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¿Por qué focalizar más nuestra atención en esta dimensión del pensamiento
senderista problematizando en los pliegues más escondidos de su racionalidad?
Por una razón importante: porque el discurso senderista se perfila sobre una forma
de entender la realidad cósmica, como realidad total, y una forma de asumir el
conocimiento concreto de la misma con raíces ontológicas, epistemológicas y
cognoscitivas que no están, por si acaso, solamente en el senderismo sino en la
cultura académica y popular que se ha venido transmitiendo en la escuela, la
universidad y en el sentido común de la gente. En este entender, poner al
descubierto críticamente este trasfondo cognoscitivo es muy importante para
entender mejor la entraña del senderismo original, como para enfrentar sus
derivaciones actuales, luego de su derrota militar, en el campo magisterial y otros
donde pugna por reproducirse metamorfoseadamente como un virus resistente a
los más potentes antibióticos.
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El “pensamiento Gonzalo” instalado como el pensamiento oficial del senderismo
político en el Perú, es un pensamiento-libro copia de los textos de Mao Tse-tung
sobre la sociedad china, la guerra popular, la “revolución cultural” y otros llevados
a cabo en esa gran nación asiática en el siglo XX. Una copia que sin mayor
mediación intelectiva y práctica se introduce en la narrativa de la sociedad
peruana, su historia y sus posibilidades revolucionarias. Verbigracia, se cree
obtusamente encontrar en nuestro país las mismas características y estructura de
clases existentes en la China pre-revolucionaria: una sociedad feudal y
semicolonial; terratenientes, burguesía burocrática y capitalismo de Estado,
burguesía compradora, etc. etc.
Esta forma panóptica de pensar la sociedad no nos olvidemos que es una forma
de pensar que, en el Perú, se apoyó, también, mucho en los manuales
provenientes de la Unión Soviética (materialismo dialéctico, economía política y
materialismo histórico), cuya lógica cognoscitiva de un marxismo tipo vulgata se
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reprodujo en la lectura “estudio” del pensamiento teórico del maoísmo originario y
de algunos textos de Carlos Marx y Lenin (algunos, porque los textos clásicos de
formación fundamentales no fueron tocados jamás, como los Grundisse, La
Ideología Alemana y especialmente El Capital de Carlos Marx). José Carlos
Mariátegui siguió el mismo camino en esta lectura esclerotizada de los textos
marxistas de la izquierda tradicional hasta aproximadamente los años 80 del siglo
XX, donde la situación comienza a cambiar, salvo para Sendero Luminoso quien,
ante el desarrollo que experimenta la teoría científica y la praxis política
empujadas por los cambios que suceden en el mundo global, especialmente en el
“tercer mundo”, protagoniza una huida teórica y práctica hacia atrás, es decir hacia
el atrás de la ideología y la política de izquierda predominante en los ámbitos más
encallecidos y atrasados del movimiento comunista internacional post Revolución
Bolchevique y Lenin.
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importante en el interés de los imperialismos: “insistimos en que la contradicción
naciones oprimidas, por un lado, y por el otro superpotencias imperialistas y
potencias imperialistas es la principal y de gran trascendencia para la revolución
mundial” (Entrevista del Siglo. p: 47).
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El pensamiento senderista, en resumen, es un pensamiento caracterizado por ser
lineal, evolutivo y positivista.
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anticientífico y peor aún anti-dialéctico. Las relaciones sociales se convierten en
“cosas” y las “cosas” que se separan de la totalidad, como el partido político, cobra
vida propia, domina a la militancia y termina siendo objeto de veneración
supersticiosa y muchas veces, como en el senderismo tanático. En demiurgos que
crean y soportan todo.
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lo que el senderismo llama “condiciones subjetivas” que ”dependen principalmente
de preparar y hacer la revolución...” (Memorias, p: 126); condiciones, por lo
demás, atribuidas solamente al interno del partido pero no al conjunto de las
clases y sectores sociales del país. El “mito” del líder como el “mito” de la “guerra
popular” y otros “mitos” gestados por el senderismo “pensamiento Gonzalo”,
siendo así, excluyen la investigación y descripción marxista de la lucha de clases
en la dialéctica de la historia, como una exclusión más de la investigación
científica. Ciertamente, la ausencia de interés en la investigación científica a que
conduce la mitologización de la realidad es, también, consecuencia del
pensamiento estructuralista manualista y dogmático de la realidad social, sujeta a
leyes independientes de la voluntad del género humano. Como la sociedad se
desenvuelve por leyes “objetivas” inmanentes no se necesita de mayor
investigación porque todo está ya conocido y determinado de ante mano en los
paquetes cognoscitivos fabricados por el senderismo. La investigación es reducida
a panfletos doctrinarios destinados al convencimiento ideológico cuasi religioso
movilizatorio de emociones y lealtades irracionales; y la conciencia de clase se
convierte, así, en una conciencia imputada (externa y extraña) al sujeto social que
va de afuera hacia el adentro de su propia subjetividad.
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Siendo así las esencias en el pensamiento ontológico senderista se destruyen o
se defiende ¿por quién? Políticamente por el partido y en el partido. Estas
esencias enclaustradas como las clases sociales pre-constituidas sólo pueden ser
politizadas (adoctrinadas) y movilizadas desde el afuera de su propia identidad.
Como las unidades cerradas y esencializadas no tienen movimiento propio o auto-
movimiento, deben ser representadas desde su exterior por el partido o por lo que
tenga otro nombre ahora, luego de su derrota militar. La alianza de clases, de lo
que han escrito en sus documentos, en este pensar, es una alianza de identidades
fijas, entre unidades concluidas y empaquetadas (clase obrera, campesinado,
pequeña burguesía y en cierto modo la burguesía nacional como parte de esta
alianza), que resulta siendo una alianza abstracta e imaginada porque el partido
en sí mismo lo sintetiza todo desapareciendo el sujeto social autodesarrollado
como lo primordial para la revolución.
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revolucionaria por excelencia y única capaz de dirigir la guerra de los pueblos y
clases oprimidos contra sus opresores “ (Memorias, p: 107). Un misionismo auto-
atribuido por Abimael Guzmán a sí mismo y por extensión al partido político en
calidad de “representante” de las clases explotadas y “crisol” de una supuesta
revolución proletaria mundial.
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reivindicaciones remunerativas y rechaza las evaluaciones docentes, solamente
como un medio para el avance de sus objetivos políticos en circunstancias de
derrota de su estrategia militarista.
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sentido es una seudo-dialéctica oportunista y utilitaria. Se lee los textos para
aplicar fórmulas abstractas a la realidad histórica concreta, pero no para entender
la realidad en su propia sustancia ontológica. Esta forma de pensar constriñe la
realidad a un encasillado esquema pre-existente y limita el manejo de la táctica,
como lo que ha venido sucediendo o sucederá en el magisterio donde tiene alguna
influencia y donde esta forma de pensar y asumir la realidad siempre pierde en el
manejo táctico con la consiguiente derrota del magisterio.
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Similarmente, el enemigo para el pensamiento senderista es unitario en un bloque
objetivo y dado que se embosca: “En cada uno de los puntos de la reconstitución
partidaria se enfrentarán la concepción proletaria y las posiciones no proletarias; la
lucha será dura y profunda, será vital para la revolución peruana y en ella el
marxismo-leninismo triunfará” (Memorias, p: 182).
Pasando al tema del poder para el senderismo el poder es una cosa, un fetiche
(“salvo el poder todo es una ilusión”) como se señaló. No tiene en cuenta que el
poder político es una relación mezclada con el quehacer de conjunto de la
sociedad compleja y densa, donde se trasunta en dominio ideológico (lo malo
cuestionable) y hegemonía, junto a una argamasa de situaciones “buenas” no
confrontadas y experimentadas por el ser humano satisfactoriamente. Vivimos con
el poder; compartimos y nos ligamos con el poder. Incluso dependemos del poder.
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la lucha sindical no se puede transar con el Estado burgués. Sólo hay que
destruirlo o derrotarlo con las masas en la calle, transitoriamente en tanto llega la
hora de su eliminación luego de superar el “recodo”.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
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