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TEXTO Nº 1

CARTA ENCÍCLICA HUMANAE VITAELa transmisión de la vida:


(Materia relacionada tan de cerca con la vida) ,(La felicidad de los hombres).
Nuevos aspectos del problema y competencia del magisterio: Nuevo enfoque del problema:
Muchos manifiestan el temor de que la población mundial aumente más rápidamente que las
reservas de que dispone. El hombre ha llevado a cabo progresos estupendos en el dominio y en
la organización racional de las fuerzas de la naturaleza)
Competencia del Magisterio:
(Estas cuestiones exigían del Magisterio de la Iglesia una nueva y profunda reflexión acerca de
los principios de la doctrina moral del matrimonio, doctrina fundada sobre la ley natural,
iluminada y enriquecida por la Revelación divina)
Estudios especiales:
La finalidad de recoger opiniones acerca de las nuevas cuestiones referentes a la vida conyugal,
en particular la regulación de la natalidad, y de suministrar elementos de información
oportunos, para que el Magisterio pudiese dar una respuesta adecuada a la espera de los fieles
y de la opinión pública mundial.
La respuesta del Magisterio:
Algunos criterios de soluciones que se separaban de la doctrina moral sobre el matrimonio
propuesta por el Magisterio de la Iglesia con constante firmeza.
Principios doctrinales
Una visión global del hombre 7:
La luz de una visión integral del hombre y de su vocación, no sólo natural y terrena sino también
sobrenatural y eterna.
El amor conyugal:
La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en
su fuente suprema, Dios, que es Amor. “El Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y
en la tierra".
Sus características
Es, ante todo, un amor plenamente humano, es decir, sensible y espiritual.
Es un amor total.
Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte.
Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión.

La paternidad responsable:
En relación con los procesos biológicos, paternidad responsable significa conocimiento y
respeto de sus funciones.
En relación con las tendencias del instinto y de las pasiones, la paternidad responsable
comporta el dominio necesario que sobre aquellas han de ejercer la razón y la voluntad.
En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad
responsable se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa.

Respetar la naturaleza y la finalidad del acto matrimonial:

Estos actos, con los cuales los esposos se unen en casta intimidad, y a través de los
cuales se transmite la vida humana, son, como ha recordado el Concilio, "honestos y
dignos".

Inseparables los dos aspectos: unión y procreación.

Efectivamente, el acto conyugal, por su íntima estructura, mientras une profundamente


a los esposos, los hace aptos para la generación de nuevas vidas, según las leyes
inscritas en el ser mismo del hombre y de la mujer.

Fidelidad al plan de Dios:

Al igual que el hombre no tiene un dominio ilimitado sobre su cuerpo en general, del
mismo modo tampoco lo tiene, con más razón, sobre las facultades generadoras en
cuanto tales.

Vías ilícitas para la regulación de los nacimientos:

La interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto


directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas.

Licitud de los medios terapéuticos:

La Iglesia, en cambio, no retiene de ningún modo ilícito el uso de los medios terapéuticos
verdaderamente necesarios.

Licitud del recurso a los periodos infecundos:

La Iglesia es la primera en elogiar y en recomendar la intervención de la inteligencia en


una obra que tan de cerca asocia la creatura racional a su Creador.

Graves consecuencias de los métodos de regulación artificial de la natalidad:

No se necesita mucha experiencia para conocer la debilidad humana y para comprender


que los hombres, especialmente los jóvenes, tan vulnerables en este punto tienen
necesidad de aliento para ser fieles a la ley moral y no se les debe ofrecer cualquier
medio fácil para burlar su observancia.

TEXTO Nº 2

DECLARACIÓN SOBRE EL ABORTO

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, 1974.


Todo el mundo lo comprende, por más que algunos buscan razones para servir a este
objetivo, aun contra toda evidencia, incluso por medio del mismo aborto.

No violaría la conciencia de nadie, mientras impediría a todos imponer la propia a los


demás.

Estos documentos cuya convergencia es impresionante ponen admirablemente de


relieve la actitud a la vez humana y cristiana del respeto a la vida.

La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe se propone recordar estas


enseñanzas, en sus líneas esenciales, a todos los fieles.

II. A LA LUZ DE LA FE.

La vida al mismo tiempo que un don es una responsabilidad: recibida como un


"talento".

La tradición de la Iglesia ha sostenido siempre que la vida humana debe ser protegida
y favorecida desde su comienzo como en las diversas etapas de su desarrollo.
Oponiéndose a las costumbres del mundo grecorromano, la Iglesia de los primeros
siglos ha insistido sobre la distancia que separa en este punto tales costumbres de las
costumbres cristianas.

La Iglesia, enseña que el aborto es un pecado grave, contrario a la ley natural.

III. TAMBIÉN A LA LUZ DE LA RAZÓN.

8. El respeto a la vida humana no es algo que se impone a los cristianos solamente;


basta la razón para exigirlo, basándose en el análisis de lo que es y debe ser una
persona. Constituido por una naturaleza racional, el hombre es un sujeto personal,
capaz de reflexionar por sí mismo, de decidir acerca de sus actos y, por tanto, de su
propio destino. Es libre; por consiguiente es dueño de sí mismo, o mejor, puesto que se
realiza en el tiempo, tiene capacidad para serlo, ésa es su tarea. Creada
inmediatamente por Dios, su alma es espiritual y, por ende, inmortal.

TEXTO Nº 3

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA FAMILIARIS CONSORTIO (Juan Pablo II, 1981).

Los hijos, don preciosísimo del matrimonio.

Según el designio de Dios, el matrimonio es el fundamento de la comunidad más amplia


de la familia, ya que la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están
ordenados a la procreación y educación de la prole, en la que encuentran su coronación.

Derechos del niño.


En la familia, comunidad de personas, debe reservarse una atención especialísima al
niño, desarrollando una profunda estima por su dignidad personal, así como un gran
respeto y un generoso servicio a sus derechos. Esto vale respecto a todo niño, pero
adquiere una urgencia singular cuando el niño es pequeño y necesita de todo, está
enfermo, delicado o es minusválido.

Servicio a la vida.

Cooperadores del amor de Dios Creador.

Dios, con la creación del hombre y de la mujer a su imagen y semejanza, corona y lleva
a perfección la obra de sus manos; los llama a una especial participación en su amor y
al mismo tiempo en su poder de Creador y Padre, mediante su cooperación libre y
responsable en la transmisión del don de la vida humana: «Y bendíjolos Dios y les dijo:
" Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla".

La doctrina y la norma siempre antigua y siempre nueva de la Iglesia.

De este modo, siguiendo la tradición viva de la comunidad eclesial a través de la historia,


el reciente Concilio Vaticano II y el magisterio de mi predecesor Pablo VI, expresado
sobre todo en la encíclica Humanae vitae, han transmitido a nuestro tiempo un anuncio
verdaderamente profético, que reafirma y propone de nuevo con claridad la doctrina y
la norma siempre antigua y siempre nueva de la Iglesia sobre el matrimonio y sobre la
transmisión de la vida humana.

La Iglesia en favor de la vida.

La Iglesia está llamada a manifestar nuevamente a todos, con un convencimiento más


claro y firme, su voluntad de promover con todo medio y defender contra toda insidia la
vida humana, en cualquier condición o fase de desarrollo en que se encuentre.

Por consiguiente, hay que condenar totalmente y rechazar con energía cualquier
violencia ejercida por tales autoridades en favor del anticoncepcionismo e incluso de la
esterilización y del aborto procurado.

Para que el plan divino sea realizado cada vez más plenamente.

Por esto, junto con los Padres del Sínodo, siento el deber de dirigir una acuciante
invitación a los teólogos a fin de que, uniendo sus fuerzas para colaborar con el
magisterio jerárquico, se comprometan a iluminar cada vez mejor los fundamentos
bíblicos, las motivaciones éticas y las razones personalistas de esta doctrina. Así será
posible, en el contexto de una exposición orgánica, hacer que la doctrina de la Iglesia
en este importante capítulo sea verdaderamente accesible a todos los hombres de
buena voluntad, facilitando su comprensión cada vez más luminosa y profunda; de este
modo el plan divino podrá ser realizado cada vez más plenamente, para la salvación del
hombre y gloria del Creador.

TEXTO Nº 4
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA, Francisco,
Papa, 2016.

Fecundidad ampliada.

La adopción es un camino para realizar la maternidad y la paternidad de una manera


muy generosa, y quiero alentar a quienes no pueden tener hijos a que sean magnánimos
y abran su amor matrimonial para recibir a quienes están privados de un adecuado
contexto familiar. Nunca se arrepentirán de haber sido generosos. Adoptar es el acto de
amor de regalar una familia a quien no la tiene. Es importante insistir en que la legislación
pueda facilitar los trámites de adopción, sobre todo en los casos de hijos no deseados,
en orden a prevenir el aborto o el abandono.

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