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La confiabilidad y la validez son cualidades esenciales que deben estar presentes en todos los
instrumentos de carácter científico para la recogida de datos. En palabras de Pérez (1998:71), si
el instrumento o instrumentos reúnen estos requisitos habrá cierta garantía de los resultados
obtenidos en un determinado estudio y, por lo tanto, las conclusiones pueden ser creíbles y
merecedoras de una mayor confianza.
Uno de los mayores problemas que se debe evitar, es que la información obtenida no le
permita responder a los objetivos de la investigación. Si los instrumentos no son validados,
podrá encontrar una variada información pero sin ninguna articulación con los propósitos y
compromisos asumidos en la investigación.
Expertos (Fendel, Kurt, Taylomir, Wintther) aseguran que la información insuficiente obtenida
en las investigaciones está vinculada a la elaboración incoherente e inconsistente de los
instrumentos de recopilación de datos. Muy probablemente, no fueron diseñados con agudeza y
pensando en todo momento en los objetivos y propósitos de la investigación
Ante tal situación, deberá realizar nuevos instrumentos de recolección de datos que responda a
sus objetivos, y la información que ya tiene de su primer esfuerzo no se pierde y con seguridad
serán un apoyo o refuerzo.
Un buen instrumento de recolección de datos o medición debe tener las siguientes cualidades:
confiabilidad y validez.
Si se miden fenómenos o eventos una y otra vez con el mismo instrumento de medición, ¿Se
obtienen los mismos resultados u otros muy similares? Si la respuesta es afirmativa, se puede
decir que el instrumento es confiable.
Es importante lograr la elaboración de un instrumento que sea confiable. Para ello, existen
muchas vías para lograrlo. Si se tratara de un cuestionario, se puede aplicar dos veces a la
misma persona en un corto período de tiempo, y seguidamente se utiliza el índice de Bellack:
Otra manera para poder determinar si un instrumento es confiable es a través del cálculo de la
medida de estabilidad por la vía del test-retest. En este procedimiento un mismo instrumento
es aplicado en dos oportunidades o más a un mismo grupo de personas, después de cierto
período de tiempo. Si la correlación entre los resultados de las diferentes aplicaciones es
altamente positiva, el instrumento se considera confiable. El valor de la correlación es un valor
ubicado entre el –1 y 1.
p*
1+p* (N-1)
P
P*=
NP
La validez de contenido está representada por el grado en que una prueba representa el
universo de estudio. Por tal motivo, deberán seleccionarse los indicadores e items de tal manera
que estos respondan a las características peculiares del objeto de estudio.
La validez de criterio, llamada también validez concurrente es más fácil de estimar, lo único
que se debe hacer es correlacionar su medición con el criterio, y este coeficiente se toma como
coeficiente de validez. La validez de criterio es una medida del grado en que una prueba está
relacionada con algún criterio. Es de suponer que el criterio con el que se está comparando la
prueba tiene un valor intrínseco como medida de algún rasgo o característica.
Debe tenerse siempre presente que el investigador del área de Recursos Humanos tiene ante su
mirada de inquisidor científico un universo de sujetos cuyas actuaciones se corresponden con
representaciones subjetivas y las mismas son objetivadas en actos y redes de actos los cuales se
constituyen en los posibles escenarios susceptibles de ser captados a través de medios
instrumentales diseñados para fines bien definidos.
Así, de lo que se trata es de advertir que los fenómenos sociales son de una complejidad tal que
todo investigador que se aventure a su aprehensión debe disponer de instrumentos de
recolección de datos bien construidos, y es por ello que la validez de contenido está destinada a
darle coherencia y sistematicidad a los ítems que conforman el instrumento diseñado.
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Al decir de Aroca, A. (1999: 269), El método que más se utiliza para estimar la validez de
contenido es el denominado Juicio de Expertos, el cual consiste en seleccionar un número
impar (3 o 5) de jueces (personas expertas o muy conocedoras del problema o asunto que se
investiga), quienes tienen la labor de leer, evaluar y corregir cada uno de los ítems del
instrumento so pretexto de que los mismos se adecuen directamente con cada uno de los
objetivos de la investigación propuestos.
De acuerdo con las reflexiones de la autora antes citada, se consideran expertos o jueces
aquellos sujetos que reúnan las siguientes consideraciones:
a.- Formación académica en el área y rama del quehacer científico al que diera lugar;
b.- Comprobada trayectoria experiencial de investigaciones realizadas en institutos y centros
destinados para fines bien definidos;
c.- Desarrollo de una línea (o líneas) de investigación relacionada a intereses académicos;
d.- Poseer una amplia concepción epistemológica de la ciencia y de la investigación; y,
e.- Demostrar pleno dominio de la lengua castellana, pues la sintaxis, la semántica y la
sindéresis son aspectos determinantes para dar forma interna y externa al instrumento.
Tomando como base estas características que se consideran las más deseables que debe tener un
experto encargado de validar los instrumentos de recolección de datos, se hace saber que la
validez de contenido permite al sujeto investigador lograr la aprehensión lo más objetiva posible
de la esencia de los hechos y fenómenos que estudia, es decir, se establece un perfecto
relacionamiento entre los propósitos de la investigación y el alcance en el campo real donde se
experimentan los acontecimientos.
Ahora bien, ¿de qué manera procede un experto para validar los
instrumentos de recolección de datos?
Una vez que se diseña el instrumento de recolección de datos a partir del desglosamiento de los
objetivos específicos en su factor, definición, dimensiones e indicadores, el producto
materializado en dicha herramienta se corresponde con lo que muy bien puede llamarse una
primera versión, pues como se ha especificado antes debe procederse con la “calibración” donde
el juicio de experto se corresponde con una de ellas.
En manos del experto, la primera versión del instrumento sufrirá cambios superficiales o
profundos, los cuales son importantes que sean considerados por el investigador so pretexto de
que el instrumento de recolección de datos alcance la configuración y calidad deseada. Dichos
cambios pueden ser de índole de contenido, de redacción-semántica, sindéresis, correspondencia
con los objetivos planteados, pertinencia con el tipo de investigación, relación estrecha con una
realidad concreta.
Los autores de la presente obra sugieren tomar en cuenta los siguientes aspectos a los
fines de realizar el formato guía para validación por parte del experto:
calidad definitiva al mismo antes de su aplicación a la muestra de sujetos seleccionados para los
fines específicos de la investigación.
Sin más a que hacer referencia, y confiados en que sus observaciones serán de gran utilidad, se
suscriben de Usted,
Nombre y Apellido
Cédula de Identidad
Institución donde trabaja
Título (s) de Pregrado
Título (s) de Postgrado
Publicaciones
Título de la Investigación
Objetivo General
Objetivos Específicos
Variables o dimensiones que se pretenden medir
Tipo de Investigación
Población objeto de Estudio
Redacción
Pertinencia con los objetivos
Pertinencia con el tipo de investigación
Solicitar al experto que por escrito, emita sus opiniones en torno aquellos aspectos que se
deben mantener y los que sugiere modificar y/o incorporar, indicando lugar y fecha de
realización.
Para quienes elaboran instrumento, Thomas Kuhn (1971:73) señala que el hombre
que construye un instrumento para determinar las longitudes de ondas ópticas no deberá estar
satisfecho con un equipo que se limite a atribuir números determinados a líneas espectrales
particulares. No es solo un explorador o un medidor, sino que por el contrario, mediante el
análisis de su aparato, deberá mostrar en términos del cuerpo establecido de teoría óptica, que
los números que muestra su instrumento son los que corresponden en la teoría como los de
longitud de ondas.
En el caso de las investigaciones cualitativas, se pueden utilizar diversas técnicas para obtener la
convergencia de tipo metodológico, sin embargo, exige también sistematización y rigor
metodológico.
Pérez (1998:78) al referirse a la clasificación de Kirk y Miller (1986) las define de la siguiente
manera:
Confiabilidad diacrónica: consiste en la estabilidad de una observación a través del tiempo que
puede comprobarse al repetir las medidas, pero teniendo en cuenta que sólo tendría utilidad en
aspectos inalterables de un determinado período.
Confiabilidad sincrónica: implica la semejanza de las observaciones dentro del mismo período
de tiempo. Raramente implica observaciones identiicas, sino el hecho de que sean consistentes
respecto a rasgos relevantes. La investigación cualitativa, para lograr altos índices de
confiabilidad, exige la elaboración de registros descriptivos que, sin caer en la estandarización,
ayudan a regular los procesos.
En torno a la validez, esta exige, según Hansen (1979): Estimación de la medida en que las
conclusiones representan tan efectivamente la realidad empírica y estimación de si los
constructos diseñados representan o miden categorías reales de la experiencia humana.
La triangulación implica reunir una variedad de datos y métodos, para referirlos al mismo tema
o problema, implica que los datos de recojan desde puntos de vista distintos y realizar
comparaciones múltiples de un fenómeno único, de un grupo utilizando perspectivas diversas y
múltiples procedimiento.
Como muy bien lo plantea Le Boterf (1981), en esta etapa se trata de pasar de un conocimiento
cotidiano a un conocimiento científico y crítico, razón por la cual después de obtener la
información registrada en el cuerpo de notas, se debe proceder a agrupar las distintas opiniones,
comentarios, expresiones y los elementos concretos de la situación vivida, según las
dimensiones categoriales definidas.
Triangulación por niveles de combinación: emplea más de un nivel de análisis de los tres
principales utilizados en las ciencias sociales, es decir, el nivel individual, el nivel interactivo
(grupos) y el nivel de colectividades y organizacional, cultural o social.
Triangulación de investigador: cuando existen varios investigadores para realizar una misma
investigación. A este tipo de triangulación también se le ha denominado como verificación
intersubjetiva. Esta verificación se lleva a cabo por medio del contraste de la información, pues
en la investigación cualitativa un grupo o equipo suele participar en todo el proceso de
investigación; por lo tanto, a través del debate, el análisis de los datos y el contraste y discusión
sobre los mismos, se logra un cierto grado de credibilidad de la información obtenida. Por
consiguiente, el nivel de objetividad logrado será muy superior al que caracterizaría un
investigador aislado.