El concepto de "ética" fue presentado por Sócrates, y se define como una
disciplina filosófica de Aristóteles. Hoy en día esta disciplina trata de establecer
criterios para la conductas o acciones "buenas" y "malas", y evaluar los motivos de estas acciones y sus consecuencias.
Como deontología se denomina la ciencia que trata sobre el conjunto de
deberes y principios éticos que conciernen a cada profesión, oficio o ámbito laboral. La deontología fija las normas que rigen la conducta y el desempeño en la esfera profesional, según las cuales se exige al profesional determinadas responsabilidades en relación con los actos ligados a su campo laboral. Como tal, es una ciencia aplicada al ámbito moral, que se enfoca en todas aquellas conductas y actuaciones que no están no contempladas ni en el derecho ni sometidas al control de la legislación pública.
En ética, los principios son reglas o normas que orientan la acción de un
ser humano cabiendo las facultades espirituales racionales y sexuales. Se trata de normas de carácter general y universal, como, por ejemplo: amar al prójimo, no mentir, respetar la vida de las demás personas, etc. Los principios morales también se llaman máximas o preceptos. Los principios éticos son declaraciones propias del ser humano, que apoyan su necesidad de desarrollo y felicidad, los principios son universales y se los puede apreciar en la mayoría de las doctrinas y religiones a lo largo de la historia de la humanidad.
La profesión es el empleo o trabajo que alguien ejerce y por el que recibe
una retribución económica. Por lo general, las profesiones requieren de un conocimiento especializado y formal, que suele adquirirse tras una formación terciaria o universitaria. Los oficios, en cambio, suelen consistir en actividades informales o cuyo aprendizaje consiste en la práctica.
Un profesional es quien ejerce una profesión (un empleo o trabajo que
requiere de conocimientos formales y especializados). Para convertirse en profesional, una persona debe cursar estudios (por lo general, terciarios o universitarios) y contar con un diploma o título que avale los conocimientos adquiridos y la idoneidad para el ejercicio de la profesión. La calificación de profesional no sólo está vinculada a los conocimientos o al título habilitante, sino que también puede hacer referencia al compromiso, la ética y la excelencia en el desarrollo de las actividades laborales o de otro tipo.
La concepción de belleza puede variar entre distintas culturas y cambiar
con los años. La belleza produce un placer que proviene de las manifestaciones sensoriales y que puede sentirse por la vista (por ejemplo, con una persona que es considerada atractiva desde el punto de vista físico) o el oído (al escuchar una voz o una música agradable). El olfato, el gusto y el tacto, en cambio, no están relacionados con la belleza. Más allá de la manifestación sensorial, es posible considerar algunas cosas abstractas y conceptuales como bellas. Una reflexión moral puede ser destacada como un texto bello: lo que importa en este caso es qué se dice y no cómo se dice (es decir, la belleza no está en el papel o en la pantalla de la computadora).
Ambiente es el entorno o fluido que rodea un cuerpo, por ejemplo:
temperatura ambiente y medio ambiente. También se puede decir que la expresión ambiente es el aire o atmósfera que respiran o que se encuentran los seres vivos, por ejemplo: “Hoy el ambiente está fresco”. La palabra ambiente es de origen latín ambiens que significa “que rodea”. Ambiente indica las condiciones o circunstancias de un lugar, por lo que se puede hablar de un “buen ambiente”, “ambiente propicio” o “mal ambiente”. Un ambiente hostil se refiere al caso de un entorno social, psicológico o físico que violenta contra el bienestar de un ser vivo, volviéndolo vulnerable.
Como trabajo denominamos el conjunto de actividades que son realizadas
con el objetivo de alcanzar una meta, solucionar un problema o producir de bienes y servicios para atender las necesidades humanas. Trabajo y empleo no siempre son sinónimos intercambiables. Trabajo es una tarea que no necesariamente da al trabajador una retribución económica. Empleo, por su parte, es una posición o cargo que un individuo ocupa en una empresa o institución, donde su trabajo (físico o intelectual) es debidamente remunerado.