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La fenomenología.

Max Scheler ve la fenomenología como «el movimiento actual filosóficamente más significativo y poderoso
desde el cambio del siglo». Así, la fenonemología representa el intento de aportar un nuevo método riguroso para la
solución de problemas filósoficos, buscando un nuevo punto de partida. La fenonemología se presenta como una nueva
forma de fundación científica, muy diversa de la neokantista.
Como el intento de los fenomenólogos es hacer una filosofía , el punto de partida presenta el máximo de
interes. Este punto de partida será para los fenomenólogos, la vivencia, la esperienza vissuta (Erlebnis). La
fenonemología sólo puede ser ciencia descriptiva de aquello que es dado en la vivencia. De este modo, se puede
mantener el imperativo de rigurosa objetividad que es el lema de todo fenomenólogo: ¡a las cosas mismas! (zu den
Sachen selbst!) Y al mismo tiempo constituye una oposición a Kant.
Ésta vivencia (Erlebnis) es definida esencialmente como intencional. Su esencia consiste en estar colocada
constitutivamente hacia los objetos distintos de ella misma, de tal modo que sujeto-objeto representan dos polos de la
tensión intencional, que es misión de la fenonemología describir.
Cuando esta tensión recibe su cumplimiento (Erfüllung), osea cuando en la vivencia se presenta una
coincidencia entre la tensión y lo intencionalmente mentado, tenemos la evidencia esencial, criterio básico el
conocimiento. Y, la fenonemología es un medio que nos conduce a este punto en que se presenta la “intuición esencial”
(wesenschau), meta a la cual tienden todos los esfuerzos del fenomenólogo.
Pero también, en este método existen riegos de caer en una subjetivismo, caracteristica propia a la cual se
opone la fenonemología. Para evitar el peligro de caer en ideas vagamente reformistas o inconcientes, la fenonemología,
exige un procedimiento concreto y riguroso: es la llamada reducción. Es decir, se trata de prescindir, de hacer epojé
“poner entre parentesis” todo lo que en un dato vivencial sea accidental, afin de quedarse unicamente en aquellos
componentes que conforman esencialmente un contenido; de este modo permanecen unicamente en cada dato aquellos
componentes que, de faltar, harían que un contenido no fuese tal. Esto sería el fenómeno: lo que se presenta en la
vivencia como inmediato. No se trata solamente de prescindir de los prejuicios que suelen acompañar a nuestro
conocimiento de la realidad, por influencias históricas, sociológicas, educativas, etc.; es necesario, “poner entre
parentesis” también los componentes fácticos y existenciales. Así quedan distinguidos, un plano eidético de
esencialidades puras, de la cual son variaciones concretas los posibles planos fácticos en que se realizan tales
esencialidades. Si no se distinguen estos dos planos nos se prodrían entender la fenonemología.
Todo buen genomenólogo observa tres puntos:
- El punto de partida es la vivencia, definida esencialmente como intencional.
- El criterio de verdad y certeza es la evidencia, presente en la “intuidicón esencial”.
- El procedimiento metodológico concreto es la reducción, aceptada almenos en cuanto reducción eidética.

Pero la interpretación de estos tres puntos varian gravemente entre los diversos fenomenólogos.
Consideremos, por ejemplo, el tema de la intencionalidad que el mismo Hurrsel consideraba clave de la
fenonemología. Decir que toda conciencia es “conciencia de”, que todo “cogito” supone un “cogitatum” es tan cierto
como insuficiente. Hurrsel usa la intencionalidad en el sentido trascendente, lo que le diferencia decisivamente de su
maestro Brentano. El “yo” no puede ser visto en el plano normal del cartesianismo, sino que el sujeto tiene que ser
trascendental. el sujeto intencionante no es “creador”del ser del objeto, sino tan solo constitutivo de la objetividad, es
decir, del caracter formal de que están revestidas las cosas cuando éstas son “objetos” dentro de la relación cognocitiva.
Para Hurrsel, la intencionalidad es una “dominación de sentido” (Sinngebung) que otorga a las cosas el sentido
de “objeto”. En realidad, el problema de Hurrsel no es el de la “verdad” de nuestro conocimiento, como en la
gnoseologías precríticas; ni tampoco el de la certeza, como en el cartesianismo. Su problema es el de la “objetividad”
del conocimiento, y en este sentido se mueve dentro del nivel del kantismo.

Scheler, pero, no ecpeta esto, sino hace de la intencionalidad un concepto descriptivo, a modo de Brentano o
del propio Aristóteles. Intencionalidad es interrrelación constitutiva sujeto-objeto, pero sin que el sujeto influya para
nada en la constitución ontológica del objeto, que es independiente e indiferente a la realción cognocitiva. La
fenonemología se presenta entonces, como una analisis eidético de las estructuras intencionales dadas en la vivencia. La
contribución de Scheler consiste en aplicar esto al analisis de distintas zonas cognoscitivas: la etica, la filosofía de la
religión, donde su porpfundidad son conocidos como clásicos.
Una de las originalidades de la concepción de la fenonemología es hacer de ella, más alla de un método
puramente intelectual una actitud ante la vida y ante la realidad; de este modo sirve como una arma crítica frente a otras
actitudes distintas.
Con estas y por estas ideas Scheler comparte la idea que la fenonemología es un método que lleva a una
postura realística.

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