Вы находитесь на странице: 1из 42
Sees Ciudadania multicultural 3 Will Kymlicka Capieuto 1 INTRODUCCION 1. Los Temas En la actualidad Ia mayorfa de pafses son culcuralmente diversos. Se- gn estimaciones recientes, los 184 Eseados independientes del mundo contienen més dé-600 grapos de lenguas vivas y 5.000 grupos éenicos. Soni * bien escasos los paises cuyos ciudadanos comparten el mismo lenguajé'o = pertenecen al mismio:grupo écnico-nacional.! og Esta diygrsidad plantea una serie de cuestiones importantes y.ioten- cialmence diyisivds:iAsiy minorias y- mayorias se enfrentam cada véz nds respecto de Femas bio los derechos lingiifsticos; la auronorafa eegtéiial, la represencacidn:politica, el curriculum educativo, las reivijidicaciones t rritoriales, la politiea de inmigraci6n y naturalizacién, e incluso acercaide? simbolos nacionales, como la elecci6n del himno nacional y las festividadess:~ oficiales. Encontrar respuestas moralmente defendibles y policicamente via: bles a dichas.cuestipnes constituye el principal desafio al que se enfrentarsé.¢ Jas democracias endl actualidad, En Europa Oriencal y en el Tercer Mun, do, las tentativas-de-establecer insticuciones democriticas liberales se ven == socavadas por confliccos nacionales violentos. En Occidente, las tornadizas = disputas sobre los derechos de los inmigrantes, los pueblos autéctonos y ‘otras minorias culturales estan cuestionando muchos de los supuestos que han gobernado la vida politica durante décadas. Desde el final de la guerra fifa, los conflictos etnoculcurales se han convertido en Ia fuente mas comin de violencia politica en el mundo, sin que se vislumbren sintomas de que la sieuacién vaya a cambiar? Este libro esboza un nuevo enfoque sobre estos problemas, a sabiendas de que no existen respuestas simples 0 férmulas mégicas para resolver to- das estas cuestiones. Algunos conflictos son insolubles, aun cuando los con- tendientes estén motivados por un sentido de equidad y rolerancia, del que 1. Acerca de estas estimaciones (y su imprecisién), vésse Laczko, 1994; Gurr, 1993; Nilsson, 1985. Suclen dasse como ejemplos de palses que son més o menos culeuralmen= te homogéaeos Islandia y las dos Coreas. 2. Para estudios sabre los derechos de las minortas en odo el mundo, wéase Sigler, 1983; Gure, 1993; Van Dyke, 1977; Capocorti, 1979; Hannum, 1990, 14 Cixdadsaga muleiculearal muchas veces carecen. Por otro lado, cada disputa posee una historia y unas circunstancias tinicas e intransferibles que deben considerarse a la hora de idear una solucién justa y viable. De ahf que mi objetivo consista en retro- eder para presenter una visiéa més general del panorama, identificar al- jgunos conceptos y principios clave a tomar en consideracién y, finalmente, clarificar fos fandamentos bésicos de un enfoque liberal del problema de los derechos de las minorias. ‘Sorprendentemente, la tradicién politica occidental se ha ocupado muy poco de estas cuestiones. La mayor parte de las comunidades politi- cas organizadas de la historia han sido multiétnicas, un testamento de la ubicuidad de las conquistas y del comercio a larga distancia en los ast tos humanos. Sin embargo, la mayorfa de-los especialistas en teorfa poli- “vt tica han utilizado un modelo idealizado de polis en-ta que los conciudada- “gos Comparten unos ancestros, un lenguaje y-una cilguracomunes. Aun ~ euando los propios especialistas vivieron en imiperios’pfarilingles.que go- “bethaban niimerosos grupos éenicos y lingitisticos, eséribieron a menudo ‘eomo si las: ciudades-Estado culturalmente Homopénieas de la antigua | Grecia proporcionasen el modelo esencial o'estdiqdlar dé sitia comunidad po~ weiea.* eos Leal $j: Para alcanzar este ideal de una sociedad y. organizscién politica: hom genes los gobiernos, alo laxgo de la historia, ban seid dives pol => eas con fespecto a'las minorias culturales. Algunas:ménorias fueron fisica~ “iE.hente climinadas, ya fuese mediante expulsiones:misgivas (lo que hoy se “aE denomina «limpieza érnica») 0 bien mediante el genodidio. Otras minorias © fueron asimiladas de forma coercitiva, forzéndolas a.adoptar el lenguaje, la “religion y las costumbres de la mayoria. En otros casos, das minorfas fueron ‘tratadas como extranjeros residentes, sometidas a segregaciGn fisica y dis- ctiminacién econémica, asf como a privacién de derechos poltticos. ‘A lo latgo de la historia se han realizado diversos intentos de proteger Jas minotfas culeurales y de regular los conflictos potenciales entre las cul- ‘turas mayoritarias y las minoritarias. Por ejemplo, a principios del siglo Xx, ‘ratados bilaterales regularon el tratamiento de los conciudadanos naciona- les en otro pafs. Ast, Alemania accedié a conceder determinados derechos y privilegios a los ciudadanos de etnia polaca que habitaban dentro de sus 3. Sobre el supuesto de homogeneidad cultural en el pensamiento politico acciden- tal, véase McRee, 1979; Van Dyke, 1977; Walzer, 1982, pags. 1-3; McNeill, 1986, ig. 23. Sobre la realided de la hecerogeneidad culeural en la historia y sus causes, véase ‘MeNteili, 1986, Acerca dela creciente magnicud de esca diversidad, véase Castles y Miller, 1993, pig. 8. “Bl ucor usa la expresi6n polity, que puede traducirse por forma ce gobierno, de ad- ministracién de los asuntos colectivor, ©, Como en este c2s0, por socieded y organizacién politica. (N. de lat) Introduecién 15 fronteras y Polonia, a su vez, proporcioné derechos reciprocos 2 los ciuda- danos de etnia alemana residentes en Polonia. Este sistema de tratados se extendi6, adoptando obviamente un tratamiento multilateral, con el adve~ nimiento de la Sociedad de las Naciones. No obstante, dichos tratados resuleaban inadecuados por una razén muy clara: s6lo se concedfa la proteceién conesa la discriminacién y la opre- si6n a una minorfa en el caso de que un cercano «Estado afin» se interesa~ se por ella, Por otro lado, dichos tratados resultaron ser desestabilizadores, habida cuenta de que tales Estados afines, de existir, a menudo emplearon las disposiciones del tratado como pretexto para invadir o intervenit en na- ciones més débiles. Asf, la Alemania nazi justificé su invasin de Polonia y Checostovaquia alegando que dichos pafses violaban el tratado acerca de los ~-.derechos de los ciudadanos de enia germana residentes ch sus respectivos tetticorios. = «Tras la segunda guerra mundial, era obvio qué la caste de los derechios de las minorias debia abordarse de forma diferente’ Muchos liberales crefan ue el nuevo énfasis en los aderechos huminos» resolves Tos conflictés de as tainorfas. Dicko de otra forma, mas que protegerdlirectsmneate a los geu- Bos vulnerables mediante derechos especiales para fos miemibrs de grapos es cada vez més patente.” Obviamente, un Gnico pais puede ser a la vez muleinacional (como re~ sultado de la colonizacién, 1a conquista o la confederacién de comunidades nacionales) y poliéenico (como resultado de Ia inmigraci6n individual y fa- miliar). De hecho, todas estas posibilidades y modelos se encuentran en Ca~ nadé: los indios fueron invadidos por los colonos franceses y los franceses fueron conquistados por los ingleses, si bien la relaci6n actual entre ambos se puede considerar una federacién voluntaria; ademés, tanto ingleses como franceses han aceptado inmigrantes, a los que se ha permitido mantener su identidad éenica. De abi que Canada sea multinacional y poliéenico, como los Eseados Unidos. seas etiquevas tienen ciereamente menos popularidad que el témino «multiculcural», pero este tiltimo eérmino puede resultar confisso, precisa- mento-a causa de su ambigitedad, que no permice diferenciar enere: mul- tinacional y poliéenico. Tal ambigtiedad hizo que el gabierno-canadiense “fueta inmerecidamente criticado por su politica'de «ijyulrictitcuralismion, et xéerhino elegido por el gobierno para describir la pole caique empexd. ‘Ya impulsara partir de 1970, politica encaminada a fementat la polietni- cidady. no la asimilacién de los inmigrantes..Algunos canadienses francé- fonps se than opuesto a la politica del «multiculturalismos por conside~ fare reduce sus exigencias de nacionalided al nivel de fa, etaicidad inmig#shte." Por el contratio, otras personas consideran qué él: objetivo de dicha politica es tratar a los grupos de inmigrances comortaciones, por lo quetapoyan el desarrollo de culeuras institucionalmence cormipletas pare elas a la francesa y-a la inglesa. De hecho, ninguno de los temofes esta jus- tificado, habida cuenta de que el «mulciculturalismo» es una‘politica de apoyo a la polietnicidad dentro de las insticuciones nacionales propias de las culturas inglesa y francesa (Burnet, 1975, pag. 36). Puesto que el término «mulcicultural» invica a cales confusions, usaremos los adjetivos «multi- 7. Bato ha desencadenado un creciente debate en Buropa sobre la nacuraleza de la ciu- dJadania y su relacién con Ia nacionalidad (entendida como pertenencia la cultura nacio- nal). Sobre Inglaterra, véase Parckh, 1990; 1991; Modood, 1992; scbre Francia, véase Colas y otros, 1991; Leca, 1992. Sobre Europa en general, véase Lenoble y Dewandre, 1992; Brubaker, 1989. Sobre ei eseatus de los tabajacores invitados, véase Laycon-Henry, 1990. 4. Tal como lo describié René Lévesquc, antigo Primer minisero de Quebec, el mul- ticulturalismo ses una «evasivar. La noci6n se acuné pata difirninar el wasunto de Que~ bbee», para dar una impresin de que codos somos éenicos y no tenemos que preocupasnos ppor un estacus especial para Quebec» (citado en Wilson, 1993, pig. $96, nota 33). Los mmaores de Nueva Zelanda han experimencado peeocupaciones similaces; esto es, que la re- CGrica del «muleiculeuraliemo» er una manera de negar sus exigencies nacionales, amon- tondndolas con las exigenciae poligenices de los inmigeances no britézicos (Sharp, 1990, ag. 228; Mulgan, 1989, pigs. 8-9) Tas politicas del mulsiculeutalismo 35 nacional» y «poligtnico» para aludir a las dos formas principales de plura- ismo culeural. Algunas personas emplean el cérmino «multicultural» de una manera Gn més amplia, para englobar una excensa gama de grupos sociales no ét- nicos que, por diversas razones, han sido excluidos o matginados del niicleo mayoritatio de la sociedad. Este uso es particularmente frecuence en los Es- tados Unidos, donde los partidatios de un curriculum «muleicultural> estén ‘a menudo aludiendo a los esfuerzos para invertir la exclusién histérica de ‘grupos como los discapacitados, los gays y las lesbianas, las mujeres, la cla se obrera, los ateos o los comunistas.” ‘Todo ello pone de manifiesto Ia complejidad del eécmino «cultura». ‘Muchos de estos grupos tienen una cultura distinta en uno de los sentidos habituales del término; 2 saber, cuando «culeura» alude a las distintas cos- sumbres, perspectivas o-ethar deun grupo 0 una asociaciacién; por ejemplo, cuando se habla de-una:scalfura gay> 0 incluso de una «cultura burocrati- ca». Bste es, quizéyel-significado més preciso de «una cultura». En-el otto extremo, empleandy xcultura» en su sentido mas amplio y comprebensivo, i>"! ppodemos decir que feta las democracias occidencales comparten wit «cul- tur» comin,ien el:sentielo de que codas ellas.comparten una civilizacién moderna, urbana, secular-@induscrializada, en.contraste con el mundo feu- 3 dal, agrfcola y xeocriticorde nuestros ancestros : Estas dos acepciones-sho,éenicas de cultura aparecen en el Oxford En- lish Dictionary, que defing cultura como las «costumbres» o la «civiliza~ Gién» de un grupo o un preblo. Si culeura alude a las «costumbres» de un grupo, resulta obvie.qus Ips diversus giupus Luu estilos de vida propios, os movimientos sociales yalas asociaciones voluntarias que podemos en- contrar en cualquier sociedad moderna poseen sus propias «culturas»- De acuerdo con esta definicién, incluso el Estado mas homogénco étnicamen- te, como Islandia, seria pese a todo un Estado «multicultural», puesto que contiene diversas series de asociaciones y grupos basados en distinciones de clase, género, orientacién sexual, religién, creencias morales ¢ ideologia politica. Si culeura alude a la «civilizacién» de un pueblo, entonces préctica- ‘mente todas las sociedades modernas comparcen la misma cultura. Segtin esta definici6n, incluso el pais mis multinacional, come Suiza, o el pais ms poliécnico, como Australia, no son excesivamence «multiculturales», ino «multicaleuralismo» en diferentes palses. in Canad, este té ‘ino alude caracterfticemente al derecho de los inmigrantes a expresar au identidad &t- nica sin temor a os prejuicios o 2 la discriminaci6n; cn Europa, muchas veces se refiere a Jos poderes compartidos enere Ins comunidades nacionales; en los Estacos Unidos, se e- leusar para englobar las demandas de grupos socialmente marginades. 36 Ciudadanfa muleiculeural en la medida en que los diversos grupos nacionales y étnicos participan de Ia misma forma de vida social moderna ¢ industtializada, Por mi parce, empleo los términos cultura (y «multicultural») en un sentido diferente. Me centraré en el tipo de «muleiculeuralismo» derivado de las diferencias nacionales y éenicas. Como dije antes, ucilizo «cultura» como sinénimo de «nacién» o «pueblo»; es decir, como una comunidad tergeneracional, més 0 menos completa institucionalmente, que ocupa un territorio una patria determinada y comparte un lenguaje y una historia especificas. Por tanto, un Estado es mulciculeural bien si sus miembros pertenecen a naciones diferentes (un Estado multinacional), bien si éstos han emigrado de diversas naciones (un Estado poliétnico), siempre y cuan- do ello suponga un aspecto importante de la identidad personal y Ia vida polfcica. * Se trata pura y simplemente de mi definicién operaciva cle «culeuray y <«riulejculcural», aunque estoy convencido de que dicha:defipicién. se co- \ottespende con el uso comiin de estos términos. No incluye aqui el ipo de > estilos.de vida grupal, movimientos sociales y.asociatjonesvoluntatias que. Hvatros engloban deritro del mbico del multicultusstismo.;<¥--no porque ‘J spiemse:que las cuestiones que plantean estosigrupossho sean importantes; antes al contrario, doy por supuesto que la atomodaciénadeslas, diferencias émniqas y nacionales es s6lo uno de los aspectos-de una Iucha-mds amplia parallograr una democracia més tolerante ¢ inclusiva. ‘Laimarginacién de las mujeres, los gays, las lesbianas 3:16 dossttraviesa las fronteras étnicas y nacionales: se da en lasidulturas ma ritartas y en los Estados-nacién, asf como dentro de las miorias nacionales y los grupos étnicos, por lo que debe combatirse en todos esos lugares. Por tanto; una teoria que contemple los derechos de las minoréas culcurales debe Ser compatible con las justas reivindicaciones de los grupos sociales «que se encuentran en situacién de desventaja, y, como espero poder demos- trar luego, creo que mi teorfa cumple dicho requisito. Ademés, como ar- gumentaré después, existen importantes analogias entre las exigencias de justicia que plantean tales movimientos sociales y las exigencias de los grupos étnicos, habida cuenta que unos y otros han sido excluidos y mar- ginados en vieeud de su «diferencia» ‘Dadas escas analogias, algunas personas se sienten tentadas a decir que ‘estos grupos sociales constituyen distineas «culturas» o «subculeuras», por Jo que la lucha contra su opresi6n es una lucha en favor del «mulciculeura- lismom."° Indudablemente, en cierto sentido los gays y las lesbianas, las 10, Parte de la motivacién de este enfoque es que muchos planteamientos ilibersles del valor de las diferencias nacionales y étnicas scaban por racionalizar Is opresisn dentro ‘de lor grupos minoricasios en aombee del respeco a las tendiciones, o de proteger la «au-

Вам также может понравиться