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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS RELACIONES INTERIORES, JUSTICIA Y PAZ
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACIÓN CARABOBO
COORDINACIÓN DE CURSOS ESPECIALES
DIPLOMADO EN DOCENCIA EN SEGURIDAD CIUDADANA Y SERVICIO PENITENCIARIO

PROGRAMA DE FORMACIÓN DE CONTRALORAS Y CONTRALORES


SOCIALES EN MATERIA DE SEGURIDAD CIUDADANA DIRIGIDO A LA
COMUNIDAD UNIVERSITARIA DEL CENTRO DE FORMACIÓN
UNES CARABOBO
Trabajo Final del Diplomado en Docencia en Seguridad Ciudadana y Servicio Penitenciario

Autores:
Gómez, Marcos C.I. 11.345.488
Rodríguez, Dayorlis C.I. 16.449.133
Rojas, Xozy C.I. 7.138.777

Valencia, Mayo de 2018

1
ÍNDICE

RESUMEN............................................................................................................... 3

INTRODUCCIÓN..................................................................................................... 4

JUSTIFICACIÓN...................................................................................................... 6

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA….................................................................. 9

OBJETIVOS........................................................................................................... 14

EPÍGRAFES.......................................................................................................... 14

RECORRIDO METODOLÓGICO.......................................................................... 28

CONCLUSIONES.................................................................................................. 33

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...................................................................... 34

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LAS RELACIONES INTERIORES, JUSTICIA Y PAZ
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CENTRO DE FORMACIÓN CARABOBO
COORDINACIÓN DE CURSOS ESPECIALES
DIPLOMADO EN DOCENCIA EN SEGURIDAD CIUDADANA Y SERVICIO PENITENCIARIO

Autores: Gómez, Marcos C.I. 11.345.488


Rodríguez, Dayorlis C.I. 16.449.133
Rojas, Xozy C.I. 7.138.777
Fecha: Mayo, 2018

PROGRAMA DE FORMACIÓN DE CONTRALORAS Y CONTRALORES


SOCIALES EN MATERIA DE SEGURIDAD CIUDADANA DIRIGIDO A LA
COMUNIDAD UNIVERSITARIA DEL CENTRO DE FORMACIÓN
UNES CARABOBO

RESUMEN

En los últimos años se viene recuperando el papel del Estado en Venezuela, y a la


par, se viene desatando una ola participativa de la sociedad. Esta última requiere
de mayores niveles de eficacia y eficiencia para poder hacer realidad el modelo de
democracia participativa y protagónica. Es decir, se necesita que los ciudadanos y
ciudadanas de todo el país asuman su parte, su corresponsabilidad en la
construcción de la nación soberana. Dentro de este marco surge la Contraloría
Social como el mecanismo directo de participación que le facilita al ciudadano
realizar este control. Este estudio orientó su objetivo hacia la elaboración de un
Programa de Formación de Contraloras y Contralores Sociales en materia de
Seguridad Ciudadana dirigido a la Comunidad Universitaria del Centro de
Formación UNES Carabobo. Para ello se tomó información directa de los
miembros de la comunidad universitaria (discentes, docentes, personal directivo,
administrativo y obrero), quienes argumentan como debilidad la falta de
información y preparación de la comunidad para ejercer esta función contralora;
asimismo, un desconocimiento acerca de la base constitucional y legal que
soporta esta actividad. Desde esta perspectiva se elaboró el programa de
formación de contraloras y contralores sociales, el cual sintetiza todos los
aspectos que se deben considerar para cumplir con esta función, presentándola
de manera final en un compendio de estrategias de formación basadas en talleres
relacionados a las normativas y lineamientos que rigen la contraloría social,
proyectos comunitarios, herramientas contables y motivación al logro.

Descriptores: Contraloras/as Sociales, Seguridad Ciudadana, Comunidad


Universitaria, Normativas/Lineamientos, Proyectos Comunitarios.

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INTRODUCCIÓN

En la actualidad, en nuestro país se vienen gestando una serie de procesos


de cambios y de transformaciones, al que no escapan las organizaciones en sus
diferentes formas o modalidades, de tal manera que se hace necesario recordar
que el hombre es un ser gregario por naturaleza y que siempre ha buscado la
manera de asociarse u organizarse, bien sea en búsqueda de alcanzar sus
objetivos (individual o colectivamente), al igual que satisfacer sus necesidades.

En tal sentido, y debido a estos cambios y transformaciones, las


organizaciones se ven impactadas por una serie de factores políticos, económicos
y sociales que inciden directa o indirectamente sobre las mismas, bien sea de
manera positiva o negativamente. Es por ello que el presente proyecto persigue
plantear un programa de formación de contraloras y contralores sociales dirigido a
los miembros de la comunidad universitaria (discentes, docentes, personal
directivo, administrativo y obrero) del Centro de Formación UNES Carabobo, a fin
de fortalecer el proceso de contraloría social y de esta manera lograr minimizar las
fallas, debilidades o errores que impiden incrementar su desempeño y asegurar el
desarrollo y bienestar de la comunidad en mención.

Para lograr este objetivo, se pretende proveer del conocimiento necesario


en materia de contraloría social a la comunidad universitaria del Centro de
Formación UNES Carabobo. No obstante, se hace necesaria la revisión actual del
proceso de la instancia referida con respecto de la contraloría social, con el objeto
de hacer correctivos que permitan garantizar la eficiente gestión del control social
llevado a cabo por los representantes de las comunidades organizadas de la
sociedad civil, lo cual se considera de vital importancia por cuanto es la manera de
visualizar si los recursos económicos y financieros están siendo administrados de
forma transparente, eficaz y ajustado a derecho; para ello se formula la siguiente
interrogante: ¿Cuál es el nivel de conocimiento en materia de contraloría social
que poseen los miembros de la comunidad universitaria del Centro de Formación
UNES Carabobo?

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Durante la aproximación comunitaria realizada a la comunidad universitaria
de la precitada casa de estudios, se lograron observar fortalezas y debilidades,
que de acuerdo al perfil y conocimientos de formación académica de las personas
abordadas, se considera necesaria la aplicación de una entrevista estructurada y
utilizar la observación directa que permita diagnosticar y a la vez conocer las
debilidades en cuanto al funcionamiento operativo, técnico y administrativo, que
estuvieran relacionadas con la contraloría social.

En cuanto a los procesos de capacitación es importante señalar la prioridad


de crear espacios de capacitación en materia de contraloría social que permitan la
efectividad y calidad de las actividades que realizan los diferentes voceros de la
comunidad universitaria.

De igual manera, vincular la capacitación que conduzca a la superación y


crecimiento personal, para que de esta forma se manifieste el clima social
comunitario.

Asimismo, velar por la continuidad del proceso de capacitación en las áreas


de: resolución de conflictos, aspectos generales en procesos de administración, el
empresario y su empresa, los clientes y el mercado, costos de
producción/servicios, registros contables y autoestima/motivación al logro.

El propósito de este proyecto es proporcionar a las y los miembros de la


comunidad universitaria del Centro de Formación UNES Carabobo, los
conocimientos necesarios para activar mecanismos de contraloría social que
garanticen la efectiva supervisión, control y seguimiento de sus proyectos, sus
recursos financieros y todos sus procesos administrativos para la transparencia de
sus actividades o acciones competentes de conformidad con la ley que los regula.

Por último, es necesario señalar que en este trabajo de investigación se


presentan la justificación, el planteamiento del problema, los objetivos, los
epígrafes, así como aspectos particulares de la metodología, las conclusiones y
las referencias bibliográficas de la investigación.

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JUSTIFICACIÓN

La Gestión de Políticas Públicas se enfrenta a una realidad muy compleja,


cambiante y competitiva a la que sus representantes han de responder con gran
celeridad y flexibilidad. La globalización, la revolución tecnológica, el fenómeno de
aceleración de la historia y las interdependencias entre los distintos actores
políticos, sociales y económicos presentan nuevos desafíos y oportunidades que
demandan acciones innovadoras.

El control de la gestión pública requiere en tal sentido, transparencia del


gasto público, a partir de un esfuerzo generalizado para mejorar la cantidad,
calidad y oportunidad de la información fiscal y de las empresas públicas.

De conformidad con lo anterior, se considera relevante, a los efectos del


ejercicio de la gobernabilidad, la concreción de una gestión pública centrada en la
gente; es decir, que tome en cuenta necesidades, aspiraciones, propuestas,
proyectos y actividades de carácter administrativo o financiero que involucre y
tenga presente los intereses de la ciudadanía, para lo que se requiere una
enérgica contraloría social.

Desde esta perspectiva, la organización social debe brindar propuestas


orientadas a lograr la reforma del Estado, la democratización, su reforma
administrativa o elementos del gobierno participativo, por lo cual, la relación entre
la gestión pública y la corresponsabilidad social se enmarca como una concreción
de la participación que orienta la capacidad de decisión y respuesta de los
organismos públicos, pero basadas en el esfuerzo social y organizado de las
comunidades, sin sustituir las responsabilidades inherentes al sector público.

Es en este nuevo modelo de Estado y de Sociedad que exige al ciudadano


reivindicar sus derechos, pero como contrapartida, asumir deberes y
corresponsabilidades, que la presente investigación adquiere su importancia y
trascendencia.

6
La intervención, como participación ciudadana de los concejos comunales y
demás comunidades organizadas, donde las organizaciones se convierten en
sujeto de gestión clave de los procesos de transformación política, económica y
social, constituye una estrategia innovadora de gestión participativa de las
comunidades en los asuntos públicos, los cuales son de carácter vinculante en
todos sus ámbitos: ejecutivo, financiero y de control. Por consiguiente, se
considera importante está investigación, puesto que servirá como base para
mejorar el desempeño en materia de contraloría social llevada a cabo por los
diversos miembros de la comunidad universitaria del Centro de Formación UNES
Carabobo, para así poder desarrollar y ejecutar una serie de programas que
permitan promover la contraloría social y ésta se lleve a cabo de manera eficiente
y eficaz.

Esta investigación tiene beneficios sociales, tanto para los voceros de la


comunidad universitaria del Centro de Formación UNES Carabobo, como para el
Estado venezolano. En cuanto a la Línea de Investigación en donde se enmarca el
estudio se presenta la Primera Línea Matriz: Gestión Pública en Seguridad
Ciudadana y Sistema de Justicia Penal, Línea Potencial: Políticas públicas en
seguridad ciudadana: indicadores, mecanismos de control y monitoreo, ya que
entre los mismos deben existir estrechas relaciones y actuar bajo los principios de
corresponsabilidad y compromiso.

Es decir, el Estado, constitucionalmente, tiene el deber y el derecho de


promover la participación ciudadana y las diferentes formas de organización
comunitaria, además de velar y garantizar el fiel cumplimiento de los procesos de
capacitación en materia de Contraloría Social, para que de esta manera los
ciudadanos y ciudadanas jueguen un rol determinante en su comunidad.

En cuanto a la vinculación de la propuesta con el Plan Nacional Socialista


Simón Bolívar 2013 – 2019, ésta se asocia directamente con el Objetivo Histórico
Nº 2: Continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, en
Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con

7
ello asegurar la "mayor suma de seguridad social, mayor suma de estabilidad
política y la mayor suma de felicidad " para nuestro pueblo.

Por su parte, el Objetivo Estratégico al cual se relaciona la presente


investigación es el 2.5.5, el cual reza en su enunciado: Desplegar en sobre
marcha la Gran Misión ¡A Toda Vida! Venezuela concebida como una política
integral de seguridad ciudadana, con el fin de transformar los factores de carácter
estructural, situacional e institucional, generadores de la violencia y el delito, para
reducirlos, aumentando la convivencia solidaria y el disfrute del pueblo al libre y
seguro ejercicio de sus actividades familiares, comunales, sociales, formativas,
laborales, sindicales, económicas, culturales y recreacionales.

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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Durante la década de los 80, en Latinoamérica se comenzaron a gestar


serios debates acerca del tema de la participación ciudadana y el rol del Estado
para promoverla. Los planteamientos que justificaron las propuestas de reforma
del Estado se enmarcaron en la definición de políticas públicas orientadas a la
rearticulación de las relaciones entre el Estado y la sociedad civil, en la cual la
participación ciudadana se concibe como un medio para profundizar la
democracia.

Dicho proceso en Venezuela no logró consolidar, en la práctica, una real


participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, sino su colaboración en
la ejecución de algunas tareas o la prestación de un servicio. Este panorama
comienza a cambiar con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999), en la cual se fundamentan las políticas públicas sobre la participación
ciudadana en la gestión pública, con un rol preponderante del gobierno nacional
para su promoción.

Bajo esta perspectiva, los Concejos Comunales surgen en el año 2006, con
la finalidad de crear los espacios de participación, a fin de mejorar las condiciones
de vida mediante la autogestión de los servicios comunitarios, en los cuales, las
comunidades organizadas se convierten en sujetos corresponsables en dar
respuesta a las problemáticas de su realidad local en base a las demandas
sociales, ya que son conocedores directos de sus necesidades.

En este sentido, los esfuerzos necesarios para la gestión de resultados


favorables ya no corresponden de manera exclusiva al Estado, sino que de
acuerdo al nuevo orden jurídico, deben surgir del seno de las comunidades,
quienes deben asumir el protagonismo y la participación que la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), les contempla. Por lo que los
mecanismos de control social, participación y protagonismo deben estar

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enfocados en acciones enmarcadas en principios de gerencia, liderazgo y
administración eficiente de recursos.

En el artículo 6, se establece que el gobierno de la República Bolivariana de


Venezuela y de las entidades políticas que la componen, se establecen
características relevantes que lo destacan como: “democrático, participativo,
electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos
revocables” (Asamblea Nacional, 1999:6).

En lo que respecta a los artículos 51 y 52, ambos hacen referencia a la


necesidad y “derechos que tiene toda persona de representar o dirigir peticiones
ante cualquier autoridad, funcionario público o funcionaria pública” (Asamblea
Nacional, 1999: 16), es decir tiene derechos para acceder a la información y de
asociarse con fines lícitos.

Así mismo en el artículo 62 queda establecido como todos los “ciudadanos


y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos,
directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas” (Asamblea
Nacional, 1999: 18), varios artículos se detienen en un tipo de participación: el
control por los ciudadanos, particularmente en el derecho que tienen los
ciudadanos a ejercer control social en salud (artículo 84) y en la obligación que
tienen los Estados y Municipios de promover el control.

En el artículo 70, se expresan los medios de participación y protagonismo


del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos
públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del mandato, las
iniciativas legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la
asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter
vinculante, entre otros; y en lo social y económico: las instancias de atención
ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas
incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria
y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la
solidaridad.

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En el artículo 132, manifiesta que “toda persona tiene el deber de cumplir
sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y
comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como
fundamento de la convivencia democrática y de la paz social”. En síntesis, la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, incluye elementos que dan
cuenta sobre la participación que deben realizar las comunidades organizadas,
teniendo deberes y derechos, instancias y espacios participativos en los cuales se
convierten en sujetos responsables de involucrarse en la gestión pública, privada y
socio-comunitaria.

Se definen de manera constitucional elementos que crean condiciones


formales para sistematizar y dar contenido a la participación realizada por los
ciudadanos que la misma ayuda abrir posibilidades para la contraloría social en
Venezuela.

Son parte de las transformaciones formales socio-comunitarias que en


Venezuela tuvieron lugar a principios de esta década, y daba cuenta de un modelo
de desarrollo diferente en el que se consolida un proyecto de sociedad alternativo
al neoliberal, referido inversiones estatales en vivienda e infraestructura y la
promoción del poder popular mediante los consejos comunales, dando paso a un
nuevo modo de economía socio-comunitaria necesaria para el desarrollo nacional.

La Ley Orgánica de los Consejos Comunales (LOCC), con su entrada en


vigencia deroga la Ley de Los Consejos Comunales del 07 de abril de 2006, en el
artículo 2, se menciona que los consejos comunales “son una instancia
participativa y protagónica, para la integración entre los ciudadanos, ciudadanas y
las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que
permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa
de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades,
potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo
modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia social” (Asamblea
Nacional: 2009).

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Con la aprobación de esta ley, el concepto sobre control social es
redefinido, ya que en él se asienta el derecho ciudadano a controlar y fiscalizar, no
sólo la ejecución de obras por parte de los diferentes ámbitos de gobierno, sino a
ejercerla de igual manera en la ejecución de obras u acciones por parte del propio
consejo comunal, es decir, el derecho como ciudadanos de controlarse así mismo,
lo que de hecho amplia la noción de contraloría social, al definirla entonces como
la potestad que tiene el ciudadano de intervenir en la gestión pública, social y la
privada, mediante los mecanismos que crea necesarios, a esto se llamará
Contraloría Social.

Sin embargo, la realidad que evidencian muchas comunidades de


Venezuela es la dificultad que manifiestan sus integrantes para lo más elemental
en el quehacer comunitario, como lo es reunirse y comunicarse, lo cual puede
atribuirse al poco sentido de pertenencia, a la indiferencia y a la falta de valores
elementales del ser humano; tales como: la cooperación, la solidaridad,
responsabilidad, entre otros.

Por lo tanto, aún hace falta despertar en la población una conciencia


ciudadana que propicie la participación ciudadana activa, mucho más en
realidades como las que presentan algunas comunidades organizadas del estado
Carabobo, cuyas organizaciones e instituciones se encuentran conformadas por
ciudadanas y ciudadanos pertenecientes a sectores populares, quienes muchas
veces carecen de una sólida formación profesional en algunas áreas del
conocimiento, especialmente en la gerencia y administración, supervisión y control
eficiente de recursos.

No obstante, debido a la falta de cooperación, de información y de


corresponsabilidad de los miembros de la comunidad universitaria del Centro de
Formación UNES Carabobo, se ha escogido a esta institución de educación
superior como eje central de estudio para el desarrollo de este proyecto, a fin de
generar y aportar soluciones factibles surgidas del seno de la misma comunidad
que representan.

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Este diagnóstico permitió, luego de analizada la situación problemática,
presentar una propuesta denominada: “PROGRAMA DE FORMACIÓN DE
CONTRALORAS Y CONTRALORES SOCIALES EN MATERIA DE SEGURIDAD
CIUDADANA DIRIGIDO A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA DEL CENTRO DE
FORMACIÓN UNES CARABOBO”, la cual permitirá facilitar herramientas de
capacitación para los miembros de la referida institución en torno al control social
de los recursos que le son asignados por diversas vías de financiamiento.

Interrogantes de la Investigación

En correspondencia con lo antes expuesto, se desprenden las siguientes


interrogantes:

¿Cuál es la situación actual del proceso de control social que llevan a cabo los
miembros de la Unidad de Vinculación Social y Creación Intelectual del Centro de
Formación UNES Carabobo?

¿Qué conocimientos poseen los miembros de la comunidad universitaria del


Centro de Formación UNES Carabobo sobre las funciones que deben
desempeñar en materia de contraloría social?

¿Cuáles áreas de formación necesitan fortalecer los miembros de las vocerías de


las unidades de contraloría que hacen vida en el Centro de Formación UNES
Carabobo?

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OBJETIVOS

Objetivo General

Proponer un Programa de Formación de Contraloras y Contralores Sociales


en materia de seguridad ciudadana dirigido a la comunidad universitaria del Centro
de Formación UNES Carabobo.

Objetivos Específicos

1. Diagnosticar la situación actual del proceso de control social llevado


a cabo por los miembros de la Unidad de Vinculación Social y Creación Intelectual
del Centro de Formación UNES Carabobo.

2. Determinar los factores internos y externos que inciden en la gestión


del control social emprendida por los miembros de la Unidad de Vinculación Social
y Creación Intelectual y el resto de la comunidad universitaria del Centro de
Formación UNES Carabobo.

3. Formular estrategias de capacitación en materia de control social


para los miembros de la Unidad de Vinculación Social y Creación Intelectual y el
resto de la comunidad universitaria del Centro de Formación UNES Carabobo.

EPÍGRAFES

Contraloría Social: algunas definiciones

En principio, puede asumirse la noción de contraloría social presentada por


Cunill (2009), quien la define como “el conjunto de acciones y prácticas
fiscalizadoras y reguladoras llevadas a cabo autónomamente por la sociedad
sobre el ámbito de lo público, con el fin de que éste exprese en su actuación los
intereses públicos y aporte a la construcción de ciudadanía”. De forma similar,
Brito (2009) la define como el conjunto de acciones de control, vigilancia y

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evaluación que ejercen las comunidades, para lograr el cumplimiento de los
objetivos de los programas sociales y evitar que los recursos se desvíen hacia
otros intereses.

En este sentido, la contraloría social se manifiesta como una expresión de


la democracia participativa que permite la organización del pueblo y de los
vecinos, para ser protagonistas tanto en el control como seguimiento de la gestión
pública, logrando sus intereses colectivos.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la


contraloría social puede entenderse como el mecanismo que permite a los
ciudadanos ejercer su derecho de velar porque la administración pública del
Estado o entidades no estatales que manejan fondos públicos hagan una gestión
con total transparencia, para favorecer el desarrollo humano integral de las
personas de la comunidad y, en general, de la nación (PNUD, 2006). Esta
definición coincide con González (2012), quien afirma que el fin último de la
contraloría es asegurar la transparencia y proteger el bien común, como un
mecanismo de defensa de los derechos ciudadanos y de la propia sociedad civil
en función de proteger su calidad de vida.

Por su parte, Hevia (2007) entiende la contraloría social como un


subconjunto de lo que se conoce como mecanismos de participación ciudadana
para la rendición de cuentas, los cuales son esquemas de control no electoral de
las autoridades basados en acciones específicas de vigilancia por parte de la
ciudadanía a una acción de gobierno.

Considerando estas definiciones, se puede afirmar que la contraloría social


constituye una forma de participación por la cual los ciudadanos tienen el derecho
de controlar, vigilar y evaluar el funcionamiento de las distintas instancias del
Poder Público, la ejecución de los proyectos, la conducta de los funcionarios, etc.;
para lograr la efectividad, oportunidad, transparencia y calidad necesaria. Por
tanto, se le puede considerar como la operacionalización de los conceptos de

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participación y rendición de cuentas en las formas concretas que adquiere el
ejercicio de estos derechos y como una forma de ejercicio de los mismos.

Sin embargo, la contraloría social no debe limitarse a una acción netamente


preventiva o a una participación de baja intensidad donde los ciudadanos sean
solo vigilantes de que los programas, políticas y acciones se desarrollen conforme
a la norma, sino que debe servir como un mecanismo auxiliar de vigilancia para
resarcir las evidentes fallas de los sistemas formales de control (ineficiencia,
ineptitud, ineficacia, corrupción, clientelismo, entre otros) y asegurar de esa
manera el buen desarrollo de los programas de combate a la pobreza o de
provisión de servicios públicos (Llerenas, 2007).

En el caso de Venezuela, la necesidad de incluir a la ciudadanía tanto en el


control como en la vigilancia de los programas sociales no es reciente, siempre ha
tenido como principal motor el combate a la corrupción y a la discrecionalidad del
gobierno, proponiendo mecanismos para garantizar que la inversión pública se
realizara de manera transparente y eficiente en beneficio de los intereses de la
sociedad.

Según Pérez (2010), en Venezuela se inició el Programa de Contraloría


Social a partir de 1991 con el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), el
cual tenía la finalidad de que la ciudadanía beneficiaria participara en forma
organizada en la vigilancia y control de las obras y acciones realizadas con
recursos federales, y así contribuir a mejorar las condiciones de vida de la
población más necesitada.

En la actualidad, aun cuando la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela no establece explícitamente el concepto de contraloría social (en
algunos casos solo habla de control, control social o control de la gestión), la
legislación venezolana presenta numerosas leyes que permiten la creación de
estructuras para que la comunidad pueda participar en procesos de este tipo, tales
como: La Ley de los Consejos Locales de Planificación, La Ley Orgánica de los
Consejos Comunales, la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y

16
del Sistema Nacional de Control Fiscal, La Ley Orgánica del Poder Popular, La
Ley Orgánica de las Comunas y, por supuesto, la Ley Orgánica de Contraloría
Social, promulgada el 21 de diciembre del 2010, la cual señala que la “contraloría
social se ejerce, de manera individual o colectiva, en todas las actividades de la
vida social, y se integra de manera libre y voluntaria bajo la forma organizativa que
sus miembros decidan" (Asamblea Nacional, 2010).

Todas esas leyes buscan que los ciudadanos pueden tener una relación
directa con los gestores públicos y privados, determinando la corresponsabilidad
entre las entidades del Estado y el pueblo organizado de manera independiente,
facilitando el trabajo conjunto para atender problemas específicos que se
presentan en la gestión de las políticas públicas en las etapas de formación,
ejecución y control y que, por tanto, afectan a los ciudadanos (González, 2012).

Sin embargo, a pesar de las distintas formas de organización social


existentes para el control y vigilancia de las acciones gubernamentales (consejos
comunales, comunas, asociaciones de vecinos, mesas técnicas, consejos locales
de planificación pública, comités de salud, organizaciones comunitarias de
derechos humanos, ONG, gremios, sindicatos, entre otras), la participación de la
población en la formación, ejecución, seguimiento y control de la gestión pública
no ha sido efectiva, ya que depende en todo caso de la incorporación activa de las
personas en estas organizaciones y de los incentivos que el Estado y la sociedad
fijen para regular y disminuir los índices de corrupción.

Para el caso de los consejos comunales, señala Cardozo (2013), se ha


podido observar que hasta ahora persisten viejos prácticas inadecuadas o anti
valores y poca participación por parte de las comunidades, lo que no promueve el
control social. Esta situación debe llevar a una profunda reflexión en todos los
niveles, tanto del gobierno como de la propia sociedad organizada, acerca de la
efectividad de esas organizaciones.

Corresponde al Estado, entonces, la obligación de garantizar las


condiciones mínimas para que los ciudadanos y sus organizaciones puedan

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ejercer ese derecho sin trabas, permitiendo el acceso a la información sobre la
gestión de cada entidad oficial, y propiciando la profesionalización, capacitación y
adiestramiento de la burocracia pública para que contribuyan al desarrollo efectivo
de los mecanismos de control o auditoría social.

En consecuencia, es necesario proponer e implementar estructuras de


controlaría dirigidas por las propias comunidades, pero con personal técnico
calificado para dar respuestas a la población y, por ende, ayudar a la estabilidad
del sistema democrático, haciéndolo más participativo y protagónico. Dicha
participación puede corregir las fallas internas de control del aparato del Estado, y
contribuir a que la gestión gubernamental se realice en términos de transparencia,
eficacia y honradez.

Al garantizar el bienestar social a través de la optimización de los recursos


del Estado, evitar la corrupción y asegurar que las necesidades reales de las
comunidades sean tomadas en cuenta en la planificación y ejecución de los
planes, la contraloría social ayudaría a consolidar el sistema democrático,
incentivando la conciencia de participación ciudadana y fortaleciendo las
relaciones entre la sociedad y el Estado.

Rendición de Cuentas: la otra cara de la moneda

El término rendición de cuentas normalmente se asocia con las palabras


transparencia e información y, si bien, éstas son condiciones necesarias, no son
suficientes para que la rendición de cuentas exista. Por ello, es necesario
distinguir entre ambas nociones, ya que resulta erróneo equiparar una agenda de
transparencia y/o el acceso a la información con el ejercicio de la rendición de
cuentas (Peruzzoti, 2008).

La transparencia es el elemento que permite la exhibición de las decisiones


políticas con el objetivo de que los actores que las tomaron, puedan y deban
justificarlas para hacer frente a la sanción correspondiente (Schedler, 2004). No

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implica rendir cuentas sino colocar la información en el ámbito público para que los
interesados puedan tener acceso a ella y usarla para hacer evidentes las
ineficiencias públicas, cuando existan, y contribuir al cambio del comportamiento y
la reorientación de la conducta de los funcionarios.

Esa información debe ser suficiente para permitir hacer valer derechos,
monitorear el uso de los recursos públicos y denunciar su “mal” uso. En este
sentido, es importante mencionar que algunas de las deficiencias de la
información gubernamental han intentado disminuirse por medio de la
institucionalización de algunos mecanismos de participación ciudadana como la
Contraloría Social, la cual pretende aminorar los costos de su acceso y aplicar una
serie de estrategias que la hagan extensiva a un público cada vez más amplio.

Con respecto a la rendición de cuentas, señalan Schedler (2004) y Ugalde


(2002), es un término que traduce al español, aunque de manera inexacta, el
significado de la palabra anglosajona accountability, la cual en inglés significa el
estado de ser sujeto a la obligación de reportar, explicar o justificar algo, con un
claro sentido de obligación de los políticos y funcionarios de informar sobre sus
decisiones y de justificarlas en público; pero también incluye la capacidad, por
parte del actor que demanda cuentas, de aplicar sanciones a los funcionarios que
hayan incurrido en actos de ilegalidad o incumplido sus deberes públicos.

Según el primer autor, la sanción es una dimensión considerada elemento


crucial del hecho de rendir cuentas, porque no se puede hablar sobre
accountability si el actor que demanda o pide las cuentas y respuestas sobre el
uso eficiente de los recursos no tiene la capacidad organizacional e institucional
para generar o aplicar correcciones, sanciones, castigos a quienes han incurrido
en comportamientos inadecuados e ilegales que no tienen en cuenta los
intereses públicos. Es por esto que para Schedler (2004) la relación de
accountability nunca puede, ni debe, ser una relación entre iguales sino, por el
contrario, supone una relación asimétrica entre el poseedor de la autoridad y el
poder para demandar cuentas y el agente o individuo que está siendo controlado.

19
Para Ugalde (2002), la rendición de cuentas es la obligación permanente
que los gobernantes o mandatarios tiene de informar a sus mandantes todos los
actos que realizan en su función de delegados de autoridad que se realiza
mediante un contrato formal o informal, y que tiene sanciones en caso de
incumplimiento. Por tanto, ese proceso de dar cuentas, es elemento central de la
democracia representativa, “uno de los principales instrumentos para controlar el
abuso del poder y garantizar que los gobernantes cumplan su mandato con
transparencia, honestidad y eficacia” (Ugalde, 2002:7).

En ese contexto, para la rendición de cuentas el poder no puede, ni debe,


estar sujeto a un control absoluto en el sentido estricto de la palabra, ya que
solamente se puede alcanzar un control parcial o limitado sobre aquellos
decisores en el ámbito público, para lograr el buen ejercicio de la representación
política abarcando, de forma genérica, tres maneras diferentes para prevenir y
corregir abusos de poder (Schedler, 2004): información, que obliga al poder a
abrirse a la inspección pública; justificación, para forzarlo a explicar y justificar sus
actos; y castigo, que lo supedita a la amenaza de sanciones.

Thede (citado por Fernández, 2012), hace notar que más que tres maneras
diferentes de evitar los abusos de poder, son tres maneras complementarias que
se imprimen fuerza y “empoderamiento” mutuo, pues sin alguna de ellas la
rendición de cuentas quedaría como un acto de buena fe por parte de las
autoridades públicas para informar a sus gobernados de lo realizado, sin que
estos tuvieran la capacidad de obligarlos a responder por sus actos, someterlos a
una real sanción pública y asegurar institucionalmente que tales abusos, en caso
de haberse presentado, no vuelvan a repetirse.

Esos tres aspectos convierten a la rendición de cuentas en un concepto de


muchas dimensiones, multifacético, con varios términos afines como vigilancia,
auditoría, fiscalización o penalización, los cuales comparten la intención de
controlar el ejercicio del poder. Al contemplar acciones de transparencia,
intercambio de información, evaluación y control por parte de los beneficiarios para
con las políticas a las que tienen derecho, se considera que en la rendición de

20
cuentas están inmersos mecanismos de contraloría social en un sentido amplio;
por ello, solo cuando los ciudadanos pueden evaluar, verificar, juzgar o auditar de
forma colectiva la acción del gobierno, obtiene amplio sentido la acción
gubernamental de informar a la población y responsabilizarse por el uso que se
hace de los recursos públicos y las políticas adoptadas (Hevia, 2006).

En Venezuela, la rendición de cuentas se ha tratado tradicionalmente como


si fuese un acto de buena voluntad, una concesión formal del gobernante que
rinde cuentas por voluntad propia, no porque es necesario u obligatorio,
presentando un documento denominado “Memoria y Cuenta”, en el cual se expone
un recuento de actividades y obras realizadas durante el año, muchas veces sin
hilo conductor, coherencia, ni trascendencia. De esa forma, ella se convierte en un
sinónimo de transparencia o acceso a la información que no persigue el
descubrimiento de hechos irregulares, ni la detección de delitos o situaciones
parecidas, aun cuando pueda descubrirlos, ni establecer sanciones o castigos
sino, en el mejor de los casos, determinar que los procedimientos administrativos
de trabajo han sido cumplidos o desarrollados en forma correcta y de acuerdo a
las instrucciones o procedimientos establecidos por las leyes y normas.

Adicionalmente, cuando las organizaciones sociales y los medios de


comunicación realizan investigaciones, pronunciamientos y juicios dirigidos a
exhibir al servidor público que ha faltado a la honestidad, la libertad o la
transparencia, pocas veces se recibe algún castigo, multa o encarcelamiento. Por
el contrario, la autocensura y las amenazas a la libertad de expresión atentan
contra la rendición de cuentas, impidiendo que el ciudadano posea datos sobre la
actividad del representante, y puede llevar a cabo correctamente una evaluación
sobre ésta para emitir una recompensa o sanción (electoral o judicial) que permita
influir sus acciones e incentivarlo a no desviar la tarea representativa hacia la
promoción exclusiva de intereses particulares de naturaleza político-económica.

21
Diferentes Formas de Rendir Cuentas

Considerando la relación de poder según la imagen de jerarquía piramidal


que describe una relación entre superiores y subordinados, entre gobernantes y
gobernados, se puede considerar la existencia de una rendición de cuentas
horizontal y una vertical (O’Donnell, 1997). Sin embargo, ambas son
complementarias y las acciones de rendición de cuentas vertical pueden promover
en un periodo posterior la vigilancia horizontal, o viceversa.

a) Rendición de cuentas horizontal, o entre iguales: se refiere a las relaciones de


control entre las agencias gubernamentales o instancias estatales, lo
suficientemente autónomas, independientes, con autoridad legal y capacitadas
para desarrollar tareas de fiscalización y vigilancia de otros órganos estatales.
Debe realizarse en un esquema de división de poderes, en el que no prevalezca
ningún poder sobre otro, y sean lo suficientemente autónomos e independientes
para que puedan desarrollar la fiscalización o supervisión de otros órganos del
Estado (O’Donnell, 2004).

Por ello, el control interinstitucional suele reducirse a la división tradicional


de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, existiendo entre todos una relación de
supervisión y limitación, donde además de cumplir sus funciones propias (ejecutar
las leyes y llevar a cabo un programa de gobierno; crear y modificar las leyes, y
velar por la legalidad de los actos y el cumplimiento de las leyes,
respectivamente), tienen también la responsabilidad de fiscalizarse mutuamente y
rendirse cuentas entre sí, y frente a otras instituciones autónomas con base en el
principio de pesos y contrapesos.

Si algún poder público, de forma teórica o constitucional, “tuviera mayores


facultades para regular el ejercicio de los otros poderes, el principio de pesos y
contrapesos se debilitaría y la rendición de cuentas horizontal sería unidireccional,
terminando por facilitar la arbitrariedad y la discrecionalidad del poder más fuerte,
lo mismo tratándose del Ejecutivo que del Legislativo” o Judicial (Sánchez, 2007).

22
En Venezuela es conocido el caso del ex presidente Carlos Andrés Pérez,
el cual, en ese proceso de rendición de cuentas y control horizontal, fue destituido
por el Fiscal General de la República, quien le abrió un expediente administrativo
debido al mal manejo de recursos públicos. Sin embargo, en la actualidad se
cuestiona la independencia de los poderes y el uso de estos controles como
mecanismo de inhabilitación política y retaliación sólo a los adversarios políticos.

Adicionalmente, en muchas oportunidades se responde a los reclamos de


rendición de cuentas con medidas que simplemente mejoran la transparencia del
poder o de las agencias públicas, entendidas solo como un proceso de
transmisión unilateral de información desde la agencia al público, que no genera
ninguna posibilidad de interacción entre estos. Si no existe independencia de los
poderes y un sistema efectivo de contrapesos al ejercicio del poder estatal se
agudiza el problema de la corrupción, la cual está estrechamente ligada a la falta
de transparencia y la ausencia de responsabilidad por parte de la autoridad
(Sánchez, 2007).

Entonces, para asegurar la transparencia, responsabilidad y legalidad en


las acciones de gobierno es necesaria la rendición de cuentas horizontal y la
vigilancia del uso de los recursos públicos (ya sean económicos, materiales o
humanos), evaluando las acciones de gobierno y considerando su racionalidad y
apego a la ley.

b) Rendición de cuentas vertical: se refiere a la posibilidad de control de la


sociedad hacia el Estado, indicando una relación entre desiguales, donde un
controlador externo (la sociedad civil, la prensa o el electorado) busca fiscalizar el
comportamiento del Poder Público. Se basa en el derecho de libertad de expresión
y asociación que permite a los ciudadanos organizarse para defender sus ideas,
actividades e intereses frente a las acciones gubernamentales e impugnar las
decisiones, así como promover el cambio político como sanción, o la aprobación o
calificación como estímulo positivo. Según Schedler (2004), en este tipo de
rendición de cuentas existe una relación entre principales (votantes) y agentes
(representantes), la cual, en una forma de gobierno democrático encuentra

23
expresiones tangibles en los controles electorales (rendición de cuentas electoral)
y societales (rendición de cuentas social).

La primera se refiere a las elecciones como mecanismo para estimular la


responsabilidad de los gobiernos, utilizando el recurso de elegir razonablemente
limpias y libres para que los ciudadanos puedan recompensar o sancionar a los
representantes votando a favor o en contra de ellos. Sin embargo, es posible que
la ciudadanía tienda a usar el voto para elegir mejores representantes, no para
castigar a quienes no lo son; o vote por un candidato diferente a pesar de que el
representante no haya tenido un mal desempeño, lo que de entrada anula a la
sanción como opción del votante porque no hay situación que le dé pie y crea
escepticismo en cuanto a la efectividad de la rendición de cuentas electoral.

En la segunda, señalan Perruzzoti y Smulovitz (2002), la acción de control y


exigencia de responsabilidad se ejerce a través de diferentes grupos de la
sociedad civil y los medios de comunicación, o incluso individuos; con el propósito
de dar a conocer los errores gubernamentales, introducir nuevos temas en la
agenda pública o activar las agencias de rendición de cuentas horizontal. Para
ello, son necesarias la libertad de opinión y de asociación, así como el acceso a
fuentes de información razonablemente variadas para articular las demandas a las
autoridades públicas y, eventualmente, accionar de forma institucional (a través de
demandas o reclamos legales) o no (por medio de movilizaciones sociales o
denuncias mediáticas).

Sin embargo, este tipo de rendición de cuentas tampoco funciona cuando


existe un sentimiento generalizado de que el gobierno está incurriendo en
prácticas corruptas y los medios de información los exponen a la luz pública,
mencionando a los presuntos responsables y dando detalles que consideran
pertinentes, pero no reciben respuestas y, más bien, el gobierno tiende a crear un
ambiente de animosidad y rechazo hacia los medios de comunicación.

24
En ese contexto en el que la rendición de cuentas electoral funciona de manera
bastante deficiente y la societal tiene sus debilidades, es necesario fortalecer e
interrelacionar los mecanismos de rendición de cuentas vertical y horizontal, para
lograr el funcionamiento del régimen democrático, ya que una sociedad alerta,
razonablemente organizada, con medios de comunicación que no se inhiben de
señalar casos de trasgresión o de corrupción proporcionan información crucial,
apoyos e incentivos políticos para las dificultosas batallas que las agencias de
rendición cuentas horizontal pueden emprender contra poderosos transgresores o
corruptos (O’Donnell, 2004).

La Contraloría Social y La Rendición de Cuentas Vertical: simbiosis


necesaria

En la actualidad, la Rendición de Cuentas tiene un alcance diferente que


impone la necesidad de una apertura de los gerentes y funcionarios públicos hacia
los ciudadanos, contribuyentes, entidades públicas y privadas que realizan
aportes, destinatarios de bienes y servicios; y todas aquellas instancias que
representen la soberanía popular. Frente a ellos, deben asumir una cultura de
Rendición de Cuentas, caracterizada por presentar información transparente,
cualitativamente diferente a la tradicional, oportuna en el tiempo, relevante y
sometida a controles externos e independientes, veraces y adecuados, para tomar
las decisiones que correspondan.

Por tanto, el control social obliga cada día a los funcionarios públicos a
cumplir con su obligación de rendir cuentas a la sociedad, como desafío de la
gobernabilidad democrática; que, más que un valor, es un meta-valor que debe
guiar los gobiernos de este tipo. Esas afirmaciones señalan a la Contraloría Social
como una dimensión importante que impulsa la rendición de cuentas.

Tal como afirma Hevia (2007:16), “la Contraloría Social promueve un tipo de
rendición de cuentas esencialmente vertical, puesto que son los ciudadanos
quienes controlan las acciones de gobierno y el desempeño de los funcionarios”,

25
permitiendo afianzar la democracia. Según este autor, la contraloría social se
refiere a un conjunto de acciones donde participa la ciudadanía, están
institucionalizadas en las leyes, reglamentos o reglas de operación, y se orientan a
la rendición de cuentas.

Sin embargo, la factibilidad y éxito de los mecanismos de rendición de


cuentas se encuentran encadenados a la existencia, disponibilidad, acceso y uso
de información pública conducente a una efectiva contraloría social, que permita
emitir observaciones y presentar quejas o denuncias que puedan ser retomadas
para el diseño de informes, rediseño de programas y servicios y, finalmente,
sancionar a los responsables del manejo irregular de recursos.

Por tanto, la preservación de la legalidad y el correcto funcionamiento de la


representación política dependen en gran medida de la presencia y explotación de
los mecanismos de rendición de cuentas vertical y, éstos, del acceso de sus
protagonistas a la información pública. Ello implica, que el libre acceso a la misma
estimula la construcción de barreras al abuso y la discrecionalidad del gobierno y
de contrapesos ciudadanos al poder de los representantes, tal como lo afirman
López y Merino (2009).

Al respecto, Sánchez (2007) afirma que cualquier tipo de organización,


tiene la obligación de darles explicaciones a todos los miembros de la sociedad
acerca de las acciones realizadas y, por tanto, aceptar las responsabilidades que
se deriven de las mismas. Por tanto, se requiere mejorar los mecanismos de
consulta y diálogo, tanto proporcionando información como creando estímulos y
oportunidades que permitan la participación activa de las comunidades en la
definición de políticas públicas.

En Venezuela, la rendición de cuentas solo posee, en primera instancia,


sanciones morales o simbólicas, dado que los informes de gobierno anuales
constituyen más un acto protocolar de rendir cuentas al poder legislativo, que poco
tiene que ver con una democrática relación entre poderes, de pesos y
contrapesos, de castigos y recompensas donde se tomen en cuenta a los

26
ciudadanos, por lo que se requiere otro tipo de rendición de cuentas efectiva. Más
aún, cuando en los últimos años no ha existido la pluralidad ni la alternancia
política del gobierno central que pueda transformar a la rendición de cuentas
electoral en un mecanismo efectivo para lograr gobiernos eficaces y eficientes.

Sin embargo, es necesario señalar que la democracia electoral por sí sola


no garantiza que los gobernantes electos por el voto popular o los representantes
de las comunidades, sean responsables y rindan cuentas de sus actos una vez en
el cargo, a menos que se cuente con instituciones que los obliguen a ello. Por
tanto, es necesaria la rendición de cuentas vertical que estimule el voto castigo de
los electores, así como la labor de las agrupaciones ciudadanas y de los medios
de comunicación como instrumentos que complementan la rendición de cuentas
societal, para lograr el propósito de que el gobierno rinda cuentas.

Para ello, en ámbitos de participación ciudadana como los consejos


comunales, se requiere conformar instituciones modernas y eficaces de
fiscalización y de rendición de cuentas vertical para asegurar que los recursos se
destinen al logro de los objetivos previstos y no se despilfarren, contribuyendo a la
eliminación de espacios para el dispendio y la corrupción.

Al respecto, afirma Cruz (2008) que la lucha contra la corrupción es una


tarea que le compete principalmente a los órganos de control de tipo
parlamentario, fiscal o Ministerio Público, el Defensor del Pueblo, los jueces, los
otros elementos que componen el Sistema Nacional de Control, los medios de
comunicación y los ciudadanos. Por tanto, la Contraloría Social solo constituiría un
tipo de control externo, que puede subsanar, en algunos casos, las debilidades de
los mecanismos formales de control.

En resumen, ella puede servir como un instrumento efectivo de rendición


social de cuentas vertical, siempre y cuando genere espacios para que los
servidores públicos se hagan responsables de sus acciones ante los beneficiarios;
pueda prevenir problemas de corrupción, clientelismo, ineficacia, ineptitud e
ineficiencia que se asocian con las medidas de política; brinde oportunidades para

27
que las comunidades puedan influir tanto en las decisiones como en acciones que
las afectan y las empodere frente al proveedor de servicios; contribuya a potenciar
las capacidades de los individuos en otros espacios de lo público y, finalmente,
permita generar confianza como requisito para lograr la corresponsabilidad de los
ciudadanos en el logro de una política pública efectiva (Llerenas 2007).

RECORRIDO METODOLÓGICO

Resulta relevante destacar algunos puntos importantes que beneficiaran el


desarrollo de este estudio. En este sentido, se menciona un marco metodológico,
el cual, según Balestrini (2002), lo define como “la instancia referida a los
métodos, las diversas reglas, registros, técnicas y protocolos con los cuales una
teoría y su método calculan las magnitudes de lo real.” (p.80). Para efectos de
este estudio, se hace necesario señalar una serie de aspectos que conciernen con
el marco metodológico.

En este orden de ideas, inicialmente se especifica que se trata de una


investigación cualitativa, la cual, según Knapp (1986), puntualiza las actitudes con
que debe proceder el investigador cualitativo:

1. Un enfoque inicial exploratorio y de apertura mental ante el problema a


investigar.
2. Una participación intensa del investigador en el medio social a estudiar.
3. Uso de técnicas múltiples e intensivas de investigación con énfasis en la
observación participativa y en la entrevista con informadores clave. Un esfuerzo
explícito para comprender los eventos con el significado que tienen para quienes
están en ese medio social.
4. Un marco interpretativo que destaca el papel importante del conjunto de
variables en su contexto natural para la determinación de la conducta, y que pone
énfasis en la interrelación global y ecológica de la conducta y de los eventos
dentro de un sistema funcional.
5. Resultados escritos en los que se interpretan los eventos de acuerdo con
los criterios señalados y se describe la situación con riqueza de detalles y tan
vívidamente que el lector pueda tener una vivencia profunda de lo que es esa
realidad.
28
Se puede afirmar que el paradigma cualitativo considera todos los
escenarios y todas las personas como parte de una investigación, el investigador
intenta captar los datos y percepciones de los autores a través de un proceso de
profunda atención y de la comprensión empática. La investigación cualitativa es
inductiva, dialéctica, sistemática y rigurosa que estudia el fenómeno desde un
entorno real, tratando de comprender a las personas desde ellas mismas y
estableciendo procesos sociales que permitan comprender la realidad, así como
también busca soluciones o alternativas para mejorar la situación.

En el transitar de esta investigación se debe comenzar por identificar qué


tipo de investigación se va a emplear, es por esto que Balestrini (2002), dice que
“tipo de estudio que se tratara y se incorporara en un sistema de investigación
apropiado para cumplir con la finalidad del estudio.” (p.40).

En concordancia con esta idea y al planteamiento del problema, esta


investigación está definida como una Investigación-Acción Participativa, por ser su
metodología que busca la solución de un fenómeno simultáneamente así como
también integra los sujetos como coinvestigadores. En el sentido, Martínez (2002)
la define como:

Es un trabajo fundamentalmente educativo orientado hacia la


acción, en este sentido la educación se entiende aquí no como
transmisión didáctica de conocimiento sino como el aprender
por la búsqueda de realidades más cercanas y con el fin de
solucionar un problema o varios y reorientar nuestra acción y
nuestra vida.
En la Investigación-Acción Participativa, su finalidad es mejorar el proceso
educativo, a través de cambios o propuestas que se introducen en la práctica.
Este es el propósito de esta investigación mediante un proceso participativo y de
acción transformar una realidad social que afecta el bienestar de todos como
ciudadanos de este modo se pretende recopilar información sobre el proceso
formativo en Investigación e Innovación de los y las estudiantes del Técnico
Superior Universitario en Servicio de Policía, empleando una serie de métodos e

29
instrumentos que ayudarán a la búsqueda de resultados óptimos que permitan
mejorar las estrategias andragógicas aplicadas en este sentido.

Según Martínez, M. (2000), la investigación-acción realiza simultáneamente


la expansión del conocimiento científico y la solución de un problema, mientras
aumenta, igualmente, la competencia de sus respectivos participantes (sujetos
coinvestigadores) al ser llevada a cabo en colaboración, en una situación concreta
y usando la realimentación de la información en un proceso cíclico.

PRESENTACIÓN DE LA PROPUESTA

PROGRAMA DE FORMACIÓN DE CONTRALORAS Y CONTRALORES


SOCIALES EN MATERIA DE SEGURIDAD CIUDADANA DIRIGIDO A LA
COMUNIDAD UNIVERSITARIA DEL CENTRO DE FORMACIÓN UNES
CARABOBO

Objetivos de la propuesta:

Objetivo General:
Formar a los miembros de las unidades de contraloría social de la
comunidad universitaria del Centro de Formación UNES Carabobo, en las áreas
que les permitan ejercer las funciones asignadas.

Objetivos Específicos:
 Desarrollar en los miembros de las unidades contraloras, habilidades
contables, de planificación y presupuestarias.
 Permitir a los miembros de la comunidad universitaria, el manejo de las
técnicas específicas para el ejercicio eficaz de sus funciones.
 Proporcionar a estas voceras y voceros las bases metodológicas e
instrumentales para el diseño y formulación de proyectos comunitarios.

30
Plan de Acción.

Taller Nº 1: Normativa y Lineamientos que rigen la contraloría social.

Ponente: Abogado Julio Herrera.


Contenido Estrategia Tiempo Materiales
Hojas blancas
Lápices
Definición de
Bolígrafos
Concejo Comunal.
Regla
Objeto y principio. Pregunta
Marcadores
Función de la Generadora
Pliego de papel
Contraloría Social. Trabajo en Una Sesión
Bond
Gestión y pequeños grupos De 8: 30 am
Material impreso
Administración en Plenaria a 12:30 pm
(Ley de Concejos
los Concejos Elaboración de Rota
Comunales y
Comunales. folios
Extractos de la
Normativa Vigente.
Constitución)
Lineamientos.
Proyector
laptop

Lugar: Instalaciones de la UNES – Centro de Formación Carabobo.

Taller Nº 2: Proyectos Comunitarios.

Ponente: Abogado Jegnny Márquez.


Contenido Estrategia Tiempo Materiales
Definición de
Proyecto
Lógica de Proyectos
Análisis de los
Hojas blancas
elementos
Lluvia de ideas Lápices
involucrados en los
Proyección de Bolígrafos
proyectos
Documental Regla
Proyecto como
Cine foro Marcadores
instrumento de Dos Sesiones
Discusión en Pliego de papel Bond
Cambio De 8:30 am
pequeños grupos Material impreso
Perfil de un Proyecto a 11:30 am
Plenaria (Guía de Elaboración
Aspectos generales
Elaboración de Mapa de Proyectos
en la formulación de
de conceptos Comunitarios)
un proyecto
Elaboración de Guía Proyector
Elaboración de
laptop
proyectos
Seguimiento y control
de Proyectos
Gerencia de

31
proyectos

Lugar: Instalaciones de la UNES – Centro de Formación Carabobo.

Taller Nº 3: Herramientas Contables.

Ponente: Licdo. Radamés Guédez.


Contenido Estrategia Tiempo Materiales
Principios generales
de la contabilidad
Métodos y técnicas
para llevar la El Encadenado Globos
contabilidad Stop Tijeras
Procedimientos de Reloj de Actividades Revistas viejas
Una Sesión
operaciones contables Trabajo en pequeños Pegamento blanco
De 8:30am
Presupuesto grupos Lamina de papel bond
a 5:00 pm.
participativo Plenaria Marcadores
Pasos de la Elaboración de Mapa Tizas de colores
planificación Mental Proyector y laptop
Rendición de cuentas
Inspección de
contraloría social

Lugar: Instalaciones de la UNES – Centro de Formación Carabobo.

Taller Nº 4: Motivación al Logro.

Ponentes: Licda. Carmen Leal.


Contenido Estrategia Tiempo Materiales
Motivación
Participación
Globos
Diferencias entre Una Sesión
Tijeras
ambas definiciones Dinámica De 8.00am
Revistas viejas
Autoestima Visualización a
Pegamento blanco
Modelo de Exposición de video 4.00pm
Lamina de papel
Responsabilidad Enredados Incluye receso de
bond
Relaciones Ese cuerpo una hora para
Marcadores
Relaciones El Ganador almuerzo y quince
Tizas de colores
Personales minutos para el té
Proyector y laptop
Reactividad
Pro actividad

Lugar: Instalaciones de la UNES – Centro de Formación Carabobo.

32
CONCLUSIONES

Las conclusiones de la investigación tienen como objetivo permitir una


visión total de los resultados obtenidos y en tal sentido, se presentan las
alcanzadas en este estudio.

En cuanto al diagnóstico, se constató que la mayoría de los miembros de la


comunidad universitaria del Centro de Formación UNES Carabobo, poseen poca
experiencia en el ámbito de la gestión de políticas públicas, aproximadamente un
35% de ellos ha laborado la administración pública y ninguno ha realizado labores
de fiscalización y control, en cuanto a la edad oscilan entre 18 y 65 años y en su
mayoría son bachilleres, además de estudios de 4to. nivel (maestrías y
especializaciones), en un porcentaje muy bajo (apenas 5%).

Las respuestas de los sujetos encuestados a las preguntas formuladas por


los investigadores indican que hay una significativa ausencia de conocimientos
respecto a la gestión de políticas públicas como herramienta para el
fortalecimiento de la contraloría social, llegando en algunos casos al
desconocimiento de las funciones que le son inherentes al cargo.

Es por ello que se deben realizar distintas formas de capacitación, que


ayuden a entender y ampliar los conocimientos contables y administrativos, siendo
de vital importancia capacitar a los miembros de la comunidad universitaria del
Centro de Formación UNES Carabobo, en áreas prácticas que le permitan abordar
con prontitud los desafíos de la contraloría social como función relevante para el
correcto desempeño de dicha organización.

33
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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