Martin Heidegger nació en el año 1889 en Messkirch, un pueblo de Alemania. Sus padres eran católicos romanos devotos; esto llevó a Heidegger a estudiar teología en la Universidad de Freiburg, aunque finalmente decidió dedicarse a la filosofía. En el año 1914 se doctoró con una tesis sobre el psicologismo, corriente que destaca el rol de los procesos mentales. En la década de 1920 trabajó como profesor de filosofía en la Universidad de Marburg y posteriormente en la de Freiburg, en la que ejercería durante el resto de su carrera. Durante esta época empezó a dar charlas centradas en sus ideas sobre la existencia humana y el sentido de esta, que desarrollaría en su libro “Ser y tiempo”, publicado en el año 1927. En 1933 Heidegger fue nombrado rector de la Universidad de Freiburg, cargo que abandonó 12 años después. Cabe destacar su afiliación y su participación activa en el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán -más conocido como “Partido Nazi”-; de hecho, Heidegger intentó sin éxito convertirse en el filósofo de referencia de este movimiento. Heidegger murió en 1976 en la ciudad de Friburgo de Brisgovia; en ese momento tenía 86 años. A pesar de las críticas que ha recibido por su colaboración con los nazis, por las contradicciones entre sus obras y por su desconocimiento de otros autores de su misma época, en la actualidad este filósofo es considerado uno de los más importantes del siglo XX. La teoría existencialista de Heidegger La principal obra de Heidegger es “Ser y tiempo”. En ella el autor trata de responder a una pregunta clave: ¿qué significa exactamente “ser”? ¿En qué consiste la existencia, y cuál es su característica fundamental, si es que existe una? De este modo recuperó una cuestión que, en su opinión, había sido dejada de lado por la filosofía desde el periodo clásico. En este libro Heidegger plantea que esta pregunta debe ser reformulada en busca del sentido del ser, más que de éste en sí mismo. En torno a esto afirma que no es posible separar el sentido del ser de un contexto espacial y temporal (con la muerte como elemento estructurador) determinado; así, habla de la existencia humana como “Dasein” o “ser-en-el-mundo”. A diferencia de lo que planteaban Descartes y otros autores previos, Heidegger consideraba que las personas no somos entes pensantes aislados del mundo que nos rodea, sino que la propia interacción con el entorno es un aspecto nuclear del ser. Es por esto que no es posible dominar el ser e intentar hacerlo lleva a una vida carente de autenticidad. En consecuencia, la capacidad humana para pensar tiene un carácter secundario y no debe ser entendida como aquello que define nuestro ser. Descubrimos el mundo a través del ser-en-el-mundo, es decir, de la existencia en sí misma; para Heidegger la cognición es tan sólo un reflejo de ésta, y por tanto también lo son la reflexión y otros procesos similares. La existencia no depende de la voluntad, sino que somos “arrojados” al mundo y sabemos que es inevitable que nuestra vida termine. La aceptación de estos hechos, así como la comprensión de que somos una parte más del mundo, permite dar sentido a la vida, que Heidegger conceptualiza como el proyecto del ser-en-el-mundo. Posteriormente los intereses de Heidegger se trasladaron a otros temas. Destacó la relevancia del lenguaje como herramienta fundamental para entender el mundo, exploró la relación entre el arte y la búsqueda de “la verdad” y criticó la actitud despectiva e irresponsable de los países occidentales con respecto a la naturaleza. Existencialismo Alemán: Martín Heidegger (1889 – 1976)“ Ser y Tiempo “ 19271.- Estudio del ser: el hombre para preguntarse por el SER, lo hace desde su propio SER, pues con ello le ve su sentido, y eso es lo único que él puede tomar desde dentro, desde sí mismo. La existencia del hombre es siempre algo único y personal, por ello no es un simple ejemplar de una especie animal, y el horizonte desde el cual se puede entender al “SER “, es el tiempo, pues el hombre es un ser temporal. 2 – Ser en el Tiempo y Trascendencia: El presente del hombre está hecho de posibilidades que su pasado le brinda, el hombre está siempre trascendiendo :Dos sentidos: Se trasciende en la temporalidad, proyectándose hacia el futuro. Salirse de sí mismo hacia el mundo. No es posible ensimismarse: quedarse pegado en el presente, ni prescindir del mundo y los otros. 3 – Conciencia: capacidad de entenderse en su ser. 4 – La muerte: la muerte es la no - posibilidad de elección, le revela su SER FINITO, su ser inacabado. La muerte es lo más propio que el hombre tiene, “nadie puede quitar su morir a otro“. La muerte nos revela la nada, como el ser de la existencia es un correr hacia un abismo sin fondo que es la nada. Angustia de la moda. 5 – Vivir autentico: Vivir inauténtico “das man” o “él se…“, el hombre no se responsabiliza de sus actos, vive en la trivialidad, en la cotidianeidad: se dice, se piensa, se hace, todos, pero nadie en particular. Es la vida del hombre promedio. Puede hablar de todo, pero no piensa profundamente en nada. No enfrenta la muerte como una posibilidad cierta. El das man se encuentra perdido en el mundo, no se piensa a sí mismo, y se deje ir en su propio ser. Martín Heidegger: nexos con el nazismo, rector de Universidad de Friburgo, (“La clase de hombre que se es, depende del tipo de filosofía que se elige “. Fichte.) Dasein (ser aquí o existencia): Características del hombre: Existencia y ser en el mundo: Heidegger llama al hombre dasein: “ser aquí “o existencia. La existencia humana surge con el sentimiento de estar “arrojado en el mundo “. El hombre es siempre un ser en el mundo, el hombre será obra de su propia construcción. “Ser en el mundo “, no significa simplemente “estar ahí “, pues es en el mundo, donde el hombre se va haciendo. El mundo le presenta una red de posibilidades entre los cuales él elija y así se elige así mismo. Por ello, el hombre es siempre un ser Inconcluso, cuya posibilidad de elección solo termina con la muerte, pues allí “deja de ser “, frente al dilema que es primero el mundo o el hombre para