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POR
MIRIAN ANDREA GARCÍA AGUILAR
PREVIO A CONFERÍRSELE
INDICE
Introducción .......................................................................................................... 1
1
Pérez Serrano, Gloria. Derechos humanos y educación social. Revista de Educación. Número
336. 2005. P. 19.
2
Serrano, Sandro. Criterios de aplicación del DIDH. Revista jurídica de Flacso. 2011. P. 4.
1
las que se ha adherido un Estado que ha reconocido la competencia contenciosa
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
2
para realizar el control de convencionalidad; b) Analizar la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto del control de
convencionalidad; y c) Analizar los fallos de los máximos órganos de justicia
constitucional de Latinoamérica referentes al control de convencionalidad.
3
investigación y, por último, la redacción de las conclusiones y recomendaciones a
efecto de responder la pregunta de investigación.
4
CAPÍTULO 1
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
3
Badeni, Gregorio. Derecho constitucional. Buenos Aires. Editorial Ad-Hoc. 1993. P. 187.
4
Loc. cit.
5
Brewer-Carías, Allan R. La justicia constitucional como garantía de la Constitución. Revista del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. México. P.
25.
5
poder de los jueces y de ciertos órganos constitucionales en ejercicio de sus
funciones jurisdiccionales, de controlar la constitucionalidad de los actos estatales,
incluidas las leyes, declarándolos nulos cuando sean contrarios a la
Constitución.”6
Néstor Pedro Sagüés, citado por el autor Miguel Ángel Ekmekdjian, afirma
que las normas que integran la Constitución formal tienen jerarquía superior a las
restantes normas que integran el ordenamiento jurídico positivo del Estado. Ello
se deriva del carácter fundamental que poseen dichas normas, puesto que tienen
la esencia de la estructura del Estado y esta no puede ser desnaturalizada por una
norma de carácter ordinario.8
6
Ibid. P. 26.
7
García Pelayo, Manuel. El status del Tribunal Constitucional. Revista Española de Derecho
Constitucional. No. 1. Madrid. 1981. P. 18.
8
Ekmekdjian, Miguel Ángel. Tratado de derecho constitucional. Tomo I. Buenos Aires. Ediciones
Depalma. 1993. P. 31.
9
Gabino Ziulu, Adolfo. Derecho constitucional. Tomo I. Principios y derechos constitucionales.
Buenos Aires. Ediciones Depalma. 1997. P. 97.
6
jurídico10, los cuales deben entenderse como aquellos objetivos máximos que la
voluntad popular aspira a practicar y en ejercicio del poder constituyente se
plasmaron en el texto constitucional.11
7
figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana. El
interés social prevalece sobre el interés particular. Serán nulas ipso jure las
leyes y las disposiciones gubernativas o de cualquier otro orden que
disminuyan, restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitución
garantiza.” “Artículo 175. Jerarquía constitucional. Ninguna ley podrá
contrariar las disposiciones de la Constitución. Las leyes que violen o
tergiversen los mandatos constitucionales son nulas ipso jure”. “Artículo
204. Condiciones esenciales de la administración de justicia. Los
tribunales de justicia en toda resolución o sentencia observarán
obligadamente el principio de que la Constitución de la República prevalece
sobre cualquier ley o tratado.”
13
Badeni, Gregorio. Op. cit. P. 176.
8
La supremacía de la Constitución limita el ejercicio del poder público, cuyas
normas sólo serán válidas y jurídicamente obligatorias cuando sus disposiciones
no sean opuestas a la norma fundamental.
9
moción que pretendiera lesionar las leyes fundamentales de la polis. Un tribunal
podía anular la propuesta ilegal y castigar al autor con severas penas. Sin
embargo, con el tiempo dicha institución se transformó en un instrumento protector
de los abusos de la autoridad pública, convirtiéndose en un obstáculo para
modificar las leyes y en una amenaza para la libertad de palabra; uno de los
atributos más importantes de la democracia ateniense.15
10
En Inglaterra se proclamaron el Agrement of the People o Pacto Popular
(1647) y el Instrument of Goverment o Instrumento de Gobierno (1653). Dichos
documentos establecían claramente la diferencia entre los poderes de la nación y
los poderes del Parlamento inglés, con lo cual se implementó la importancia hacia
los poderes de la nación sobre los del Parlamento, en virtud de ser la nación la
que elige a las autoridades y representa a la Constituyente.
18
Loc. cit.
11
doctrina de la supremacía de la Constitución. El caso tuvo origen en el año de
1796, durante el último trayecto de la presidencia de John Adams, que fue
postulado para la reelección por el Partido Federalista, pero perdió la votación al
ser superado por dos candidatos del Partido Republicano, Thomas Jefferson, a
quien le correspondía la presidencia, y Aaron Burr, quien ocuparía la
vicepresidencia. Ante el cambio de gobierno, Adams promovió diversas
designaciones de jueces, las cuales algunas fueron notificados y otras no.
Jefferson al asumir la presidencia le ordenó a su Secretario de Estado, James
Madison, que no realizara las notificaciones pendientes, con el objetivo de no
perfeccionar los nombramientos realizados por John Adams. Ante esa situación,
cuatro de los afectados -siendo uno de ellos William Marbury- se presentaron a la
Suprema Corte pidiendo que se intimara al gobierno para que realizara las
correspondientes notificaciones de la designación obtenida de conformidad con la
Judiciary Act de 1789. La Suprema Corte al emitir su fallo consideró que la
Judiciary Act al ampliar sus atribuciones originarias previstas en la Constitución
eran inconstitucionales y, con el voto del magistrado John Marshall, se estableció
que si un acto legislativo está en conflicto con la Constitución es deber del tribunal
rehusarse a aplicarlo, ya que si de tal forma no lo aplica, se destruye el
fundamento básico del constitucionalismo.19
19
Loc. cit.
12
En la doctrina moderna, la supremacía constitucional nace gracias al abate
francés Emmanuel Sieyés, quien expuso dos nociones importantes: el poder
constituyente y la representación política. Conforme a estas dos instituciones
surge la superioridad de la Constitución, la cual, según Sieyés, es obra de la
nación, la que por no poder ejercer su poder directamente lo ejecuta a través de
sus representantes o diputados constituyentes, quienes a través de la Constitución
organizan jurídica y políticamente al Estado.20
13
su aplicación. Se observa que tal es la importancia de la Constitución que su
supremacía no solamente inicia desde la concepción de un acto legislativo que ha
de nacer a la vida jurídica, sino que también, debe tomarse en cuenta que la
aplicación de ese acto jurídico solo procede cuando su adecuación sea conforme
a la Constitución.
22
Brewer-Carías, Allan R. Nuevas reflexiones sobre el papel de los tribunales constitucionales en
la consolidación del Estado democrático de derecho: defensa de la Constitución, control del poder
y protección de los derechos humanos. Revista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México. México. P. 70.
14
suprema del país que debe aplicarse a pesar de cualquier disposición contraria en
las Constituciones o leyes de los estados miembros.23
“¿Para qué fin están limitados los poderes, y para qué fin tal limitación se
pone por escrito si dichos límites pudieran ser trasgredidos, en cualquier
23
Artículo VI de la Constitución de los Estados Unidos de América de 1787.
24
Brewer-Carías, Allan R. Op. cit. P. 70.
25
Ibid. P. 71.
26
Loc. cit.
15
momento, por aquellos a quienes se busca restringir? La distinción entre un
gobierno con poderes limitados y otro con poderes ilimitados desaparece si
esos límites no obligan a los individuos sobre quienes se imponen, y si los
actos prohibidos y aquellos permitidos tienen la misma obligatoriedad.”27
27
Ibid. P. 72.
28
Loc. cit.
29
Ibid. P. 73.
16
ordinarias, se instituye la supremacía constitucional y el control judicial de la
constitucionalidad de las leyes.
Hasta aquí se han descrito los antecedentes jurídicos que hacen surgir los
sistemas constitucionales de las leyes, a través de los cuales se promueve un
efectivo procedimiento que permite la aplicación de la supremacía de la
Constitución sobre todo el ordenamiento jurídico interno de un Estado y sobre los
actos de gobierno que emanan del poder público.31
17
consagran. Así pues, todo juez o tribunal constitucional está llamado a realizar
esta verificación, proclamando a la Constitución como la norma suprema y
fundamental del Estado, pues sin ella los actos contrarios no pueden cobrar
vigencia en el mundo jurídico y por tanto son nulos de pleno derecho.
32
Néstor Pedro Sagués ha expuesto otras clasificaciones en cuanto a los diversos sistemas de
control constitucional de las leyes, para mejor ilustración véase: Sagués, Néstor Pedro. Recurso
extraordinario. Tomo I. Buenos Aires. Editorial Astrea. 2002. Pp. 29 a 85. También se hace una
amplia explicación en: Bidart Campos, German J. Jurisdicción constitucional. Buenos Aires. Editor,
S.A., 1989. Pp. 125 a 128.
33
Badeni, Gregorio. Op. cit. P. 187.
18
naturaleza política por las consecuencias que deparan para la conformación del
orden jurídico.”34
34
Badeni, Gregorio. Op. cit. P. 186.
35
El control constitucional. Revista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México. México. P. 15.
36
Badeni, Gregorio. Op. cit. P. 189.
37
Bidart Campos, German J. Op. cit. P. 125.
19
En síntesis, queda claro que el sistema de control político persigue que la
constitucionalidad de las leyes sea ejercido por medio de un órgano político ajeno
al Poder Judicial como lo es el Poder Legislativo o el Poder Ejecutivo, ya que en
vista que lo que se pretende con la constitucionalidad de las normas es la
preeminencia de las disposiciones constitucionales sobre cualquier otra norma, y
siendo que estas últimas son aprobadas por el Legislativo o Congreso, su
naturaleza es la de ser un acto político. De esa cuenta, en este sistema el control
constitucional de las leyes no lo asume la administración de justicia sino que se
faculta a otro órgano estatal. En el derecho constitucional moderno, puede
mencionarse que en la Constitución Francesa de 1958 se instituyó que el sistema
de control político sería ejercido por el Consejo Constitucional.
Helio Juan Zarini afirma que el control jurisdiccional está a cargo del Poder
Judicial, atribuyéndose a los tribunales de justicia la competencia de determinar si
las leyes vulneran o no las disposiciones constitucionales. Agrega que: “En este
sistema jurisdiccional no se trata de que los jueces juzguen la oportunidad, la
eficacia o la conveniencia de una norma jurídica o de un acto; tampoco es el
20
gobierno de los jueces, como se ha dicho, por el cual los magistrados sustituirían
al poder político del legislador, elegido por el pueblo. Lo que en realidad hacen los
jueces, cuando declaran la inconstitucionalidad de una ley, es determinar si es o
no contraria a la constitución y aplican ésta como ley suprema del Estado, y no el
derecho que la contradice.”38
38
Zarini, Helio Juan. Derecho constitucional. Buenos Aires. Editorial Astrea. 1992. Pp. 69 y 70.
39
Badeni, Gregorio. Op. cit. P. 190.
40
Badeni, Gregorio. Op. cit. P. 191.
21
a) Sistema continental-europeo o concentrado: El aporte fundamental que
originalmente le dio nacimiento a este sistema se le debe al emblemático
Hans Kelsen, quien sostuvo que este control es esencial para el
mantenimiento de la supremacía constitucional, no solo como un
procedimiento reglado sino también como norma sustantiva.42
41
Carlos Santiago Nino expone que el sistema de control de constitucionalidad presenta
básicamente tres variaciones que se pueden ejemplificar a la luz de los órdenes jurídicos inglés,
continentales-europeos y norteamericano. a) En el sistema jurídico británico (como en el de
Holanda y en el de países escandinavos) no hay un control judicial de constitucionalidad. Es decir,
que ningún juez interno ‐ni aun el tribunal superior constituido por la Cámara de los Lores‐ puede
descalificar una ley dictada por el Parlamento, y mucho menos una norma jurídica inferior, sobre la
base de que ella viola la Constitución, que en el caso de Gran Bretaña el derecho es
consuetudinario y no documentado. En el caso Bonham se intentó promover la idea de que en
algunos casos el common law podría controlar una ley del Parlamento, la que podría ser declarada
nula por ser contraria al derecho y a la razón, sin embargo, dicha idea no se impuso. Más tarde, el
jurista británico William Blackstone afirmó que el Parlamento es el único que tiene la potestad para
hacer, confirmar, extender, restringir, abrogar, repeler, revivir y explicar las leyes; de tal forma que
los actos emanados por el Parlamento no pueden ser discutidos por ninguna otra autoridad. Ello se
expresa a través del principio de absoluta soberanía del Parlamento. Nino, Carlos Santiago.
Fundamentos de derecho constitucional. Buenos Aires. Editorial Astra de Alfredo y Ricardo
Depalma. 1992. P.659.
42
Ibid. P. 660.
43
Sierra, José Arturo. Op. cit. P. 155.
22
El autor Geovani Salguero Salvador, citando a Javier Pérez Royo, indica
que el sistema concentrado adquiere las siguientes características: “a) El
control se confía a un tribunal constitucional distinto de los tres poderes
clásicos del Estado; b) Es un control concentrado por cuanto el tribunal
constitucional es el único juez de la ley; c) El tribunal constitucional sólo
actúa a instancia de parte; d) La legitimación para recurrir al tribunal
constitucional se configura de manera restrictiva y en general no pueden
acceder los ciudadanos; e) Las vías a través de las cuales se accede
dependen de la legitimación para recurrir. Si quien recurre es un órgano
político la vía es el control abstracto. Si quien recurre es un órgano judicial,
la vía es el control concreto o sea que si en el curso del proceso se suscita
la duda sobre la constitucionalidad de la ley aplicable al caso y de cuya
validez depende el fallo; f) La sentencia del tribunal constitucional tiene
fuerza de ley porque es legislador negativo; y g) La sentencia del tribunal
constitucional es constitutiva y por ende tiene efectos ex nuc.”44
44
Salguero Salvador, Geovani. El control de constitucionalidad de las normas jurídicas. Guatemala.
2011. Pp. 22, 23.
45
Al respecto el juez Marshall argumentó que: “hay sólo dos alternativas demasiado claras para ser
discutidas, o la Constitución controla cualquier ley contraria a ella, o la Legislatura puede alterar la
Constitución mediante una ley ordinaria. Entre tales alternativas no hay términos medios: o la
Constitución es la ley suprema inalterable por medios ordinarios o se encuentra en el mismo nivel
23
La constitucionalidad de las leyes se ejerce por los jueces al dictar la
sentencia y resuelven inaplicar una norma de rango inferior por vulnerar las
disposiciones constitucionales. Básicamente, la norma deja de regir para el
caso en concreto que conoce el juez, quedando vigente, y sin necesidad de
su exclusión, en el ordenamiento jurídico. Sus efectos únicamente se
prolongan para las partes que intervienen en el proceso, adquiriendo un
carácter vinculante a través de la regla del stare deciris.
que las leyes y de tal modo, como cualquiera de ellas, puede reformarse o dejarse sin efecto
siempre que al Congreso le plazca. Si es cierta la primera alternativa, entonces una ley contraria a
la Constitución no es ley; si en cambio, es verdadera la segunda, entonces las constituciones
escritas son absurdos intentos del pueblo para limitar un poder ilimitable por naturaleza… Si una
ley contraria a la Constitución es nula, ¿obliga a los tribunales a aplicarla no obstante su invalidez?
O bien, en otras palabras, no siendo ley ¿constituye una norma operativa como una ley válida? Sin
lugar a dudas la competencia y la obligación del Poder Judicial es decidir qué es ley; si dos leyes
entran en conflicto entre sí el Tribunal debe decidir acerca de la invalidez y aplicabilidad, del mismo
modo, cuando una ley está en conflicto con la Constitución y ambas son aplicables al caso, de
modo que la Corte debe decidir conforme a la ley desechando la Constitución o conforme a la
Constitución desechando la ley. La Corte debe determinar cuál de las dos normas en conflicto
gobierna el caso. Esto constituye la esencia misma del deber de administrar justicia. Luego, si los
tribunales deben tener en cuenta la Constitución y ella es superior a cualquier ley ordinaria, es la
Constitución y no la ley la que debe regir el caso al cual ambas normas se refieren”. Santiago Nino,
Carlos. Op. cit. P. 664.
24
declaración de inconstitucionalidad sólo produce efectos entre las partes
litigantes en el proceso, es decir, que no produce efectos erga omnes, sino
sólo inter partes.”46
46
Salguero Salvador, Geovani. Op. cit. P. 20.
47
Zarini, Helio Juan. Op. cit. Pp. 68 y 69.
48
Badeni, Gregorio. Op. cit.P. 186.
25
German J. Bidart Campos explica que el control político deja afuera la
administración de justicia, y sólo es tal cuando existe un órgano contralor como el
Consejo Constitucional de Francia. El sistema judicial sitúa al control en el área de
la administración de justicia, y se subdividen en jurisdicción difusa, si está a cargo
de todos y cualquier tribunal, y en jurisdicción concentrada, si exclusivamente está
a cargo de un organismo judicial o es un órgano ajeno al poder judicial, como lo es
un Tribunal Constitucional.49
49
Bidart Campos, German J. Op. cit. P. 125.
26
se dirigen únicamente para quienes intervienen en un proceso o para todos los
habitantes cuando se dirija a la generalidad.
CONSTITUCIONALIDAD?
50
El control constitucional. Op. cit. P. 14.
51
Bidart Campos, German J. Op. cit. P. 126.
27
El control de constitucionalidad de las leyes debe realizarse sobre toda
norma que forme parte del ordenamiento jurídico del Estado; es decir, quienes
practiquen el control de constitucionalidad están obligados a verificar cuando una
norma ordinaria es contraria al texto constitucional. En consecuencia, ese examen
de constitucionalidad recae sobre cualquier norma que se encuentre vigente en el
Estado y si es contraria a la norma suprema, deviene su inaplicación o expulsión
del ordenamiento jurídico, según corresponda.
52
García Christensen, Verónica. Control judicial de constitucionalidad de oficio: un nuevo
paradigma. Pp. 3 y 4.
28
de ella que nace todo el orden jurídico. Dicho ello, aun cuando hay una trasgresión
o vulneración de derechos y no sea solicitado el ejercicio de control constitucional
de las leyes, el juez de igual manera tiene como función velar por el cumplimiento
de la Constitución, pues esta facultad no es discrecional ni optativa, sino es una
obligación de todo juez velar por la supremacía constitucional.
53
Carpio Marcos, Edgar. Bloque de constitucionalidad y proceso de inconstitucionalidad de las
leyes. P. 81.
54
Loc. cit.
55
Arango Olaya, Mónica. El bloque de constitucionalidad en la jurisprudencia de la Corte
Constitucional de Colombia. P. 79.
29
La función esencial del bloque de constitucionalidad es integrar el derecho
internacional de los derechos humanos para garantizar la coherencia de la
legislación interna con los compromisos internacionales del Estado y, al mismo
tiempo, servir de complemento para el reconocimiento de los derechos humanos
en la legislación nacional.56
56
Corte de Constitucionalidad. Sentencia No. 1822-2011.
30
CAPÍTULO 2
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
57
Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala. Sentencia de fondo, reparaciones y costas,
25 de noviembre de 2003, serie C, número 101. Voto concurrente razonado del Juez Sergio García
Ramírez. Párrafo 27.
58
Loc. cit.
31
Siguiendo la misma línea jurídica, el 07 de diciembre del año 2004, en el
Caso Tibi vs. Ecuador59, el mencionado magistrado nuevamente vuelve a sostener
que la tarea de los jueces trasnacionales se asemeja a la de los Tribunales
Constitucionales, ya que estos últimos inspeccionan los actos impugnados
-disposiciones de alcance general- a la luz de las reglas, los principios y valores de
las leyes fundamentales, indicado además que: “La Corte Interamericana, por su
parte, analiza los actos que llegan a su conocimiento en relación con normas,
principios y valores de los tratados en los que funda su competencia contenciosa.
Dicho de otra manera, si los tribunales constitucionales controlan la
´constitucionalidad´, el tribunal internacional de derechos humanos resuelve
acerca de la ´convencionalidad´ de esos actos.”60
59
Corte IDH. Caso Tibi vs. Ecuador. Sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y
costas, 07 de septiembre de 2004, serie C, número 114.
60
Corte IDH. Caso Tibi vs. Ecuador. Voto concurrente razonado del Juez Sergio García Ramírez.
Párrafo 3.
61
Corte IDH. Caso Raxcacó Reyes vs. Guatemala. Sentencia de fondo, reparaciones y costas, 15
de septiembre de 2005, serie C, número 133.
62
En este caso no se utilizó expresamente la frase “control de convencionalidad”.
63
Corte IDH. Caso Raxcacó Reyes vs. Guatemala. Párrafo 132.
64
Corte IDH. Caso López Álvarez vs. Honduras. Sentencia de fondo, reparaciones y costas,01 de
febrero de 2006, serie C, número 141.
32
Convención -es decir, el órgano que practica el control de convencionalidad-, debe
de explorar las circunstancias de jure y de facto del caso.”65
33
base, si aparece la responsabilidad internacional del Estado por incumplimiento de
sus obligaciones de la misma naturaleza.”69(Subrayado añadido).
69
Ibid. Párrafo 7.
70
Corte IDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs. Perú.
Sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas, sentencia 24 de noviembre
de 2006, serie C, número 158. Voto razonado del juez Sergio García Ramírez, párrafo 128.
71
Loc. cit.
72
Corte IDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso. Solicitud de Interpretación de la
Sentencia. Voto concurrente razonado del Juez Cançado Trindade. Párrafo 11.
73
Corte IDH. Caso Boyce y otros vs. Barbados. Sentencia de 20 de noviembre de 2007, Serie C,
número 169.
34
interna se había hecho un análisis puramente constitucional de la cuestión
litigiosa, en la cual no se tomaron en cuenta las obligaciones que tiene el Estado
conforme al Pacto de San José. Se expuso que, de conformidad con la
Convención de Viena sobre los Tratados75, el Estado debió cumplir de buena fe
con sus obligaciones convencionales, “…y no podrá invocar disposiciones de su
derecho interno como justificación para el incumplimiento de dichas obligaciones
convencionales…”.76 En esa ocasión, el Tribunal señaló que la jurisdicción interna
no se debió limitar a evaluar si la norma local era constitucional o no, ya que la
Corte de Justicia del Caribe (último órgano doméstico), debió también decidir si la
ley de Barbados violó o no la Convención Americana77.
74
Se trataba de una sentencia que dispuso la pena de muerte de dos personas y una norma del
derecho interno de Barbados, no permitía a los Tribunales que declaren la inconstitucionalidad de
la máxima sentencia.
75
Artículo 26. Pacta sunt servanda. Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido
por ellas de buena fe. Convención de Viena sobre el derecho de los tratados.
76
Corte IDH. Caso Boyce y otros vs. Barbados. Párrafo 77.
77
Ibid. Párrafo 78.
78
Corte IDH. Caso Heliodoro Portugal vs. Panamá. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas, Sentencia de 12 de agosto de 2008, serie C, número 186, párrafos 180 y
181.
79
Loc. cit.
35
En el Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México80, la Corte introduce
nuevas disposiciones del control de convencionalidad que deben ejercer las
jurisdicciones nacionales. Al respecto se indicó: “Este Tribunal ha establecido en
su jurisprudencia que es consciente que las autoridades internas están sujetas al
imperio de la ley y, por ello, están obligadas a aplicar las disposiciones vigentes en
el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado es Parte de un tratado
internacional como la Convención Americana, todos sus órganos, incluido sus
jueces, también está sometidos a aquél, lo cual les obliga a velar porque los
efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermados por la
aplicación de normas contrarias a su objeto y fin. Los jueces y órganos vinculados
a la administración de justicia en todos los niveles están en la obligación de ejercer
ex officio un ´control de convencionalidad´ entre las normas internas y la
Convención Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes. En esta tarea,
los jueces y órganos judiciales vinculados a la administración de justicia deben
tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del
mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención
Americana.”81 (Subrayado añadido).
36
convencionalidad, el cual se presenta como una herramienta práctica para la
elaboración del ius commune en la región, en particular, en materia de derechos
fundamentales.82
82
Sagüés, Néstor Pedro. Obligaciones internacionales y control de convencionalidad. Revista del
Centro de Estudios Constitucionales de Chile, Universidad de Talca. Número 1. Chile. 2010. P.
119.
37
2.2) FUNDAMENTO JURÍDICO
38
“(…) cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la
Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado,
también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos
de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la
aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin (…).83
“En esta misma línea de ideas, esta Corte ha establecido que ´según el
derecho internacional las obligaciones que éste impone deben ser
cumplidas de buena fe y no puede invocarse para su incumplimiento el
derecho interno´. Esta regla ha sido codificada en el artículo 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969.”84
83
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Párrafo 124.
84
Ibíd. Párrafo 125.
85
Corte IDH. Caso La última tentación de Cristo (Olmedo Bustos y otros) Vs. Chile. Fondo,
Reparaciones y Costas, sentencias de 5 de febrero de 2001, Serie C, Número 73, Párrafo 87.
39
gubernamental que asegure la existencia, en la realidad, de una eficaz
garantía del libre y pleno ejercicio de los derechos humanos”.86
40
carácter que fueran necesarias para hacer efectivos los derechos y libertades
reconocidos en la Convención Americana no pueden dictarse cuando sean
violatorios, debiendo adecuar la normatividad inconvencional existente, lo que
encuentra su fundamento en el “(…) derecho internacional, según el cual las
obligaciones deben ser cumplidas de buena fe y no puede invocarse para su
incumplimiento el derecho interno; reglas que han sido consideradas como
principios generales del derecho y han sido aplicadas, aún tratándose de
disposiciones de carácter constitucional, por la Corte Permanente de Justicia
Internacional y la Corte Internacional de Justicia, y han sido codificadas en los
artículos 26 y 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de
1969.”89
89
Corte IDH. Responsabilidad Internacional por Expedición y Ampliación de Leyes Violatorias de la
Convención (Arts. 1 y 2 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Párrafo 35.
41
dejando sus actuaciones fuera del ´control de convencionalidad´ que trae
consigo la jurisdicción de la Corte internacional.”90
Conforme ello emana la idea que el aparato estatal es uno solo, por lo que
la aplicación del control de convencionalidad le corresponde a todas las
autoridades y órganos nacionales, independientemente si pertenecen a los
poderes Legislativo, Ejecutivo o Judicial. Con lo cual deviene otro de los
fundamentos contenidos en el artículo 29 del Pacto de San José, en la medida que
todos los órganos estatales están obligados a observar y aplicar los tratados
internacionales en derechos humanos como la jurisprudencia emanada de la Corte
Interamericana, a efecto de garantizar y tutelar los derechos fundamentales.
90
Corte IDH. Voto concurrente razonado del Juez Sergio Ramírez en sentencia Caso Mirna Chang
vs. Guatemala.
91
Mac-Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad. Diálogo entre la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y los jueces nacionales. P. 159.
92
Mac-Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad. Diálogo entre la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y los jueces nacionales. P. 160.
42
tampoco, pueden invocar disposiciones normativas internas a efecto de no aplicar
las disposiciones convencionales, las cuales prevalecen sobre el ordenamiento
jurídico interno de los Estados, incluso, tienen mayor relevancia sobre la
Constitución, ya que su carácter de protección de derechos humanos les otorga
esa preeminencia sobre el derecho interno.
43
vulneran el derecho convencional, generando responsabilidad internacional para el
Estado.93
93
Nogueira Alcalá, Humberto. Los desafíos del control de convencionalidad del corpus iuris
interamericano para los tribunales nacionales, en especial, para los tribunales constitucionales. P.
344.
94
Mac-Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad en el estado constitucional.
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. México. P.
173.
95
Víctor Bazán y Claudio Nash. Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales. El control de
convencionalidad. Centro de Derechos Humanos, Facultad de Derecho, Universidad de Chile.
2011. P. 57.
96
Loc. cit.
97
Mac-Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad. Diálogo entre la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y los jueces nacionales. P. 132.
44
El ejercicio de control de convencionalidad consistente en la verificación de
compatibilidad entre la debida aplicación de la normativa interna y el Pacto de San
José es la natural competencia que la Corte Interamericana realiza en sede
internacional, y así lo ha expuesto Sergio García Ramírez en un voto concurrente
razonado:
98
Corte IDH. Voto concurrente razonado de Sergio García Ramírez en el caso Tibi vs. Ecuador.
Párrafo 3.
45
Dicho de otra manera, se acude al sistema interamericano de protección de
derechos humanos sólo si la jurisdicción interna del Estado no ha podido subsanar
el derecho considerado vulnerado por parte del individuo y quien habiendo
agotado los medios de impugnación sigue siendo afectado, recurriendo a la
protección de sus derechos humanos en el plano internacional.
Sobre esta modalidad, el autor Juan Carlos Hitters ha inferido que debe
aplicarse primero el control de constitucionalidad por el juez local, quien también
debe de llevar a cabo el control de convencionalidad, con lo cual la norma debe
analizarse primero por los cuerpos judiciales internos y luego, si aún subsiste el
agravio, por el más alto cuerpo de justicia del país.99
46
en aquel examen de verificación que debe realizar el juez para determinar la
compatibilidad entre los actos y la Constitución, la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y la jurisprudencia que la Corte IDH ha acuñado sobre la
propia Convención ADH.
“La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al
imperio de la ley, y por ello, están obligados a aplicar las disposiciones
vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando el Estado ha ratificado un
tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como
parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les
obliga a velar para que los efectos de las disposiciones de la Convención no
se vean mermados por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y
que desde su inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el
Poder Judicial debe ejercer una especie de ´control de convencionalidad´
entre las normas jurídicas internas que aplican a los casos concretos y a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea el Poder
Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete
última de la Convención”103.
102
Mac-Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad. Diálogo entre la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y los jueces nacionales. P. 134.
103
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Sentencia de excepciones preliminares,
fondo, reparaciones y costas, 26 de septiembre de 2006, serie C, número 154, párrafo 124.
47
La obligación de ejercer el control de convencionalidad por parte de los
jueces nacionales fue reiterado uniformemente en diferentes fallos emitidos por la
Corte IDH, tales como en el Caso Trabajadores Cesados del Congreso vs. Perú,
Caso Heliodoro Portugal vs. Panamá, y Caso Cabrera García y Montiel Flores vs.
México.
104
Nogueira Alcalá, Humberto. Op. cit. P. 348.
48
Al ejercerse el control de convencionalidad, los jueces siempre deben velar
por el principio de progresividad y favor persona; aplicando la norma convencional
que otorgue una mayor protección a los derechos fundamentales, los cuales
encuentran su fundamento en las normas interpretativas contenidas en el artículo
29 literal b) de la Convención Americana105, y en el artículo 5º. del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.106
Por otra parte, la Corte IDH ha expresado que los jueces nacionales deben
conocer y aplicar el derecho convencional conforme al principio iura novit curia,
por ser no solamente derecho internacional ratificado y vigente, sino que también
por ser derecho interno. Es decir, que el juez en todo momento debe ejercer ex
officio el control de convencionalidad sin que le sea solicitado, en virtud que el juez
conoce el derecho, el que se conforma por las normas de carácter interno y
normas de carácter internacional, y así deberá aplicarlo, sin olvidar las
interpretaciones convencionales que en el ámbito de su competencia ejerce la
Corte IDH.107
105
Artículo 29 literal b) CADH. Normas de Interpretación. Ninguna disposición de la presente
Convención puede ser interpretada en el sentido de: Limitar el goce y ejercicio de cualquier
derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los
Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos Estados.
106
Artículo 5º. PIDCP: 1. Ninguna disposición del presente Pacto podrá ser interpretada en el
sentido de conceder derecho alguno a un Estado, grupo o individuo para emprender actividades o
realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos y libertades reconocidos
en el Pacto o a su limitación en mayor medida que la prevista en él.2. No podrá admitirse
restricción o menoscabo de ninguno de los derechos humanos fundamentales reconocidos o
vigentes en un Estado Parte en virtud de leyes, convenciones, reglamentos o costumbres, so
pretexto de que el presente Pacto no los reconoce o los reconoce en menor grado.
107
Nogueira Alcalá, Humberto. Op. cit. P. 350.
49
de los jueces de un Estado parte debe estar en estricta consonancia con lo
prescrito en el artículo 29 de la Convención Americana”108.
CONVENCIONALIDAD?
50
Arellano y Trabajadores cesados del Congreso, sentencias emitidas por el
Tribunal Interamericano, refieren que el control de convencionalidad debe
realizarse tanto entre las leyes y las normas jurídicas internas que son
incompatibles con la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Es decir,
que cualquier norma jurídica doméstica o nacional (sea ley, decreto, reglamento,
ordenanza, resolución, etc.), debe de someterse al control de convencionalidad.
Asimismo, en los Estados Partes donde la jurisprudencia emanada de la Corte
Suprema de Justicia o del Tribunal Constitucional debe ser acatada por los
juzgados y tribunales inferiores, esta también reviste materialmente condición de
norma, por lo que también debe de realizarse el control de convencionalidad.111
111
Sagüés, Néstor Pedro. Op. cit. P. 124.
112
Corte IDH. Opinión Consultiva OC 4/84.Propuesta de modificación a la Constitución Política de
Costa Rica relacionada con la naturalización, solicitada por Costa Rica el 19 de enero de 1984,
serie A, No. 4, párrafo 14.
51
Con la anterior opinión consultiva emitida por la propia Corte IDH, se
aprecia que dicho tribunal puede ejercer el control de convencionalidad sobre toda
norma que forma parte del ordenamiento jurídico interno cuando sus disposiciones
son contrarias a la Convención Americana. A manera de ejemplo, se menciona el
caso conocido como La Última Tentación de Cristo vs. Chile, en el cual la Corte
decidió que el Estado debía “modificar su ordenamiento jurídico interno, en un
plazo razonable, con el fin de suprimir la censura previa…”.113 Agregó que: “se
comprometió la responsabilidad internacional del Estado, en virtud que el artículo
19 número 12 de la Constitución establece la censura previa en la producción
cinematográfica y, por lo tanto, determina los actos de los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial114, violando así el derecho a la libertad de pensamiento y de
expresión consagrado en el artículo 13 de la Convención Americana.”115
113
Corte IDH. Caso La Última Tentación de Cristo (Olmedo Bustos y otros) vs. Chile. Sentencia de
fondo, reparaciones y costas, de 05 de febrero de 2001,serie C, No. 73, punto resolutivo 4.
114
Corte IDH. Caso La Última Tentación de Cristo (Olmedo Bustos y otros) vs. Chile. Párrafo 72.
115
Corte IDH. Caso La Última Tentación de Cristo (Olmedo Bustos y otros) vs. Chile. Párrafo 73.
116
Sagüés, Néstor Pedro. Op. cit. P. 124.
117
Sagüés, Néstor Pedro. Op. cit. P. 125.
52
El control de convencionalidad recae sobre toda la normativa interna, en la
cual se incluye a la Constitución, con el objeto de hacer prevalecer a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y, a partir de ello, efectuar ese
examen de compatibilidad, en el cual el juez deberá determinar si una norma de
carácter interno se ajusta a las disposiciones convencionales. Además, deberá
también tomar en cuenta la jurisprudencia que la propia Corte IDH ha emitido
sobre la Convención, ya que todo Estado parte está obligado por la doctrina que la
Corte ha sentado, aun cuando no ha sido parte en un determinado caso.
118
Corte IDH. Voto razonado del Juez Sergio García Ramírez a la sentencia en el caso
Trabajadores cesados del Congreso vs. Perú, de fecha 24 de noviembre de 2006, párrafo 2.
53
En ese mismo sentido, en la Opinión Consultiva OC 16/99119 el Tribunal
Interamericano sostuvo: “El corpus juris del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos está formado por un conjunto de instrumentos internacionales de
contenido y efectos jurídicos variados (tratados, convenios, resoluciones y
declaraciones). Su evolución dinámica ha ejercido un impacto positivo en el
Derecho Internacional, en el sentido de afirmar y desarrollar la aptitud de este
último para regular las relaciones entre los Estados y los seres humanos bajo sus
respectivas jurisdicciones.”
Con todo ello, claramente la Corte Interamericana deja claro que también es
importante tener en cuenta como parámetro del control de convencionalidad no
solamente la Convención Americana sobre Derechos Humanos, sino que también
el resto de los tratados internacionales que forman parte del corpus iuris
interamericano en materia de derechos humanos, pues con ello se vienen a
garantizar aún más los derechos fundamentales.
119
Corte IDH. Opinión Consultiva OC 16/99. El derecho a la información sobre la asistencia
consular en el marco de las garantías del debido proceso legal, solicitada por los Estados Unidos
Mexicanos, de fecha 01 de octubre de 1999, serie A, No. 16, párrafo 115.
120
Corte IDH. Caso Almonacid y Otros vs. Chile. Párrafo 128.
54
presupuestos formales y materiales de admisibilidad y procedencia de ese tipo de
acciones.”121
121
Loc. cit.
122
Mac-Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad en el estado constitucional.
Pp. 175 y 176.
123
Víctor Bazán y Claudio Nash. Op. cit. P. 35.
55
constitucional), tarea en la que válidamente podría moverse con independencia de
las pretensiones de las partes.”124
En definitiva, se hace necesario que los jueces nacionales como parte del
aparato estatal están obligados a cumplir con las responsabilidades
internacionales a las que el Estado se ha adherido, dentro de las cuales se
encuentra la de ejercer tanto el control de constitucionalidad como el control de
convencionalidad ex officio, a manera de proteger y garantizar los derechos
fundamentales, sin necesidad que su verificación sea solicitada por las partes que
en el caso en concreto intervienen.
124
Ibid. P. 36
56
CAPÍTULO 3
SISTEMA INTERAMERICANO DE PROTECCIÓN DE DERECHOS HUMANOS
57
Organización de los Estados Americanos -en adelante OEA-, en la que se
reconoció a la Comisión IDH como uno de los órganos permanentes de la OEA,
previendo la necesidad de adoptar una convención regional en materia de
derechos humanos. El 5 de diciembre de 1985 se adoptó el Protocolo de
Cartagena de Indias, en el cual se introdujo nuevas reformas a la Carta de la
OEA.128
128
Claudio Grossman. Op. cit. P. 78.
129
Loc. cit.
130
Buergenthal Thomas. Derechos Humanos Internacionales. México. Ediciones Gernika, S.A.
1996. Página 194.
58
En ese sentido Aylín Ordoñez Reyna, citando a los tratadistas Ernesto Rey
Cantor y Angela Margarita Rey Anaya, ha señalado que: “… la Organización de
los Estados Americanos es un organismo regional y que el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos es un conjunto de reglas o principios
contenidos en instrumentos internacionales que reconocen los derechos humanos
que se aplican en los Estados Americanos que se han organizado
regionalmente…”.131
59
defensa de los derechos humanos y servir como órgano consultivo de la
Organización.134
134
Comisión IDH. Estatuto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Artículo 1.
135
Ibid. Artículo 2.
60
internacionales, y también disposiciones apropiadas para fomentar el respeto
a esos derechos;
c) prepara los estudios o informes que considere convenientes para el
desempeño de sus funciones;
d) solicita que los gobiernos de los Estados le proporcionen informes sobre las
medidas que adopten en materia de derechos humanos;
e) atiende las consultas que, por medio de la Secretaría General de la
Organización, le formula cualquier Estado miembro sobre cuestiones
relacionadas con los derechos humanos en ese Estado y, dentro de sus
posibilidades, prestar el asesoramiento que le soliciten;
f) rinde un informe anual a la Asamblea General de la Organización, en el cual
se tenga debida cuenta del régimen jurídico aplicable a los Estados partes en
la Convención Americana sobre Derechos Humanos y de los Estados que no
son partes;
g) practica observaciones in loco en un Estado, con la anuencia o a invitación
del gobierno respectivo, y;
h) presenta al Secretario General el programa-presupuesto de la Comisión para
que éste lo someta a la Asamblea General.
61
libertades; y por último, someter a la Asamblea General propuestas de enmienda a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
136
Organización de los Estados Americanos. http://www.oas.org/es/cidh/mandato/Basicos/intro.asp
137
Corte IDH. Estatuto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Artículo 1.
62
judiciales.138 Los jueces son electos para un período de seis años, pudiendo ser
reelectos por una sola vez.139
Hasta aquí se han establecido los dos órganos más importantes del sistema
interamericano para la protección de los derechos humanos, cuyas competencias
se encuentran bien delimitadas conforme a sus propios estatutos.
138
Corte IDH. Estatuto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Artículo 4.
139
Corte IDH. Estatuto de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Artículo 5.
140
Organización de los Estados Americanos. Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Artículo 62.
63
de San José. Cuando los jueces no ejercen dicho control, es la Corte IDH quien
establece la responsabilidad internacional de los Estados de acuerdo a los
compromisos que han suscrito para adecuar las disposiciones convencionales a la
normativa jurídica interna.
64
Número 10,636 recibida en la Secretaría de la Comisión el 12 de septiembre de
1990.141
65
Estado de Guatemala violó el derecho a la vida consagrado en el artículo 4.1, los
derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial consagrados en los
artículos 8 y 25, así como el artículo 5.1, todos en relación con el artículo 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
COMPETENCIA:
144
Ibid. Párrafo 5.
66
“También es interesante, a mi juicio, formular algunas consideraciones
sobre la contradicción o por lo menos la discrepancia que en ocasiones
existe entre ciertas declaraciones del Estado, formuladas por conducto de
representantes calificados para emitirlas, y las posibles declaraciones que
hagan otros órganos, a los que la legislación interna atribuye competencia
para resolver cuestiones contenciosas. Esto, visto desde el ángulo del
Derecho nacional, responde al principio de separación de poderes, que
asigna a cada uno de éstos determinadas facultades específicas, que los
otros no pueden asumir o sustituir. Empero, este asunto requiere
precisiones desde el ángulo del Derecho internacional, de la
responsabilidad internacional del Estado y de las atribuciones resolutivas de
un tribunal internacional, que son inatacables --cuando así lo dispone la
norma internacional soberanamente reconocida por el Estado parte en un
tratado, como en efecto sucede a la luz de la Convención Americana-- y
deben ser cumplidas por aquél, en mérito de sus compromisos
convencionales.”145
De tal manera que cada uno de los poderes estatales deben ejercer sus
funciones en concordancia y en armonía con los demás, aun cuando existe la
separación entre tales poderes, puesto que de no ser así el Estado recae en
145
Corte IDH. Voto concurrente razonado Juez Sergio García Ramírez en caso Mirna Chang Vs.
Estado de Guatemala. Párrafo 26.
67
responsabilidad internacional y trae como consecuencia la vulneración de los
derechos humanos de sus ciudadanos.
146
Ibid. Párrafo 27.
68
Como bien ya se ha mencionado, esta sentencia constituye uno de los
primeros antecedentes a partir de la cual se inicia con la aplicación del control de
convencionalidad; de esa cuenta, en los subsiguientes fallos se apreciará el
desarrollo progresivo de dicha institución.
El 25 de junio del año 2003, la Comisión IDH sometió ante la Corte IDH una
demanda contra el Estado del Ecuador, la cual se originó en la denuncia No.
12,124, recibida en la Secretaría de la Comisión IDH el 16 de julio de 1998.147
147
Corte IDH. Caso Tibi Vs. Ecuador. Párrafo 1.
69
Convención Americana, las cuales imponen al Estado dar efecto legal interno a los
derechos garantizados en los artículos 5, 7, 8 y 25 de dicha Convención.148
148
Ibid. Párrafo 2.
149
Ibid. Párrafo 3.
70
Dentro de las consideraciones que la Corte IDH tomó en cuenta para llegar
a resolver el caso Tibi versus el Estado de Ecuador fueron los siguientes:
COMPETENCIA:
La sentencia del caso Tibi versus Ecuador también fue uno de los primeros
fallos en los cuales el juez García Ramírez hace mención del control de
convencionalidad. Al igual que la sentencia emitida en el caso Myrna Mack Chang
versus Guatemala, el Tribunal aún no se pronunciaba sobre la materia en
mención, sino que únicamente es el referido juez quien aborda la temática a través
de su voto razonado. En ese sentido, inicia manifestando que:
71
eficacia preceptiva --carácter vinculante de la sentencia, como norma
jurídica individualizada-- que tienen para el Estado que figura como parte
formal y material en un proceso.”151
151
Corte IDH. Voto razonado Juez Sergio García Ramírez en caso Tibi Vs. Ecuador. Párrafo 2.
72
fundadora de la jurisdicción interamericana y aceptado por los Estados
partes en ejercicio de su soberanía.”152
A partir de este análisis que realiza el juez Sergio García Ramírez es que se
inicia a definir el control de convencionalidad, haciendo una relación directa e
inmediata con el control de constitucionalidad que realizan los tribuales
constitucionales. Así pues, el tribunal interamericano es el encargado de realizar el
control de convencionalidad; es decir, examina que los actos que llegan a su
conocimiento, tales como normas, principios y valores, se ajusten a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y a otros tratados internacionales en materia
de derechos humanos, ya que el actuar de la Corte IDH deriva a partir de esta, por
lo que es su deber verificar si las disposiciones convencionales no han sido
mermadas por los Estados Partes.
73
originó en la denuncia No. 12,057, recibida en la Secretaría de la Comisión el 15
de septiembre de 1998.153
153
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y Otros Vs. Chile. Párrafo 1.
154
Ibid. Párrafo 2.
155
Ibid. Párrafo 3.
74
COMPETENCIA:
75
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en el sentido de que todo
Estado es internacionalmente responsable por actos u omisiones de
cualesquiera de sus poderes u órganos en violación de los derechos
internacionalmente consagrados, según el artículo 1.1 de la Convención
Americana.”157
La Corte IDH hace alusión a que el Poder Judicial, como parte del aparato
estatal, debe inaplicar aquellas normativas internas contrarias a la Convención
Americana, ya que es deber del Estado reconocer las disposiciones
convencionales a las que está sujeto. Ello es así, pues si ha reconocido la
competencia de la Corte no está de más recordarle que es deber de los
funcionarios públicos verificar las disposiciones de la Convención Americana, la
que tiene preeminencia sobre el derecho interno, caso contrario, deviene la
responsabilidad internacional.
157
Ibid. Párrafo 123.
76
“La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están sujetos al
imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones
vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado
un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como
parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les
obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no
se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y
que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el
Poder Judicial debe ejercer una especie de ´control de convencionalidad´
entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder
Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la
interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete
última de la Convención Americana.”158
158
Ibid. Párrafo 124.
77
“En esta misma línea de ideas, esta Corte ha establecido que ´según el
derecho internacional las obligaciones que éste impone deben ser
cumplidas de buena fe y no puede invocarse para su incumplimiento el
derecho interno´. Esta regla ha sido codificada en el artículo 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969.”159
78
12,038, recibidas en la Secretaría de la Comisión el 18 de octubre de 1997 y el 10
de julio de 1998, respectivamente.160
COMPETENCIA:
160
Corte IDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso Vs. Perú. Párrafo 1.
161
Ibid. Párrafo 2.
79
La Corte determinó que el Estado de Perú es parte de la Convención
desde el 28 de julio de 1978 y reconoció la competencia contenciosa de la Corte el
21 de enero de 1981.162
80
interesada, ya que se trata de disposiciones convencionales sobre las que un
Estado parte se ha obligado a observarlas. En ese sentido, el Estado parte al
aplicar el control de convencionalidad vela por el “efecto útil” de la Convención
Americana, es decir con el cumplimiento de sus disposiciones y de la
interpretación que al respecto ha realizado el Tribunal Interamericano.
Luego de haber mencionado los anteriores fallos emitidos por la Corte IDH,
es importante que los operadores estatales hagan una interpretación armónica de
estos, para el efecto que la aplicación del control de convencionalidad se ejerza tal
y como ha sido expuesto en la jurisprudencia de la Corte y, que los Estados le den
fiel cumplimiento a la aplicación de la Convención Americana de Derechos
Humanos, a partir del cual se genera la obligatoriedad de la aplicación del control
de convencionalidad.
81
En ese apartado se exponen las sentencias emitidas por los tribunales
nacionales o domésticos en materia de control de convencionalidad, las cuales
han sido seleccionadas atendiendo a los Tribunales Constitucionales que las han
dictado, los que ya están aplicando el control de convencionalidad. Los Tribunales
Constitucionales seleccionados, se debe a que han sido los precursores que, a
nivel de Latinoamérica, han ejercido en sus sentencias la materia que se estudia.
INCONSTITUCIONALIDAD:
82
sobreseimiento sobre la base que los delitos imputados se subsumían como
delitos de lesa humanidad, los cuales son imprescriptibles, y añadió que el Estado
argentino ya formaba parte del derecho internacional imperativo, es decir del ius
cogens, por lo que el Poder Ejecutivo Nacional al dictar el indulto resultaba
inconciliable con los compromisos internacionales.
164
Considerando 21.
83
Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.” Conforme a
ello y otros argumentos, la Sala de la Cámara Nacional de Casación Penal declaró
inconstitucional el decreto del Poder Ejecutivo 1002/89 que dispuso el indulto del
recurrente y procedente el recurso extraordinario, y se confirmó la sentencia.
84
CASO VIDELA, JORGE RAFAEL Y MASSERA, EMILIO EDUARDO S/RECURSO DE
CASACIÓN:
Los hechos que dieron inicio al conocimiento del caso fueron los que dieron
lugar a la sentencia de la Cámara Nacional de Casación Penal que rechazó los
recursos de casación deducidos por las defensas de dos miembros de la cúpula
de las Fuerzas Armadas, quienes fueron los responsables de la comisión de
crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar que dirigieron. Como
consecuencia de esa decisión, quedó firme el pronunciamiento de la Cámara de
Apelaciones en cuanto a que declaró la inconstitucionalidad parcial del decreto
2741/90 del Poder Ejecutivo Nacional, por el cual fueron indultadas las penas que
se les habían impuesto. Contra esa decisión, las defensas de los imputados
interpusieron sendos recursos extraordinarios. La Corte Suprema de Justicia de la
Nación confirmó la sentencia apelada.
85
jurídicas internas y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, tomando
en cuenta el tratado y la interpretación que del mismo ha hecho el propio Tribunal
Interamericano.
86
3.3.2) CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA
SENTENCIA C-442/2011:
Consideran que los artículos 220 y 221 de la Ley 599 de 2000 son tan
imprecisos, ambiguos y amplios al tipificar los delitos de calumnia e injuria, que
son preceptos de la ley argentina declarados violatorios de la Convención pues
tiene una redacción similar y que por lo tanto resultan inconstitucionales. Explican
165
Puede consultarse en: http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2011/C-442-11.htm
87
que la actual redacción de los delitos de injuria ("imputación deshonrosa") y de
calumnia ("imputar una conducta típica") permite que críticas, opiniones negativas,
o discursos impopulares o chocantes, sean perseguidos penalmente porque “para
los ciudadanos no hay certeza jurídica sobre lo que está sancionado y lo que está
permitido”. Estiman que la supuesta imprecisión y vaguedad entran en
contradicción con los límites a la libertad de configuración del Congreso de la
República “en violación al artículo 29 constitucional, según el cual las conductas
descritas como delitos, deben respetar el principio de legalidad, y estar descritas
clara e inequívocamente.”
166
Se citan las sentencias Sentencias C-360 de 2005 y C-936 de 2010.
88
Se hace alusión a la sentencia C-370 de 2006, en la que se reconoció el
carácter vinculante de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en los siguientes términos: “Por su relevancia como fuente de Derecho
Internacional vinculante para Colombia, por tratarse de decisiones que expresan la
interpretación auténtica de los derechos protegidos por la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, la Corte transcribirá algunos de los apartes más
relevantes de algunas de las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos relativas a estándares sobre justicia, no repetición, verdad y reparación
de las víctimas de los graves atentados contra el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.” Y en la nota número
54 de la sentencia se indica que: “En definitiva la línea argumentativa adoptada
por la Corte Constitucional resulta concordante con la postura de la Corte IDH, la
cual en distintas sentencias ha señalado el carácter vinculante de su
jurisprudencia como interpretación auténtica de la CADH, sobre lo cual hace
acotación de la sentencia dictada en el “Caso Almonacid Arellano vs. Chile” y la
sentencia dictada en el “Caso Trabajadores Cesados del Congreso vs. Perú”,
estableciéndose el ejercicio del control de convencionalidad.”
Por último indica que el caso Kimel vs. Argentina -sentencia dictada por la
Corte IDH- “aunque constituye un precedente significativo en torno al alcance de la
libertad de expresión y del principio de legalidad en la tipificación de los delitos de
injuria y calumnia, esta decisión no puede ser trasplantada automáticamente al
caso colombiano en ejercicio de un control de convencionalidad que no tenga en
cuenta las particularidades del ordenamiento jurídico interno, especialmente la
jurisprudencia constitucional y de la Corte Suprema de Justicia que han precisado
notablemente el alcance de los elementos normativos de estos tipos penales, a lo
cual se hará alusión en un acápite posterior de esta decisión.”
89
ANÁLISIS DE LA APLICACIÓN DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD:
90
Americana, lo cual también obliga a que los jueces de todos los niveles observen
su aplicación.
91
realizare como consecuencia de la resolución que hubiera acogido el recurso de
nulidad. De esa cuenta, la defensa plantea acción de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad por estimar vulnerados sus derechos constitucionales ante la
ausencia de un recurso como garantía mínima del debido proceso.
167
Considerando Noveno.
168
Considerando Décimo Primero.
169
Considerando Décimo Quinto.
92
respecto de faltas o abusos graves cometidos al dictar la resolución de carácter
jurisdiccional y sobre la cual no procede recurso alguno.170
Finalmente, el Tribunal Constitucional chileno rechazó el requerimiento
interpuesto por el condenado. Con el voto disidente de los Ministros Hernán
Vodavic Schnake y Mario Fernández Baeza, quienes acogieron el requerimiento
interpuesto y manifestaron que el derecho al recurso del imputado criminal se
encuentra expresamente reconocido en tratados internacionales ratificados por
Chile, los que se encuentran vigentes y establecidos en los pasajes conducentes
de las normas que protegen dicho derecho en el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, la Convención Interamericana de Derechos Humanos, y la
Convención de los Derechos del Niño. Indican que son normas jurídicas vigentes y
obligatorias y constituyen parámetro de constitucionalidad.
93
derechos humanos que debió haber tomado en cuenta al restringir el derecho a un
recurso al condenado. A todas luces, el Tribunal Constitucional se queda muy
corto en su razonamiento, pues efectivamente se observa que la disposición penal
impugnada sí vulnera la garantía del debido proceso porque el condenado está en
todo su derecho a que su sentencia sea revisada ante la inconformidad que sobre
la misma se haga valer y, al respecto, este fallo daba mucho a desarrollar a efecto
de proteger los derechos fundamentales. En ese sentido, la Corte Constitucional
de Chile como guardián e intérprete último de la Constitución debe velar por su
debida aplicación y hacer valer aquéllas normas que protegen los derechos
humanos contenidos en tratados internacionales.
94
Expediente No. 1822-2011:
95
En el ejercicio del control de constitucionalidad de las leyes, el Tribunal
Constitucional recurre a la aplicación del bloque de constitucionalidad para dar una
respuesta adecuada ante la acción planteada, y al respecto indicó que:
96
ANÁLISIS DE LA APLICACIÓN DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD:
97
Los antecedentes que dan inicio a la acción promovida se basan en que el
Tribunal Primero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente
del departamento de Guatemala -Liquidador-, dictó sentencia condenatoria contra
Gloria Elizabeth Girón Velásquez, declarándola autora responsable del delito de
Trata de personas y “ Conspiración ”. La procesada impugnó el fallo condenatorio
mediante recurso de apelación especial por motivos de fondo, el que la Sala
Tercera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos
Contra el Ambiente, no acogió. Contra la resolución anterior, la condenada
interpuso recurso de casación por motivo de forma ante la Corte Suprema de
Justicia, Cámara Penal, que en sentencia de 24 de mayo de 2011 se declaró
procedente, ordenándose el reenvío de las actuaciones a la Sala recurrida para
que emitiera nueva sentencia.
98
la Sección Contra el Crimen Organizado, Unidad Contra la Trata de Personas
contra la Corte Suprema de Justicia, Cámara Penal.
99
apeló, sustentado en que existen suficientes elementos probatorios para haber
declarado sin lugar la demanda promovida en su contra. La autoridad impugnada,
en resolución de 2 de septiembre de 2010 confirmó la sentencia apelada.
100
precisó que: ´La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos están
sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones
vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un
tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del
aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar
porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermados
por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin´ [Loc. Cit. § 124]. En el caso
del control de convencionalidad que debe hacerse en las resoluciones judiciales
en las que puedan verse afectados derechos e intereses de menores de edad, es
la realización de dicho control lo que evidencia una correcta observancia de lo
regulado en los artículos 44 y 46 de la Constitución, y lo que impone que
preceptos normativos tales como los contenidos en los artículos 167, 168, 219,
253, 256, 260, 262 y 278 del Código Civil tengan que interpretarse a la luz de los
fines que se pretenden alcanzar con lo regulado en los artículos 3.1, 3.2, 4, 8.1 y
9.3 de la Convención sobre los Derechos del Niño, por ser este instrumento
convencional internacional, norma de superior jerarquía que el Código Civil.”
Conforme a lo anteriormente considerado, el Tribunal Constitucional otorgó
el amparo solicitado por el Procurador de los Derechos Humanos en patrocinio de
Jorge Oswaldo Quinto Carrera.
101
Manual de Procedimiento: 1.- Directorio de empleados y servidores públicos,
incluyendo número de teléfono y direcciones de correo electrónico oficiales no
privados; 2.- Número y nombre de funcionarios, servidores públicos, empleados y
asesores que laboran en el sujeto obligado (Municipalidad), y todas sus
dependencias, incluyendo: salarios, honorarios, dietas, bonos, viáticos o cualquier
otra remuneración económica que perciban por cualquier concepto. 3.- Informes
finales de las auditorías gubernamentales o privadas, conforme a los períodos de
revisión correspondientes”. Con base a ello, el accionante indica que la normativa
impugnada viola los preceptos contenidos en los artículos 2º., 5º., 30, 44, 152,
154, 155, 171, 175, 204 y 274 de la Constitución.
102
publicidad y transparencia en la gestión pública, lo que hace posible que las
personas que se encuentren bajo su jurisdicción ejerzan el control democrático de
las gestiones estatales, de forma tal que puedan cuestionar, indagar y considerar
si se está dando un adecuado cumplimiento de las funciones públicas´.
103
observa tanto la normativa interna como las disposiciones convencionales se evita
la vulneración de los derechos fundamentales.
104
verificación del control de convencionalidad no puede llegarse a ejercer a
instancias de la Corte de Constitucionalidad sino que dicha obligación es para
quienes ejercen la jurisdicción y, por ende, debe ejercerse en cualquier instancia
en que se esté ventilando un proceso judicial. El guardián de la Constitución ya fijó
su postura en cuanto al control de convencionalidad, así que quienes están
obligados a ejercerlo deben acatarla.
105
CAPÍTULO 4
ANÁLISIS DE LA APLICACIÓN DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD POR
TRIBUNALES INTERNACIONALES Y NACIONALES
106
humana. En concordancia con ello, el Tribunal Interamericano ha expresado qué
normas deben aplicarse para el efectivo ejercicio del control de convencionalidad,
estableciéndose la Convención Americana sobre Derechos Humanos y otros
tratados internacionales en materia de derechos humanos, y los criterios que la
propia Corte ha emitido en cuanto a dichas disposiciones convencionales.
Con ello, la Corte IDH mantiene un criterio unificado para que los Estados
Partes consideren las normas a aplicar, como la jurisprudencia que ha emitido, y
que los Estados mantengan un ius commune ante la protección de los derechos
humanos.
107
En cuanto al control de convencionalidad, por ser una institución jurídica de
reciente creación, su aplicación se ha ido dando de forma progresiva en aquellos
países que se han adherido a la competencia contenciosa de la Corte IDH y el
cumplimiento de la aplicación de las normas convencionales resulta obligatorio
para estos.
108
la jurisdicción. Así pues, el juez al conocer un caso en concreto tiene que verificar
si efectivamente una norma ordinaria está afectando las normas constitucionales y
las normas convencionales y, como consecuencia, aplicar aquélla que sea más
favorable para la persona, atendiendo el principio pro persona como garantía al
respeto de su dignidad y sus derechos humanos.
109
Interamericana de Derechos Humanos y por los tribunales nacionales de
Argentina, Colombia, Chile y Guatemala, todos en materia de control de
convencionalidad.
Dicha aplicación no resulta del todo fácil para los Estados partes, ya que
internamente en estos ha sido discutible lo relativo a la recepción que se le ha
dado a los tratados internacionales en materia de derechos humanos, en el
sentido que si tales tratados jerárquicamente son superiores a la Constitución u
ocupan el mismo lugar que la Constitución. Sin embargo, lo importante para la
aplicación del control de convencionalidad, es tomar en cuenta la disposición
normativa que reconozca un derecho humano que mejor protege al individuo
conforme al principio pro persona, ya que, al considerar dicho principio, la norma
interna o convencional a aplicar es la que ofrece mayor protección.
110
Es indispensable para los jueces nacionales aplicar la disposición normativa
que brinde mayor protección y no solamente tomar en cuenta la supremacía que
se le ha querido dar a los tratados internacionales en materia de derechos
humanos. En vista de ello es que los jueces deben entrar a considerar tanto el
derecho interno como el derecho internacional.
111
CONCLUSIONES
3) Los Estados partes del sistema interamericano deben cumplir todo tratado
en vigor de buena fe y sin alegar sus disposiciones de carácter interno, de
conformidad con la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
112
legislación ordinaria de un Estado. Ese compromiso surge de la necesaria
observancia de un tratado que es norma vigente en los Estados americanos
partes.
10) Son escasos los pronunciamientos que han sido emitidos por los
Tribunales Constitucionales en cuanto a la aplicación del control de
convencionalidad en sede nacional.
113
aquéllos los que fijan los criterios para la interpretación de la norma
constitucional y a la cual debe sujetarse la jurisdicción ordinaria.
114
LISTADO DE REFERENCIAS
Referencias bibliográficas:
115
10) Mac- Gregor, Eduardo Ferrer. El control difuso de convencionalidad.
Diálogo entre la Corte Interamericana de Derechos Humanos y los jueces
nacionales.
116
19) Víctor Bazán. Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales. El
control de convencionalidad. Centro de Derechos Humanos, Facultad de
Derecho, Universidad de Chile. 2011.
20) Zarini, Helio Juan. Derecho constitucional. Buenos Aires. Editorial Astrea.
1992.
Referencias normativas:
117
Otras referencias:
118
9) Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Sentencia de
excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas, 26 de septiembre
de 2006, serie C, número 154, párrafo 124.
11) Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Sentencia de
26 de noviembre de 2010, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas, Serie C. No. 220.
12) Corte IDH. Caso de la Masacre Pueblo Bello Vs. Colombia. Fondo,
Reparaciones y Costas, sentencia de 31 de enero de 2006, Serie C,
Número 140,
14) Corte IDH. Caso López Álvarez vs. Honduras. Sentencia de fondo,
reparaciones y costas, 01 de febrero de 2006, serie C, número 141.
15) Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala. Sentencia de fondo,
reparaciones y costas, 25 de noviembre de 2003, serie C, número 101,
párrafo 27.
16) Corte IDH. Caso Raxcacó Reyes vs. Guatemala. Sentencia de fondo,
reparaciones y costas, 15 de septiembre de 2005, serie C, número 133.
17) Corte IDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y
otros) vs. Perú. Sentencia de excepciones preliminares, fondo,
119
reparaciones y costas, sentencia 24 de noviembre de 2006, serie C,
número 158. Voto razonado del juez Sergio García Ramírez, párrafo 128.
18) Corte IDH. Caso Tibi vs. Ecuador. Sentencia de excepciones preliminares,
fondo, reparaciones y costas, 07 de septiembre de 2004, serie C, número
114.
19) Corte IDH. Caso Vargas Areco vs. Paraguay. Sentencia de fondo,
reparaciones y costas, 26 de septiembre de 2006, serie C, número 155.
120
25) García Pelayo, Manuel. El status del Tribunal Constitucional. Revista
Española de Derecho Constitucional. No. 1. Madrid. 1981. Páginas 11-34.
121
32) Sagués, Nestor Pedro. Obligaciones internacionales y control de
convencionalidad. Revista del Centro de Estudios Constitucionales. Número
1. Chile. 2010. Páginas 117-136.
122
CUADROS DE COTEJO
123
CUADRO DE COTEJO 1
1
Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs. Guatemala. Sentencia de fondo, reparaciones y costas, 25 de noviembre de 2003, serie C, número 101.
Voto concurrente razonado del Juez Sergio García Ramírez.
124
CUADRO DE COTEJO 2
125
CUADRO DE COTEJO 3
1
Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Sentencia de excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas, 26 de septiembre
2006, serie C, número 154, párrafo 124.
126
CUADRO DE COTEJO 4
1
Corte IDH. Caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro y otros) vs. Perú. Sentencia de excepciones preliminares, fondo,
reparaciones y costas, sentencia 24 de noviembre de 2006, serie C, número 158.
127