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do entra en escena lo que Fontcuberta consi- la mayoría de las tomas elaboradas en los albo-
dera una “segunda revolución digital”. Esta res de lo fotográfico estaban destinadas a servir
transformación se debe al desarrollo general como ventana a otras realidades, y que la difi-
de internet y, en concreto, a la aparición y el cultad de un procedimiento cuasi alquímico
incremento del uso de las redes sociales. Pre- hacía que la imagen sólo fuese asequible para
cisamente es este factor el que lleva al autor a unos pocos, pero tan pronto como comenzó
redefinir lo fotográfico: para él, “la postfoto- el proceso de democratización de la fotogra-
grafía no es más que la fotografía adaptada a fía se inició su uso como elemento autodefi-
nuestra vida online” (39). La imagen pasa de nitorio y social.
ser un instrumento para la memoria9 a cons- No se puede negar que fotografiar ha ido
tituir una de las vías principales de comunica- cobrando peso en la manera en la que nos re
ción y relación interpersonal. lacionamos con nuestro entorno. Sin embar-
“Si la fotografía nos hablaba del pasado, go, considero que yerra al plantear que la
la postfotografía nos habla del presente, por- imagen ya no se hace para ser vista. Es posi-
que lo que hace justamente es mantenernos en ble que el peso que la imagen tenía como evo-
un presente en suspensión, eternizado” (114) cadora de la memoria propia haya menguado
señala el autor. Esta línea argumental inci- en la misma proporción en la que se ha incre-
de en la idea de que la fotografía ejerce de mentado el número de capturas que tomamos.
aliada de la memoria, mientras que la postfo- Un retrato nunca ha sido para uno mismo,
tografía suprime esta necesidad del recuerdo sino para los demás. La imagen fotográfica
para primar su función como lenguaje. El con- siempre ha sido social. Si, con Dubois pensa-
traste entre los tiempos verbales que se atribu- mos en el gesto fotográfico como un proceso
yen a cada modelo hace pensar que la fotografía que va desde que se gesta la idea de la posible
nunca sirvió para narrar presentes, y que en la captura hasta que dicha toma es percibida (y
postfotografía no hay lugar para la evocación. en ocasiones compartida) por su público se
Sin embargo, la fotografía ya nació impregna- evidencia que la construcción de la imagen
da de esta voluntad social.10 Bien es cierto que queda ligada inevitablemente a su compo-
nente social. En la actualidad, la importancia
fotografí@ después de la fotografía (Barcelona: Gustavo recae en esta última fase, pero porque el peso
Gili, 2010). En este libro examina las características del gesto fotográfico se ha desplazado hacia
de un nuevo modelo de fotografía en contraste con ella, y disminuye la trascendencia de la que
el arquetipo tradicional de esta imagen. Plantea cues-
previamente gozaba el referente.
tiones que también están presentes en la obra que me
ocupa, como, por ejemplo, que “la fotografía digital
Por este motivo considero que la afirma-
es consecuencia de una economía que privilegia la ción “las fotos pasan a actuar como mensajes
información como mercancía […]. Tiene como que nos enviamos unos a otros. Antes la foto-
material el lenguaje, los códigos y los algoritmos”. grafía era una escritura, ahora es un lengua-
9. Ya en 2010 anticipaba esta ruptura con el recuerdo: je” (119) puede llevar al error. Del mismo
“La fotografía ha estado tautológicamente ligada a
la memoria y en la actualidad se empieza a quebrar
ese vínculo” (27). del mundo la imagen fotográfica ha ocupado un puesto
10. Desde que el gobierno francés decidió liberar importante en nuestras relaciones interpersonales. Así
el invento de Daguerre como un regalo para el resto se evidencia en la charla “Vernacular Photography”.
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modo que Fontcuberta defendía en sus pri- turas de manera inmediata. Se fomenta así la
meras obras que la fotografía era siempre “arte creación y el consumo de imágenes de manera
y documento”, hoy es necesario defender que constante, un fenómeno que parece ser un hito
toda captura es siempre “escritura y lenguaje”. sin precedentes en la historia de la fotografía.
Pero esta aclaración está en la propia formula- Esta democratización de la imagen pone
ción que realiza el autor, ya que la escritura es en jaque varias ideas que se creían parte indi-
una de las formas del lenguaje. Si antes limi- sociable de lo fotográfico. Una de ellas queda
tábamos la fotografía a su función de escritu- expuesta por Fontcuberta: “La aparición del
ra no era porque no fuese esa lengua universal Homo photographicus nos permite hablar de
que hoy intuye Fontcuberta, sino porque aún una revolución de los aficionados que nece-
no habíamos descubierto sus posibilidades. sariamente pasa por una revisión de la figura
La alteración de la manera en la que nos del amateur” (117). El hecho de que cualquie-
relacionamos con la imagen hace que Font- ra pueda formar parte del proceso fotográfico
cuberta inserte un nuevo peldaño en la escala y salir más o menos airoso del mismo ha hecho
evolutiva: el ocupado por el Homo photogra- que los profesionales redefinan su estrategia.
phicus.11 La transformación principal radica en Ya no se puede asociar lo que tradicionalmente
que hoy “todos somos productores y consumi- se ha conocido como una “buena foto” al ojo
dores de imágenes” (32). Hoy los dispositivos experto, al tiempo que el propio concepto de
de telefonía móvil giran en torno a la cámara “buena” o “mala” fotografía se ha diluido. Las
y su principal aportación es compartir las cap- características estéticas de la imagen resultan-
te, aquellas que previamente definían su éxito
11. ¿Cuánto hay del Homo ludens de Flusser en el o su fracaso, han sido relegadas al olvido por
Homo photographicus de Fontcuberta? El primero la mayoría de los artistas. Fontcuberta consi-
consideraba que el fotógrafo no podía considerarse dera que el valor de creación se ha trasladado
Homo faber pues “no juega con sino contra su juguete a un nuevo nivel, en el que lo importante no
[…] El fotógrafo está dentro del aparato y entrela-
son los valores estéticos que posee la imagen
zado con él” (Vilém Flusser, Hacia una historia de
la fotografía [Madrid: Síntesis, 2001], 28). El gesto por sí misma, sino en “la capacidad de dotar a
fotográfico descrito por este autor considera aparato la la imagen de intención y de sentido, en hacer
cámara, pero también los canales de distribución, que la imagen sea significativa” (53).
ya que “El fotógrafo participa en esta codificación. Ya La importancia de esta aserción radica
al tomar la foto, tiene como objetivo destinarla a un en que, tal y como se plantea en el capítu-
canal específico del aparato de distribución, y codifica
lo dedicado a la adopción digital, en la era de
su imagen en función de ese canal […] Y lo hace así
por dos motivos: por una parte, porque el canal le
la infoxicación el fotógrafo debe hacer acopio
permite llegar a muchos receptores y, por otra, porque de su responsabilidad y plantear su creativi-
el canal es su sustento (Flusser, Hacia una historia de dad desde la ecología de las imágenes. Desde
la fotografía, 52). La idea de Flusser es muy cercana esta óptica, la artisticidad se desplaza del pro-
a la de Fontcuberta, pues considera que el fotógrafo ceso de producción a “la prescripción de los
es aquel que, sin saber las reglas que articulan la valores que puedan contener o acoger las imá-
cámara (ya que se trata de un juguete complejo, como
genes” (54). El concepto de acogida, cercano
advierte en su texto), elabora una imagen y la utiliza
en un canal concreto para llegar al máximo número al de apropiación, es sumamente interesante.
posible de receptores. En primer lugar, porque se une a la tendencia
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a desafiar la idea romántica de autoría. Pue- gen siempre superpone miradas: las miradas
de parecer que la fotografía llega demasiado de quienes la producen y las miradas de quie-
tarde a esta tendencia, pero no debemos olvi- nes la observan. Podemos considerar, especula
dar que una gran parte de su historia se basó tivamente, que toda imagen concita también
en demostrar justamente lo contrario: que el la superposición de autorías” (125). Su postura
fotógrafo imprimía, de facto, valores estéticos es muy cercana, tal y como él mismo señala,
ajenos a lo real, motivo por el cual la imagen a la de Jauss.14 Sin embargo, y dado el peso
fotográfica podía proporcionar una experien- que el propio autor otorga a las redes sociales
cia estética en sí misma y no en la percepción y a la dotación de significado, se echa en falta
indirecta de un instante congelado.12 En esta una crítica a esta estética de la recepción, en
propuesta se advierte, además, un ligero viraje la que el público goza de mayor libertad, pero
hacia una estética de la recepción. Tal y como sin dejar de ser quien pone punto y final a una
podemos leer en las páginas del libro que nos reflexión que otro ha comenzado. Sería intere-
ocupa, “la noción de autoría basada en la indi- sante apostar de lleno por una nueva estética
vidualidad y en el genio retrocede ante los pro- y, tras aceptar el desafío, eliminar de una vez
yectos en equipo de autoría compartida y no por todas las fronteras que separan al autor del
jerarquizada, ante la proliferación de obras coautor, porque todo coautor se torna autor
colectivas e interactivas, pero, sobre todo, ante cuando decide volver a poner en funciona-
la concepción del público, ya no como mero miento la imagen a la que otro ya dotó de sig-
receptor pasivo, sino como coautor” (55). nificado al distribuirla en sus redes sociales.
Fontcuberta introduce la figura de un Pero volvamos a la idea de adopción
público activo, implicado por completo en el pues, como señalábamos, pone en jaque otro
proceso de gestación de la obra. Puesto que,
tal y como se ha visto y siempre según el autor, 14. Hans Robert Jauss abogó por un cambio de
crear una imagen es prescribirle un sentido, el paradigma en el cual la estética de la creación fuese
superada por una estética de la recepción. Jauss no fue
gesto de decodificación con el que el especta-
el primero en plantear la necesidad de acabar con la
dor se hace partícipe del proceso fotográfico pasividad del espectador, pero su pensamiento, reco-
implica necesariamente ser partícipe de dicha gido en obras como Experiencia estética y hermenéutica
creación.13 En sus propias palabras, “una ima- literaria: ensayos en el campo de la experiencia estéti-
ca (Madrid: Taurus, 1964) fue clave para el desarrollo
12. A este respecto cabe señalar el artículo de Dominic de esta teoría. En dicho libro plantea que “Al involucrar
Lopes, “The Aesthetics of Photographic Transpa- al propio observador en la constitución del objeto
rency”, en el que defiende la posibilidad de aunar estético (pues, a partir de ahora, la poiesis supone un
la teoría de la transparencia fotográfica desarrollada proceso en el que el receptor se convierte en co-creador
por Kendall Wallton. de la obra) el arte libera a la recepción estética de su
13. Estas ideas se venían gestando desde obras ante- pasividad contemplativa, H. R. Jauss, Experiencia
riores. Volviendo a La cámara de Pandora se puede estética y hermenéutica literaria: ensayos en el campo
leer que el principal cambio que supone la imagen de la experiencia estética (Madrid: Taurus, 1992).
digital no se encuentra en las derivaciones técnicas de Es precisamente esta intervención en la creación de
la imagen, sino en “una nueva conciencia crítica por la obra la que interesa a Fontcuberta. Al plantear la
parte de los espectadores. O sea, lo verdaderamente fotografía como lenguaje se hace necesario que exista
revolucionario en el cambio de paradigma que se hace un receptor capaz de decodificar el mensaje original
efectivo en la esfera de la recepción” (64). para darle una nueva significación.
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personas mediatizada por las imágenes” (38). aprehendido indirectamente, y como tal debe
Si lo que define a la postfotografía es precisa- percibirse. Se echa en falta, no obstante, una
mente cómo la imagen “se convierte” en un mayor profundidad en la reflexión en torno a
lenguaje básico para las relaciones sociales, el lo que este nuevo modelo supone, tanto para
nuevo modelo de fotografía queda, salvando la imagen en sí como para la apreciación de la
las distancias, irremediablemente ligado a la realidad.
propuesta del autor francés. Pese a ello, Font- La furia de las imágenes plantea la necesi-
cuberta proclama: “Nos adentramos en una dad de dejar atrás todo lo que creíamos saber
nueva metafísica visual en la que sujeto y obje- sobre la fotografía para adentrarnos en una
to se confunden en la misma medida en que nueva forma de entender la imagen. Lo que
acontecimiento e imagen se confunden. Es la viene después de la fotografía rompe con los
hora del acontecimiento-imagen” (179). ideales que se han forjado en torno a este
La postfotografía se muestra, en este arquetipo de representación, pero no por ello
momento, como una representación que se supone abandonar lo fotográfico en pos de un
adueña de la realidad hacia la que apunta y modelo que se ajuste mejor a los tiempos que
modifica nuestra experiencia de lo ocurrido corren. Si es necesario dar un nuevo nombre
sin llegar a extinguir el aura de lo real. Por- a la fotografía no es porque ésta haya cambia-
que, en el fondo, el fragmento de lo ocurri- do, sino porque nunca fue lo que pensamos.
do que constituye una fotografía como tal La fotografía no ha muerto, porque un ideal
debe estar presente, por muy encriptado que no puede morir. Simplemente se ha desvela-
esté en el código de la imagen. Fontcuberta do su verdadera forma.
cuestiona una vez más la posibilidad de cono- El ideal de la fotografía continúa remitien-
cer lo real mediante la fotografía pero, pese a do a ese instante en el que la cámara registra
la complejidad de este asunto, dicha proble- lo real, pero en la construcción de este tipo de
mática queda despachada en una simple fra- imágenes siempre han participado otros ele-
se: “La postfotografía no impugna los valores mentos, otros factores que hoy se reivindican
de la fotografía documental, como han malin- cada vez con más fuerza. En resumidas cuen-
terpretado algunos, sino que insufla energías tas, los cambios en elementos externos a la
renovadoras en metodologías y enfoques. El imagen fotográfica (la tecnología, con su desa-
modus operandi puede cambiar, pero persiste rrollo de la fotografía digital y las redes socia-
la voluntad de entender la realidad y sus ten- les, el modelo de relaciones interpersonales)
siones. La postfotografía simplemente amplía acaban afectando el esquema básico del gesto
el marco de herramientas para esa labor” (179). fotográfico porque modifican elementos que,
Se puede interpretar esta defensa del uso aun siendo sólo una fracción de lo fotográfico,
documental de la fotografía, más cuando ésta suponen un cambio radical en la imagen. Sin
viene de Fontcuberta, como una llamada de embargo, como parece entreverse en las pala-
atención hacia la forma que tenemos de rela- bras de Fontcuberta, lo que ha cambiado no es
cionarnos con la imagen. El acontecimien- la fotografía, sino la sociedad. Y tratar de defi-
to-imagen es aquel que sólo existe porque es nir la fotografía desde fuera de sí misma, y no
imagen, de tal manera que se desvirtúa como en sí misma y en relación con lo demás, siem-
realidad, pero ofrece la oportunidad de ser pre ha sido problemático.
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Como el propio autor anticipa desde el ce respuestas, pero nos da la excusa perfecta
subtítulo de su obra, el texto ante el que nos para seguir cuestionándonos qué sucede con
encontramos no es más que una recopilación la fotografía y qué papel tiene en una sociedad
de ideas y datos. Fontcuberta no nos ofre- cada vez más mediada por la imagen.