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Delgado Tavira Leslie Carolina

La leyenda y la manifestación de Tezcatlipoca en tres augurios del


Libro V de la Historia general de las cosas de Nueva España

Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590) fue el primer filólogo novohispano que


documentó en lengua española una recopilación de doce libros titulada Historia
general de las cosas de Nueva España. En dicho manuscrito escribió las
costumbres y creencias de los antiguos nahuas, cuya motivación en su mocedad
fue extirpar la idolatría prehispánica, pero en su edad adulta cambió ese interés
por tener un amplio conocimiento de la cultura de los indígenas y, sobre todo,
entenderla y defenderla. Este acto propició una negación por parte del rey de
España, Felipe II, quien prohibía el 22 de abril de 1577 en su real cédula “por
ninguna manera persona alguna escriba cosas que toquen a supersticiones y
manera de vivir que estos indios tenían”1, recogiendo su obra por contener fiestas
rituales y augurios de contenido herético.

De estos augurios documentados en el libro V de la Historia, se seleccionaron


para el presente trabajo tres debido a su semejanza con el personaje principal, es
decir, Tezcatlipoca –ora metamorfoseado en animal, ora como fantasma-. Estos
augurios son: Del agüero que tomaban cuando oían de noche algunos golpes,
como de quien está cortando madera, Que trata del agüero que tomaban cuando
de noche veían estantiguas y, por último, En que se trata de otros fantasmas que
aparecían de noche. Otra semejanza en común de los tres augurios antes
mencionados es que están escritos como leyendas: contienen una narración de
carácter oral, cuyos sucesos son fantásticos, pero a su vez verosímiles.

Al considerar las características propias de la leyenda y al ubicarlas entre los


augurios, éstos contienen acciones extraordinarias debido a las manifestaciones
de los fantasmas y el coyote ; se efectúan las tres en un espacio temporal idóneo
como la noche; se condensa lo sobrenatural con lo real porque son seres

1 Códice Franciscano Siglo XVI. (1889) México: Imprenta de Francisco Díaz de León.
humanos en una población específica interactuando con apariciones; remiten a
una creencia religiosa en particular como la vinculación entre el hombre y el dios ;
su temática se encuentra entre leyenda negra o leyenda de terror ya por los malos
presagios de las apariciones, ya por lo escatológico de las narraciones; y, por
último, el héroe se consolida en la figura de Tezcatlipoca – bajo su papel de
personaje principal- dando dádivas en forma de espinas de maguey o protegiendo
a sus devotos por medio de advertencias de peligro. Un ejemplo de todos estos
recursos se encuentra en todo el augurio titulado En que se trata de otros
fantasmas que aparecían de noche:

“Asimismo decían que Tezcatlipoca muchas veces se transformaba en un animal que llaman
cóyotl, que es como lobo, y así transformado poníase delante de los caminantes, como atajándolos
el camino, para que no pasasen adelante; y en esto entendía el caminante que algún peligro había
adelante de ladrones o robadores, o que alguna otra desgracia le había de acontecer yendo el
camino adelante.” (269)

Con base a los elementos anteriores, ¿por qué la comunidad indígena en sus
“leyendas” concebía que el artífice de los tres augurios era Tezcatlipoca y no otra
dios? En relación con la deidad, el atavío más significativo de Tezcatlipoca era el
espejo de obsidiana que tenía incrustado en lugar de un pie, cuya utilidad de esa
roca ígnea era conocer los pensamientos humanos y, tras su consulta, observar la
realidad metafísica del mundo a través del reflejo emitente. A partir de esto, la
etimología de Tezcatlipoca deriva de tezcatl, espejo; tliltic, negro; poctli, humo, y
en su conjunto significa “el espejo negro que humea”.2 Sahagún en la Historia
representa a Tezcatlipoca como el mismísimo Satanás debido a esta
caracterización de la deidad y por sus demás cualidades portentosas: era un dios
omnipotente; su presencia en el mundo era invisible, pero físicamente podía
metamorfosearse en personas, animales o fantasmas –como se observa en los
tres augurios-; burlaba tanto a dioses como a humanos, pero a su vez podía
bendecir a sus devotos por medio de rituales y oraciones; y, por último, era un dios

2
Heyden, D. (s.f). Tezcatlipoca en el mundo náhuatl [archivo en PDF]. Disponible en
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn19/304.pdf
guerrero por excelencia, ya que propiciaba las guerras bajo el nombre de Nécoc
Yáotl3.

A partir de las cualidades anteriores, la ignorancia de estas creencias y


supersticiones religiosas obligaba a los frailes misioneros suponer que el
politeísmo nahua se basaba en demonios disfrazados y venerados por dioses y, a
su vez, el líder de esa legión era representada por Tezcatlipoca bajo sus distintos
nombres. Diego Durán atestigua que “salía una dignidad de las de aquel tiempo,
que le llamaban Titlacahuan, vestido a la mesma manera que el diablo” (39). Esta
concepción se basa en el ideal cristiano del bien y mal como dos nociones jamás
aunadas, es decir, la inexistencia de la dualidad bien-mal en un dios. Asimismo
surge la creencia de un solo dios en el mundo cristiano, ya que es capaz de ser
benevolente todo el tiempo, no tiene otro igual por su misma naturaleza
inmaculada y es el único todopoderoso que reina en el universo por los siglos de
los siglos. Por el contrario, su antítesis Satanás es perverso, burlador, generador
de males y, su característica más importante, ejerce su poder sobre los hombres,
pero no es una deidad por su carácter destructivo y maléfico.

Por el contrario, en la cosmovisión mexica existía no sólo uno, sino una


variedad de dioses duales. Tezcatlipoca es el mejor ejemplo, ya que su dualidad
consistía en perdonar las faltas de los hombres, proteger de los peligros, bendecir
las actividades humanas y obsequiar dádivas a los temerarios; a su vez, era un
dios arbitrario que podía de acuerdo a su volubilidad ignorar las súplicas humanas
o burlarse de ellas. De esta manera se aprecia que en el augurio En que se trata
de otros fantasmas… la aparición de Tezcatlipoca es benevolente: se
metamorfosea como un coyote para proteger a sus fieles. Sin embargo, en el
augurio Que trata del agüero que tomaban… Tezcatlipoca anuncia un mal
venidero: la deidad en forma de estantiguas profesaba una muerte o cautiverio
para el hombre a quien manifestaba su aparición. Dependiendo de las acciones
de Tezcatlipoca, se deducía si el hecho futuro sería devastador o benéfico.

3
Sahagún, B. (2013). Historia general de las cosas de Nueva España. México: Porrúa. 29.
Otro ejemplo que condensa la dualidad nahua es el agüero Del que tomaban
cuando oían de noche algunos golpes…, Tezcatlipoca se disfraza de un fantasma
en forma de hombre sin cabeza que en su pecho tiene unas puertas que se abren
y se cierran monótonamente, ocasionando que el corazón se le vea en esos
lapsus de abertura y genere un sonido atroz en los montes, cuando los penitentes
deambulan con sus respectivos rituales nocturnos. En el augurio se encuentra un
sincretismo español e indígena: el español se basa en que el demonio cristiano
toma forma de fantasma, actuando en la noche y entre los montes porque es su
espacio-temporal propicio- un ejemplo de ello es el aquelarre-. Sahagún
transcribe sobre esto lo siguiente: “este sonido se oía al primer sueño de la noche,
cuando todos duermen profundamente y ningún ruido de gente suena” (263).
Desde la perspectiva indígena se creía que la aparición de Tezcatlipoca
negativamente generaba enfermedades o pobreza. Sin embargo, por el lado
positivo, buscaba creyentes esforzados capaces de ir hacia la aparición
temerariamente y, al enfrentarla, vencerla. Esta muestra de valor daba como
galardón dádivas en forma de espinas de maguey y “eran señal que sería
próspero en la guerra, y tomando tantos cautivos cuantas espinas recibía, y que
sería próspero y reverenciado en este mundo, con riquezas y honras e insignias
de hombre valiente” (264).

En conclusión, Sahagún en su prosa transcribe los augurios de origen


prehispánico como una anécdota conversacional entre el informante y su persona.
Al ser relatos de tradición oral, se hallaron elementos literarios de las leyendas
para considerarlos como tales: permean elementos fantásticos que se vinculan
con un espacio y tiempo narrativo verosímiles, se considera a Tezcatlipoca como
un héroe, los seres sobrenaturales se relacionan con los hombres y se ubica la
temática de los augurios entre leyenda negra y leyenda de terror. Por otro lado, la
aparición de Tezcatlipoca como propiciador de males o donador de dádivas en los
mismos tiene un significado en particular a diferencia de otras deidades: es un
dios dual capaz de satisfacer a sus devotos, como también maldecirlos y
abandonarlos debido a su naturaleza voluble e impredecible. En la Historia
General de las cosas de Nueva España se transcriben maldiciones de los devotos
hacia Tezcatlipoca causada por su nula consideración a las necesidades
cotidianas y de la guerra. De esta manera, la relación de los indígenas con los
“fantasmas” y los animales en los augurios deriva de las metamorfosis del dios,
que como buen burlador puede cambiar su apariencia física o puede conservarse
invisible.

Al conocer los corazones humanos por medio de su espejo de obsidiana,


Tezcatlipoca evoca el temor de los naturales a través de estas apariciones que
nuestro pensamiento ya occidentalizado caracteriza como demoníaco. La
adoración del pueblo por Tezcatlipoca era tan alta que en su fiesta representativa,
la fiesta de Tóxcatl, su preparación tenía un carácter sagrado debido a su
rigurosidad y perfección: desde un año antes se preparaba al ixiptla (representante
de Tezcatlipoca) para su sacrificio. Tezcatlipoca era un dios portentoso y con
tantos atributos que por ello Sahagún lo considera el Satanás del pueblo nahua.

Bibliografía

Códice Franciscano Siglo XVI. (1889) México: Imprenta de Francisco Díaz de


León.

Durán, D. (1995). Historia de las Indias de Nueva España e Islas de tierra firme.
México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Heyden, D. (s.f.). Tezcatlipoca en el mundo náhuatl [Archivo en PDF]. Disponible


en
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn19/304
.pdf

López, A. (1969). Augurios y abusiones [Archivo en PDF]. Disponible en


http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/augurios/1
24_04_01_Introduccion.pdf

Morote, P. (s.f.). Las leyendas y su valor didáctico [Archivo en PDF]. Disponible en


https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/pdf/congreso_40/co
ngreso_40_38.pdf
Sahagún, B. (2013). Historia General de las cosas de Nueva España. México:
Porrúa.

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