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LA ESPERANZA DE ISRAEL
Antiguo Testamento y cristologia

31.· EL DIOS DE LA PROMESA

¿Por qué preguntar por la relación entre Antiguo Testamento


y cristología? ¿Tiene el Dios de Israel algo que decir a la fe de los
cristianos? ¿Contribuye de algún modo la historia de este pueblo
singular a iluminar el acontecimiento de Jesucristo anunciado por
la comunidad del Nuevo Testamento? ¿Está justificado decir, con
san Jerónimo, que la "ignorancia de las Escrituras es ignorancia
de Cristo"?
La respuesta a estas preguntas puede parecer obvia. Jesús es
un judío, nacido y formado en el seno de su pueblo; el Dios que
anuncia no es un Dios distinto al de Israel; por tanto, para com-
prenderlo es necesario comprender la gente y la tierra de las que
ha venido. Así lo hizo la misma comunidad de los orígenes, esfor-
zándose por leer la historia del Nazareno "según las Escrituras",
es decir, dentro de la tradición de la fe y de la esperanza de Is-
rael '. Y, sin embargo, estas consideraciones "obvias" han dado
lugar en el desarrollo de la reflexión cristiana a interpretaciones
muy diversas; la reflexión entre Antiguo y Nuevo Testamento se
ha entendido bien en una orientación "tipológica", para la cual el

I Cf Me 14,49; MI 1.22; Le 24.44; Jn 12.38; 1 Cor 15.3-4.

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Antiguo prefiguraría al Nuevo (Novum in Vetere latet), bien según da ... no solamente la historia de la salvación contenida en el An-
la llamada plenitud de sentido, para la cual el Nuevo manifestaría tiguo Testamento, sino que pierden su valor de acontecimientos
plenamente cuanto en el Antiguo está sólo implícitamente signi- históricos también el hecho único de la encarnación de Jesucristo
ficado (Vetus in Novo patet), bien en una relación de correspon- y el de la predicación de esta encarnación por los apóstoles" 3. El
dencia-cumplimiento inherente a la estructura de la promesa 2. En supuesto de semejante concepción consiste en estimar que el des-
todo caso, la tendencia dominante en la tradición cristiana ha arrollo histórico no puede afectar a las verdades "in temporales"
sido la tipológico-alegórica; se establece entre ambos testamentos contenidas en la revelación; ahora bien, este supuesto es insoste-
un paralelismo representativo, en virtud del cual lo narrado en el nible para quien tome en serio la encarnación de Dios, el hacerse
Nuevo es visto como ya presente en el Antiguo bajo la forma de hombre el Verbo, y no confunda la verdad y fidelidad del Dios
tipo y de alegoría. El origen de este modo de interpretar parece bíblico con la verdad inmutable e intemporal del pensamiento
remontarse ya al hecho de que, cuando el canon neotestamenta- gnego.
rio todavía no estaba redactado ni fijado, los cristianos se esfor- Por tanto, la preparación veterotestamentaria al Nuevo Testa-
zaban por ver en el único canon de que disponían, el veterotesta- mento hay que buscarla en otra dirección; no en el sentido de la
mentario, la historia de Jesús, centro y fundamento de su fe. Por alegoría, sino en el de la historia, es decir, de un devenir de la
este camino se llegó a presumir que todos los signos y los aconte- revelación, de una historia de la Palabra que no prescinde del
cimientos del anuncio evangélico debían estar como -ocultos en progreso concreto y contradictorio del camino de Israel, sino que
las palabras de las Escrituras de Israel. De ahí a la interpretación se cumple en y a través de él, no según anticipaciones armónicas
apologética del Antiguo Testamento no había más que un paso; del futuro, sino según las duras leyes del éxodo cotidiano hacia el
se consideró motivo indiscutible de credibilidad de la revelación porvenir. De' acuerdo con esta perspectiva, l,,~F:;critura~ no son
cristiana la narración anticipada de los acontecimientos de la his- símbolos o alegorías de lo que luego acontecer en la obra y en el á

toria de Jesús de Nazaret, encontrados bajo el velo de las pala- destino de Jesucristo; no. contienen verdades intemporales, sino
bras proféticas e históricas de las antiguas Escrituras. Sin embar- que conservan toda la pesadez de su corporeidad de testimonios
go, esta interpretación, por pretender probar demasiado, termina de una historia vivida: la historia de un pueblo único y de las
siendo demasiado débil; por una parte, anula la progresión histó- intervenciones de Dios en ella, el devenir de la salvación, el des-
rica de la revelación; por otra, no deja espacio suficiente a la arrollo atormentado de la relación entre la historia de Israel y su
novedad neotestamentaria, al carácter absolutamente indeducible Dios. A esta luz, el acontecimiento de Jesucristo tal como se
de cuanto ocurre en Jesucristo, haciendo incluso superfluos en anuncia en el Nuevo Testamento, como acontecimiento del en-
definitiva los escritos del Nuevo Testamento. "Así queda aboli- cuentro nuevo e inaudito entre la historia de Dios y la de los
hombres, encuentra en lo que le precede en Israel su clave de
lectura más apropiada, si bien ilumina de un modo nuevo el ca-
z Cf ante todo las teologías del AT (también para cuanto sigue); por ejemplo W. EICH-
RODT. Teologla del Antiguo Testamento (2 vals), Cristiandad, Madrid 1975; E. JACOB. Teología mino precedente, dando sentido y transcendencia a las varias eta-
del Antiguo Testamento. Marova, Madrid 1969; G. VON RAD. Teología del Antiguo Testa- pas de la promesa y de la espera. Si no es posible indicar anticipa-
mento (2 vals), Siguerne. Salamanca 1978' (ef especialmente 11. 16&-408). Cf además
.l. COPPENS. El problema de los sentidos btblicos. en "Concilium" 30 (1967) 654-667:
ciones precisas y aisladas de las obras y de la vida de Jesús en la
F. FESTORAZZI. Antiguo Testamento. en Nuevo diccionario de teología 1. Cristiandad, Ma- historia veterotestamentaria, frustrando las expectativas de la
drid 1982, 23-35; G. FOHKER. Das Alte Testament und das Thema "Christologic'', en apologética tradicional, se encontrará mucho más ampliamente
"Evangelische Theologie" 30 (1970) 281-298: N. FÜGLlSTER. Fundamentos veterotestamen-
tarios de la cristologia de/ Nuevo Testamento. en Mysterium Salutis 111, Cristiandad, Ma-
en todo Israel y en sus originalísimas vicisitudes de promesa y de
drid 1980', 94-185: P. GRELOT, Sens chrétien de l'Ancien Testament, París 1962: id, La esperanza el fondo en el cual se forma y sitúa el Nazareno, que al
Bible Parole de Dieu, ib 1965: H. GROSS. Zum Problem der Verheissung und Erfidlung. mismo tiempo él subvierte y reinterpreta. Leído en esta perspecti-
en "Biblische Zeitschrift" 3 (1959) 3-17; A. T. HANSON. Jesus Christ in the Old Testament.
Londres 1965: N. LOHHNK, L'interpretazione storicq e l'tmerpretazione "cristiana" del va histórica, el "según las Escrituras" del Nuevo Testamento vie-
Vecchio Testamento. en Esegesi biblica in cambiamento, Brescia 1973, 159-183; C. WESTER- ne a indicar una doble relación; por una parte, del pasado al
MANN. El Antiguo Testamento y Jesucristo, Fax, Madrid 1972: E. ZENGER. Der COII der
Bibel. Ein Sachbuch zu den Anfiingen des aluestamentlichen Gottesglaubens. Stuttgart 1979. La
expresión "Quod in Vetere Testamento latet, in Novo patet", se encuentra en Agustin, J O. CULLMANN. Cristo e iI tempo. Bolonia 1969', 163 (trad cast: Cristo y el tiempo,
De spiritu et littera, 7. Estela, Barcelona 1968).

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presente, en el sentido de que las categorías y las expectativas del siempre igual de las estaciones que retornan 7, La prueba es que
Antiguo Testamento son el horizonte en el cual Jesucristo debe sus mismas fiestas anuales cíclicas, propias de la civilización agrí-
ser ante todo comprendido 4; por otra, del presente al pasado, en cola sedentaria, al ser asumidas por Israel quedaron impregnadas
el sentido de que el acontecimiento de Jesucristo posee un carác- de un nuevo significado relacionado con los acontecimientos his-
ter de novedad absoluta e indeducible respecto a lo que le prece- tóricos de la promesa; es decir, fueron "historizadas" 8. Por eso el
de, por lo cual ilumina de modo nuevo la esperanza misma de Dios de Israel no fue nunca un Dios que sanciona el presente,
Israel. Este segundo aspecto quedará claro cuando nos ocupemos vinculado a los lugares y al ritmo inalterable del proceso cósmico;
de la postura de Jesús frente a la tradición del Antiguo Testamen- fue siempre el Dios que marcha hacia el futuro, que inquieta la
to. Por el momento, y es la primera relación que nos interesa: saciedad, suscitando hambre, que sostiene el extravío suscitando
¿cómo la historia de Israel prepara y permite interpretar. la histo- esperanza, que libera de la cárcel del presente suscitando futuro.
ria de Jesús de Nazaret? ¿Cuál es el horizonte, próximo y remoto, y todo esto lo hace a través de la palabra; no es un Dios de
en el cual se sitúa el acontecimiento anunciado en el Nuevo teofanías, que confieren carácter sagrado a un templo o un lugar;
Testamento? sino un Dios que habla, que entra en diálogo con su pueblo y
juzga, promete y consuela. Es el Dios de la alianza (cf Ex 19 ss) y
"El pueblo de Dios, en el cual nació Jesús y del cual es a la del encuentro nupcial (cf Os 2); un Dios que sabe amar y repu-
manera de su flor suprema y... el fruto que supera la promesa de diar, gozar y sufrir, decidirse y arrepentirse; un Dios celoso, que
las flores, es el pueblo de la Palabra" 5. "Donde otros sólo han se encoleriza y disgusta, que sabe de ternuras. El "patetismo" es
percibido un infinito silencio, Israel escuchó una voz. Israel pudo característica suya 9; interpretar las formas en que se expresa
descubrir que el Dios único es audible e interpelable, que irrumpe como puros "antropomorfisrnos", ~! estilo de simples proyeccio-
entre los hombres llamándolos 'Yo' y haciéndose 'Tú' para nes del hombre sobre Dios, significa no haber comprendido al
ellos: un Tú que interpela y se deja interpelar" 6. La historia de Dios de Israel 10. A través de estos caracteres se revela él como el
Israel es historia del diálogo siempre nuevo e ininterrumpido con Dios vivo, cuya historia se entrelaza con la del hombre, la subvier-
su Dios; llamado por él a la tierra prometida, este pueblo nóma- te y hace nueva, no a pesar de, sino gracias precisamente a la
da no perdió jamás su religiosidad originaria, ligada al movimien- pureza de su transcendencia, intensamente sentida por el rígido
to y abierta al futuro, ni siquiera cuando se estableció en la tierra monoteísmo hebreo; no significa fría inmutabilidad o árida impa-
ya conquistada. Su Dios siguió siendo el Dios de los nómadas, el sibilidad del ser divino. Es, al contrario, la total libertad y gratui-
Dios de la migración, de la promesa, de la intervención siempre dad del amor de Yahvé por Israel, su absoluta fidelidad a sí mis-
nueva, sin dejarse jamás apresar, como los dioses de los pueblos mo y a sus promesas, en virtud de lo cual puede él compartir la
vecinos, en el ciclo de la siembra y la recolección, en el ritmo historia de su pueblo y corresponder a ella permaneciendo él mis-
mo (cf Sal 102,28) sin renegar de sus palabras (cf Is 31,2). Su
• Esta comprensión de Jesús partiendo de Israel tiene una interesantisima expresión en
inalterabilidad es, pues, la viva fidelidad de su amor: "Su salva-
la literatura judía sobre Jesús; ef entre las obras recientes M. BlJBER. Zwei Gtaubensweisen. ción dura para siempre y su justicia no será aniquilada" (Is 5,6);
Zürich 1950; id, Der Jude und sein Judentum, K61n 1963; J. C.o\RMICHAEL. La morte di su plan "subsiste eternamente, los proyectos de su mente por to-
Gesu, Roma 1971; S. BEN CHORIN. Bruder Jesus. Der Nazarener in jüdischer Sicht,
Munich 1970; H. COHEN. Trial and death of Jesus, Tel Aviv 1968; A. FINKEL. The das las generaciones" (Sal 33,11); "se agosta la hierba, la flor se
Teacher uf Nuzureth, Leiden 1964; D. F Ll,SSER. Jesús en sus palabras y en su tiempo, marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece para siem-
Cristiandad, Madrid 1975; J. ISAAC. Gesu e Israele, Florencia 1976; J. KI.AlJSSER. Jesus van
Nazareth. Jerusalén 1952; P. LAPIDE. Jesus in Israel, Gladbeek 1970; id, Der Rabbi van
pre" (Is 40,8). La elección de Dios es sin arrepentimiento; él es el
Nazaret: Wandlungen des jüdischen Jesusbildes, Tréveris 1974; id, 1st das nicht Josephs Shon?
Jesus im heutigen Judentum, Stuttgart-Munrcb 1976; id, Auferstehung. Ein jüdisches Glauben- Cf V. MAAG. "Malkul Jhwh", en Vetus Testamentum, Suppl VII, 1960, 137. Cf tam-
7

serlebnis, ib 1977; S. SANDMEL. We Jews and Jesus, Londres 1965; S. SCHWARTZ. La bién J. MOLTMANN. Teología de la esperanza, Siguerne, Salamanca 1977', 90 ss.
réhabilitation juive de Jésus. Martizay 1969; G. VERMES. Jesús el Judío, Métodos Vivientes, • Cf R. DE VAUX. Les sacrifices de l'Ancien Testament, París 1964, 12.
Barcelona 1979 '. Cf también M. GOLDSTEIS. Jesus in the Je .••. ish Tradition, Nueva York 1950, , Cf F. VARILLON. La souffrance de Dieu, París 1975,29 s, y del mismo L'umilt á di Dio,
y R. PESCH. Christliche und jüdische Jesusforschung, en Jesus in den Evangelien, Stutrgan Alba 1978.
197?, 10-37. Cf finalmente H. K ÜNG. P. LAPIDE. Gesú, segno di contraddizione. Breseia 1980. 10 Sobre los antropomorfismos cf por ejemplo W. EICHRODT, Teología del Antiguo
• L. BO.~J:ER. 11 Figlio eterno. Teologia della Parola di Dio e cristo logia, Alba 1977, 38. Testamento, o.c., 1, 193-201; E. JACOB. Teologta del Antiguo Testamento, o.c., 41-45; G. VON
H. K UNG. Ser cnsttano, Cristiandad, Madrid 19774, 385. RAD. Teología del Antiguo Testamento. O.C., 1, 19&-197.

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e

viviente siempre fiel, que "no cambia", porque es siempre nuevo


da y la imprevisible novedad del futuro que en él se promete.
en la fidelidad a la situación siempre nueva de su pueblo 11.
Yahvé no se deja aprehender por el concepto, sino que lo supera en
Si buscamos ahora entre las palabras de este Dios vivo aque- profundidad y hacia adelante, hacia el futuro. Por eso Israel, al
lla en la que esto se anuncia y se promete más densamente, en- vivir su relación con Yahvé, es continuamente desplazado del pre-
contramos esta especie de "verbum abbreviatum" de la fe de Is- sente y proyectado hacia el futuro de su Dios; en cuanto pueblo
rael en la expresión que, en cierto modo, encierra todo cuanto de Yahvé es el pueblo de la espera y de la promesa, el Israel de la
Yahvé tiene que decirle a su pueblo: su nombre, "Yo soy Yah- esperanza. Esta apertura continua e implacable hacia el porvenir,
vé" 12. Este nombre no ha de interpretarse como una afirmación que brota de la relación con su Dios, pone en discusión el presen-
de carácter filosófico, como si quisiera definir la esencia divin~. te, turba la presunción de los grandes e inquieta la paciencia de
Esto es completamente ajeno a la mentalidad semítica y al esp.í~l- los humildes en la casa de Jacob. Así nace del encuentro-choque
tu del Antiguo Testamento. Además, el contexto de la narración entre experiencia y promesa la expresión más profunda del alma
(Moisés enviado a realizar una liberación humanamente inconce- veterotestamentaria: el mesianismo.P, Esta "espina dorsal de la
bible) evidencia que Yahvé no pretende lo que él es, sino cómo ha Biblia" 16, esta tensión que recorre la historia entera de Israel es
de manifestarse en el cumplimiento de sus promesas. "Yo soy" la aspiración al cumplimiento de las promesas de Yahvé y la aten-
(haya) se entiende en el sentido de "estar allí", "estar presente", ta espera del futuro que ellas garantizan y que, impregnando las
"estar para ..." En cuanto a la proposición relativa "el que soy" estructuras concretas en las que se articula la vida del pueblo,
(aser ehyeh), confiere a la expresión precedente una cierta indeter- constantemente las subvierte y las abre al "más allá" y a lo "nue-
,.,minación y aire misterioso, de suerte que "la promesa de una vo". Así nacen las diferentes expresiones de la espera mesiánica;
.' presencia eficaz de Yahvé permanece en la esfera de lo va.go, d~ lo del encuentro entre el pensamiento, conciencia refleja del camino
inaferrable: es la libertad de Yahvé, que no se determina m se del pu.eblo, y la promesa, custodia de lo ya logrado, pero con
delimita" 13. El nombre divino revelado en Ex 3,14 no significa, demasiada frecuencia también obtusa defensa de la oscuridad del
pues, "Yo soy el que soy", en el sentido de un ser perfecto, cerra- "todavía no", nace el mesianismo real; del encuentro con el culto
do en un egoísmo divino, sino "Yo soy el que es para vosotros", confesión del límite humano e invocación de la fidelidad divina'
el Dios que es y será siempre fiel y nuevo con su presencia salvífi- brota el mesianismo sacerdotal; de la relación con la conciencia
ea en la diversidad de las situaciones humanas. Yahvé es así utópica, expresión liberadora de las energías frenadas por la tris-
"nombre del Dios que antes que todo promete su presencia y su teza presente, surge el mesianismo apocalíptico. La característica
reino y los coloca en la perspectiva del futuro", por lo cual indica común de estas confrontaciones estriba en la tensión que revelan
"un Dios que tiene 'el futuro como carácter constitutivo', un entre la historia de los hombres y la historia de Dios, entre el
Dios de la promesa y de la partida del presente hacia el futuro, presente de Israel y el futuro de la promesa de Yahvé,
un Dios de cuya libertad brotan las cosas venideras y nuevas. Su
nombre no es una sigla para designar 'eterno presente' ... Su nom-
bre es el nombre de un itinerario, de una promesa que abre un
nuevo futuro" 14. Así pues, lo indecible del nombre divino, que a
ninguno le era lícito pronunciar en Israel, quiere expresar al mis- J> Sobre el mesianismo cf entre otros, las colecciones de estudios L'Attente du Messie
mo tiempo la inasible profundidad de la realidad por él significa- París 1954, y La Venue du Messie, Bruselas 1962 (encuentro en lovaina); 11 Messianism~
(At~1 della XVIII Settimana biblica), Brescia 1966; J. COPPENS, Le Messianisme royal,
P~ns 1968; Id, Le Messianisme et sa relévr prophétique: Les anticipations vétérotestamen-
" Cf al respecto H. MÜHl.EN. La mutabilit di Dio, Brescia 1974, y W. MAAS. Unveran-
á
talres:' Leur accomplissement en Jésus, Gembloux 1974; R. FABRIS, Mesianismo escatológico.
derliclrkeit GOl/es. Zum VerhiJ/rnis van griechiscb-phiiosophiscñer und Christlichrr Gotteslehre, en DICCionario teológico interdisciplinar 11I, Síguerne, Salamanca 1983; N. FÜGlISTER, Fun-
Munich-Paderbom-Viena 1974. damentos veterotestamentarios de la cristologia del Nuevo Testamento, o.c.; H. GAUBERT.
" Cf W. ZIMMERl.I. GOl/es Offenbarung. Gesammelte Aufsátze zum Alten Testament, l/attes« del Messia, Turín 1970; A. GElIN. Les Idées maitresses de r Anclen Testament
Munich 1963, 20. París 1959'; U. KELLERMANN. Messias und Gesetz: Grundlinien einer aluestamentíicñen
" G. VON RAD. Teologta del Antiguo Testamento, o.c., 1, 182-184, cuya exposición he Heilserwartung: eine traditionsgeschichtliche Einjúlrrung. Neukirchen 1971; D. lAUENSTEIN.
seguido en este punto. Der Messias. Eine biblische Untersuchung, Stuttgart 1971; S. MOWINCKEI.. He that cometh,
Oxford 1956.
" J. MOLTMANN. Teologla de la esperanza. o.c., 2()"23.
•• A. GEl/N. Messianisme. en Dictionnaire de la Bibte, V, 1166 (cf todo el art 1165-1212).

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3.2. LAS FORMAS MESIANICAS par la tierra, sin fecundarla y hacerla' germinar para que dé se-
DE LA ESPERA mentera al sembrador y pan para comer, así la palabra que sale
de mi boca no vuelve a mí sin resultado, sin haber hecho 10 que
yo quería y haber llevado a cabo su misión" (ls 55,10-11). Por
eso, salvando la unidad fundamental de la tradición de Israel 18 el
a) El mesianismo profético profeta será fuerza crítica frente a la realeza y al sacerdocio;
como Elías (s.IX), será "carro y caballería de Israel" (2 Re 2,12);
Nacido de la Palabra, el Nombre inefable cargado de futuro, como Jeremías (s.VII), será constituido "sobre las naciones y so-
Israel vive cada hora de su historia bajo el juicio de la Palabra. bre los reinos para arrancar y destruir, para asolar y demoler,
Más que ver, escucha a su Dios. Esta vocación suya está impresa para edificar y plantar" (J er 1,10); como Isaías, echará en cara a
de modo indeleble en la figura extraordinaria de Moisés, el hom- los poderosos las infidelidades a la alianza: "Escuchad, pues, casa
bre al cual se le confió el Nombre (Ex 3,14), el que habla con de David: ¿os parece poco cansar a los hombres, para que queráis
Dios "cara a cara" (Dt 5,4) y, colocado entre Dios y su pueblo, también cansar a mi Dios?" (Is 7,13); o protestará contra la va-
es voz de Dios entre los hombres y voz de los hombres ante Dios cuidad del culto sin correspondencia en la vida: "Dejad de hollar
(cf Dt 5,5 ss). En Moisés está tan densificada la vocación de Israel mis atrios para traer me ofrendas vanas; me causa horror su in-
como pueblo de la Palabra, que todo su futuro, y consecuente- cienso. Novilunios, sábados, asambleas ... ¡ya no soporto más sa-
mente su expectativa y su esperanza, se leen en clave mosaica: crificios ni fiestas! Vuestros novilunios, vuestras solemnidades
"Yahvé, tu Dios, te suscitará de en medio de ti, entre tus herrna- odio con toda el alma; un peso se me han vuelto, y estoy cansa-
nos, .un-'profeta como yo, al' que vosotros escucharéis ... Yo ies do t\. ';i;uantarlas" (Is i,13-14 y ss). "Porque yo quiero amor, y
suscitaré de en medio de sus hermanos un profeta semejante a ti; no sacrificios, conocimiento de Dios, que no holocaustos" (Os
yo pondré mis palabras en su boca, y él les dirá cuanto yo les 6,6; cf también las invectivas de Jeremías contra el templo: Jer 7).
mande" (Dt 18,15. 18: el texto se redactó muy probablemente en Con el hundimiento del reino (585: destrucción de Jerusalén)
el siglo VIII como legitimación de un profetismo ya existente). y el exilio y la extinción temporal también del sacerdocio, la pre-
Estas afirmaciones poseen ante todo un sentido distributivo; es sencia atenta de la palabra profética no se extinguirá; incluso será
como si se dijera que Israel, mientras exista, será el pueblo que ella la que alimente la esperanza de Israel. La función profética
nace de la Palabra y vive bajo su juicio; por tanto, un pueblo en encuentra en esta época una expresión maravillosa en los cantos
el cual habrá siempre profetas (cf Am 2,11; Jer 7,25 s); además, del siervo paciente de Yahvé del Déutero-Isaias (ls 42,1-9; 49,1-6;
tienen un sentido propio y personal, como expresión de la espera 50,4-9; 52,13 - 53,12). En ellos, por primera vez, se expresa la espe-
del nuevo Moisés, que caracterizará a los tiempos del nuevo éxo- ra profética "en términos claramente profético-mosaicos" 1~, de
do y de la nueva alianza 17. los cuales hará amplio uso el Nuevo Testamento, sobre todo en
La "sucesión mosaica" se desarrollará en el sentido de un los estadios cristológicos más antiguos, para interpretar el destino
fraccionamiento de la totalidad de la experiencia de Moisés, en y la obra de Jesús. Estos cantos están profundamente arraigados
virtud de la cual las funciones sacerdotales y reales, inicialmente en la historia del exilio y expresan la esperanza de Israel de que
representadas en el profeta, se irán distinguiendo de la función en el dolor presente se prepara la futura salvación prometida, el
profética, a la que incumbirá el cometido más propio de la revela- cumplimiento de la esperanza mesiánica. Ellos presentan a un
ción carismática de la palabra. Precisamente en esto estará la siervo de Yahvé inocente, elegido y formado por él, enviado y
fuerza del profeta; porque la palabra, según la concepción del sostenido para desarrollar una misión profética en Israel en bene-
antiguo Oriente compartida por el Antiguo Testamento, es viva y ficio de todas las gentes; él proclamará la justicia y guiará al pue-
eficaz, produce lo que significa, juzga, abate y eleva: "Y como la blo como en un nuevo éxodo. Se colocará personalmente como la
lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sin empa-
" Como lo subraya con razón L. BOUYER./1 Figlio eterno. o.c., 43 ss, en pos de la
" Dt 18,18 es referido a Jesús en He 3,22 s: 7,37 (cf Jn 1,21; 6,14; 7,40); en los escuela escandinava.
textos de Qumrán (4Qtest 5-7) se aduce como testimonio sobre el profeta escatológico, IV N. FiiGIISTER. Fundamentos .... o.c., 148.

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alianza entre Dios y los hombres. Este siervo habrá de sufrir mu- encuentro entre la palabra de la promesa, confiada en su origen a
cho, llegando incluso a experimentar el abandono de Dios y mu-
Moisés y viva siempre y eficaz en los profetas, y las diversas situa-
riendo de muerte violenta; pero lo aceptará todo con paciencia y ciones históricas de Israel; con ello la conciencia de! pueblo será
mansedumbre, sin perder jamás su absoluta confianza en Yahvé. constantemente discutida y subvertida por la fuerza de la prome-
Sin embargo, su sufrimiento, querido por Dios como consecuen- sa. En t!empos de seguridad, la palabra será crítica de toda miope
cia de los pecados ajenos, se convertirá en causa de salvación presunción humana; en tiempos de debilidad y dolor, como el
para ellos; sufriendo por todos y en su lugar, obtendrá para ellos exilio y el frágil postexilio, se convertirá en canto de esperanza de
la curación y salvación, y él mismo recibirá de Yahvé un triunfo Israel, alimentando la expectativa de un profeta que restaure al
que no tendrá fin. La identificación del siervo es muy problemáti- pueblo bajo el juicio y dentro de la misericordia de Yahvé. El
ca; se puede ver en él una figura de la comunidad de Israel, a la orá.culo de I~ 6~,1-3, leído por Jesús en la sinagoga de Nazaret y
cual otros pasajes del Déutero-Isaías dan de hecho el título de apl~cado a SI mismo (según Le 4,18-19), expresa con singular efi-
"siervo"; también se puede ver en él, por sus fuertes característi- cacia esta espera de la comunidad postexílica: "El espíritu del
cas individuales y por la distinción frente al pueblo, a un indivi- Señor Yahvé está en mí, porque Yahvé me ha ungido. Me ha
duo aislado, quizá el mismo profeta; probablemente se entiende enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a curar a los cora-
por él a un individuo que encarna los destinos del pueblo (según zones oprimidos, a anunciar la libertad a los cautivos la libera-
la forma de la "corporate personality" típica de Israel) 20. Esta ción a los presos; a proclamar un año de gracia de Yahvé, un día
última interpretación explica mejor las experiencias de desilusión, de venganza para nuestro Dios. A consolar a todos los afligidos,
de frustración y de expectativa del Israel del exilio, que en la a dar a todos los afligidos de Sión una diadema en lugar de ceni-
figura del siervo se proyectan y expresan claramente. Con ello. la za, el óleo de alegría en lugar de vestido de IU'i.¡:;-·,;'::;banza en
suerte del siervo se convierte en una respuesta al desgarrador In- lugar de espíritu caído. Se les llamará encinas de justicia, planta-
terrogante del porqué del dolor presente, en una especie de co- ción de Yahvé para su gloria" (Is 61,1-3).
mentario de la historia del ahora, capaz de eliminar la desespera-
ción y suscitar la esperanza.
Esta subversión por la esperanza la ejercitará también el me-
sianismo profético en el judaísmo veterotestamentario más re- b) El mesianismo real
ciente; mientras que el profetismo parecerá que se extingue, no se
extinguirá la nostalgia de una palabra que rompa el silencio del
sufrimiento y cumpla las promesas de Dios: "[Oh si tú abrieses . En Israel, el poder tuvo siempre, en sentido negativo o posi-
los cielos y bajases!" (Is 63,19). Se esperará la restauración esca- tivo, una dimensión religiosa. Cuando en el siglo X escribe el
tológica de un profetismo universal cuando Yahvé "derrame su escritor yahvista la historia del pasado en sentido davídico, desde
espíritu en toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profeticen" el "protoevangelio" (cf Gén 3,15) a la promesa de A brahán (cf
(JI 3,1). Se esperará un profeta de los últimos tiempos, un Elías G~n 12,1-3), a la bendición de Jacob (cf Gén 49,8-12).y a los
redivivo, que prepare "el día terrible y grande de Yahvé" (Mal ?raculos de Balaam (cf Núm 24,15-19), lo hace con la precisa
3,23), o un nuevo Moisés que renueve los prodigios del éxodo, I~tenc.ión de arraigar el presente en una tradición teológica. La
según el dicho rabínico: "Como el primer redentor (Moisés), así hlst?r.la se lee (como en el Sal 78) en su convergencia hacia el rey
el último (el Mesías)" 21. davidico, contemplado a la vez como el cumplimiento de las pro-
Así pues, la línea del mesianismo profético se configura por el mesas hechas a los padres y la promesa de un cumplimiento nue-
vo ~ '!lás grande; por lo demás, éste es el contenido de la promesa
20 Sobre el concepto de "corporate personality" cf ,J. DE FRAINE, Adamo e la sua davídica de 2 Sam 7, que puede considerarse como la raíz históri-
discendenza. La concezione della "personalit corporativa" nella dialettica biblica detl'indiví-
á
ca de la espera mesiánica real. A David, que quiere construir una
duale e del collettivo, Roma 1968.
" Cf J. JEREMIAS. Moyses, en Grande Lessico del Nuovo Testamento VII, 796. Piénsese
casa para el arca de Dios (v. 5), Yahvé le hace saber por medio
también en el profeta de. los últimos tiempos de los textos de Qumrán: IQs 9, 11, por del profeta Natán, que será él, por el contrario, el que le constru-
ejemplo.
ya una casa (v. 11), una descendencia que no tendrá fin: "Tu casa

70
y tu reino subsistirán por siempre ante mí, y tu trono se afirmará con el mezquino Ajaz, deja entrever un señor ideal que inaugura-
para siempre" (v. 16). Así, a la promesa hecha a los padres sigue rá un nuevo principio, en el cual intervendrá el mismo Dios sir-
la promesa a David; al pacto del Sinaí, el pacto con él: en el viéndose de una "joven mujer" ligada de algún modo con la di-
semen (zera) de David (2 Sam 7,12), a través del "semen" de nastía davídica; aunque la referencia se hace al nacimiento de un
Abrahán (Gén 12,7), se concretiza la promesa hecha a la humani- hijo del rey, el tono del oráculo y el nombre simbólico dado al
dad en el "linaje" de la mujer (Gén 3,15). A partir de este mo- niño poseen un alcance mayor respecto a la situación contingen-
mento la esperanza de Israel estará estrechamente ligada al desti- te. Asimismo, en el cap. 9,1-6, celebrando la liberación de algunos
no de la dinastía davídica. Esta esperanza reaparece en los salmos territorios israelitas del norte ocupados en el 733 por los asirios,
llamados reales, ligados a la entronización del nuevo rey y quizá Isaías parece abrirse, a través de las imágenes típicas del ceremo-
en la celebración anual de la misma, cargados de una espera muy nial de entronización, a un rey davídico ideal (también aquí la
profunda, cuya realización se esperaba por obra del nuevo rey (cf referencia al hijo de Ajaz, Ezequías, es muy probable): "El pue-
Sal 2; 72; 110, el texto del salterio más frecuentemente citado en blo que andaba en las tinieblas vio una gran luz; sobre los mora-
el Nuevo Testamento). Con expresiones similares a las que se en- dores del país de mortal sombra, la luz ha despuntado ... Que un
cuentran, por ejemplo en los mitos reales de Mesopotamia y de niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; sobre sus hombros el
Egipto, el rey se presenta en ellos como hijo de Dios, que hará imperio, y su nombre será: Consejero admirable, Dios potente,
triunfar la justicia, salvará a su pueblo y extenderá su poder hasta Padre eterno, Príncipe de la paz, para ensanchar el imperio, para
los extremos confines de la tierra. Su reino no tendrá fin. Sin una paz sin fin, en el trono de David y en su reino, para asentarlo
embargo, a diferencia de las tradiciones de los otros pueblos, el y afirmarlo en el derecho y la justicia desde ahora hasta siempre.
reyes contemplado como subordinado ;1 Yahvé; es su "ungido" El celo de Yahvé de les ejércitos hará tOQQesto" (Is 9, l.5~6).
(mesiah = mesias) ". En rigor, ninguno de los salmos citados (ni Finalmente, en el texto de Is 11,1-9, que parece insertarse en el
otros tampoco del género "real", como por ejemplo el 89 y el contexto de la situación siguiente a la invasión asiria del 70 1, en
132) contiene la espera de un rey escatológico futuro; sin embar- el momento en que el tronco de David parece que ha quedado sin
go, la incorporación de estos cantos al salterio y su uso incluso vástago, la esperanza mesiánica real se convierte en Isaías en con-
después de la caída de la monarquía harán que ellos alimenten la testación del presente y anuncio de un renacimiento revoluciona-
esperanza mesiánica real. rio: "Un brote saldrá del tronco de Jesé, un vástago surgirá de
Sin embargo, la fuerza del Nombre divino, fuente de la identi- sus raíces. Sobre él reposará el espíritu de Yahvé ... En el temor de
dad y de la esperanza de Israel, iluminan su poder, mostrando no Yahvé será fecundo; no juzgará por lo que a sus ojos aparezca,
sólo los valores por los cuales pueden convertirse en vehículo de no fallará por lo que oigan sus oídos; juzgará con justicia a los
espera mesiánica, sino también su profunda relatividad respecto débiles, fallará rectamente por los pobres del país; al tirano herirá
al único soberano del pueblo elegido, el Señor. A esta luz se com- con la. vara de su boca, matará al impío con el soplo de sus la-
prende no sólo la doble tradición profética, de aversión y de con- bios ... el lobo habitará con el cordero, la pantera se acostará jun-
sentimiento, que se registra en los inicios de la monarquía (cf 1 to al cabrito; ternero y leoncillo pacerán juntos, un chiquillo los
Sam 8), sino también la función crítica que ejerce el mismo me- podrá cuidar. .." (Is 11,1.4-6; cf todo el vaticinio hasta el v. 9). En
sianismo real frente a la realeza concreta en Israel. Así, al remitir la misma situación de la amenaza asiria se sitúa la promesa me-
a las promesas del pasado y a la fidelidad de Dios para con la siánica del profeta Miqueas, que desde la pequeña e insignificante
dinastía davídica, los profetas fundan la crítica de la presente in- Belén ve surgir al nuevo David de la esperanza de Israel: "Y tú,
fidelidad de la monarquía. Hacia finales del s. VIII, Isaías opone Belén-Efratá, pequeña eres entre los millares de Judá; mas de ti
al cálculo humano del rey Ajaz ante la amenaza del rey de Asiria, saldrá aquel que ha de reinar en Israel. Sus orígenes vienen de
la confianza incondicional en Yahvé, prometiendo un signo: "Mi- antiguo, desde días lejanos. Por eso Yahvé los abandonará hasta
rad: la virgen encinta da a luz un hijo a quien ella pondrá el el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto
nombre de Emmanue1..." (ls 7,14). El profeta, en contraposición de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. El se alzará y pasto-
reará el rebaño con la fortaleza de Yahvé, con la majestad del
21 Cf L. BOl/YER. II Figlio eterno. o.c .. 93 ss , y S. MOWI!'IC"H. He that cometh, O.C., 48.55. nombre de Yahvé, su Dios. Habitarán seguros, porque entonces

72 71
extenderá él su poder hasta los confines de la tierra. Y será la menos, a este lado de las diversas situaciones histórico-políticas,
paz ..." (Miq 5,1-4). impugnadas por la esperanza davídica, ya en el sentido de la de-
En los años inmediatamente anteriores a la destrucción de J e- nuncia de la miopía de los poderosos, ya en el del anuncio conso-
rusalén se sitúa la acción de Jeremías; totalmente descorazonado lador de la realización de las promesas por parte de Yahvé.
respecto a la clase dirigente de su tiempo, que tolera muy mal su
incómoda predicación, sueña, criticando a los actuales poseedo-
res del poder, con una nueva alianza (cf Jer 31,31-34) y con un
futuro "vástago de David" que, de manera distinta al actual, "rei- e) El mesianismo sacerdotal
nará como verdadero rey, con sabiduría, y ejercerá el derecho y
la justicia en la tierra" (Jer 23,5). En tiempos de debilidad y pos-
tración, como el destierro y después del destierro, la tensión me- El sacerdocio de Israel está relacionado con la tradición levíti-
siánica real se expresará mediante el anuncio del rey futuro con- ea (cf Dt 33,8-11; bendición de Moisés a Leví), a la cual se le
templado como fuerza y consuelo para el presente. Ezequiel, confía la transmisión e interpretación de la revelación divina y la
profeta del tiempo del destierro, aunque atribuye un papel central celebración del sacrificio; los levitas "enseñaron tus preceptos a
en su esperanza mesiánica al nuevo templo y al nuevo culto (cf Jacob y tu ley a Israel. Hacen subir el incienso hasta tu rostro y
cc. 40-48), no renuncia a esperar un nuevo David (cf 37,24 s; 34,23 ponen los holocaustos sobre tu altar" (Dt 33,10). Además de esta
Y 17,22-24) 23. En el postexilio, esta esperanza se convertirá en casta sacerdotal, funciones sacerdotal es son ejercidas por el cabe-
espera inminente del tiempo escatológico (por ejemplo, en Ageo y za de familia (por ejemplo, en el banquete pascual) y por jefes
Zacarías) y del reino ideal del futuro Mesías: "Salta de júbilo, carismáticos, como Moisés, Josué y Samuel, hasta que, con la
hija de Sión; alégrate, hija de Jerusalén. He aquí que tu rey viene aparición de la monarquía davídica, la realeza tenderá a polarizar
a ti; él es justo y victorioso, humilde y montado en un asno, joven e~ sí el sacerdocio. "El sacerdote peculiar de Israel es el rey daví-
cría de una asna. Y hará que desaparezcan los carros de guerra de dico en cuanto cabeza de su pueblo, aun cuando en todo el Anti-
Efraín y los caballos de Jerusalén, y desaparecerá el arco de gue- guo Testamento, sólo reciba ese título expresamente en un famo-
rra. El anunciará la paz a las naciones y dominará de mar a mar so pasaje, que, por lo demás, es enormemente significativo" 24: se
y desde el río hasta los confines de la tierra" (Zac 9,9-10: la com- trata de la abierta proclamación del salmo 110,4: "Ha jurado
posición de este texto del llamado Déutero-Zacarías puede asig- Y?hvé y no ha de retractarse: Tú eres por siempre sacerdote, se-
narse a finales del s. IV; cf también la alegoría del pastor de Zac gun el orden de Melquisedec". Esta función sacerdotal, que se
11,4-17 y 13,7-9 y la figura del "traspasado" en 12,10 - 13,1). Fi- en.cuentra ta~bién en los mitos reales de Egipto y de Mesopota-
nalmente, la espera mesiánica real confluye en los textos intertes- rrna (donde, SIn embargo, el rey termina siendo identificado con
tamentarios, especialmente en los Salmos de Salomón (63 a.C.¡ la divinidad) 25, es ejercida, v.gr., por David cuando traslada el
sobre todo Sal 17) y en los textos de Qumrán donde, junto a arca de la alianza a Jerusalén (2 Sam 6); por Salomón, que consa-
un Mesías sacerdotal, se espera un Mesías davídico (cf por ejem- gra allí el templo (1 Re 8); por Ezequías, que retira de él la ser-
plo, I EcI 9,11), que tiene un carácter claramente.político y nacio- piente de bronce (2 Re 1814), y por Josías, que renueva solemne-
nal, común a la expectativa davídica de matriz zelota y farisaica mente la alianza con una celebración extraordinaria de la pascua
(cf también los apócrifos de la edad neotestamentaria: IV Esdras (2 Re 23). A esta luz se explica también la estrechísimarelación
7,37 - 12,3; 13,31-38; etc.). entre esperanza davídica y santuario de Jerusalén, que se expresa
en aquella "teología de Sión", difusamente presente en el Anti-
El mesianismo real se presenta, pues, como el fruto de la ten-
guo Testamento (cf, por ejemplo, Sal 46; 48; 76; 87; Is 2,1-5; Miq
sión siempre viva entre el "más", el "más allá", significado por
4,1-3), que une en el deseo rnesiánico el templo y el sacerdocio
el Nombre divino y continuamente recordado por su palabra, y el
con la realeza .
." La obra histórica deuteronomista -contemporánea aproximadamente de Ezequiel-
atnbuye. un notable significado a la promesa davídica de 2 Sam 7 y parece abrirse a " N. FÜGLlSTER. Fundamental ...• o.c., 117.
la posibilidad de un futuro florecimiento de la dinastía. " Cf S. MOWINCKEl, He that cometh, o.c., 48-56.

74 75
En la época postexílica, después del fin decepcionante de la nuevo templo de Ezequiel o en la renovación de la escatología
monarquía, será el sacerdocio el que polarice la realeza, produ- sacerdotal intertestamentaria.
ciendo una tensión mesiánica sacerdotal que cuestiona el presente
con la fuerza de la esperanza. Así, hacia el 573, el profeta Ezequiel
presenta la visión de un templo escatológico (cc. 40-48), lugar del
trono del Señor, que habitará en él eternamente: "El pueblo de d) El mesianismo apocalíptico
Israel no profanará más mi santo nombre, como tampoco sus
reyes ... y yo moraré en medio de ellos siempre" (43,7.9). Y Zaca-
rías, hacia el 520, presenta la figura del sumo sacerdote Josué, que En Israel no faltó jamás la tensión utópica, como expresión de
representa al pueblo pecador y penitente, al cual declara el ángel las energías reprimidas por la tristeza del presente; sin embargo, a
del Señor: "Mira, he quitado de encima de ti tus pecados y te he diferencia de otros pueblos, esta tensión se vio combatida y fue
vestido con vestidos preciosos"; y, después de haber hecho colo- destruida por la fuerza de Aquel que ya en su nombre se había
car en su cabeza una diadema pura, promete: "Esto dice Yahvé presentado como Dios del futuro y de la promesa. En este senti-
Sebaot: Si sigues mis caminos y guardas mis mandamientos, tú do, todo el mesianismo examinado hasta aquí es expresión. de la
gobernarás mi casa, serás guardián de mis atrios y te concederé conciencia utópica de Israel, plasmada siempre de nuevo por la
entrada entre éstos que están aquí" (Zac 3,1-7). La función sacer- intervención de Yahvé; sin embargo, las figuras de que se sirve
dotal desempeña un papel fundamental tanto en el escrito sacer- están siempre tomadas de la historia de este pueblo; estructuras y
dotal del Pentateuco (finales del s. V) como en la obra del cronis- formas de pensamiento, del poder y del culto, cargadas de fuerza
ta (1 y 2 Crónicas; comienzos del período helenistico, antes del irnpugnadora del presente en el impacto con la fe en la promesa:
300 a.C}, lo mismo que en el libro de Jesús Sirac (original hebreo La que vamos a examinar ahora es la espera mesiánica de un
hacia el 180 a.Cv); sin embargo, en estas obras falta la tensión mediador que viene enteramente de lo alto, más allá y contra
escatológica, ya que la salvación, concebida de forma intensa- toda barrera de tiempo y espacio; es el mesianismo de las figuras
mente cultual, está pensada en términos puramente intrahistóri- de la esperanza pura, absoluta; la espera de la intervención divina
coso Será en los textos intertestamentarios, inmediatamente ante- por excelencia, que justifica las expectativas más radicales y, en
riores al Nuevo Testamento, donde se reavive la esperanza de un ese sentido, más contradictorias respecto al presente.
mesías sacerdotal de los últimos tiempos, también como reacción En la época preexílica es figura de esta intervención celeste el
al fracaso de los diversos mediadores humanos (piénsese en las ángel de Yahvé (mal ak ihwh), identificado a veces y a veces dis-
gestas de los Macabeos). Así, por ejemplo, en los textos de Qum- tinguido de él, pero, en todo caso, a través del cual interviene el
rán se habla de ambos mesías, de Aarón y de Israel 26. Señor en la historia para orientarla. Esta figura, que desempeña a
Vale, pues, también para la tensión mesiánica sacerdotal la veces un papel de revelación y de salvación y otras de intercesión,
consideración de que la confrontación entre la palabra de la pro- se convierte en objeto de espera mesiánica en la reflexión de ma-
mesa y las estructuras de Israel se convierte en fuerza subversiva tiz escatológico del postexilio: "He aquí que yo enviaré mi men-
del presente. Frente a la pretendida autosuficiencia del sacerdocio sajero a preparar el camino delante de mí, y pronto vendrá a su
polarizado en la estructura real del preexilio, la contestación va templo el Señor, a quien vosotros buscáis; el ángel de la alianza,
en el sentido de evidenciar la miopía de todas las realizaciones por quien tanto suspiráis, he aquí que llega, dice Yahvé de los
humanas y la necesidad de esperar en el único que es poderoso ejércitos. ¿Quién podrá soportar el día de su venida?" (Mal 3,1-2;
(piénsese en los vaticinios de Isaías contra Ajaz y en las críticas texto escrito alrededor del 470 a.C.).
de los profetas sobre los sacrificios exteriores del templo); frente a El encuentro con el mundo griego lleva a una disminución de
un presente de decepción y dolor, la contestación va en el sentido la tensión escatológica, que se expresa en la reflexión sapiencial:
de reavivar la confianza en la promesa y de mover, consiguiente- mediante la sabiduría puede alcanzarse la salvación aquí y ahora.
mente, al compromiso de la esperanza, como en el anuncio del No obstante, sería inexacto ver en las descripciones de la sabidu-
ría una especie de Dios epifánico de impronta griega; es más bien
ze Cf 1Qs 9,11; Cd 12,23 s; 14,19; 19,10 s: 20,1. la forma en que se condensa la tensión utópica de Israel en una

76 77
época en que las desilusiones del presente hacen soñar con una eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás"
senda de salvación inmediata y eficaz. Esta sabiduría, que presen- (Dan 7,13-14). En este texto, "hijo del hombre" no es tanto un
ta caracteres proféticos (cf Prov 1,20-33), sacerdotales (cf Prov título ya fijado cuanto un concepto que sirve para expresar la
9,1-6) y reales (cf Prov 8,12-36), desarrolla sin embargo una fun- entidad colectiva de los "santos del Altísimo" (vv. 18.22.27), y no
ción cósmica y una mediación creadora (cf Prov 3,19; Sab 7,22 ss; indica propiamente un mediador soteriológico (el juicio contra
Prov 8,22-31; Sab 8,6), acercándose así a las figuras del mesianis- los reinos de la tierra es formulado por Dios antes de la entroni-
mo celeste. Esta soteriología inmediata, desescatologizada, se zación del hijo del hombre), En cambio, el carácter individual y
abandona con el nuevo florecer de las esperanzas mesiánicas es- la actividad escatológica y soteriológica del hijo del hombre están
catológicas en tiempo de la crisis macabea (s. 11 a.Ci). En este fuertemente marcados en la apocalíptica extracanónica, que ejer-
context? alcanza s.u madurez la apocalíptica 27; este género de ce una influencia determinante en el mundo del Nuevo Testamen-
pensamiento c?mbma elementos proféticos y sapienciales en el to; por ejemplo, el Libro de Henok (escrito en arameo, pero que
mtento de realizar una lectura teológica de la historia a la luz de nos ha llegado entero sólo en una versión etíope del griego) men-
la fe veter?testamen!ari~. Haciendo amplio uso del simbolismo y ciona explícitamente al hijo del hombre en cuatro capítulos
de un es~Ilo evocativo-irnplicarívo, utilizando seudónimos para (46,2 ss; 48,2 ss; 62,5-14; 69,26 ss), y habla de él también en otros
dar autondad sagrada a las revelaciones enunciadas los autores pasajes como del justo y el elegido, que preexiste atadas las co-
apocalípticos se esfuerzan por interpretar los sucesos históricos sas, viene de lo alto, realiza el juicio y reina en la resurrección so-
d~1 presente en relación con un designio divino superior, enten- bre todos los elegidos 29, Los temas indicados de la apocalíptica
diendo el choque del bien y del mal (fuerzas empeñadas en la lucha' constituyen el horizonte de pensamiento más inmediato en que se
¡el dualismo apocalíptico es histórico.ry' no mítico de carácter ° sitúa la formación y la predicación d~ Jesús de Nazaret (basta
r.netafísico!) com? momento. de un proceso cósmico, poblado de pensar en el uso que él hace del título hijo del hombre); aunque
angeles y demonios, que se cierra en la batalla final, caracterizada resulta exagerado afirmar que la apocalíptica es "la madre de
por el juicio divino, por la resurrección y por la renovación de lo toda la teología cristiana" 30, es preciso reconocer que el mesianis-
creado 28. Protagonista de esta batalla que instaura el reino de mo apocalíptico desempeña un papel decisivo en los orígenes del
Dios es el Mesías, elegido por Dios, hijo de Dios vencedor esca- hecho cristiano. Fruto del choque crítico y subversivo de la pro-
t?lógico. Ligada ?I Mesías está la figura del Hijo del hombre que, mesa divina con el presente histórico, este mesianismo, que acen-
SIendo en sus ongenes expresión de la "personalidad corporati- túa más que ningún otro la acción divina indeducible de esque-
va", asume un carácter cada vez más personal acentuando la mas humanos en el cumplimiento de la promesa misma, es la
dimensión humana del mismo Mesías y su arraigo en la historia preparación más inmediata al anuncio de la intervención nueva y .
d~ los hombr.es. Est~ figur~ enigmática aparece en el cap, 7 del definitiva de Dios en la historia del hombre, contenido en el Nue-
LIbro de pa~I~I, escrrto hacia el 165 a.c.: "Yo seguía contemplan- vo Testamento.
do en mis visrones nocturnas: En las nubes del cielo venía uno
c?mo un hijo de ~ombre; se dirigió hacia el anciano y fue condu-
¡y Cf lo BOUYER. II Figlio eterno, o.c., 131-137.
cido a su presencia, Se le dio gloria, poder e imperio y todos los ]0 E. K ASEMA!'o:N. Die Anfdng« christlicher Theologie, en "Zeitschrift für Theologie und
pueblos, naciones y lenguas le servían. Su poder era un poder Kirche" 57 (1960) 180. W. PANNENBERG. Fundamentos de Cristologia, Sígueme, Salaman-
ea 1974, ·102, escribe: "Si la espera apocaliptica hubiera de ser absolutamente inconcebible
para nosotros, tampoco sería concebible para nosotros la fe cristiana primitiva en Cristo".
27 Cf sobre I.a apocalíptica: H. H. ROWI.EY. The Relevance of Apocalyptic, A Study of Cf también lo AUDET. L'influence de l'apocalyptique sur la pensée de Jésus et de l'Eglise
Jewish and Christian Apocalypses from Daniel to Revelation, londres-Nueva York 1964' primittve. Quelques pistes de réflexion, en "Science et Esprit" 25 (1973) 51-74; H. BAlZ.
W. SCHMITHAlS, L'Apocalittica. Introduzione e Interpretazione, Brescia 1976' J. SCHREIr-<ER~ Eschatologie und Christologie. Modelle apokalyptischer und urchristlicher Heilserwartung. en
A/I/estament~~ch-jüdische Apokaliyptik. Eine Einfuhrung, Münster 1969. Pueden verse textos Das Wort und die Wiirter, Festschrift G. Friedrich, Stuttgart-Bonn 1973, 101-112; B., CORSAS!.
en: W. C. KUMMEL· C. HABICHT. O. KAISER· O. PLOGER· J. SCHREINER, Jüdische Schriften L'Apocalittica fra Antico e Nuovo Testamento, en "Protestantesimo" 27 (1972) 15-22; E. LOHSE.
aus hellenistischer Zeit, V, Apokalypsen, Gütersloh 1974, y M. ERBETTA. GIi Apocrifi del Apokalyptik und Christologie. en "Zeitschrift für die neutestamentliche Wissenschaft und die
Nuovo Testamento, lll, Lettere e Apocalissi, Turín 1969. Kunde der alteren Kirche" 62 (1971) 48-67; A. STROBEl, Kerygma und Apokalyptik. Ein
~. Como se ve, se trata de una interpretación escatológica e histórica del cosmos y no, retigionsgeschichtlicher und theologischer Beitrag zur Christus-frage, Gotinga 1967. Cf tam-
segun se piensa a veces, de una interpretación cósmica de la escatología; cf J. MOl TMANi':. bién U. VANNI. Apocaltpttca como teologia; en Diccionario teológico interdiscíplinar 1, O.c.,
Teologla de /a esperanza, o.c., 133 ss, especialmente 136. 445-462.

78 79
Así pues, el mesianismo veterotestamentario expresa la cons-
t~nte tensión entre la historia de Israel y la de Dios, el cual inter-
viene en ella como señor de la promesa y del futuro. En esta línea
se abre a un ingreso más pleno, a una hora escatológica en la cual
e~cuentre la promesa adecuado cumplimiento, en la cual la histo-
na del hombre sea hecha suya por Dios de un modo inaudito y el
Dios de la esperanza de Israel se revele para todos los pueblos
como el Dios de la historia.
En espera de esta hora, Israel se afirma como el pueblo de la
esperanza entre los pueblos; frente a ellos, frente a sus ídolos, 4
ejercerá una función crítica (basta pensar en el choque entre Elías
y l~s fals.os profetas en el monte Carmelo: 1 Re 18); pero a la vez
sera el VIVOrecuerdo del verdadero Dios para los hombres y de LA PLENITUD ·DEL TIEMPO 1

los hombres para el verdadero Dios; el pueblo (am) que entre las
gentes (go>:i~) es la memoria viva del Eterno, que prepara la nue- Cristología del Nuevo Testamento
va y. definitiva "memoria Aeterni" confesada por la fe cristiana:
el DIOs en la carne del mundo. Junto a esta altiva conciencia de
su unicidad, que le viene de la elección divina no carece Israel de
~a conciencia de que la espera y la esperanza', en cuanto tensión
inagotable hacia el "más" y el "más allá", caracterizan a la histo- 4.1. EL PUNTO DE PARTIDA:
ria como historia del "fracaso"; fracaso de los profetas, fracaso LA RESURRECCION
de la monarq~ía y del sacerdocio, fracaso incluso del Esperado,
como lo atestiguan los cantos del Siervo paciente. El Dios de
Is~ael, como Dios de la promesa, parece ser "paradójicamente el
DIOs de los seis días que no consigue realizar el sábado" 31. En El punto de partida de la fe y de la reflexión cnstiana es la
realidad, el ~nti~uo Testamento sabe que es un tiempo incomple- resurrección del Crucificado. La "historia cristiana" nace en pas-
t?, una tensión sin resolver. Sin embargo, de 'ahí justamente nace cua. Sin duda, fue preparada por las obras y los días precedentes
siempre .la nuev~ esperanza suscitada por la promesa de que lle- de Jesús de Nazaret; pero estas obras y estos días hasta la hora
gue al fin un tiempo en el cual, por encima del fracaso, Dios suprema y oscura de la cruz habrían permanecido ambiguos, y en
venza para siemp~e; en ~ste sentido, haciendo suya la esperanza definitiva carentes del significado que se les ha reconocido, si la
d~ Israel, los cnstianos Interpretaron la resurrección después del historia del Nazareno se hubiera cerrado para siempre con la ago-
v.I~r~es santo como el gran cumplimiento de las expectativas me- nía y muerte del viernes santo. Ya Pablo lo atestigua en un texto
sl~mcas, en. e~ cual. el "más" que está delante no se presenta ya antiquísimo (escrito hacia la pascua del 57): "Si Cristo no resuci-
lejano y hUIdiZO, sino que se da bajo la forma de un principio
nuevo y definitivo.
1 Cf Gál 4,4; Ef 1,10 Y el anuncio con el que inaugura Jesús su predicación: Me 1.15.
Sobre la cristología del Nuevo Testamento cf: J. CABA. El Jesús de los Evangelios, BAC.
Madrid 1977; Christ und Spirit in the New Testament, ed por B. Lindars and S. S. Srnallev,
Londres 1973; H. CONZELMAr.;r.;. Teologia del Nuovo Testamento. bajo la dirección de
R. Penna, Brescia 1972; O. CULLMANr.;. Cristologia del Nuovo Testamento, Bolonia 1970;
C. DODD. El fundador del cristianismo, Herder, Barcelona 1979'; J. ERNST. Anfdng« der Chris-
tologie, Stuttgart 1972; E. FUCHS. Glaube und Erfahrung. Zum christologischen Problem im
Neuen Testament, Tubinga 1965; J. GN1LKA. Jesus Christus nach fruhen Zeugnissen des Glau-
bens, Munich 1970; L. GOPPEL T. Theologie des Neuen Testament, hrsg. von J. Roloff, Gotinga
1976; P. GRECH. Sviluppo de/la cristologia del Nuovo Testamento, en Problemi attuali di cristo-
II F. FESTORAZZl. Antiguo Testamento. o.c., 26. logia. ed A. Amato, Roma 1975, 59-74; F. HAHN. Christologische Hoheitstitel. Ihre Geschichte

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