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ORIENTE Y OCCIDENTE
Antonio Gramsci
Oriente Occidente
Sociedad civil Primitiva/Gelatinosa Desarrollada/Robusta
Estado Preponderante Equilibrado
Estrategia Maniobra Posición
Ritmo Rapidez Demora
A pesar de que los términos de cada oposición no tengan una definición
precisa en los textos, las relaciones entre los dos grupos aparecen
inicialmente lo bastante claras y coherentes. Sin embargo, una
observación más ajustada revela inmediatamente ciertas
discrepancias. En primer lugar, se describe la economía como
realizando «incursiones» en la sociedad civil occidental como una
fuerza elemental; la implicación es, evidentemente, que está situada
fuera de ella. Pero el uso normal del término «sociedad civil» siempre
ha incluido preeminentemente, desde Hegel, la esfera de la economía
como la de las necesidades materiales; en este sentido la emplearon
siempre Marx y Engels. Aquí, por el contrario, parece excluir las
relaciones económicas. Al mismo tiempo, la segunda nota contrapone
Oriente, donde el estado lo es «todo», y Occidente, donde el estado y la
sociedad civil están en relaciones «adecuadas». Puede presumirse, sin
forzar el texto, que Gramsci quería decir con esto algo parecido a una
relación «equilibrada»; en una carta escrita algo así como un año antes,
se refiere a «un equilibrio de la sociedad política y la sociedad civil»,
donde por sociedad política quería decir el estado. Pero el texto
continúa diciendo que en la guerra de posición, en Occidente, el estado
constituye tan sólo la «trinchera avanzada» de la sociedad civil, que
puede resistir su demolición. La sociedad civil se convierte por lo tanto
en un núcleo central o en un reducto interno, del cual el estado es
meramente una superficie externa y prescindible. ¿Es esto compatible
con la imagen de una «relación equilibrada» entre los dos? El contraste
en las dos relaciones entre el estado y la sociedad civil en Oriente y
Occidente se transforma aquí en una simple inversión: no es ya
preponderancia versus equilibrio, sino una preponderancia contra otra
preponderancia. Una lectura científica de estos fragmentos se hace
todavía más compleja cuando se comprende que mientras que sus
objetos formales de crítica son Trotsky y Luxemburg, su verdadero blanco
puede haber sido el tercer período dela Comintern. Podemossuponerlo por la fecha
de su composición –aproximadamente entre 1930 y 1932 en los Cuadernos– y por
la referencia clara a la gran depresión de 1929, en la que se fundamentan muchas
de las concepciones sectarias del «socialfascismo» durante el tercer período.
Gramsci combatió resueltamente estas ideas desde la cárcel, y, haciéndolo, se vio
llevado a reapropiarse de las prescripciones políticas dela Cominternde 1921,
cuando Lenin todavía vivía, sobre la unidad táctica con todos los otros partidos
obreros en la lucha contra el capital, las cuales él mismo, junto con casi todos los
otros dirigentes importantes del partido comunista italiano, había rechazado en
aquel momento. De aquí la «dislocada» referencia al frente único en un texto que
parece hablar de un debate muy diferente.
Para concluir esta primera aproximación a los conceptos elaborados por Gramsci,
quisiéramos llamar la atención sobre la clarividencia del autor italiano que ya en
1917, en un memorable artículo titulado “Tres principios, tres órdenes”,
planteó con enorme lucidez el tema de las dificultades occidentales para la
revolución:
“Si se piensa en lo difícil que es convencer a un hombre para que se mueva cuando
no tiene razones inmediatas para hacerlo, se comprende que es mucho más difícil
convencer a una muchedumbre en los Estados en que no existe, como pasa en
Italia, la voluntad por parte del gobierno de sofocar sus aspiraciones…En los
países en que no se producen conflictos en la calle, en los que no se ve pisotear las
leyes fundamentales del Estado ni se ve cómo domina la arbitrariedad, la lucha
de clases pierde impulso y se debilita. La llamada ley del mínimo esfuerzo, que es
la ley de los cobardes y significa a menudo no hacer nada, se hace popular. En
esos países la revolución es menos probable. Donde existe un orden, es más difícil
decidirse a sustituirlo por un orden nuevo” (Gramsci, A. “Scritti
Giovanili”. Torino, Einaudi, edic. 1958).