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03 SITUACIONES EN DONDE SE EVIDENCIE CONFLICTIVIDAD

 Cuando tenemos algo por justo no estamos pretendiendo sólo expresar un sentimiento
(emotivismo), ni informando de que lo aprobamos (subjetivismo), ni tampoco exigiendo que
sólo lo tenga por justo nuestro propio grupo(relativismo), sino que estamos pretendiendo
que lo tenga por justo cualquier ser racional que se sitúe en condiciones de imparcialidad.

 Las éticas de la justicia o éticas de mínimos se ocupan únicamente de la dimensión


universalizable del fenómeno moral, es decir, de aquellos deberes de justicia que son
exigibles a cualquier ser racional y que, en definitiva, sólo componen unas exigencias
mínimas, las éticas de la felicidad, por el contrario, intentan ofrecer ideales de vida buena,
en los que el conjunto de bienes de que las personas podemos gozar se presentan
jerarquizadamente como para producir la mayor felicidad posible.

 Entre las posibilidades que se nos presentan, porque las formas de vida de distintas culturas
o grupos sociales, sus ideales de felicidad, son sin duda modelos desde los que justificamos
nuestras elecciones, pero lo que no podemos exigir es que cualquier ser racional adopte los
mismos ideales, sino proponerlos, invitar a vivir según ellos, aconsejarlos, si es que a nosotros
nos hacen felices. Por el contrario, los criterios de justicia son universalmente intersubjetivos
y, por tanto, exigibles. La universalizabilidad del fenómeno moral pertenece, pues, a la
dimensión de la justicia, más que a la de la felicidad.

03 SITUACIONES QUE MUESTREN COMPLEMENTARIEDAD

 Como puede notarse la formulación general de estas cuestiones permite incluir a todos los
grupos sociales que activamente luchan por reivindicar sus identidades y derechos. Estos
mínimos éticos pueden constituir una plataforma válida para darles legitimidad a cuestiones
referentes a las reivindicaciones de los derechos de las mujeres, y a las demandas de quienes
defienden los derechos de las minorías (o mayorías) culturalmente marginadas y la
diversidad de identidades y orientaciones sexuales, cuestiones todas relevantes en una
sociedad pluralista.

 Construir espacios de reconocimiento que propicien el dialogo desde una base de mínimos
éticos compartidos no solo facilitará la convivencia ente personas y grupos diferentes. En
general, podría ser el modo concreto desde el cual responder a las aspiraciones éticas por
reconocimiento, equidad e inclusión, que, como decíamos, forman parte de nuestra
autocomprensión actual como sociedad peruana.

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 Esta cultura cívica nos permite sentirnos parte de proyectos comunes, y se manifiestan en
actitudes de respeto hacia las normas de convivencia social, de aceptación de los otros y de
rechazo a la discriminación

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