuerzan por trasmitir buenas enseñanzas a sus hijos.

Quizás muchos no saben cómo hacerlo, pero tienen casi siempre la intención de incidir

positivamente en su proceso formativo. Los padres procuran, desde las etapas más tempranas de

sus hijos, enseñarles buenos hábitos, conductas y comportamientos, así como trasmitirles

conocimientos y valores que consideran necesarios para sus vidas presentes y futuras. Esta

característica fundamental en padres responsables, se constituye, además, en una de las funciones

indispensables e insustituibles de la familia, por lo que adquiere una relevancia fundamental para

la sociedad.

El libro de Deuteronomio afirma con claridad que a los niños se les debe enseñar los

caminos de Dios. “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las

repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al

acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6,7). El libro de los Proverbios es un

compendio de la sabiduría del pueblo de Dios. Uno de sus puntos de enfoque más firmes es la

familia y la crianza de los hijos en la fe. “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo

no se apartará de él”. (Proverbios 22:6)

Pablo nos habla de la necesidad de continuidad en la educación y la disciplina de nuestros

hijos: “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela

Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también (2 Timoteo 1:5). La Biblia enseña

1
2

que los padres tienen la responsabilidad de criar y disciplinar a sus hijos, de tal modo que

crezcan conociendo las Escrituras y honrando a Dios.

La transmisión de enseñanzas, hábitos y valores se realiza mayormente a través del

diálogo con los hijos. En efecto, una frecuente y adecuada comunicación entre padres e hijos

hace posible que los aprendizajes se consoliden en el transcurrir del tiempo. Por eso es que los

padres se esfuerzan constantemente en decirles a sus hijos cómo debe actuar, comportarse, hablar

y decidir basándose en los principios morales y bíblicos. Los padres cristianos en general utilizan

mucho el recurso bíblico para enseñar valores, así como para advertir consecuencias y

disposiciones disciplinarias, con el fin de afirmar o llamar la atención. El uso del diálogo es un

conveniente aliado de los padres en el proceso formativo y educativo de sus hijos.

Basado en lo antes expuesto se presenta a continuación una monografía referida a “la

pastoral para la crianza de los hijos siguiendo el enfoque paulino”. Esta monografía tiene como

objetivo describir la importancia del modelo pastoral para la crianza de los hijos siguiendo el

enfoque paulino y se justifica ya que tiene como propósito proveer a los padres las herramientas

que a la luz de la biblia que son necesaria para la crianza de los hijos tomando como referencia

las enseñanzas del apóstol Pablo en esta área. Visto de esa manera, se presenta como hipótesis

de investigación que la formación de una pastoral, basada en el enfoque paulino, contribuiría a la

crianza de los hijos en la actualidad.

Esta monografía, se circunscribe a un tipo de investigación documental, a través de la

cual se observa y reflexiona automáticamente sobre realidades, usando para ello diferentes tipos

de documentos; indagando, interpretando, presentando datos e informaciones sobre el un tema

determinado, en este caso, concerniente al estudio del modelo pastoral para la crianza de los

hijos, siguiendo el enfoque paulino.


3

Igualmente, se desarrollará el tópico, haciendo un abordaje basado en libros,

investigaciones, fuentes electrónicas y otras, a fin de obtener las evidencias contundentes para

hacer un análisis detallado y objetivo de la temática en cuestión, aplicada a la iglesia cristiana

evangélica actual. Finalmente, se hará un replanteo de todos los aspectos desarrollados,

evidenciados a través de las conclusiones.


CAPÍTULO 1

HERRAMIENTAS PARA LA CRIANZA DE LOS HIJOS

Los padres tienen la responsabilidad indelegable de criar a sus hijos. Esta función les ha

sido conferida por Dios a ellos. No es una tarea para los abuelos y otros familiares, ni para la

domestica, la escuela o el estado. Es un deber y un privilegio de los padres.

La influencia de la crianza permea en muchos sectores de la sociedad. Sin embargo,

cuando los padres no tienen las habilidades y la confianza para criar a sus hijos de manera

efectiva, se incrementa el riesgo de que los niños desarrollen problemas sociales, emocionales y

de salud que tendrán un impacto mayor en su vida más adelante. Al compartir sobre la familia

no se puede dejar de dedicarle un tiempo a la responsabilidad que Dios pone sobre los hombros

de los padres de coadyuvar en la formación de una nueva generación que habrá de administrar el

mundo.

La naturaleza de los hijos, al igual que la de todos los descendientes de Adán, es

pecaminosa e inclinada a hacer lo malo, y exige corrección (Proverbios 29:15; Proverbios 23:13-

14). Por otra parte, la responsabilidad que Dios ha colocado sobre los padres al bendecirlos con

hijos demanda que los corrijan (Hebreos 12:6-8). Y finalmente el amor que los padres tienen

hacia sus hijos exige que le apliquen corrección, y ese mismo amor debe constreñirles a

disciplinarlos (Proverbios 13:24). Es por ello que la presente investigación, se estructurará

atendiendo al tópico mencionado, iniciando con la descripción de las herramientas para la

crianza de los hijos.

4
5

El amor

“Las necesidades de amor de un hijo tienen que ser cubiertas a fin de que este pueda ser

mejor, pues tienen una suerte de tanque de amor que debe ser llenado incondicionalmente por los

padres”1 Cuando se habla de amor, se refiere a la cantidad de actos cotidianos en los que se

deberá tener en cuenta los sentimientos y necesidades del otro. El amor se da en la interacción y

crece cuando se comienza a entender, reconocer y aceptar la existencia de los demás. Solo

cuando una persona es capaz de salir de sí misma para ponerse en el lugar del otro, su capacidad

de amar podrá expandirse y crecer dentro del valor del amor.

Es normal que en la vida de cada familia se presenten situaciones inesperadas y a veces

poco agradables en las que se ponen a prueba el amor, la paciencia, la tolerancia y la capacidad

de autocontrol de cada uno de sus miembros.

El amor de los padres ayuda a los niños a aceptar los valores y las reglas de su hogar. Una

familia unida en el amor permite que los niños encuentren en ella personas con las que pueda

identificarse, ejemplos para imitar, y valores y tradiciones familiares; aprenden a aferrarse a un

sistema de apoyo al cual recurrir en los momentos de necesidad.

El Salmo 127:3 declara, “Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son

una recompensa.”2 Los niños son, ante todo, una recompensa—una bendición. Para todos los

padres es fácil ver a sus hijos como bendiciones cuando son pequeños. Pero la Biblia dice que a

medida que crecen (y más allá de esa fase adorable) se debe seguir atesorándolos, aun y cuando

no es tan fácil.

1
Chapman, Gary. Los cinco lenguajes del amor de los niños. (Miami: Spanish House, 2013).
6

Atesorar a los hijos significa que no se debe ser padres con crueldad, sobre-corrección o

disciplina excesivamente dura. Tal tratamiento puede causar que nuestros hijos se vuelvan

amargados y resentidos. Colosenses 3:21 nos alienta, “Padres, no exasperen a sus hijos, no sea

que se desanimen.” Como padres, es nuestro trabajo asegurarnos que nuestros hijos se sientan

apoyados y amados.

El cariño no solo debe ser demostrado, sino expresado con palabras. Las palabras de

afirmación son parte importante para la personalidad de un hijo. Sin importar la edad que tengan,

las palabras de los padres tienen un impacto directo en la identidad y la estima de los hijos. En

este sentido, todos los hijos deben ser tratados de la misma forma, con el mismo cuidado y amor.

Los hijos son verdaderamente dones maravillosos de Dios. Los padres tienen la

responsabilidad de criarlos en la disciplina y amonestación del Señor, lo cual significa que

necesitan criarlos según los principios que él prescribe (según su voluntad). La base de la

disciplina es el amor. Lo que daña a un niño no es el “exceso disciplina”, sino el que no se sienta

amado. El objetivo de toda disciplina es llevar a nuestros hijos a una relación de subordinación a

la autoridad de Dios, pone de manifiesto el amor. Dios es amor, por lo tanto, poner a los hijos en

contacto con Dios, implica disciplinarlos y tratarlos con amor.

La Disciplina y corrección

“Todo el arte de ejercer disciplina consiste en reconocer constantemente a esa otra

personalidad. Debe, por así decirlo, ponerse en su lugar y, con auténtica simpatía y amor y
7

entendimiento, tratar de ayudarle.”2 De acuerdo con la Biblia, es bueno que el niño cuente con

restricciones y una apropiada disciplina y corrección, que contribuya a su sano desarrollo y

bienestar. “No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá.”3

(Proverbios 23:13-14) Hay también otros versos que apoyan la corrección física (Proverbios

13:24, 22:5, 20:30). La Biblia habla enfáticamente de la importancia de la disciplina; es algo que

todos debemos tener para ser personas productivas y es mucho más fácil aprenderlo mientras aún

somos pequeños. Los niños que no son disciplinados, crecen en rebelión, no tienen respeto por la

autoridad, y como obvio resultado, no estarán dispuestos a obedecer y seguir a Dios. Él utiliza la

disciplina para corregirnos y guiarnos por el camino correcto; así como para llevarnos al

arrepentimiento de nuestras acciones (Salmo 94:12; Proverbios 1:7, 6:23, 12:1, 13:1, 15:5; Isaías

38:16; Hebreos 12:9) Estos son sólo algunos de los versos que hablan sobre lo bueno de la

disciplina.

Enseñar

La enseñanza de valores y conductas es otro ingrediente esencial en la crianza de los

hijos. Dios enfatiza esta responsabilidad que recae sobre los padres: “Y estas palabras que yo te

mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu

casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”4 (Deuteronomio 6:6-7).

Esto no se refiere únicamente a la enseñanza de tipo formal, como la impartida por los

colegios, aunque tal tipo de instrucción es apropiada. La instrucción de Dios se refiere al

2
Baxter, Richard y Lloyd-Jones Martín. El Hogar y La Crianza de los Hijos.
http://www.elcaminoangosto.com/uploads/2/7/5/5/2755694/el_hogar.pdf
3
Santa Biblia RV
4
Santa Biblia RV
8

aprendizaje y aplicaciones prácticas del camino de Dios mientras disfrutamos de las actividades

de la vida diaria. Los padres tienen la responsabilidad de enseñarles a sus hijos a amar al Señor

con todo su corazón. Han de enseñar el temor del Señor, una total devoción amorosa y sumisa a

Él. Por consiguiente, los padres deben enseñarles a sus hijos todo el consejo de Dios.

Los hijos deben ser aconsejados, enseñados e instruidos por los padres. El rey Salomón

decía “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios

22:6). Los principios bíblicos, la educación, el respeto y la moral deben ser aprendidos

primeramente en el hogar. Las iglesias y las escuelas solo fortalecen lo que los hijos aprenden en

casa.

El tipo de enseñanza que Dios ordena requiere mucho más que la asistencia semanal a los

servicios religiosos. Debe practicarse de manera diaria y regular. Estas instrucciones deben

convertirse en una forma de vida. “Sobre los padres… recae la mayor responsabilidad de enseñar

a los niños”5

Ser ejemplo

Los padres, aunque en ocasiones no se den cuenta, dan ejemplo a sus hijos todos los días

con su conducta. El ejemplo es uno de los mejores instrumentos con que cuentan los padres para

ejercer la tarea profunda y compleja de educar. La ejemplaridad de las acciones tiene gran

impacto en el niño, especialmente en la forma de organizar la realidad y en el acercamiento a los

otros y a cuanto lo rodea.

5
Hoff, Pablo. El pastor como consejero. (Miami: Vida, 1990). 113
9

Los niños rápidamente perciben si sus padres practican o no lo que enseñan. Por esta

razón, el ejemplo de los padres es el mejor maestro de todos. Los padres deben practicar lo que

enseñan. Nada puede ser menos efectivo que un padre que corrige a su hijo por usar un lenguaje

soez cuando él también lo usa. ¿Cómo puede un padre enseñar responsabilidad si sus propias

acciones son irresponsables y causan malos ratos a la familia?

El ejemplo de los padres influye de gran manera en los hijos. Ellos captan rápidamente

las inconsistencias. Evalúan cuán justos pueden ser, la cantidad de información que buscan antes

de tomar una decisión, la forma en que tratan a sus amigos, lo respetuosos o corteses que son con

otros. Los padres deben observan con mucha atención si viven de acuerdo a lo que dicen,

especialmente si critican a otros respecto a esos mismos temas. “Nadie puede tener una

influencia positiva más fuerte o duradera en la vida de un hijo, que un padre espiritualmente

firme”6.

La Biblia alienta a los padres a modelar para sus hijos todo lo que les enseñan.

Esencialmente, como dice el viejo adagio, tenemos que practicar lo que predicamos. El libro de

Tito 2:7–8. explica lo que los cristianos deben hacer: “Con tus buenas obras, dales tú mismo

ejemplo en todo. Cuando enseñes, hazlo con integridad y seriedad, y con un mensaje sano e

intachable.”

Si no actuamos de la manera en la que queremos que nuestros hijos actúen, nuestras

palabras serán inútiles. Los niños se convierten en lo que ven, así que debemos demostrarles en

qué queremos que se conviertan. Si los padres quieren que sus hijos vivan una vida de acuerdo a

los preceptos bíblicos, ellos debes hacerlo primero.

6
MacArthur, John. Sé el papá que tus hijos necesitan. (Editorial Portavoz.: Grand Rapids, Michigan 49505
USA.1997), 10
10
CAPÍTULO 2

ENFOQUE PAULINO DE LA CRIANZA DE LOS HIJOS

El Apóstol Pablo desafía a los padres de familia a considerar que la crianza de los hijos

va más allá de un ciclo natural por el que todos pasan, sino más bien, es un privilegio de Dios. Es

por esto que el desafío paulino va dirigido tanto a padres como a hijos—aunque debe ser

evidente que la responsabilidad formativa recae sobre los padres y que son estos los que, con su

ejemplo y enseñanza, facilitarán una reacción de sus hijos que agrade a Dios

No hace falta decir que la paternidad es una enorme responsabilidad, y hay que alegrarse

por cada palabra que existe en la Biblia para mostrar cómo se debe ser padres. A continuación,

se revisan algunas de los principios que dejo el apóstol Pablo en su carta a los Efesios para

instruir a los padres.

Criarlos en disciplina y amonestación

La palabra en el original aquí traducida "disciplina" significa "disciplina, instrucción,

castigo" – En efecto, la palabra significa "dar nutrición, adiestrar, disciplinar y educar". Esto es

lo que el término abarca; y lo que los padres (incluyendo a las madres también), son exhortados a

hacer, criarlos, criar sus hijos bajo la amonestación del Señor, bajo Su nutrición, educación,

disciplina y admonición.

Cuando en sus epístolas el Apóstol Pablo instruye a los padres sobre su rol como padres,

es bastante escueto, pero muy directo. Hay solamente dos versículos que tratan sobre el asunto.

Efesios 6:4: Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y

11
12

amonestación del Señor». Colosenses 3:21: Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se

desalienten ¿Cuál es el objetivo y propósito al disciplinar a los hijos? ¿Qué es lo que se intenta

conseguir? En Efesios 6:4 Pablo nos habla del motivo más positivo que tiene los padres para

disciplinar a sus hijos: Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en

disciplina y amonestación del Señor. Mientras la primera parte de Efesios 6: 4 advierte a los

padres de no ser rudos y opresores, la segunda parte de la exhortación les recuerda su

responsabilidad de criarlos en la disciplina y exhortaciones e instrucciones del Señor. Estas

cautelas contra el otro extremo de ser demasiado condescendiente con los hijos, y dejarlos actuar

como les plazca deben tenerse en cuenta. Los padres son responsables de instruir a los hijos en

los caminos del Señor, nutriendo sus corazones con la preciosa palabra de Dios e imprimir sobre

sus conciencias la disciplina y exhortaciones del Señor “Cuando diriges, corriges o disciplinas,

no estás actuando por tu propia voluntad, sino que estás actuando de parte de Dios.”7 Esto

implica enseñarles los pasos en que el Señor quiere que andemos y disciplinándolos para la

obediencia a los mandamientos del Señor y de sus padres.

El pasaje de Efesios 6:4 nos menciona 2 aspectos importantes en la crianza de los hijos:

una actitud correcta y un fundamento correcto. 1) Una actitud correcta: Una atmósfera permeada

con crítica destructiva, condenas, falsas expectativas, sarcasmo, intimidación y temor,

“provocará a ira al niño”, por el contrario, actitudes que alimenten una atmósfera rica en ternura,

entusiasmo, afecto y amor, redundará en una sana enseñanza para el niño. 2) Un fundamento

correcto: “... criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Todos los actos paternales de guía

y disciplina deben ser regidos por este texto. Esto significa que los padres son responsables de

criarlos en la instrucción y amonestación del Señor; en un contexto regido por preceptos y

7
Tripp, Tedd. Cómo pastorear el corazón de tu hijo. (Wapwallopen: Shepherd Press), 42
13

principios escriturales, con el objetivo de llevar a los hijos a una relación de subordinación al

Dios vivo.

Autoridad parental

Toda autoridad que se tiene como padres es una autoridad delegada por Dios para regir a

los hijos. Hay que partir de la base que la relación entre padres e hijos en edad de educar no es

una relación de igualdad, sino jerarquizada. Un padre es un adulto al que se le supone una

sabiduría que el hijo no tiene. Los niños, hasta la adolescencia, tienen una gran capacidad para

aprender datos y conocimientos, pero no tienen sentido común para afrontar muchas situaciones

de la vida diaria. Han de ser, los padres, quienes pongan los límites a su libertad individual para

protegerlo físicamente, ya que puede, por ejemplo, cruzar la calle impulsivamente sin reparar en

los carros que lo pueden herir o matar.

“El primer paso para disciplinar al niño es que los padres establezcan su autoridad. Es

necesario que el niño sepa desde su primera infancia que sus padres son más fuertes que él y que

no soportaran un desafío a la autoridad paterna”8 En algunos hogares los hijos parecen imponer

su voluntad sobre la de sus padres al punto de llegar a dirigirlos y manejarlos con facilidad. Esta

situación se caracteriza por padres que giran alrededor de sus hijos; les sirven la comida, les

limpian y lavan todo lo que ellos deben limpiar y lavar, e incluso en algunos casos, los padres les

temen, no les ponen límites y, como consecuencia, muchos hijos se vuelven egocentristas,

malcriados, agresivos y desobedientes.

8
Hoff, Pablo. El pastor como consejero. (Miami: Vida, 1990), 109
14

Los padres deben velar para que sus hijos sean obedientes, esforzados, educados,

responsables con sus tareas en casa, como limpiar, lavar, ordenar, etc.; es su responsabilidad

enseñarles a cumplir con horarios de estudio, dejarlos asumir las consecuencias de su

comportamiento y enseñarlos a mantener el respeto y el tono adecuado en el trato cotidiano o al

expresar disconformidad y enojo.

La clave para que un hogar camine en orden y funcione bien es que cada quien tome su

rol: el de papá, el padre; el de mamá, la madre; juntos asumiendo un papel de amor, autoridad y

formación. Así como el hijo, un rol de hijo que implica obediencia. Esa es la estructura sana, y

cada uno tiene la responsabilidad de cumplirla de forma firme y amorosa, sin desconectarse o

colocarse en el rol de otro miembro de la familia. “Como padre o madre, tienes la autoridad,

porque Dios te ha llamado a ser una autoridad en la vida de tu hijo. Por tanto, tienes la autoridad

de actuar como representante de Dios.”9

Servicio al señor

Los padres no pueden esperar que sus hijos lleguen a amar a Dios por casualidad. Más

bien, deben infundirles dicho amor en su corazón. Si no se conoce bien a una persona, es

imposible que se llegue a amarla o confiar en ella. Por eso, cuando el apóstol Pablo vio que los

cristianos de Filipos debían profundizar su amor a Jehová, les escribió: “Esto es lo que continúo

orando: que el amor de ustedes abunde todavía más y más con conocimiento exacto y pleno

discernimiento” (Filipenses 1:9). Los padres deben procurar que sus hijos conozcan a Dios

9
Tripp, Tedd. Cómo pastorear el corazón de tu hijo. 39
15

motivándolo a mantener una relación íntima con él y motivándolos a que participen en el

servicio a Dios en la iglesia y fuera de ella.

El trabajo de los padres cristianos es entrenar a sus hijos diligentemente (Dt. 6:4–9) para

que anden exclusivamente en el camino de Dios. Como “mayordomos” de los hijos, Dios ha

encargado a los padres con la responsabilidad de entrenar a cada uno para el llamado de Dios

para sus vidas. Los cristianos son llamados a criar hijos e hijas en su niñez (Jer. 1:5), su juventud

(1 Ti. 4:12), y encaminarlos hacia la adultez para vivir para la gloria de Dios y sus propósitos

eternos. “Sean nuestros hijos en su juventud como plantíos florecientes, nuestras hijas como

columnas de esquinas labradas como las de un palacio." Salmo 114: 12

Cuando se habla de servir a Dios muchas veces se puede caer en el error de que es una

actividad para adultos en la que los hijos difícilmente pueden participar. Sin embargo, en Josué

24:25 se puede leer “…pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor”. En la

familia, los hijos sean grandes o chicos, están llamados a servir a Dios. “Los niños deben

aprender que ellos han sido hechos por Dios. Tienen un deber para con El.”10

Al considerar el tema de la familia es bueno notar que Dios ha ordenado al esposo y

padre ser la cabeza de la familia, así como la cabeza de la esposa, y que un hombre y su casa

están vinculados. Cuando Dios estaba para destruir un mundo malo con un diluvio, dijo a Noé:

"Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación"

(Gén. 7:1). Cuando los padres pertenecen a Dios, sus hijos pertenecen a Dios también,

consecuentemente, son responsables de gobernar su casa para Dios y de instruir a sus hijos a

10
Tripp, Tedd. Cómo pastorear el corazón de tu hijo. 238
16

servirle a Él. Han de ser criados en el camino del Señor y ser dirigidos en los pasos de justicia en

separación del mundo


17

CONCLUSION

Los padres cristianos enfrentan la difícil tarea de criar a los hijos en un mundo

"políticamente correcto." En el pasado, los niños crecían en una sociedad que definía claramente

lo que era correcto y lo que era incorrecto. Los padres eran reconocidos como la figura principal

de autoridad en la vida de sus niños. Ahora, a medida que el mundo se ajusta, nuestros niños

reaccionan a una inmoralidad sin precedentes, a conceptos en contra de la familia, y en contra de

los padres, en las escuelas y en los medios de comunicación.

Es por ello que resulta necesario que los padres sigan los consejos y premisas que lo largo

de la Biblia se encuentran sobre la crianza de los hijos tales como la disciplina, el amor, el

ejemplo y la enseñanza los criaran de acuerdo a los estándares de Dios.

Al vivir una vida recta, los padres les proporcionan a sus hijos el entendimiento de cómo

las reglas de Dios gobiernan la vida. Luego, a medida que los hijos maduran, desarrollan el

hábito de hacer lo correcto, sirviendo a Dios tomando sus propias decisiones.

El apóstol Pablo desarrollo aspectos importantes sobre la crianza de los hijos en sus

epístolas. La disciplina y amonestación, la autoridad parental y el servicio al señor son elementos

necesarios que los padres deben inculcar a sus hijos para lograr que ellos puedan vivir en rectitud

en un mundo convulsionado por el pecado.

Los padres son animados a enseñar, corregir y disciplinar a sus hijos a través de una

disciplina cuidadosa y suave. La escritura nos dice que Dios disciplina a sus hijos (es decir, a

todos los creyentes) por amor: “Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te

desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que

recibe como hijo.”


18

Los padres deben seguir el ejemplo establecido por Dios el Padre, ya que la disciplina da

a los hijos un sentido de consistencia y una guía para el comportamiento correcto. Pero es

imposible exagerar la importancia de asegurarnos que al disciplinar a los hijos desde un lugar de

amor y nunca por ira. Los padres disciplinan a sus hijos para mejorar su calidad de vida a largo

plazo, no para ventilar sus emociones.


19

BIBLIOGRAFÍA

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LifeWay, 1992.

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Tripp, Tedd. Cómo pastorear el corazón de tu hijo. Wapwallopen: Shepherd Press.


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